Maní
Maní
Maní
El maní es un cultivo originario de América del Sur. Su origen botánico está ubicado al
norte de Argentina, Bolivia, Perú, algunas partecitas de Ecuador, todo Paraguay y
muchas partes de Brasil. Ahí es donde aparecieron las primeras plantas de maní en el
mundo.
Este cultivo llegó a Córdoba y se estableció en buena medida gracias a sus condiciones
climáticas, más secas que en Santa Fe, ya que los primeros lotes sembrados arrancan
en Reconquista entre los años 1875 y 1880, pero no para comer, sino para hacer aceite.
Fue el primero de origen vegetal que se hace en Argentina ya que en esa época se
usaba la grasa de los animales.
Entre 1880 y 1890 los mismos santafecinos introducen esta oleaginosa a nuestra
provincia llegando a Río Segundo y Pilar para luego expandirse hacia el norte y hacia
el sur hasta llegar a Hernando, hoy Capital Nacional del Maní. De ahí hace camino hacia
la zona de Gral. Cabrera y Gral. Deheza, epicentro de la industrialización y tecnificación
del cultivo por estos días.
Con ese escenario empiezan a reducirse las hectáreas sembradas y sin una respuesta
industrial acorde, es que se da la revolución del maní confitero.
Algunos pioneros de la zona manisera argentina, viajaron en los ´70 a Estados Unidos,
y se dieron cuenta de la posibilidad de desarrollar un negocio que no estaba basado
sólo en el aceite. Así fue como, a partir de ese viaje se comienza a desarrollar en
Argentina el maní confitería. Actualmente es exportado a los principales mercados,
como el europeo que va como un producto de snack, y también se lo destina a la
fabricación de manteca de maní.
Dentro del complejo sistema de manejo del cultivo de maní, la secuencia de cultivos y
las operaciones de labranza asociadas, constituyen lo que genéricamente se conoce
como rotación, la que se integra al resto de las técnicas de manejo (malezas,
enfermedades, nutrición mineral, arrancado, cosecha y postcosecha) para dar
finalmente el resultado productivo y económico del sistema de producción que incluye
al maní como componente.
Esto, junto a las condiciones de clima seco y cálido que se nombraron anteriormente,
dan cuenta de que las condiciones que necesita este cultivo son las que actualmente se
rigen en la provincia por ley para cualquier suelo sembrado (rotación de cultivos) con el
fin de cuidar el recurso de la tierra y bajo políticas medio ambientales.
En cuanto a la mano de obra necesaria y el capital para poder desarrollar esta actividad,
se incluyen a productores y profesionales agrícolas, empresas de transportes, logísticas,
laboratorios, empresas de servicios e industrias de metal-mecánica. Cada uno de estos
actores en la cadena de cultivo de maní genera el resultado final que es, en su mayoría, la
exportación de maní al resto del mundo.
Argentina lidera y pelea cabeza a cabeza con los grandes productores porque tiene alta
tecnología desde la siembra hasta la exportación. Esto hace que el sector esté
altamente tecnificado y profesionalizado con sistemas de calidad muy sofisticados. Es
así como nuestro país es el mayor productor de maní de América Latina, y el séptimo
mayor productor en el mundo.
En relación a la producción por países se puede observar que tanto China, India,
Nigeria, EEUU y Argentina se constituyen en el top five como principales productores,
con el 40%, 14%, 7%, 6% y 3% respectivamente de la producción mundial, aunque la
India y Argentina son los mayores exportadores del planeta.
Entre las manufacturas que elabora y exporta el Sector Agroindustrial Manisero se
encuentran los maníes para confitería; maníes Preparados y/o Saborizados (Snacks);
pasta y manteca de Maní; aceite crudo y refinado; harina; pellets y expellers
Pero se destaca como el más valioso el aceite, tanto por el contenido de materia grasa
de la semilla (alrededor del 40%), como por su calidad nutricional y su alto precio.
REFLEXIÓN
Hoy con el avance de la tecnología los beneficios son múltiples y ha permitido que la
productividad siga creciendo a la par de nuestras necesidades.
Siendo conscientes y respetuosos que no solamente tiene que haber una finalidad
económica sino también un cuidado responsable de todos los recursos naturales y del
medio ambiente.