Modelos Atomicos
Modelos Atomicos
Modelos Atomicos
En el agua, el oxígeno completa su último nivel de energía con 8 electrones y el hidrógeno con 2.
Pensemos en una molécula de CO2 cuyos átomos presentan valencias de 4 (carbono) y 2
(oxígeno), unidos por enlaces químicos dobles. (Es importante aclarar que la valencia son los
electrones que debe ceder o aceptar un elemento químico para lograr que su último nivel de energía
quede completo. No se debe confundir la valencia química con los electrones de valencia, pues
estos últimos son los electrones que se encuentran ubicados en el último nivel de energía).
Esta molécula es estable si cada átomo presenta 8 electrones en total en su último nivel de
energía, alcanzando el octeto estable, lo que se cumple con el compartimiento de 2 electrones entre
el carbono y los átomos de oxígeno:
El carbono comparte dos electrones con cada oxígeno, aumentando desde 6 hasta 8 los
electrones en el último nivel de energía de cada oxígeno.
Al mismo tiempo, cada oxígeno comparte dos electrones con el carbono, aumentando desde 4
hasta 8 los electrones en el último nivel de energía del carbono.
Otra forma de verlo sería que el total de los electrones cedidos y tomados debe ser siempre
ocho.
Ese es el caso de otras moléculas estables, como el cloruro de sodio (NaCl). El sodio aporta su
único electrón (valencia 1) al cloro (valencia 7) para completar el octeto. Así, tendríamos Na 1+Cl1- (o
sea, el sodio cedió un electrón, y ganó una carga positiva, y el cloro aceptó un electrón y con él una
carga negativa
La “Teoría Atómica del Universo” fue creada por el filósofo griego Demócrito junto a su mentor,
Leucipo. En aquella época los conocimientos no se alcanzaban mediante la experimentación, sino
mediante el razonamiento lógico, basándose en la formulación y el debate de ideas.
Demócrito propuso que el mundo estaba formado por partículas muy pequeñas e indivisibles,
de existencia eterna, homogéneas e incompresibles, cuyas únicas diferencias eran de forma y
tamaño, nunca de funcionamiento interno.
Según Demócrito, las propiedades de la materia estaban determinadas por el modo en que los
átomos se agrupaban
Dalton proponía que los átomos de un mismo elemento químico eran iguales entre sí y tenían la
misma masa e iguales propiedades. Por otro lado, propuso el concepto de peso atómico relativo (el
peso de cada elemento respecto al peso del hidrógeno), comparando las masas de cada elemento
con la masa del hidrógeno. También propuso que los átomos pueden combinarse entre sí para
formar compuestos químicos.
La teoría de Dalton tuvo algunos errores. Afirmaba que los compuestos químicos se formaban
usando la menor cantidad de átomos posible de sus elementos. Por ejemplo, la molécula de agua,
según Dalton, sería HO y no H2O, que es la fórmula correcta. Por otro lado, decía que los elementos
en estado gaseoso siempre eran monoatómicos (compuestos por un solo átomo), lo que sabemos
no es real.
Estos estudios fueron la base de lo que se conoce hoy como el diagrama de Lewis, herramienta muy
útil para explicar el enlace covalente.
Modelo atómico de Thomson (1904 d.C.)
Thomson asumía que los átomos eran esféricos con electrones incrustados en ellos.
Propuesto por J. J. Thomson, descubridor del electrón en 1897, este modelo es previo al
descubrimiento de los protones y neutrones, por lo que asumía que los átomos estaban
compuestos por una esfera de carga positiva y los electrones de carga negativa estaban
incrustados en ella, como las pasas en el pudín. Dicha metáfora le otorgó al modelo el epíteto de
“Modelo del Pudín de Pasas”.
Este modelo hacía una predicción incorrecta de la carga positiva en el átomo, pues afirmaba que
esta estaba distribuida por todo el átomo. Más tarde esto fue corregido en el modelo de Rutherford
donde se definió el núcleo atómico.
Al saltar de una órbita a otra, los electrones emiten un fotón diferenciando la energía entre órbitas.
Este modelo da inicio en el mundo de la física a los postulados cuánticos, por lo que se considera
una transición entre la mecánica clásica y la cuántica. El físico danés Niels Bohr propuso este
modelo para explicar cómo podían los electrones tener órbitas estables (o niveles energéticos
estables) rodeando el núcleo. Además, explica por qué los átomos tienen espectros de emisión
característicos.
En los espectros realizados para muchos átomos se observaba que los electrones de un mismo nivel
energético tenían energías diferentes. Esto demostró que había errores en el modelo y que debían
existir subniveles de energía en cada nivel energético.
Los electrones trazan órbitas circulares en torno al núcleo sin irradiar energía.
Las órbitas permitidas a los electrones son aquellas con cierto valor de momento angular (L)
(cantidad de rotación de un objeto) que sea un múltiplo entero del valor , siendo h=6.6260664×10 -
34
y n=1, 2, 3….
Los electrones emiten o absorben energía al saltar de una órbita a otra y al hacerlo emiten un
fotón que representa la diferencia de energía entre ambas órbitas.
Esta teoría fue enunciada en 1917 por el físico químico estadounidense Gilbert N. Lewis (1875-1946)
y explica que los átomos de los distintos elementos suelen mantener siempre una configuración
electrónica estable mediante la ubicación de ocho electrones en sus últimos niveles de energía.
La regla del octeto establece que los iones de los distintos elementos químicos que se
encuentran en la Tabla Periódica suelen completar sus últimos niveles de energía con 8
electrones. Debido a esto, las moléculas pueden adquirir una estabilidad semejante a la de
los gases nobles (ubicados al extremo derecho de la tabla periódica), cuya estructura electrónica
(con su último nivel de energía completo) los hace muy estables, o sea, poco reactivos.
Así, los elementos de alta electronegatividad (como los halógenos y anfígenos, es decir, elementos
del grupo 16 de la Tabla) tienden a “ganar” electrones hasta alcanzar el octeto, mientras que los de
baja electronegatividad (como los alcalinos o alcalinotérreos) tienden a “perder” electrones para
alcanzar el octeto.
Esta regla explica una de las maneras en que los átomos forman sus enlaces, y de la naturaleza
de estos dependerá el comportamiento y las propiedades químicas de las moléculas resultantes. De
este modo, la regla del octeto es un principio práctico que sirve para predecir el comportamiento de
muchas sustancias, si bien presenta también distintas excepciones.