Delfina Muschietti - La Producción de Sentido en El Lenguaje Poético
Delfina Muschietti - La Producción de Sentido en El Lenguaje Poético
Delfina Muschietti - La Producción de Sentido en El Lenguaje Poético
HOMENAJE
A
,
ANGEL ROSENBLAT
Comité de redacción
HOMENAJE
A
,
ANGEL ROSBNBLAT
AUTORIDADES
l. LINGüfsTICA y LITERATURA
El lenguaje natural y el lenguaje literario actúan en dife-
rentes esferas de la actividad humana, en diferentes contextos
y con diferentes modos de funcionamiento semiótico. Se trata
de sistemas modelizadores primarios y secundarios (según
Lotman, 1970), o de géneros discursivos primarios y secun-
darios, simples y complejos (según Bajtín, 1952-53). En estas
especificaciones terminológicas queda claro que los elementos
que componen el primer grado (los sistemas primarios) son
tomados por el segundo (los sistemas secundarios) en una
nueva instancia que los transforma y re-inserta en un funcio-
CUADIIO 2
ltealidad MA Experiencia "-. _ S)
1) emisor/ entrada en las
A + -- autor ..-- 2) 1 ,/
convenciones
- -. contexto de 1T
émisión -Experiencia
lt
[~~ ,TEXTUAL]
La producción de sentido en el discurso poético 29
BIBLIOGRAFíA
O. INTRODUCCIÓN
1. DISCURSO
Definimos discurso como una unidad comunicativa cons-
tituida a partir tJel axioma E + r donde E se lee enunciación
y r relato.
,
1 Tenemos excepciones como Pecheux '(1972, 1983) Y Lavandera
,(1985 a y b).
El desplazamiento de un signo ideológico
2. INTERDISCURSIVIDAD
Todo discurso presupone, por lo menos, un discurso ante-
rior. Ese discurso anterior es su referencia, entendiéndola como
condición de su posibilidad. Sin ella no hay discurso actual
posible.
Esa referencia, entonces, está determinada en el discurso
actual y en el presupuesto, como una relación que será prag-
mática, puesto que la referencialidad no depende de una rela-
ción uno a uno sino de la determinación de:
2. 1. la relación discursiva
2. 2. el contexto que esa relación crea a partir de los discursos
precedentes y siguientes que dan significación al dis-
curso actual.
Llamaremos a esta relación pragmática interdiscursividad
y será a través de ella que se podrán relacionar las unidades
que la constituyen formando la cadena significante indispen-
sable para posibilitar el otorgamiento de sentido. Dicho otor-
gamiento se dará a partir de las formas que tal relación ad-
quiera, formas determinadas por los ítem s de las unidades
que se relacionan.
Precisaremos los alcances de esta relación.
2. 1. LA RELACIÓN DISCURSIVA
Se puede caracterizar a partir de la manera en que se
36 A. G. RAITER - S. M. MIlNÉNDEZ FIL. XXI, 2
Alfonsin necesita
Esta generación de argentinos supo salir
PARA SEGUIR
AVANZANDO
Alfonsin supo salir
Esta generación de argentinos 3 necesita
El esquema anterior se leerá:
3. FORMACIÓN DISCURSIVA
Se ha establecido la noción de interdiscursividad y las con-
diciones para poder determinar cuándo los discursos entran
en este tipo de relación.
Ahora se intenta determinar la noción lingüistica de ffYr-
mación discursiva (Foucault, 1969) que ocupa el tercer lugar
en el desarrollo del presente artículo ya que abarca a las ante-
riores, completándolas. Desde la perspectiva establecida, no
es posible el análisis del discurso (más allá de sus especifica-
ciones) sin tener en cuenta esta paulatina delimitación de las
unidades que lo componen. Tal delimitación no es sino el arti-
ficio teórico de una necesidad práctica: a partir del análisis
nos hemos dado cuenta de los limites de una unidad determi-
nada (discurso) por ser incompleta y esto nos ha obligado a
avanzar hasta la noción que permita (en función de paráme-
tros que estableceremos) un análisis posible (la noción de
formación discursiva).
DENUNCIO
enemigos
de la democracia lealtad a las
.
FFAA c::::::: reconciliaci6n
Juicio a Juntas
no consentimiento ~ trabaja9o.res
QUIERO OONVOCA&LOs del pueblo empresarIos
estudiantes
Perú
apoyo de paises ~ Bolivia
latinoamericanos Brasil
. Chile
5. CONCLUSIONES
Hemos definido la especificidad del discurso político y de-
mostrado la posibilidad de su estudio sistemático.
El análisis lingüístico del discurso político debe hacerse
sobre una serie discursiva, la que, a partir de las relaciones in-
terdiscursivas, nos permite descubrir sus operaciones, su fun-
cionamiento social, la interacción de un discurso con otros y
su contexto, y cuáles son las posibilidades de una serie discur-
siva para producir un cambio de conductas, de creencias y
actitudes buscadas.
Por otra parte, creemos que los resultados de análisis como
el presentado pueden ser de utilidad en otros campos de inves-
tigación de las ciencias sociales.
Quedan aún muchas (tal vez demasiadas) preguntas por
responder. También muchos problemas por plantear. Lo pre-
sentado no es, ni pretende ser más que un primer paso.
ALEJANDRO G. RAITER
y SALVIO MARTÍN MENÉNDEZ
Instituto de Lingüistica
Universidad de Buenos Aires,
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas
El desplazamiento de un signo ideol6gico 11
BIBLIOGRAFíA
1. JUSTIFICACIÓN
2. 1. PRINCIPIOS GENERALES
Trávnícek observó en 1962 que la esencia del tema deriva
de un principio que es universal e invariable. Concluyó que
el concepto básico trasciende toda consideración sobre la na-
turaleza del referente, vale decir, si la información es conocida
o dada, o si el referente se deduce del discurso anterior o del
contexto situacional. Consideraba que el significado del tema
refleja la relaCión entre lo que predomina en la mente del
hablante y la expresión de esta relación como punto de partida
del mensaje:
Todo pensamiento tiene su objeto (O), un segmento de la
realidad, percibido por los sentidos o dado por mediatización,
58 MURIEL VASOONCELLOS FIL. XXI, 2
2. 2. CLASES DE TEMA
Halliday (1967 y trabajos posteriores) ha tomado una
posición similar a la de Trávnícek, enfatizando que la función
del terna deriva de su posición inicial. "Básicamente" -dice-
"el tema es lo que aparece primero en la cláusula" (1967 :212),
es "el gancho en que se cuelga el mensaje" (1970 :164).
Al igual que Trávnícek, HaIliday traza una separación
clara entre el tema y la información dada. Las dos nociones
corresponden a sistemas que son independientemente varia-
bles dentro del componente textual de su gramática: parte de
un modelo general que abarca todos los sistemas principales
del lenguaje. En este estudio hemos seguido tanto el enfoque
sistémico corno el marco general de Halliday.
Además de los ternas nominales, Halliday propone que hay
ternas que se desempeñan corno verbos, frases adverbiales, con-
junciones y marcadores del sistema interpersonal de su gra-
mática, siempre que aparezcan en posición inicial.
Trávnícek, por su parte, señala que los ternas pueden ser
conceptuales, emotivos y gramaticales. Observó que el terna
emotivo puede concurrir con el terna conceptual, en cuyo caso
el conceptual queda relegado a una posición secundaria: sigue
siendo tema, pero cumple una función temática diferente.
Halliday, a su vez, distingue entre terna cognoscitivo y no
cognoscitivo. La primera categoría incluye los ternas que son
frases nominales, verbos y adverbios, estos últimos cuando se
refieren al contenido referencial del discurso. La segunda co-
rresponde a todos los ternas cuya función es organizar el
discurso.
Con referencia al inglés, Halliday (1967 :222) ha desarro-
llado subgrupos más detallados dentro de las categorías ante-
riores. También hace algunas propuestas sobre su orden de
aparici6n.
60 MUlUEL V ASOONCELLOS FIL. XXI, 2
3. EL TEMA EN PORTUGUÉS
Halliday .no extendió sus clases de orden a otras lenguas.
Así, resultó de interés aplicar su descripción al portugués,
lengua que tiene una frecuencia relativamente alta de cons-
trucciones con el verbo en posición inicial. El estudio de verbos
en función de tema prometió ser una importante prueba de la
teoría postulada por Trávnícek y Halliday. Parte de los resul-
tados de este estudio, basado en 54.000 palabras de texto es-
crito y 19.000 palabras de lenguaje hablado, se expondrán en
el presente artículo.
TABLA 1
Glosa en español
Apenas, acontece / que ... sólo, sucede / que ...
Como acontecía / nos tem- como sucedía / en los tiem-
pos ... pos ...
Acresce / ainda que ... agrega / además ...
Adiantará / [+ inf.] convendrá / [+ inf.]
Nao adianta / [+ inf.] no conviene / [+ inf.]
Nao basta / [+ inf.] no basta / [+ inf.]
Cabe / [+ inf.] (5 x) cabe / [+ inf.]
Coube, / porém, aos ... cupo, / sin embargo, a los ...
Dá / gosto [+ inf.] da / gusto [+ inf.]
Faz / uns anos .. . hace / unos años .. .
Lembra-me / que .. . me recuerda / que .. .
Parece / que... (6 x) parece / que ...
Nao surpreende I que .. . no sorprende / que ...
Tem /gente porfalando .. . *tiene / gente diciendo ...
Tem / diabo nenhum. *[no] tie'M / diablo ninguno
Nao tinha / nada de [+ inf.] no tenía / nada de [+ -inf.]
Tinha / de ser. tenía / que ser.
Tomara / que .. . quiera / [Dios] que ... .
Vai ver / andou .. . verá / [que] anduvo .. .
4. TEMAS DESARROLLADOS
4. 1. LA ACUMULACIÓN DE TEMAS
Tanto Halliday como Trávnícek reconocen que los temas
pueden abarcar más de un elemento, y que ciertos tipos de
temas pueden co-ocurrir. Es interesante estudiar el orden en
que los temas suelen "acumularse" (stack). Cuando aplicamos
las clases de orden temático de Halliday a un corpus real del
portugués, las diferencias contrastantes y las posibles combina-
ciones produjeron una compleja distribución multidimensionaL
A pesar de la variabilidad, sin embargo, resulta claro que
ciertas configuraciones son típicas. Es posible postular un
orden no marcado. El tema mayor es el elemento más a la
derecha, exactamente antes del rema. En el modo declarativo,
siguen las frases adverbiales de todo tipo y, finalmente, las
conjunciones. Las conjunciones temáticas están casi siempre
en el extremo izquierdo. Una vez que se identifica el tema
mayor, el resto a la izquierda respeta siempre la misma
fórmula:
(conjunción n ) > (frase adverbial n,e ) > tema mayor e / r~~;"
74 MURIEL VASCONCELLOS FIL. XXI, 2
5. CONCLUSIONES
En este trabajo hicimos hincapié en las funciones del
tema, considerándolo independientemente de la información;
Temas no nominales en el portugués brasileño 79
REFERENCIAS
cada una; por esto las verdades que formulan estas disciplinas
se repiten (en cuanto sus objetos se superponen) y al mismo
tiempo son incompletas (porque quedan sin considerar partes
de los objetos). Para evitar la confusión, Rostos nos dice que
hay que "definir" a la filología y a la lingüística, pero "definir
significa aquí determinar el objeto de cada disciplina: "la
lingüística es el estudio de ... ". El problema, pues, es cómo
deslindar el objeto de la lingüística. Esta labor analítica sólo
puede hacerse, como nos dice Rostos majestuosamente, "cuando
[los conocimientos] se contemplan desde la suma generalidad
de una clasificación de las ciencias" (XI!, 207). Evidentemente,
si todas las ciencias tienen conexiones entre sí, no se puede
establecer un objeto de estudio sin tener en cuenta el orden
y jerarquía con que están organizadas, que no hace más que
reproducir el orden y jerarquía de los elementos del cosmos.
No pueden estudiarse juntos hechos que corresponden a dis-
tintos órdenes de fenómenos de la realidad. N o sólo se produce
la confusión, sino se trata a muchos de ellos con métodos inade-
cuados. Es el empirismo ciego, que ignora las conexiones entre
las ciencias, el responsable de confusiones como la que se da
entre filología y lingüística, y las páginas de Hostos no tienen
más propósito que "clasificar" a la lingüística, es decir, mos-
trar a qué clase de ciencias pertenece.
La oposición entre filología y lingüística es un importante
capítulo de la lingüística moderna (cfr. Rocher 1957-58, Ar-
buckle 1970 y Storost 1984). El conflicto entre las dos discipli-
nas surgió al nacer la gramática comparativa; ésta introduce
en el estudio del lenguaje una de las ideas clave del romanti-
cismo, la de "organismo" (Cassirer 1923, 96-98; Pagliaro
1930, 51-52, Y Rensch 1967) y con ella aparece una nueva
concepción de la lengua que se enfrenta con la tradicional que
practicaba la filología clásica. Simplificando en grado sumo,
podría decirse que el comparatismo lingüístico, por medio de la
idea de "organismo", concibe a la lengua como algo que existe
por sí mismo (la "autonomía" de la lingüística), que debe
estudiarse en cuanto a su propia "organización" (es decir,
como sistema o estructura) según las leyes que gobiernan su
funcionamiento (los hechos lingüísticos obedecen a un plan
no sospechado por la filología, que sólo había visto en ellos
"normas" y "excepciones"). La filología se ocupaba del len-
guaje en cuanto medio empleado por grandes artistas para
86 GUILLERMO L. GUITARTE FIL. XXI, 2
2. "GRAMÁTICA GENERAL"
Se trata de un extenso trabajo de setenta y una páginas
(XII, 157-228). Su fecha es de 1890 (cfr. Eugenio M. Bostos
1904, 381, Pedreira 1932, 255, Y América y Bostos 1939; 354)
Y originariamente fue un curso dictado a sus discípulos, según
indican las bibliografías hostosianas. También trata de gra-
mática general el apéndice "Sobre la palabra" de su Tratado
de lógica (XIX, 145-154), curso dictado en Salito Domingo en
Loa trabajos lingúfsticos de Hostos 8~
2. "GRAMÁTICA GENERAL"
Se trata de un extenso trabajo de setenta y una páginas
(XII, 157-228). Su fecha es de 1890 (cfr. Eugenio M. Bostos
1904, 381, Pedreira 1932, 255, y América y Bostos 1939; 354)
y originariamente fue un curso dictado a sus discípulos, según
indican las bibliografías hostosianas. También trata de gra-
mática general el apéndice "Sobre la palabra" de su Tratado
de lógica (XIX, 145-154), curso dictado en Santo Domingo en
Los trabajes lingiiistic:os de Hostos 8t
CAPMANY HOSTOS
CAPMANY HOSTOS
22. Hasta fines del siglo XVI Cuyo, tuyo, suyo, mío se
huvo poco uso de los pronombres usaban muy poco, y naturalmen-
relativos, cuyo, suyo, tuyo, nues- te se empleaban las preposicio-
tro, vuestro, quien etc. que des- nes, diciendo de quien, de ti, de
pués han desterrado las repeti- mí,etc. (p; 303).
ciones inelegantes de él, del qual,
de ti, de nos, de vos, el qual, el
que etc., que quitaban la fluidez
a la frase.
BIBLIOGRAFíA
2 LoPE DE VEGA [?], Fray Diablo y el diablo predicador, In, Acad. N.,
11, p. 219b. Calderón, La dama duende, 11, B. A. E., VII, p. 180b.
a RODRIGO FERNÁNDEZ DE RIBERA, El Mesón del Mundo (1631), Ma-
drid, Legasa, 1979, p. 84.
4 LoPE DE VEGA [?], El casamiento por Cristo, 11-111, A cad. N.,
11, p. llb Y 25b. -
5 La dama duende, 11, B. A. E., VII, p. 180b. Compárese GoNZAW
CoRREAS, Vocabulario de refranes, ed. Louis Combet, Bordeaux, 1967,
p. 55a: "Ángel patudo, que quiso volar y no pudo".
11 Patillas aparece en Lope de Vega [?], El saber por no saber,
11, B. A. E., 186, p. 364a, y con mayor frecuencia en ANTONIO ENRÍQUEZ
GÓMm, El siglo pitagórico (1644), ed. Charles Amiel, Paris, 1977, p. 47,
196 Y 202.
7 LoPE DE VEGA, El dómine Lucas, 111, Acad. N., XII, p. 87a.
8 LoPE DE VEGA, El lacayo fingido, 11, Acad. N., VII, p. 88b.
"El de las patas de avestruz", escribe LOPE .DE RUEDA en la Comedio.
Eufemia ("Clásicos Castellanos", núm. 5'9, p. 46).
9 JUAN DE TI MONEDA, Comedia Cornelia (1669), Obras. JI, "Biblió-
filos Españoles", XXI, p. 357. LoPE DE VEGA, El favor agradecido, 11,
A cad. N., V, p. 498b; Juan de Dios y Antón Ma-rtín, 11, B. A. E., 186,
p. 310b. "Este ángel de los pies aguileños", escribe VICENTE ESPINEL
en la Vida del escudero Marcos de Obregón ("Clásicos Castalia", núm.
45', p. 109).
10 FERNÁNDEZ DE AVELLANEDA, Don Quijote, "Clásicos Castellanos",
núm. 176, p. 166. LoPE DE VEGA, El ceballero de Olmedo, 111, B. A. E.,
XXXIV, p. 379c; Les famoses asturianas, 11, B. A. E;, XLI, p. 476b;
La. Dorotea, Castalia, 1967, p. 169. Lop¡: DE VIIGA [?], La devoción d.'
Representación tradicional del demonio en el Siglo de Oro 127
rosa.rio, 111, Acad. N., 11, p. 115a. TIRSO DE MOLINA, Doña Beatriz de
Silva, 111 (ObrlUl dramáticas completas. 11, Aguilar, 1952, p. 905b) T
Lo, ventura con el nombre, 111 (Obras, 111, Aguilar, 1958, p. 988a)_
DAMIÁN SALUSTIO DEL POYO, La pr6spera fortuna de Ruy López de Á va-
los, 1, B. A. E., XLIII, p. 443c. JOSEF DE VALDIVIELSO, Auto sacramental
del Hijo '[n'ódigo, B. A. E., LVIII, p. 226b.
11 Correas, Vocabulario de refranes, p. 94a.
12 Sobre este punto véanse RODRÍGUEZ MARÍN en el prólogo a su
edición de El Diablo CO;1Ulo ("Clásicos Castellanos", núm. 38, p. XXVIII-
XXXI) y JULIO CABO BARIOJA, Vidas mágicas e Inquisición, Madrid,
Taurus, 1967, 11, p. 64-66.
13 Rodríguez Marín, op. cit., p. XXXI.
14 El más imJWopio verdugo por la más justa venganza., 1, B. A. E .•
LlV, p. 172a.
111 Sobre el Diablo Cojuelo en el teatro de Fernán González de
Eslava, véase FamA WBBBR DE KUBLAT, Lo c6mico en el teatro de Fernán
GoIuáIa de Eslava, Universidad de Buenos Aires, 1963, p. 209-216.
18 B. A. E., LVIII, p. 32.
128 MAXlME CaEVALIER FIL. XXI, 2
3:1 LoPE DE VEGA, 1.a octava maravilla, 1, Aoad. N., VIII, p. 257b.
38 LoPE DE V!ÍGA, El ga1l80 de oro, 1, A cad. N., 1, p. 162a.
37 Filosofía vulgar, "Selecciones Bibliófilas", Barcelona, 1958-1959,
IV, p. 28.
31! Tesoro de la lsngua castellana, p. 468a.
39 FRANCISCO DE ESPINOSA, Refranero (1627-1647), Bo!etb, de la
Real Academia Espaiiola. Anejo XVIII, p. 201. Correas, Vocabulario de
relTOftll8, p. 494&.
132 MAXlME CHEVALIER FIL. XXI, 2
sama y ladillas,
su mujer se las quita
con tenacillas. 40
Representación elocuente sobre todo porque, según la t:ra.-
dición de los refranes y cuentos, el casado no puede ser peligroso.
Lo proclama el conocido ejemplo del garzón que quería casar
con tres mujeres, del Libro de Buen Amor, 41 relato que no se
había olvidado en la España de los Austrias, pues que es va-
riante de él la fábula moral debida a un amigo de Mal Lara
que el sevillano inserta en su Filosofía vulgar bajo el lema
del refrán "Casarás y amansarás", 42 Y puesto que evidente
huella de él guardan dos refranes recogidos por el maestro
Correas: "Casado te veas, molino" 43 y "Molinillo, casado te
veas, que ansí rabeas".44
Más sabríamos sobre la vida privada del diablo si pose-
yéramos las "coplas de cuentos / del diablo" a las que se refiere
un dramaturgo -¿Lope de Vega?-.45 Pero de estas coplas
no he hallado rastro, y de los cuentos del diablo, relativamente
numerosos y bien documentados en la tradición moderna, ape-
nas si percibimos huella en los textos de los siglos XVI y XVII.
Nos dice Lope ~tra vez Lope- que una vieja engañó a los
demonios, pero sin entrar, desgraciadamente, en más deta-
lles. 46 Pueden referirse estas .palabras lo mismo al cuento de
la mujer que le encargó al diablo una tarea imposible -la
de enderezar un pelo rizado por ejemplo (cuento tipo 1175)-
o al cuento de la mujer que le enseñó al diablo un animal desco-
nocido (cuento tipo 1091), igualmente documentados en la
tradición española contemporánea. 47 Pero, teniendo en cuenta
un fragmento de la Filosofía vulgar según el cual resulta fácil
1. INTRODUCCIÓN
Libro 1 Tratado 1
Disc. 111. De la nobleza y es- Elogios proemiales de la histo-
timación de la Historia ria. Dignidad y provechos
de ella
Disc. 1. De la importancia de De la grande utilidad de la
la Historia historia
Disc. 11. De la antigüedad y Origen precioso y venerable
origen de la Historia antigüedad de la historia
Tratado JI
Disc. IV. De las partes y de- Partes definibles de la historia
finición de la Historia
Etimología
Disc. VII. De la división de División
la Historia
Disc. VIII. De la subdivisión Subdivisión
de la Historia
Objeto
Disc. IX. Del fin de la His- Fin
toria
Disc. X. Anima de la Histo- Anima
ria es la verdad
Disc. XI. Materia de la His- Materia
toria
Disc. XII. División de la ma- División de la materia
teria
Disc. XIII. De la materia va-
ria
Disc. XIV. Si la materia es
antigua, lo que se ha de con-
siderar y buscar para ella
Disc. XIX. Si la materia es
nueva, lo que debe hacer el
historiador
a ........... ~.... • . . ..
Histórica, Relaciones y TlatólIotI 166
Estos juicios los emite Pané a finales del siglo xv. A finales
del XVI todavía no han cambiado demasiado.28 Torquemada, a
principios del siglo XVII dedica un capítulo de su Monarquía
Indiana (1615) a demostrar que "por la falta de historias
que estas gentes tenía" es imposible llegar a conocer su origen
ni tampoco evaluar lo que ellos mismos cuentan. Citemos:
Una de las cosas que mayor confusión causan en una re-
pública y que más desatinados trae a los hombres que quieren
tratar sus causas es la poca puntualidad que hay en considerar
SUB historias; porque si historia. es una narración de cosas
acascida8 y '/lerdaderas y los que las '/lieran 'Y supieran no las
deja.ran en la. memoria., será fuerza al que después de acaecidas
quiere escribirlas, que vaya a ciegas en el tratarlas, o que en
cotejar las varias que se dicen gaste la vida y quede al fin de
IV. CONCLUSIÓN
EL GÜEGÜENCE
El Güegüence es una pieza anónima, recogida en 1874 por
Carlos Hermann Berendt en Masaya, Nicaragua, con el título
de Baile del Güegüence o Macho rat6n. Comedia de l08 indios
mangues. Está compuesta en una mezcla de español y nahua.
En 1883 el antropólogo Daniel G. Brinton la publicó junto
con una traducción al inglés, en el tercer tomo de su Brinton's
Library of aboriginal American Literature, con el título The
Güegüence, a comedy-ballet, in the nahuatl-spanish dialect of
Nicaragua. En 1942 se editó en Nicaragua la paráfrasis espa-
ñola hecha por Emilio Álvarez Lejarza, quien traduce "comedia-
bail ete" .13
Los indios mangues, entre los que se representaba el
Baile del Güegüence, sobrevivieron hasta fines del siglo XIX,
desde el lago Xolotlán, de Managua, hasta la península de
Nicoya en Costa Rica. Su lengua 14 pertenecía a la familia oto-
mangue, rama chiapaneca-mangue. El chiapaneca se habló
hasta época reciente en Chiapas, México, y el mangue se extin-
guió a fines del siglo XIX. Se extendía en la costa del Pacífico
de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, con algu-
nas ramificaciones en el interior.
Las principales islas del Lago de Nicaragua y la franja
de tierra comprendida entre el Lago y el Océano Pacífico,
fueron colonizadas en época prehispánica por los aztecas o
nahuasdesnl1lzando _al _Du~blo allí asentado. l.os mamrugs. a
zonas próximas hacia el norte y el sur. 15 En los primeros tiem-
pos de la colonización española se generó una lingua franca 16
española-nahua, que se extendió por toda Centroamérica y que
permitiría a pueblos de diferentes lenguas entenderse con los
españoles y entre si en asuntos de interés común de índole
17 Brinton, L, p. XVI.
I~ "[ ••• ]Otro baile habia de viejos que con máscaras de viejos corco-
bados se bailaba que no es poco gracioso y donoso y de mucha risa a su
modo habia un baile y canto de truhanes en el cual introducian un bobo
que fingia entender al revés lo que su amo le mandaba trastrocándole
1.. palabras l ... ]". Fa. DIIilOO Dua.(N, Historia de las [ndiaa de Nueva
Eepaiia " ülas de tietTa firme, México, 1880, T. 11, p. 231. (Primera
edici6n, 1679).
184 OFllLIA KOVACCI FIL. XXI, 2
AUTORfA
FECHA DE EL GtJEGtJENCE
LA SÁTIRA
EL GÉNERO DE EL GüEGüENCE
del teatro de Juan del Encina, Gil Vicente y Lope de Rueda (apud F.
Cerutti, 0fI. cit., pp. 12 Y 19).
8T En su 'Tradici6ft " crea.ci6n ~n l08 orígenes del teGtro castelLGno,
Madrid, Ediciones Alcalá, 1968. pp. 225 Y 227.
• Cfr. Brinton, L., p. XLIV.
LA ESTRUCTURA DEL DISCURSO EN LOS
COMENTARIOS REALES DE LOS INCAS
CUADRO 1
CUADRO n
Sintaxi. de los períodos
Mue3tra8 I n nI IV Total %
Oraciones regentes 15 18 22 18 73 20,6
CUADlW III
Escrit.
San mexi- Habla
Inca Quevedo Pedro Ordaz canos culta
Oraciones por cláusula 4,85 4,9 4,8 4,8 3,2 3,4
Palabras por oración 5,65 5,2 5,6 5,8 7 8
Palabras por cláusula 27,4 25,8 27 27 21,8 25,7
Oraciones regentes (%) 20,62 20,5 20,8 21 27,7 29,1
Períodos copul. o yuxtap. 8,19 6 6,7 7,4 15,5 15,1
Total relac. paratácticas 10,17 14 11,2 12,8 22,6 22,6
Total relac. hipotácticas 69,21 65,3 68 66,1 49,6 48,2
SISTEMA DE TRANCRIPCIÓN
[ ] Supresión.
<> Agregado.
CAPíTULO XI
En el camino de luz proyectado por la puerta hacia la
noche, los hombres se apiñaban como queresas en un tajo.
TOllo 1: INTRODUCCIÓN
bando vencido, baste recordar que la Ilío,da, termina con los magnifi-
cos funerales del derrotado Héctor, al que en muchas ocasiones le
corresponde el epíteto de divino. Además, las críticas a los españoles
aparecen en casi todos los textos de la conquista, comenzando por
los de Colón, y en algunos casos con muchísima más virulencia con
distintas funciones estratégicas según los contextos. Tampoco en-
cuentro suficientemente respaldado con pasajes del poema el cues-
tionamiento de la ideología imperialista de la conquista, más aún,
aunque aparezca la alabanza al indígena; Ercilla no solo nunca
condenó el hecho de que se los sojuzgara 2 sino que se vio enriquecido
por los pingües negocios realizados en América. Creer que un hombre
educado en la corte, fiel ejemplo de las ideas reinantes, haya podido
expresar la emergencia de una conciencia latinoamericana (concien-
cia, por otra parte, por la que seguimos aún hoy debatiendo los
latinoamericanos), es simplemente atribuir una visión contemporá-
nea a un individuo del siglo XVI. N o puede negarse, sin embargo,
que existe una nueva imagen del hombre americano en La Araucana:
por un lado aparece dotado de su plena humanidad, solo así se com-
prende como lo señala la autora, que Ercilla traslade a los araucanos
las virtudes de los héroes europeos, y por otro, quizás el hallazgo
más importante del poema, lo literaturiza, lo concibe como un per-
sonaje capaz de llevar adelante el papel protagónico de una obra
literaria. Finalmente, debo advertir que se trata de una edición
con abundantes erratas tipográficas y la mayoría de las notas al
pie de página no concuerdan con su indicación en ésta, pero no me
explayaré al respecto porque existen 110ticias de una nueva edición
al cuidado de la autora.
SILVIA TIEFFEMBERG
que al hacer esta elección, González es uno de los pocos críticos que
al hacer esta elección, González es uno de los pocos críticos que
rescatan ese motivo, tan recurrente en el Zifar, y que merecería
mayor atención por parte de la crítica. Lamentablemente, González
no profundiza en ello ni deriva de su afirmación otras relaciones
que tal vez ayudarían a iluminar un sentido más general de la ohra.
Por ejemplo: una de las afirmaciones más categóricas de este estu-
dio es la de que el mensaje del Zifar es el mensaje del éxito: "Cual-
quiera puede ascender, cualquiera puede descender. Todo depende de
~u mérito" (pp. 89-90). A partir de su revalorización de la magnifi-
centia, Cristina González podría haber llegado a ver hasta qué
punto ese "cualquiera" está en el texto del Zifatr circunscripto por
atributos precisos: "buen seso natural", "mesura" y, sobre todo, la
humildad de anteponer a cada obra que se emprende el nombre de
Dios, para poder continuarla y terminarla con su ayuda.
Al igual que el Prólogo, la obra estaría dividida, para Gonzá-
lez, en dos partes: las aventuras de Zifar Y- las aventuras de Roboán.
En las líneas finales del capítulo IV de su libro, la autora afirma
que la incitación al lector a emprender aventuras semejantes a las
que se narran en el Zifar, es lo que convierte al Zifar "en una
novela".
En el capítulo V, que da título al libro, González estudia: las
particularidades de los dos relatos fantásticos: el del Caballero
Atrevido y el de las ínsulas Dotadas, y traza paralelos entre ambos.
La autora disiente con Walker, que - considera las aventuras de
Grima como pertenecientes a la misma categoría genérica que estos
relatos. González insiste, en cambio, en el carácter milagroso - y
no fantásticcr-- de las a'venturªs de Grima: Dios es el agente que
hace posible esos milagros, a diferencia de los episodios fantásticos,
cuyos agentes -según González- son "hadas". La autora considera
"hadas" tanto a la Dueña del Lago como a Nobleza. La posterior
afirmación de que tanto la Dueña del Lago como la hermosa mujer
que hace perder al Emperador el reino de las ínsulas, se muestran
después como "diablos", no hace recapacitar, sin embargo, a Gon-
zález sobre su observación primera. Algunos otros descuidos de
lectura: al estudiar el episodio de las ínsulas Dotadas, Gonzftlez
se refiere al héroe como "infante Roboán" sin registrar en ningún
momento el nombre de "Emperador", un cambio de nombre para-
lelo al cambio de la condición del héroe y al del género del relato.
La autora sitúa en ese mismo episodio, calificándolo de bigamia,
la unión de Roboán y Seringa, cuando en el texto el casamiento
de Roboán con Seringa pertenece a otro sector del relato y, según
su propia teoría, a otro género narrativo.
Cristina González, "El CtJ1!a.llero Zi!a.r" ti el reiftO 1e;"/"9 247
Pág.
RESElQ'AS
SIGLAS 249
L'IMMAGINE RIFLESSA
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