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Comprensión Lingüística de Oraciones

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56 EL ABECÉ DE LA PSICOLINGÜÍSTICA

No obstante, con independencia del mayor o menor ajuste del


modelo a los distintos factores que intervienen en la compren­
sión de palabras, lo cierto es que la polémica entre el procesa­
miento autónomo o interactivo del lenguaje es una discusión que
en su planteamiento más radical (o lo uno o lo otro) resulta inapro­
piada. Bien pudiera ser que el sistema de procesamiento léxico par­
ticipe de las ventajas de uno y otro modelo. Esta vía alternativa para
la explicación de la comprensión léxica ha sido propuesta por las
investigaciones de William Marslen-Wilson y colaboradores.
Estos autores han propuesto un modelo mixto de compren­
sión de palabras que se conoce como «modelo de cohorte». En este
modelo se postula la existencia de dos etapas ordenadas secuen-
cialmente. La primera etapa tiene como objetivo activar simultá­
neamente un conjunto finito de candidatos léxicos (o «cohor­
tes») relacionados entre sí por las propiedades acústico-fonéticas
de las entradas sensoriales. Se trata de una etapa autónoma pues­
to que no recibe influencia de otros sistemas de procesamiento.
La siguiente etapa es interactiva, en el sentido de que en sus aná­
lisis influyen tanto las propiedades de las entradas perceptivas,
corno las características del contexto. La tarea de esta segunda
etapa consiste en ir desactivando aquellos precandidatos activa­
dos inicialmente durante la primera etapa y que no se ajustan a la
información sensorial y contextual de que dispone el sistema en
la segunda fase. Así, de una cohorte de posibles candidatos, se
pasa a la selección de la palabra óptima mediante la desactivación
del resto de las alternativas léxicas activadas inicialmente.
En resumen, con independencia de cuál sea el modelo teórico que
esté más próximo al funcionamiento real del procesador léxico, lo
cierto es que el fenómeno mental que conocemos como «compren­
sión léxica» es un evento extraordinariamente complejo que utiliza
diversas tareas cuya articulación puede ser descrita de distintos modos.

3.2.3. La comprensión de oraciones


Cuando nos enfrentamos a la tarea de comprender una ora­
ción no basta con entender cada una de las palabras que confor­
man un enunciado. Naturalmente, el acceso a la forma y el signi­
ficado de las palabras es un paso ineludible. Sin embargo, para
interpretar la'oración (2) necesitamos saber más cosas, por ejem­
plo, quién mordió a quién.
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 57
(2) El niño mordió al perro
Para conocer la función argumental de una palabra en una
oración debemos elaborar una representación mental del enun­
ciado. Dicha representación debe contener la información sintác­
tica que nos permita identificar las expresiones nominales que
desempeñan las relaciones semánticas exigidas por el predicado
(los argumentos). Para llevar a cabo esta tarea no podemos con­
fiar en que nuestro conocimiento del mundo nos guíe eficiente­
mente. Si una estrategia de este tipo guiara los procesos de com­
prensión lingüística seguramente nos diría que la oración (2) es
anómala, puesto que, normalmente, sucede que los niños son
mordidos por los perros y no al revés. Sin embargo, dado que la
comprensión de oraciones se realiza con relativa independencia
de nuestras expectativas conceptuales, sabemos que en la acción
descrita en (2) es «el niño» quien «muerde al perro». Del mismo
modo, cuando leemos la oración (3) sabemos, aunque nos resul­
te imposible de creer, que fue «la débil viejecita» la que golpeó
brutalmente «al enorme boxeador» y no al revés.
(3) El enorm e boxeador que golpeó brutalmente la débil
viejecita se cayó
Por tanto, cuando comprendemos un enunciado debemos uti­
lizar unas pautas de análisis que son independientes de nuestro
conocimiento del mundo. Aunque, claro está, para interpretar
una oración como (4) necesitamos dejar que dichos conocimien­
tos afloren y nos permitan descubrir la intencionalidad del men­
saje (que es independiente de lo expresado en el enunciado).
(4) ¿Puedes pasarme el salero?
Obviamente, la oración anterior, dicha en un contexto apro­
piado, no inquiere a nuestro interlocutor sobre su capacidad para
levantar un salero y ponerlo a nuestro alcance, sino que es inter­
pretada como una petición cortés.
Los ejemplos anteriores ponen de manifiesto dos cuestiones.
En prim er lugar, para entender el significado de una oración
debemos acceder a su estructura sintáctica. Dicha estructura es
responsable de que interpretemos el sn el niño como el «agente»
de la acción de morder y al enorme boxeador corno el «paciente» de
58 EL ABECÉ DE LA PSICÜLINGÜÍSTICA

golpear. En segundo lugar, para comprender la intencionalidad de


un mensaje, no basta con acceder al significado oracional deriva­
do del análisis sintáctico. Necesitamos realizar también un análi­
sis pragmático del significado que desvele el propósito final del
mensaje. Tenemos, pues, dos procesos distintos que utilizan
recursos diversos. El análisis sintáctico se ajusta a los principios de
la sintaxis y el análisis pragmático tiene en cuenta estrategias heu­
rísticas y cognitivas independientes de las propiedades gramatica­
les de las oraciones. En lo que sigue nos ocuparemos del análisis
sintáctico.
3.2.3.1. Tareas de análisis e interpretación semántica de las oraciones
La primera idea que debemos tener acerca de la comprensión
oracional es que éste es un fenómeno «activo». Cuando oímos un
enunciado no lo interpretamos como un autómata que reconoce
sonidos e identifica palabras sin más. Al contarlo, al interpretar
un enunciado realizamos una serie de tareas que requieren la
toma de decisiones sobre aspectos tan decisivos del análisis como
la asignación de la estructura de constituyentes a la oración. Este
proceso cognitivo recibe el nombre de parsing.
La determinación de la estructura oracional no es la única
tarea requerida para la comprensión de oraciones. Necesitamos
también asignar a los constituyentes sintácticos analizados un
papel o rol argumental que identifique cuál es su relación semán­
tica con el predicado oracional. A este proceso se le conoce como
«interpretación semántica» de la oración.
La suma de las tareas de parsing e «interpretación semántica»
nos conduce a la comprensión oracional. En otras palabras, cuan­
do a través de! análisis sintáctico asignamos categorías gramatica­
les a las palabras y establecemos las relaciones estructurales entre
los constituyentes y, cuando a través de la interpretación semánti­
ca integramos la información sintáctica en una representación de
los sucesos descritos en la oración, entonces alcanzamos la com­
prensión de los enunciados.
Como en el caso del procesamiento léxico, el procesamiento
oracional se realiza mediante una serie de subprocesos. En la tabla
3.5 se mencionan esquemáticamente los procesos implicados, cuya
ejemplificación podemos elaborar sirviéndonos de la oración (3)
(tomado de Belinchón, Riviére e Igoa, 1992: 419-422).
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 59
Tabla 3.5. Componentes del procesamiento oracional.
• Segmentación: La secuencia de palabras suministradas por el analizador léxi­
co deben segmentarse en unidades estructurales (sintagmas y oraciones). La
segmentación se aplica de manera recursiva (descomponiendo cada oración
segmentada en sus correspondientes sintagmas).
• Etiquetado sintáctico-funáonal: Cada constituyente segmentado es objeto de eti­
quetado sintáctico (lo que determina el tipo de sintagma de que se trata (sx, sv,
etc.) en función de las propiedades del núcleo) y funcional (identificando la
función (sujeto, objeto, etc.) que cumple cada sintagma en la oración).
• Reconstrucción del marcador sintagmático: El analizador sintáctico debe estable­
cer las relaciones de dependencia existentes entre los distintos constituyentes
segmentados y etiquetados. Para ello, elabora un árbol sintáctico invertido (el
marcador sintagmático del enunciado) que recoge la estructura jerárquica de
la oración. En esta fase se producen diversas operaciones sintácticas, como la
coindización entre elementos que comparten rasgos referenciales. Estas opera­
ciones cierran los procesos de parsing suministrando una representación de
salida (output).
®Acoplamiento sintáctico-semántico: El proceso de interpretación semántica integra la
información suministrada en el marcador sintagmático de la oración y la informa­
ción contenida en las representaciones léxicas y proyecta el conjunto de ambas
informaciones en una representación proposicional del enunciado expresada en
términos conceptuales (ajenos al formato lingüístico en el que ha sido elaborada).
(3) El enorme boxeador que golpeó la débil viejecita se cayó
Segmentación
[<el enorme boxeador> [<<que> <golpeó» <la débil viejeci-
ta>] <se cayó>]
Etiquetado
[Q<SNel enorme boxeador> [0 <sv <SNque> <v golpeó» <SN la
débil viejecita>] <svsecayó>]
Establecimiento de dependendas
[Elaboración del marcador sintáctico y coindización (véase
figura 3.4).]
Acoplamiento sintáctico semántico
1. [se cayóPREDICADO<el enorme boxeadorTEMA>]
2. [enormePREDICADO<el boxeado»]
3. [golpeóPREDICADO,2 <la débil viejecitaAGENTE> <hsnTEMA>]
4. [débilPREDICADO<viejecita>]
5. [brutalmentePREDICADO<golpeó>]
Ahora bien, ¿cómo realiza nuestra mente todos estos proce­
sos? En primer lugar, debemos advertir que los mecanismos que
60 EL ABECÉ DE LA PSICOLINGÜÍSTIGA
O

Eí enorme boxeador; que¡ golpeó h¡ brutalmente La débil viejecita se cayó


Figura 3.4.
intervienen en el procesamiento oracional son independientes
de los principios gramaticales que regulan la buena formación de
las estructuras lingüísticas. Tales mecanismos, aunque deben res­
petar las reglas de la gramática, no equivalen a dichas reglas. Por
el contrario, se trata de estrategias cognitivas de actuación enca­
minadas a resolver los problemas computacionales que se le pre­
sentan al procesador del lenguaje.
3.2.3.2. Dos problemas computacionales: la memoria y la toma
de decisiones
Antes de examinar de cerca algunas de estas estrategias, vea­
mos dos de los problemas computacionales que debe resolver
nuestro analizador sintáctico.
El primer problema tiene que ver con la «memoria a corto
plazo». Este tipo de memoria resulta un verdadero inconveniente
para el procesamiento hum ano de la inform ación. La mente
humana sólo puede mantener simultáneamente en la memoria
unos pocos elementos. Si se sobrecarga la memoria, fracasa el
procesamiento. Veamos un ejemplo.
Cuando interpretamos mentalmente una oración realizamos
las tareas de parsing detalladas en la tabla 3.5. Supongamos que
estas tareas se realizan secuencialmente al compás de la percep­
ción sensorial. Entonces, cuando escuchamos una oración como
el perro come helados, el analizador recibe progresivamente cada
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 61

una de las secuencias léxicas del enunciado y debe realizar un


proceso como el siguiente.
En prim er lugar discrimina la palabra el y busca en el dic­
cionario y la gramática mental el tipo de categoría verbal de
que se trata. Al descubrir que es un «determinante» construye
la prim era rama del árbol sintáctico (paso 1). Inmediatamen­
te, una inspección a la base de reglas gramaticales señala al
analizador que los determ inantes form an parte de los ssnn,
por lo que este traza la siguiente rama de la estructura sintácti­
ca (paso 2).

Paso 1. Paso 2.
Al reconocer un SN buscará de nuevo en su gramática el tipo
de marcador sintáctico que debe construir. En una gramática de
estructura sintagmática encontraría que los SSNN pueden formar
parte de, al menos, las siguientes reglas:
Reglas: La lectura de estas reglas es la siguiente. U na O ra­
ción (o) se rescribe como un sn seguido de un sv.
Rl: O —> SN SV Un sv se rescribe com o un verbo seguido opcional­
R2: sv —> v (sn ) m ente de un sn . Un SP se rescribe como una preposi­
R3: SP —> P SN ción más un SN y un SN se rescribe como un nom bre
R4: sn —» n (sn) seguido opcionalm ente de otro sn.

Si prescindimos del problema que supone para el analizador tener


que decidir entre cuatro reglas distintas (todas ellas contienen el
símbolo del sn) y asumimos que toma la decisión correcta de
emplear Rl, el análisis puede progresar expandiendo el árbol sintag­
mático de la manera anotada en el paso (3).
Al optar por la regla de formación de oraciones (ri), inmedia­
tamente puede crear el nudo siguiente, el sv. Así, en ese momen­
to, el analizador ha construido el árbol sintáctico incompleto que
se muestra en el paso (4).
Paso 3. Paso 4.

Ahora, debemos advertir que las expectativas sintácticas crea­


das por el analizador mantienen en la memoria dos ramas incom­
pletas del árbol sintáctico: el SN (que necesita un nombre para
completarse) y el sv (que necesita al menos un verbo).
Guando recibe información sobre la siguiente palabra, perro, el
analizador, tras consultar con su diccionario mental, reconoce'que
se trata de un nombre y lo inserta en la rama incompleta, tal y como
se muestra en el paso (5). Ahora, el sn está completo y la memoria-
puede liberarse de la tarea de mantener disponible dicho sintagma
a la espera de ser completado. Al analizador le queda entonces un
único hueco pendiente de completar cuando recibe la palabra come.
De nuevo, el lexicón informa de que se trata de un verbo transitivo
que puede llevar un objeto y, tras consultar a la base de reglas gra­
maticales, el analizador aplica R2 y abre una nueva rama para alber­
gar posteriormente al SN objeto (paso 6). Por último, el nombre
helados es analizado (de nuevo consulta al lexicón, etc.) y colocado
en la rama que aún continuaba incompleta en la estructura sintag­
mática que está siendo elaborada (paso 7). Guando coloca dicha
palabra, el analizador puede dar por terminado el proceso de par-
singy acceder al significado de la oración.
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 63

Naturalmente, esta oración no ha representado ningún pro­


blema de procesamiento, puesto que no ha recargado la memo­
ria a corto plazo. Pero, ¿qué ocurre si recargamos la memoria al
analizar una secuencia como (5)?
(5) Espero [que el autobús [que golpeó a la camioneta [que
se compró Luis] ] se haya estropeado]
Aparentemente nada, a juzgar por el escaso esfuerzo que dedica­
mos a interpretar dicho enunciado. Obsérvese, no obstante, que, en
un momento del procesamiento de (5), debemos mantener dispo­
nibles en la memoria varios sintagmas para ser cerrados posterior­
mente (véase figura 3.5). Sin embargo, esta sobrecarga de la memo­
ria no supone un problema para el analizador sintáctico. Entonces,
¿por qué fracasa dicho analizador al interpretar (6)?

Espero que el autobús que golpeó a la camioneta que

Figura 3.5.
64 EL ABECÉ DE LA PSICOLINGÜÍSTICA

(6) Este es el autobús [que el coche [que el profesor [que la


chica besó] conducía] chocó]
El problema no puede estar en el número de oraciones de
relativo incrustadas, puesto que este es idéntico al de (5), que no
planteaba problemas de interpretación. Tampoco el bloqueo del
analizador puede deberse a la sucesión consecutiva de tres ver­
bos, a juzgar por la oración (7).
(7) El queso que algunas ratas que vi estaban intentando
comerse estaba rancio
Entonces, ¿a qué se debe que no podamos interpretar la ora­
ción (6)? La hipótesis más plausible tiene que ver con la «clase de
memoria» que se consume, y no con la «cantidad». Por alguna
razón, el analizador sintáctico humano fracasa cuando tiene que
mantener en la memoria un tipo de sintagma y, al mismo tiempo,
debe analizar otro ejemplar de ese mismo tipo. He aquí, por tan­
to, un problema computacional al que debe enfrentarse el anali­
zador sintáctico.
La otra dificultad a la que hacíamos referencia anteriormen­
te tiene que ver con la «toma de decisiones» que realiza sobre la
marcha dicho procesador. En este aspecto, la mente hum ana
supera holgadamente a la Inteligencia Artificial, aun cuando los
ordenadores nos aventajen en capacidad de memoria a corto
plazo.
Veamos en qué consiste el problema. Supongamos que el ana­
lizador sintáctico humano recibe el siguiente enunciado:
(8) Los padres de María y Juan no se hablan
En (8) tenemos varias interpretaciones posibles: «los padres
de los hermanos María y Juan no se hablan entre sí» y «Juan y los
padres de María no se hablan», entre otras.
Cuando una expresión estructuralmente ambigua como la de
(8) tiene que ser analizada por el sistema de parsing mental,
dicho sistema tiene que trazar al comienzo del análisis al menos
dos árboles sintácticos, tal y como sé refleja en la figura 3.6. Esto
implica que, en algún momento del procesamiento del enuncia­
do, el analizador debe tomar una decisión sobre cuál de las alter­
nativas posibles debe utilizar. Obviamente, trazar todos los análi­
sis factibles y después optar por el más adecuado nos garantiza la
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 65
consecución de la interpretación deseada. Sin embargo, este
logro se hace a costa de un esfuerzo computacional considerable.
Quizá por ello la toma de decisiones prime la rapidez y economía
computacional a costa de la seguridad en el análisis. A juzgar por
los hechos que examinaremos a continuación, el sistema de par-
sing resuelve el problema de la «toma de decisiones» utilizando
principalmente criterios de economía computacional.

Los padres no se hablan entre sí / Los padres de María no se habla,n conJuan


Figura 3.6.
En una investigación sobre el tipo de estrategias que emplean
los sujetos al interpretar un enunciado, se pudo comprobar que
cuando a un hablante de inglés se le presenta una oración corno
la de (9) el analizador sintáctico le guía por un camino equivoca­
do que le conduce a un callejón sin salida.
(9) The horse raced past the barn fell
Así, los hablantes de inglés suelen comenzar interpretando la
oración (9) como en (10), hasta que tropiezan con el segundo
verbo, fell, y se dan cuenta de que el análisis era incorrecto.
(10) El caballo pasó corriendo más allá del establo
Entonces, deben volver sobre sus pasos y reinterpretar toda la
secuencia, puesto que el primer análisis no era compatible con la pre­
sencia del verbo fell De este modo, tras reanalizar toda la oración,
asignan al enunciado de (9) la interpretación correcta de (11).
(11) El caballo que fue conducido más allá del establo se cayó
66 EL ABECÉ DE LA PSICOLINGÜÍSTICA

Como vemos en (11), la interpretación correcta era aquella


en la que la secuencia «raced past the barn» constituía una cláu­
sula subordinada de relativo y no la de (10), en donde se tomaba
a la palabra raced como el pasado del verbo race.
AI margen de por qué ocurre este fenómeno con las denomi­
nadas «oraciones de vía muerta» (garden-path, en inglés), aspecto
del que nos ocuparemos posteriormente, el hecho de que el ana­
lizador sintáctico se equivoque llevándonos por una «vía muerta»
revela que el sistema de parsing que empleamos no toma en cuen­
ta todas las estructuras posibles para una oración mientras la está
procesando. De ser así, los hablantes de inglés no tendrían pro­
blemas a la hora de interpretar un enunciado como el de (9),
puesto que, cuando apareciese en escena el verbo fell optarían
por el análisis correcto de entre aquellos que computase simultá­
neamente (en lugar de tener que volver a analizar toda la ora­
ción). En última instancia, el fenómeno que subyace a las «ora­
ciones de vía muerta» nos indica que el analizador sintáctico
toma decisiones tempranas acerca de cuál es el análisis eme debe
realizar, manteniendo dicho análisis mientras sirve, aun corrien­
do el riesgo de equivocarse.
Esta es una enorme ventaja computacional y una solución ade­
cuada al problema de la multiplicidad de análisis a que dan lugar
las expresiones lingüísticas. Si en todas las ocasiones que existen
alternativas de análisis, como en las oraciones de (12) y (13),
nuestro sistema de parsing procesase cada una de las opciones,
probablemente el proceso de interpretación oracional sería lento
y pesado, cuando no ineñeaz.
(12) Pienso en mi casa
(13) Hablaremos sobre la luna
Sin embargo, si el analizador sintáctico mitiga la pluralidad inter­
pretativa con la rapidez computacional, nuestra capacidad de
procesamiento se verá incrementada. Ahora bien, ¿cómo logra la
eficacia, interpretativa el analizador?
3.2.3.3. Estrategias de análisis
Para comprender una oración es necesario aplicar unas estrategias
de análisis que hagan realizable la tarea. Retomemos la oración (9).
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 67
(9) The horse raced past the barn feíl
¿Por qué razón se interpreta provisionalmente esta oración
como (10) y no como (11)? La razón parece estar en el tipo de
expectativas que guían al analizador cuando intenta interpretar
una oración. Una de estas expectativas nos explica el error en la
interpretación de (9). El sistema de parsing espera que las oracio­
nes se dividan en constituyentes según el patrón «sn-sv-( sn ) ».
Cuando aplica esta estrategia a la oración (9) se produce el error
que conduce a la interpretación errónea. No obstante, en otras
muchas ocasiones, la «expectativa de los constituyentes canóni­
cos» puede agilizar la tarea del analizador.
Una segunda estrategia que parece emplear nuestra mente a la
hora de analizar las oraciones es atribuir a la secuencia «Nombre-
Verbo-Nombre» la equivalencia «Actor-Acción-Objeto». El empleo
de esta táctica durante la comprensión de oraciones ha sido com­
probado experimentalmente midiendo el tiempo que tardamos en
comprender una oración como (14) frente a otra como (15).
(14) El gato persiguió al perro
(15) El perro fue perseguido por el gato
Los experimentos realizados sobre la comprensión de este
tipo de oraciones han puesto de manifiesto que tardamos más en
comprender la oración pasiva de (15), que no se ajusta a la expec­
tativa «Actor-Acción-Objeto», que su equivalente activa.
Otra estrategia empleada al interpretar oraciones tiene que
ver con la estructura de la oración compleja. Así, cuando escu­
chamos una oración compleja con una o varias cláusulas subordi­
nadas, tendemos a interpretar que la oración principal es aquella
que va en primer lugar. Esta inclinación del analizador, junto con
la táctica de los «constituyentes canónicos», provocaba el análisis
de la cláusula subordinada «raced past the barn» como la oración
principal. De igual modo, esta estrategia explica por qué se
recuerda con más exactitud el enunciado de (16) que el de (17).
(16) El conductor tocó la bocina antes de atropellar al men­
digo
(17) Después de tocar la bocina el conductor atropelló al
mendigo
68 EL ABECÉ DE LA PSI COLIN GÜÍSTICA

Estas y otras muchas estrategias han sido propuestas para


explicar el modo de proceder del analizador (véase tabla 3.6). Sin
embargo, algunas de estas estrategias resultan demasiado genera­
les y potentes como para ayudarnos a entender los procesos de
comprensión. Por ejemplo, una estrategia que puede utilizar el
sistema de parsing cuando se enfrenta a un estímulo lingüístico se
basa en la creencia de que los enunciados deben ser «semántica­
mente correctos». En otras palabras, los sujetos esperan que sus
interlocutores digan cosas con sentido y no galimatías como la
famosa frase de Chomsky:
(18) Ideas verdes incoloras duermen furiosamente.
Tabla 3.6. Estrategias cognitivas en la comprensión de enunciados.
Adaptado de Belinchón, Riviére e Igoa (1992: 254-255).
Estrategias de segmentación del munciado en constituyentes lingüísticos
& Palabras funcionales: Siempre que en el enunciado aparezca una nueva
palabra funcional, comienza un nuevo constituyente integrado por más de
una palabra. Por ejemplo, un determinante indica la presencia de un SN.
° Sintagmas nominales: La frontera terminal de un SN viene indicada por: a)
morfemas de suñjación de sustantivos (vg. -ción, -dad, -ía, etc.); b) otros tipos
de morfemas que indican el comienzo de un nuevo SN; c) una cláusula de
relativo (siempre señalizada por el correspondiente pronom bre); d) otro
elemento léxico que no pueda ser ni un nombre ni un adjetivo.
0 Asignación de constituyentes: Cada nueva palabra deberá ser asignada al cons­
tituyente en curso, salvo que existan razones para proceder de otro modo.
Según esta estrategia, en el enunciado «una galería de pintura moderna», el
adjetivo moderna debe modificar al nombre pintura, al que sigue en el enun­
ciado y que se halla dentro del SP en curso («de pintura...»), y no a! nombre
galería, perteneciente a un SN superior («una galería...»).
Estrategias de clasificación de constituyentes
° Cláusulas: La primera palabra de una cláusula indica la función que la
cláusula desempeña en el enunciado. Sólo las cláusulas subordinadas van
precedidas de una palabra funcional. La categoría gramatical de la palabra
funcional que precede a una cláusula (adverbio, pronombre relativo, con­
junción) establece el tipo de subordinación.
a Cláusula principal: La primera secuencia n-v-n del enunciado se debe clasi­
ficar como cláusula principal, salvo que exista algún indicador superficial
que obligue a clasificarla como subordinada (v. gr. una forma verbal de
gerundio, una conjunción al inicio del enunciado, etc.).
6 Morfología de las palabras: Los afijos deben utilizarse para determ inar la
categoría gramatical de las palabras de contenido (v. gr. nombres, verbos,
adjetivos o adverbios).
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 69
® Completamiento ele constituyentes: Una vez identificado el inicio de un consti­
tuyente, hay que buscar las palabras adecuadas a ese tipo de constituyente,
Así, una vez localizado el verbo que señala el comienzo de un sv, habrá que
determinar el número y el tipo de argumentos o complementos que resultan
apropiados para ese verbo; por ejemplo, el verbo tomar puede llevar objeto
directo e indirecto («Te tomo la palabra») o sólo directo («Juan tome una
decisión»), pero no indirecto únicamente («*Les tomé a los alumnos»).
Estrategias de elaboración de representaciones semánticas
• Papeles temáticos: Toda secuencia n -v-n que pueda constituir una unidad
interna en la estructura del enunciado se analizará asignándole los papeles
de actor-acción-objeto, a menos que haya indicadores que reflejen lo contra­
rio.
• Requisitos semánticos: Buscar constituyentes que satisfagan los requisitos
semánticos de cada pieza léxica. Por ejemplo, el verbo poner requiere tres
constituyentes: un agente (el que pone), un objeto (lo que es puesto) y un
lugar (donde el agente pone el objeto); el adjetivo alto requiere un nombre
(un objeto que posea la cualidad de altura), etc.
• Orden temporal: En un enunciado que consta de dos cláusulas, se considera­
rá que la primera describe un suceso anterior en el tiempo a la segunda, a
menos que haya indicios que muestren lo contrario (v.gr. «Alicia compró
unos libros y visitó a su prima»).
• Estrategias referenciales: Buscar ssnn definidos que se refieran a entidades
conocidas, esto es, representadas en la memoria, y reemplazar la interpreta­
ción de cada sn por una referencia directa a dichas entidades.
• Información dada y nueva: En condiciones normales, la información dada
deberá buscarse en posiciones más iniciales del enunciado que la informa­
ción nueva, que deberá ocupar posiciones más retrasadas.

Aunque (18) es gramaticalmente correcta (al m enos en aspec­


tos sintácticos como el orden de constituyentes o la concordancia
sujeto-predicado) y respeta alguna de las expectativas del analiza­
dor (como la de los «constituyentes canónicos»), resulta semánti­
camente inaceptable.
Para algunos psicolingüistas, el hecho de que esperamos oír
cosas con sentido explica el siguiente hallazgo. Un sujeto recuer­
da mejor pseudo-oraciones como (19) que oraciones sin sentido
como las de (20).
(19) a. Vecinos durmiendo ruido despertar fiesta
b. Disuadir conductores accidentes fatales temerarios
(20) a. Los ramos rápidos disuaden a los vecinos repentinos
b. Los accidentes rosas originan tormentas durmientes
70 EL ABECÉ DE LA PSICOLINGÜÍSTICA

Este fenómeno estaría relacionado con la expectativa de «oír


enunciados con sentido» susceptible de operar durante la com­
prensión de oraciones. Por otra parte, si el analizador se guía por
dicha expectativa, puede provocar que una oración pasiva como
(21) sea entendida en el mismo tiempo que su correspondiente
activa.
(21) El queso fue comido por el ratón
La razón estriba en que la aplicación de esta estrategia a la
oración pasiva anterior deshace o inhibe el efecto de incrementar
el tiempo que tardamos en comprender una oración pasiva pro­
vocado por la aplicación de la estrategia «Actor-Acción-Agente».
Esta última estrategia no puede aplicarse a una oración pasiva
irreversible como la de (21), dado que el sujeto sintáctico de la
oración {el queso) no puede ser entendido (dado su carácter ina­
nimado) como el agente de la acción.
En cualquier caso, al margen de estos hallazgos, una estrategia
cognitiva como la de los «enunciados con sentido» plantea el pro­
blema de si el carácter de dichas estrategias, en general, es especí­
ficamente lingüístico o, por el contrario, su naturaleza es de tipo
global (esto es, basada en conocimientos generales y no estricta­
mente lingüísticos). Esta cuestión está en el centro de la discu­
sión sobre si concebimos el procesamiento sintáctico como autóno­
mo, en el sentido de conceder al sistema de parsing independencia
con respecto a otros componentes involucrados en la compren­
sión lingüística (especialmente el componente conceptual), o
como interactivo.
3.2.3.4. Dos tipos de procesadores oracionales
En los apartados anteriores hemos comentado algunas estrate­
gias de análisis empleadas en la comprensión de oraciones. A conti­
nuación, examinaremos la cuestión de la mayor o menor velocidad
con que opera el analizador sintáctico.
Cuando se habla de la rapidez del procesamiento sintáctico,
dos son los tipos de sistemas de análisis que se proponen. Algunos
autores sostienen que el procesador sintáctico es, contraintuitiva­
mente, lento y conservador en los análisis que realiza. Por el con­
trario, otros autores piensan que dicho procesador es exagerada­
mente rápido y arriesgado. Aitchison (1989) ha denom inado
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 71
«procesador-tortuga» al primero y «procesador-liebre» al segundo
(en alusión a la fábula de la liebre y la tortuga).
El procesador-tortuga es lento y determinista porque asume
como condición de su funcionamiento el no volverse nunca atrás
en las decisiones que toma. Para ello, necesita estar seguro de que
cuando crea un nudo sintáctico, cuando lo etiqueta o cuando lo
adjunta a otro nudo ha tomado la decisión correcta. Por el con­
trario, el procesador-liebre es veloz y arriesgado porque toma las
decisiones inmediatamente (guiado por la aplicación de estrate­
gias basadas en preferencias estructurales), sin importarle la posi­
bilidad de cometer errores que requieran ser solucionados poste­
riormente.
El procesamiento en paralelo es el modo que utiliza el proce­
sador-tortuga para solucionar problemas como el de las ambigüe­
dades sintácticas. Así, si se enfrenta a un fragmento de enunciado
como el de (22) y actúa en paralelo, procesará al mismo tiempo
dos análisis para dicho enunciado.
(22) El psicólogo le dijo a la mujer que tenía problemas...
En uno de ellos, el fragmento en cursiva será tomado como
una cláusula de complemento («lo que el psicólogo le dijo a la
mujer es que tenía problemas»), en el otro, como una cláusula
de relativo («hay una mujer que tenía problemas»). De esta for­
ma, cuando aparezca el fragmento desambiguante (23 o 24) el
procesador sólo tendrá que optar por una de las dos estructu­
ras procesadas en paralelo, desestimando alternativamente la
otra.
(23) El psicólogo le dijo a la mujer que tenía problemas con su
marido
(24) El psicólogo le dijo a la mujer que tenía problemas que
consultase a un abogado
No obstante, dentro del marco de explicación de los modelos
interactivos, la solución para problemas de este tipo puede venir
dada por factores contextúales (dado que, en este tipo de mode­
los, se permite que la información conceptual influya en el proce­
samiento sintáctico).
Volvamos ahora al procesador-liebre. ¿Cómo se enfrentará
este a una oración ambigua como la de (25)? Hemos de tener en
72 EL ABECÉ DE LA PSICOLINGÜÍSTICA

cuenta que el contexto no puede influir en sus análisis y que


actúa de forma serial y no en paralelo.
(25) Raúl guardó el libro que estaba leyendo en la cocina
AI parecer, el procesador-liebre ignora que existe la ambi­
güedad de si fue en la cocina el lugar en el que se guardó el
libro o donde estaba leyendo Raúl. La razón de este modo de
funcionar estriba en que se guía por estrategias estructurales y
de economía cognitiva, como la que se conoce por «estrategia
de cierre tardío». Esta táctica consiste en adjuntar el constitu­
yente en curso al nudo sintáctico que está siendo objeto de
análisis. Así, en el caso de (25), el procesador adjunta el cons­
tituyente «en la cocina» al sv, facilitando la interpretación de
que «en la cocina es el lugar en el que estaba leyendo» (véase
figura 3.7).

Raúl guardó ei libro que estaba leyendo en la cocina


Figura 3. 7.
Por otra parte, los procesadores-liebre, que operan rápida­
mente guiados por factores estructurales, analizan las «oraciones
de vía muerta» sirviéndose de la «estrategia de la adjunción míni­
ma». Esta estrategia impone al sistema de parsing el requisito de
crear la estructura más sencilla de todas las posibles, limitando,
por ejemplo, el número de nudos sintácticos que debe crear. Así,
cuando se enfrenta a un fragmento inicial como el de (26), lo
analizará asignando al SP al empresario la función sintáctica de
objeto directo y el papel temático de «paciente» y al s n su hijo la
EL PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE 73
función de sujeto y el papel temático de «agente», dando por ter­
minada la oración que está procesando mediante un cierre pre ­
maturo de la cláusula.
(26) Al empresario le secuestró su hijo
Sin embargo, si el analizador recibe com o continuación del
enunciado el fragmento «un terrorista», como en la oración (27),
entonces, el analizador comprobará que su análisis inicial era
incorrecto (el sujeto es el SN un terrorista y el objeto directo el SN
su hijo) y deberá reinterpretar el enunciado.
(27) Al empresario le secuestró su hijo un terrorista
Los resultados de las investigaciones experimentales sobre la
naturaleza autónoma o interactiva del analizador sintáctico, en
relación con el fenómeno de la rapidez computacional, parecen
indicar que el sistema de parsing actúa guiado por preferencias
estructurales y no influido por el procesador conceptual. En cual­
quier caso, la autonomía o no del procesador sintáctico (en rela­
ción con el procesador conceptual), así como el modo serial o en
paralelo de operar, sigue siendo una cuestión abierta a la investi­
gación.

3.3. La producción lingüística


En las páginas anteriores hemos presentados dos esquemas
generales de la actividad verbal. En la figura 1.1 (capítulo uno) y
en la figura 3.1 mostramos que los procesos de comprensión y
producción lingüística discurren entre el nivel del mensaje (o de
la conceptualización) y el nivel de la percepción y articulación.
Esta forma de presentar la actividad verbal puede crearnos la fal­
sa impresión de que lo que sabemos de los procesos de compren­
sión lingüística es aplicable a los procesos de producción lingüís­
tica, cambiando simplemente la dirección de los procesos y algún
que otro detalle.
Nada más lejos de la realidad. Nuestro conocimiento sobre las
actividades que subyacen a la producción lingüística no sólo es
menor sino también más especulativo que lo que sabemos acerca
de los procesos de comprensión. La causa que motiva este cíese-

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