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Informe Hidrologia

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERIA UNI-IES

ELABORADO POR:

- CARLOS ANDRES MENDOZA SAMAYOA


- KEVIN ALBERTO GONZALEZ
- EDDY ANTONIO MEDRANO CAMPOS
- MELBA ISABEL PALACIOS
- GABRIEL OROZCO HERRERA
- RAMON LOPEZ LOPEZ
- NELSON ROCHA

PROF:

- ING. JAIME

FECHA:

- 12/05/21
INTRODUCCION
Las aguas pluviales son las aguas provenientes de las lluvias que ocurren superficialmente
por el terreno. Según la teoría de Hartón se forma cuando las precipitaciones superan la
capacidad de infiltración del suelo. PROBLEMA En si la problemática en cuanto a las aguas
pluviales es el modo en la cual puede ser usada pero sin embargo ese no es el caso ya que
no sabemos cómo utilizar esa agua y que la captación de estas aguas es importante ya que
ayuda económicamente y ambientalmente.
Son agua de lluvia que no es absorbida por el suelo, sino que escurre de edificios, calles,
estacionamientos y otras superficies. Las aguas pluviales se recolectan en alcantarillas y
fluyen a colectores pluviales y al sistema de drenaje pluvial de la ciudad.
Objetivos

Objetivo General: La captación de agua de lluvia es un medio fácil de obtener agua para
consumo humano y/o uso agrícola. En muchos lugares del mundo con alta o media
precipitación y en donde no se dispone de agua en cantidad y calidad necesaria para
consumo humano, se recurre al agua de lluvia como fuente de abastecimiento.

Objetivo Específico: Tener un mejor conocimiento sobre las aguas pluviales.


MARCO TEÓRICO:

Las aguas pluviales son las aguas provenientes de las lluvias que ocurren superficialmente
por el terreno. Según la teoría de Hortón se forma cuando las precipitaciones superan la
capacidad de infiltración del suelo. Existen tres opciones diferentes de reciclaje en tu
hogar.
Se puede decir las aguas grises, las aguas negras y se puede aprovechar así mismo el agua
de lluvias que cae sobre aprovechar nuestro tejado. AGUAS PLUVIALES La FAO recomienda
el uso de aguas negras recicladas precisamente para regar el jardín, dado que el
tratamiento de las mismas las higieniza pero no elimina los fosfatos y nitratos, que son
base de los abonos. *FAO, por sus siglas en inglés, es la organización de las naciones
unidas para la alimentación y la agricultura.

AGUAS PLUVIALES La importancia de captar, almacenar y utilizar el agua de lluvia para el


uso doméstico y consumo humano es de gran relevancia para la mayoría de las
poblaciones, sobre todo aquellas que no tienen acceso a este vital líquido. Captación de
aguas pluviales La importancia identificar los principales componentes de un Sistema de
Captación de Agua de Lluvia (SCALL), su funcionamiento los criterios de diseño más
sobresalientes las característica de los materiales de construcción estos sistemas su
operación y mantenimiento, de tal forma que se puedan ejecutar los proyectos.

Aguas pluviales La recuperación de agua pluvial consiste en filtrar el agua de lluvia captada
en una superficie determinada, generalmente el tejado o azotea, y almacenarla en un
depósito. ENTOS DE UN SISTEMA DE DISTRIBUCION DE AGUAS PLUVIALES El sistema más
sencillo se compone de tres partes: Un área de donde se colecta el agua de la lluvia; un
sistema de conducción para mover el agua. Típicamente los complejos se diseñan no
solamente para juntar y desviar agua sino también para filtrar, almacenar, y distribuirla
para el uso futuro. Área de Colección Una cuenca es una superficie donde se puede juntar
aguas pluviales. Las cuencas más eficientes son superficies impermeables o lisas.
Almacenamiento.- Los tanques de lluvia y cisterna deben ser opacos y protegidos de la luz
solar directa y tapados para que no se meta ni basura ni mosquitos. Sistema de
Conducción.- Los componentes de conducción llevan el agua a un lugar específico del
paisaje o hacia un recipiente de almacenamiento. Los canales de desagüe de los techos es
la forma más común de conducción. La gravedad provee la fuerza necesaria para dirigir el
agua por canales hacia tanques de almacenamiento. Filtros.
Según la cantidad de basura en el agua, un sencillo filtro para hojas a veces es toda la
filtración necesaria.
Si el agua almacenada se usara en un sistema de riego por gotear, es necesaria más
filtración para evitar que los tubos de riego de riego y los emisores se obstruyan.

ELEMENTOS DE UN SISTEMA DE DISTRIBUCIÓN DE AGUAS PLUVIALES Ventajas de la


captación de aguas pluviales Ahorro evidente y creciente en la factura del agua. Uso de un
recurso gratuito y ecológico. Puede recibir subvenciones en función del municipio.
Contribución a la sustentabilidad y protección el, medio ambiente. Una buena instalación
de recogida de agua es sencilla y, por tanto, existen riesgos mínimos de averías y apenas
requiere de mantenimiento.

PROPUESTA:
Sería una buena propuesta que en todo el país se diera un proyecto de captación de aguas
pluviales en cada vivienda ya es económica y sencilla instalación, y solo necesita de
proceso de filtro para limpiarla y poder usar para regar el patio por ejemplo, además que
es un método ecológico y le beneficiaria económica las familias ya que habría reducción
de la factura de agua.

DIAGNOSTICO: La captación de aguas pluviales es un buen método ecológico pero


también debe ser bien realizado ya que conlleva ciertos procesos con los cuales debe ser
uno cuidadoso ya que si no puede ser malo. Los procesos son: Área de colección,
Almacenamiento, Sistema de Conducción y Filtros.

La captación de aguas pluviales se refiere a cualquier sistema que recoge el agua de la


lluvia o de escorrentía y la almacena para uso en el futuro. Mientras que el agua de lluvia
recolectada es más utilizada para el riego de plantas o césped, se puede hacer potable al
desinfectarla y filtrarla. La captación de agua pluvial es muy popular en las zonas donde se
prohíbe el riego, ya que le permite a los propietarios mantener las plantas vivas sin
necesidad de utilizar los suministros de agua municipales. La escala y la complejidad de las
captaciones de agua de lluvia varían ampliamente.

Barril de lluvia

Un barril de lluvia es un método de captación de agua pluvial simple y de bajo costo. Se


trata de un simple barril o tambor utilizado para recolectar la escorrentía del techo de un
edificio, generalmente colocándolo debajo de un tubo de desagüe o un canalón. Puede ser
un barril de acero o de madera o puede ser un colector construido para la lluvia con
pantallas de filtro y un grifo incorporado. El agua de los barriles de lluvia se utiliza por lo
general para llenar las regaderas o los cubos, aunque es relativamente común agregarle
grifos en la base para unirle una manguera de riego.

Tanques de almacenamiento

Para aprovechar las grandes escorrentías de las áreas que reciben una importante
cantidad de lluvia o de los edificios con una gran superficie de recolección, puede que se
necesite utilizar tanques de almacenamiento grandes, los cuales se llenan usando los
sistemas de canalones con una sola bajada de agua para evitar desperdiciar la escorrentía.
Algunos tanques de almacenamiento funcionan por gravedad, en especial aquellos que se
colocan en el piso superior de un edificio, pero la mayoría depende de una bomba
eléctrica para utilizar el agua que captan.

Almacenamiento interior

Los tanques de almacenamiento subterráneos son populares en las zonas donde la mayor
porción de lluvia del año cae en una sola temporada. Un tanque subterráneo está aislado,
tiene una tasa de evaporación muy baja y tiene ventaja sobre los tanques de
almacenamiento de superficie, ya que el agua no se congelará si está enterrada debajo de
la línea de congelamiento. Los tanques subterráneos se deben conectar a una bomba
eléctrica debido a que la alimentación por gravedad no es una opción viable en la mayoría
de los casos. Debido a su capacidad de almacenamiento y su facilidad de uso durante todo
el año, son una opción popular para los sistemas de agua potable.
Estanque de retención

Una versión a gran escala de captación de aguas pluviales utiliza zanjas para canalizar la
escorrentía de una zona amplia a un estanque de almacenamiento. Este tipo de estanque
por lo general posee un fondo de lodo, pero puede estar revestido con hormigón en
algunos casos. El uso más común de un estanque de retención de lluvia es regar la
hacienda, pero también se puede bombear el agua para regar el césped, cultivos u otras
plantas. La captación con estanques sólo es viable en las zonas con una gran cantidad de
lluvia y un suelo rico en arcilla, ya que los suelos arenosos absorben el agua demasiado
rápido como para permitir una gran escorrentía.

Tipos de captación de agua pluvial

 Barril de lluvia. Un barril de lluvia es un método de captación de agua pluvial


simple y de bajo costo. ...
 Tanques de almacenamiento. ...
 Almacenamiento interior. ...
 Estanque de retención.
TIPOS DE ESCORRENTÍA
Tal y como se ha mencionado en el apartado anterior dentro del concepto Escorrentía se
pueden distinguir la Escorrentía Superficial o Directa, la Escorrentía Hipodérmica o
Sub superficial y la Escorrentía Subterránea.

Escorrentía Superficial o Directa


La Escorrentía Superficial o Directa es la precipitación que no se infiltra en ningún
momento y llega a la red de drenaje moviéndose sobre la superficie del terreno por la
acción de la gravedad. Corresponde a la precipitación que no queda tampoco detenida
en las depresiones del suelo, y que escapa a los fenómenos de evapotranspiración. El
proceso que describe el agua cuando se inicia un aguacero depende de las características
del terreno: la primera lluvia caída se invierte en llenar la capacidad de retención de la
parte aérea de las plantas y en saturar el suelo. Cuando la capacidad de infiltración es
inferior a la intensidad de la lluvia, el agua comenzará a moverse por la superficie del
terreno. Se forma, entonces, una capa delgada de agua. Ésta se mueve por la acción de
la gravedad según la pendiente del terreno y es frenada por las irregularidades del suelo
y por la presencia de vegetación hasta incorporarse a la red de drenaje, donde se junta
con los otros componentes que constituyen la escorrentía total.

Escorrentía Hipodérmica o Sub superficial


Es el agua de precipitación que, habiéndose infiltrado en el suelo, se mueve
sub horizontalmente por los horizontes superiores para reaparecer súbitamente al aire
libre como manantial e incorporarse a microsurcos superficiales que la conducirán a la
red de drenaje.
Escorrentía Subterránea
Es la precipitación que se infiltra hasta el nivel freático, desde donde circula hasta
alcanzar la red de drenaje. La Escorrentía Superficial es la más rápida de todas y la
Escorrentía Subterránea la más lenta (del orden del m/h).
A parte de las tres formas referidas, la Escorrentía de un curso de agua está además
constituida por la precipitación que cae directamente sobre su superficie de nivel,
fracción que en la mayor parte de los casos reviste importancia muy escasa en relación
con las otras aportaciones.
EL CICLO DE LA ESCORRENTÍA
Los componentes de la Escorrentía evolucionan según un ciclo que distingue cuatro
fases en relación con el ritmo de las precipitaciones.

a) Primera fase: Período sin precipitaciones Después de un período


sin precipitaciones la Evapotranspiración tiende a agotar la humedad existente
en las capas superficiales y a extraer agua de la franja capilar. Las aguas
subterráneas alimentan a las corrientes superficiales descendiendo
progresivamente su nivel piezométrico.

b) Segunda fase: Iniciación de la Precipitación La Evapotranspiración


cesa. Las aguas meteóricas son interceptadas por la vegetación, las superficies
de agua libre, los cursos de agua y el suelo. En éste se infiltra una cantidad
importante de agua que abastece su capacidad de almacenamiento; el excedente
se mueve superficialmente en forma de Escorrentía Directa que alimenta
débilmente los cursos de agua. Continúan las aportaciones de las corrientes
subterráneas a los cursos superficiales, no interrumpiéndose el descenso de los
niveles piezométricos de la capa freática.

c) Tercera fase: Precipitación máxima Después de una cierta duración


de la Precipitación, la cubierta vegetal apenas intercepta agua y prácticamente la
totalidad de la Precipitación alcanza el suelo. Las capas superficiales del suelo
están saturadas. Parte de las precipitaciones se infiltran, alimentando a la
Escorrentía Hipodérmica, y a los acuíferos, originándose en éstos una elevación
del nivel piezométrico. La Precipitación que no se infiltra origina Escorrentía
Superficial que en esta fase alcanza su valor máximo. La Escorrentía
Subterránea aumenta ligeramente. La escorrentía total alcanza igualmente su
máximo valor, apareciendo las crecidas.

d) Cuarta fase: Posterior a la Precipitación. La lluvia cesa. La


Escorrentía Superficial desaparece rápidamente. El suelo y subsuelo están
saturados. Continúa la Infiltración de agua que está estancada en depresiones
superficiales alimentando a la humedad del suelo, a la Escorrentía Hipodérmica
y a las aguas subterráneas. Aparecen de nuevo los procesos de evapotranspiración. Los
cursos de agua, alimentados únicamente por las Escorrentías Hipodérmica y Subterránea
entran en régimen de decrecida.
FACTORES QUE CONDICIONAN LA ESCORRENTÍA

La Escorrentía está influida por cuatro grupos de factores: meteorológicos, geográficos,


hidrogeológicos y biológicos.
Los factores meteorológicos fundamentales son las precipitaciones y la temperatura. La
duración, intensidad, frecuencia, tipo y extensión de las precipitaciones tienen un papel
muy importante. La temperatura es representativa de las pérdidas de evaporación.
Los factores geográficos son la localización geográfica de la cuenca y su morfología. La
localización geográfica comprende la latitud, longitud y altitud. La morfología, las
pendientes de la cuenca, la importancia de las superficies de agua libre, el perfil de los
cursos de agua,....
Los factores hidrogeológicos comprenden fundamentalmente la permeabilidad de los
terrenos y la profundidad de las capas freáticas. Los factores biológicos comprenden
fundamentalmente la cubierta vegetal y la acción humana.

CÁLCULO DE LA ESCORRENTÍA
El cálculo de la Escorrentía Superficial producida a partir de un aguacero viene
condicionado por los factores antes descritos, de manera que lo que se calcula
generalmente es el tanto por uno de la lluvia caída que se transforma en Escorrentía
Superficial. Se denomina coeficiente de escorrentía a la proporción de precipitación que
pasará a formar parte de la Escorrentía Superficial (lluvia neta) con respecto a la
precipitación total.
El cálculo del coeficiente de escorrentía dependerá de los distintos factores descritos en
el anterior epígrafe obteniéndose experimentalmente expresiones y fórmulas, muchas de
ellas figuran en tablas. También se puede calcular la Escorrentía de manera directa, sin
calcular el coeficiente de escorrentía. A continuación se describen ambos métodos.

Estimación de la Escorrentía a partir de los datos de aforos


Es un método bastante sencillo, el cual se basa en la hipótesis de que en la época estival
el caudal de un río procede exclusivamente de la descarga que los acuíferos han
realizado al mismo, ya que el período estival es un período de escasez o ausencia de
lluvias, por lo que las únicas aportaciones que recibe el río proceden del flujo
subterráneo, ya que dicho flujo es continuo, siempre y cuando no existan zonas de
deshielo próximas, las cuales se pueden encontrar aún en proceso de deshielo.
El caudal aforado en un determinado punto del cauce de un río constituye la escorrentía
total del área de recepción de la cuenca. Si consideramos que la escorrentía total está
constituida exclusivamente por Escorrentía Superficial y Subterránea, incluyendo la
Hipodérmica en una de ellas, para calcular la Escorrentía Superficial hay que sustraer
del caudal aforado el valor mínimo aforado en la época estival del año hidrológico.
Generalmente el valor mínimo corresponde al mes de Agosto o septiembre, valor
correspondiente a la Escorrentía Subterránea, suponiendo que ésta es constante.

Estimación de la Escorrentía a partir de la determinación del coeficiente de


escorrentía
Como ya se dijo anteriormente, el coeficiente de escorrentía expresa la relación
existente entre la Escorrentía Superficial o precipitación neta y la precipitación total.
Una vez conocido este coeficiente, la Escorrentía se calcula multiplicando dicho valor
por la precipitación total.
El coeficiente de escorrentía no es fijo, sino que varía con el tiempo y el espacio en una
misma cuenca. Generalmente se adoptan valores medios del coeficiente. El coeficiente
medio durante un intervalo de tiempo se define como el cociente entre la lluvia neta y la
lluvia total caída durante dicho intervalo de tiempo.
Donde Pn es la Escorrentía Superficial y P es la precipitación total. Este coeficiente
expresa el tanto por uno que representa la Escorrentía Superficial respecto a la lluvia
total. El coeficiente de escorrentía en un determinado instante depende de factores tales
como la evaporación, humedad inicial del suelo, intensidad y duración del aguacero,
pendiente del terreno.
Para determinar el coeficiente de escorrentía existen varios métodos: Estimación a partir
de tablas, estimación por comparación con otras cuencas cercanas y estimación de
manera directa.
Estimación a partir de tablas
Este método se aplica cuando no se dispone de datos suficientes para determinar la
lluvia neta. El coeficiente se determina en función de las características de la cuenca. En
el caso de que las características de la cuenca difieran, es decir que la cuenca tenga, por
ejemplo, varios tipos de suelos o vegetación, se realizará una media ponderada de los
distintos coeficientes de escorrentía en función de las áreas que ocupen cada zona. A
continuación se describen algunas de las tablas que sirven para el cálculo del coeficiente
de escorrentía.
a) Tabla de Prevert
Los valores del coeficiente de escorrentía que se muestran se han obtenido a partir de
parcelas experimentales.

Tabla 5.1. Tabla de Prevert (1986).


Textura
del suelo
Uso del Pendiente Arenoso – limoso Limoso
Arcilloso
suelo (%) Limoso - arenoso Limoso - arenoso
0–5 0.10 0.30 0.40
5 – 10 0.25 0.35 0.50
Bosque
10 – 30 0.30 0.40 0.60
>30 0.32 0.42 0.63
0–5 0.15 0.35 0.45
5 – 10 0.30 0.40 0.55
Pastizal
10 – 30 0.35 0.45 0.65
>30 0.37 0.47 0.68
0–5 0.30 0.50 0.60
Cultivo 5 – 10 0.40 0.66 0.70
agrícola 10 – 30 0.50 0.70 0.80
>30 0.53 0.74 0.84

Acueducto (del latín, aquaeductus, que transporta agua) es un sistema o conjunto de


sistemas de irrigación que permite transportar agua en forma de flujo continuo desde un
lugar en el que está accesible en la naturaleza hasta un punto de consumo distante,
generalmente una ciudad o poblado.3 En ingeniería moderna, el término acueducto se usa
para cualquier sistema de tuberías, zanjas, canales, túneles y otras estructuras utilizadas
para este propósito. El término acueducto también a menudo se refiere específicamente a
un puente en un curso de agua artificial.
Cualquier asentamiento humano, por pequeño que sea, necesita disponer de un sistema
de aprovisionamiento de agua que satisfaga sus necesidades vitales. La solución empleada
desde antiguo consistía en establecer el poblamiento en las proximidades de un río o
manantial, desde donde se acarrea el agua a los puntos de consumo. Otra solución
consiste en excavar pozos dentro o fuera de la zona habitada o construir aljibes. Pero
cuando el poblamiento alcanza la categoría de auténtica ciudad, se hacen necesarios
sistemas de conducción que obtengan el agua en los puntos más adecuados del entorno y
la lleven al lugar donde se ha establecido la población.

Incluso cuando la población estaba a orillas de un río, la construcción de conducciones era


la mejor forma de garantizar el suministro, en vez de extraer el agua del río que, aunque
estuviera muy cerca, generalmente tenía un nivel más bajo que el poblado. En otras
ocasiones se hacía el acueducto porque el agua era de mejor calidad que la del río. Para
cubrir esta necesidad se emprenden obras de gran envergadura que puedan asegurar un
suministro de agua.

Aunque existían precedentes en las civilizaciones antiguas del Próximo Oriente y los
ingenieros griegos habían construido conducciones eficientes, los ingenieros romanos,
gracias fundamentalmente a su uso del hormigón, fueron los que pusieron a punto
técnicas que se pudieron generalizar por todas las ciudades del Mediterráneo. Con todo,
los factores técnicos no fueron los únicos que contribuyeron a difundir este tipo de obras,
hizo falta también la unidad política del Imperio y la existencia de un sistema económico
fuerte que creara las condiciones para el desarrollo urbano.

La mayor parte del recorrido se hacía por canales, en general cubiertos, que se construían
por las laderas de los montes, siguiendo la línea de pendiente deseada (generalmente
pequeña, del orden del 0,004 %), y se situaban cada cierto tiempo cajas de agua o arcas
de agua, pequeños depósitos que servían para regular el caudal o decantar los sólidos,
normalmente arena, que las aguas pudieran arrastrar.

Cuando se debía salvar un camino, a un nivel un poco más bajo que el del acueducto, se
usaban sifones, en los que el agua pasaba bajo el obstáculo y volvía a subir al nivel
anterior. A menudo debían salvar desniveles más grandes y en ellos adoptaban la forma
de arquería o puente, puesto que hacer conducciones en sifón capaces de resistir altas
presiones era más caro. Como los puentes son la parte más visible de la obra, ha quedado
la costumbre de llamar «acueducto» a la propia arquería.

En muchas ocasiones, estos acueductos romanos continuaron en uso durante la Edad


Media e incluso en tiempos modernos, gracias a arreglos y restauraciones. Y, por
supuesto, se continuaron haciendo nuevos.
Las soluciones aplicadas a los acueductos romanos se siguieron usando sin modificaciones
sustanciales hasta el siglo XIX. En el siglo XX, los progresos en la producción de cementos,
el armado del hormigón con acero, los nuevos materiales y técnicas en la construcción de
conductos y la posibilidad de construir potentes estaciones de bombeo revolucionaron las
conducciones de agua y simplificaron su adaptación al terreno.

El acueducto en la historia

Aunque se asociaron particularmente con los romanos, los acueductos se idearon mucho
antes en Grecia, Oriente Próximo y el subcontinente indio, donde pueblos como los
egipcios y los harappeños construyeron sistemas de riego sofisticados. Los romanos
construyeron los acueductos más importantes en tamaño, así como en mayor cantidad, en
todos sus territorios.

Un acueducto arranca en un sistema de captación de agua. El agua pasa de forma


controlada a la conducción desde un depósito de cabecera (caput aquae), también
denominado como castellum, desde donde se distribuía por toda la ciudad.

La construcción de un acueducto exige el estudio minucioso del terreno que permitirá


escoger el trazado más económico para permitir una pendiente suave y sostenida sin
alargar demasiado el recorrido de la obra.
Se usan canales (riui) sin presión (circulando en lámina libre) siempre que es posible y
únicamente en ocasiones contadas se recurre a la conducción bajo presión.

En todo caso, siempre que el agua se destina al consumo humano, el canal está cubierto
por bóvedas, falsas bóvedas, placas de piedra o tégulas.

El canal se acomoda al terreno por distintos procedimientos. Siempre que es posible,


transcurre sobre el suelo apoyado en un muro (substructio) en el que se practican
alcantarillas para facilitar el tránsito normal de las aguas de superficie. Si el terreno se
eleva, el canal queda soterrado (riuus subterraneus) y forma una galería subterránea
(specus) excavada directamente en la roca o construida dentro de una zanja. Cuando se ha
de vencer una fuerte depresión, se recurre a la construcción de complicados sistemas de
arquerías (arcuationes) que sostienen el canal y lo mantienen al nivel adecuado.

Si se interpone en el trazado de la conducción un monte que no es posible rodear, se


recurre a la construcción de un túnel que lo perfora. Solamente se usa este procedimiento
si es inevitable. Los túneles plantean grandes problemas técnicos. Normalmente se
comienzan por ambos extremos, lo que exige una gran precisión en las labores para que
los dos ramales se encuentren en el punto previsto. La estrechez de las zonas de corte
exige que en cada tajo trabajen sólo uno o dos hombres, por lo que la obra progresa con
gran lentitud.

Las conducciones subterráneas por canal suelen estar comunicadas con la superficie por
medio de pozos (putei) dispuestos a intervalos regulares. Por ellos se puede acceder al
acueducto para su limpieza y mantenimiento. En el caso de los túneles servían también
para extraer escombros e introducir materiales durante la construcción, así como para
asegurar el correcto trazado y profundidad de la excavación.

Los canales, salvo que estuvieran directamente excavados en roca impermeable, se


revestían con un mortero impermeable compuesto de cal y pequeños fragmentos de
cerámica triturada (opus signinum). Los ángulos interiores se protegían con una moldura
convexa (media caña) del mismo material.

Aunque los técnicos romanos usaban también conducciones bajo presión por tubos de
plomo (fistulae) o de cerámica (tubuli fictiles), sólo lo hacían rara vez, ya que la deficiente
tecnología de la que disponían para la construcción de tubos los hacía costosos y poco
seguros. Los de cerámica eran baratos y fáciles de fabricar a pie de obra, pero eran
demasiado frágiles. Los de plomo, aparte del coste del material, exigían un transporte muy
laborioso, dado su peso.

Existían también rudimentarias tuberías de piedra, formadas por grandes sillares


horadados que se ensamblaban entre sí gracias a un machihembrado que se sellaba con
mortero de cal. Este procedimiento se usaba para transportar el agua por parajes llanos
en los que era imposible mantener una pendiente adecuada para la conducción por canal
libre. En ocasiones parecen haberse empleado asimismo tubos y canales de madera.

Se utilizaban sifones para superar depresiones no muy pronunciadas, difíciles de salvar


por otros sistemas. El agua conducida por el canal del acueducto se recogía en un depósito
de cabecera del que salía bajo presión a través de los tubos del ramal descendente, que
buscaba el fondo de la depresión. Tras ella se iniciaba el ramal ascendente que, una vez
superada la depresión, vertía las aguas en un depósito de salida, del que el agua volvía a
salir por un canal en lámina libre. Los ángulos que formaban los tubos eran lastrados con
gruesas piedras para evitar roturas en las juntas a causa de la presión que las aguas
ejercían sobre ellas. Cuando el desnivel a salvar era importante, la presión del agua podía
reventar la tubería, por lo que era más económico salvar el barranco mediante una
arquería.

En algunos casos se aprovechaba la obra de arquería de un acueducto para construir


también un puente carretero, como en el caso del Pont du Gard (de ahí que se conozca
con el nombre de puente, pont).

En distintos puntos de las conducciones se intercalaban dispositivos cuya finalidad era


remansar la corriente del agua para permitir que los arrastres sólidos se decantaran, cajas
de agua o arcas de agua. Todos tienen en común estar constituidos por receptáculos
intermedios con el fondo a un nivel inferior que el de los canales de entrada y salida del
agua. Los arrastres se precipitan y caen al fondo, de donde se podían extraer
periódicamente. El tipo más simple es un simple pocillo practicado en el fondo del canal.
Los ejemplares de mayor envergadura son pequeños depósitos de obra (piscinae limariae)
revestidos de opus signinum.

Cuando la conducción llega a las murallas de la ciudad, su caudal se recoge en una cisterna
terminal, que sirve para regular el suministro. Desde ella se suministra el agua a los
ciudadanos por un sistema de distribución.

Según Frontino los romanos se conformaron durante mucho tiempo con el agua que
extraían del Tíber, los pozos y los manantiales. Las cosas fueron así durante los primeros
441 años desde la fundación de la ciudad. Su primer acueducto fue subterráneo, el Aqua
Apia, que se extendía unos 16 km, construido por iniciativa del censor Apio Claudio el
Censor en el año 312 a. C. Más tarde, construyeron el primero que llevaba agua sobre la
superficie, el Aqua Marcia, en Roma, que recorría unos 90 km (144 a. C.). En época de
Frontino, que escribe su tratado sobre los acueductos de Roma en el 97 o muy poco
después, la conducción es subterránea en la mayor parte de su trazado, pero tiene a su
llegada a las proximidades de la ciudad un breve tramo que discurre en superficie sobre
muro y arquerías.

La conducción del Anión Viejo, construida en el 273 a. C., aunque transita en superficie
durante un trecho no muy largo, carece de arquerías, según la descripción de Frontino.
Todas las demás conducciones de Roma poseen tramos importantes de arquerías, que, en
general, son tanto más largos cuanto más modernos son. El acueducto que alimentaba
Cartago, en el actual Túnez, del siglo II, recorría una distancia de 132 km desde Zaguán, de
los cuales 17 km eran en arquería.

Es, pues, un hecho que los más antiguos acueductos de la urbe tienden a preferir la
conducción subterránea siempre que es posible. Se sabe también por Frontino que en
ocasiones, con el paso del tiempo, se fueron sustituyendo en algunas de las conducciones
los rodeos que exigía el trazado subterráneo por trazados más cortos sobre arquerías. La
preferencia por los trazados subterráneos en los acueductos más antiguos obedece, más
que a limitaciones técnicas, al interés por proteger las conducciones de sabotajes en
periodos de guerra o a la vieja experiencia romana en la construcción de drenajes y
cloacas.

Pero no es menos cierto que en los dos acueductos mencionados se suman los principales
sistemas de conducción usados en todas las épocas: conducción subterránea, en túnel,
sobre muro y sobre arquería. Por si esto fuera poco, el trazado del acueducto del Anión
Viejo incluye un sifón, lo que completa bastante el repertorio de soluciones técnicas.
Vitruvio, que escribe sus De architectura libri decem probablemente poco antes del
27 a. C., menciona ya todos los sistemas de conducción citados en este artículo, con
excepción de las tuberías de piedra, que no aparecen en ningún tratado, y los tubos y
canales de madera, que deben de ser de uso muy tardío. De hecho Faventino, que sigue
prácticamente a Vitruvio en todo, es el único teórico que los menciona, con lo que se
aparta de su fuente. Y téngase en cuenta que muy probablemente escribió su obra a fines
del siglo IV.

Por tanto, hay que pensar que todos los recursos técnicos de que dispusieron los romanos
para conducir el agua estuvieron al alcance de su mano desde los primeros momentos.

Los acueductos que se construyeron a partir del siglo XIX, distaron mucho de las hermosas
obras romanas, muchas de las cuales aún hoy están en funcionamiento, como las que
abastecen de agua a las fuentes de Roma.

Los acueductos modernos se construyen generalmente bajo tierra, como extensas redes
de conductos de hierro, acero o cemento. El acueducto Delaware, que transporta agua
desde los Montes Catskill hasta Nueva York tiene una longitud de 137 km y es el segundo
acueducto de transporte continuo, para abastecimiento de poblaciones con mayor
longitud (aunque solamente es 5 kilómetros más que el romano que alimentaba Cartago).
El acueducto más largo del mundo lleva como nombre Acueducto Vizcaíno-Pacífico Norte
en el municipio de Mulegé , Baja California Sur, México. Dicha obra tiene una longitud de
315 kilómetros y conduce un gasto de 60 litros por segundo de agua.

CONCLUSIÓN
En conclusión se podría decir que la captación de aguas pluviales es una forma de
ecológica, gratuito y sencillo de poder reutilizar esas aguas y cuidar el medio ambiente.
Debemos de considerar la instalación de un sistema de captación de aguas pluviales no
solo de un punto de vista exclusivamente económico. Las razones que se deben tomar en
cuenta es el aprovechamiento de un recurso disponible y valioso que suele ser desechado
en la mayoría de viviendas del país.
ANEXOS

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