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Compendio de Derechocivil I Rafael Rojinas 73-85

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INTRODUCCION, PERSONAS Y FAMILIA

10.-Consecuencias jurídicas en el sector coactivo.-En este sector


se cumple otro proceso jurídico a través de la cópula "d-er ser", pues se
articula con el sector contencioso, pasando la sanción a ser coacción.
Esta se define como la aplicación de aquélla.

C A P I T U L O 111

Los SUJETOS DEL DERECHO

í .-Nociom~ generaks.-En el derecho se distinguen las personas


físicas de las morales, de tal manera que existe la persona jurídica in-
dividual y las personas jurídicas colectivas.
El hombre constituye la persona física, también llamada persona
jurídica individual.
Los entes creados por el derecho son las personas morales o ideales,
llamadas también personas jurídicas colectivas.

Oscar Morineau, El Esttrdio del Derecho, Editorial Porrúa, S . A., México,


1953, pág. 195.

Por persona jurídica se entiende el ente capaz de derechos Y obli-


gaciones, es decir, el sujeto que puede ser susceptible de tener facultades
y deberes, de intervenir en las relaciones jurídicas, de ejecutar actos ju-
rídicos, en una palabra, el ente capacitado por el derecho para actuar
jurídicamente como sujeto activo o pasivo en dichas relaciones.
Messineo, ob. cit., t. 11, págs. 88 y 89.

El derecho, no sólo ha reconocido que el hombre es el único sujeto


capaz de tener facultades y deberes; también a ciertas entidades que no
tienen una realidad material o corporal, se les ha reconocido la capa-
cidad jurídica para tener derechos y obligaciones y poder actuar como
tales entidades. Ha sido con motivo principalmente de estos entes jurí-
dicos, como ha nacido el problema y teoría de la personalidad jurídica.
Según el artículo 25 de nuestro Código Civil vigente: "Son personas
morales:-1.-La Nación, los Estados y los Municipios; 11.-Las demás
corporaciones de carácter público reconocidas por la ley; 111-Las so-
ciedades civiles o mercantiles; 1V.-Los sindicatos, las asociaciones pro-
fesionales y las demás a que se refiere la fracción XVI del artículo 123
76 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL

de la Constitución Federal; V.-Las sociedades cooperativas y mutualis-


tas:-VI.-Las asociaciones distintas de las enumeradas que se propongan
fines políticos, científicos, artísticos, de recreo o cualquier otro fin lícito,
siempre que no fuereri desconocidas por la ley".

2.-Teorh de la ficción en materid de personalidad de los entes


colectivos.-Expondremos primero las ideas de Ducrocq en Francia y
en seguida la tesis que ha sido clásica en esta materia, debida a la pluma
de Savigny.

"Es a Ducrocq (Cours de Dvoit Administratif, 7* ed., ts. IV y VI) a quien


debemos la exposición más completa y precisa de la teoría de la personalidad
moral, ficción jurídica, tal como durante mucho tiempo fue aceptada por la
doctrina francesa. Para Ducrocq toda persona moral, aun el Estado, es una fic-
ción. ¿Cuál es el fundamento de la personalidad civil y cómo se ha introducido
esta noción en nuestra legislación? A esta última cuestión Ducrocq responde sin
vacilar: "La personalidad civil se basa necesariamente en una ficción legal. Si
las personas físicas se revelan. a los sentidos y se imponen en cierta forma 9
la atención del legislador, sucede de ditinta manera con la personas civiles.
Estas no pertenecen al mundo de las realidades. Ha sido necesario recurrir a la
abstracción para aislar el interés colectivo de los intereses particulares de los
individuos isociados, o para asignar a la obra una existenciá distinta de la de
los fundadores, administradores o beneficiarios. Esta operación del espíritu cons-
tituye la ficción. Sólo por ficción se puede decir de estas entidades metafísicas
que existen, que nacen; que obran o -que mueren. Igualmente por una ficción,
estos seres, producto de la razón, pueden asimilarse a las personas naturales,
desde el punto de vista de sus intereses o de sus derechos. La personalidad civil
es meramente artificial y ficticia. La asimilación, por racional que sea, no es la
consecuencia necesaria de los hechos, sino al resultado de una operación del pen-
samiento. Las personas civiles son personas ficticias porque escapan a la apre-
ciación de nuestros sentidos, porque su existencia está confinada en el dominio
del derecho, porque son sujetos artificiales, abstracciones personificadas. Pero,
por otra parte, la ficción estaría desprovista de todo efecto jurídico. La abstrac-
ción permanecería en estado de pura hipótesis, si la ley no interviniese para
reconocerla y sancionarla. Si todos podemos imaginarnos una ficción sólo el legis-
lador puede introducirlas en el dominio del derecho positivo y hacer de ellas
personas civiles, capaces de constituir sujetos de derecho, a semejanza de las per-
sonas reales. La personificación no solamente tiene como consecuencia prestarles
vida a seres desprovistos de existencia física, sino que les confiere,. además, cier-
tos atributos que los individuos reciben de la naturaleza o de la ley, de los cuales
sólo el poder público tiene la facultad de disponer en su favor. Desde el punto
de vista racional, la concesión de la personalidad jurídica no puede, pues, re-
sultar más que de la ley" (t. IV, pág. 13).

En Alemania el más destacado representante de la teoría de la fic-


ción fue Savigny, quien expuso en su Sistema de Derecho Privado Romano
INTRODUCCION, PERSONAS Y FAMILIA 77

(traduc. de J. Mesía y Manuel Poley, Madrid, 1879, tomo 11, pág. 63


y s.), las bases de esa doctrina, considerando que sólo los seres humanos
pueden ser sujetos de voluntad y de libertad, requisitos ambos indispen-
sables para que existan los derechos subjetivos y los deberes jurídicos.
En esta tesis se afirma que la personalidad jurídica se constituye a través
del conjunto de derechos subjetivos y de deberes jurídicos, los cuales
desde el punto de vista real sólo pueden y deben referirse a los hombres
individualmente considerados. N o obstante, como el derecho no siempre
procede mediante soluciones lógicas, sino que también admite puntos
de vista prácticos que se fundan en la utilidad social, ha admitido la
existencia de seres ficticios llzmados personas morales, cuya creación
es artificial y más o menos arbitraria por parte del legislador, pero siem-
pre en función de un patrimonio, pues según explica Savigny, su teoría
sólo se refiere al derecho privado. Aun cuando pueda existir un sustrato
real, generalmente una entidad sociológica, los entes colectivos no tienen
voluntad, ni menos aún libre albedrío, de aquí que la personalidad re-
conocida por el derecho sea -según esta teoría- totalmente artificial
y contingénte. Algunas entidadesen el derecho público sí tienen vida
real desde el punto de vista sociológico, como las ciudades, municipios
y Estados. Respecto de ellas opina Savigny que su existencia es natural
o necesaria. En cambio otras entidades como las fundaciones, sociedades
y asociaciones, a quienes también el derecho reconoce el carácter de per-
sonas jurídicas, tienen una vida artificial, que sólo puede reconocer el
legislador vinculando intereses de sus diversos miembros, para conceder-
les derechos subjetivos, capacidad jurídica de actuar y posibilidad nor-
mativa de contraer obligaciones. Dada su especial naturaleza, esta clase
de entidades sólo pueden actuar por órganos representativos, de aquí la
necesidad de recurrir a una segunda ficción para que el derecho organice
su vida jurídica en relación con los demás, es decir, su posibilidad de
actuar ejercitando derechos y contrayendo obligaciones: nos referimos
a la teoría de la representación, que a su ve¿ estima que no es el re-
.. presentante, sino el representado quien ejecuta el acto jurídico, sirviéndole

aquél de simple instrumento, por tanto, se recurre también a una nueva


ficción. Es así como queda explicada la constitución y funcionamiento de
los entes colectivos, partiendo de una ficción para llegar a otra. En nues-
tro concepto, lo anterior significa que la tesis ficcioeista es doblemente
falsa, o mejor dicho, finca su explicación en dos falsedades, supuesto
que son dos ficciones.

3.-Critica a Ia t e o ~ í ade 1a ficciórz.-Independientemente de las crí-


ticas que acostumbran formularse en el sentido de que no es la voluntad
78 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL

la que permite otorgar ia personalidad jurídica, dado que existen seres


h ~ m a n o ssin facultades volitivas (recién nacidos, imbéciles o enajenados
privados completamente de voluntad e inteligencia), conviene sobre todo
insistir en que las m d llamddas personas física^ son personas no por lo
que tienen de físico o visible (as; las denomina el Código Civil argentino),
sino por lo qzle tienen de capacidad como &bato exclusivamente creado
por el derecho.
La tesis de Kelsen ha puesto en claro que la persona como centro
ideal de imputación de normas, facultades, deberes y actos jurídicos es
una entidad- absolutamente independiente de realidades sensibles, bien
sean físicas, orgánicas, psíquicas o sociales. Esta conclusión no significa
que la personaldad sea un recurso técnico al que pueda acudir el orde-
~ a x i e n t ojurídico para convertir a las cosas o a ios animales en sujetos
de derecho.
Desde el momento en que se afirma que tales sujetos son centros
ideales de imputación de facultades y deberes, necesariamente se descarta
aquella absurda interpretación, pues esos derechos y obligaciones sor, for-
mas de conducta que sólo pueden imputarse al hombre o a un conjunto
de hombres. Además, para que el sistema jurídico pueda personificarse
debe regular formas de conducta individual o colectiva susceptible de
imputacijn a centros o soportes en donde se unifiquen las facultades y
deberes constituyendo un haz con estructura jurídica propia. En defini-
tiva, el proceso de personificación es un proceso de unificación, congé-
nito a la inteligencia humana, que siempre procede unificando elementos
o cualidades para formar seres, objetos o entidades que adquieren exis-
tencia independiente, merced a la imputación que hacemos de esa serie
de elementos a un centro ideal de unificación.

4.-Tesis de Kelsen.-Para este autor, la persona jurídica no cons-


tituye una entidad aparte e independiente del derecho objetivo, sino que
es el mismo sistema personificado, de tal manera que !a persona jurídica
individual es la personificación del conjunto de normas relacionadas con
los derechos, obligaciones y actos del ser humano. La persona jurídica
colectiva se presenta también como un centro ideal de imputación de nor-
mas, facultades y deberes, relacionados con la conducta de un conjunto
de hombres.

"Ahora bien, además de esta imputación, de un hecho (la consecuencia


jurídica) a ctro hecho (la condición jcridica) hzy otro tipo Cistizto dc impu-
tación: !a imputación de un hecho a una persona. Esto ocurre cuxndo referimos
un hecho 2 ¡a unidad del orden (total o parcial), dentro del mal este hecho
está prescrito (20i una norma) como debido. LL irnpritaclón al Estado es un
INTRODUCCION, PERSONAS Y FAMILIA 79

caso de este Ultimo tipo de imputación y, por consiguiente, la persona del Estado
es la más amplia y comprensiva, es la personalidad total del derecho; mientras
que todas las demás personas (o sujetos) jurídicos, se presentan sólo como per-
sonificación de partes del orden jurídico. Efectivamente, si separamos del orden
juridico aquellas normas que regulan la conducta de un hombre, y las concc-
bimos aparte como formando una unidad, determinamos con ello e! concepto
de la llamada persona física o individual: ésta es la personificación de ese orden
jurídico parcial. Pero si delimitamos conforme a cualquier punto de vista el con-
junto de normas que regula la conducta recíproca de un conjunto de hombres,
esta parte de la ordenación juridica, u orden parcial, reducido a unidsd, es la
que constituye la llamada persona jurídica o colectiva. Así, pues, el sujeto cie
derecho no es una substancia aparte y fuera del orden juridico, distinta de él, sino
el mismo orden jurídico concebido unitariamente, es decir, la personificación del
orden jurídico, bien en su totalidad (Estado), bien de algunas de sus partes deli-
mitadas según criterios diversos" (Kelsen, Comperidio de T e v í a Geneml del Es-
tado, págs. 124 y 125).

Para Kelsen (Teoría General del Estado, Compendio de Teoria Ge.


newl del Estado y El Contrato y el Tratado) la personalidad jurídica,
como creación del derecho, tiene tres acepciones:
ln-Es la personificación de un sistema jurídico parcial o total.
2"Es el centro con& de imputación de actos jurídicos, para crear
un ente qae represente idealmente ese centro al cuad se imputen los acto^.
3*--Es el ce7rtr.o comzin de imptctación de derechos y deberes sub-
jetivos.
Las tres acepciones que da KeIsen a la personalidad jurídica fun-
damentalmente coinciden.
El hombre, dice Kelsen, como persona jurídica, es algo totalmente
disticto del hombre como organismo. Del ser humano sólo nos interesa
cierta parte de su conducta. El derecho únicamente se ocupa de ciertos
actos del mismo; desde luego no se ocupa de sus funciones biolhgicas,
físicas y psíquicas. Pero hay un conjunto de actos del hombre que si
interesan al derecho; éstos son los actos de su conducta, y en e! sector
de la misma, es necesario también seleccionar cuáles son los actos que ie
interesan a la moral, a la religión, a las reglas sociales y a las normas
jurídicas.
La persona se concibe como un centro común de imputación de
actos jurídicos; este centro al cual se imputan dichos actos const;tixye la.
entidad de derecho.
Cuando podemos referir un acto jurídico a alguien, por el solo hecho
de referirlo a un determinado ente, hemos elaborado el concexo de
sujeto de derecho; porque e! sujeto no es otra cosa que e: soporte z1
- imputan determinados actos, tanto de la persona jurídica inaiu:dur,i,
se
80 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL

como de la colectiva. Al derecho sólo le interesan los actos jurídicos; es


decir, aquellas actividades que pueden caer bajo el dominio de la norma
y que se manifiestan como derechos o como deberes.
Como el derecho o deber necesariamente suponen alguien como en.
tidad a quien deban imputarse, Kelsen considera que es por virtud del
proceso de imputación como creamos la personalidad jurídica. No tendría
sentido un acto jurídico que no pudiera imputarse a alguien, porque
siempre supone un acto de conducta, y como tal, la intervención del hom-
bre; pero ésta puede realizarse para ejecutar un acto de conducta refe-
rible exclusivamente a su persona, o imputable a un conjunto de hombres,
a una conducta colectiva que constituye una entidad distinta de ella.

5.-Tesis de Brinz.-Según Brinz, citado por Francisco Ferrara, las


personas morales son en realidad verdaderos patrimonios de afectación.
Existen dos clases de patrimonios: los referidos a la persona fisica, al
hombre, en cuyo caso la ley finca la representación de los mismos a través
de sus titulares como personas físicas. Por esto no hay problema alguno
para la representación de ese conjunto de bienes, que tienen necesaria-
mente uri titular, independientemente de la entidad patrimonial. Además
de estos patrimonios vinculzdos directamente con el hombre como per-
sona fisica, existen diversos conjuntos de bienes, derechos y obligaciones
formando una universalidad jurídica con entidad propia, que no pueden
referirse a un hombre, pero que el derecho los organiza, los protege y
los reconoce como si fuesen una entidad que puede ser soporte de dere-
chos y obligaciones. Esta entidad no es sujeto de derechos y obligaciones,
es simplemente soporte de los mismos; no son derechos de alguien, sino
de algo, del patrimonio.
La unidad creada en el patrimonio afectación se alcanza merced a
un fin, que puede ser jurídico, económico o de naturaleza mixta: jurídico-
económico. Cuando la norma reconoce un cierto fin social, al cual se
destinan un conjunto de bienes, pensamos que hay ahí una persona ju-
rídica; tratamos de personalizar lo que en realidad es un patrimonio que
va a cumplir un cierto fin. Pero para cumplir ese cierto fin, no bastaría
reconocer un conjunto de bienes, habría que otorgar derechos y que im-
poner obligaciones; derechos. y obligaciones con referencia no a un su-
jeto, sino a un patrimonio.
El problema de que no puede haber derechos sin sujeto, u obligación
sin responsable, queda explicado en el sentido de que se personifica a
un patrimonio, y para la realización de tal fin se permite que el patri-
mohio sea acreedor o deudor. Es la tesis de Gaudemet, Jallu y Gazin,
INTRODUCCION, PERSONAS Y FAMILIA 81

que afirman que el patrimonio es sujeto pasivo en la relación jurídica


de crédito.
La teoría de los patrimonios de destino postulada por Brinz, nace
con un carácter negativo para destruir la tesis de la ficción que gozaba
de gran prestigio. Explica Ferrara que Savigny, Puchta y Baron comen-
zaron por aceptar que el sujeto en los entes colectivos se constituye por
una ficción más que de la persona, del fin para el cual están destinados
los bienes, de tal manera que reconocieron que la creación de las perso-
nas morales era en verdad una creación de la nada. Por virtud de un
estudio de Unger, la teoría de la ficción termina en su primera fase, ya
gue inicia un aspecto distinto que prepara después la tesis de los dere-
chos sin sujeto que habría de desarrollar Brinz. En esta segunda fase sc
considera que las personas jurídicas no son sujetos fingidos para crear
un ente de la nada, sino verdaderas fórmulas científicas para explicar u n
complejo de fenómenos jurídicos.

Ferrara, Teoría de las Personas Jrwídicas, traduc. de Eduardo Ovejero, Ma-


drid, 1929, págs. 128 y 129.

Comentando Ferrara las ideas de Brinz hace notar que para dicho
autor no es posible agrupar al lado de las personas naturales, las llama-
das personas morales o ideales, por no existir idéntica o semejante na-
turaleza entre las mismas; que en realidad lo que existe para los entes
es un patrimonio de destino que viene a sustituir en virtuc!
de su propio fin al sujeto de derecho, es decir, es un subrogado de éste, de
tal manera que ese patrimonio no es de algún sujeto, sino de algunas
cosas, que también pueden ser materia de una regulación jurídica. Por
esto, aun cuando el patrimonio no pertenezca a alguien, sí pertenece a
algo, es decir, a un fin. En este sentido admite Ferrara que es superior
la idea de Brinz a la tesis de la ficción que simplemente parte de un
sujeto fingido, pues como tal no tiene realidad y nada le puede perte-
necer. Invoca también Brinz como un segundo argumento, las fuentes
romanas para demostrar que no reconocieron la distinción moderna entre
personas naturales y jurídicas. Irónicamente se expresa Brinz en sus Pan-
dectas (Pandekten, 3" ed., pág. 226) que: "Con ei mismo resultado
9 1 ,

con que Puchta quiere tener en pie un patrimonio por medio d e una per-
Jona f i n ~ i d a , podremos nosotros fingir que prendemos nuestro cabello
d e un clavo inzagina~ioclavado en la pared". Esta tendencia sólo se ex-
plica por el fenómeno psicológico arraigado fuertemente a la mente
humana de querer personificar los entes, proyectando la propia perso-
nalidad sobre las cosas, o como dice Brinz, en los hombres existe el
82 COMPEhDIO DE DERECHO CIVIL

instinto de pensar que las demás cosas son semejantes a los seres huma-
nos. Por la misma razón consideramos que Dios hizo al hombre a su
imagen y semejanza.
Los patrimonios de destino o afectados a un fin que reconoce Brinz,
son principalmente el Estado, el Municipio, los colegios, las universida-
des, !as fundaciones, pues en todos ellos se alcanza la unidad en razón
U d fin.
Aun cuando Eerrara admite que la n o c i h de fin es una conquista
iinportantc en la teoría de la personalidad jurídica, no acepta la exjs-
ten& de dcrechos sin sujeto, pues éste es necesariamente el apoyo de
tales facultades y el término lógico en toda relación jurídica que sólo
puede darse entre sujetos, de lo contrario tanto el derecho corno la re-
lación quedarían en el vacío.
De todo lo expuesto se concluye que la idea de fin de los patri-
monios de destino no es bastante para sustituir al sujeto titular de los
" mismos, teniendo razón Zitelmann al decir que la distinción entre per-
tinere ad aliquem y pertinere ad aliquid es en realidad un juego de pa-
labras. Además, !a tesis de Brinz trae consigo una alteración básica de
todos los principios del derecho y especialmente de las instituciones ci-
viles, pues la propiedad se convierte en "una ligazón jurídica de cosas"
y puede referirse tanto a un hombre como a un fin. El mismo pandectista
germano se ve obligado a reconocer la insuficiencia de su tesis cuando
trata de explicar la representación del patrimonio en atención al fin, ya
que admite que el representante se convierte en un verdadero titular,
como si se tratase de un fiduciario. Indica Ferrara que puede haber per-
sonas jurídicas sin patrimonio, atacando así por su base la teoría que
venimos estudiando. Por otra parte, la capacidad de las personas jurí-
dicas sólo podría explicarse desde el punto de vista patrimonial, pues
quedaría limitada a su esfera económica en tanto y cuanto posean pa-
Gimonio.

6.-Tesis de Fewara.-Este autor en su ya citada obra, fundamen-


talmente sostiene que en sentido jurídico la persona significa ser sujeto
de obligaciones y derechos, y que como tal, este concepto es una crea-
ción del orden jurídico que' tiene su causa y nacimiento en el derecho
objetivo.
Tanto la persona física, como la persona jurídica colectiva son crea-
ciones del derecho, no son realidades, sino categorías jurídicas que el '
sistema normativo puede referir a un determinado sustrato que es h-
dependiente de la corporalidad o realidad material del ente o sujeto que
se trate de personificar.
INTRODUCCION, PERSONAS Y FAMILIA 83

La persona física puede perder su categoría jurídica de tal, eri los


casos en que un determinado derecho positivo admita la esclavitud o
la muerte civil, como consecuencia de una condena o de un estado religioso.
Si lo anterior se. dice para las personas físicas, nada iinpide que la
persona moral o ideal dependa de la norma jurídica. En la construcción
de esta personalidad Ferrara considera esenciales los sig~iienteselemen-
tos: a).-El conjunto o reunión de hombres; b).-La realización de un
fin común, determinado, posible y lícito y c) .-El reconocimiento que
otorgue el derecho objetivo a los dos citados elementos, para conferir
la capacidad jurídica.

I
lo-Respecto al primer eleinmto, c ebemcs decir que como 13 per-
sonalidad es la forma de reducir a ia L nidad las relaciones jurídicas y
aquellos actos del hombre que tengan contenido jurídico, 1í.h''~carnmte
no sólo es posible personificar los actos del hombre, sino tambiíin -q ue-
110s que ejecuten un conjunto de hombres, bajo un fin deterrninxlo, po-
sible, lícito y común.
En las personas jurídicas colectivas, existe la pluralidad dc indivi-
duos que cobran o adquieren unidad no a través de sus personalidades
físicas, sino merced a la realización del fin común, lo que permite hablar
de una conducta común y de un sistema de derecho que organice esa
conducta en atención al fin propuesto, siempre y cuando éste sea de-
terminado, pues una vaguedad en los propósitos no podría caracterizar
la institución. Es decir, el perfil o límite jurídico que se acepte para
personificar un conjunto de actos y fines, debe ser preciso, determinado,
para fijar el radio de acción que capacite jurídicamente al ente o sujeto
a quien se va a otorgar vida, capacidad y personalidad. El fin también
debe ser posible, pues e¡ derecho no podría tomar en cuenta una asocia-
ción que desde un principio estuviese condenada a la inacción, ante una
imposibilidad jurídica o física. Conforme al derecho, hay imposibilidad
jurídica cuando el acto o actos que se trate de realizar son incompati-
bles con una norma que debe regirlos necesariamente, la que constituye,
por lo tanto, un obstáculo insuperable para su realización. Tal sería en
México el caso de una sociedad comercial por acciones que tuviese por
objeto adquirir fincas rústicas para destinarlas a la agricultura, en virtud
de que el artículo 27 constitucional expresamente declara que: "Las so-
ciedades comerciales por acciones, no podrán adquirir, poseer o adminis-
trar fincas rústicas. Las sociedades de esta clase que: se constituyeren
para explotar cualquier industria fabril, minera, petrolera, o para algún
otro fin que no sea agrícola, podrán adquirir, poseer o administrar te-
rrenos únicamente en la extensión que sea estrictamente necesaria para
84 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL

los establecimientos o servicios de los objetos indicados, y que el Ejecu-


tivo de la Unión, o los de los Estados, fijarán en cada caso".
En cuanto 1 la posibilidad física, es evidente este requisito, toda
vez que se considera imposible físicamente un hecho o fin, cuando van
en contra de una ley de la naturaleza que constituya un obstáculo insu-
perable para su realización. Sólo desde el punto de vista imaginativo
podría pensarse en el ejemplo absurdo de una asociación de hombres
para la consecución de un fin imposible.
Finalmente, el reconocimiento que haga el orden jurídico a la en-
tidad colectiva que se trata de crear, es esencial para Ferrara, toda vez
que la voluntad humana no puede crear sujetos de derecho; éstos sólo
pueden emanar del orden jurídico. Las corporaciones o fundaciones no
son producto de la voluntad de los socios o del fundador, sino de la vo-
luntad del orden jurídico, es decir, del derecho objetivo. La voluntad del
hombre constituye sólo el sustrato o elemento material para que el or-
denamiento jurídico otorgue el reconocimiento; pero es indispensable al
lado de este elemento, el que Ferrara considera formal o constitutivo
de la personalidad, que sólo puede concederlo el derecho. N o se trata,
según dicho autor, de un simple acto declarativo o de la intervención
de un órgano del Estado para certificar o autentificar la constitución de
!a personalidad jurídica.
En relación con este tema citaremos el criterio primitivo adoptado
por la Ley General de Sociedades Mercantiles, que en la parte conducen-
te de su Exposición de Motivos, dice: "El Ejecutivo ha creído que ese
difícil problema de las sociedades de hecho o irregulares puede desapa-
recer acogiendo un sistema similar al inglés; es decir, llaczeízdo derivar
e/ nacimiento de la personalidad jurídica de un acto de volzlntnd del Es-
rada cuya emisión esté condicionada al cumplimiento de las disposicio-
nes de orden público de la ley relativas a la constitución de las sociedades.
Con esto no se abandona el régimen normativo, en cuanto que los Ór-
ganos del poder público no van a otorgar en cada caso una autorización
discrecional para que una sociedad mercantil pueda constituirse, sino que
su única función consistirá en comprobar que se han satisfecho las dis-
posiciones legales taxativas. Atendiendo precisamente a esta circunstan-
cia, la ley encomienda a las autoridades judiciales la f ultad de ordenar
"C,
el registro de las sociedades y regula un procedimien o para llevar a
cabo la comprobación de los requisitos de que se viene hablando. Con-
secuencia natural de que en lo sucesivo el nacimiento de las sociedades,
estará precedido de la comprobación ante los órganos del poder público
de la legalidad de su constitución, es la de que no serán atacables las
inscripciones-del Registro ni por los socios rii por los terceros, por lo
INTRODUCCION, PERSONAS Y FAMILIA 85

que, salvo el caso de excepción que en seguida se indica, no habrá ya


lugar a juicios de nulidad de sociedades, sino que, logrado el registro,
sólo mediante la disolución y la liquidación llevadas a cabo en los tér-
minos y con las condiciones que sobre el particular se fijan, podrá ex-
tinguirse la personalidad jurídica de las mismas sociedades".
2"-Existencia de un fin común, lícito, posible y determinado. Ya
con'anterioridad hemos explicado por qué la asociación de hombres que
constituye el substratum sociológico de las personas jurídicas colectivas,
debe proponerse un fin común con todos y cada uno de los requisitos
antes mencionados.
3"-Reconocimiento del derecho a la personalidad jurídica colectiva.
Indicamos también que según Ferrara dicho reconocimiento no sólo tiene
por objeto fines de autenticidad, ni permitir a un órgano del Estado in-
tervenir en la constitución de las personas morales, para que se cumplan
todos los t-lementos esenciales y de validez inherentes a su formación,
sino que sobre todo el reconocimiento del orden jurídico es necesario
para darle vida al ente moral.
El reconocimiento que el derecho hace de la personalidad jurídica,
no significa que sea necesario un acto especial del Estado, como hemos
visto para nuestras sociedades mercantiles, a efecto de que nazca la per-
sonalidad jurídica colectiva. Sin embargo, históricamente se puede com-
probar que el poder públ~coha intervenido en la formación de las per-
sonas morales. Era necesaria la aprobación estatal para formar asociaciones
o corporaciones en el mismo derecho antiguo, aun cuando el significado
del reconocimiento que haga el poder público ha sufrido profundas mo-
dificaciones en el curso de la historia del pensamiento jurídico. Para la
teoría de la ficción, el reconocimiento tiene un valor constitutivo, pues
sólo la ley crea las personas morales. Para una segunda concepción, el
reconocimiento tiene un valor declarativo. "Este pensamiento, ya emi-
tido por Beseler (Volksrecht nnd Turistenrecht, págs. 173 y sigs.), se
encuentra desarrollado con gran precisión por Gierke y es aceptado por
la banda de los realistas" (Ferrara, pág. 381). Para una tercera concep-
ción el reconocimiento tiene un carácter confirmativo. "Karlowa (Zur
Lehre v. der jurist. P~vrrnenZeits. f. das privat und offentl, Recht, XV,
págs. 403 y sigs.) que es el sostenedor de esta doctrina, dice que al sur-
gir las corporaciones y fundaciones, -cooperan tanto los particulares
como el Estado, aquéllos mediante un acto autonómico de constitución
o fundación, éste mediante un acto accesorio de confirmación" (Ferrara,
ob. cit., pág. 382). Concluye Ferrara dándole al reconocimiento un valoi
constitutivo, en cuanto que a la existencia sociológica de los entes co-
lectivos se agrega su existencia jurídica que exclusivamente depende del
86 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL

derecho. Antes del reconocimiento se trata sólo de entes que aspiran a


la perso~ificación,ni siquiera son personas en potencia o en incubación.
Sólo el reconocimiento produce la personalidad y les coiicede la impronta
jurídica necesaria en el derecho.

7.-Teoría de la institución de Hauriou.-Este autor se ocupa del


~roblemade la personalidad jurídica tanto en su obra denominada De
la personalité comme élbrilerrt de la réirliti sociale, como en su Droit cons-
tituciomel y en La théorie de I'institution et de la fondation.
Para Hauriou, la institución es "una ided de obra que se realiza y
d w a jurldicamente en un medio ~ocial.En virtud de la realización de
esta idea .re orxaniza un poder que reqlciere órganos; por otra parte,
entre los nziembros del grtcpo social interesado en la realización de esta
ided, se producen ma~zifestacionescomunes, dirigidm por los ór~anosdel
poder. y regidas por procedimierztos" (La théorie de I'institzrtion et de
la f ondation) .
Según esta definición se puntualizan los siguientes elementos: a) .-
La institución es una idea de obra que tiene realización efectiva y jurí
dica; b).-Al realizarse se constituye un poder; c).-Este poder nece-
sita de órganos; d).-Para la realización de la empresa se ponen en
común actividades que están dirigidas por los órganos del poder.
a) .-La institución es una idea de obra que tiene realización efecti-
va. En concepto de Haurio~i,la idea de obra significa su transformación
en hechos, en realidades, de tal suerte que adquiere existencia objetiva
e independiente a través de los mismos. Toda institución, además, es
algo dinámico, que se manifiesta en constante actividad, y por esto se
trata de una idea de empresa, que tiene realidad a través de sus actos.
Puede decirse que es un ente funcional; que en tanto que funciona y
está en actividad, constituye una empresa.
b) .-La realización de la empresa origina un poder. Necesariamen-
te debe existir un principio de dirección y de mando y, por lo tanto, la
existencia de un órgano director. Como en toda institución vive y fun-
ciona una idea directriz que se traduce en actos y a través de este prin.
cipio se unifica.
c).-El poder de la institución necesita de órganos. Toda entidad
distinta de las personas físicas que la constituyan, sólo puede actuar
mediante sus órganos. Como la institución es una idea de obra, que ne-
cesariamente está en actividad constante, es evidente que precisa de ór-
ganos para cumplir con sus finalidades.
d).-Para la realización de la empresa, existe una comunidad de
fines. La idea de obra no se identifica con el fin, pues éste es algo que
INTRODUCCION, PERSONAS Y FAMILIA 87

tratará de alcanzarse y que por lo tanto no forma parte de la esencia mis-


ma de la institución, sino que se presenta como algo fuera de ella,
que apunta el sentido y dirección de sus actos. Los fines comunes que
permiten la organización de las actividades, y su regulación jurídica, de-
ben ser determinados y, por lo tanto, limitados en un cierto sentido.

CAPITULO IV

Los OBJETOS
DEL DERECHO

l.-Enumeración de los objetos directos del derecho.-Los objetos


directos del derecho comprenden las siguientes formas de conducta ju-
rídicamente regulada:

I'
a) Los derechos subjetiuos; b Los deberes jurídicos; c) Los actos
jzcrídicos; d ) Los hechos lícitos e i ícitos y e) Las sanciones jurídicas.
a) Los derechos subjetivos son formas de conducta jurídicamente I

regulada, pues constituyen un proceder lícito que el derecho expresamen-


te reconoce al facultar a una persona para que haga, exija o impida algo
en relación con otra que se considera sujeto pasivo, quien debe soportar
la acción, la exigencia o el impedimento del sujeto activo.
b) Los deberes jurídicos son taqbién formas de conducta reguladas
hor el derecho, toda vez que constituyen un estado de sujeción del obli-
gado frente al pretensor, es decir, implican siempre una especial con-
ducta que debe realizar el sujeto pasivo en reIación con el activo, consis-
tente en dar, hacer, no hacer o tolerar.
c ) Los actos jurídicos constituyen formas de conducta regutadas por
eJ derecho, pues éste determina sus elementos esenciales y de validez
para que puedan surtir consecuencias jurídicas.
En el acto jurídico debemos distinguir dos aspectos: 1.-Como for-
m d de realización de tcn supuesto jtcrídico y 2.-Como co~dactajurídica-
mente re~uladai<&e conrtituye el objeto del derecho.
d) Los hechos lícitos o ilícitos constituyen a sa vez otras formas de
la conducta jurídica, pues el ordenamiento los toma en cuenta para cali-,
ficarlos y determinar las consecuencias que son susceptibles de producir.
e) Las sanciones juridicas son también objetos específicos del de-
recho, pues independientemente del mal que implican para el infractor,
se les considera por el ordenamiento jurídico como formas de constitución
de derechos y obligaciones. Sin embclvgo, se ha descuidado estuaiczr el

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