Escuela 1
Escuela 1
Escuela 1
En un rincón de Argentina, rodeado por las vastas pampas y bajo el amplio cielo azul, se ve a lo
lejos un pueblo tranquilo y placido donde entre las calles principales a lo lejos puede verse una
silueta, una casona, ¿será una mansión? Por supuesto que no... es mi nueva escuela, Es la
Escuela del Sol Naciente, un lugar donde cada día es una nueva aventura y donde aprender es tan
divertido como jugar en un parque.
Dirigida por la señora Marta, una directora amable y llena de sabiduría donde cada aprendizaje con
ella era una experiencia única en nuestras vidas. Ella había diseñado la escuela como un gran
círculo, simbolizando la unión y la comunidad, y cada aula miraba hacia el patio central, donde un
enorme y abundante árbol de jacarandá extendía sus ramas como si quisiera participar de las
clases, como si quisiera abrazar a cada uno de sus queridos compañeros que lo visitan cada 5
días.
En esta escuela, aprendemos matemáticas a través de juegos de fútbol, donde cada gol sumaba
puntos y cada pase era una oportunidad para practicar sumas y restas. Las clases de historia se
convierten en emocionantes obras de teatro, donde los estudiantes vestían trajes de gauchos y
revivían las gestas históricas de grandes héroes como San Martín y Belgrano.
El aula de literatura estaba llena, pero llena de libros de todos los rincones del país, y los niños
viajan con la imaginación a través de las páginas junto a personajes como Mafalda y el Eternauta,
explorando las ricas tradiciones argentinas y las modernas aventuras urbanas. La señora Marta
también había creado un rincón especial para la poesía, donde los estudiantes podían recitar
versos de Borges y Alfonsina Storni bajo el jacarandá.
Pero saben, lo más especial de la Escuela del Sol Naciente era su aula al aire libre, donde los
niños aprenden ciencias naturales entre las plantas y los animales que visitan nuestro patio. Allí,
plantamos flores y vegetales en la huerta escolar y estudiamos el ciclo de vida de las mariposas
que atraían. Aprendían sobre el clima, las estaciones, y cómo cuidar nuestro medio ambiente.
Todos los viernes, la escuela organiza el "Asado del Saber", un momento para compartir lo
aprendido durante la semana mientras disfrutábamos de riquísimas empanadas y choripanes. Los
padres venían a unirse los vecinos a cantar coplas y chacareras, y juntos la comunidad escolar
celebraba el conocimiento y la amistad.
En la Escuelita del Sol Naciente, cada niño se siente valorado y comprendido. Aprendemos no solo
a ser buenos estudiantes, sino también buenos amigos y ciudadanos conscientes de nuestra
cultura y nuestro entorno.
la Escuela del Sol Naciente no solo enseña lecciones académicas; inculcaba mucho al amor por la
tierra, sobre todo el respeto por la diversidad y una profunda conexión con las raíces argentinas
nuestras raíces, mis raíces... tus raíces. Era un lugar donde los niños crecen felices y orgullosos de
su herencia, listos para brillar como el sol que da nombre a su querida escuela.
Mi escuelita Sol naciente