Sesión 2 - Aparato Locomotor - Texto
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Tejido óseo constituye aproximadamente el 18% del peso corporal y desempeña seis funciones
básicas:
1. SOSTÉN: Sostén a los tejidos blandos y brinda los puntos de inserción para los tendones de los
músculos esqueléticos.
2. PROTECCIÓN: Protege de lesiones a los órganos internos más importantes. Cráneo, médula
espinal, costillas y esternón.
3. ASISTENCIA EN EL MOVIMIENTO: Músculos esqueléticos se fijan a los huesos; cuando se
contraen, traccionan de ellos para producir el movimiento.
4. HOMEOSTASIS MINERAL (ALMACENAMIENTO Y LIBERACIÓN): Almacena diversos minerales,
especialmente calcio y fósforo, lo que contribuye a la resistencia del hueso. Según los
requerimientos, el hueso libera minerales a la circulación para mantener el equilibrio de
algunos componentes esenciales de la sangre y para distribuir esos minerales en otros sectores
del organismo.
5. PRODUCCIÓN DE CÉLULAS SANGUÍNEAS: Dentro de algunos huesos, un tejido conectivo
denominado médula ósea roja produce glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
6. ALMACENAMIENTO DE TRIGLICÉRIDOS: Médula ósea amarilla está constituida principalmente
por adipocitos, en los que se almacenan triglicéridos.
La estructura macroscópica puede analizarse considerando las distintas regiones de huesos largos.
1. DIÁFISIS: Cuerpo del hueso (porción cilíndrica larga y principal del hueso).
2. EPÍFISIS: Extremos proximal y distal del hueso.
3. METÁFISIS: Regiones de hueso maduro, donde diáfisis se une a la epífisis. En el hueso en
crecimiento, cada metáfisis contiene la placa epifisaria (placa de crecimiento), capa de
cartílago hialino que permite a la diáfisis crecer en longitud. Cuando un hueso deja de crecer
longitudinalmente, entre los 18 y 21 años, el cartílago de la placa epifisaria se remplaza por
hueso; la estructura ósea remanente se conoce como línea epifisaria.
4. CARTÍLAGO ARTICULAR: Capa delgada de cartílago hialino que cubre la región de la epífisis,
donde un hueso se articula con otro. Reduce la fricción y absorbe los impactos.
5. PERIOSTIO: Tejido que recubre la superficie ósea allí donde no está presente el cartílago
articular. Algunas de las células de este permiten al hueso crecer transversalmente. Protege el
hueso, participa en la consolidación de las fracturas, en la nutrición ósea y sirve como punto de
inserción de ligamentos y tendones.
6. CAVIDAD MEDULAR: Espacio cilíndrico vacío dentro de la diáfisis que, en los adultos, contiene
médula ósea amarilla y numerosos vasos sanguíneos. Minimiza el peso del hueso.
7. ENDOSTIO: Fina membrana que reviste la cavidad medular. Contiene una sola capa de células
formadoras de hueso y escaso tejido conectivo.
TIPOS DE HUESOS
Casi todos los huesos del organismo pueden clasificarse en cinco tipos principales, según su forma:
largos, cortos, planos, irregulares y sesamoideos.
- LARGOS: Más largos que anchos y están ligeramente curvados para ganar en resistencia. Entre
ellos, figuran el fémur, la tibia y el peroné, el húmero, el cúbito y el radio y las falanges.
- CORTOS: Suelen ser cúbicos e igualmente largos y anchos. Como ejemplos se encuentran la
mayoría de los huesos del carpo y de los huesos del tarso.
- PLANOS: Delgados y cumplen función de protección y ofrecen una gran superficie de inserción
muscular. Entre ellos, figuran los huesos del cráneo, el esternón, las costillas y la escápula.
- IRREGULARES: Formas complejas y no pueden agruparse dentro de ninguna de las categorías.
Son ejemplos de ellos las vértebras, los huesos de la cadera y ciertos huesos de la cara.
- SESAMOIDEOS: Poseen forma de semilla de sésamo, se forman dentro de ciertos tendones en
los que existen una considerable fricción y tensión mecánica, como en las palmas de las manos y
en las plantas de los pies. Número puede variar entre las distintas personas; no están totalmente
osificados y son de unos pocos milímetros. Notables excepciones son las dos rótulas.
A nivel microscópico, el tejido óseo contiene una abundante matriz extracelular que rodea células muy
separadas entre sí. La matriz osteoide está constituida por 15% de agua, 30% de fibras colágenas y 55%
de sales minerales cristalizadas, la más abundante es el fosfato de calcio, otras son el carbonato de
calcio, iones de magnesio, flúor, potasio y sulfato.
Tejido óseo presenta cuatro tipos celulares: células osteogénicas, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos:
- CÉLULAS OSTEOGÉNICAS: Células madre no especializadas. Únicas células óseas que
experimentan división celular, células hijas se transforman en osteoblastos. Se encuentran en el
endostio.
- OSTEOBLASTOS: Células formadoras de hueso que sintetizan y secretan fibras colágenas y
otros componentes orgánicos necesarios para construir la matriz osteoide. Inician la
calcificación. A medida que los osteoblastos se rodean a sí mismos de matriz osteoide, van
quedando atrapados en sus secreciones y se convierten en osteocitos.
- OSTEOCITOS: Células óseas maduras y las principales del hueso.
- OSTEOCLASTOS: Células gigantes derivadas de la fusión de por lo menos 50 monocitos y se
agrupan en el endostio. Libera poderosas enzimas lisosómicas y ácidos que digieren los
componentes minerales y proteicos de la matriz osteoide subyacente. Esta descomposición,
denominada resorción, es parte de la formación, mantenimiento y reparación normales del
hueso.
Hueso no es completamente sólido porque contiene pequeños espacios entre las células y los
componentes de la matriz osteoide. Algunos espacios constituyen conductos para los vasos
sanguíneos que brindan nutrientes a las células óseas. Otros espacios sirven como sitios de
almacenamiento de la médula ósea roja. Según el tamaño y la distribución de los espacios, las
regiones de un hueso pueden clasificarse como esponjosas o compactas. Aproximadamente 80% del
esqueleto está formado por hueso compacto y 20% por hueso esponjoso.
Contiene pocos espacios y es el componente más fuerte del tejido óseo. Se encuentra por debajo del
periostio y forma la mayor parte de las diáfisis. Brinda protección y soporte y ofrece resistencia a la
tensión.
Las regiones comprendidas entre las osteonas vecinas contienen las laminillas intersticiales, que
también presentan lagunas con osteocitos y canalículos.
Los vasos sanguíneos, linfáticos y los nervios del periostio penetran el hueso compacto a través de
los canales perforantes transversos o canales de Volkmann. Los vasos y los nervios de los canales
perforantes se conectan con los de la cavidad medular, el periostio y los canales centrales.
Las laminillas circunferenciales que están justo por debajo del periostio se denominan laminillas
circunferenciales externas. Se conectan con el periostio mediante fibras perforantes (fibras de
Sharpey). Las que revisten la cavidad medular se denominan laminillas circunferenciales internas.
TEJIDO ÓSEO ESPONJOSO
También denominado tejido óseo trabecular, no contiene osteonas. Siempre es profundo y está
protegido por una cubierta de hueso compacto. Está compuesto por laminillas dispuestas en un
patrón irregular de finas columnas denominadas trabéculas, entre las que existen espacios que
pueden apreciarse a simple vista. Estos espacios macroscópicos contienen médula ósea roja y
médula ósea amarilla. Cada una de las trabéculas consta de laminillas concéntricas, osteocitos
ocupantes de lagunas y canalículos que irradian en forma excéntrica desde las lagunas.
Componente profundo principal de los huesos cortos, aplanados, sesamoideos e irregulares.
El esqueleto adulto del ser humano está formado por 206 huesos individuales, la mayoría de los cuales
están en par. El esqueleto de los lactantes y de los niños tiene más de 206 huesos, dado que algunos
de ellos (sacro y el coxis) se fusionan más adelante.
Los huesos se dividen en dos grupos principales: esqueleto axial (80 huesos) y esqueleto apendicular
(126 huesos).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Tortora, G. J., & Derrickson, B. (2013). Principios de Anatomía y Fisiología (13.a ed.). Editorial Médica
Panamericana.