Sproul R.C. Como Defender Su Fe
Sproul R.C. Como Defender Su Fe
Sproul R.C. Como Defender Su Fe
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RC.SPBOUL
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Introducción
SECCIÓN 1
LA TAREA APOLOGÉTICA
1. La tarea de la apologética
2. La apologética y la fe salvadora
s alvadora
SECCIÓN II
4. La ley de la no contradicción
6. La ley de la causalidad
SECCIÓN III
LA RAZÓN NATURAL. Y LA FE
SECCIÓN IV
6
EI. ARGUMENTO A FAVOR DE LA EXISTENCIA DE Dios:
CUATRO POSIBILIDADES
11. Ilusión
12. La autocreación
13. La creación por casualidad
SECCIÓN V
SECCIóN VI
Conclusión
Notas
7
Indice general
8
Hace años leía una novela (cuyo título y autor ahora no recuerdo) en el que
tuvo lugar
expresó un dialogo"Déme
álgidamente: entre un sacerdote
usted su fe, yy yo
un le
científico.
daré mi El científico
razón". Ese
simple intercambio destaca la extendida creencia en nuestros días que la
razón y la fe son incompatibles y antitéticas. La religión ha sido excluida
de la plaza pública (excepto en tiempos de crisis nacional) y exiliada a una
reserva gobernada por la fe. La fe es contemplada como una cualidad
subjetiva y emotiva sobre la que se apoyan los débiles o los ignorantes. Es
el opio de las masas, bromuro para los inteligentes. La fe es una muleta
para apoyar sicológicamente a los incapacitados, aquellos a quienes les
falta el punto de vista científico y sofisticado del mundo.
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no han sido disparos de aviso hechos desde fuera de la iglesia sino, más
bien, enconados ataques desde dentro de la iglesia.
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11
Uno de los aspectos principales de nuestro trabajo en Ligonier Ministries
es ayudar a los cristianos a saber lo que creen y por qué lo creen. Ese es el
trabajo de la apologética. La tarea o la ciencia de la apologética cristiana se
ocupa primordialmente de proveer una defensa intelectual de las verdades
afirmadas por la fe. El vocablo apologética proviene de la palabra griega
apología, que literalmente significa "una declaración razonada o una
defensa verbal". Ofrecer una defensa, pues, contraria a la definición más
popular de "lo siento", es defender y argumentar a favor de un punto de
vista particular.
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en medio de un estadio rodeado de otros ciudadanos romanos, Marco
Aurelio prometió perdonarle la vida con una condición: que negase la fe
cristiana mediante la declaración: "¡Fuera con los ateos!" El anciano
obispo, sin duda con una sonrisa, señaló hacia las gradas repletas de
paganos y gritó: "¡Fuera con los ateos!" Al emperador no le hizo gracia el
gesto de Policarpo y ordeno su ejecución en aquel mismo día a la vista de
las multitudes. Justino Mártir, otra victima del emperador Marco Aurel¡o,
expresó en su Apología que los cristianos no eran ateos sino, más bien,
teístas comprometidos que, mientras afirman la realidad de un solo Dios
supremo, negaban el politeísmo del panteón romano.
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que afirma de las distorsiones incurridas en contra esas afirmaciones. La
disciplina de la apologética no murió en el siglo segundo. Más bien, sigue
viviendo porque con el paso de cada generación, dondequiera que el
cristianismo florece, también lo hacen las distorsiones, las malas
representaciones, los énfasis exagerados y los engaños descarados. Los
opositores de la iglesia continuarán acusándola de hacer el mal (eso se
asume en 1 P. 3:16), de modo que el apologeta cristiano asume una postura
defensiva para refutar acusaciones en el momento en que ocurran.
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Antes de contestar esa objeción, recordemos las palabras de Pedro:
"teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros
como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena
conducta en Cristo". El apóstol claramente espera que uno de los
resultados de la apologética sea que los enemigos de Cristo sean
avergonzados. Eso nos recuerda al gran reformador de Ginebra, Juan
Calvino (1509-1564), quien escribió en su Institución Cristiana con
respecto a la prueba de la autenticidad de la profecía bíblica: "Si hombres
piadosos toman estas cosas seriamente, estarán perfectamente equipados
para aplacar los ladridos de los inicuos porque esa es una prueba
demasiado clara para estar abierto a cualquier objeción sutil".' Si alguien
ha creído que la incapacidad total del hombre requiere que el Espíritu
Santo convierta un alma, ese ha sido Calvino. De igual manera, si alguien
ha creído en la incapacidad total de la apologética para convertir un alma,
ese fue Calvino. Él, por supuesto, no abandonó la tarea apologética sino
que, más bien, usó las evidencias y los argumentos para demostrar asuntos
con respecto a la fe, no para convertir el corazón de los inicuos sino para
"taparles su insolente boca".' Esa es la gran tarea del apologeta cristiano:
Demostrar la veracidad de la fe cristiana mundialmente y descansar en
Dios para causar la tranquilidad del corazón incrédulo en lo que concierne
a la sana doctrina bíblica. La iglesia se enfrenta no a la mera ignorancia
sino a una enemistad saturada de prejuicios (Ro. 8:7). Solo el Espíritu
Santo puede vencer esa enemistad, pero el Espíritu nunca pide que alguien
crea lo absurdo o irracional. Calvino observó la diferencia entre prueba y
persuasión. La prueba es objetiva y la persuasión es subjetiva. La gente
que es hostil a ciertas ideas puede recibir la demostración de esas ideas,
pero en susmás
argumentos prejuicios rehúsan ser persuadidos, incluso mediante los
contundentes.
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incontrolado del malvado puede ser refrenado". Y por otro lado, la victoria
intelectual proporciona seguridad y protección al cristiano joven que no es
capaz aún de repeler el bombardeo de la crítica de los eruditos y
escépticos. Eso sirve como una confirmación de la fe del cristiano.
un Este libro,
estudio por lo tanto,
exhaustivo de es
la aapologética
la vez introductorio como limitado.
sino un comienzo Nodos
de las es
17
proposiciones que debemos defender: La existencia de Dios y la autoridad
de la Biblia.
18
Si nuestra fe es razonable y no un simple ejercicio de credulidad o
superstición, ¿cómo "justificaremos" o demostramos las afirmaciones y
verdades del cristianismo? ¿Dónde enmarcamos la razón en el peregrinaje
de la fe?
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cristianismo. Podrían decir: "Presentar argumentos a favor de la verdad
cristiana, dar razones en pro de nuestra fe, equivaldría a socavar la obra del
Espíritu Santo". Escucho a cristianos decir: "No quiero estudiar filosofía
porque no quiero obstruir la obra del Espíritu Santo".
por unaFides
llamó fe que estáessola".
viva, decir,Launa
única clase una
fe viva, de fefeque salva
vital, unaesfelaque
queproduce
Lutero
obras como fruto de esa fe. Esas obras no cuentan para la justificación,
solo los méritos de Cristo cuentan para la justificación pero sin el fluir
constante del fruto de la fe, no habría una verdadera fe para comenzar.
20
persona y la obra de jesús, cómo nació según las Escrituras, cómo sufrió
en la cruz por nuestros pecados y fue levantado de los muertos, y así
sucesivamente. Eso forma parte de la información o del contenido de la fe.
Antes de que podamos llamar a las personas a ejercer una fe salvadora,
tenemos que darles la información o el contenido de lo que se le pide que
crean, y eso implica la mente. También implica la comunicación de una
información que las personas puedan comprender.
Antes de invocar a Cristo como mi Salvador, tengo que comprender
que necesito un Salvador. Tengo que comprender que soy pecador. Debo
tener alguna comprensión de qué es el pecado. Tengo que comprender que
Dios existe. Tengo que comprender que estoy separado de ese Dios y que
estoy expuesto al juicio de ese Dios. No extiendo mi mano en busca de un
Salvador a menos que esté convencido de que necesito un Salvador. Todo
eso pertenece al pre-evangelismo. Eso está implicado en la información
que una persona tiene que analizar en su mente antes de que pueda
responder a ella en fe o rechazarla en incredulidad
incredulidad..
El segundo elemento de la fe es assensus. Ese es el vocablo latino que
significa un asentimiento intelectual. Si pregunto: "¿Crees que Jorge
Washington fue el primer presidente de los Estados Unidos?" ¿Qué
contestarías? ¡Si! Eso no significa que has puesto tu fe y confianza en
Jorge Washington en el sentido de si tu mente acepta la proposición de que
"Jorge Washington fue el primer presidente de los Estados Unidos".
esús.Él.Podemos
con saberhablamos
Pero cuando con respecto
a las apersonas
jesús sincon
tener una relación
respecto personal
a ese jesús, con
21
quien tenemos una relación personal decimos ciertas cosas acerca de Él.
Decimos: "Ese Jesús es el eterno Hijo de Dios". Esa es una proposición. El
esús con quien quiero tener una relación es en verdad el eterno Hijo de
Dios. No podemos tener una relación salvadora personalmente con jesús a
menos que sepamos quien es ese Jesús, es decir, que Él realmente murió
en la cruz, una muerte de carácter expiatorio, y que es verdad que se
levantó de la tumba. Si decimos que tenemos una relación personal con
Cristo, pero no creemos en la verdad de que Él resucitó de los muertos,
entonces estamos diciendo que tenemos una relación personal con un
cadáver. Existe una enorme diferencia entre decir que usted tiene una
relación personal con el Cristo resucitado y decir que su relación es con
alguien que está muerto. Todas esas cosas que decimos que creemos con
respecto a jesús implican la creencia en proposiciones concretas.
La fe no es un salto a ciegas
Hoy día hemos sido infectados con algo llamado "fideísmo". El
fideísmo dice: "No necesito tener una razón por la cual creer. Solo cierro
mis ojos como la pequeña Alicia y respiro profundamente, arrugo mi nariz
y si lo intento con firmeza, puedo creer y lanzarme en los brazos de jesús.
Emprendo un salto de fe ciega". La Biblia nunca nos dice que demos un
salto de fe en la oscuridad con la esperanza de encontrarnos con alguien.
La Biblia nos llama a dar un salto de las tinieblas a la luz. Ese no es un
salto ciego. La fe a la que nos llama el Nuevo Testamento es una fe
profundamente arraigada en algo que Dios revela claramente como verdad.
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"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora
manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto
ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel
varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los
muertos" (Hch. 17:30-3 1). Eso no era una afirmación de poseer
conocimiento secreto. Eso no existe en el cristianismo. Cuando Pablo
comparación ante el rey Agripa, dijo, en efecto: "Pues el rey sabe estas
cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no
pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón"
(Hch. 26:26).
23
24
La epistemología, es decir, el estudio de cómo se obtiene el conocimiento
humano, es indispensable para la tarea apologética. Como vimos
anteriormente, una de las principales facetas de la apologética es dar una
defensa intelectual de las afirmaciones de la verdad del cristianismo. Antes
de comenzar a formular una defensa, sin embargo, primero tenemos que
contender con estas preguntas: "¿Cómo conocemos lo que sabemos?" y
"¿Cómo podemos verificar o negar una defensa coherente de la fe
cristiana?" Los cristianos con frecuencia responden a esas preguntas con
un intento de ofrecer alguna base o fundamento de conocimiento
(epistemología). Pero las diferentes respuestas que recibimos con respecto
a esas preguntas nos dan una noción de los antiguos argumentos dentro del
estudio de la epistemología. Necesitamos afirmar un comienzo
epistemológico válido antes de emprender una defensa intelectual de la fe
cristiana.
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Llegaré a la cuestión de las herramientas básicas del conocimiento
mediante las siguientes preguntas: ¿Qué principios son necesarios para
hacer posible el conocimiento? ¿Qué presuposiciones se requieren para
hacer posible un discurso comprensible?
Los cuatro principios: Atacados por los ateos, asumidos en las Escrituras.
En la obra de los ateos más destacados del pensamiento teórico
occidental, tales como John Stuart Mil¡, Karl Marx, Jean Paul Sartre,
Albert Camus, Walter Kaufmann y otros, surge un tema común al plantear
sus casos en contra de la existencia de Dios. En algún momento de sus
discusiones en contra del teísmo, atacaron una o más de las cuatro
premisas epistemológicas básica (todas ellas aparecen planteadas en las
Escrituras): 1) La ley de la no contradicción; 2) la ley de la causalidad; 3)
La confianza básica (aunque no perfecta) de la percepción sensorial; y 4)
el uso analógico del idioma. Muchos de los intentos de los ateos por
destruir el caso a favor de Dios incluyen un rechazo de esas leyes
fundamentales o de la base para obtener conocimiento. La razón principal
de por qué me concentro en estos principios irrenunciables es para que los
cristianos sean estimulados a no negociarlos cuando defiendan la fe.
Rechazar cualquiera de esos principios podría llegar a ser trágico para el
caso de la fe en Dios del creyente. Y muchos apologetas cristianos son
culpables de hacer precisamente eso.
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al Padre y al Hijo es el anticristo. Claramente, la ley de la no contradicción
es asumida en este pasaje: Quienes dicen que están a favor de Cristo no
pueden estar a favor de Cristo y en contra de Cristo al mismo tiempo y en
el mismo sentido. Las Escrituras asumen que hay una diferencia apreciable
entre la verdad y la mentira, entre la justicia y la injusticia, entre la
obediencia y la desobediencia. Somos, por lo tanto, tenidos como
responsables por nuestro Creador. Si Dios nos manda a hacer A, entonces
sabemos que hacer lo contrario sería una violación directa de su
mandamiento. En realidad, para ser obediente a la Palabra de Dios uno
tiene que asumir la ley de la "no contradicción". La alternativa conduciría
al caos ya que ni una sola frase de las Escrituras podría entenderse sin esa
ley.
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Pablo dice mucho con respecto a la resurrección de Cristo y
particularmente el hecho de que "apareció a Cefas, después a los doce.
Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez" (1 Co. 15:5-6).
Si los sentidos fuesen poco confiables, esos argumentos serían tonterías.
La Resurrección es defendida no mediante inferencias extraídas de una
tumba vacía sino de los testimonios de testigos que vieron a jesús
resucitado.
Finalmente, existe esa idea esotérica llamada "el uso analógico del
lenguaje". El concepto procede simplemente
simplemente de la palabra analogía, o de la
noción de que dos cosas pueden ser parcialmente similares o parcialmente
diferentes. Con frecuencia señalamos las similitudes entre dos cosas para
describirlas y luego decimos que son análogas entre sí. La razón de por
qué ese principio es tan crucial es que muchos teólogos y filósofos han
argumentado que Dios es tan completamente diferente de nosotros que
cualquier esfuerzo por hablar acerca de Él es inútil. Debido a que Dios es
tan
con radicalmente
respecto a Él trascendente,
y, por lo tanto,dicen ellos,
no hay no existe
manera manera
de decir nadadesignificativo
saber nada
acerca de Él.
Los filósofos modernos han atacado a los cristianos al afirmar que las
declaraciones que han hecho respecto de Dios dicen más con respecto a
sus sentimientos internos que acerca de alguna cosa externa. Argumentan,
además que la razón de por qué hablar acerca de Dios describe nuestras
emociones, nuestros sentimientos religiosos, pero no una realidad objetiva,
que en el lenguaje humano es inherentemente incapaz de alzarse por
encima del ámbito de la humanidad al ámbito de la divinidad. Dicen que el
lenguaje humano es una herramienta inadecuada para describir una
realidad trascendente. Los cristianos son más que capaces de combatir
tales ataques contra los fundamentos de la comunicación entre los
humanos, pero tenemos que afirmar alguna relación, algún punto de
analogía, entre Dios y nosotros para poder afirma que puede existir un
discurso significativo acerca de Él. La clave para comprender ese concepto
se encuentra en varios sitios de las Escrituras. Uno de vital importancia
aparece al principio mismo de la Biblia: "Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los
peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y
en todo animal que se arrastra sobre la tierra" (Gn. 1:26). Es en virtud de
que Dios nos creó a su imagen y semejanza que hay una analogía entre el
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Creador y la criatura, capacitándonos así para poder hablar de Dios de
manera significativa incluso dentro de los límites de nuestra finitud.
29
En 1987, Allan Bloom escribió un libro que sorprendió a no pocas
personas (especialmente en círculos académicos) cuando llegó a ser éxito
de librería instantáneo. The Closing of the American Mind [El cierre de la
mente norteamericana] comienza de la siguiente manera:
así la ven...
virtud El relativismo
la única es necesario
virtud, que toda para
educación la apertura;
primaria se haydedicado
esa es la a
inculcar durante más de cincuenta
Esto confirma las experiencias en el aula de muchos profesores ateos
durante las últimas décadas. Desde la revolución cultural de los años
sesenta hasta hoy, se han observado cambios graduales en los estudiantes
que entran a la universidad, a saber, que sus suposiciones con respecto a la
verdad han cambiado. El grito del estudiante a favor de la relatividad es
indefendible, no obstante es dada por sentado. Irónicamente, nadie puede
ser un relativista congruente por mucho tiempo. Aun cuando se niegue la
existencia deesladecir,
un absoluto, verdadqueabsoluta,
no existequienes
ningúnlaabsoluto.
niegan afirman
Al hacerpor
eso,loasumen
menos
un marco racional para el mundo en el que viven. En realidad, la
imposición de una estructura de realidad objetivamente racional es una
suposición necesaria para que pueda obtenerse cualquier verdad.
30
general, y de la ley de la no contradicción en particular. En las palabras del
filósofo Aristóteles (c. 384-322 a.C.), la ley de la no contradicción declara
que es "imposible que atributos contrarios puedan pertenecer al mismo
tiempo al mismo sujeto".2 Eso equivale a nuestro propio resumen de la ley
expresada: "A no puede ser A y no ser A al mismo tiempo y en el mismo
sentido". Aristóteles también formuló otros principios lógicos que ahora
llamamos "lógica aristotélica". Pero debemos tener en mente que
Aristóteles no invento la lógica sino que, más bien, la definió. Él defendía
la postura de que la lógica es una herramienta necesaria para el
pensamiento humano y para la comunicación, como también un medio
para que comprendamos la estructura racional del universo. Eso es
especialmente verdad para la ley de la no contradicción. La negación de
esa ley equivaldría a decir: "El libro que ahora tienes en tu mano no es un
libro sino un pez". La ley de la no contradicción nos permite hacer frente a
tal necedad. Desafortunadamente,
Desafortunadamente, muchos falsos eruditos salen impunes de
su negación de la validez de las diferentes leyes de la lógica porque lo
hacen descaradamente, o se esconden detrás de un lenguaje filosófico
esotérico. Pero sus negaciones de la lógica son siempre forzadas y
temporales. O sea, hay personas que niegan la validez de esa ley cuando
les conviene, cuando quieren evitar una conclusión que la lógica exige que
deben abrazar (e.g., la existencia de Dios).
31
Seminario ya convencidos de que la verdad puede ser relativa y que la
Biblia puede tener contradicciones y aún así, ser la Palabra de Dios
inspirada. Aunque esa manera de pensar es sorprendente, es, no obstante,
dominante. Desde la filosofía de Seren Kierkegaard (1813-1855) hasta la
teología existencialista de Rudolf Bultmann (1884-1976), la fe cristiana es
portadora de un equipaje excesivo, el de la irracionalidad, el cual
desafortunadamente
desafortunadamen te se traduce en la descripción cristiana común de acudir
a Cristo así como el "dar un salto de fe ciego".
Pero una vez más, junto con el predicador en Eclesiastés, sabemos que:
"¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho?
Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol" (1:9). Tan
distante como en el año 200 d.C., Tertuliano de Cartago (c. 160-225), en
su libro Herejes, formuló esta pregunta: "¿Qué tiene que ver Jerusalén con
Atenas?" Tertuliano
Tertuliano no quería desafiar la filosofía en general sino algo que
vio como perjudicial para la salud de la doctrina cristiana, a saber, las
diferentes herejías
deseaba saber que surgieron
(de manera de la filosofía
algo escéptica) griega.
qué tenía queFundamentalmente
ver la Esposa de
Cristo con la Meca de la filosofía secular. Desde que los cristianos
comenzaron a usar el lenguaje prestado de la "lógica aristotélica" ha
habido quienes arguyen que el cristianismo no deja espacio alguno para la
instrucción de la filosofía griega. Seguramente ningún cristiano estaría en
desacuerdo con eso si tal filosofía diese lugar a la herejía. Pero debemos
recordar que Aristóteles no inventó la lógica tal como Colón no inventó
América. Todo lo que Aristóteles hizo fue descubrir y definir normas que
ya existían. Aristóteles determinó las condiciones necesarias para que los
seres humanos llevasen a cabo conversaciones significativas. Definió las
relaciones adecuadas de las proposiciones. No creó las leyes de la lógica.
Él solo expresó lo que ya estaba ahí. Esas leyes fueron puestas en nuestra
mente por el Creador durante el acto de la creación. Hablamos porque
Dios ha hablado. Dios no es el autor de la confusión, la irracionalidad o lo
absurdo. Además sus palabras son para ser entendidas por sus criaturas, y
una condición necesaria para que las criaturas entiendan esas palabras es
que estas sean inteligibles y no irracionales.
32
Emil Brunner (1889-1966). En su famosa obra Truth as Encounter [La
verdad como encuentro], Brunner escribió que la contradicción es la señal
de la verdad. Esa idea viajó a través del mundo teológico y fue bien
recibida por un tiempo. Sugiere no solo que las contradicciones son
permisibles pero que podemos abrazarlas y en realidad, gloriarnos en ellas,
porque estas son los distintivos de la verdad. Supóngase, sin embargo, que
aplicásemos ese principio a las Escrituras.
En Génesis 2, Dios habló a Adán y a Eva en el huerto y estableció una
importante sanción: "Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás"
(Gn. 2:16-17). Si fuésemos a traducir esto en proposiciones lógicas, se
leería así: "Si comes (A), entonces mueres (B)". Entonces la serpiente se
acercó furtivamente a Eva en el capítulo siguiente, y después de algunas
preguntas astutas acerca del mandamiento de Dios, la serpiente
abiertamente
serpiente dijo contradice
a la mujer: lo
No que el Creador
moriréis; sino quehasabe
hablado: "Entonces
Dios que la
el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el
bien y el mal" (Gn. 3:4-5). De nuevo, en palabras lógicas, se parece a lo
siguiente: "si comes (A), entonces no morirás (no B)". Podemos ver que la
ley de la no contradicción se asume en todas partes en este punto. Adán y
Eva vieron la contradicción y escogieron comer del fruto de todos modos.
Pero ¿qué si nuestros primeros padres hubiesen aplicado la teología de
Brunner a esta situación? Los pensamientos de Adán y Eva hubiesen
tomado este rumbo: "Aprendí de una persona astuta que la contradicción
es el distintivo de la verdad. Ya que la serpiente en este caso es quien
expresa la contradicción, tiene que ser, por lo tanto, un embajador de la
verdad, y por lo tanto un representante de Dios. Para que podamos abrazar
la verdad y cumplir nuestros papeles, no solo podemos comer del árbol,
sino que tenemos que comer de este para ser obedientes a Dios". El lector
puede ver cómo este principio se reduce al absurdo. Si la contradicción es
un distintivo de la verdad, luego no hay manera de que podamos
diferenciar entre lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, la obediencia
y la desobediencia. Tal desprecio de la verdad absoluta no puede hacer
otra cosa sino erosionar la veracidad de la Palabra de Dios.
33
esta y otras leyes lógicas no nos dicen qué pensar sino cómo pensar. Estas
son herramientas con las que podemos, por ejemplo, determinar
determinar la relación
entre dos declaraciones para ver cual de ellas es contradictoria, o si las
conclusiones de una persona válidamente proceden de sus premisas.
34
Al explorar la importancia de la ley de la no contradicción más
ampliamente, debemos poner cuidado en diferenciarla de las nociones
estrechamente relacionadas
relacionadas que con frecuencia se confunden con la noción
de la contradicción. Hay tres vocablos castellanos que erróneamente con
frecuencia se usan como sinónimos: Contradicción, paradoja y misterio.
Aunque esos tres términos están estrechamente relacionados deben, sin
embargo, diferenciarse el uno del otro.
35
tendría lugar si dijésemos que Dios es uno en esencia (A) y tres en esencia
(no A), o tres personas (B) y uno en persona (no B), en el mismo sentido y
al mismo tiempo.
36
La iglesia cristiana ortodoxa no confesó que jesús es Dios (A) y no Dios
(no A), hombre (B) y no hombre (no B). En cambio, la iglesia declaró que
esús es tanto verdadero Dios (A) como verdadero hombre (B). Él es tanto
A como B, con todos sus respectivos atributos. Cristo es una persona, pero
dos en naturaleza. Ninguna de esas dos fórmulas es contradictoria, pero
ambas son paradójicas. Las Sagradas Escrituras están llenas de tales
paradojas, especialmente en las enseñanzas de jesús. Considere Mateo
10:30, donde jesús dijo: "Pues aun vuestros cabellos están todos contados".
¿Es eso una contradicción o una paradoja? Si Jesús estaba llamando a sus
seguidores a perder sus vidas al mismo tiempo y de la misma manera en
que ellos encontraron sus vidas, entonces hubiese enseñado algo absurdo,
o sea, una pura contradicción. Pero si quiso decir que en un sentido tenían
que perder sus vidas para poderla encontrar en otro sentido, entonces esa
declaración es una paradoja, a primera vista una aparente contradicción,
pero en un segundo examen, una verdad profunda.
Contradicción
a "dicción" procedesignifica
literalmente del latín."hablar
"Contra"
en es un prefijo
contra que Esto
de algo". antepuesto
se ve
más claramente cuando analizamos el vocablo "antinomia" que procede
del griego "anti" es el prefijo que significa "en contra de" y la raíz es el
vocablo nomos que significa "ley". Una antinomia literalmente significa
"contra la ley". La ley que se contempla en el origen de este vocablo es la
ley de la no contradicción. Una antinomia es una violación de la ley de la
no contradicción y por lo tanto, es una contradicción. Ambos vocablos,
contradicción y antinomia, histórica y clásicamente significan lo mismo.
Desafortunadamente, en nuestro tiempo, son usados diferentemente, y con
frecuencia antinomia se utiliza como un sustituto o como equivalente de
paradoja.
37
Si acudimos a algunas ediciones recientes de diccionarios veríamos
que antinomia y paradoja se clasifican como sinónimos de contradicción.
¿Cómo se explica eso? El idioma es dinámico. Experimenta cambios con
el tiempo. Cuando un lexicógrafo se da a la tarea de definir palabras y
preparar un diccionario, estudia la "etimología" de la palabra, que implica
por lo menos tres consideraciones importantes. Primero, mira al origen de
la Palabra. En el caso del vocablo "contradicción", irá a la raíz del latín
original. En el caso de "antinomia" ira al griego. Entonces examina el uso
histórico. Si miramos a los numerosos tomos del Diccionario etimológico
de la Real Academia, veremos referencias a cómo las palabras eran
históricamente usadas. Puede haber citas, por ejemplo, de Cervantes,
mostrando cómo dicho autor en su época, usó un vocablo particular, y
luego al llevarlo a través de los siglos, mostrando cómo dicho vocablo
experimente cambios sutiles en su uso. Pero el criterio final por el que los
lexicógrafos definen las palabras es el uso contemporáneo. Mantienen su
oído alerta para observar cómo la gente moderna está usando el vocablo.
Si un número suficiente de personas usa una palabra incorrectamente, y lo
hacen con mucha frecuencia, ese uso incorrecto del vocablo será
considerado como correcto. No me sorprende nada, pues, ver que algunos
diccionarios modernos llaman a la paradoja y a la antinomia sinónimos de
contradicción, aun cuando históricamente hay diferencias cruciales entre
ellas.
Misterio
Si existe confusión entre esos vocablos, la confusión se vuelve aún
mayor cuando añadimos la próxima categoría a la mezcla, es decir, la
categoría de misterio.
38
distintas pero que están perfectamente unidas. No están confundidas ni
mezcladas ni separadas o divididas. La iglesia, sin embargo, no presumió
poder definir exhaustivamente cómo existe la unión de las dos naturalezas
de jesús. Simplemente construyó una plataforma en la que la ortodoxia
pueda funcionar. Lo que queda, lo que la iglesia no expresó, es misterio.
Nadie puede explicar con exactitud qué ocurrió cuando el verbo se hizo
carne. No sabemos cómo la naturaleza divina y la humana coexistente en
la encarnación. Eso sigue siendo un misterio para nosotros. Somos finitos
y por lo tanto, no podemos comprender exhaustivamente lo infinito.
39
momento, no permanecerá siendo un misterio por mucho tiempo. Un
misterio es un legítimo elemento de realidad, una legítima parte de
procurar conocimiento, y debe producir una respuesta de humildad en
nosotros. Pero un misterio no puede y no debe ser utilizado como una
licencia para aceptar la contradicción. Eso ocurre repetidas veces,
especialmente en nuestra presente cultura relativista. La gente (incluso
profesores de filosofía) indebidamente asume que ciertas cosas son
contradicciones y piensa que si se obtiene más información se podrá
descubrir la contradicción. Pero una contradicción por su propia naturaleza
no puede ser comprendida jamás. Aún con todo el conocimiento del
mundo o mediante un examen en la eternidad, una contradicción de buena
fe permanecerá desconocida para siempre. Esas diferencias cruciales entre
las categorías de misterio, paradoja y contradicción no deben ser
subestimadas. Las contradicciones salieron de la boca de la serpiente en el
huerto, mientras que las paradojas nos muestran las verdades más
profundas y los misterios nos conducen a exclamar con Pablo: "¡Oh
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!" (Ro. 11:33).
pensando:
no "¡Oh! Era
era profunda. Esoprofundamente
es en realidad profundo".
absurda. En realidad, su declaración
40
observar la diferencia.
41
Al continuar nuestro examen de los cuatro principios de conocimiento no
negociables, ahora consideraremos la ley de la causalidad. Esta ley, como
veremos, es en realidad solo una extensión del primer principio, es decir,
de la ley de la no contradicción. La ley de la causalidad es necesaria para
la adquisición de conocimiento, y ha sido asumida por todo el mundo
desde el comienzo de la existencia humana. El pensamiento causal es
especialmente importante para las ciencias naturales. De igual manera, las
Sagradas Escrituras asumen la ley de la causalidad y frecuentemente
apelan a conexiones causales. Rechazar cualquiera de los cuatro
principios, incluyendo
haciendo imposible el de la causalidad,
el conocimiento nos alcatapulta
con respecto hacia el caos,
mundo externo.
42
acontecimientos exigen una causa, y es necesario que haya una (primera)
causa no causada para que el mundo tenga sentido.
43
todas las cosas tengan una causa, sino solo que todo efecto debe tener una
causa. Un objeto eterno no necesita tener una causa, en eso Aristóteles
estaba correcto. Si Mill hubiese estado en lo correcto, quizá Russell no se
habría extraviado tan lejos. Lo que debemos procurar, entonces, es
encontrar algo que no sea un efecto, algo que tenga el poder de existir en sí
mismo, algo que haya existido por toda la eternidad (podría parecer obvio
al cristiano que ese "algo" es Dios, a quien los cristianos ortodoxos han
descrito históricamente como autoexistente, eterno e independiente de
todas las cosas. Él no es causado simplemente porque no es un efecto).
una
todoscausa sin untienen
los efectos efecto.causas"
De modo quedeclaración
es una "todas las causas
analíticatienen efectos
y tiene que sery
44
verdad. Si se demuestra que algo es un efecto, luego como un efecto
requiere una causa. Esto nos muestra claramente cómo la ley de la
causalidad ("todo efecto debe tener una causa") es realmente una extensión
de la ley de la no contradicción. Es decir, un suceso (A) no puede ser un
efecto (B) y dejar de ser un efecto (no B) al mismo tiempo y en la misma
relación. Lo mismo es aplicable a la idea de "causa". De otro modo, se
produce una clara contradicción, imposibilitando el conocimiento de
nosotros mismos y del mundo (porque, como el lector recordará, las
contradiccioness son eternamente incognoscibles).
contradiccione
Puede ser que los muchos objetos que llenan el mundo no son efectos,
pero ese no es el punto. El principio lógico de causa y efecto simplemente
dicta que si algo puede establecerse como un efecto, entonces la necesidad
de una causa tiene que ser establecida al mismo tiempo. Como un ejemplo
de la fuerza de esa verdad universal, considere el siguiente relato:
45
Por supuesto, todavía estoy esperando su respuesta. Supongo que él se dio
cuenta, después de reflexionar que es totalmente imposible tener un efecto
sin causa porque un efecto, por definición, es algo que tiene una causa.
46
La persona no regenerada, como hemos aprendido por los escritos de
Pablo, creerá cualquier cosa con respecto a Dios excepto lo que ha sido
claramente revelado en las Escrituras o en la creación (Ro. 1:18ss; 8:7). A
eso se debe que muchos empiristas incrédulos presumen que la crítica de
David Hume destruyó la ley de la causalidad. Aunque generalmente Hume
es acusado de dudar las relaciones causales (que siempre hay una relación
necesaria entre un efecto y una causa), en realidad argumentó que el
problema real con las relaciones causales es que no podemos determinar
con precisión la causa particular de un efecto particular. Él procuró
demostrar que jamás somos capaces de percibir el funcionamiento de la
causalidad.
48
fuerza necesaria para poner la bola en movimiento. Asumiendo la
precisión del jugador, la bola blanca entonces se mueve a través de la mesa
y pega en la octava bola, la cual, también asumiendo la precisión del
ugador, entonces viaja en la dirección de la bola y finalmente cae dentro.
Como puede verse, muchos acontecimientos físicos han ocurrido para que
la octava bola cayese en la bolsa. Desde el jugador, al taco, al movimiento
del brazo, todo ello sirve para reforzar la idea de que hay una relación
causal entre el jugador y el meter la octava bola en la bolsa ¿Pero cómo
puede percibirse esa causalidad? ¿Podemos ver realmente la fuerza
proceder del taco cuando este golpea la bola blanca? Obviamente no. Lo
que en realidad vemos, argumenta Hume, es una relación constante
("contigua"), un suceso detrás de otro. Hume intentaba mostrar que no
podemos usar la razón ni los sentidos para percibir la causalidad, que en
realidad no podemos ver relaciones causales, solo sucesos que ocurren en
secuencia. Todas las referencias a la causalidad, entonces, o "primeras
causas", son meramente conjeturas basadas en nuestras observaciones de
relaciones habituales. Y ese es el centro de la cuestión para Hume: Puesto
que verdaderamente no podemos conocer la causalidad mediante la razón
o por nuestros sentidos, y ya que no hay otra manera que la razón o
nuestros sentidos para saber cualquier cosa, la causalidad nunca puede
saberse con precisión. Note que esto es muy diferente de la negación de la
existencia de la ley de la causalidad. En cambio, Hume argumentaba algo
tan crucial para nuestra comprensión de la realidad como las relaciones
causales es una cuestión que la razón humana es incapaz de conocer. No es
de sorprenderse, pues, que el mundo filosófico del siglo dieciocho fuera
catapultado hacia una crisis epistemológica
epistemológica..
49
realidad limitada, que dado nuestro limitado conocimiento de causas
invisibles, a veces nos falta la base suficiente para estar seguros de que
ciertos hechos comparten relaciones causales. Esa crítica, por lo tanto, nos
ayuda con nuestra humildad, recordándonos gentilmente que no podemos
demostrar las relaciones causales con alguna clase de infalibilidad
sobrenatural. Esto de ningún modo nos exige, sin embargo, echar por la
horda la ley de la causalidad, un principio formal que por definición es
correcto, que si alguna vez somos capaces de definir un suceso como un
efecto, entonces podemos estar seguros de que ese suceso ha sido causado
por algo diferente de sí mismo.
50
Es decir que no podemos confiar en nuestros sentidos en nuestra búsqueda
de la verdad. Pero si los sentidos no son confiables, no es solo el teísmo
cristiano lo que se desploma. La ciencia colapsa también. Es por eso que el
contemporáneo de Hume, Emmanuel Kant (1724-1804), invirtió toda su
carrera procurando revivir la validez de las relaciones causales y la
confiabilidad básica de la percepción sensorial. Kant entendió
correctamente que si esos principios formativos eran destruidos, todo
conocimiento sería imposible de conseguir.
¿cómo
"emitidapuedo
por laCristo haber gloria"
magnífica "recibido honor
(una y gloria"
causa)? (un efecto)
Finalmente, si la de
leyladevoz
la
51
no contradicción no hubiese sido presupuesta por Pedro, entonces él no
hubiese visto ninguna diferencia entre "las fábulas artificiales" y los
sucesos mismos. Por lo tanto, deberíamos prestar atención a esos tres
principios y permitirles que nos instruyan y nos guíen en la tarea
apologética.
52
El cuarto y último principio formativo del conocimiento que estamos
discutiendo es "el lenguaje analógico". Aunque este principio es
probablemente el más esotérico para el laico que se ocupa de la
apologética, es, no obstante, una cuestión fundamental que todos
asumimos, de lo contrario
ateo típicamente niega losnos entregamos
principios a lo absurdo.
formativos Recuerde
que hemos cómo el
considerado
hasta aquí. No debería causar sorpresa, pues, que este principio también
haya sufrido el ataque de quienes rechazan el teísmo clásico. Su argumento
tiene que ver con el lenguaje en sí, y si este es un medio adecuado para
comunicar cualquier cosa con respecto a la realidad de la existencia de
Dios.
europeas
intensamentecomo
en el de las norteamericanas
lenguaje humano. En mediocomenzaron
de ese cambio a filosófico,
centrarse
una disputa académica conocida como "la controversia de Dios habla"
apareció. El resultado fue un movimiento teológico conocido como
"teotanatología". Eso fue resumido como el movimiento de "la muerte de
Dios" en los años sesenta en adelante. Detrás de esas controversias estaba
el cambio filosófico de la metafísica al lenguaje. Cuando ese cambio
alcanzó Gran Bretaña, asumió el nombre de "positivismo lógico", y uno de
sus postulados centrales fue conocido como "el principio de la
verificación". Ese principio puede expresarse simplemente así: Solo esas
afirmaciones que pueden ser verificadas empíricamente (i.e., por el método
científico) tienen algún significado. En otras palabras, los positivistas
lógicos argumentan que las afirmaciones hechas con lenguaje humano son
53
ciertas si y solo si, pueden ser demostradas mediante la percepción
sensorial (la vista, el oído, el tacto, etc.). Todas las otras afirmaciones,
dicen, son emocionales e infundadas. Por ejemplo, si alguien declara que
en Alaska hay oro, la única manera en que esa declaración puede probarse
empíricamentee sería ir a Alaska, cavar, encontrar algún oro y mostrárselo a
empíricament
54
Con la lógica, sin embargo, la falsificación es otra cuestión (y algo más
simple) totalmente distinta. Si alguien tiene un argumento que en su
tiempo se demuestra que viola la ley de la no contradicción, entonces ese
argumento demuestra ser falso. La dificultad aumenta, sin embargo,
cuando comenzamos a hablar con respecto a Dios y su existencia,
principalmente porque
evidencia empírica nadie hoy ha
ha demostrado visto ni ha Nuestra
su existencia. oído a Dios, ni ninguna
creencia en Dios
como cristianos, entonces, es reforzada mediante argumentos racionales
basados en inferencias extraídas de cosas que todos podemos ver tal como
la creación. Miramos al cosmos y deducimos que hay un Creador por
encima y más allá de este, quien lo hizo y lo sostiene (e.g., Hch. 17:28;
Col. 1:17).
55
no una realidad externa. Ahora daremos consideración de manera breve a
las ideas que contribuyeron a dar forma a ese escepticismo radical.
56
Y el péndulo se movió. En los albores del siglo veinte, los teólogos
europeos reaccionaron en contra del liberalismo acomodaticio e intentó
revitalizar la trascendencia de Dios. Desafortunadamente, sobre
corrigieron el problema, defendiendo que Dios es "totalmente otro", o sea,
Dios está tan separado del universo que está desvinculado del orden
creado,
su existiendo
creación por encima
jamás podrá tener lay esperanza
más allá dedelaobtener
naturaleza
algúna tal límite que
conocimiento
de Él. Dios es, como dijo el filósofo alemán Rodolfo Otto, ganze andere, o
sea, completamente distinto. En su intento (sin duda, bien intencionado) de
combatir la inmanencia radical de la generación anterior, esos teólogos
contribuyeron a una crisis igualmente dañina con respecto al lenguaje y a
su uso como una norma válida de comunicación con respecto a Dios.
popularizó el extremo
con vehemencia el usoénfasis de la trascendencia
de la teología natural en la de Dios. También
apologética atacó
y su intento
de conocer con respecto al Dios vivo a partir de deducciones extraídas de
la naturaleza, principalmente
principalmente porque se opuso a apelar a la idea del teólogo
liberal respecto de la razón al escribir teología. La antipatía de Barth
respecto de la razón y de la teología natural, sin embargo apuntaba no solo
a los liberales de su generación sino a un principio muy arraigado dentro
del cristianismo histórico, el ente analógico, expresado más claramente por
Tomás de Aquino (1225-1274) durante sus años en la universidad de París.
La analogía entis o "analogía del ser", es sencillamente la idea de que Dios
y el hombre comparten una relación (porque portamos su imagen), lo cual
establece el uso de "analogía" como una manera de que el hombre finito
hable con respecto al Dios infinito. Eso es exactamente lo que Barth y los
otros teólogos neoortodoxos atacaron: Puesto que Dios trasciende
completamente el orden creado es, por lo tanto, totalmente diferente de su
creación, haciendo imposible cualquier analogía entre el Creador y lo
creado. Aunque Barth y los otros teólogos neo-ortodoxos se protegían
contra la fanática redefinición de Dios de los liberales, su involuntaria
consecuencia era la construcción de un abismo tan ancho que ni siquiera el
Creador podría cruzar al ámbito de la humanidad. Eso convertiría
cualquier discusión con respecto a Dios es algo totalmente irrelevante. Tan
pronto
al corno quien
escéptico describimos a Dios como
correctamente "totalmente
nos desdeña por otro"
hablarabrimos la puertaa
con respecto
57
Dios cuando no tenemos derecho de hacerlo, porque los escépticos
entienden que si no hay similitud entre el Creador y la criatura, entonces
no hay una posible avenida de comunicación con Él.
58
sentido en el que Dios es semejante a nosotros y nosotros a Él, es decir,
solo si hay una analogía de ser entre nosotros y Dios.
Las palabras o las cosas tienen una relación analógica cuando son
parcialmente parecidas y parcialmente diferentes, ni unívoco, ni equívoco.
Comparten una relación de similitud pero no de identidad entre el
significado de un término cuando son atribuidas a otro sujeto ("Dios es
bueno"). Imagínese que un perro y su amo juegan en el parque. El amo le
dice: "Bingo, eres un buen perro". Ahora imagine que dos de los amigos
del amo del perro coinciden en el parque al mismo tiempo y lo ven a la
distancia: "el es un buen hombre", uno de los amigos dice al otro: ¿Es el
perro "bueno" en el sentido exacto en que lo es el dueño? O sea, ¿tiene el
perro el mismo nivel desarrollado de conciencia y de imperativo ético que
su dueño? NO. El perro va cuando lo llaman, es manso y no le muerde la
pierna al cartero. Pero cuando decimos que el dueño del perro es "un buen
hombre" queremos decir algo más que va cuando lo llaman, que es manso
y que no le muerde la pierna al cartero. La bondad del amo es directamente
proporcional al hecho de ser humano. La bondad del perro es proporcional
al hecho de ser un animal. Los dos "buenos" no son idénticos sino que son
analógicos.
59
usan analógicamente. Y el lenguaje analógico es significativo porque Dios
ha creado a los seres humanos a su imagen (Gn. 1:27), dándonos por ese
medio, en el acto de la creación, una analogía del ser, la base misma sobre
la cual la comunicación de Dios a nosotros se hace significativa e
inteligible. Los humanos recibieron una naturaleza y un lugar singular en
el
(1 orden creado
Co. 11:7), (Gn.incluye
lo que 5:2; 1 Co. 15:39),
dominio ser todo
sobre en "laenimagen
la tierray (Gn.
gloria1:26,
de Dios"
28).
Prácticamente
Prácticame nte todo ataque contra el teísmo implica el rechazo de uno o
más de los cuatro principios necesarios para el conocimiento humano: 1)
La ley de la no contradicción, 2) la ley de la causalidad, 3) la confiabilidad
básica de la percepción sensorial, 4) lo adecuado del lenguaje humano para
la comunicación. Esos cuatro principios se asumen a través de la Biblia.
También son asumidos por el método científico. Todos ellos son
instrumentos necesarios para el conocimiento y en realidad, para todas las
ciencias.
60
61
La completa noción de la teología natural sufrió un ataque agresivo
durante el siglo pasado. Algunos críticos, como Kart Barth argumentan
que la teología natural era una tarea peligrosa de la que ocuparse porque si
intentamos aprender con respecto al Dios viviente de las deducciones
extraídas de la naturaleza, la probabilidad de que concluyamos con un
Dios hecho según nuestra propia imagen se aumenta grandemente. Es
importante retener en mente que Barth estaba reaccionando en contra de
los liberales del siglo diecinueve quienes hacían exactamente eso. Barth
argumentaba que Dios no puede ser manipulado por nuestras propias
inferencias finitas extraídas del mundo creado. La preocupación de Barth
era válida. Pero su teología tuvo consecuencias desafortunadas que
afectaron nuestra propia habilidad de decir alguna cosa positiva con
respecto al Dios trino. No necesitamos ir tan lejos como Barth. Todavía
otros críticos contendían que aunque pude hacerse la teología natural,
nunca pude hacerse correctamente. Es decir, la teología natural es
totalmente irrelevante, porque el hombre no gana nada cuando procura el
conocimiento de Dios por medio de la naturaleza. El hombre es un ser
caído
de e incapaz
Dios de comprender
en la creación tales cosas.
es inaccesible a los En otras palabras,
pecadores. la revelación
Esa postura lleva la
depravación total demasiado lejos.
62
La "teología natural" es el discurso con respecto a Dios informado por
nuestro conocimiento de la naturaleza. Es un conocimiento de Dios
obtenido a través de un entendimiento del mundo externo, además de y
diferente de nuestro conocimiento de Dios disponible para nosotros en las
Sagradas Escrituras. Tradicionalmente, la teología natural se ha basado en
63
El salmista canta de las glorias de Dios tal como se revelan arriba en
los cielos. Los cielos proclaman la gloria del Creador resuena en los cielos.
Las estrellas, la luna, de hecho, todo el universo despliega la gloria del
Creador. Tal como los pintores dejan algo de ellos mismos en sus lienzos
(el medio escogido), así Dios, cuando creó el universo, dejó una marca
clara
desdeconel respecto a la revelación
cielo contra general:
toda impiedad "Porque lade
e injusticia ira los
de Dios se revela
hombres que
detienen con injusticia la verdad". En este pasaje, al igual que los
siguientes son algo sorprendentes, no solo a causa de su profundidad sino,
además, por su lugar en la carta. Pablo acaba de escribir con respecto a
cómo la fe conduce al creyente a la vida de justicia, porque el evangelio es
"el poder de Dios para salvación" (vv. 16-17). El lector podría esperar que
el apóstol continuase ese gran tema. Después de todo, está escribiendo a
cristianos. Pero Pablo crispantemente comienza a escribir con respecto a
otra revelación, no una revelación de la gloriosa buena nueva de salvación
ofrecida por el Mesías a todos los que creen, sino una revelación de la ira
de Dios. Hay una razón obvia de por qué Pablo hace eso: Para mostrar a
sus lectores por qué el evangelio es necesario en primer lugar. La
64
necesidad de la venida de Cristo para nuestra salvación presupone la
culpabilidad universal de toda la humanidad, de modo que Pablo retrocede
unos pasos para mostrar por qué toda persona se enfrenta a la ira de Dios.
En el capítulo 3 de Romanos, persiste con fuerza en el tema de que "todos
pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (v. 23). Por lo tanto, toda
65
claramente en la creación, pero como resultado de nuestra naturaleza
corrompida, esa revelación no es comprendida. La manifestación objetiva
de la mano del Creador nunca penetra en la mente de la criatura. La
revelación de Dios no puede ser vista por el hombre natural a causa del
pecado. Eso, sin embargo, no es lo que Pablo enseñó cuando escribió esta
carta. No es quede
clara revelación la Dios
genteenrechazó permitirTodo
la naturaleza. la entrada en sus la
lo contrario, mentes de la
revelación
sí penetra en verdad. La base de la acusación es que aunque la gente
conoce a Dios, aún así su actitud es negativa: "Pues habiendo conocido a
Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido"
(Ro. 1:21). La manifestación de la existencia del Creador en su creación es
claramente percibida por las mentes de todos los humanos. El problema es
que ese conocimiento es constantemente torcido y rechazado, hasta que
finalmente la verdad es cambiada por la mentira (vv. 21-32). No solo Dios
actúa objetivamente a través de su creación, que produce una revelación
general de sí mismo, esa revelación prosigue para producir una teología
natural que sirve como base para la culpabilidad universal de toda la
humanidad.
66
verdadero. Es a este mundo, un mundo que yace bajo la maldición de la ira
de Dios, al que el Padre envió a su Hijo para ser la propiciación por
nuestros pecados. La teología natural, pues, en su sentido más básico es
ese conocimiento de Dios que todo ser humano ha tenido, desde el
principio de la creación, como consecuencia directa de la revelación
general, o Esa
naturaleza. ese teología
conocimiento
naturalacerca de Dios
es básica obtenido
para la a través Nadie
culpa universal. de la
pude declararse inocente o ignorante como excusa para no obedecer a
Dios.
que
dichoél.que
Loselcríticos
hombrede Aquino lalopura
mediante han razón
acusado
(el equivocadamente denació,
intelecto con el que haber
sin ninguna asistencia de la revelación divina), tiene la capacidad mental
para razonar su entrada en el cielo, llegando a un conocimiento de Dios. Es
no es lo que ni Aquino, ni Agustín, ni Pablo enseñaron. La teología
natural, los tres afirmaron, procede de la revelación general de Dios en la
naturaleza. Su origen es divino. El hombre, habiendo nacido en el mundo,
no necesita apelar a la "sola razón", porque "desde la creación del mundo,
los atributos invisibles de Dios, a saber, su eterno poder y su naturaleza
divina; han sido claramente percibidos" (Ro. 1.20a).
67
sobre justamente lo contrario de esa supuesta separación. De hecho, el
pretendido resultado de toda la investigación filosófica de Aquino era
mostrar la unión final entre la naturaleza y la gracia. La última cosa que
quería hacer era separar a ambas. En realidad, tal acusación pone de
manifiesto un serio mal entendimiento del contexto histórico en el que
Aquino enseñó así como de su enseñanza en si.
Durante el siglo doce, un pensador árabe llamado Averroés (1126-
1198) estaba ocupado en la tarea de adaptar la filosofía de Aristóteles al
islam. Por el mismo tiempo, la obra de Aristóteles era traducida del griego
al latín, facilitando que muchos occidentales se uniesen al estudio de la
filosofía de Aristóteles. Averroés y sus seguidores entraron en conflicto
con algunos de los postulados del islam como resultado de su
acomodación a Aristóteles. Por ejemplo, Averroés llegó a creer (como
Aristóteles) que el mundo era eterno en lugar de haber tenido un comienzo
concreto en el tiempo. Como muestra la historia del islam, los líderes
islámicos no eran especialmente amigables con quienes despreciaban la
doctrina oficial. Para evitar esa potencialmente peligrosa circunstancia;
Averroés promulgó una "doble teoría de la verdad", que sugería que una
premisa podía ser verdad en filosofía y falsa en teología al mismo tiempo
(y viceversa). Esto evidentemente, lo exoneró de sospecha.
verdad
ya hemosen visto,
religión y falso
enseña queenAfilosofía,
no puedelaserley
A de la A
y no noalcontradicción,
mismo tiempocomo
y en
el mismo sentido. Para adaptarlo a nuestro propósito aquí, Dios no puede
ser el creador del mundo y no ser el creador del mundo al mismo tiempo y
en el mismo sentido. O Él fue o no fue. Hoy podríamos encontrar a
cristianos que afirman que Dios tuvo y no tuvo que ver con la creación, O
sea, en el ámbito de sus trabajos o profesiones, creen que el universo es el
resultado de una colisión fortuita de átomos. Pero en su relación con la
iglesia, creen que Dios creó el universo mediante un acto divino. El
domingo creen que Dios creó los cielos y la tierra, y el resto de la semana
creen que el universo evolucionó poco a poco, "comenzando" hace un
número incalculable de años. Averroés y otros filósofos islámicos
argumentan del mismo modo, que dependiendo de qué perspectiva
68
procedemos, ambas teorías son igualmente ciertas. Si miramos al origen
del universo científicamente, entonces la evolución eterna es verdad. Si
miramos al origen del universo teológicame
teológicamente,
nte, entonces la creación por la
mano de Dios es correcta.
69
vio a través del telescopio. Mediante un examen mas profundo de este
asunto, podemos aprender a través de la ciencia que la luna refleja la luz,
pero a nuestros ojos parece como un generador de luz, y la Biblia, de
hecho, la describe como tal (Gn. 1:14-19). ¿Está, por lo tanto, la Palabra de
Dios errada? No, porque su autor no pretendía enseñarnos con respecto al
hecho de que
cómo Dios la luna
separó losrefleja
días delalas
luznoches,
del sol un
sino, mas bien, temporal
instrumento con respecto
usadoa
por el Creador para llevar a su pueblo a descansar el día sábado (Gn. 2:1-
3). Nuestro estudio de la ciencia amplía nuestro conocimiento del mundo
que nos rodea en formas no tratadas en la Biblia. De igual manera, la
Biblia nos enseña el plan divino de la salvación, un camino que ningún
estudio científico jamás podría desvelar. El siguiente extracto de Aquino
en su Suma Teológica debería silenciar completamente a los críticos que le
acusan de dividir profundamente la naturaleza y la gracia.
Una diferencia final que Aquino hizo debe ser discutida porque es
acerca
tipos dedeconocimiento
la cual existeque
tanta controversia.
pueden obtenerseAdemás de los ydos
de la creencia de diferentes
la Biblia,
70
hay algunos artículos de información que pueden aprenderse tanto de la
ciencia como de la Biblia. El más destacado entre esos "artículos
mezclados", dice Aquino, está la existencia de Dios. La existencia del
Creador de este universo puede presumirse a través del estudio de la
naturaleza como también del estudio de la Biblia. En otras palabras, uno
no tiene
todo, eraque leer la Biblia
un proponente depara saber que
la teología Dios de
natural, existe.
modoAquino, después
que afirmó que de
la
Biblia misma enseña que sus páginas no son la única manera de probar la
existencia de Dios. En cambio, la Biblia enseña que la existencia de Dios
también puede conocerse "mediante las cosas que han sido hechas" por Él
(Ro. 1:20). Algunos apologista podrían objetar, sin embargo, usando
Génesis 1:la, que dice "en el principio Dios..." Su argumento sería
completamente innecesario. ¿Por qué? Debido a la teología natural.
Generaciones antes de que las primeras palabras de la Biblia fuesen
escritas, Dios se había revelado a sí mismo claramente en la naturaleza. La
existencia del Creador había sido decisivamente demostrada a través de su
creación. Por el tiempo en que alguien es suficientemente capaz de leer las
Sagradas Escrituras, ya tiene tanto el eterno poder de Dios como su
naturaleza divina claramente reveladas mediante las cosas que Él ha
hecho. Por esa razón, Aquino (y Agustín antes de él) argumentó que la
existencia de Dios puede ser demostrada tanto por la naturaleza como por
la gracia. Por lo tanto, las dos esferas correspondientes de investigación, la
ciencia y la teología, lejos de estar separadas y des ser contrarias la una a
la otra, están en realidad en perfecto acuerdo, porque toda verdad
pertenece a Dios. Tanto la ciencia como la teología presuponen la
revelación divina de Dios y ambas se encuentran, por así decirlo, en la
cúspide.
La ciencia y la teología: El porqué del conflicto
¿Pero cómo explicamos el hecho de que las comunidades científicas y
religiosas con frecuencia han entrado en conflicto la una con la otra,
especialmente en tiempos modernos? En verdad, en lo que respecta al
pueblo en general, la ciencia y la religión son vistas como enemigas. En un
mundo ideal, por supuesto, no existiría conflicto alguno entre la razón y la
fe, la naturaleza y la gracia. Ese era, precisamente, el punto de Aquino:
Aunque no vivimos en un mundo ideal, la naturaleza y la gracia son, no
obstante, totalmente complementarias. Si una teoría es falsa para la
ciencia, entonces tiene que serlo igualmente en teología (y viceversa).
71
Dentro del ámbito noúmeno, Kant colocó tres conceptos: Las ideas de
Dios, el yo y la "cosa en sí" (o "una cosa tal como es en realidad"
independiente de nuestras experiencias). Este tercer concepto, es por
supuesto, el más difícil de comprender. Kant básicamente quiso decir que
el ámbito de lo metafísico está más allá de nuestra capacidad para jamás
percibirlo. Por ejemplo, cuando vemos un árbol, vemos su apariencia
externa, esto es: La corteza, las hojas, las ramas, no su "naturaleza de
77
Kant no declara por ninguna parte que es un ateo o que no hay cosas
tales como el yo o la "cosa en sí". Para Kant, la cuestión es
epistemológica. En respuesta al reto de Hume (de que las ciencias físicas
no pueden de manera concluyente conducir a ninguna verdad final), Kant
se vio obligado a preguntar: "¿Qué puedo realmente saber? Si la
observación empírico-racional no me puede informar de realidades
metafísicas, ¿qué puede? O ¿podemos saber alguna cosa con respecto a las
realidades metafísicas de algún modo (como Dios, el yo, etc.)?" Su
respuesta, desafortunadamente, fue no. Todo nuestro conocimiento se
limita al ámbito
lo fenómeno deldeque
lo físico,
hablamosel ámbito de lo fenomenológico.
no significa El mundo
un mundo "estupendo". de
Más
bien, tiene que ver con el mundo de las apariencias, o el mundo que puede
percibirse mediante los cinco sentidos, en oposición a ser conocido a
través de o por intuición. Kant decía que a través de la observación
empírica (científica) no podemos trasladarnos del mundo fenómeno al
mundo noúmeno. Existe un abismo insalvable entre el mundo que vemos y
el mundo como es en realidad. Sigue, por lo tanto, que no podemos tener
ningún conocimiento del mundo noúmeno. Como resultado de esa
importante separación entre el mundo fenómeno y el mundo noúmeno, el
reto de Kant contra los argumentos tradicionales para la existencia de Dios
esencialmente se condensa en un ataque sobre el uso de la teología natural.
78
Hemos defendido que todos los seres humanos están dotados con un
intelecto natural capaz de reconocer la existencia del Creador simplemente
en virtud de haber sido creados a su semejanza (vea Ro. 1:18-21). Pero
Kant argumenta que el conocimiento de la existencia de Dios no puede
conseguirse a través del uso de la razón, porque (y aquí se aprovechó de la
crítica de causalidad
ley de la Hume) no podemos
puedan serestar segurosaldemundo
aplicados que principios
noúmeno,tales
auncomo la
cuando
esa misma ley puede usarse aquí en el mundo fenómeno. Razonar respecto
de la existencia de Dios con el uso de la ley de causa y efecto, para Kant,
era imposible. Por esa razón, Kant era escéptico acerca de nuestra
habilidad para conocer alguna cosa con respecto a Dios (mediante el uso
de los argumentos tradicionales, por lo menos).
hayDe igualposibilidades
cuatro manera, comenzaremos nuestra
básicas para apologética
explicar con laCada
la realidad. idea una
de que
es
independiente de la otra. Si una de ellas es verdad, las otras son falsas. La
primera explicación posible de la realidad (que será explorada en este
capítulo) es que nuestras experiencias de la realidad son en sí mismas una
ilusión. La segunda (en el capítulo 12) es que la realidad como la
encontramos es autocreada. Hoy día, esa explicación es expresada con
mayor frecuencia en función de que el universo es resultado del azar (vea
capítulo 13). La tercera posibilidad es que la realidad es autoexistente. La
cuarta es que el universo es creado, a la postre, por algo que es
autoexistente. Consideraremos estas dos últimas posibilidades en los
capítulos 14 y 15. La mayoría de los apologistas han tenido varios matices
en sus acercamientos a la cuestión de la existencia de Dios. La mayoría de
sus argumentos no usan explícitamente esos términos o categorías, pero
creo firmemente que cualquier argumento en la historia de la apologética
puede ser incluido bajo esas cuatro categorías genéricas. O sea, todas las
otras formas de argumentos a favor o en contra de la existencia de Dios, o
para explicar la realidad como la encontramos pueden ser incluidas en una
o más de esas categorías. Así que para "cortar el nudo gordiano", por así
decir, nuestra lista de las posibles explicaciones es genéricamente
exhaustiva. Habiendo abordado este problema particular de dónde
comenzar,
categorías. ahora intentaremos explicar más ampliamente nuestras cuatro
apelar
iglesia adaba
la monolítica iglesia
el veredicto, romana para
la controversia otorgar elporque
terminaba, veredicto. Cuando de
la autoridad la
la iglesia era considerada, por lo menos, sacrosanta y en el mejor de los
casos, infalible. Con el desafío a la autoridad de la iglesia que acompañó a
la reforma protestante, la gran pregunta de "¿Cómo podemos saber algo
con seguridad?" Se convirtió en un problema serio. No solo vio la gente la
fractura de la autoridad de la iglesia sino que también contempló el
resquebrajamiento y el colapso de la autoridad científica. Además de la
reforma protestante, el siglo dieciséis experimentó una revolución
científica, la llamada "revolución de Copérnico" en astronomía. Copérnico
produjo toda clase de preguntas con respecto a la confiabilidad de la
ciencia.
Esta discrepancia sobre la revolución copérnica se extendió hasta el
siglo diecisiete cuando el episodio de Galileo se hizo importante en la vida
de la iglesia. Galileo con su telescopio confirmaba las teorías matemáticas
de los astrónomos del siglo dieciséis. De modo que no solo en teología y
en filosofía sino también en la ciencia hubo una crisis de autoridad.
Descartes, en su investigación filosófica, trataba de restablecer algún
fundamento para la certeza con relación a la verdad. Buscaba lo que había
denominado ideas "claras y definidas" o sea, ideas que fuesen indubitables,
ideas
razón,que
ideasnoque
pudiesen ser rechazadas
luego formasen sin, al mismo
un fundamento para latiempo, rechazardel
reconstrucción la
conocimiento, ya fuese en el ámbito científico, en el teológico o en el
filosófico.
pregunto a mi mismo: "¿Qué diez cosas son las que sé con toda
seguridad?" Las escribo y luego someto esas diez cosas a la crítica más
rigurosa de que soy capaz, para asegurarme que no estoy solamente
creyéndolas porque alguien de mi gusto las haya enseñado o porque
concuerdan con mis tradiciones, o pertenecen a la subcultura de la que
procedo. Quiero son
verdad realmente saber: "¿Cómo sé que esas cosas que pienso que son
verdad?"
Luego Descartes hizo esta pregunta: "¿Qué se requiere para que haya
una duda?" Argumentó que para que hubiese una duda, tiene que haber un
conocimiento. La duda requiere pensamiento, un pensamiento consciente,
porque la duda es una acción de pensamiento. Sin pensamiento, no puede
haber duda. De modo que si estoy dudando, sé que estoy pensando. Por lo
menos pienso que estoy pensando. Y si dio que no pienso eso, estoy
pensando. Bien, para que pueda decir que no pienso que estoy pensando,
tengo que estar pensando. No puedo escapar de la realidad de que estoy
pensando, porque dudar es pensar. Y de ahí sigue la próxima premisa: "Tal
como la duda requiere a alguien que dude, así un pensamiento requiere un
pensador, si estoy dudando, tengo que concluir, racionalmente, que estoy
pensando. Y si estoy pensando, entonces tengo que ser. Tengo que existir,
porque lo que no existe no puede pensar, lo que no puede pensar no puede
dudar. Y puesto que no hay duda de que estoy dudando, querrá decir
también que estoy pensando. Y si estoy pensando, también estoy
existiendo". Y así llego a la conclusión: "Cogito, estoy pensando, ergo,
luego, sum, existo".
Quienes
proceso no hayan
a través del cualestudiado
Descartesfilosofía podrían
pasó y decir: "Esamirar
es la el elaborado
razón de por
88
qué la filosofía es tan absurda; que alguien invierta tanto tiempo y tanto
esfuerzo para aprender lo que todo ser viviente, despierto y consciente ya
sabe, es decir, el hecho de que está existiendo. Nadie realmente niega su
propia existencia. Nadie cree que simplemente es una actor que aparece en
el sueño de alguien". Peor, reitero, recuerde qué procuraba Descartes. Era
un matemático,
fuerza, y buscabaracional
poder y dinámica certezalaencerteza
el ámbito
a la filosófico quellegar
que se puede igualase en
en las
matemáticas.
La autocreación es analíticamente
analíticamente falsa
Antes de considerar las variantes de esta segunda posibilidad,
tomaremos un momento para discutir la idea en sí. Auto creación es un
concepto que, en lenguaje filosófico, es analíticamente falso. Recuerde
nuestra discusión con respecto a la ley de la causalidad, y cómo la
declaración "todo efecto tiene que tener una causa" es una verdad "formal"
o analítica, lo que simplemente significa que es verdad por definición.
Después de analizar las palabras dentro de la declaración y su relación una
con otra, si es, entonces, claro por su propia definición que es verdad,
sabemos que es analíticamente verdad. La idea de la autocreación, cuando
se examina de esa manera, se hace patente que es falsa por definición.
que seaantes
existir su propio efecto
de existir. El yuniverso,
al mismo tiempo
para su propia
poderse causa,
autocrear, tendría
tendría queque
ser
91
Variedades de la autocreación
La autocreación ha sido defendida de varias maneras. Uno de los
intentos más populares para usar el concepto de la autocreación como un
substituto de la creación del universo por un autoexistente y eterno ser
tuvo lugar durante el "Siglo de las luces" (siglo dieciocho). Algunos,
aunque no todos, de los pensadores de esa época eran ateos. Algunos de
los que eran ateos procuraban reemplazar el concepto de un Dios creador
con el concepto
significa que lasdecosas
la "generación espontánea".
simplemente comienzanLa
porgeneración espontánea
sí solas, sin ninguna
causa. Eso, por supuesto, ignora la ley fundamental de la ciencia que dice:
ex nihilo nihil fit ("de la nada, nada viene"). La nada no produce algo,
porque la nada no puede producir algo.
Tienes que esperar, en el proceso evolutivo, para que esa nada produzca
algo. Podría tomar un tiempo incalculable, pero si tienes suficiente
paciencia, tarde o temprano, algo puede crearse a sí mismo". En ese
momento, el filósofo y el científico chocan con sus cabezas, porque el
científico ha dejado la mitad de su método abandonado en el laboratorio.
La noción
explosión de que
es una la realidad
insensatez llega aEs
filosófica. existir
una por medioirracionalidad.
absoluta de una gran
Sospecho de que si tuviese la oportunidad de entrevistar al físico que hizo
esa declaración, de inmediato diría: "me expresé mal. Lo que quise decir
es que estaba presente o en un previo estado de existencia que cambió en
el momento de la gran explosión, pero no quiero sugerir que la explosión
surgió de la nada y se volvió algo". Espero y confío que eso es lo que el
físico habría dicho.
En el de
existencia primer capítulo es
la casualidad desuficiente
No una para
casualidad escribí
quitar de quea la
un tirón mera
Dios de
su trono cósmico. La casualidad deja a Dios fuera de su trabajo. Mi tesis
básica en el libro es que no existe nada que se parezca a la casualidad. El
mito más enorme de la mitología moderna es el de la casualidad.
-¿El universo fue creado por el azar? -lo miré y repetí su declaración.
-Bien, acabo de tirar la monea al aire -le dije-. ¿Qué posibilidad hay,
dado a que no se posó en su borde, de que esta monea cayese en cara o
cruz?
-Uno en cien -respondió él-, porque solo hay dos opciones, o sea, cara
o cruz.
-Muy bien, matemáticamente -le dije yo-, ¿cuáles son las posibilidades
de que salga cara?
-Cincuenta-cincuenta
-Cincuenta-cincuenta -afirmó él.
que ver con los factores que he mencionado, ya sea que comience sacando
caras o cruces, cuanta fuerza sea aplicada por el dedo pulgar, la densidad
de la atmósfera, la altura a la que vaya, cuantas vueltas dé y así por el
estilo. Todas esas variantes pueden afectar el resultado del experimento.
Pero sabemos que, dadas todas esas variantes que no tenemos tiempo para
examinar
cara todasylaspor
o cruz, veces, la moneda
lo tanto tieneque
decimos que salir de una de dos maneras,
las probabilidades con de
cincuenta-cincuenta.
casualidad, es decir, al poder del azar. Jugamos juegos del azar en los que
los naipes son movidos al azar, y cuando las cartas son repartidas, hay
posibles estadísticas que podemos determinar sobre la base de cómo
fueron repartidas. Me gusta jugar a las cartas. He estudiado las
posibilidades matemáticas en el bridge y gin rummy. Juego según las
posibilidades y eso en en
posibilidades matemáticas verdad me ayuda
los llamados a de
juegos saber
azar.cuáles sonasílas
Pero aún es
un juego de azar, porque no sé como los naipes fueron ordenados. La
razón de por qué recibo las cartas que recibo en un juego de bridge o en
uno de gin rummy se encuentra en cómo fueron ordenados cuando fueron
barajadas por primera vez, cómo fueron arregladas cuando fueron
barajadas las segunda vez, cómo fueron servidas, y en qué secuencia
fueron servidas. No había un demonio invisible llamado casualidad que
saltó sobre el que pasaba las cartas e hizo que ciertas cartas fueran
entregadas en cierta secuencia. El azar no tiene ser. Y puesto que no tiene
ser no tiene poder.
queRecuerdo de nuevo
me hizo escribir el esos
libroescritos
No una ycasualidad.
discusionesEscon
unarespecto a la ciencia
cosa decir: "No sé
por qué esas partículas subatómicas se comportan de esta manera, o por
qué nuestros paradigmas científicos no pueden explicar esos
comportamientos. Sé que está ocurriendo. Lo estoy observando. Estoy
experimentando. Solo que no sé por qué ocurre". En ese momento, el
científico está ejerciendo un comportamiento adecuado para su
investigación científica. Cuando choca con el límite de su conocimiento,
dice: "No sé". Eso debe hacerse en biología, en química, en física, en
filosofía y en teología. Esa debe ser la señal de cualquier investigador de la
verdad auténtico. Es una cosa decir: "No sé" pero totalmente otra cosa
decir: "Nada produce este efecto". Para poder saber que nada está
produciendo algo, tendríamos que saber toda posible fuerza concebible que
existe dentro o fuera del universo. Solo la omnisciencia podría
concedernos esa clase de conocimiento. Pienso, como cuestión de
prudencia, que debemos dejar de decir que la nada causa algo, porque es
una afirmación absurda. No solo es mala teología, también es mala ciencia,
abogar a favor de la autocreación bajo cualquier nombre.
101
A estas alturas hemos establecido que tiene que haber algo, en algún
sitio, de alguna manera autoexistente, porque hemos eliminado (en los
capítulos 11 al 13) las otras posibilidades. Ahora tenemos que decidir qué,
precisamente, es autoexistente. La primea cosa, que preguntamos es: "¿Es
posible que algo en realidad sea autoexistente?" Hemos visto que es
lógicamente imposible que algo sea autocreado, porque para que algo
pueda crearse a sí mismo, tendría que existir antes de ser, y tendría por lo
tanto, que ser y no ser al mismo tiempo y en la misma relación. La lógica
elimina eso como una posibilidad racional.
De hecho, como hemos de ver, una vez que concluimos que algo
existe, en vez de todo ser una ilusión, entonces la idea de un ser
autoexistente se convierte en algo no solo posible sino necesario.
Hay dos maneras diferentes por las que los filósofos describen a Dios
como un ser necesario. La primera es que Él es necesario en virtud de la
racionalidad. Si algo existe, la existencia de Dios es racionalmente
necesaria. Si algo existe ahora, la razón exige que algo siempre ha
existido, que algo, en algún lugar tiene el poder de ser en sí mismo, o
simplemente no podríamos explicar la existencia de nada. Si alguna vez
hubo un tiempo cuando no había nada, absolutamente nada, ¿qué podría
existir ahora, excepto nada? Ex nihilo nihil fit, es decir: "De la nada, nada
puede surgir", a menos que algo surja de sí mismo, creándose a sí mismo,
lo cual, como hemos visto, es una imposibilidad racional.
Sabemos que algo existe ahora. Eso significa que nunca pudo haber
habido un tiempo cuando no hubo absolutamente nada. Siempre tuvo que
haber habido algo. Hasta ahora no hemos demostrado que ese algo es Dios.
Solo estamos argumentando en este momento que tiene que haber algo que
tiene el poder de Ser dentro de sí mismo y que siempre ha estado ahí. Y
porque ese es un ser cuya existencia es lógicamente necesaria, es una
necesidad lógica que postulemos una idea tal de un ser autoexistente.
continuar existiendo.
Ahora existo. Hace
Tengo un un sigloennoelhabía
comienzo un R.
tiempo, C. vida
y mi Sproul. No medirse
puede existía.
en función del tiempo. El proceso total de mi vida implica constante
generación y deterioro, cambio y mutación. Esa es la característica
suprema de seres dependientes o criaturas. Cambian constantemente. Lo
que tiene un ser autoexistente y eterno es inmutable, porque jamás pierde
nada del poder de su ser ni gana nada en la extensión de su ser. Es lo que
es eternamente. Tiene existencia propia dentro de su propio poder. Eso es
lo que quiere decir que es un ser autoexistente y eterno, cuyo ser es
ontológicamente necesario. O sea, no puede hacer otra cosa sino ser. El
puro ser no depende de nada para su continuidad de existencia ni en origen
de existencia. No está en un estado de ser o llegar a ser, como lo entendía
Platón. Está en un estado de pura existencia, y el puro ser no puede "no
ser".
La otra ley con la que hemos batallado al considerar la teoría del Big
Bang es la ley de la inercia. Esa ley enseña que las cosas en movimiento
tienden a permanecer en movimiento a menos que intervenga una fuerza
externa, y las cosas que están quietas tienden a permanecer quietas a
menos que intervenga una fuerza externa. Por ejemplo, la ley de la inercia
es la que hace el deporte de golf tan difícil y al mismo tiempo tan fácil. La
pelota de golf, comienza sin moverse. Es colocada encima del tee. Y el
ugador mismo está quieto. Luego camina hacia la pelota y lo primero que
hace es dirigirse a la pelota. Le dice: "Buenos días, pelota". Entonces toma
el palo y practica con él. Se prepara para golpear la pelota. Y lo que está en
movimiento golpea lo que esta quieto y lo impulsa a lo largo de la calle.
Pero mientras la pelota se mueve, encuentra resistencia de varias fuerzas
de la naturaleza hasta que llega al suelo. Y una vez que llega al suelo, no
rueda para siempre porque la fricción del terreno impide que siga
s iga rodando.
Finalmente, la pelota vuelve a quedar quieta.
Ahora bien, afortunadamente, hoy esas fuerzas externas obran en
contra de nuestro esfuerzo para mantener la pelota de golf en movimiento.
Porque de no haber fuerzas externas, y ponemos la pelota de golf en
movimiento, el golpe seguiría para siempre, y ese sería el final del juego.
Perderíamos la pelota y no habría manera de llevar la puntuación del
uego. Las fuerzas externas, aunque frustran nuestro esfuerzo para golpear
la pelota más lejos, sin embargo, también hacen posible que el juego de
golf se pueda jugar.
Por supuesto, el materialista dirá: "No seas ridículo. Sabes que esos
son o cosas manufacturadas o cosas que de otro modo llegaron a existir
que anteriormente no existían. No, no decimos que el sol es eterno. No
decimos que eres eterno. No decimos que el yeso es eterno ni que las
llaves del auto son eternas. Sabemos que la característica principal de la
materia es su mutabilidad, es decir, cambia y cambia de un estado a otro de
modo que no es estable eternamente y por lo tanto, está en proceso. Está en
un estado de llegar a ser y no en un estado de pura existencia. Cualquier
cosa que encontramos dentro del universo está cambiando. Manifiesta
dependencia, depende de algo o se deriva de otra cosa. Esas cosas no
pueden ser el centro final del ser del universo que estamos describiendo en
función de un autoexistente y eterno algo".
El cristiano responde que fuera del ámbito total del universo de las
criaturas se encuentra ese autoexistente y eterno ser que llamamos Dios,
quien es el Creador de todas las cosas, y en Él todas las cosas viven y se
mueven y tiene su existencia (Hch. 17:28).
El materialista dice: "Sí, comprendo que tiene que haber algo que es
autoexistente
mismo. y eterno,
No quiero que debe
retroceder, comotener el muchos
hacen poder dedeexistir dentro adeuna
mis colegas, sí
idea de autocreación. Admito que eso es absurdo. Tenemos que tener un
autoexistente y eterno algo. Pero no le concedo a usted, mi amigo
cristiano, que ese autoexistente y eterno algo es Dios, que Él es un ser
trascendente. En cambio, Él es o parte del universo o la suma total del
universo".
del La palabra
Antiguo generada, Génesis,
Testamento, por supuesto, traerá viene
su nombre a la memoria el que
del griego primer libro
significa
"ser" "convertirse" o "suceder". Hacer que algo llegue a existir significa
generarlo, logar que sea. Así es aquí, según el materialista, tenemos ese
aislado, escondido, desconocido punto dentro del universo que es el núcleo
pulsador de todas las realidades que genera todas las cosas desde el
principio. El materialista cree que no hay un Dios que existe fuera del
universo, quien está por encima y más allá del universo, sino que ese
autoexistente y eterno generador de poder es parte misma del universo.
sostenimiento
De providencial
mayor importancia, delunmundo
Él es y a su
Dios que gobierno
obra de todo
para redimir el el universo.
mundo que
está caído. Ese Dios de la Biblia no puede ser identificado con el Dios de
los filósofos. Puede tener ciertas similitudes con la deidad de los filósofos,
pero no puede ser reducido a una mera fuerza impersonal o a algún
principio filosófico abstracto.
que ser infinito. Aun en el cielo, aunque el cristiano tendrá mucho más
entendimiento del que disfruta ahora, ese entendimiento no alcanzará el
nivel de lo infinito.
una primera
Estamos causa, yenque
de acuerdo queesa primera metafísica
la grandeza causa tienedeque
esaser autoexistente.
primera causa no
puede ser ni mejorada ni disimulada. Pero también afirmamos, contrario a
Aristóteles, que esa primera causa es inmanente en y con su creación y por
lo tanto, providencialmente gobierna los acontecimientos en el tiempo. Los
cristianos no tienen que negociar la verdad de la Palabra de Dios en ese
respecto, porque tanto la Biblia como la revelación de Dios de sí mismo en
la naturaleza de manera completa afirman esa verdad.
en
queeste
estámundo
dentroson
de los
uno.ciclos
Kantestrellados
era más queen elunfirmamento, y la ley era
filósofo. También moral
un
científico. Fue desbordado por la presencia evidencial de diseño en el
mundo natural. Esto es obvio para nosotros: Uno no puede atribuirle
diseño a la naturaleza sin exigir la presencia de un diseñador. Una cosa
necesariamente sigue a la otra. Pero ahí es donde se centra el debate:
¿Puede haber tal cosa como un diseñador involuntario? ¿Puede el mundo
parecer diseñado pero en realidad ser una muestra desordenada de espacio
más tiempo más azar?
universo.
una pruebaEldeargumento de Descartes
su propia realidad comoapersona,
favor deuna
su realidad
propia existencia era
que contenía
pensamiento e intención, los ingredientes de la personalidad, dentro de sí.
119
"Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a
una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando
atestadosllenos
maldad; de toda
de injusticia, fornicación,contiendas,
envidia, homicidios, perversidad, avaricia,
engaños y
malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios,
injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los
padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin
misericordia" (Ro. 1:28-31).
Aunque la lista no es exhaustiva, sí menciona algunas de las principales
maneras en que los seres humanos se dañan unos a otros a través del
comportamiento inmoral. El pecado desenfrenado lleva consigo un odio
hacia los valores morales absolutos.
"Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán;
y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados...
Porque cuando
que es de la ley,los gentiles
éstos, queno
aunque notengan
tienen ley,
ley, son
hacen
leypor
paranaturaleza lo
sí mismos".
La ley, en este texto, de manera muy obvia se levanta en juicio contra
el hombre. En realidad, se levanta en juicio sobre aquellos a quienes no fue
dada (i.e., los gentiles). No solo dio Dios la ley a su pueblo escogido (esto
incluye todo el Antiguo Testamento), El, en verdad, ha escrito su ley sobre
el corazón de todo ser humano. La ética perfecta revelada en la ley de Dios
entregada a Moisés y a los profetas después de él, es la misma perfecta
ética revelada en la ley que Dios da internamente a todas las personas. Por
lo tanto, una defensa basada en una ignorancia de la ley revelada a los
israelitas es totalmente irrelevante. Un punto crucial hecho por Pablo es
que la cantidad de revelación dada a una persona no es la cuestión. En
cambio, la respuesta de parte de la persona en sí es la cuestión (cualquiera
que sea el grado de la revelación) será lo que Dios tomará en cuenta en el
día final. Todas las personas, pues, tanto judíos como gentiles, están bajo
el juicio de la santa ley de Dios. Esa ley revelada tanto en las cosas
externas creadas por Él como en las cosas internas escritas en los
corazones de todo ser humano. Nadie puede escaparse de la ley moral de
un Dios justo.
Frecuentemente,
Frecuenteme
simplemente un nte, los nodecristianos
resultado afirmanoque
tabúes sociales nuestras conciencias
de conveniencias son
culturale
culturales.
s.
Pero aun cuando podemos debatir qué pertenece a las costumbres y qué a
la ley absoluta, no podemos erradicar la conciencia. Ninguna cultura está
carente de una estructura ética, porque si lo estuviera, cesaría de ser una
cultura viable. Las relaciones sociales serían prácticamente imposibles en
una sociedad que no tiene de la capacidad para determinar entre lo bueno y
lo malo. Por mucho que el utopismo ingenuo lo desee, si el hombre no
tuviese a Dios y por consiguiente, ninguna moralidad de la que nutrirse, lo
último que habría sería paz.
absoluto, que todo acto es amoral (ni moral ni inmoral). Eso no es otra
cosa sino un barbarismo educado. Y a pesar de su esfuerzo al contrario, la
conciencia no puede ser erradicada.
considera correctorazas
entre las clases, en sue propia mente,Sinlo leyes
individuos. que crearía conflicto sobre
que descansen y guerra
un
fundamento sólido, nuestros propios "derechos" individuales serían
prioritarios sobre los de las demás personas.
El existencialista,
(1905-1980) definió aldramaturgo,
hombre como novelista y filósofo,
una "pasión inútil".'Jean Paul Sartre
Al describir la
condición humana en su libro Nausea, Sartre definió al hombre como un
ser compuesto primordialmente de pasiones. Como lo percibió
correctamente, Sartre dice que esas pasiones carecen totalmente de valor y
de significado, todas nuestras preocupaciones resultan en nada, si no hay
Dios.
130
existencia de Dios. Pero les molesta que tantas personas sean religiosas.
Buscan, pues, dar una explicación racional del fenómeno de la religión. La
pregunta no es: ¿Hay un Dios? La pregunta se convierte en: "Puesto que
no hay un Dios, ¿por qué hay religión?"
necesidad psicológica,
pierna del ateo y no parao la
la del
muleta,
teísta.de hecho podría ser, más bien, para la
133
Como hemos visto, los ateos con frecuenta desestiman la creencia cristiana
en Dios diciendo que es un resultado directo de una necesidad psicológica.
"Si Dios no existe", se preguntan, "¿por qué la gente es tan religiosa?
Deseamos hacerles la misma pregunta: "Si hay un Dios, ¿por qué hay
ateos?" Y nuestra respuesta es semejante a la de ellos, excepto que las
Escrituras ofrecen un argumento mucho más convincente que el de ellos,
por ejemplo, el embarazoso psicoanálisis de Sigmund Freud. En su obra,
Civilización y sus descontentos, Freud escribió que las necesidades
religiosas se derivan del "niño indefenso y de la nostalgia por el padre" y
que esa vulnerabilidad es sostenida permanentemente por "el temor del
poder superior del Destino".' Totalmente al contrario, creemos que esos
como Freud que rechazan a Dios lo hacen para escaparse de la impotencia
que uno siente delante del "poder superior" y santo del Dios que
verdaderamente existe.
Como cristianos, cada célula de nuestro cuerpo quiere que Dios exista,
y de la misma manera, cada célula de nuestro ser es igualmente repelida
por la idea de que la suma total de nuestras vidas es "la pasión inútil" de
Sartre. Y tenemos que admitir que es muy plausible para nosotros el
134
Ambos lados del debate pone de manifiesto que todos los que se
implican en una discusión con respecto a la existencia de Dios aporta un
bagaje psicológico a la discusión. Quienes niegan a Dios, por ejemplo,
tienen un enorme interés investido en su negación porque, simplemente
expresado, si el Dios de la Biblia existe, entonces un obstáculo infinito se
interpone entre ellos y su propia autonomía. El hombre no puede ser el
creador definitivo de su propio destino si el Dios soberano del universo
existe. Freud sabía eso a su manera. Para él, los cristianos tenían que ser
los débiles, aquellos cuya fe redujo a incapacidad infantil. Irónicamente
para Freud, sin embargo, las Escrituras describen la psicología de los ateos
casi de la más
interpone misma manera como
firmemente en elFreud describe
camino a los teístas.
de nuestros propiosNada se
deseos
autónomos que un autoexistente, eternamente justo y recto Dios. Hay,
según admite el mismo Freud, un conocimiento universal de que la peor
cosa imaginable sería caer en las manos del "poder superior del destino".
Ese temor es agravado infinitamente, sin embargo, cuando ese destino es
visto como un Dios santo. Tal como somos capaces de hacer cualquier
cosa posible para negar nuestra culpa delante de un Dios que
verdaderamente existe.
teólogos y filósofos
ser conocido a travésen
de el
la campo kantiano
naturaleza. Puedeesserque niegan que
conocido, Dios puede
indudablemente
no de manera salvadora, sino conocido de tal manera que somos dejados,
135
según el apóstol Pablo "sin excusa" (vea Ro. 1:19-20). Lo que queda claro
en el argumento de Pablo en este primer capítulo es que el problema
principal con quienes niegan la existencia de Dios no es intelectual. No es
debido a la falta de información, o que la manifestación de Dios de sí
mismo en la naturaleza ha sido obscurecida. El problema del ateo no es
que pueden conocer a Dios sino, más bien, que no quieren conocerle. Para
Pablo, el problema del hombre con la existencia de Dios no es un
problema intelectual. Es un problema moral. "Porque la ira de Dios se
revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
detienen con injusticia la verdad" (Ro. 1:18). Sorprendentemente, el Dios
del apóstol revela su ira. Eso hace a Dios aún más repulsivo para el ateo.
Incluso muchos teístas, desafortunadamente, rehúsan reconocer que las
Escrituras revelan que Dios es un Dios de ira.
136
141
En una de sus
amonestaciones últimas cartas
y exhortaciones cona respecto
Timoteo,al Pablo
peligrodaque
al vendría
joven pastor
sobre
la iglesia:
143
144
145
147
Este primer aspecto será el obstáculo más grande para los no creyentes.
Defender la inspiración de la Biblia ante personas que profesan ser
cristianas es un problema. Defenderla delante de los incrédulos es otro
problema. Si el "creyente" afirma tener fe en Cristo y al mismo tiempo
niega que la Biblia es por lo menos básicamente confiable, su fe es
manifiestamente
manifiestamen te vacía.
149
150
151
decir, que estas eran la Palabra de Dios. Sin embargo, esos eruditos,
aunque reconocen que Jesús enseñó que la Biblia era inspirada por Dios,
dicen que jesús estaba equivocado en sus enseñanzas. No solo enseñan que
esús estaba equivocado con respecto a las Escrituras sino que enseñan que
es perfectamente correcto que el estuviese equivocado, porque nosotros no
podemos razonablemente esperar que jesús en su naturaleza humana,
tuviese la posibilidad de saber que Moisés no escribió los primeros cinco
libros del Antiguo Testamento, los cuales Jesús dijo que Moisés escribió.
Él no puede ser considerado responsable de asumir una postura sobre las
Escrituras que prevalecía en su día porque, en su naturaleza humana, Él no
era omnisciente. En resumidas cuentas, el argumento de la autoridad de las
Escrituras dentro de la iglesia se reduce a un argumento cristológico.
Quienes dicen que jesús estaba equivocado en sus enseñanzas con respecto
a las Escrituras argumentan que en su humanidad no tenía el atributo
divino de la omnisciencia. Sin omnisciencia, dicen ellos, no había manera
de que Él pudiese saber que su entendimiento de la Palabra de Dios estaba
equivocado.
Por lo menos esto es verdad: Juntar los atributos divinos de Dios con
los atributos humanos de jesús sin ninguna distinción es una violación de
la ortodoxia cristiana histórica como está expresada en la "Definición de
fe" del Concilio de Calcedonia del año 451 d.C. Ese antiguo documento
cristiano enfatizó la relación entre la naturaleza divina y la humana en
Cristo Jesús:
154
Esos eruditos que sostienen que jesús estaba equivocado acerca de las
Escrituras han centrado tanto la atención en los detalles difíciles que en
realidad han colado el mosquito y tragado el camello (vea Mt. 23:24h). Se
han permitido
armonía bíblicaelal lujo dede
precio sercuestiones
consumidos por más
mucho problemas pequeños
importantes de la
tales como
la integridad del mismo Cristo. Si Jesús hubiese errado con respecto a
155
cualquier cosa que enseñó ¿por qué exaltarlo como profeta, ni mucho
menos como el Hijo de Dios? Eso desacreditaría todo su papel tal como se
presenta en el Nuevo Testamento. Si Jesús en su humanidad fue
omnisciente, esa no es la cuestión. Más bien, era su responsabilidad (a la
luz de su perfecta impecabilidad) nunca reclamar más autoridad o verdad
de la que verdaderamente poseía. ¿Condujo Él la gente a la verdad o los
condujo al error? Jesús dijo de los fariseos: "Si os he dicho cosas
terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?" (Jn.
3:12).
inspiración
las antiguasdivina no eslaotra
herejías cosa sinonaturaleza
verdadera "docetismodelbíblico".
Hijo deTal Dios
como fue
en
comprometida por quienes divinizaron la humanidad de jesús, así también
(dirían esos teólogos) la doctrina de la inspiración deifica a los escritores
de la Biblia. Después de todo, dicen ellos, la Biblia fue escrita por seres
humanos. Sugerir, pues, que los escritos son infalibles, implica que los
autores mismos eran divinos. La Biblia se equivoca, según Barth,
simplemente debido a la participación humana: Errare humanum est
("errar es humano"). Pero las Escrituras enseñan que sus autores no
escribieron completamente bajo su propia instancia. Más bien, fueron
supervisados por el Espíritu Santo quien los capacitó y los preservó de sus
tendencias humanas al errar: "porque nunca la profecía fue traída por
voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo" (2 P. 1:21).
156
158
Entonces, a pesar
penetrará de de ti mismo,
tal manera te afectará
en tu corazón, tan profundamente,
se incrustará en tus tuétanos,
que, comparada con su profunda impresión, ese vigor que poseen los
159
160
161
163
Lejos de ser una amenaza, no hay mayor liberación para quien busca la
verdad que la certeza de que Dios existe y que se manifiesta a sí mismo y
su voluntad en la revelación especial de las Sagradas Escrituras.
164
CAPÍTULO 1
LA TAREA DE LA APOLOGÉTICA
CAPÍTULO 4
LA LEY DE LA NO CONTRADICCIÓN
CAPÍTULO 6
LA LEY DE LA CAUSALIDAD
CAPÍTULO 7
165
CAPÍTULO 9
LA TEOLIGÍA NATURAL Y LA CIENCIA
CAPÍTULO 10
AQUINO Y KANT
CAPÍTULO 12
166
LA AUTOCREACIÓN
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 18
LOS NIHILISTAS
Sartre, Being and Nothingness [El ser y la nada], trans., con introducción
por Hazel E. Barnes (Nueva York: Philosophical Library, 1956), 615.
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA
167
The New Testament Documents: Are Thev Reliable? [¿Son fidedignos los
documentos del Nuevo Testamento?] (Downers Grove, I11.:
lnterVarsity, 1960).
CAPÍTULO 23
p. 41
1.8.10 (90).
1.8.1 (82).
1.8.8 (88).
1.7.5 (80).
1.7.4 (78).
168
169
170
171
172
173
174
175
PORTAVOZ
El triunfo de la fe
Les Thompson
177
www.Ix)rl¿ivoz.c<mi
PORTAVOZ
178
John MacArthur
179
propia y la adoración.
vnww.portavoz.corn
PORTAVOZ
180
Erwin W. Lutzer
181
www.E x )rt¿rvoz.coni
182
Índice
book 2