Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Módulo Ii, Símbolos Fundamentales y Colores

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

MÓDULO II, SÍMBOLOS FUNDAMENTALES Y COLORES

Indice del módulo:

Introducción Simbología general:

¿Qué es un símbolo?

El eje de nuestro trabajo con Símbolos

Colores:

Significado de los Colores

Aplicación del círculo cromático al Tarot

Arquetipos:

¿Qué es un arquetipo?

El viaje del Héroe


Las paradas del viaje: los Septenios

Primer Septenio: el Mundo de los Dioses

Estrategias de interpretación

Comienza el viaje: El Loco, El Mago, La Suma Sacerdotisa, La


Emperatriz

Arcano 0. El Loco
Arcano I. El Mago
Arcano II. La Suma Sacerdotisa
Arcano III. La Emperatriz

Ejercicios de aplicación
Ejercicio 1: pidiendo un consejo o predicción al Tarot
Ejercicio 2: practicando significados
En el módulo anterior vimos que el tarot es un juego de cartas lleno de
símbolos, que tiene varios usos: entre ellos, el autoconocimiento, la
posibilidad de dar un consejo, la predicción y consultoría, que sería el uso
más complejo y algo que eleva al Tarot desde una simple mancia al nivel de
una herramienta de transformación. Su funcionamiento se puede explicar
mediante el concepto de sincronicidad, término acuñado por Carl Jung para
designar las coincidencias sorprendentes que no pueden ser explicadas de
manera causal. El hecho mismo de barajar cartas, extraer algunas de ellas y
poder explicar lo que sucedió, está sucediendo y posiblemente suceda a una
persona se sustenta en este fenómeno de la sincronicidad. Estructuralmente,
el Tarot se divide en los Arcanos Mayores –que comenzaremos a ver en
detalle en este módulo– y los Arcanos Menores. Los primeros describen las
grandes experiencias humanas, como el amor, la muerte, el éxito, el trabajo,
la familia, la religión, etc. Los segundos describen las particularidades y
diferentes instancias de dichas experiencias. En el primer módulo, hemos
visto cómo diferenciar cada uno. También hemos visto algunos consejos para
elegir nuestra baraja, aparte de la que usaremos en este curso, y algunos
consejos sobre cómo guardar las cartas, cuidarlas y limpiarlas. Por último,
dejamos establecido los diferentes sistemas simbólicos con los que el Tarot
se emparenta. En este módulo exploraremos uno de los varios símbolos
fundamentales: los colores. Aprendemos, además, sobre los arquetipos: qué
son, por qué son importantes para el Tarot. Y veremos los primeros cuatro
Arcanos Mayores. Al final del texto encontrarás diferentes propuestas que te
permitirán ejercitar los conocimientos teóricos adquiridos.

Simbología general ¿Qué es un símbolo?

Hay muchas definiciones para este concepto, y la primera que vamos a


utilizar es la que da el diccionario de la Real Academia: la palabra símbolo
proviene del latín simbŏlum y consiste en “la representación sensorialmente
perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por
una convención socialmente aceptada.” (1) Es decir, que un símbolo puede
ser cualquier cosa, básicamente imágenes o dibujos, en tanto tengan la
capacidad de representar otra cosa de la realidad. Se diferencian de los
signos en que estos pueden ser comprendidos por los seres humanos y
algunos (como los signos gestuales) incluso por ciertos animales; mientras
los símbolos son específicamente humanos. Los signos señalan, designan
una entidad necesariamente real (un objeto, un sonido, etc.) y son específicos
de una circunstancia o lugar; mientras que los símbolos tienen un significado
más amplio, que puede cambiar. Encontramos símbolos en toda actividad
cultural, pero básicamente en los rituales religiosos dónde un símbolo puede
ser la cruz cristiana, un cáliz, el agua bendita, un gesto, una palabra… Hay
símbolos universales, comunes a o presentes en la mayoría de las culturas
(la religión y las tradiciones, a ella asociada, los ritos, los elementos usados
en cada uno; el arte y los temas expresados artísticamente, etc.) Un símbolo
es una imagen capaz de representar ideas, conceptos, personas. Hay
símbolos universales, que se pueden encontrar en las diversas culturas y hay
símbolos personales, que se pueden encontrar, por ejemplo, en los sueños.

El eje de nuestro trabajo con Símbolos

Una forma simple y rápida de entender cada carta, consiste en aislar y


clasificar cada símbolo: entendiéndolo por separado nos ayudará a
entenderlo luego dentro de un contexto, adaptando a su vez su significado.
En este módulo, comenzaremos por ver el significado de los Colores y luego
el de los Números. Y en siguiente veremos algunas nociones de Astrología
(Signos y Planetas) y de símbolos que aparecen en la mayoría de las cartas
(Figuras y Formas). De esta manera, enfocaremos cada arcano desde cuadro
dimensiones: cromática, numerológica, astrológica y la de las figuras.
¡Comencemos!

COLORES:

ROJO
El rojo simboliza el poder, se asocia con la vitalidad y la ambición. Aporta
también confianza en sí mismo, coraje y una actitud optimista ante la vida. En
forma negativa, significa agresividad, enojo; en la naturaleza, son rojos los
animales y plantas venenosos que con dicho color le avisan a los demás que
lo son peligrosos. Eleva la energía, transmite calor, puede generar ansiedad.
Es el color de Aries. En síntesis: atracción, amor, pasión, deseo, amor,
actividad.

AMARILLO
Es un color brillante, alegre, que simboliza el lujo y como estar de fiesta cada
día. Se asocia con la parte intelectual de la mente y la expresión de nuestros
pensamientos. Es por lo tanto, el poder de discernir y discriminar, la memoria
y las ideas claras, el poder de decisión y capacidad de discernir. Se asocia la
Conciencia (solar). En forma negativa, este color indica miedo o falta de
confianza; o en otro sentido, orgullo, arrogancia. Le corresponde al signo de
Leo. Eleva el ánimo. En síntesis: felicidad, alegría, inteligencia, innovación,
energía, fortaleza, poder.

AZUL
El azul es un color fresco, tranquilizante y se asocia en algún sentido con la
mente, aunque más estrechamente con la espiritualidad. Tiene un efecto
tranquilizante, ayuda a controlar la mente, a tener claridad de ideas y a ser
creativos. Aunque lo negativo es que produce apatía y posible depresión,
cuando se usa en exceso. Se asocia al signo de Sagitario, signo que combina
lo terreno y lo superior. En síntesis: estabilidad, profundidad, lealtad,
confianza, sabiduría, inteligencia, fe, verdad, eternidad, seriedad.

VERDE
El verde tiene una fuerte afinidad con la naturaleza y nos conecta con ella.
Transmite un sentimiento de relajación, calma y paz interior. Popularmente es
el color esperanza, y también simboliza la buena salud y la curación en caso
de padecer alguna enfermedad. En cuestión de objetos, se vincula al dinero
(particularmente, los dólares). El color verde está asociado a los signos Tauro
y Libra. En síntesis: naturaleza, armonía, crecimiento, exuberancia, fertilidad,
frescura, estabilidad, resistencia, salud, esperanza.

VIOLETA
El violeta es el color de la transformación al más alto nivel espiritual y mental,
capaz de combatir los miedos y aportar paz. Nos conecta con los impulsos
musicales y artísticos, el misterio y la sensibilidad a la belleza y los grandes
ideales, inspirándonos sensibilidad, espiritualidad y compasión. Es
tradicionalmente el color de la transmutación. Simboliza también la protección
psíquica. Se asocia al signo de Escorpio. En síntesis: sabiduría, creatividad,
independencia, dignidad, serenidad, cambio, transgresión, espiritualidad.

NARANJA
El naranja es un color alegre, al igual que el amarillo, y es lógico porque
proviene de aquél. Estimula la mente, y como derivado del color primario es
ideal para las incentivar las ideas y alejar la tristeza. Está asociado al signo
de Géminis, el adolescente eterno del zodíaco. En síntesis: energía, alegría,
felicidad, atracción, creatividad.
NEGRO
El color negro está asociado al signo de Capricornio, y como dicho signo, es
un color de luto, introspección, materialismo, de las cosas ocultas, lo que se
ignora o desconoce. Es el color de aislamiento, del apartarse del mundo
(como el ermitaño que vive en la montaña). En síntesis: austeridad, vida
interior, constreñimiento, previsión, orden, soledad, aislamiento. Se
recomienda evitarlo en prácticas mágicas y espirituales, porque absorbe los
colores (la energía).

BLANCO

El color blanco es el más puro de todos, así es que representa a la pureza. Es


el color más protector de todos, aporta paz, calma. Es también símbolo de
espiritualidad, inocencia, tranquilidad. En negativo, demasiado blanco, puede
transmitir soledad y frialdad. El color blanco está asociado a Cáncer. Es
recomendable usarlo en la ropa para todo tipo de actividad espiritual o
mágica. En síntesis: luz, bondad, inocencia, pureza, virginidad, optimismo,
perfección, inocencia, aislamiento, frío.

GRIS
Al color gris se le asocia con la independencia, la auto-suficiencia, el
auto-control, porque es un color que actúa como escudo de las influencia
externas. Sin embargo, el gris puede generar sentimientos negativos: en la
naturaleza las nubes de lluvia son grises, así como la niebla y el humo. El gris
es el color de la evasión: esto lo relaciona con separarse de todo, permanecer
al margen de todo, y huir de compromisos impuestos. Se asocia al signo de
Acuario. En síntesis: estabilidad, generosidad, grandes dotes organizativas,
dotes humanitarias, aislamiento, independencia.

Aplicación del círculo cromático al Tarot:

Lo que nos interesa del significado de los colores es tener algunas palabras
claves de cada uno para comprender la psicología y acción de cada persona
que aparece en las cartas, por ejemplo: si vemos a El Loco (Arcano 0)
predomina el color amarillo en el fondo, lo mismo que en determinados
detalles de su ropa. Sabemos ahora que el color amarillo se asocia a la
alegría y a la despreocupación, y con esas dos palabras clave, ya tenemos
algo que decir sobre este personaje. Por supuesto que el análisis de la carta
no se agota allí: se debe prestar atención a la ropa, los objetos que lleva el
personaje, su postura… elementos que iremos analizando oportunamente
para cada carta. Otro ejemplo: en la carta de La Suma Sacerdotisa
predominan los colores azules, o más bien celestes. Sabemos que el azul es
un color que se asocia con la espiritualidad, que trae calma y serenidad. Pues
bien: el color describe muy bien dos de las cualidades de la mujer sabia del
segundo arcano. El Mago lleva una túnica roja, en señal de actividad y deseo,
sobre una túnica blanca, en señal de pureza… En este sentido, el color sirve
para transmitir ideas y conceptos. No es que la autora de la lámina pintó el
fondo de la carta del Loco de color amarillo porque sí, o la túnica de El Mago
de color rojo porque le gustaba mucho ese color. Sino que, detrás del color de
cada imagen, está la intención de transmitir una idea. De esta manera, los
colores se transforman en portadores de significado, es decir, en símbolos.

Arquetipos ¿Qué es un arquetipo?

Otro tema que es importante mencionar en esta introducción a los Arcanos


Mayores es el de los arquetipos, ya que esta primera jerarquía de cartas es
una representación de ellos. La idea de arquetipo proviene originalmente de
Platón (filosofía), es retomada por San Agustín (teosofía) y finalmente
aplicada en la psicología por el psiquiatra suizo Carl Jung. En términos de
Jung “los arquetipos pueden definirse como los elementos estructurales y
primordiales de la psique humana. Se manifiestan a nivel personal a través de
los complejos, y a nivel colectivo como características míticas y culturales de
cada sociedad. ”De esta idea se desprende el hecho de que un mismo
arquetipo tendrá distintas modalidades de expresión, según el individuo que
los encarne, o según la época y cultura en que se manifiesten a nivel
colectivo. Por ejemplo, ya sea que hablemos de la Pachamama, de la Virgen
María o de la diosa egipcia Isis (a nivel colectivo), o bien de la madre
abnegada, dadora y amorosa (a nivel individual), detrás de cada una de esas
imágenes arquetípicas habrá una misma matriz, un mismo arquetipo (la
Madre Universal), investido de distintas modalidades de expresión. ”La
palabra “arquetipo” proviene del griego, y significa “primera impronta”: la
forma básica de copias posteriores (que, como en un molde, podrán estar
hechas de yeso, de barro o de oro...).” (2) El arquetipo, entonces, es como un
molde o modelo organizador de la experiencia, de la psique; un ejemplo de
ideas o conocimiento del cual se derivan otros tantos para modelar los
pensamientos y actitudes propias de cada individuo, de cada conjunto, de
cada sociedad, incluso de cada sistema. En el Tarot, el arquetipo mencionado
está desdoblado en dos Arcanos Mayores: por un lado, la Suma Sacerdotisa,
quien encarna el arquetipo de la Gran Madre celestial (la Virgen María o Isis),
la mujer sabia, aunque fría y distante; y por el otro, la Emperatriz, quien
encarna el arquetipo de la Gran Madre terrenal, dadora, generosa, la
Pachamama. Hay un arquetipo que nos interesa particularmente en nuestro
estudio y es el que va a guiarlo en esta primera instancia. Estamos hablando
del arquetipo del Héroe. El héroe es un personaje presente en muchas
culturas, aunque con múltiples rostros. La primera versión de “héroe” la
tenemos en cultura occidental lo encontramos en la Odisea, primera narración
escrita de la que se tiene registro. Su personaje principal Odiseo, que le da
título a la obra, exhibe las cualidades prototípicas del héroe: valentía,
inconformismo, arrojo, inteligencia, arrogancia… en suma, la quintaesencia
de los rasgos claves valorados en su cultura de origen, que en el caso de
Odiseo era la cultura griega. Comúnmente el héroe posee habilidades
sobrehumanas o rasgos de personalidad idealizados que le permiten llevar a
cabo hazañas extraordinarias y beneficiosas, que luego le son reconocidas de
alguna manera. Otro de los héroes más famosos fue Hércules, quien tuvo que
realizar doce trabajos considerados imposibles y que finalmente pudo
concretar. Más actualmente, tenemos a los “súper héroes” como Superman,
el Hombre Araña y demás. ¿Qué tienen en común estos personajes? Que en
algún sentido van más allá de su época, más allá de la media y tiene rasgos
que los convierten en“especiales”, ya sea porque tiene un carácter distintivo o
bien porque logran proezas casi imposibles para mayoría. Una persona se
convierte en héroe cuando realiza una hazaña extraordinaria y digna de
elogio (para la cultura de su lugar y tiempo). Un héroe satisface las
definiciones de lo que se considera bueno y noble en su cultura de origen.
Las hazañas tradicionales son exterminar monstruos y salvar a la gente de
una muerte segura, pero no son las únicas. Todo héroe siempre realiza algún
tipo de viaje porque su vida tranquila y corriente, dónde todo transcurre con
normalidad, se ve alterada y debe salir a buscar alguna solución: un elixir
para un familiar enfermo, una forma de salvar a su mujer en peligro… Nuestro
Héroe es El Loco, el Arcano 0, y su viaje consiste en la vida misma.
Conozcamos sus características.

El viaje del Héroe


El Tarot se emparenta con multiplicidad de mitos y leyendas, pero una de las
más importantes que describe es la del Viaje de la Consciencia cuando
encarna, llamado el Viaje del Héroe: las paradas más importantes de la
travesía están marcadas por los Arcanos Mayores, que son comparables a
los “nudos” de todo cuento, mientras que los Arcanos Menores describen las
acciones “de relleno de la historia”, sin las cuales la historia perdería su color,
aunque mantendría su estructura y coherencia interna. Cada Arcano es una
parada de la Conciencia, que en el Tarot viene simbolizada por El Loco, la
carta sin número o con número 0, que simboliza el estado de inocencia que
caracteriza al hombre cuando nace, antes de haber vivido cualquier
experiencia terrena. El Loco (cuya correspondencia astrológica es Urano)
emprende un viaje desde la ignorancia total (y su correspondiente libertad
absoluta) hasta la sabiduría. Jung lo describe como el proceso de
autorrealización, que consiste en actualizar y hacer reales todas las
potencialidades que tiene el sujeto. El Loco sabe todo, pero no sabe que lo
sabe, y por eso para él es un viaje de autodescubrimiento. Dice Graciela
Caprarulo: “El Viaje del héroe es la historia más antigua del mundo. Su
estructura básica está entretejida de mitos, cuentos de hadas y leyendas que
nos relatan cómo una persona se pone en marcha para dar cumplimiento a la
gran tarea, la búsqueda de un tesoro difícil de encontrar. [...] Se pone en
marcha y, a lo largo del camino, se encuentra con adversarios y con
ayudantes o aliados. Logra hacerse con la fórmula mágica y hace frente a su
oponente, venciéndolo, aunque es frecuentemente marcado en ese proceso.
Una vez que consigue lo que busca, deshaciéndose de sus perseguidores o
adversarios, toma el camino de regreso a casa.” (3) En el Tarot, esa casa a la
que llega nuestro héroe está simbolizada por la última carta: El Mundo. La
propuesta del Tarot es que todos tenemos algo de El Loco y estamos en un
viaje de autodescubrimiento: cada parada del camino puede ser descrita con
un Arcano Mayor, que encierra un aprendizaje. Esta es una de las primeras
razones por las que el Tarot describe muy certeramente el presente de
cualquier situación, y en base a esos elementos, puede predecir hacia dónde
se dirigirán las circunstancias, tanto las internas como las externas. El viaje
tiene etapas, y podría decirse que este se produce básicamente en dos
niveles: si consideramos el viaje del héroe como una alegoría del paso por la
vida, podríamos dividirlo en una etapa mundana –obligatoria para todos– y
una etapa transcendente –que es opcional, y que pocas personas transitan–.
La primera está comprendida entre el nacimiento y la muerte: nacemos,
crecemos, nos reproducimos y morimos. En el medio, suceden muchas
cosas, más o menos parecidas a la mayoría; y para muchos la vida termina
con la muerte, y todo lo que uno hace, aprende y descubre se pierde. Sin
embargo, el propósito de la vida (de este Viaje del Héroe) no es quedarse con
lo mundano, con lo conocido, con el camino de la mayoría, sino optar por la
vía trascendente. La muerte no es un final sino una transición hacia un nuevo
estado de cosas; y solemos tener más de una muerte en nuestras vidas,
momentos en los que todo cambia y “damos vuelta la página”. En esas
instancias es cuando se abre la oportunidad para empezar a vivir lo
trascendente, que esconde muchas más vivencias, tal y como podemos ver
en las cartas que siguen a La Muerte. El Tarot nos invita a reconocernos en
este viaje arquetípico y a utilizar sus imágenes y símbolos para comprender
cada instancia del Camino.

Las paradas del viaje: los Septenios

Existe un método muy simple aunque profundo para entender esta primera
jerarquía de cartas: consiste en dividir los 22 Arcanos Mayores en tres hileras
de siete cartas cada uno, llamados septenios o septenarios, dejando al Loco
(arcano 0 ó 22) aparte, que es el protagonista de la historia. Cada una de
éstas tres hileras trata con nuestras luchas y evolución interna desde distintos
aspectos, sea tanto en el mundo externo, el mundo interno o nuestra
evolución espiritual. Es el método de análisis que adoptaremos aquí, ya que
proporciona un marco, una estructura. Cualesquiera que sean las vivencias
que nos proponen las cartas, de avisos, de advertencia, de libertad, de
distensión, sería importante tomar conciencia de que detrás de cada imagen
se esconde un camino que nos ayuda a descubrirnos a nosotros mismos y a
crecer interiormente.
Los tres niveles o septenios son:
• Arcanos 1 a 7: el mundo de los arquetipos, las paradas “obligatorias” del
viaje.
• Arcanos 8 a 14: el mundo interior, desarrollo de las virtudes,
transformaciones.
• Arcanos 15 a 21: la búsqueda espiritual, trascendencia. No describo los 3
septenios de una vez para no dar demasiada información. En este módulo
comenzaremos por el Primer Septenio.

Primer Septenio: el Mundo de los Dioses Dentro de la primera línea de los


Arcanos Mayores nos encontramos con figuras específicamente arquetípicas:
algunas las podremos reconocer en personas reales, pero son atributos y
cualidades universales. El Mago, la Sacerdotisa, La Emperatriz, son todos
arquetipos, modelos que podemos encontrar en diferentes culturas, con
diferentes formas, pero con una cualidad compartida: el principio constructor
de la realidad, la Gran Madre, el Gran Padre, la Religión y sus promotores,
los sistemas de creencias, etc. En la carta de Los Enamorados, por ejemplo,
vemos al individuo haciendo sus primeras elecciones, que pueden incluir
elegir entre el amor de la pareja y el amor de la familia de origen, entre un
amor pasional y un amor espiritual, entre un camino de comodidad y otro de
lucha, que puede llevar al éxito. Hay algo común en todas estas cartas: todas
son figuras, es decir personas que se nos presentan decididas, erguidas, y
con una actitud bastante definida, y casi siempre sosteniendo algo en sus
manos, con los ojos bien abiertos; figuras llenas de misticismo. La secuencia
de las cartas es la siguiente: I. El Mago: el Constructor, el principio creador, la
conciencia, el Padre Celestial II. La Suma Sacerdotisa: la Madre espiritual o
celestial, la voz interior III. La Emperatriz: la Madre terrenal, los procesos
naturales IV. El Emperador: el Padre terrenal, las normas, las leyes V. El
Sumo Sacerdote: el representante del Padre Celestial, la moral, las creencias
VI. Los Enamorados: el amor y las decisiones, el encuentro VII. El Carro: la
partida del héroe de su patria en busca de aventuras Esta línea nos muestra
la evolución que hacemos como personas, desde que somos conscientes de
nuestro Yo, representado aquí por El Mago, como de las individualidades
masculinas o femeninas con toda su carga de misterio (La Suma
Sacerdotisa), para luego enfrentar las figuras materna y paterna,
representadas aquí por La Emperatriz y El Emperador respectivamente (los
padres terrenales). El Mago y la Sacerdotisa son lo masculino y femenino
arquetípico, mientras que La Emperatriz y El Emperador son las mismas
cualidades encarnadas. Nuestro segundo encuentro con los valores de la
sociedad viene de la mano de El Sumo Sacerdote, el cual se identifica con el
mundo espiritual, aunque tiene el rol de intermediario (en algunas barajas se
le llama “Papa” o “pontífice”, que significa “puente”) y depositario de los
valores morales positivos de una sociedad. Es la segunda socialización que
experimentamos en la etapa escolar; la primera socialización viene de la
familia; en esta socialización aprendemos a adaptarnos a otras instituciones.
Luego de éste encuentro, no exento de crisis o conflictos, tenemos Los
Enamorados, que significa tanto nuestras primeras experiencias amorosas
como el aprender a tomar decisiones entre las múltiples opciones que la vida
nos ofrece. El arcano que se encuentra al final de este septenio es El Carro,
que nos habla de un ego victorioso, de una voluntad armada. Son los
primeros éxitos del joven que sigue creciendo y aprendiendo. Aquí aparece la
individualidad, la voluntad alineada bajo un propósito: la autonomía, por eso
es fácilmente comparable al momento de “la partida de la casa
materna/paterna”. En esta porción del viaje, El Loco va incorporando. ¿Por
qué se considera este septenio como “el mundo de los dioses”? Porque se
empiezan a vivir las primeras experiencias de los arquetipos universales que
van a “marcar” las vivencias posteriores. Mamá y papá aparecen como dioses
cuando somos niños, lo mismo que las otras instituciones (como la religión, la
escuela, etc.), y luego van perdiendo su carácter endiosado. Luego de la
carta de El Carro, que marca la partida, el llamado, el Héroe comienza a vivir
pruebas, que se verán en los dos septenios siguientes.

Estrategias de Interpretación

La lectura que podamos hacer de una carta en el contexto de una consulta o


una tirada, depende una de la otra. Por ejemplo, el Mago que siempre indica
comienzo, voluntad o poder para influir sobre una situación, cambiará su
significado si aparece junto a La Muerte, La Torre y/o otra carta que indique
final o cambios. Siempre se combinan símbolos (2 o más) fusionando sus
significados para dar origen a una tercera entidad, de la misma forma se
procede con el Tarot. Por eso, todas las descripciones individuales de las
cartas son siempre parciales y varían de acuerdo a los autores. La propia
Pamela C. Smith, quien pintó el Tarot hace ya más de un siglo, nos sugiere su
propio estilo y forma de acercarse al Tarot en el único artículo que escribió
sobre el tema y en el que hace mención al juego, aparte de la carta que le
envió a su maestro:
“Nota el vestido, la cara y sus facciones y expresiones; ve si puedes
captar la personalidad en el rostro del personaje; nota la pose. Primero,
observa simplemente las formas de alegría, de miedo, de tristeza; mira
la posición que adopta el cuerpo. Luego de que estés en condiciones de
contar una pequeña historia con la carta, agrégale detalles. Aprende de
todo, velo todo, ¡y siente todo! Busca los ojos, mira la puerta que lleva al
país desconocido…”

En base a sus palabras podemos extraer algunos parámetros para analizar


las 78 cartas. Después de todo, seguir a la creadora del mazo nos dará la
clave para entenderlo, dado que ella pintó cada figura. Esencialmente,
surgiere seguir estos pasos:
• describir la carta en forma literal, tal cual lo que se ve;
• describir la emoción, estilo y actitudes de los personajes de la carta;
• inventar una historia sobre lo que está pasando: de dónde vienen los
personajes, por qué están haciendo lo que hacen, qué motivaciones tienen, y
luego pasarla a primera persona, para sentir eso mismo;
• físicamente, encarnar la carta: actuar, adoptar la misma postura, los gestos,
la posición de las manos, del cuerpo en general, buscar los mismos objetos
que posee;
• entrar a ese mundo, viendo más allá de los bordes de la carta –que son la
puerta a ese país desconocido–. Durante el curso aplicaremos los primeros
tres puntos en el análisis de cada arcano, dejando los otros dos a criterio del
alumno.

Niveles de Interpretación :En todo momento, tengamos presente que estamos


leyendo una simbología universal, y que al momento de “echar las cartas
sobre la mesa”, estamos decodificando el arquetipo y leyéndolo en la vida de
una persona; es decir, que estamos leyendo una simbología personal. El
significado universal se “personaliza”, para cierto individuo en determinado
momento.
Si bien el Tarot habla de situaciones en general, se puede relacionar con
áreas de nuestro interés, a saber:
• lo espiritual: grandes etapas de la vida, significado de lo que nos sucede
• lo psicológico: pensamientos, sentimientos, estado emocional/mental
•lo afectivo: la amistad, la pareja, relaciones con otros
• lo profesional: trabajo, carrera, trámites, vida cotidiana
• lo material: el manejo del dinero, ingresos y gastos, ganancias y pérdidas
En el Manual de Interpretación del Tarot encontrarás una descripción de cada
arcano, aunque no hay un significado fijo para los ítems mencionados. Luego
de finalizado el curso, serás capaz de relacionar el significado de cada carta
según esos temas.
Por regla general, dentro de los 22 Arcanos Mayores, hay grupos de cartas
que en general simbolizan:
• Acción, movimiento, avance: el Loco, el Mago, el Carro
• Conocimiento, aprendizaje: La Sacerdotisa y el Sacerdote, el Ermitaño
• Detención, reclusión, atadura: el Ermitaño, el Colgado, el Diablo
• Cambio: la Muerte, la Rueda de la Fortuna, la Torre • Realización: el Sol, el
Mundo
• Felicidad, alegría, optimismo: el Carro, la Fuerza, la Estrella, el Sol, el
Mundo Si salen juntas se reafirma sus significados.

Así mismo, hay cartas que indican con toda claridad que el asunto por el que
se pregunta depende del consultante, como El Mago, La Fuerza, El Juicio;
otras cartas, más bien llaman la atención sobre las actitudes que debe tener
el consultante frente a lo que pregunta. El significado de la carta se va
adaptando al tema y a la tirada que se hace. Y en esto último radica el arte de
la interpretación del lector de cartas.
Comienza el viaje: interpretación de El Loco, El Mago, La Suma
Sacerdotisa y La Emperatriz

Vayamos ahora a una descripción general de los cuatro primeros Arcanos


Mayores, comenzando por El Loco. Lo que nos interesa en esta instancia
inicial es extraer las cualidades principales del arcano siguiendo las imágenes
del Tarot Rider-Waite-Smith, y en ocasiones compararlo con otros mazos,
reparando sobre todo en los elementos (símbolos) que se repiten en las
diferentes barajas. Para este propósito utilizaremos a veces el Tarot Marsellés
y el Tarot Egipcio, publicados ambos por la editorial Heraclio Fournier, el Druid
Craft Tarot (Tarot de los Druidas) que combina la espiritualidad natural de la
Wicca y el Druidismo, pintado por el artista Will Worthington; así como otros
mazos que oportunamente presentaré. Utilizo este método inspirado en la
obra de Rachel Pollack Los 78 grados de la sabiduría, que utiliza igualmente
ilustraciones de varios mazos (Rider, Wirth) para explicar los Arcanos
Mayores y la de Hajo Banzhaf: Guía de los Tarots Crowley, Rider y Marsella,
un método comparativo entre las barajas mencionadas.
Arcano 0. El Loco
El Loco es el personaje principal de nuestra historia. Es el arquetipo del
viajero, del vagabundo, del bufón de la corte. En el Tarot de Rider es además
el espíritu inspirado y libre, la inocencia, la inexperiencia, la libertad, todas las
posibilidades en una. Como el viajero, no tiene lugar fijo, ni domicilio ni familia
a la cual atarse: llega y así como vino se va; lleva consigo algunas
pertenencias, unos pocos recuerdos y se va haciendo amigos en el camino.
Vive en un eterno presente, siempre fresco y alegre. Waite quiso
representarlo como el espíritu juguetón, siempre optimista y listo para vivir
experiencias nuevas:

En la imagen de la carta se ve al Loco, un joven, bailando al borde de un


precipicio, mirando hacia el cielo, quizás siguiendo alguna visión. Camina
despreocupado, pero si no fuera por su fiel mascota (el perrito blanco), no
podría reconocer el peligro. El Loco anda por la vida con los pies en la tierra
pero con los ojos en lo alto. Lleva en su mano derecha un bastón, con la
bolsa atada a él (llamado hato, porque lleva sólo lo imprescindible), y en su
mano izquierda una rosa blanca, símbolo de su pureza. Sus vestiduras
recuerdan al del bufón de la corte de un rey, que tenía la tarea de divertir al
monarca, y al que le era permitido jugarle bromas pesadas, cosa que nadie
más podía hacer. Por encima de la cabeza del Loco, se asoma un Sol,
también blanco, y a lo lejos, las montañas, perenne testimonio del paso del
tiempo. Este joven se aventura por lugares a los que la mayoría no va, y sus
valores no condicen con su contexto social. Los símbolos, entonces, que
necesitamos estudiar y que nos van a dar el significado de la carta son: el
joven (la figura central de la carta), el precipicio que se encuentra frente a él
(peligro), el perro (aviso, sentido común; guía), la rosa y el sol blanco
(pureza), las montañas, el bastón (voluntad, deseo) con el hato (memoria), la
corona de laurel (victoria) y su pluma roja (virilidad). 1 Relevaremos los
símbolos más importantes en cada arcano que estudiemos y más tarde
veremos cómo utilizar de manera práctica en el contexto de una lectura. En el
Tarot Marsellés, encontramos elementos similares en el Arcano 0: el Loco es
también un joven que lleva un bastón con sus pertenencias guardadas en un
hato; el perro que lo acompaña parece un poco más agresivo ya que le rompe
parte del pantalón: más que ladrar alertando del peligro pareciera querer
evitar su avance. El perro es símbolo del sentido común, de las voces de la
sociedad que nos dicen “esperá, no vayas por ahí” o “eso es una locura”
cuando tenemos proyectos, ideas o acciones que van más allá de la conducta
esperada. No es que el perro sea malo: sólo que si hiciéramos siempre caso
a esas voces no iríamos jamás más allá de nuestros propios límites. Pero el
Loco le da la espalda y sigue su camino pese a las heridas. En lugar del
precipicio, su sendero es de tierra, aunque con numerosas colinas. Lleva
ropas de bufón y un bastón adicional que le ayuda a caminar. El bastón (la
vara, el cetro en otros personajes) es símbolo de la voluntad, de la acción
dirigida, cosa que en este Arcano no es lo esencial, puesto que su naturaleza
es la libertad, la creatividad, y el desorden que las acompañan; por eso, es
contrario a muchas otras cartas que encontraremos luego como el
Emperador, el Ermitaño o La Fuerza. La creatividad no tiene horarios:
simplemente se manifiesta. De igual manera es el Loco en su accionar. En los
distintos mazos, es primordial el análisis de los colores de la ropa de los
personajes, ya que transmiten ideas muy claras sobre su carácter y las
acciones que llevan a cabo: en el caso del Loco de Waite, el color amarillo del
fondo nos habla de optimismo, alegría, despreocupación; mientras que el
Marsellés destaca el color naranja del fondo, de un significado análogo al
amarillo, ya que proviene de la mezcla de aquél con el rojo. En el Rider
destaca la pureza del joven (su camiseta es de ese color) y la túnica que lleva
encima es verde mezclada con negro. En el marsellés, el Loco lleva los tres
colores: el rojo, predominando en su pecho y coloreando sus pies
(recordemos que el rojo es la pasión, el deseo), el azul en sus piernas y
mangas (que simboliza lo espiritual), y el amarillo en el gorro y en el bastón
(color que simboliza lo mental). Para no reiterarlo constantemente, dejaremos
establecido que la predominancia de un color es lo que le da el carácter al
personaje, y este detalle pormenorizado lo haremos sólo para El Loco. Como
predomina el rojo, decimos que este personaje se deja llevar por sus
emociones y deseos (los deseos “guían” sus pasos). El Tarot Egipcio
muestra elementos que no aparecen en los dos mazos anteriores, pero que
complementan el significado del Loco: en lugar de un perro aparecen dos
cocodrilos, animales que se podían encontrar en el Nilo, y que simbolizaba
para los egipcios la sabiduría ancestral, puesto que es un animal que ha
cambiado muy poco a lo largo de los siglos. El hecho que estén enfrentados
evoca el “cruce de caminos”, y el hecho que estén tan cerca también es signo
de peligro, de que hay que tener cuidado, aun cuando el personaje se maneje
con ligereza ante la vida. Lleva un bastón, igual que otros dos, y por encima
de su cabeza vemos lo que parece ser un eclipse. Es interesante notar que
en el Tarot Marsellés el Loco no tiene número y que en el Egipcio es el
Número 22, viniendo luego del mundo, lo que nos trae la idea de que puede
aparecer al principio o al final del viaje, que es a la vez un punto de partida y
uno de llegada. Al principio es inocente y al final es sabio. Ese es el objetivo
del camino del héroe: lograr la iluminación y aprender de las diferentes
experiencias humanas. Como el comodín en las tradicionales cartas de juego,
El Loco puede aparecer en cualquier momento, aunque en la práctica de las
lecturas son pocas las veces que lo hace. Y no es raro, ya que no todos los
días la vida no pide arriesgarnos o comenzar de cero. Del salto al vacío, de la
cima de la montaña, el Loco llega a un jardín en el que se encuentra un
hombre meditando, con herramientas sobre una mesa, presto a hacer una
ceremonia.

Arcano I. El Mago

El Mago es la primera “parada” del viaje del Loco y el que inicia el Primer
Septenio. De cada uno de los arcanos el Loco aprenderá algo: del Mago
aprenderá a reconocer y utilizar las herramientas que le servirán en su viaje;
las herramientas que se hallan en la mesa del hechicero y que éste utiliza
para hacer realidad sus deseos. ¿Quién es el mago? ¿Qué es la magia? La
magia consiste en convertir los sueños en realidad utilizando la fuerza de la
mente. Por lo general asociamos a la magia con la capacidad de aparecer
objetos de la nada y al mago como la persona capaz de hacerlo, pero esa
versión “light” de la magia no deja ver que detrás de ese poder hay un
enorme conocimiento del universo y de sus leyes. Esto es lo que aprendemos
en el Arcano I: que hay leyes universales y que la primera de ellas dice que
“todo es mente: que el universo es mental” y la segunda dice que “como es
arriba es abajo”. Ambos principios hablan de que el hombre no hace nada por
sí solo, es decir, no usa solo su voluntad, sino que siempre debe estar
conectado con una voluntad más grande. Es el arquetipo del creador. El
Mago del Tarot es conocedor de estas leyes, y funciona como un canal de
energía e información: con su vara en la mano derecha extrae la energía de
arriba y con su mano izquierda la enfoca para manifestar y crear (Rachel
Pollack usa la metáfora del pararrayos, ya que este objeto atrae los rayos
para descargarlos a tierra en forma inocua). Los colores que destacan son el
blanco de su vara, ropa, vincha, y el de los lirios del jardín, y el rojo de la
túnica que lo cubre, de las rosas y la mesa de trabajo. Tanto su pelo como el
símbolo del infinito (el ocho “acostado”, llamado lemniscata por los
esoteristas) son de color negro, indicando que hay cosas que el Mago todavía
no sabe, pero está conectado con la Fuente de la que proceden todos los
conocimientos. Una serpiente que se muerde la cola (el ouroboros) le sirve de
cinturón, simbolizando la eternidad de los ciclos.

En su mesa se hallan las herramientas que representan los cuatro elementos:


una copa, que porta el Agua; una vara florecida con la que se prende el
Fuego, la espada que corta el Aire y el disco con la estrella de cinco puntas
(llamado pentáculo), que simboliza los tesoros que se extraen de la Tierra. Su
jardín fecundo muestra los deseos cumplidos. El Mago del Marsellés
muestra la misma imagen: un joven sostiene una vara y tiene diferentes
herramientas sobre su mesa de trabajo, que utiliza para crear. El sombrero
que lleva recuerda al infinito de la cabeza del Mago de Waite. Las monedas
de oro son el pentáculo y el cuchillo es la espada; la copa es un simple
recipiente. Sus vestiduras están coloreadas en forma de patrón: la mitad de
su ropa es roja y la otra es azul, un perfecto equilibrio entre la razón y la
pasión, unidas por un cinturón de amarillo, destacando lo mental. Pero el
mago no es sólo un hombre común y corriente capaz de manejar su mente
hacia un propósito concreto o que oficia de canal: la figura del sabio es que
aparece con más frecuencia en la cultura occidental (así, han quedado
inmortalizados, por ejemplo, el Mago Merlín y su aprendiz el Rey Arturo). En
las culturas primitivas –paganas–, la figura del Mago ha sido encarnada por el
chamán. El Tarot de los Druidas, de imágenes bellísimas inspiradas en
dichas filosofías, muestra al chamán en un acto de invocación. Lo que a
nosotros nos interesa es relevar los símbolos centrales de este arcano: en la
imagen vemos que sostiene una vara y que la apunta al cielo, igual que el
mago de Waite; en lugar de una mesa utiliza una piedra ceremonial que le
sirve de altar y dónde apoya las cuatro herramientas. En lugar de un jardín
vemos una formación rocosa que nos hace pensar en un recinto sagrado y
sus vestiduras son una túnica y diversos ornamentos, entre los que está la
piel de un animal.

En los tres mazos mencionados el número es el 1, símbolo del inicio, de lo


masculino; el que abre el Primer Septenio. A través de este personaje, el
Loco aprende a canalizar su energía, a dirigir su mente hacia un propósito
específico para ver sus deseos realizados. El Mago es principio
activo-masculino presente en todas las cosas y el Loco aprende su
complemento en el siguiente Arcano: La Suma Sacerdotisa.
Arcano II. La Suma Sacerdotisa

La Suma Sacerdotisa es que el arquetipo de la Gran Madre espiritual, la que


está en contacto con los poderes más allá de la mente racional. Está
asociada a la Luna, al mundo de lo femenino y, en algún sentido, es la
representante de todas las mujeres (y hombres, por qué no) que se dedican
al estudio, y en especial, al estudio de lo esotérico.

En la imagen del Rider, vemos una mujer joven de cabellos morenos, vestida
con túnicas celestes, que le cubren casi todo el cuerpo, a excepción de la
mano izquierda. Está sentada en un trono con forma cúbica. Lleva una cruz
en su pecho –símbolo del sacrificio que implica el estudio en soledad– y un
pergamino celosamente enrollado en su regazo sobre el que se puede leer la
palabra “TORA” (en alusión al antiguo testamento de la Biblia). Su vínculo con
la Luna se explicita por la media luna que pisa y por su corona o tiara que
representa las fases lunares (creciente, llena, menguante). Por un lado, esta
corona es una alusión a las Diosas de las religiones paganas, llamada la
“triple diosa”, quien es la vez niña, mujer y anciana. Por otro lado, la imagen
recuerda a la Virgen María, y por eso decimemos que encarna el arquetipo de
la mujer/madre virginal, madre abnegada y generosa. Se sienta en medio de
dos columnas (las del mítico templo del Rey Salomón): una negra y otra
blanca, representando el bien y el mal, la luz y la oscuridad. El sentarse en el
medio es testimonio de que es moderada, equilibrada. Lo más interesante de
la imagen y que hace al significado de la carta es el pergamino, símbolo de
conocimiento, pero también el velo que se haya detrás, colgado de las dos
columnas: impide el paso y la visión más allá de él (a excepción de un
huequito que permite ver que hay un mar detrás de la Sacerdotisa), y está
ornamentado con granadas (fruta mitológica asociada también al
conocimiento, al discernimiento que, como la fruta, puede ser a veces dulce y
otras veces amarga, de manera análoga a los frutos del jardín del Edén que
probaron Adán y Eva) y palmas (o palmeras, que tienen innumerables usos:
alimento, fabricación artesanal de objetos –sombreros, cestos– etc.). Así, esta
mujer iniciada custodia las puertas a un mundo de misterios, un mundo que
no se abre a cualquiera ni en cualquier momento y en el que es necesario
guiarse con la voz interior.
En el Tarot Marsellés aparece una mujer mucho más madura. Es interesante
que el titulo no es el de “sacerdotisa” si no el de “Papisa”, la contraparte
femenina del “Papa”. Esta denominación puede parecernos rara ya que la
Iglesia católica jamás ha tenido un “Papa mujer”. Sin embargo, cuenta la
leyenda que en el siglo X existió una mujer, hija de un monje, que dedicó su
vida al estudio y que, disfrazada de hombre, fue ascendiendo en la jerarquía
eclesiástica hasta ser nombrada Papa (papisa). Su identidad fue descubierta
al quedar embarazada y posteriormente dar a luz durante una procesión
pascual. Esta es la historia de la papisa Juana, y la leyenda cuenta que luego
de ser descubierto el engaño, fue apedreada y muerta. Igualmente, la leyenda
no tiene registros históricos que le den asidero real, principalmente porque no
hay registros eclesiásticos oficiales de su papado. Otra de las versiones
afirma que la papisa Juana fue en realidad Manfreda Visconti, que asumió el
liderazgo del grupo italiano llamado los “guglielmitas” cuya fundadora
(Guglielma de Bohemia) presagió que a partir del año 1300 llegaría una era
dónde las mujeres podrían tomar control del papado. Manfreda fue quemada
en la hoguera, acusada de herejía. Tenemos conocimiento de ella por la
familia Visconti, quien –se presume– quiso retratarla en la lámina II de su
tarot.
Al margen de las leyendas, la Papisa del Marsellés encarna la figura
femenina del saber, el estudio, la espiritualidad. Testimonio de ello son el libro
abierto que lleva sobre su regazo, la cruz (formada por dos adornos de su
ropa), y la tripe corona papal, de la que se ven más detalles en el quinto
arcano: El Papa. Su túnica es roja, mientras que su capa es de color azul,
denotando su pasividad, lentitud y receptividad, antes que su acción e
iniciativa. Aparece también un velo, aunque no oculta nada más allá del
mismo.
La Suma Sacerdotisa del Tarot Druida es una chamana en trance que está
también invocando las fuerzas de la naturaleza: los símbolos que
encontramos al igual que en las otras cartas son el libro de conocimientos (el
Libro de las Sombras), las dos columnas que son parte del paisaje en el que
habita; al fondo de la imagen el mar y por encima de la mujer la Luna
menguante. En lugar de estar sentada en un trono está de pie, lo que significa
que encarna un costado mucho más activo o fuerte de la mujer, no sólo la que
es capaz de recibir o esperar sino también aquella que es capaz de accionar.
El altar es similar al que tiene el mago-chamán del arcano anterior.

El Mago es el arquetipo de lo masculino mientras que la Sacerdotisa es


el de lo femenino. Acción y espera, voluntad y conocimiento son sus
atributos. El Loco comienza su viaje por El Mago, que le abre la puerta al
mundo de lo conocido, y La Sacerdotisa le abre el mundo de lo oculto. Y
el viaje apenas comienza.

Bibliografía consultada y citas

1 Real Academia Española (RAE) (2011). “Símbolo”, en: http://www.rae.es. Última consulta: agosto
de 2011. 2 GAWEL, Virginia; SOSA, Eduardo (2005), “Sombra y persona: las dos caras de nuestra
moneda”, en Seminario de Psicología Transpersonal, Nivel I, Módulo 6, pp. 3-4.- 3 CAPRARULO,
Graciela (2008), “El viaje del héroe”, en http://www.viajedelheroe.com.ar. Última consulta: agosto de
2011. Módulo II, simbología fundamentales y colores de Gabriel Mercado
Arcano III. La Emperatriz

Una vez que el Loco cruza el velo que le abre la Sacerdotisa aprende a ser
paciente, calma su ansiedad juvenil y puede comenzar a cosechar sus
primeros frutos y hacerse con sus primeros logros. La tercera parada de su
viaje es el jardín de La Emperatriz, quien se encuentra sentada cómodamente
en su trono, rodeada de todo tipo de árboles y plantas.

El tercer Arcano Mayor es el arquetipo de la Gran Madre terrenal: fértil,


abundante, dadora, generosa y en este sentido es la contraparte femenina de
La Suma Sacerdotisa. Pienso que el propio arquetipo de la Mujer se ha
desdoblado en estos dos arcanos mayores. Como representa a todas las
madres es también la Madre naturaleza, lo que explica su vínculo con la
abundancia, los ciclos naturales y los nacimientos: ella da a luz a nuevas
ideas, nuevos proyectos, ayuda a “revivir” aquello que parece muerto y nos
conecta con el lado gozoso de la vida, más bien desde lo material y lo
sensual.

El Tarot de Rider muestra a una mujer voluptuosa, que viste una túnica
blanca bordada con frutas (probablemente sandías cortadas o las granadas
que se veían en el velo de la carta anterior), y sostiene en su mano derecha
un cetro adornado con una esfera (el círculo se asocia a lo femenino creador).
La corona y las perlas que lleva, así como el delicado bordado de su vestido
hablan de la feminidad de esta reina. Su trono es un pozo de agua, cubierto
de almohadones de color rojo anaranjado. El campo de trigo a sus pies, la
arboleda de cipreses y pinos (según Waite) al fondo de su jardín y el río que
desciende y cae en forma de cascada, nos dicen que ella está en íntimo
contacto con la naturaleza, y que de ella extrae todo lo que necesita. El
símbolo de Venus, presente en su escudo y bordado en uno de los
almohadones, sella el vínculo de esta carta son lo sensual, lo material, el
amor y el disfrute (ya que este planeta es regente de Tauro, como lo veremos
en el Módulo III). El Tarot Marsellés muestra una cara un tanto diferente de
La Emperatriz y mucho más mundana: en principio, se parece mucho más a
El Emperador (Arcano IV, veremos en el siguiente módulo) y se distingue a su
vez de la Emperatriz de Waite: su escudo lleva el dibujo de un águila, animal
majestuoso (insignia familiar), y el cetro es bastante más largo, y termina en
el orbe (esfera rematada con una cruz que era símbolo de la realeza y que se
utiliza en las ceremonias de coronación). También lleva una corona y sus
vestiduras son más bien serias y solemnes, destacando el color azul y el
púrpura, símbolo de la realeza. El color de su pelo es blanco, denotando una
edad más avanzada. Más que la abundancia, la Emperatriz de este Tarot nos
habla de una persona digna, íntegra que es de igual manera madre y mujer a
la vez. En el Tarot Druida vemos una confluencia de los símbolos de las
barajas anteriores: muestra una reina embarazada en su trono, curiosamente
llamada “La Dama”. Se encuentra rodeada de todos los símbolos de la
abundancia: el propio cuerno de la abundancia, que desborda de flores y
frutos, un manojo de trigo, el bosque y el río que corre a su lado. Vemos que
se repiten los símbolos esenciales del arcano, que es lo más importante para
recordar en nuestro viaje. En suma, La Emperatriz representa lo femenino
creativo, la abundancia en todo sentido, y es representante de todas las
madres, asique como de la mujeres que manejan tanto el mundo del hogar
como el mundo profesional, porque La Emperatriz siempre representa a las
personas que se mueven bien en lo cotidiano y pueden llevar un trabajo a la
vez.

La Sacerdotisa encarna el lado femenino pasivo, receptivo, sutil;


mientras que la Emperatriz representa el principio femenino activo,
generador, creador. Dentro del Tarot, es la síntesis perfecta entre el
Mago y la Sacerdotisa.

Ejercicio: practicando significados:

En este ejercicio planteo diferentes situaciones a las que tendrás que


responder según la carta que ha salido. Podés ayudarte con la información
del módulo o con los significados que encontrarás en el Manual de
Interpretación. Lo importante es ser sintético y elegir las palabras clave que
definen a cada carta:
a) ¿Cómo describirías a una persona si saca la carta de El Loco? En
principio, enfocate en los aspectos psicológicos de la carta (forma de
comportarse, forma de hablar del personaje), agregando en segundo lugar
aspectos físicos (por ejemplo, forma de vestimenta, objetos que sostiene,
etc.).
b) ¿Qué le dirías a una persona que quiere iniciar un negocio y le sale El
Mago? ¿Sería conveniente esperar, accionar, tener cuidad? Pensá, no sólo
en la imagen, sino también en los colores. Podés usar, para ello, el significado
que vimos antes.
c) Si un hombre pregunta por su pareja o por alguien en quien está interesado
y le sale La Suma Sacerdotisa, ¿de qué tipo de mujer estamos hablando?
¿Qué le recomendarías que hiciera para conquistarla según la personalidad
de la mujer?
d) Un consultante elige como primera carta La Suma Sacerdotisa y entonces
yo interpreto que se trata de una persona valerosa, impaciente, reacia a los
compromisos, algo vagabunda y con poco contacto con la realidad. ¡Y encima
me cuenta que se mete en cada lío…! ¿Estás de acuerdo con esa
interpretación? ¿La descripción refleja la imagen de la Sacerdotisa?
e) Viene una chica que trabaja en relación dependencia y me pregunta qué
sucederá a nivel laboral. La carta que la representa hoy es El Mago: ¿qué es
probable que le suceda a corto plazo? Para que eso se manifieste, ¿ella debe
mostrarse su capacidad o debe esperar a que le ofrezcan algo nuevo?

f) Me siento lleno de energía, con ganas de empezar algo nuevo, algo


impaciente, pero con mucha confianza. Realmente me encuentro en una
nueva fase de mi vida, con mucho camino por delante… ¿Qué carta he
sacado?
g) Es un hombre inteligente, capaz, tiene muchos recursos y sobre todo sabe
expresarse muy bien, y puede convencer a la gente con facilidad. ¿Con qué
carta lo describirías?

h) Si un consultante te pregunta cómo le irá en un examen y extrae del mazo


la carta de La Emperatriz, ¿le dirías, por ejemplo que tendrá éxito en su
examen? Recuerda que dicha carta representa la abundancia, la riqueza de
ideas, la confianza en la naturaleza

Bibliografía consultada y citas 1 Real Academia Española (RAE) (2011). “Símbolo”, en: http://www.rae.es. Última
consulta: agosto de 2011. 2 GAWEL, Virginia; SOSA, Eduardo (2005), “Sombra y persona: las dos caras de
nuestra moneda”, en Seminario de Psicología Transpersonal, Nivel I, Módulo 6, pp. 3-4.- 3 CAPRARULO,
Graciela (2008), “El viaje del héroe”, en http://www.viajedelheroe.com.ar. Última consulta: agosto de 2011,
MODULO II SIMBOLOS FUNDAMENTALES Y COLORES DEL CURSO DE TAROT DE GABRIEL MERCADO

También podría gustarte