Sida
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Sida
El VIH se contagia por contacto con los genitales, por ejemplo, durante las
relaciones sexuales sin preservativo. Este tipo de infección se conoce como
infección de transmisión sexual. El VIH también se contagia por contacto con la
sangre, por ejemplo, cuando se comparten agujas o jeringas. También es
posible que una persona con VIH no tratado contagie el virus a su hijo durante
el embarazo, cuando da a luz o durante la lactancia.
No existe una cura para el VIH ni el SIDA. Sin embargo, los medicamentos
pueden controlar la infección y evitar que la enfermedad empeore. Los
tratamientos antivirales contra el VIH redujeron las muertes por SIDA en todo el
mundo. Se está trabajando para que los países con menos recursos dispongan
de más recursos para prevenir y tratar el VIH y el SIDA.
Productos y servicios
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familiar), 5.ª edición
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Síntomas
Los síntomas del VIH y SIDA varían, según la persona y la etapa de la
infección.
Fiebre
Dolor de cabeza
Dolor muscular y articular
Sarpullido
Dolor de garganta y llagas dolorosas en la boca
Ganglios linfáticos o nódulos inflamados, principalmente, en el
cuello
Diarrea
Pérdida de peso
Tos
Sudoraciones nocturnas
Estos síntomas pueden ser tan leves que quizás ni siquiera los notes. Sin
embargo, la cantidad de virus en el torrente sanguíneo, lo que se conoce como
carga viral, es bastante alta en este momento. Como resultado, la infección se
contagia a otras personas con mayor facilidad durante la infección primaria que
durante la siguiente etapa.
Esta etapa puede durar muchos años en aquellas personas que no reciben
terapia antirretroviral. Algunas personas contraen enfermedades más graves
mucho antes.
Fiebre
Cansancio
Ganglios linfáticos inflamados, que suele ser uno de los primeros
síntomas de la infección por el VIH
Diarrea
Pérdida de peso
Candidiasis oral
Culebrilla o herpes zóster
Neumonía
Evolución al sida
Tener SIDA implica que el sistema inmunitario está muy dañado. Las personas
que padecen SIDA son más propensas a presentar enfermedades que no
contraerían si tuvieran un sistema inmunitario sano. Estas enfermedades se
conocen como infecciones oportunistas o tipos de cáncer oportunistas. Algunas
personas contraen infecciones oportunistas durante la etapa aguda de la
enfermedad.
Sudoración
Escalofríos
Fiebre que reaparece
Diarrea persistente
Ganglios linfáticos inflamados
Manchas blancas o lesiones persistentes en la lengua o en la boca
Cansancio constante
Debilidad
Pérdida de peso rápida
Erupciones cutáneas o bultos
Si crees que puedes estar infectado con el VIH o corres riesgo de contraer el
virus, consulta a un profesional de atención médica lo antes posible.
Más información
Síntomas iniciales del VIH: ¿qué son?
Solicite una consulta
Causas
El VIH es producto de un virus. Puede contagiarse a través del contacto sexual,
el consumo de drogas ilícitas o la acción de compartir agujas, y el contacto con
sangre infectada. Además, puede trasmitirse de la madre al hijo durante el
embarazo, cuando se da a luz o durante la lactancia.
El VIH destruye unos glóbulos blancos llamados linfocitos T CD4. Estas células
desempeñan un papel fundamental en la lucha del organismo contra las
enfermedades. Cuantos menos linfocitos T CD4 tengas, más débil será tu
sistema inmunitario.
Puedes tener una infección por el VIH con pocos síntomas o sin ninguno de
ellos durante años antes de que se convierta en SIDA. El SIDA se diagnostica
cuando el recuento de linfocitos T CD4 desciende por debajo de 200 o cuando
se presenta una complicación que solo ocurre si se tiene SIDA, como una
infección grave o un tipo de cáncer.
Factores de riesgo
Cualquier persona de cualquier edad, raza, sexo u orientación sexual puede
tener VIH o SIDA. Sin embargo, el riesgo de contraer el VIH o SIDA es mayor
en las siguientes circunstancias:
Complicaciones
La infección por VIH debilita el sistema inmunitario. Esta infección hace que
seas más propenso a contraer muchas infecciones y ciertos tipos de cáncer.
Otras complicaciones
Síndrome consuntivo. Si el VIH o el SIDA no se tratan, pueden
ocasionar una importante pérdida de peso. Junto con esta pérdida
de peso, suelen presentarse diarrea, debilidad y fiebre.
Complicaciones del cerebro y del sistema nervioso o
neurológico. El VIH puede causar síntomas neurológicos, como
confusión, mala memoria, depresión, ansiedad y dificultad para
caminar. Las afecciones neurológicas asociadas al VIH pueden
variar desde síntomas leves, como cambios de comportamiento y
funcionamiento mental reducido, hasta demencia grave que causa
debilidad e incapacidad para funcionar.
Enfermedad renal. La nefropatía asociada al VIH es la hinchazón
e irritación o inflamación de los pequeños filtros que poseen los
riñones. Estos filtros eliminan el exceso de líquido y los desechos
de la sangre, y los envían a la orina. La enfermedad renal suele
afectar a personas de piel negra e hispanas.
Enfermedad hepática. La enfermedad hepática también es una
complicación importante, especialmente en las personas que,
además, tienen hepatitis B o hepatitis C.
Prevención
No existe una vacuna para prevenir la infección por el VIH ni una cura para
el VIH o SIDA, pero puedes protegerte a ti mismo y proteger a los demás de la
infección.