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Via-Crucis Por Las Familias

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PARROQUIA MARÍA REINA, A.R.

Unidad Independencia
VIACRUCIS POR LAS FAMILIAS

Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos


líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Jesús, mi Señor y Redentor, me arrepiento de todos
los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa
de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios
tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y
confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar
a la vida eterna. Amen.
Hermanos, revivimos hoy, el último tramo de la vida
de Cristo.
El Vía Crucis. Es un camino de dolor, que Cristo recorre en obediencia al proyecto
salvador del Padre. Es este un camino suyo y nuestro, Él dijo: «Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mt 16,24).
Es también una escuela de vida evangélica, en la que el discípulo, dirigiendo la
mirada al Crucificado, aprende; cómo se ama a Dios sobre todas las cosas y
entrega la vida por los hermanos; cómo el perdón vence la ofensa, y al mal se le
combate con el bien; cómo el corazón se abre al amigo y con la aflicción se alivia
la pena.
Es una súplica por la reconciliación y la paz, para que cesen los abusos en todas
sus manifestaciones y, por la acción del Espíritu, se quiebre la dureza del corazón
y «los enemigos se abran al diálogo, los adversarios se estrechen la mano, y los
pueblos se encuentren en la concordia».
Padre santo misericordioso, concédenos recorrer con fe y amor el camino de la
cruz, para que, participando de la Pasión de Cristo, podamos llegar con Él a la
gloria de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
«Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó
agua y se lavó las manos ante la gente, diciendo: «Soy inocente de esta sangre. ¡Allá
ustedes!». Todo el pueblo contestó: «¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros
hijos!». Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para
que lo crucificaran.”
Cristo fue condenado por obediencia al Padre y por amor a nosotros. Fue condenado con
falsas acusaciones, decían que: por no respetar las tradiciones, por oponerse al César,
por decirse Hijo de Dios. Le condenaron a muerte.

Hoy, la institución del matrimonio también es condenada.


Se le califica y se le condena como una realidad del pasado, antigua, como algo que ya
no funciona en la sociedad de hoy. Algunos se unen libremente, dispuestos a separarse
en cuanto surja la primera dificultad.

Se condena al matrimonio porque, dicen; impone una convivencia diaria que quita
la libertad al individuo. Los jóvenes de hoy le temen al compromiso e ignoran que, al
contraer el sacramento del matrimonio, Él vive entre ellos y que, el amor que se profesan
dará frutos de paz, armonía, respeto y perdón.

¿Señor, por qué suceden estas cosas? ¿Será porque nosotros los cristianos no hemos
sabido presentar una imagen atractiva de nuestros matrimonios? ¿Que hemos caído en la
costumbre, la infidelidad y la indiferencia?

Oración
Señor Jesús, Tú que pasaste treinta años de tu vida dentro de una familia, ayúdanos a
imitar en nuestros hogares las virtudes de la familia de Nazaret y a saber presentar a los
hombres la auténtica imagen de la familia cristiana. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto
SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Entonces los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron


alrededor de él a toda la cohorte: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y
trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la
mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: «¡Salve, rey de
los judíos!». Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y
terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar».

Cristo Jesús, después de ser brutalmente azotado y coronado de espinas, tiene que
cargar con su cruz. Con pocas fuerzas, pero con mucho amor, inicia el camino.

El matrimonio es una comunidad de vida y amor en la que todo ha de ser compartido: lo


que tenemos, lo que hacemos y lo que somos y, a ejemplo de Jesús, con amor.

Con frecuencia, la unión de los esposos se ve amenazada. Con el tiempo aparecen los
defectos disimulados, ocultos, o perdonados en el noviazgo” y para algunos, permanecer
juntos puede llegar a ser una pesada cruz, una dura cruz.

Oración
Ayúdanos, Señor, a cargar con la cruz de cada día, a descubrir la grandeza de las cosas
pequeñas, a no olvidar que “quien es fiel en lo poco, lo será también en lo mucho”, a
amarte y servirte en la intimidad de mi hogar. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto
TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro
castigo saludable cayó sobre Él, sus cicatrices nos curaron».

Aquél que tiene las luminarias del cielo en la palma de su mano divina, y ante el cual
tiemblan las potencias celestes, cae por tierra sin protegerse bajo el pesado yugo de la
cruz.

Aquél que ha traído la paz al mundo, herido por nuestros pecados, cae bajo el peso de
nuestras culpas.

Todavía no han salido de Jerusalén y Cristo ya no puede con el madero de la cruz. Y cae
en tierra. Cae con la cruz sobre su lastimado Cuerpo, y sobre su figura derrumbada, la
mirada amenazadora e indiferente de los verdugos.

A veces, cuando pasan los primeros años del matrimonio, se apagan las primeras
ilusiones. Se ven las cosas con menos pasión y con menos ánimo. En algunos casos el
amor se enfría y se debilita. Aparecen la soledad, las lágrimas silenciosas, las caras
largas e inevitablemente surgen los celos, la sospecha de la infidelidad que tanto hace
sufrir. Esta, suele ser la primera caída de muchos esposos, que un día se prometieron
felicidad y fidelidad eterna.

Oración
Señor, danos tu gracia y tu ayuda para que en nuestros hogares mantengamos siempre la
ilusión de los primeros días y para que el amor de los esposos sea tan fuerte que no
permita caer en la desunión. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
CUARTA ESTACIÓN
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Éste ha sido puesto para que muchos en
Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción, y a ti misma una
espada te traspasará el alma, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de
muchos corazones». Su madre conservaba todo esto en su corazón».

María estaba preparada para el dolor. Había sufrido en Belén, en Egipto, en Nazaret, en
la pobreza, y en tantas otras ocasiones. Pero ver a su hijo cargado con la cruz, coronado
de espinas y ensangrentado, era distinto. Era el dolor de una madre por su hijo que había
sido prendido en la oscuridad de una noche, juzgado sin garantías legales, condenado a
muerte como un vulgar malhechor, y que iba camino del patíbulo cargado con una cruz de
madera. Era ciertamente un dolor profundo como ningún otro.

Hoy son muchas las madres que sufren por sus hijos: es el dolor de una madre ante su
hijo deficiente físico o psíquico, del hijo que prometía mucho y que se ha desviado del
buen camino, del hijo que no encuentra trabajo, del hijo que se encamina por los senderos
de la droga o de la delincuencia. Siempre será la madre la que sufre y que, en silencio,
llorará su pena y su dolor.

Oración
Señor Jesús, Tú que tuviste a tu lado a tu Madre en el momento supremo del camino al
Calvario, ayuda a tantas madres que sufren en silencio por sus hijos, dales fortaleza y
valentía para sobrellevar su dolor y a que, contemplándote en la cruz, puedan descubrir
que no están solas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
QUINTA ESTACIÓN
JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO A LLEVAR LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

“Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del
campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús”.

Los verdugos no tenían compasión. Querían que Jesús no se les muriera por el camino y
llegara vivo al calvario. Querían clavarlo en la cruz y que muriera crucificado. Querían
completar su obra. Por eso, y no por compasión, buscaron un hombre para que lo
ayudara a llevar la cruz, y encontraron a Simón de Cierne.

El encuentro de Jesús con Simón de Cirene es un encuentro silencioso, una lección de


vida: Dios no quiere el sufrimiento y no acepta el mal. Lo mismo vale para el ser humano.
Pero el sufrimiento, acogido con fe, se trasforma en camino de salvación. Entonces lo
aceptamos como Jesús, y ayudamos a llevarlo como Simón de Cirene.

Nadie en la vida, está libre de una cruz, cada cual lleva la suya, aunque no lo parezca.
Los esposos y las familias llevan su propia cruz. Para unos la cruz es el agobio
económico, para otros los hijos, para otros la enfermedad. Lo cierto es que no hay familia
sin cruz.

Para los dos maderos, a veces pesados de la cruz matrimonial, debe haber cuatro
hombros dispuestos a compartir su peso. Ambos esposos deben ser cirineos el uno para
el otro. Sólo así llegarán a ser una verdadera comunidad matrimonial.

Oración
Señor Jesús, que en el camino del Calvario tuviste en Simón de Cirene una ayuda para
llevar la cruz, haz que los esposos sean cireneos el uno para el otro; que busquen
ayudarse a llevar la cruz de cada día. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
SEXTA ESTACIÓN
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor. No me escondas tu


rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches, no me
abandones, Dios de mi salvación».

Cristo cargado con la cruz, sigue su camino hacia la cumbre del Calvario. Su cara está
manchada de sangre y de polvo. Su cabeza coronada de espinas. Apenas puede ver. Ha
perdido la belleza. A ambos lados del camino el gentío mira. Una mujer valiente,
desafiando el “qué dirán” sale de las filas, atraviesa la calle, se acerca a Jesús y le limpia
con un paño el rostro desfigurado. Por unos momentos, le alivia el dolor.
Dice la tradición que en el paño de aquella mujer quedó marcada para siempre la imagen
de Jesús.

¡Cuántas veces en la vida de familia hay caras marcadas por las arrugas, por
el cansancio, por el duro trabajo, por la enfermedad, por las contradicciones y problemas,
por el dolor!
¡Es ese el momento en que debe surgir alguien dispuesto a ayudar, a compartir, a
entregarse! Unas veces será la madre, otras el padre y otras, los hijos. Pero siempre será
necesario que alguien, como la Verónica, esté dispuesto a sanar el dolor ajeno, a darse
para que los demás puedan aliviar o disminuir su sufrimiento.

Oración
Señor Jesús, que en el camino del Calvario tuviste el consuelo de que una mujer te
limpiara el rostro; ayuda a los esposos para que estén siempre atentos al dolor que pueda
haber en su hogar para apoyarse, para compartir las penas, aliviarse y consolarse. Por
Cristo Nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Al verme se burlan de mí, hacen gestos, menean la cabeza. Pero tú, Señor, no te
quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me socorre».

Jesús está solo, bajo el peso interior y exterior de la cruz. En la caída, el peso del mal se
hace demasiado grande, y parece que no hay límite para la injusticia y la violencia.

Pero Él se levanta de nuevo apoyándose en la confianza que tiene en su Padre. Frente a


los hombres que lo han abandonado a su suerte, la fuerza del Espíritu lo levanta.

Señor Jesús, en tu segunda caída reconocemos tantas situaciones nuestras que parecen
no tener salida. Entre ellas, las causadas por los prejuicios y el odio, que endurece
nuestro corazón y nos conduce a los conflictos.

Para algunos padres los hijos parecen ser, más que una alegría, un problema serio, una
pesada carga, que los lleva a caer en el desánimo y en el desaliento. Algunas veces es
una enfermedad del hijo lo que preocupa y angustia, otras, los malos pasos que dan; su
rebeldía, su irresponsabilidad, su falta de cooperación e incluso, la delincuencia y la
droga.

Hay momentos que, como padres, nos pesan, como a Jesús le pesaba la cruz. Nos hacen
sufrir, nos hacen caer en el desconsuelo y la desesperación.

Oración
Señor Jesús que caíste en tierra por segunda vez aplastado por el peso del madero de la
cruz, ayuda a todos los padres que sufren el dolor y el desconsuelo que les producen
sus hijos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y
lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no
lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos».

En el camino hacia el Calvario, el Señor encuentra a las mujeres de Jerusalén. Ellas lloran
por el sufrimiento del Señor como si se tratara de un sufrimiento sin esperanza. Sólo ven
en el madero de la cruz un signo de maldición, mientras que el Señor lo ha querido como
medio de Redención y de Salvación.

Junto a los días de afecto y cariño, junto a los días apacibles y buenos, junto a las
alegrías que muchas veces proporcionan los hijos, existen también otros días de
sufrimiento y dolor. Son los momentos en que hay que tragarse las lágrimas de la
soledad, son los momentos en los que el llanto brota espontáneo. Son los momentos de
dolor por el hijo que interrumpe sus estudios, del que ha sido despedido del trabajo, del
que con frecuencia llega a casa de madrugada y alcoholizado. ¡Hay veces en que hacen
sufrir tanto, que se llora por ellos! El camino de las lágrimas es un camino muy recorrido
por las madres.

¿Qué madre no ha llorado alguna vez por su hijo?

Oración
Señor Jesús, Tú que en el camino del Calvario consolaste a las mujeres que lloraban por
Ti; consuela hoy a las madres que lloran por sus hijos. Dales ánimo, esperanza y valor
para continuar luchando perseverantes en la oración. Por Cristo nuestro Señor. Amén

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
NOVENA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

“Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Y Cristo murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que
murió y resucitó por ellos”.

Ya faltaba poco para llegar a la cumbre del Calvario. Apenas unos metros. Pero Jesús no
podía más. Estaba desangrado. No podía avanzar más y cae al suelo por tercera vez
bajo el madero de la cruz.

En la vida de las familias no hay problemas sin solución, sobre todo cuando hay salud
y fuerzas para afrontarlos. “Solemos decir; mientras haya salud…”,. Pero, cuando menos
lo esperamos, surge la enfermedad, la operación difícil, el accidente laboral o de tránsito,
el tumor que tanto nos asusta…. Y sentimos que todo se derrumba a nuestro alrededor.
Nos faltan las fuerzas. Tenemos ganas de rebelarnos y de decir: “¿Por qué a mí, Señor?
¿Por qué nos tenía que tocar a nosotros?”.

La cruz se hace demasiado pesada para nuestros hombros, y caemos bajo el peso del
dolor. Nos vence la desesperación, y tendemos a renegar de todo y de todos, incluso de
Dios. Esta caída, la de renegar de Dios, es la de muchas familias como la nuestra.

Oración
Señor Jesús, que caíste en tierra por tercera vez bajo el peso de la cruz. Ayuda a los
matrimonios que sufren la cruz de la enfermedad, ayúdales a comprender que unidos a
Él, el dolor es el camino y el medio de la redención. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
DÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), le
dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de
crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a
custodiarlo».

Por fin llegan al Calvario. Jesús consigue llegar con vida a la cumbre del pequeño monte.
La pasión de Cristo fue total. No quedó en su cuerpo ni en su espíritu un solo rincón sin
dolor. Allí lo desnudan y se ve envuelto en la burla y en el desprecio de las gentes.

Mientras los hijos son pequeños, sus padres les arropan y protegen constantemente. Se
les protege quizá demasiado. Cuando crecen, algunos se alejan del hogar, otros
se rebelan contra la autoridad y la protección de sus padres y surge el dolor por la
separación. Con frecuencia, los padres sufren al no entender que los hijos han crecido y
que tienen derecho a una cierta independencia y autonomía.

Oración
Señor Jesús que fuiste desnudado en el monte del Calvario; ayuda a los padres en la
difícil tarea de despojarse de su autoritarismo y paternalismo con el que anulan, sin
desearlo, la personalidad de sus hijos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
DECIMOPRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

“Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Y Pilato escribió un letrero y lo puso


encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos».

Y cuando llegaron a la cima del monte, después de desnudarlo, le clavaron en la cruz las
manos y los pies. Después lo levantaron y quedó colgado, suspendido entre el cielo y
la tierra. Siendo objeto de diversión para unos, de llanto para otros y de salvación para
todos.

Al llegar a la cima de los años, al subir la cuesta de los muchos días, desnudándonos de
agilidad y fortaleza, nos vamos haciendo viejos. Esa pesada cruz de la ancianidad de la
que algunos reniegan por haber llegado tan pronto a la cumbre de la vida.
Pidámosle a Cristo clavado en la cruz por todos ellos para que nunca pierdan la
esperanza y sigan luchando por la vida eterna.

Oración
Señor Jesús, que fuiste clavado de manos y pies en una cruz; te pedimos por todos
aquellos ancianos que cargan con la pesada cruz de los años. Ayúdales a sobrellevar las
incomodidades de la edad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
DECIMOSEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

“Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
Y, dicho esto, expiró”.

Ha llegado el temido final. Cristo está clavado en la cruz y desde ella entrega su vida y la
entrega por amor. Perdona a sus verdugos, nos entrega a su Madre, pide agua, dice que
su obra se ha consumado y muere.
Las sombras y las tinieblas cubren el Calvario. Hay personas que comienzan a creer. El
centurión romano dice que, en verdad este era el Hijo de Dios. Se cumple la profecía de
Jesús: “Cuando sea elevado, atraeré a todos a mí”.

Todo, por lejano que nos parezca, llega en la vida. Unas cosas antes, otras después. Pero
al final siempre está la muerte como algo cierto, seguro, cruel. Cuando alguien muere en
una familia, muere algo para todos. Pero cuando muere uno de los esposos, es el otro
quien más muere con él. Entonces, aparecen como únicos compañeros de la viudez
la sombra, el vacío, el desamparo, la soledad. Sólo quedan los recuerdos, las lágrimas y
las oraciones. Pidamos a Cristo muerto en la cruz por tantos viudos, para que sean
atendidos, consolados y acompañados.

Oración
Señor Jesús que moriste en la cruz y dejaste a tu Madre triste y sola; te pedimos por
todos los viudos y viudas que perdieron al compañero de su vida. Hazte presente en sus
vidas para que nunca se sientan solos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A SU MADRE

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

“Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer,
ahí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».

María, traspasada de dolor, recoge durante unos instantes en su regazo el cadáver de su


hijo. Aquel cuerpo destrozado que, aunque no lo pareciera, era el de su hijo. Aquel hijo
que ella había cobijado tantas veces de niño. Aquel hijo que ella había visto crecer. Aquel
que “todo lo había hecho bien”, estaba ahora muerto en sus brazos.

Algunos padres viven la terrible experiencia de ver morir a uno de sus hijos. Los
accidentes, la enfermedad incurable, el tumor maligno, el infarto.

Cerrar los ojos a un hijo es una de las experiencias más duras y crueles de la vida, algo
que sólo puede entender quien ha tenido la desgracia de vivirla en su propia carne. Los
padres que han bebido este amargo trago son los únicos que están en condiciones de
comprender el dolor de María al tener en su regazo el cuerpo muerto de su Hijo.

Oración
Santísima Virgen María que viste morir a tu hijo en una cruz y lo recogiste después en tus
brazos; ayuda a las familias que pasan por la triste experiencia de perder un hijo. Dales
fortaleza, consuelo y esperanza. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«Y, bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca,


donde nadie había sido puesto todavía. Era el día de la Preparación y estaba por empezar
el sábado. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo siguieron, y vieron el
sepulcro y cómo había sido colocado su cuerpo»

El cuerpo de Jesús fue colocado en un sepulcro nuevo, excavado en la piedra, pero


prestado. Él que era dueño de cielos y tierra, muere más pobre que nadie. No tuvo ni
tierra para su sepultura, le tuvieron que prestar un sepulcro. ¡Hasta ese despojo y entrega
llegó Jesús!

La muerte, tarde o temprano, nos llegará a todos. Aquí no valen resistencias, ni


grandezas humanas. Cada uno deberá asumir su propia muerte. Pero la esperanza
cristiana borra toda sombra de temor, anula el impulso de la desesperación. Cristo
nos dijo que, si el “grano de trigo no muere, quedará infecundo”, y que “quien crea en
Él, aunque muera, vivirá para siempre”.

Pidamos desde lo hondo de nuestro corazón al Señor que nos infunda fe en sus palabras
y la esperanza en una vida eterna, a la que todos estamos llamados.

Oración
Señor Jesús Ayúdanos a comprender que, aunque caminamos hacia una muerte segura,
ese es el paso que nos conduce a una vida que no tendrá fin. Por Cristo nuestro Señor.
Amén

Señor pequé

Ten misericordia de mí

Padre nuestro…. Ave María…. Gloria

Canto……..
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REFLEXIÓN FINAL. - El Vía Crucis termina con la muerte y sepultura de Jesús.


Pero esa muerte no fue sino el paso para la resurrección. La muerte de
Cristo produjo fruto abundante, el fruto del amor y del perdón.

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén

PERDÓN OH DIOS MÍO Más ya arrepentido,


¡Perdón, oh, Dios mío! Te busco lloroso,
¡Perdón e indulgencia! ¡oh, Padre amoroso,
¡Perdón y clemencia! ¡oh, Dios de bondad!
¡Perdón y piedad!

Pequé, ya mi alma Mi humilde plegaria


su culpa confiesa, traspase las nubes,
mil veces me pesa ¡ardientes Querubes,
de tanta maldad mis votos, llevad!

Mil veces me pesa Por mí, en el Calvario


de haber, mi pecado, Tu sangre vertiste
Tu pecho rasgado, y en Cruz estuviste
¡oh, Suma Bondad! por mí, hasta expirar.

Mi rostro cubierto Yo fui quien del duro


de llanto, lo indica, madero inclemente
mi lengua publica, te puse pendiente
tan triste verdad. con vil impiedad

Por mí, en el tormento, Señor, triste vuelvo,


Tu sangre vertiste, buscando consuelo,
y prenda me diste pequé contra el Cielo,
de amor y humildad. pequé contra Ti.
Y yo en recompensa, ¡Piedad! Fiel prometo,
pecado a pecado, oh Dios de clemencia,
la copa he llenado hacer penitencia
de gran iniquidad. Y no pecar más

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