Biografias
Biografias
Biografias
me quieres de espumas,
(Dios te lo perdone),
se diga mi hermana.
te sean tornadas,
en ellas el alma
se quedó enredada,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.
Alfonsina Storni.
Alfonsina Storni
A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa Fe, Rosario y Buenos
Aires. Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en las revistas
Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro
Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas.
En 1917 fue nombrada maestra directora del internado de Marcos Paz. Por esa época comenzó
Alfonsina Storni a frecuentar los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y
Montevideo; colaboró en las publicaciones Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el
periódico La Nación. Compartió además la vida artística y cultural del grupo Anaconda con Horacio
Quiroga y Enrique Amorín y obtuvo varios premios literarios.
En la década de 1930 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo Signos, donde asistían
figuras importantes de las letras como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna. En 1938
participó en el homenaje que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetisas de
América: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y ella misma. Víctima de una enfermedad terminal,
el 25 de octubre de ese mismo año decidió suicidarse en Mar del Plata.
Madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, Alfonsina Storni fue sin embargo la
primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria
evolucionó desde el romanticismo hacia el intimismo sintomático del modernismo crepuscular
para desembocar en la vanguardia. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo
combativo en la línea que se observa en el poema Tú me quieres blanca, el cual se halla motivado
por las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.
La obra poética de Alfonsina Storni se divide en dos etapas: a la primera, caracterizada por la
influencia de los románticos y modernistas, corresponden La inquietud del rosal (1916), El dulce
daño (1918), Irremediablemente (1919), Languidez (1920) y Ocre (1920). La segunda etapa,
caracterizada por una visión oscura, irónica y angustiosa, se manifiesta en Mundo de siete pozos
(1934) y Mascarilla y trébol (1938).
Storni hizo también incursiones en la dramaturgia: en 1927 estrenó en el Teatro Cervantes El amo
del mundo, y en 1931 aparecieron Dos farsas pirotécnicas, que incluían Cimbellina en 1900 y pico y
Polixena y la cocinerita. En 1950 se editó Teatro infantil, pero varias de sus obras para niños
permanecen inéditas. En 1936 colaboró en el IV Centenario de la fundación de Buenos Aires con el
ensayo Desovillando la raíz porteña.
Pablo Neruda
Pablo Neruda
Residiendo en Temuco, ingresó en el Liceo de la ciudad en 1910, y cuando aún no había salido de
esta institución, el 18 de julio de 1917, pudo leer emocionadamente en un periódico local, La
Mañana, el primero de sus artículos publicados, que tituló "Entusiasmo y perseverancia". Para
entonces había tenido la suerte de conocer a una imponente señora, "alta, con vestidos muy
largos", que no era otra sino la célebre poetisa Gabriela Mistral, quien le había regalado algunos
libros de Tolstoi, Dostoievski y Chéjov, decisivos en su primera formación literaria.
No obstante, su padre se oponía abiertamente a que siguiera esta vocación, de modo que cuando
el 28 de noviembre de 1920 obtuvo el premio de la Fiesta de Primavera de Temuco, el joven poeta
ya firmaba sus poemas con seudónimo, un ardid para desorientar a su progenitor. El nombre
elegido, Neruda, lo había encontrado por azar en una revista y era de origen checo; no sabía que se
lo estaba usurpando a un colega, un lejano escritor que compuso hermosas baladas y que posee
un monumento erigido en el barrio de Mala Strana de Praga.
Cuando concluye sus estudios en el Liceo pasa a Santiago para seguir la carrera de profesor de
francés en el Instituto Pedagógico, pero continúa preparando libros de versos. Al poco tiempo se
vincula a la revista Juventud de la Federación de Estudiantes, donde toma contacto con el
movimiento anarquista y, en particular, con uno de los líderes del grupo, formidable y valeroso,
llamado Juan Gandulfo. En 1922, habiendo trabado una buena amistad, que se revelaría fecunda y
duradera, con el director de la revista Claridad, se incorpora a su redacción, y así comienza a
escribir como un poseso hasta cinco poemas diarios. Al año siguiente edita a sus expensas su
primer libro de poemas, Crepusculario.
Para poder pagarse esta publicación, Pablo Neruda, por entonces un joven ávido de lecturas y de
vida, extravagante y delgado, vestido a lo poeta bohemio del siglo XIX con un traje negro, debe
vender sus muebles, empeñar el reloj que le ha regalado su padre y recibir la ayuda in extremis de
un crítico generoso. Este último, un tal Allone, se prestó a saldar la deuda cuando el editor se negó
a entregar un solo ejemplar antes de que estuviera satisfecha completamente la factura.
Crepusculario fue en realidad una miscelánea de otros proyectos, una reordenación precipitada de
poemas que inmediatamente dejaron insatisfecho al autor. A partir de entonces Neruda se
entregó, con más ahínco si cabe, a la confección de otro libro, éste sí, orgánico y mucho más
personal, que terminaría publicándose en 1924 con el título Veinte poemas de amor y una canción
desesperada.
Su última aparición en público fue el 5 de diciembre de 1972, cuando el pueblo chileno realizó un
homenaje al poeta en el Estadio Nacional. En febrero de 1973, por razones de salud, renunció a su
cargo de embajador en Francia.
Después del golpe militar del 11 de septiembre su salud se agravó y el 19 fue trasladado de
urgencia desde su casa de Isla Negra a Santiago, donde murió en la Clínica Santa María a las 22:30
del 23 de septiembre.
Como una sola flor desesperada
Juana de Ibarbourou
Juana de Ibarbourou
Su obra se inició con gran influencia del modernismo. En 1929, se realizó en el Palacio Legislativo
un acto en el se la consagró como Juana de América, al que asistieron figuras de prestigio
americano: Zorrilla de San Martín, Alfonso Reyes, etc. La influencia de las corrientes superrealistas
abrió un paréntesis de experimentación en La rosa de los vientos.
Entre 1930 y 1950 no publicó ningún libro de poesía pero sí tres libros de prosa: Loores de Nuestra
Señora, Estampas de la Biblia, Chico Carlo, y uno de teatro para niños: Los sueños de Natacha.
Volvió a publicar poesía en 1950 con la aparición de Perdida.
Su poesía se fue haciendo mas elíptica, mas sugerente, cada vez mas formalmente rica. Fue elegida
miembro de la Academia uruguaya en 1947, y en 1959 le fue concedido el Premio Nacional de
Literatura, otorgado ese año por primera vez. La originalidad de su estilo consistió en unir el rico
cromatismo con imágenes modernistas, dándole un sentido optimista de la vida, con un lenguaje
sencillo, sin complejidades conceptuales, que redunda en una expresividad fresca y natural.
Porque te tengo y no
porque te pienso
pequeña y dulce
corazón coraza
si no te miro amor
si no te miro
y tienes frío
En la adolescencia conoció a Luz López Alegre, con la que se casará y compartirá 60 años de su
vida.
A inicios de los setenta estuvo a cargo de una cátedra en la Facultad de Humanidades y Ciencias,
de la Universidad de la República. El Golpe de Estado de 1973 lo obligó al exilio. Primero en Buenos
Aires, luego en Lima, en La Habana y en España (Palma de Mallorca y Madrid), fue siempre una voz
disidente con el autoritarismo y defensora de los derechos humanos.
Fuera del país, su producción literaria continuó en todos los campos, alcanzando los puntos más
altos de su poesía (La casa y el ladrillo), una de sus mejores novelas (Primavera con una esquina
rota) y su obra teatral más representada (Pedro y el Capitán). Proyecta en la prensa internacional,
en especial en El País de Madrid, la tarea periodística que había ejercido en Uruguay.
En 1985, con el retorno de la democracia, regresa a Uruguay, renovando el mutuo flujo de cariño
con sus lectores locales. Es cofundador del semanario Brecha y acompaña todas las acciones de la
sociedad uruguaya para el esclarecimiento de los crímenes de la dictadura. Brinda recitales
masivos, tanto de poesía como de poesía y música, como ocurre con A dos voces, espectáculo que
realiza con Daniel Viglietti. El disco El Sur también existe, de Joan Manuel Serrat sobre poesía de
Benedetti, retoma la senda de las musicalizaciones de gran impacto popular, como habían sido
años antes las realizadas por Alberto Favero y cantadas por Nacha Guevara, o aquel "Cielo del 69",
musicalizado por Numa Moraes y grabado por Los Olimareños.