Génesis 15
Génesis 15
Génesis 15
Anteriormente vimos como Abram y Lot eran bastante ricos, tanto que no podían estar en un solo lugar.
Se separan, y Lot escoge la parte más agradable a la vista, pero llega a vivir en la ciudad de Sodoma. Lot
se ve afectado por una gran guerra y es llevado como esclavo. Pero Abram derrota a ese ejército
enemigo y rescata a Lot. Da el diezmo del botín a Melquisedec y no acepta tomar nada para sí del rey de
Sodoma.
Génesis 15:1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No
temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Abram acababa de involucrarse y salir victorioso de una guerra y seguramente tiene temor a
represalias. Pero Dios le dice que Él es su escudo, que Él es quien lo protege.
Vamos a ver a lo largo de la Biblia muchas promesas como estas de protección, de prosperidad y
hay que tener mucho cuidado de como las leemos y estudiamos; porque muchas veces las personas
que se apropian de promesas que no son para ellos, terminan con su fe debilitada, incluso
renegando de la fe por no ver esas promesas cumplidas en su vida, pero algunas ni siquiera eran
para ellos. Pregúntate siempre estas tres cosas cuando ves promesas de Dios en la Biblia: ¿A
quién/es se le hicieron? ¿Qué se prometió exactamente? ¿Qué condiciones hay? Ejemplo. Génesis
12:2-3 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré
a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra. (Ej. SAT.)
Abram no toma botín de guerra de manos del rey de Sodoma, pero Dios le promete gran
recompensa.
Génesis 15:2 Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el
mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 15:3 Dijo también Abram: Mira que no me has
dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 15:4 Luego vino a él
palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 15:5 Y
lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo:
Así será tu descendencia. 15:6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. ¿A quién fueron
hechas estas promesas? ¿Qué se prometió exactamente? ¿Qué condiciones hay?
Abram responde a Dios diciendo “¿De qué me sirven tus bendiciones, si no me has dado hijo?” Era
la cuarta vez que Dios le promete tener descendencia. Y reprocha a Dios por no darle descendencia,
tanto así que ya tenía pensado a alguien a quien iba a heredar todo. Pero Dios rechaza la manera de
Abram y le dice que será un hijo que venga de él. Dios lo lleva a fuera de su tienda a ver las
estrellas, y que así sería de incontable su descendencia (Es sólo una metáfora).
“Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.” “Y Abram creyó al SEÑOR, y el SEÑOR lo consideró
justo debido a su fe.” (NTV). Este versículo es de los más importantes del antiguo testamento. Los
apóstoles lo citarían después para enseñar que nadie se puede salvar por obras, sino sólo a través
de la fe. Siempre, siempre de Génesis a Apocalipsis las personas son salvas por medio de poner su
fe en Dios y nada más que la pura fe en Él. Alguno se preguntará, “¿pero y los 10 mandamientos, y
la ley? ¿Qué no para salvarse es necesario o era necesario guardar los mandamientos?” Sí y no.
Estudiando la biblia, te das cuenta que la ley si puede salvar, pero la ley es imposible de cumplir. No
tener ídolos, no matar, no robar, no mentir, honrar a tu padre y a tu madre (Ex. 20) parece algo
que si se puede cumplir. Pero hay muchas más leyes que dio Dios (aprox. 613). Por ejemplo, está el
mandamiento que Jesús confirmaría que es el más importante (Mt. 22:35-38) (Dt. 6:5) “Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. Si te juzgara Dios
decidiendo si vas al cielo o al infierno solamente por este mandamiento, ¿pasarías la prueba?
Alguien podría pensar, pero si cumplo con todos los demás mandamientos de Dios, ¿Sólo por una
cosa seré culpable como para ir al infierno? Santiago 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la
ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11 Porque el que dijo: No cometerás
adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has
hecho transgresor de la ley. Vemos realmente que cumplir con la ley de Dios para ser salvo es
literalmente imposible. Nadie puede guardar perfectamente durante toda su vida todas y cada una
de las leyes sin fallar nunca. Por eso la biblia dice Romanos 3:19. Obviamente, la ley se aplica a
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quienes fue entregada, porque su propósito es evitar que la gente tenga excusas y demostrar que
todo el mundo es culpable delante de Dios. 20. Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por
hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.
Alguien pudiera preguntarse ahora: Si nadie puede cumplir la ley a cabalidad, ¿por qué Dios dio la
ley entonces? Tienes que entender que Dios es un Dios Santo, justo y perfecto, y por lo tanto las
leyes que el dio tienen que reflejar su misma santidad, justicia y perfección. Las dio para que
veamos lo pecadores que somos, para que reconozcamos que somos incapaces de salvarnos por
nosotros mismos y nos demos cuenta que, si fuera por nuestras acciones, mereceríamos únicamente
el infierno; dio su ley para que reconozcamos que necesitamos la misericordia de Dios, que
necesitamos un salvador. Aquí es donde entra Cristo. Deuteronomio 28 habla de todos los castigos y
maldiciones de Dios que vendrían si el pueblo desobedecía su ley. Gálatas 3:10 Pero los que
dependen de la ley para hacerse justos ante Dios están bajo la maldición de Dios, porque las
Escrituras dicen: «Maldito es todo el que no cumple ni obedece cada uno de los mandatos que están
escritos en el libro de la Ley de Dios». 13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la
ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestros pecados. Pues está
escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».
Cristo cargó en sí mismo todo el castigo y maldición que merecíamos. Nos redimió (pagó el precio
de nuestra libertad), el Padre descargó toda su justa ira que le hemos provocado sobre Cristo. Cristo
pudo decir “¡Consumado es!” (Jn 19:30). Todo el precio ha sido pagado una sola vez y para
siempre. No hay nada que necesitemos hacer para ganarnos el cielo, agregar cualquier cosa sería
decir que la muerte de Cristo no es suficiente. Nada y absolutamente nada podemos hacer para
añadirle a la obra de Cristo para ser salvos. Juan 3:16 “Para que todo aquel que crea en Él, el
unigénito hijo de Dios, no se pierda mas tenga vida eterna” Sólo tienes que creer y nada más que
creer. Dios hace de ti una nueva criatura, y te transforma. Hasta parecerte más y más a Jesús (Ro.
8:29). Entonces nuestra salvación (el ser hechos justos delante de Dios) es solo por fe. Eso es lo
que quiere decir “Y creyó Abram a Jehová, y le fue contado por justicia”.
Génesis 15:7 Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta
tierra. 15:8 Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 15:9 Y le dijo:
Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola
también, y un palomino. 15:10 Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una
enfrente de la otra; mas no partió las aves. 15:11 Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos
muertos, y Abram las ahuyentaba. 15:12 Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he
aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. 15:13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten
por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida
cuatrocientos años. 15:14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto
saldrán con gran riqueza. 15:15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena
vejez. 15:16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad
del amorreo hasta aquí.
Abram pide de forma una señal a Dios de que la promesa que le hizo es segura. Le pide Dios que
prepare algunos animales y Abram los parte por la mitad y pone una mitad frente a la otra, dejando
como un caminito por en medio de los animales.
Cae la oscuridad de la noche y Dios se dirige a Abram y le adelanta que sus descendientes serían
esclavos en otra tierra por 400 años (se refiere claramente a la esclavitud en Egipto) y también
adelanta los juicios (plagas) que iba a mandar sobre Egipto. Pero todo esto no lo verá Abram.
Dios además muestra que esperará esos 400 años a que la maldad de los cananeos se hiciera más y
más grande hasta llegar a su colmo dice, ya que Dios va a usar más adelante al propio pueblo de
Israel para juzgar y destruir a esas naciones de forma que nadie diga que es injusto su juicio.
Génesis 15:17 Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una
antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 15:18 En aquel día hizo Jehová un
pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río
grande, el río Eufrates; 15:19 la tierra de los ceneos, los cenezeos, los admoneos, 15:20 los heteos,
los ferezeos, los refaítas, 15:21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
Esta era una forma como en la antigüedad hacían un pacto o promesa entre dos personas. Pasaban
en medio de animales cortados a la mitad, dando a entender que si uno de ellos incumplía la
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promesa terminaría como uno de esos animales. Pero vemos que Abram no pasa por en medio de
ellos, sino sólo Dios. Dios no puede jurar por nadie superior, sólo por sí mismo. Y Dios por sí mismo
asegura cumplir sus promesas.
Las manifestaciones de Dios fueron como un horno humeando y una antorcha de fuego.
Posteriormente, cuando Israel esté andando por el desierto, sería Dios en una columna de humo de
día y columna de fuego de noche quien los guiaría en todo momento.
Vemos que Dios le promete entregarle a su descendencia una extensión muy basta y específica de
tierra. Desde el río de Egipto, hasta el río Éufrates, y menciona los moradores de esos territorios.
Descansa en el Señor
Filipenses 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo;