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Causa N 27292009 Casacin Resolucin N 27292009 de Corte Supr

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Santiago, veintinueve de junio de dos mil diez.

VISTO:
En estos autos rol Nº 17.281-2006, seguidos ante el 8º Juzgado Civil
de Santiago, juicio en procedimiento sumario, caratulado ?Escobar y
Cousiño Limitada c/ Pérez de Arce Araya, Carlos y otra?, doña María
Angélica Escobar Encalada y doña Luz María Cousiño Salas, en
representación de Escobar y Cousiño S.A., dedujeron demanda de
cobro de honorarios, en contra de don Carlos Pérez de Arce Araya y
de doña María Francisca Bolados Correa.
Fundan su pretensión, señalando que en el mes de julio del año 2005
doña Úrsula Olly Ana Nagel KnoopAñaden que se estableció como
honorario profesional para la demandante la suma correspondiente al
2% sobre el precio de venta del inmueble, más Impuesto al Valor
Agregado y que, en virtud de este encargo, se ofreció a los
demandados la referida propiedad, a quienes se les indicó el honorario
de corretaje que se cobraba, al cual accedieron.
Refieren que el día 30 de septiembre de 2005, doña Úrsula Olly Ana
Nagel Knoop,Aseveran que los demandados utilizaron los servicios de
su representada para poder comprar la propiedad, sin pagar la
comisión corr espondiente a sus honorarios.
Solicitan, en definitiva, tener por interpuesta demanda de cobro de
honorarios y declarar: 1.- que existió un contrato de prestación de
servicios entre su representada y los demandados, en virtud del cual
aquéllos pudieron adquirir la propiedad, o bien, en el caso de que el
tribunal estime que no ha existido contrato o que éste es de difícil o
imposible determinación, que los demandados están obligados a pagar
a su representada una comisión por la gestión y mediación que le
correspondió a Escobar y Cousiño S.A. en la transacción que dio
origen a la adquisición del inmueble, o por las razones que el tribunal
considere procedentes en derecho; 2.- que los demandados deberán
pagar a su representada una comisión u honorarios ascendente a un
valor correspondiente al 2%, calculado sobre el valor de la venta del
inmueble adquirido por ellos, esto es, la suma de $2.890.446, más
Impuesto al Valor Agregado, o que se disponga el pago de una suma
de dinero en términos y montos que el tribunal estime pertinentes; 3.-
que la parte demandada deberá pagar las sumas antes señaladas
debidamente reajustadas y con el máximo de intereses que autoriza la
ley, desde la fecha en que las sumas se devengaron, o bien, con los
intereses y reajustes que el tribunal considere procedentes conforme a
la ley; y 4.- que la parte demandada deberá satisfacer, además, las
costas de la causa.
El catorce de noviembre de dos mil seis se llevó a efecto el
comparendo de estilo y se tuvo por evacuada la contestación de la
demanda, en rebeldía de los demandados.
Con esa misma fecha, la aludida parte dedujo excepción de
prescripción de la acción de cobro de honorarios impetrada en autos,
aduciendo que cualquiera sea la data desde la que se compute el
plazo previsto en el artículo 2522 del Código Civil, esto es, desde
aquélla en que la demandante señala haber sido contratada por la
vendedora -en julio de 2005-, o bien, desde la época en que se firmó el
contrato de compraventa definitivo de la propiedad -el 30 de
septiembre de 2005-, a la fecha de notificación de la demanda, habría
transcurrido con creces el término de un año, por lo que la acción se
encontraría prescrita.
El traslado respectivo se tuvo por evacuado en rebeldía de la
demandante.
Por sentencia de veintiocho de septiembre de dos mil siete, escrita a
fojas 109, la señora juez titular del tribunal a quo acogió la excepción
de prescripción deducida por los demandados y, en consecuencia,
negó lugar a la demanda de cobro de honorarios.
Apelado el fallo por la demandante, una de las Salas de la Corte de
Apelaciones de Santiago, por sentencia de diecisiete de diciembre de
dos mil ocho, que se lee a fojas 138, lo confirmó.
En contra de esta última decisión la aludida parte ha deducido recurso
de casación en el fondo.
Se ordenó traer l
os autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el recurrente sostiene que la sentencia de segundo
grado que, en lo pertinente a este recurso, confirmó el fallo del tribunal
a quo, que a su vez acogió la excepción de prescripción de la acción y
que desestimó, consecuencialmente, la demanda de autos, ha sido
dictada con infracción a los artículos 2493, 2521 inciso segundo y 2522
del Código Civil y 3, 310 y 358 del Código de Procedimiento Civil,
según pasa a explicar:
a).- Acusa transgresión al artículo 2493 del Código Civil.
Argumenta que, tal como dispone la disposición en comento, el que
quiera aprovecharse de la prescripción debe alegarla, encontrándose
el juez impedido para declararla de oficio.
Expresa que, atendida la naturaleza del proceso, se hace necesario
determinar, en primer lugar, cuando la parte demandada debió alegar
dicha excepción, puesto que, a diferencia de lo que ocurre con el juicio
ordinario donde la excepción de prescripción puede oponerse en
cualquier estado del juicio, en materia de procedimiento sumario, ello
resultaría improcedente, por existir norma especial al respecto.
Afirma que, al aceptarse por parte del tribunal a quo que una
excepción de esta índole haya sido opuesta en un momento distinto al
que establece la ley, se ha efectuado en la especie una errónea
interpretación del referido articulo 2493, pues ?alegar? la prescripción
implica no sólo que ella sea reclamada por quien quiera aprovecharla,
sino que dicho requerimiento se efectúe también en tiempo y forma.
b).- Denuncia infracción a los artículos 3 y 310 del Código de
Procedimiento Civil.
En razón de las mismas reflexiones precedentemente efectuadas,
sostiene que el tribunal a quo vulneró también los artículos 3 y 310 del
Código de Procedimiento Civil, haciendo una falsa aplicación de dichas
disposiciones legales.
c).- Estima quebrantados los artículos 2521 inciso segundo y 2522 del
Código Civil.
Manifiesta que la sentencia impugnada sostiene que el derecho de su
representada a cobrar sus honorarios estaría prescrito, pues asimila su
actividad a la realizada con ocasión de los oficios referidos en el
artículo 2522 del Código Civil, desconociendo, por ende, que la
prescripción a que está sujeta tal actividad es la del articulo 2521
inciso segundo del mismo estatuto normativo, cuyo plazo es de dos
años.
d).- Refiere, finalmente, violación al articulo 358 Nºs 1, 4 y 5 del Código
de Procedimiento Civil.
Sostiene al efecto que se vulneró la mencionada disposición legal, al
acoger las tachas opuestas por su contraparte a los testigos que
presentó su representada, según estima, en forma improcedente;
SEGUNDO: Que la sentencia recurrida que reprodujo y confirmó el
fallo de primer grado acogiendo, en definitiva, la excepción de
prescripción de la acción de cobro de honorarios y desestimando,
consecuencialmente, la demanda de autos, reflexiona al efecto que
??la referida excepción se funda en lo dispuesto en el artículo 2522 del
Código Civil, norma que señala: ?Prescribe en un año la acción de los
mercaderes, proveedores y artesanos por el precio de los artículos que
despachan al menudeo? y la ??de toda clase de personas por el
precio de servicios que se prestan periódica o accidentalmente; como
posaderos, acarreadores, mensajeros, barberos, etc.?, razonando, a
continuación, que ??la actividad de la demandante, no constitutiva de
profesión liberal, queda comprendida en la norma legal antes
mencionada y, por lo tanto, la acción de cobro de los servicios que la
actora dice haber prestado a los demandados prescribe en el plazo de
un año?, añadiendo que ?dicho plazo ha de contarse desde la fecha
del otorgamiento de la respectiva escritura publica de compraventa
entre los demandados, compradores y la tercera vendedora,
instrumento que rola a fojas 16 y que apare ce otorgado el 30 de
septiembre de 2005, pues en dicho acto habría culminado la
participación de la demandante en la referida compraventa,
originándose desde entonces la obliga
ción de pagar los servicios prestados, comisión u honorarios
respectivo?, concluyendo, subsiguientemente, que ??la demanda de
autos fue notificada a ambos demandados el día 8 de noviembre de
2006, esto es, cumplido en exceso el plazo de un año contado desde
la fecha de la compraventa, razón por la cual sólo resta concluir que la
acción deducida en autos se encontraba prescrita?;
TERCERO: Que la cita de las disposiciones legales denunciadas por
el recurrente, expuestas previamente en el motivo primero y los
argumentos esgrimidos en apoyo de sus afirmaciones en tal sentido,
tienen por objeto sustentar fundamentalmente: 1.- que el plazo de
prescripción de la acción de cobro de honorarios por servicios del tipo
prestado por la demandante, correspondería a aquél previsto en el
inciso segundo del artículo 2521 del Código Civil y no en el artículo
2522 del mismo cuerpo legal; 2.- que habría resultado improcedente
acoger la excepción de prescripción alegada por la demandada, por
haber sido esgrimida con posterioridad al comparendo de contestación
de la demanda; y 3.- que el sentenciador del tribunal a quo habría
aplicado erróneamente la normativa relativa a la tacha de testigos;
CUARTO: Que el artículo 2522 previene que ?Prescribe en un año la
acción de los mercaderes, proveedores y artesanos por el precio de
los artículos que despachan al menudeo.
La de toda clase de personas por el precio de servicios que se prestan
periódica o accidentalmente; como posaderos, acarreadores,
mensajeros, barberos, etc.?.
Por su parte, el inciso segundo del artículo 2521 estatuye: ?Prescriben
en dos años los honorarios de jueces, abogados, procuradores; los de
médicos y cirujanos; los de directores o profesores de colegios y
escuelas; los de ingenieros y agrimensores, y en general, de los que
ejercen cualquiera profesión liberal?;
QUINTO: Que la actividad de corretaje de propiedades consiste en
esencia en la labor destinada a con cretar la venta o la celebración de
otro tipo de convención respecto de un inmueble y tal como se advierte
del contrato celebrado entre Escobar y Cousiño S.A. y doña Úrsula
Nagel Knoop, SEXTO: Que luego de lo dicho y ante la argumentación
del recurrente, en cuanto pretende se haga extensiva a la actividad de
corretaje de propiedades la prescripción del inciso segundo del artículo
2521 del Código Civil, cabe reflexionar respecto del contenido del
término ?profesión liberal?. Al respecto la doctrina ha vislumbrado en
la primera parte del artículo 2118 del Código Civil una especie de
definición del aludido concepto, en cuanto expresa: ?Los servicios de
las profesiones y carreras que suponen largos estudios??.
La doctrina pregunta: ??¿qué entendió el legislador por profesión
liberal? Sin duda que no le dio a la expresión el significado restrictivo
de hoy que considera como profesiones liberales al estudio de tres o
cuatro carreras universitarias. Quiso, a nuestro juicio, significar todas
aquellas profesiones de cierta consideración social que suponen
estudios literarios o científicos, o para emplear las propias expresiones
del legislador, todas las profesiones o carreras que suponen largos
estudios (artículo 2118). Los textos franceses incurren en muchas
omisiones justamente criticadas al ocuparse de este punto, omisiones
que han ido subsanándose posteriormente por leyes especiales, pero
que eran visibles en la época de la dictación de nuestro Código.
Dándose cuenta de ello quiso el legislador obviar esos inconvenientes
con esta frase genérica, que, como tal, no existe ni en el Diccionario de
Escrihe ni en el de la Real Academia. Dichos diccionarios hablan de
artes liberales, como término contrapuesto a artes mecánicas, pero en
el fondo equivale a lo mismo. Se exige siempre predominio de la
inteligencia sobre el trabajo manual y ciertos estudios preparatorios.
Entendemos por eso que dentro de la categoría de profesionales
deben mirarse, para la aplicación de este artículo, a todas aquéllas
personas que trabajan intelect
ualmente y que han cursado largos estudios?. (Pedro Lira Urquieta,
?Las Prescripciones de corto tiempo en el Código Civil?, Impre nta
Chile, año 1926, pagina 173).
?No ha precisado, sin embargo, la norma lo que haya de entenderse
por profesión liberal, concepto que por lo demás habrá de tomarse en
el sentido que pudo tener a la época del Código y no en el que hoy se
le da. Como se ha afirmado, se quiere allí hacer referencia a aquellas
profesiones que, en los términos del artículo 2118, requieren largos
estudios y en que, por lo mismo, predomina el trabajo intelectual.?
(Ramón Domínguez Águila, ?La Prescripción Extintiva?, Editorial
Jurídica, año 2004, pagina 340);
SEPTIMO: Que, en virtud de lo razonado, aparece que los elementos
que han de dirimir si una actividad o profesión debe ser comprendida o
no dentro de la expresión ?profesión liberal? y, por lo mismo, si ha de
aplicarse a la acción que pretende el cobro de los honorarios
devengados en razón de su ejercicio el plazo de prescripción previsto
en el artículo 2521 inciso segundo, son el predominio del trabajo
intelectual por sobre el de carácter mecánico y, esencialmente, la
exigencia de estudios preparatorios de larga data.
Sin entrar a zanjar en el caso en particular si en la actividad de
corretaje de propiedad prima una labor por sobre la otra, aserto que
nos obligaría, por cierto, a definir específicamente que debe
entenderse por ?labor intelectual?, resulta una circunstancia
incuestionable y, por lo demás, de público conocimiento que el
desarrollo de dicho oficio no requiere de ?largos estudios?, en el
sentido que utiliza el artículo 2118 de nuestro código sustantivo,
situación que, consecuentemente, determinará que no sea posible
asimilar dicha actividad a aquéllas a que hace referencia el inciso
segundo del artículo 2521 del Código Civil;
OCTAVO: Que, conforme a lo concluido precedentemente, cabe
entonces afirmar que, contrariamente a lo alegado por el recurrente,
los sentenciadores del mérito efectuaron una correcta interpretación y
aplicación de los artículos 2521 inciso segundo y 2522 del Código
Civil, al concluir que, atendida la naturaleza del oficio en virtud de cual
se demandaba el cobro de honor arios, esto es, por ?servicios que se
prestan periódica o accidentalmente?, resultaba aplicable a la acción el
plazo de prescripción previsto en inciso final de la segunda disposición
legal aludida;
NOVENO: Que, dilucidada la correcta aplicación de la norma decisoria
litis, es menester reparar que las alegaciones que el recurrente orienta
a atacar eventuales faltas o desaciertos procedimentales que no
fueron objeto de reparo alguno de su parte en la oportunidad legal que
correspondía y en que se sustentan las acusaciones de transgresión a
los artículos 2493 del Código Civil y 3 y 310 del Código de
Procedimiento Civil, constituyen exposiciones irrelevantes en este
estadio procesal, pues necesariamente debieron ser promovidas
durante la tramitación del juicio, esto es, in limine litis;
DECIMO: Que finalmente y en relación a la denuncia de infracción al
artículo 358 del Código de Procedimiento Civil, cabe manifestar que,
como se ha señalado reiteradamente por esta Corte de Casación, la
resolución que se pronuncia sobre tachas de testigos, atendida su
naturaleza, no puede estimarse susceptible de ser revisada por la vía
de este recurso de derecho estricto, toda vez que no tiene el carácter
de sentencia definitiva o interlocutoria que ponga término al juicio o
haga imposible su continuación;
UNDECIMO: Que, consecuentemente, los errores de derecho en que
se hacen consistir las infracciones legales denunciadas, no se han
cometido, por lo que el recurso en estudio debe ser desestimado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las
normas legales citadas y en los artículos 765 y 767 del Código de
Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el fondo
interpuesto en la petición principal contenida en la presentación de
fojas 139, po
r el abogado don José Ignacio Urrutia Aray, en representación de la
demandante, Escobar y Cousiño Limitada, en contra de la sentencia
de diecisiete de diciembre de dos mil ocho, escrita a fojas 138.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo del Ministro Sr. Adalis Oyarzún Miran da.
Nº 2.729-09.-.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los


Ministros Sres. Adalis Oyarzún M., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita
Herreros M., Juan Araya E. y Guillermo Silva G.

Autorizado por la Secretaria Sra. Rosa María Pinto Egusquiza.

En Santiago, a veintinueve de junio de dos mil diez, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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