Discipulo
Discipulo
Discipulo
Cuando Jesús ya estaba por volver al Padre, les dio a sus discípulos lo que conocemos como la
Gran Comisión: «Hagan discípulos en todas las naciones… enséñenles a cumplir todas las
cosas que les he mandado» (Mt 28.19-20). Hay otras palabras para definir a los seguidores de
Cristo, pero Jesús eligió una que expresa su voluntad para que iglesia propague el mensaje de
salvación: discípulo.
Es interesante notar que la palabra discípulo aparece 269 veces en el Nuevo Testamento,
mientras que creyente aparece solo 20 veces y cristiano solo 3 veces.
No siempre resaltamos, como iglesia, la importancia de hacer discípulos a todas las naciones.
Lo declaramos, sí, pero poco se practica.
¿Qué es un discípulo? Un discípulo es aquel que recibe todo de su maestro, para llegar a ser
igual a él y, a la vez, comunicar a otros esa misma enseñanza. Pablo lo deja muy en claro en 2
Timoteo 2.2: «Lo que has oído de mí ante muchos testigos, encárgaselo a hombres fieles que
sean idóneos para enseñar también a otros». Aquí Pablo identifica 4 generaciones de discípulos:
Pablo, Timoteo, hombres fieles y otros.
¿Pero qué es en definitiva el discipulado? ¿Una disciplina? ¿Un estudio? ¿Una vida? ¡Claro que
sí!, todo eso y mucho más. Es una disciplina, porque implica horarios, método, compromiso. Es
estudio, porque implica un aprendizaje. Es vida, la del maestro que se refleja en la vida del
discípulo.
1. El llamamiento al discipulado – Marcos 3.14-15: «A doce de ellos los designó para que
estuvieran con él, para enviarlos a predicar, y para que tuvieran el poder de expulsar
demonios». En este pasaje hay tres elementos claramente identificados:
a. Que estuvieran con él – Aquí se resalta la importancia de la comunión. El discipulado
siempre incluirá la comunión entre el maestro y su discípulo.
b. Que predicaran como él – Aquí se resalta la importancia de la comisión. Una tarea
encomendada por el maestro.
c. Que tuvieran la autoridad de él – Aquí se resalta la importancia de las credenciales. No es
nuestra autoridad, sino la de Jesús.
2. La gran comisión – Hay cinco versiones de la Gran Comisión, y todas enfatizan un aspecto
diferente de la misma.
a. Mateo 28.18-20 – Aquí tenemos la AUTORIDAD de la Gran Comisión: «Toda potestad me
ha sido dada… por tanto vayan». Su autoridad en nosotros para cumplir su mandato.
b. Marcos 16.15-18 – Aquí tenemos la UNIVERSALIDAD de la Gran Comisión: «Vayan por
todo el mundo y prediquen el evangelio de toda criatura».
c. Lucas 24.44-49 – Aquí tenemos el MENSAJE de la Gran Comisión: «…y que en su nombre
se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados…».
d. Juan 20.19-23 – Aquí tenemos el MODELO de la Gran Comisión: «Así como el Padre me
envió, también yo los envío a ustedes». De la misma manera, él nos envía como a su vez fue
enviado por su Padre.
e. Hechos 1.8 – Aquí tenemos el PODER y el PROGRAMA de la Gran Comisión: «Pero
cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder… serán testigos en Jerusalén, en
Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra».
3. La reproducción del discípulo – Un discípulo nunca debe dejar de reproducirse en otros
discípulos.
4. El manual del discípulo – No podemos dejar el tema sin indicar que la Palabra de Dios es el
manual del discipulado. Es nuestra base de enseñanza y de vida. Esto nos indica que para
discipular, nosotros mismos debemos buscar cada día la guía de la Palabra de Dios. Para
conocer más a Dios a través de la revelación de la Palabra.
Conclusión
Debemos tener el claro que el discipulado tiene un costo. Implica compromiso, dedicación,
disciplina, conocimiento. Seguimiento, y mucha oración. Pero este trabajo tiene resultados
eternos.
Quisiera terminar con palabras de Pablo que reflejan qué era el discipulado para él:
«Pero tú has seguido MI doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia…»
(2 Timoteo 3.10). Como dijimos arriba, eso es el discipulado, una transferencia de lo que
somos en alguien más.
Discípulo es un término que tiene su origen en un vocablo latino y que sirve para referirse a un
individuo que sigue una determinada doctrina. Para que exista un discípulo (o seguidor) es necesario
que exista un maestro (o líder).
Un discípulo es aquel que recibe todo de su maestro, para llegar a ser igual a él y, a la vez, comunicar a
otros esa misma enseñanza.