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Tierras de Occidente

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LAS TIERRAS DE OCCIDENTE SON un lugar de escabrosas colinas y llanuras

planas, de valles brumosos y costas rocosas, un lugar de lagos azules, ríos


brillantes y tierras fértiles, de bosques de hojas anchas donde se realiza caza de
todo tipo, donde puertas medio escondidas en los lados de colinas boscosas se
abren a cuevas laberínticas que se retuercen en la oscuridad para revelar
maravillas inimaginables y vastos tesoros bajo la tierra.

Estas son tierras ricas, con buena temperatura y fructíferas, escudadas por altas
colinas en el este y el sur y las interminables aguas azules del Mar del Ocaso en
el oeste. Se dice que los hombres llegaron aquí en la Edad del Amanecer, pero
antes de ellos los Niños del Bosque hicieron sus hogares en los bosques,
mientras los gigantes vagaban por las colinas, donde ocasionalmente aún se
puede encontrar sus huesos.

Ninguna de estas antiguas razas pudo enfrentarse a los Primeros Hombres,


quienes llegaron con fuego y hachas de bronce para talar los bosques, arar los
campos y construir caminos por las colinas donde los gigantes tenían sus
moradas. Las leyendas dicen que en ese entonces la lucha fue amarga, y muchos
héroes sufrieron terribles muertes a manos de aquellos antiguos enemigos.

Sin embargo, los hombres siguieron llegando, hasta que sus casas se extendían
por el occidente “desde la sal hasta la roca”, protegidas por fuertes castillos de
madera primero, y más tarde por grandes castillos de piedra, hasta que no hubo
más gigantes, y los Niños del Bosque desaparecieron de los densos bosques, de
las colinas huecas, y del lejano norte.

Muchas de las grandes casas rastrean sus raíces a la edad dorada de los
Primeros Hombres. Entre ellos están los Hawthorne, los Foote, los Broom y los
Plumm. En Isla Bella, los barcoluengos de los Farman ayudan a defender la
costa occidental de los saqueadores de las Islas del hierro. Los Greenfield tienen
un gran castillo de madera llamado Entramado (ahora simplemente Greenfield)
construido enteramente de madera de arciano. Los Reyne de Castamere
convirtieron un enorme sistema de minas, cuevas y túneles en su propio
asentamiento, mientras que los Westerling construyeron El Risco sobre las olas.
Otras casas surgieron de las entrañas de héroes legendarios, de quienes se sigue
contando historias hasta nuestros días: los Crakehall de Crake el Asesino de
Jabalíes, los Banefort del Hombre Encapuchado, los Yew del Arquero Ciego
Alan del Roble, los Moreland de Pate el Arador.

Cada una de esas familias se hizo poderosa, y con tiempo algunas tomaron el
título de señores e incluso reyes. Pero de lejos, los más poderosos señores de las
tierras de Occidente fueron los Casterly de la Roca, que tenían su asentamiento
en una colosal roca que se alzaba junto al Mar del Ocaso. Las leyendas cuentan
que el primer lord Casterly fue un cazador, Corlos hijo de Caster, quien vivía en
un pueblo cerca de donde Lannisport se encuentra hoy en día. Cuando un león
empezó a atacar a las ovejas del pueblo, Corlos lo siguió hasta su guarida, una
cueva en la base de la Roca. Armado tan sólo con una lanza, mató al león y a su
leona, pero perdonó la vida de sus cachorros recién nacidos, un acto de
misericordia que complació tanto a los Antiguos Dioses (ya que esto fue mucho
antes de que los Siete llegaran a Poniente), que enviaron un súbito rayo de luz
que iluminó la cueva, y allí en las murallas de piedra relució el brillo del oro
amarillo, una vena tan gruesa como la cintura de un hombre.

La verdad de este cuento está perdida entre las nieblas del tiempo, pero nadie
puede dudar que Corlos, o algún progenitor de lo que se convertiría en la Casa
Casterly, encontró oro dentro de la Roca y pronto empezó a minarlo. Para
defender su tesoro frente a aquellos que quisieran llevárselo, se trasladó a la
cueva y fortificó su entrada. Mientras pasaban años y siglos, sus descendientes
cavaron cada vez más profundo, siguiendo el oro, mientras tallaban pasillos,
galerías, escaleras y túneles dentro de la misma roca, transformando la
gigantesca piedra en una poderosa fortaleza que menguaba a cualquier otro
castillo de Poniente.

Aunque nunca fueron reyes, los Casterly se convirtieron en los señores más ricos
de todo Poniente y la fuerza más poderosa de las tierras de Occidente, y así
permanecieron por cientos de años.

Para ese entonces la Edad del Amanecer le había dado paso a la Edad de los
Héroes. Fue entonces cuando un pillo de cabellos dorados llamado Lann el
Astuto llegó desde el este. Algunos dicen que era un ándalo aventurero del otro
lado del Mar Angosto, aunque esto sucedió miles de años antes de la llegada de
los Ándalos a Poniente. Independientemente de sus orígenes, los cuentos
concuerdan en que de alguna forma Lann el Astuto logró sacar a los Casterlys de
su Roca, y apoderarse del castillo.

El método preciso por el cual lo consiguió sigue siendo materia de conjetura. En


la versión más común de la historia, Lann descubrió un camino secreto dentro
de la Roca, una hendidura tan estrecha, que tuvo que despojarse de sus ropas y
untarse en manteca para escurrirse por allí. Una vez dentro empezó con sus
tretas, susurrando amenazas en los oídos de los Casterlys mientras domina,
aullando en la oscuridad como un demonio, robando tesoros de un hermano
para ponerlos en la habitación del otro, urdiendo diversas trampas y trampillas.
Con esos métodos hizo que los Casterly se enfrentaran entre ellos y les
convenció de que la Roca era un lugar encantado por alguna maligna criatura
que nunca les dejaría vivir en paz.

Otros prefieren distintas versiones del cuento. En una, Lann usa la grieta para
llenar la roca de ratas, ratones y otras alimañas, logrando expulsar a los
Casterly. Y en otra historia, Lann logra introducir una manada de leones dentro,
y Los Casterly y sus hijos son devorados por los leones, con lo cual Lann toma a
las esposas de e hijas de su señoría como sus esposas. La más obscena de las
historias dice que Lann se colaba noche tras noche para acostarse con las
doncellas Casterly mientras éstas dormían. Nueve meses después, las doncellas
dieron a luz a un puñado de niños de cabellos dorados, mientras insistían en
que nunca habían tenido relaciones carnales con ningún hombre.

Este último cuento, aunque suene algo procaz, tiene varios aspectos intrigantes
que podrían hacer alusión a lo que en verdad sucedió. El Archimaestre Perestan
creía que Lann era un sirviente de algún tipo al servicio de Lord Casterly (quizás
un caballero de castillo), quien embarazó a la hija (o hijas, aunque esto suena
menos probable), y persuadió al padre para que le concediera la mano de su hija
en matrimonio. Si esto fue lo que ocurrió en verdad, asumiendo (ya que no lo
sabemos) que Lord Casterly no tenía hijos varones, entonces tras su muerte, su
hija debió heredar la Roca, y por lo tanto también Lann.

No hay más evidencias históricas verídicas ni para esta historia, ni para las
otras. Aunque debemos admitir que Perestan presenta un argumento
convincente en sus “Consideraciones de la Historia”, es improbable que los
bardos y cuentacuentos se convenzan del todo, ya que para ellos es más
interesante creer que Lann ganó la Roca con leones, ratones, o demonios antes
que con un matrimonio.

Todo lo que sabemos es que en algún momento durante la Edad de los Héroes,
los Casterly desaparecieron de las crónicas, y los Lannister, hasta entonces
desconocidos, ocuparon su lugar, gobernando grandes porciones de las tierras
de Occidente desde debajo de Roca Casterly.

Lann el Astuto supuestamente vivió hasta los 312 años, y engendró a un


centenar de valientes hijos y a un centenar de dóciles hijas, todos hermosos,
sanos, y bendecidos con cabello “tan dorado como el sol.” Los nombres de las
madres de sus numerosos descendientes no están registrados, pero si es verdad
que todos nacieron de la hija de Lord Casterly, entonces ésta de seguro debe
haber fallecido de agotamiento.

Dejando los cuentos de lado, las historias sugieren que los primeros Lannister
eran tan fértiles como hermosos, ya que muchos nombres empezaron a aparecer
en las crónicas, y tan sólo en un par de generaciones los descendientes de Lann
se habían hecho tan numerosos que incluso Roca Casterly era incapaz de
albergarlos a todos. En vez de cavar nuevos pasajes en la roca, algunos hijos e
hijas de ramas menores de la familia se fueron para construir sus hogares en
una villa ubicada a un par de millas. La tierra era fértil, el mar proveía peces, y
el lugar que habían elegido resultó ser un excelente puerto natural. Poco
después la villa se convirtió en un pueblo, y luego en una ciudad: Lannisport.

Para cuando los Ándalos llegaron a Poniente, Lannisport se había convertido en


la segunda ciudad más grande de Poniente. Tan sólo Antigua era más grande y
poderosa, y las naves mercantes de cada rincón del mundo navegaban por las
costas occidentales para desembarcar en la “ciudad dorada del Mar del Ocaso”.
El oro hizo rica a la Casa Lannister; el comercio la haría incluso más rica. Los
Lannister de Lannisport prosperaron, construyeron enormes murallas para
proteger su ciudad de aquellos que intentaban robarles sus riquezas
(principalmente hijos del hierro). Los Lannister de Casterly Rock se
convirtieron en reyes.

Por lo que sabemos, Lann el Astuto nunca llegó a coronarse como rey, aunque
algunas historias dicen que siglos después le confirieron aquel título de forma
póstuma. El verdadero primer rey Lannister del que sabemos fue Loreon
Lannister, también llamado Loreon el León (a lo largo de los siglos a muchos
reyes Lannister se los nombró “león” o “dorado”, por razones obvias), quién
convirtió a los Reynes de Castamere en sus vasallos, casándose con una hija de
esta casa, y derrotó al Rey Encapuchado, Morgon Banefort, y a sus sirvientes, en
una guerra que duró veinte años.

El Rey Morgon supuestamente era un nigromante con grandes poderes, y está


escrito que mientras moría, le dijo a los Lannisters que lo habían herido (entre
ellos los tres hijos de Loreon) que regresaría de la tumba para cobrar venganza
sobre todos ellos. Para prevenirlo, Loren descuartizó el cuerpo de Morgon en
cien pedazos y se las dio de comer a sus leones. Sin embargo, en un macabro
desenlace, dos años después esos mismos leones se liberaron y se adentraron
en la Roca, y asesinaron a los hijos del rey, tal como el Rey Encapuchado había
prometido.

Loreon fue el primer Lannister en llamarse a sí mismo Rey de la Roca, un título


que sus hijos, nietos y demás descendientes continuaron llevando por miles de
años, hasta que el Rey Loren I se encontró con Aegon Targaryen y sus hermanas
en el Campo de Fuego.

Sin embargo, antes de aquella terrible derrota, los Reyes de la Roca disfrutaron
de muchas grandes victorias. Cerion Lannister extendió sus dominios hasta el
Colmillo Dorado y sus colinas adyacentes, derrotando a tres reyes menores
cuando estos formaron una alianza contra él. Tommen Lannister, el Primero de
Su Nombre, construyó una gran flota y añadió Isla Bella a su reino, tomando a la
hija del último rey Farman como su esposa. Loreon II organizó los primeros
torneos en las tierras de Occidente, derrotando a cada caballero que montó
contra él. El primer Lancel Lannister (conocido, por supuesto, como Lancel el
León) peleó contra los reyes Gardener de Altojardín y conquistó el Dominio
hasta tan al sur como Roble Viejo antes de morir en batalla. (Su hijo, Loreon III,
perdió todo lo que su padre había conquistado y se ganó el apodo de Loreon el
Blando). El Rey Gerold Lannister, conocido como Gerold el Grande, navegó a las
Islas del Hierro y regresó con cien rehenes de los hijos del hierro, prometiendo
colgarlos de uno en uno por cada vez que los hombres del hierro se atrevieran a
incursionar en sus costas. (Fiel a su palabra, Gerold colgó más de veinte
rehenes). Se dice que Lancel IV decapitó al rey Harrald el Medio-Ahogado de las
Islas de Hierro y a su heredero con un solo golpe de su espada de acero valyrio,
Rugido, en la Batalla de la Punta de Lann. (Moriría después, en la batalla en el
Lago Rojo intentando invadir el Dominio).

Rugido, la espada de acero Valyrio de la Casa Lannister.


La espada Rugido entró en posesión de los reyes Lannister un siglo antes de la
Maldición, y se dice que el peso en oro que pagaron por ella habría sido suficiente
como para comprar un ejército entero. Pero se perdió un siglo después, cuando
Tommen II navegó a la destrozada Valyria con la intención de hacerse con las
riquezas y magias que aún permanecían tras la Maldición. Su gran flota jamás
regresó, y Rugido desapareció de las páginas de la historia.

El último reporte de la desdichada aventura de Tommen se encuentra en una crónica


llamada “La Gloria de Volantis”. Allí se declara que “una flota dorada” que
transportaba al “Rey León” se había quedado allí por suministros, y que los triarcas
lo obsequiaron con regalos. La crónica afirma que Tommen les prometió la mitad de
todo lo que encontrara le pertenecería a los Volantinos. A cambio los triarcas
prometieron enviar su flota para ayudar con lo que hiciera falta. Un año después, la
crónica afirma, que el Triarca Marqelo Tagaros despachó un escuadrón de barcos
hacia Valyria buscando cualquier señal de la flota dorada, pero regresaron con las
manos vacías.

Algunos de los reyes Lannister eran famosos por su sabiduría, otros por su
valor, todos por su generosidad… salvo quizás el Rey Norwin Lannister, mejor
conocido como Norwin el Mezquino. Pero que no haya equivocación: Roca
Casterly también alojó a muchos reyes débiles, crueles, e incapaces. Loreon IV
era conocido como Loreon el Soso, y su nieto Loreon V era apodado la Reina
Lorea, porque le gustaba ponerse los vestidos de su esposa y pasearse por los
muelles de Lannisport disfrazado como una prostituta común. (Después de sus
reinados, el nombre Loreon se volvió menos común entre los príncipes
Lannister.) Un monarca posterior, Tyrion II, fue conocido como el
Atormentador. Aunque era un rey fuerte, afamado por su proeza con su hacha
de guerra, su verdadero deleite era la tortura, y se susurraba que no deseaba a
ninguna mujer a menos que primero la hiciera sangrar.

Los Ándalos llegaron tarde a las tierras de Occidente, mucho tiempo después de
haber tomado posesión del Valle y haber derrotado los reinos de los Primeros
Hombres en las tierras de los ríos. Los primeros caudillos Ándalos que lideraron
un ejército a través de las colinas, encontraron un final sangriento a manos del
Rey Tybolt Lannister (llamado, para variar, el Rayo). El segundo y tercer ataque
resultó de la misma forma, pero a medida que más Ándalos empezaron a
moverse hacia el oeste en grupos grandes y pequeños, el Rey Tyrion III y su hijo
Gerold II presintieron su inminente derrota.

En lugar de intentar expulsar a los invasores de sus tierras, estos prudentes


reyes acordaron matrimonios entre los poderosos caudillos Ándalos con las
hijas de las grandes casas de Occidente. Hombres prudentes, y bien conscientes
de lo que había ocurrido en el Valle, tuvieron la precaución de exigir un precio
por este acuerdo; los hijos e hijas de los señores de los Ándalos, ennoblecidos de
este modo, serian tomados como protegidos y pupilos, para servir como
escuderos, pajes y coperos en Roca Casterly… y como rehenes, si sus padres
intentaban traicionarlos.

Así es como los reyes Lannister convirtieron a sus enemigos en amigos. Todos a
excepción de un puñado de señores Ándalos mantuvieron desconfianza, y
cuando sus hijos llegaron a la adultez, se convirtieron en banderizos leales a los
Reyes de la Roca, ya que habían sido criados entre los Lannister, y “ahora su
sangre corría dorada”, como dijo un amargado padre Ándalo. Muchas casas
nobles nacieron de este modo, entre ellos los Jast, los Lefford, los Parrens, los
Drox, los Marbrand, los Brax, los Serret, los Starfield y los Kyndall.

Los escudos de armas de la Casa Lannister (centro) y de algunas casas


notables, pasadas y presentes: Crakehall, Brax, Clegane, Farman, Lefford,
Reyne, Westerling, Payne, Marbrand, Lydden, Prester, y Tarbeck.

En los tiempos de los Cien Reinos, cuando los reyes menores gobernaban
dominios que no se extendían más lejos de donde un hombre pudiera divisar
desde las murallas de su castillo, y se desataban innumerables batallas
sangrientas, las tierras de Occidente disfrutaron de siglos de relativa paz y
prosperidad bajo los Reyes de la Roca. Los enemigos que amenazaron Occidente
llegaron de fuera.

La línea costera Lannister está más cerca de las Islas del Hierro que cualquier
otro reino, y las riquezas de Lannisport y su comercio fueron una tentación
constante para los saqueadores de aquellas pendencieras islas. Las guerras entre
los hombres de Occidente y los hijos del hierro se desataban en cada generación;
incluso durante los tiempos de paz, los hijos del hierro llegaban para saquear
riquezas y esposas de sal. Isla Bella ayudaba a proteger la costa en el lejano sur;
por esta razón los Farman se hicieron conocidos por su desprecio a los hijos del
hierro.

Finalmente los dominios de los Lannister se extendieron desde la orilla


occidental hasta el nacimiento del Forca Roja y el Ladera, marcados por el paso
bajo el Colmillo Dorado, y desde la orilla sur de la Bahía del Hierro hasta las
fronteras con el Dominio. Las fronteras de las tierras de Occidente hoy en día
siguen siendo aquéllas del Reino de la Roca, como eran antes del Campo de
Fuego, cuando el Rey Loren Lannister (Loren el Último) se arrodilló como un
rey y se alzó como un señor. Pero en el pasado, los límites eran más cambiantes,
particularmente al sur, dónde los Lannister a menudo contendieron contra los
Gardener del Dominio, y al este, dónde guerreaban combatían contra los
múltiples reyes del Tridente.

Las minas de oro y plata de las tierras de Occidente son bastante famosas, ya
que las vetas de los minerales son anchas y profundas y hay minas que han sido
excavadas durante más de mil años y aún no se han vaciado. Según los informes
de Lomas Pasolargo, incluso en el lejano Asshai de la Sombra, hay mercaderes
que le preguntaron si era verdad que el “Señor León” vivía en un palacio de oro
sólido, y que los campesinos cosechaban una fortuna en oro simplemente
arando sus campos. El oro de Occidente ha viajado lejos, y según los maestres
saben, no hay más minas en todo el mundo tan ricas como las de Roca Casterly.

En tiempos antiguos, la riqueza de las tierras de Occidente era igualada por el apetito
del Feudo Franco de Valyria por metales preciosos, no obstante no hay ninguna
evidencia de que los señores dragón alguna vez hicieran contacto con los señores de la
Roca, Casterly o Lannister. El Septón Barth especuló sobre el tema, refiriéndose a un
texto de Valyria que desde entonces se ha perdido, el cual sugiere que los hechiceros de
Feudo Franco predijeron que el oro de Roca Casterly los destruiría. Sin embargo,
Barth usualmente se basaba en profecías y leyendas cuando investigaba los misterios
del pasado, y ahora sabemos que las profecías son, en el mejor de los casos,
ambiguas, y en el peor, falsas. El Archimaestre Perestan propone una teoría distinta y
más plausible, él sugiere que los Valyrios se extendieron hasta Antigua pero allí
sufrieron algún gran revés o tragedia que los obligó a huir de Poniente desde
entonces.
Una vez que Loren el Último dejó su corona, los Lannisters fueron reducidos a
señores. Aunque sus inmensas riquezas permanecieron intactas, no tenían lazos
íntimos con la Casa Targaryen (a diferencia de los Baratheon) y al contrario de
los Tully, eran demasiado orgullosos para pedir un lugar de prominencia bajo el
Trono de Hierro.

No fue sino hasta la siguiente generación, cuando el Príncipe Aegon y la


Princesa Rhaena buscaron refugio del Rey Maegor el Cruel, que los Lannister
una vez más empezaron a dejar una gran marca en el reino. Lord Lyman
Lannister protegió al príncipe y a la princesa bajo su techo, les concedió el
derecho del invitado y se negó a cumplir las demandas del rey de entregarlos.
Pero su señoría tampoco le prestó sus espadas al príncipe y a la princesa
fugitivos, ni se involucró hasta después de que el Príncipe Aegon pereciera a
manos de su tío durante la Batalla del Ojo de Dioses. Sólo cuando Jaehaerys, el
hermano menor de Aegon reclamó el Trono de Hierro, fue que los Lannister
ofrecieron su apoyo.

La muerte del Rey Maegor y la coronación del Rey Jaehaerys movieron a la Casa
Lannister más cerca del Trono de Hierro, aunque los Velaryon, Arryn,
Hightower, Tully y Baratheon seguían eclipsando su influencia. Lord Tymond
Lannister estaba presente en el Gran Concilio de 101DC que decidió la sucesión,
se le recuerda por haber llegado con un gran séquito de trescientos
abanderados, caballeros, y sirvientes… tan sólo para ser superado por Matthos
Tyrell de Altojardín que contaba quinientos en su séquito. Los Lannisters
eligieron el bando del Príncipe Viserys durante las deliberaciones—elección
recordada y premiada algunos años después, cuando Viserys ascendió al Trono
de Hierro y Ser Tyland Lannister, hermano gemelo de Lord Jason Lannister, fue
promovido a Consejero de Barcos. Después, Ser Tyland se volvió Consejero de la
Moneda del Rey Aegon II, y por su asociación personal con el Trono Hierro y su
posición ventajosa en la corte, trajo a su hermano, Lord Jason, al bando de
Aegon durante la Danza de Dragones.

La asociación de los Lannister con el Trono de Hierro demostró ser funesta, ya


que el Kraken Rojo y sus saqueadores cayeron sobre el desprotegido Occidente
mientras Lord Jason marchaba hacia el este a petición del Rey Aegon II. Los
aliados de la Princesa Rhaenyra enfrentaron a su ejército en el cruce del Forca
Rojo, donde Lord Jason cayó en batalla, mortalmente herido por el anciano
escudero Pate de Hojalarga (armado caballero tras la batalla, este guerrero de
baja cuna sería conocido como el Mataleones por el resto de sus días). El ejército
Lannister continuó marchando, obteniendo victorias bajo el mando de Ser
Adrian Tarbeck, y luego de Lord Lefford, tan sólo para caer a miles en el
Alimento de Peces, atrapados entre tres ejércitos.

Entretanto, Ser Tyland Lannister cayó prisionero después de que la reina


Rhaenyra se apoderó de Desembarco del Rey. Aunque fue cruelmente torturado
para obligarle a revelar donde había ocultado el oro de la corona, Ser Tyland se
negó a hablar. Cuando Aegon II y sus leales recuperaron la ciudad, él fue
encontrado ciego, mutilado, y castrado. Pero su mente permanecía intacta, y el
Rey Aegon lo retuvo como Consejero de la Moneda. En los últimos días de su
regencia, Aegon II incluso envió a Ser Tyland a las Ciudades Libres a contratar
mercenarios para apoyar su causa contra el hijo de Rhaenyra, el futuro Aegon
III, y sus partidarios.

La lucha llegó a su fin con la regencia del nuevo rey, Aegon III, quien no tenía
más que once años de edad cuando ascendió al Trono de Hierro. Esperando
remendar las profundas heridas ocasionadas por la Danza, se designaron
regentes de ambos lados del conflicto, y Ser Tyland Lannister fue nombrado
Mano del Rey. Quizás aquéllos que habían sido sus enemigos lo juzgaron como
un pobre ciego, muy débil para representar una amenaza, pero Ser Tyland sirvió
hábilmente por buena parte de dos años, antes de morir de Fiebre Invernal en el
133DC.

Mientras tanto, en las tierras de Occidente, la viuda de Lord Jason, Lady


Johanna, actuaba como regente de su joven hijo, usando cota de mallas para
expulsar al Kraken Rojo de sus costas, y luego haciendo muchísimo más para
reclamar la gloria Lannister y ganar el favor de la corona, prestando oro para la
restauración de Desembarco del Rey.

En los años siguientes, los Lannister lucharon junto a los Targaryen contra
Daemon Fuegoscuro, aunque los rebeldes del Dragón Negro obtuvieron
victorias notables en las tierras de Occidente—especialmente en Lannisport y el
Colmillo Dorado, donde Ser Quentyn Ball, el impetuoso caballero conocido
como Bola de Fuego, asesinó a Lord Lefford y consiguió poner en retirada a
Lord Damon Lannister (después conocido como el León Gris).

Tras la muerte del León Gris en el 210DC, su hijo Tybolt lo sucedió como Lord
de Roca Casterly, tan sólo para fallecer dos años después bajo circunstancias
sospechosas. El joven Lord Tybolt no dejó ningún heredero, salvo una hija,
Cerelle, de tres años de edad, cuyo reinado como Señora de Roca Casterly fue
cruelmente breve. En menos de un año, ella también había fallecido, después de
lo cual la Roca y las tierras de Occidente y toda la riqueza y poder de la Casa
Lannister pasaron a su tío, Gerold, el hermano menor del fallecido Lord Tybolt.

Un hombre brillante, conocido por ser extremadamente listo, Gerold había


servido como regente de su joven sobrina, pero su repentino fallecimiento a una
edad tan tierna generó muchos rumores que decían que Lady Cerelle había sido
asesinada por su tío. La versión más popular afirma que Gerold lo hizo con sus
propias manos, ahogándola con una almohada mientras dormía.

Gerold Lannister pronto demostró ser un señor excepcionalmente hábil, capaz,


y considerado, incrementando enormemente la riqueza de la Casa Lannister, el
poder de Roca Casterly, y el comercio en Lannisport. Él gobernó las tierras de
Occidente durante treinta y un años, ganándose el sobrenombre de Gerold el
Dorado, pero pese a todos sus logros, ciertos señores y muchos pobladores no
guardaban ningún aprecio por él, creyéndolo responsable por la muerte de su
sobrina (y, algunos dicen, también de su hermano Tybolt).

Nadie puede afirmar con certeza si había alguna verdad en estos rumores, pero
las tragedias que ocurrieron en años posteriores en la Casa Lannister fueron
prueba suficiente para los enemigos de Lord Gerold... ya que aquel que asesina a
su propia sangre está maldito a ojos de dioses y hombres, y los pecados de los
padres usualmente recaen en los hijos.

Y así fue con Gerold el Dorado, quien perdió tanto a su querida segunda esposa
y sus esplendidos hijos gemelos en menos de una década. Lady Rohanne
desapareció bajo circunstancias misteriosas en el 230DC, menos de un año
después de dar a luz a Jason, el cuarto y más joven hijo de su señoría. Tywald, el
mayor de los gemelos, falleció en batalla en el 233DC mientras servía como
escudero de Lord Robert Reyne de Castamere durante la Insurrección de Peake.
Atravesado por una lanza mientras escalaba las destrozadas puertas de Starpike,
Tywald falleció en brazos de su hermano gemelo Tion, quien servía como
escudero del Príncipe Aegon Targaryen, el hijo menor del Rey Maekar. Se dice
que el príncipe cumplió la última petición de Tywald, y lo armó caballero
mientras fallecía.

El propio Rey Maekar había fallecido una hora antes, su casco coronado
destrozado por una roca lanzada de las murallas mientras dirigía el ataque en
las puertas principales de Starpike. Entre los que fallecieron aquel fatídico día
también se encontraba Lord Robert Reyne. Ser Roger Reyne (el León Rojo), su
hijo mayor y heredero, tomó una sangrienta venganza tras la batalla, asesinando
a siete Peakes capturados antes de que el Príncipe Aegon llegara para detener la
masacre.

El caos causado con la muerte del Rey Maekar I durante el Asalto de Starpike ha
sido extensamente recopilado, así que no necesitamos tratarlo aquí. Basta con
decir que el asunto de la sucesión fue tan enredado que la Mano del Rey, Lord
Brynden (Cuervo de Sangre) Ríos convocó un Gran Consejo para resolver el
problema. Los nobles reunidos, influidos enormemente por la elocuencia (y,
algunos dicen, el oro) de Lord Gerold el Dorado, finalmente decidieron
concederle el Trono de Hierro al Príncipe Aegon, quien gobernaría los Siete
Reinos por los siguientes veintiséis años como Rey Aegon V (el Improbable).

Mucho menos conocidos, pero no menos funestos, fueron los terribles efectos
que la batalla dejó en la historia de Occidente. Tywald Lannister había estado
comprometido hacía mucho tiempo con la sagaz hermana menor del León Rojo,
Lady Ellyn. Esta doncella de fuerte temperamento, quien durante años pensó en
convertirse en la Señora de Roca Casterly, se vio obligada a abandonar aquel
sueño. Como consecuencia de la muerte de su prometido, persuadió a su
hermano gemelo, Tion, para que anulara su propio compromiso con una hija de
Lord Rowan de Sotodeoro y la desposara a ella.

Se dice que Lord Gerold se opuso a este matrimonio, e hizo lo que pudo para
prohibirlo, pero la pena, la edad y la enfermedad habían debilitado
enormemente su temple, y al final dio su consentimiento, cuando su hijo Tion
reveló que su hermano, con su último aliento, le había pedido que “cuidara de
Lady Ellyn”. En el 235DC, en una boda doble en Roca Casterly, Ser Tion
Lannister tomó a Ellyn Reyne por esposa, mientras que Tytos, su hermano
menor, se casó con Jeyne Marbrand, una hija de Lord Alyn Marbrand de
Marcaceniza.

Dos veces viudo, y convaleciente, Lord Gerold no se volvió a casar, por lo que
después de su matrimonio con Tion, Ellyn de la Casa Reyne se convirtió en la
Señora de Roca Casterly en todo menos en nombre.

Mientras su suegro se retiraba a sus libros y su alcoba, Lady Ellyn presidia una
corte espléndida, organizando una serie de magníficos torneos y bailes, y
llenando la Roca de artistas, titiriteros, músicos… y Reynes. Sus hermanos
Roger y Reynard siempre estaban a su lado, y los cargos, honores, y tierras
llovieron sobre ellos, y sobre sus tíos, primos, y sobrinos y sobrinas también.

El envejecido bufón de Lord Gerold, un jorobado mordaz llamado Señor Sapo,


solía decir “Lady Ellyn de seguro es una hechicera, ya que hizo que llueva (del
inglés RAIN, leído como “reyn”) dentro de la Roca durante todo el año.” Es el
privilegio de un bufón hacer burla de los poderosos, incluso señores y príncipes.
Pero Ellyn Reyne era orgullosa y fácilmente irritable y cuando la broma llegó a
sus oídos, ordenó que Señor Sapor sea azotado. Y así sucedió, pues Lord Gerold
estaba demasiado enfermo para intervenir, y su heredero, Ser Tion, amaba tanto
a su señora que no le negaba nada.

Sin embargo, en el 236DC, el pretendiente al trono Daemon Fuegoscuro,


Tercero de Su Nombre, cruzó el Mar Angosto y aterrizó en el Garfio de Massey
con Aceroamargo y la Compañía Dorada, intentando tomar el Trono de Hierro.
El Rey Aegon V convocó a los señores leales de todos los Siete Reinos para
enfrentarlo, y la Cuarta Rebelión Fuegoscuro empezó.

Acabó mucho más rápidamente de lo que el pretendiente podría haber deseado,


ya que muy pocos señores se unieron a su causa; para la mayoría, la causa
Fuegoscuro parecía tan raída y andrajosa como sus estandartes. La rebelión
llegó a un abrupto y sangriento final en la Batalla del Puente Rodeo, cuando una
carga de los caballeros del rey rompió la formación de la Compañía dorada y
puso a Aceroamargo en retirada, y Ser Duncan el Alto de la Guardia Real
asesinó a Daemon III Fuegoscuro.

Después, los cadáveres de los seguidores del Dragón Negro reprimieron el río
Rodeo inundando sus orillas. Los realistas perdieron menos de cien hombres…
pero entre los pocos hombres leales se hallaba Ser Tion Lannister, el heredero
de Roca Casterly.
Lady Ellyn Reyne y Lady Jeyne Marbrand en la corte de Lord Gerold Lannister.

Era de esperar que la pérdida del segundo de sus “gemelos gloriosos”


destrozaría a su afligido padre, Lord Gerold. Pero curiosamente, pareció ser lo
contrario. Cuando el cuerpo de Ser Tion descansó dentro de Roca Casterly,
Gerold el Dorado se despertó, y tomó una vez más firme control de las tierras de
Occidente, e intentó hacer todo lo posible para preparar a su tercer hijo, el débil
de carácter y poco prometedor, joven Tytos, para que le sucediera.

El “Reinado de los Reynes” llegaba a su fin, declaró Señor Sapo el jorobado.


Lady Ellyn hizo un intento final por mantenerse en su posición, declarando que
estaba esperando un hijo de Ser Tion, pero cuando las lunas pasaron y su
barriga permaneció igual de plana, se la consideró una mentirosa. Se dice que
Señor Sapo se mostró inclemente en sus burlas, para enojo del León Rojo, quien
pronto partió de Roca Casterly de regreso a Castamere, acompañado por sus
hermanos y muchos otros Reynes.

Lady Ellyn se quedó, pero su influencia desapareció. Ya no se le permitía hacer


uso del oro Lannister, ni era invitada a los consejos, ni era incluida en las
decisiones y deliberaciones, y aunque Lord Gerold le permitía asistir a la corte,
no tenía permitido participar. Los caballeros ya no le pedían su venia en los
torneos, los joyeros y las costureras ya no la colmaban con regalos esperando su
patrocinio, los peticionarios ya no le pedían que intercediera por ellos en la
corte. Y los bardos que alguna vez compitieron entre ellos cantando sobre su
rostro y figura ahora cantaban para Jeyne, la joven esposa de Lord Tytos, ya que
aquella solemne, tímida y sencilla muchacha se había convertido en una
hermosa dama.
La rivalidad entre la viuda de Ser Tion y la esposa de Tytos se hizo
verdaderamente horrible, si nos fiamos de los rumores registrados por el
Maestre Beldon. Aunque Lord Gerold prohibió que se hablara del incidente, a
pena de perder la lengua, Beldon nos dice que en el 239DC, Ellyn Reyne fue
acusada de acostarse con Tytos Lannister, mientras que le instaba repudiar a su
esposa y en cambio casarse con ella. Sin embargo, el joven Tytos (entonces de
diecinueve) encontró a la viuda de su hermano tan intimidante, que fue incapaz
de actuar. Humillado, corrió hacia su esposa para confesarse y pedir su perdón.

Lady Jeyne estaba dispuesta a perdonar a su joven esposo por su infidelidad,


pero se mostró menos indulgente con su cuñada, y no dudó en informar a Lord
Gerold del incidente. Furioso, su señoría decidió liberar a Roca Casterly de la
presencia de Ellyn Reyne de una vez por todas al buscarle un nuevo marido. Los
cuervos volaron, y se concretó un apresurado compromiso. Una quincena
después, Ellyn Reyne estaba casándose con Walderan Tarbeck, Lord de Torre
Tarbeck, un viudo de cincuenta y cinco años, de una casa antigua y honorable,
pero empobrecida. “Una morsa de hombre”, le llamaba Señor Sapo. “Si la grasa
fuera cerebro, podría ser el hombre más sabio de todo Occidente.”

Ellyn Reyne, ahora Lady Tarbeck, partió de Roca Casterly con su marido, para
nunca volver, pero la rivalidad entre ella y Lady Jeyne no había acabado. Por el
contrario, parecía intensificarse. El Señor Sapo la llamó “la Guerra de los
Vientres”. Aunque Lady Ellyn no había podido darle un heredero a Ser Tion,
demostró ser más fértil con Walderan Tarbeck (quién, debe notarse, tenía varios
hijos mayores de sus dos primeros matrimonios). En el 240DC le dio una hija, a
quien llamó Rohanne. En el 241DC otra hija, Cerelle. Ambos nombres fueron
elegidos de forma cuidadosa, nos dice el Maestre Beldon. “Dagas que apuntaban
al corazón de Lord Gerold,” les llamaba. En el 242DC, Lady Tarbeck tuvo un
hijo, un vigoroso bebe pelirrojo al cual llamó Tion.

No obstante, ese mismo año, Lady Jeyne respondió con su propio hijo. Este fue
llamado Tywin, y la leyenda afirma que cuando su abuelo Lord Gerold acarició
el cabello dorado del bebé, el niño mordió su dedo.

Con el tiempo, tuvo más niños (otros tres hijos y una hija), pero Tywin, el
mayor, fue el único nieto que su señoría llegó a conocer. En el 244DC, Gerold el
Dorado murió por problemas de vejiga, incapaz de orinar. A la edad de
veinticuatro, Tytos Lannister, su hijo sobreviviente mayor, se convirtió en Lord
de Roca Casterly, Escudo de Lannisport, y Guardián de Occidente. Todos títulos
de los que fue evidentemente impropio.

Lord Tytos Lannister tenía muchas virtudes. Era un hombre jovial, de buen
corazón y amable, un compañero divertido en un festín, fiel a su señora esposa e
indulgente con sus hijos. No se enojaba fácilmente y dispuesto a conceder
perdones, veía lo bueno de cada hombre, grande o pequeño, y también era
bastante confiado. Sin embargo, a diferencia de sus hermanos, no era ningún
guerrero. Había sido escudero en su juventud, pero nunca se convirtió en
caballero, y aunque amaba los torneos, siempre asistía como espectador, no
como participante. Un muchacho regordete se convirtió en un hombre gordo, ya
que amaba el queso, los pasteles y la cerveza. El jorobado Señor Sapo lo
apodaba “el León Sonriente”, por su actitud jovial, y por un tiempo el Occidente
se rió junto a él… pero poco después, se volvió aparente que algunos de los
grandes señores y caballeros nobles, en cambio, empezaron a reírse de él.

En relación con los importantes asuntos de estado, Lord Tytos demostró su falta
de voluntad e indecisión, pasando de un curso de acción a otro, como una hoja
en el viento. No le agradaba la guerra, y se reía de los insultos que habrían hecho
que la mayoría de sus antepasados cogieran sus espadas. “Las palabras son
viento” solía decir, incluso cuando se burlaban en su cara (ya que, en realidad,
había sido blanco de burlas desde su niñez). Consideraba las traiciones como
malentendidos, y perdonaba cualquier insolencia siempre y cuando le pidieran
perdón.

“Mi señor padre habría sido un espléndido posadero”, dijo Gerion Lannister, el
menor de los cuatro hijos de Lord Tytos, varios años después “pero incluso el
viejo Señor Sapo sería un mejor señor.”

Y no se equivocó. La Casa Lannister alcanzó su punto más bajo durante los años
en que el León Sonriente presidió la corte de Roca Casterly.

Los señores de Occidente conocían a Tytos Lannister desde que había nacido.
Unos pocos hicieron lo que pudieron para apoyarlo, ofreciéndole sabio consejo,
y sus espadas cuando era necesario. El primero entre estos era Lord Denys
Marbrand, el padre de Lord Jeyne, quien se convirtió en el pilar de fuerza para
su hija y su señor esposo.

Otros vieron en su debilidad una oportunidad para hacerse con poder, riqueza, y
tierras. Algunos pidieron grandes préstamos a Roca Casterly, y luego se negaron
a pagar las deudas. Cuando se corrió palabra de que Lord Tytos estaba dispuesto
a extender tales deudas e incluso perdonarlas, los comerciantes comunes de
Lannisport y Kayce también empezaron a rogar por préstamos. Los decretos de
Lord Tytos fueron ignorados completamente, cada vez que sus señores les
encontraban fallas… y lo hicieron cada vez que esos edictos interferían con sus
propios derechos y poderes. Se extendió la corrupción, a medida que los cargos
y honores eran comprados y vendidos, y los impuestos, deberes y gravámenes
hacia Roca Casterly empezaron a extraviarse. En las aguas costeras aparecieron
piratas de los Peldaños de Piedra que atacaban a los mercaderes que entraban y
salían de Lannisport, y los saqueadores de las Islas del Hierro arrasaron la
costa, cargando tesoros y mujeres. Lord Tytos no hizo más que enviar cuervos a
Lord Quellon Greyjoy en Pyke, demandando que los hijos del hierro desistieran.

En los banquetes y bailes, los invitados se sentían libres de burlarse de su


señoría, incluso en su cara. "Retorcer la cola del león", le decían, y los caballeros
jóvenes e incluso escuderos competían entre sí para ver quién podía retorcer la
cola del león con más fuerza. Nadie se reía más fuerte con estas bromas que el
propio Lord Tytos. “Tan sólo es un poco de diversión,” le decía a su señora
esposa cuando esta se enojaba por los insultos. “Es un buen hombre, estoy
seguro que lo dijo sin mala intención.”
El Maestre Beldon, en una de sus cartas a la Ciudadela, escribió, “Su señoría
sólo quiere ser amado. Así que se ríe, y no se ofende, y perdona, y entrega
honores, cargos y regalos lujosos a aquellos que se burlan de él y lo desafían,
pensando ganar su lealtad de esta forma. Pero mientras más se ríe y más
entrega, más lo desprecian.”

El maestre no fue el único hombre en Roca Casterly en notar lo que sucedía. La


esposa de su señoría, Lady Jeyne, también podía notarlo, así como su padre.
Una y otra vez urgieron a Lord Tytos para que actuara con firmeza, y el
prometía hacerlo… tan sólo para volver a retractarse, perdonar, y procrastinar
una vez más. Cuando le pedían perdón, él lo concedía, sin importar el crimen.
Cuando lo amenazaban, se rendía, u ofrecía algún endeble compromiso.

La creciente falta de respeto mostrada hacia la Casa Lannister pronto se


convirtió en fuente constante de conflictos entre Tytos y su hermano Jason,
nueve años menor. Un muchacho fiero, que se había convertido en un joven
orgulloso y problemático con un temperamento feroz. Aunque solía mostrar
abiertamente su desdén por su hermano mayor, no tardaba en enojarse cuando
otros menospreciaban a Lord Tytos. A los catorce, dejó embarazada a una
sirvienta de Roca Casterly, y tuvo su primera hija bastarda. A los quince,
desfloró a la hija doncella de Lord Stackspear, dejándola embarazada también.
Lord Tytos, en una extraña muestra de firmeza, insistió en que su hermano se
casara con la muchacha (la mayoría cree que esto fue arreglado por orden de su
esposa, Lady Jeyne) tan sólo para que la pobre muchacha falleciera en el parto.
Angustiado por evitar más escándalos y más bastardos, su señoría y Lady Jeyne
le permitieron a Jason tan sólo una quincena de luto, y luego le arreglaron otro
matrimonio, esta vez con Marla, la hija de Lord Prester. Aunque doblaba la edad
de su nuevo señor esposo, en los años siguientes ella le dio tres hijas legítimas y
un hijo legítimo. E incluso el Maestre Beldon confeso su alivió cuando Jason
Lannister partió de la Roca para vivir con su señora esposa en Las Hogueras.

Mientras el poder de la Casa Lannister menguaba, otras casas se hicieron más


fuertes, más desafiantes, y más indisciplinadas. Lord Farman de Isla Bella
empezó a construir una flota de navíos de guerra para defender sus costas
contra los hombres del hierro, desafiando a Lord Tytos, quien no deseaba
ofender a los Greyjoy de Pyke. Tres caballeros hacendados y un señor menor
cuyas tierras se ubicaban en el límite entre Occidente y el Dominio, le juraron
lealtad a la Casa Tyrell, declarando que Altojardín les ofrecía mejor protección
que Roca Casterly. Los Señores Jast y Falwell, envueltos en un pleito privado,
decidieron definir el asunto en un enfrentamiento en vez de buscar el fallo en las
Fauces del León. Nueve hombres fueron asesinados, veintisiete mutilados y
heridos, e incluso así el enfrentamiento continuó. Lord Stackspear duplicó los
impuestos de sus pobladores, aunque Lord Tytos se lo prohibió, y además
contrató una compañía de mercenarios Volantinos para hacer cumplir sus
onerosas exacciones.

Para el 254DC, incluso los señores de más allá de las fronteras de Occidente se
habían enterado de que el león de Roca Casterly ya no era más una bestia
temible. Más tarde ese año Lord Tytos consintió en casar a su hija de siete años,
Genna, con uno de los hijos menores de Walder Frey, Señor del Cruce. “Parece
un buen hombre,” dijo débilmente su señoría, cuando su esposa llegó llorando
buscando una explicación para el matrimonio de su única hija con una casa con
mucho menos poder y prestigio que los Lannister, “y el me lo pidió
amablemente.” Incluso cuando su hijo mayor denunció el compromiso en
términos mordaces, Lord Tytos no cedió, insistiendo en que no rompería su
palabra, aunque varios de los presentes afirman que se sonrojó con vergüenza.
Tywin Lannister no tenía más de doce años de edad, pero incluso entonces los
hombres notaron que este intrépido muchacho con voluntad de hierro era
bastante maduro para su edad, y en nada parecido a su padre.

No mucho después, se rumoreaba en Roca Casterly que se escuchó al muchacho


y a su padre gritándose el uno al otro en las estancias de Lord Tytos. Algunos
afirman que Tywin incluso golpeó a su padre, aunque nunca se demostró que
esto fuera cierto. Pero en menos de una quincena, Lord Tytos despachó a su
heredero a Desembarco del Rey, para servir como copero en la corte del Rey
Aegon. El segundo hijo de su señoría, Kevan, también fue enviado lejos, para
servir como paje y luego escudero del Señor de Castamere.

Antiguos, ricos, y poderosos, los Reynes habían prosperado considerablemente


con la negligencia de Lord Tytos. Roger Reyne, el León Rojo, era temido por su
habilidad con las armas; muchos lo consideraron la espada más mortal en las
tierras de Occidente. Su hermano, Ser Reynard, era tan encantador y astuto
como Ser Roger era veloz y fuerte.

Y mientras los Reynes se elevaban, también lo hacían sus aliados, los Tarbeck de
Torre Tarbeck. Después de siglos de lento declive, esta Casa pobre pero antigua
había empezado a florecer, principalmente gracias a la nueva Lady Tarbeck,
previamente Ellyn Reyne, quien hasta hace poco había sido la Señora de Roca
Casterly en todo menos en nombre.

Aunque seguía siendo no-bienvenida en la Roca, Lady Ellyn había ideado una
forma de extraer grandes sumas de oro de la Casa Lannister a través de sus
hermanos, ya que a Lord Tytos se le hizo difícil negarse al León Rojo. Con esos
fondos ella restauró la ruina destrozada que era Torre Tarbeck, reconstruyendo
sus murallas, fortaleciendo sus torres, y amueblando su interior con un
esplendor que podría rivalizar con cualquier otro castillo de Occidente. A su
pedido, Lord Tarbeck expandió sus dominios comprando las tierras de señores
menores y caballeros hacendados de los alrededores… y tomando por la fuerza
las propiedades de aquellos que se negaban a vender.

Algunos de estos desposeídos fueron a Roca Casterly exigiendo justicia, pero


Lord Tytos hizo caso omiso de sus quejas, o se negó a recibirlos. Mientras tanto,
Lord y Lady Tarbeck construyeron caminos, septos y fuertes, y trajeron más
caballeros, arqueros, y hombres armados bajo su servicio. Walderan Tarbeck
había tenido veinte caballeros hacendados antes de su matrimonio con Ellyn
Reyne; para el 255DC, aquel número se había inflado hasta los quinientos.
Estrechamente ligados por uniones de sangre o matrimonio, los Reynes de
Castamere y los Tarbeck de Torre Tarbeck pronto constituyeron la mayor
amenaza al poderío Lannister en Occidente desde que Lann el Astuto expulsó a
los Casterly de Roca Casterly.
Lord Tytos Lannister y su heredero, Ser Tywin.
En el 255DC, Lord Tytos celebró el nacimiento de su cuarto hijo en Roca
Casterly, pero su alegría pronto se convirtió en pena. Su amada esposa, Lady
Jeyne, nunca se recuperó del parto, y murió un cambio de luna después del
nacimiento de Gerion Lannister. Su pérdida destrozó a su señoría. Desde aquel
día, nadie volvió a llamarlo el León Sonriente.

Y más penas le esperaban, ya que tres caballeros hacendados que habían


perdido sus tierras ante Lord y Lady Tarbeck viajaron a Desembarco del Rey,
para presentar sus reclamos ante el Rey Aegon V. Esta escrito que Su Gracia se
enojó bastante, y envió un mensaje a Roca Casterly, ordenándole a Lord Tytos
arreglar el asunto inmediatamente, “antes de que nos veamos forzados a hacerlo
nosotros mismos”

Impulsado por la orden real, su señoría envió a su afligido suegro, Lord Denys
Marbrand, para que cabalgue al frente de un ejército hasta Torre Tarbeck y le
traiga a Lord y Lady Tarbeck a Roca Casterly, para que respondan por sus
crímenes. “Dulces palabras,” se dice que respondió el anciano guerrero tras oír
sus órdenes, “y mucho tiempo he anhelado que su señoría las pronuncie.”

El resultado fue menos dulce. Los Tarbeck habían hecho amigos dentro de Roca
Casterly, y sabían de la llegada de Lord Marbrand incluso antes de que iniciara
la marcha. Lord Tytos le había ordenado a su suegro que evitará involucrar a los
Reynes “ya que no tenemos ningún problema con Castamere,” pero eso no
detuvo a Lady Tarbeck de llamar a sus hermanos. Denys Marbrand y sus
caballeros aún estaban a dos días de marcha de Torre Tarbeck cuando el León
Rojo cayó sobre su campamento en medio de la noche, asesinando a cientos,
entre ellos al propio viejo Marbrand. Cuando la noticia llegó a Roca Casterly,
todos gritaban clamando por guerra, y el Maestre Beldon nos dice que Lord
Tytos “se puso tan púrpura como una ciruela, y fue incapaz de hablar por la ira.”

Pero incluso antes de que pudieran convocar a sus vasallos, Ser Reynard Reyne
apareció en la corte con su sonrisa fácil y lengua suelta, para rendir homenaje
ante las Fauces del León. La muerte de Lord Marbrand había sido un “trágico
malentendido,” dijo Ser Reynard; su hermano creyó que estaba atacando a una
banda de caballeros forajidos y bandidos. Ofreció sinceras disculpas y un precio
de sangre para la Casa Marbrand… ante lo cual Tytos Lannister perdonó al León
Rojo y a los hombres que cabalgaron junto a él, y en gran medida, absolvió a
Lord y Lady Tarbeck también, “ya que Lord Walderan nos ha escrito, abjurando
sus anteriores crímenes, y declarando que a partir de ahora se mantendría como
un leal vasallo y sirviente.”

(El Archimaestre Perestan ha sugerido que Lord Tytos pudo perdonó a Lord
Reyne y a sus hombres porque su hijo, Kevan, estaba con ellos. Podría ser
verdad; sabemos con certeza que Kevan Lannister estaba al servicio de
Castamere en ese entonces.)
Los años siguientes fueron los más tristes en la larga historia de las tierras de
Occidente. Incluso esas casas que hasta ese momento se habían mantenido
leales a Roca Casterly ahora actuaban a su conveniencia, ya que Lord Tytos
había mostrado ser reacio e incapaz de ejercer justicia, o de castigar a los
malhechores, incluso a aquellos que habían asesinado a sus propios hombres.
Una veintena de guerras internas se desataron a lo largo de Occidente, mientras
señores rivales peleaban por tierras, oro, y poder. Forajidos, hombres rotos, y
caballeros bandidos se convirtieron en una plaga. Quellon Greyjoy y sus
hombres del hierro destrozaron la flota de Lord Farman y saquearon Isla Bella,
los septones y hermanos mendicantes empezaron a predicar abiertamente en
contra de la Casa Lannister y del “Señor Negligente,” y mientras tanto los Reyne
y Tarbeck se hicieron más ricos y poderosos.

Las condiciones en Occidente se tornaron tan aciagas que el Trono de Hierro se


vio en la necesidad de intervenir. Tres veces el Rey Aegon V envió a sus
caballeros para restaurar el orden en las tierras de Occidente, pero los conflictos
se iniciaban una vez más, tan pronto como los hombres del rey se retiraban.
Cuando Su Gracia pereció en la tragedia de Refugio Estival en el 259DC, las
condiciones en Occidente se deterioraron aún más, ya que el nuevo rey,
Jaehaerys II Targaryen, carecía de la fuerza de voluntad de su padre, y además
pronto se vio inmerso en la Guerra de los Reyes de Nuevepeniques.

Mil caballeros y diez mil hombres armados marcharon desde las tierras de
Occidente a la llamada del rey, pero Lord Tytos no estaba entre ellos. Al
hermano de su señoría se le dio el mando en su lugar, pero en el 260DC Ser
Jason Lannister murió en Piedra Sangrienta. (Después se diría que fue
asesinado por el mismísimo Maelys el Monstruoso, pero los registros actuales
no dan prueba de ello; fue una enfermedad de los intestinos lo que llevó a Ser
Jason a su tumba, no el hacha de un enemigo). Tras su muerte, Ser Roger Reyne
tomó el mando de los hombres de Occidente restantes y los lideró en varias
notables victorias. Para el final de guerra, el León Rojo se contaba entre los
héroes del enfrentamiento.

No obstante, los tres hijos mayores de Lord Tytos también se distinguieron en


los Peldaños de Piedra. Armado caballero casi al final del conflicto, Ser Tywin
Lannister luchó en el séquito del joven heredero del rey, Aerys, Príncipe de
Rocadragón, y tuvo el honor de armarlo caballero al final de la guerra. Kevan
Lannister, escudero del León Rojo, también ganó sus espuelas, y fue armado
caballero por el propio Roger Reyne. Su hermano Tygett, un escudero de diez,
era demasiado joven para la caballería, pero su valor y habilidad con las armas
fue comentado por todos, ya que acabó con un hombre mayor en su primera
batalla y con tres más en las luchas posteriores, uno de ellos era un caballero de
la Compañía Dorada. “Aquellos que contemplaron a estos jóvenes leones
orgullosos en el campo de batalla se preguntaron cómo tales pudieron haber
salido de las entrañas del idiota tembleque de debajo de la Roca,” escribió el
Gran Maestre Pycelle en sus “Observaciones Sobre los Recientes
Derramamientos de Sangre en los Peldaños de Piedra”.
Sus fuertes palabras no estuvieron injustificadas, ya que mientras sus cachorros
peleaban en los Peldaños de Piedra, Tytos Lannister permanecía en Roca
Casterly, en compañía de cierta joven mujer de baja cuna que había atrapado su
atención mientras servía como nodriza de su hijo menor. Con la mayoría de los
grandes señores lejos en la guerra por la mayor parte de dos años, el gobernante
de las tierras de Occidente en todo menos nombre era el señor que se había
quedado en casa, Walderan Tarbeck, quien a su vez era gobernado por su
esposa, Lady Ellyn.

El retorno de los hijos de Lord Tytos le puso un abrupto final a aquello.


Endurecidos por la batalla, y demasiado conscientes de la baja consideración
que los otros señores del reino mantenían de su padre, Ser Tywin Lannister
decidió en seguida restaurar el orgullo y poder de Roca Casterly. Su padre
protestó, pero lánguidamente, nos dicen, y luego se retiró de regreso a los
brazos de su nodriza, mientras su heredero asumía el mando.

Ser Tywin empezó exigiendo el reembolso de todo el oro que había prestado
Lord Tytos. A aquellos que no podrían pagar se les exigió enviar rehenes a Roca
Casterly. Todos aquellos señores que habían participado en guerrillas internas
en la década anterior fueron convocados a la corte, para que sus disputas sean
juzgadas por su señor feudal. Quinientos caballeros, veteranos experimentados
de los Peldaños de Piedra, formaron una nueva compañía bajo el mando de Ser
Kevan, el hermano de Ser Tywin, y se les encargó limpiar Occidente de los
caballeros bandidos y forajidos, y “asistir en la recolección de las deudas no
pagadas pertenecientes a su señoría, mi padre.” Lo que es más, a los señores de
Occidente se les ordenó alimentar y dar refugio a los “recolectores” de Ser Kevan
a medida que viajaban de castillo en castillo.

Algunos se apresuraron a obedecer. “El león ha despertado,” dijo Ser Harys


Swyft, el Caballero de Maizal, cuando los recolectores llegaron a las puertas de
su castillo. Incapaz de pagar su deuda, en cambio le entregó a Ser Kevan a su
propia hija como rehén para reembolsar su deuda. Pero en otras partes, los
recolectores fueron recibidos con resistencia y directo desafío. Según se reporta,
Lord Reyne se rió a carcajadas cuando su maestre leyó los edictos de Ser Tywin,
y aconsejó a sus amigos y vasallos no hacer nada. “El cachorro pronto se cansará
de perseguir su propia cola,” dijo… aunque también se puso a fortalecer las
defensas de Castamere.

Lord Walderan Tarbeck, imprudentemente, eligió un curso distinto. Montó a


Roca Casterly para protestar, seguro de su habilidad para engatusar a Lord
Tytos y obligarle a rescindir los edictos de su hijo. “Tendré al gordo idiota
cagándose en los pantalones y al niño amarrado y con bozal antes de
despedirme de ellos,” le dijo a su señora esposa mientras se marchaba de Torre
Tarbeck.

Sin embargo, en Roca Casterly, a Lord Tarbeck se le negó audiencia con Lord
Tytos, y en cambio se encontró encarando a su hijo. Ser Tywin le permitió
fanfarronear, amenazar y hacer sus reclamos, luego lo arrojó a un calabozo
“hasta el momento en que renuncies a las tierras que habéis robado, y paguéis
cada granito de oro que mi señor padre os prestó.”
Con Lord Walderan encadenado, Tywin Lannister sin duda esperaba que los
Tarbeck se rindieran. Lady Tarbeck no tardó en desengañarlo. En cambio, esa
temible mujer, envió a sus propios caballeros y capturó a tres Lannister (junto a
dos hijos de Lord Prester, y media docena de muchachas que los habían
acompañado a los bosques de La Hoguera para divertirse). Dos de los cautivos
eran Lannisters de Lannisport, parientes distantes de los Lannisters de Roca
Casterly, pero el tercero era el joven escudero, Stafford Lannister, el hijo mayor
y heredero de Ser Jason, el fallecido hermano de Lord Tytos. “Envía de regreso a
mi señor y esposo, o estos tres responderán por cualquier daño que le hayáis
hecho,” escribió Lady Ellyn a Roca Casterly. Más sabia que su señor, ella no
entregó el mensaje en persona.

La crisis resultante alejó a Lord Tytos de su nodriza el tiempo suficiente para


desautorizar a su tenaz heredero. Ser Tywin apremió a su padre para que
respondiera al pedido de Lady Tarbeck enviando a Lord Walderan en tres
piezas, una sugerencia que dejó atónito a Lord Tytos. “Lady Ellyn tiene la vida
de mi sobrino en sus manos,” le dijo a su hijo. Con lo cual su señoría no sólo
ordenó que liberaran a Lord Tarbeck ileso, sino que incluso se disculpó con él, y
perdonó todas sus deudas.

Para resguardar el intercambio de rehenes, Lord Tytos recurrió al hermano


menor de Lady Tarbeck, Ser Reynard Reyne, quien estaba encantado de
complacerlo. El formidable asentamiento del León Rojo en Castamere fue
escogido para efectuar el encuentro. Ser Tywin se negó a asistir, así que fue Ser
Kevan quien devolvió a Lord Walderan, mientras que Lady Tarbeck entregó a
Stafford y sus primos. Lord Reyne festejó con ambos grupos, y se presentó un
gran espectáculo de concordia, con los Lannister y los Tarbeck brindando entre
ellos, intercambiando regalos y besos, y jurando permanecer como leales amigos
“por toda la eternidad.”

Toda la eternidad no duró ni un año, escribió el Gran Maestre Pycelle. Tywin


Lannister, quien no había estado presente en el festejo del León Rojo, aun no
había desistido de sus intenciones de poner de rodillas a estos vasallos
poderosos. A finales del año 261DC, con todos los preparativos completados,
envió cuervos a Castamere y Torre Tarbeck, ordenando que Roger y Reynard
Reyne, y Lord y Lady Tarbeck se presentaran en Roca Casterly “para responder
por sus crímenes.” Los Reynes y Tarbecks en cambio decidieron desafiarlo,
como Ser Tywin ciertamente sabía que harían. Ambas casas se alzaron en
rebelión abierta, renunciando a su fidelidad a Roca Casterly. Así que Tywin
Lannister izó sus estandartes.

Determinado a acabar con años de humillación, no buscó la aprobación de su


señor padre, ni siquiera le informó de sus intenciones, sino que marchó con
quinientos caballeros y tres mil hombres armados y arqueros tras él. Sus
hermanos Kevan y Tygett lo acompañaron, uno como caballero y el otro como
escudero. Lord Marbrand de Marcaceniza, Lord Prester de La Hoguera, y una
docena de señores menores se unieron durante la marcha con sus propios
ejércitos, engrosando sus números.

La Casa Tarbeck fue la primera en sentir la ira de Ser Tywin. Confiado en su


propia fuerza, y la de sus numerosos amigos y aliados, Lord Walderan
usualmente alardeaba no tener “miedo a los cachorros de león,” pero el ejército
Lannister cayó sobre él tan rápido que sus vasallos y aliados no tuvieron tiempo
para reunirse. Ingenuamente, su señoría cabalgó para encontrarse con las
fuerzas de Ser Tywin acompañado únicamente por sus caballeros de castillo. En
una breve y brutal batalla, los Tarbeck fueron destrozados y aniquilados.

Lord Walderan Tarbeck resultó herido y fue capturado vivo, junto a dos de sus
hijos de su segundo matrimonio (el único hijo sobreviviente de su primer
matrimonio había fallecido durante la batalla). “Bueno, nos tienes, muchacho,”
le dijo Lord Tarbeck a Ser Tywin cuando lo llevaron frente a él. “Valemos un
gran rescate, como estoy seguro que sabes. Pide lo quieras, que mi señora
esposa lo pagará.”

“Con nuestro oro,” se reporta que respondió Ser Tywin. “No, mi señor. No lo
creo.” Tras lo cual dio una orden, y observó con mirada gélida mientras Lord
Tarbeck y sus hijos eran decapitados, junto a sus sobrinos y primos, los esposos
de sus hermanas, y cualquier otro hombre que tuviera una estrella de siete
puntas en azul y plata sobre su escudo o su sobreveste para alardear de su
ascendencia Tarbeck. Cuando el ejército Lannister reanudó la marcha hacia
Torre Tarbeck, las cabezas de Lord Walderan y sus hijos iban delante de ellos,
clavadas en lanzas.

Mientras se acercaban, Lady Ellyn Tarbeck cerró sus puertas y envió cuervos a
Castamere, convocando a sus hermanos. Cuando Ser Kevan Lannister se acercó
bajo un estandarte de paz para exigir su rendición, ella se rió de él, y dijo,
“Ustedes no son los únicos leones en Occidente, ser. Mis hermanos ya vienen, y
sus garras son tan largas y afiladas como las vuestras.”

Su desafío quedó fuera de lugar. Torre Tarbeck era un castillo antiguo, y la


mayor parte de sus defensores había marchado junto a Lord Walderan, y ahora
estaban muertos o habían escapado. Aquellos que se quedaron se intimidaron
con el tamaño del ejército Lannister, y quedaron consternados al ver las cabezas
de su señor y sus hijos empaladas bajo sus estandartes. (Podría ser también que
algunos de los que estaban dentro habían sido sobornados con oro Lannister, ya
que Tywin Lannister no era el tipo de hombre que dejara el resultado de una
batalla a la suerte, como las décadas subsecuentes demostrarían.)

Confiando en sus muros, Lady Tarbeck sin duda anticipó un largo asedio, pero
en cambio Ser Tywin envió a sus hombres armados con escaleras, ganchos de
metal y arietes. Los informes concuerdan en que la lucha duró menos de una
hora. Mientras el ariete destrozo la puerta principal del castillo, se abrieron
otras dos puertas desde dentro, y los Lannister entraron. Aquellos que
escaparon fueron perdonados; aquellos que pelearon fueron pasados por la
espada. Ellyn Tarbeck fue capturada junto a sus hijas, y fue arrojada desde la
ventana de la torre más alta del castillo, murió pataleando mientras era
estrangulada por una soga. Su hijo Tion el Rojo la precedió en la muerte,
asesinado en la pelea de las puertas principales. Tenía diecinueve años de edad
cuando falleció, la misma edad que Tywin Lannister. Sus hijas Rohanne y
Cerelle, cuyos esposos habían sido ejecutados junto a Lord Walderan, fueron
capturadas vivas, y pasaron el resto de sus vidas como hermanas silenciosas (los
reportes difieren con respecto a si Tywin les cortó la lengua antes de enviarlas).
La hija mayor de Lady Ellyn, Rohanne, era madre de un niño de tres años,
recordando en las canciones como “el último Señor Tarbeck.” El niño
desapareció el día de la batalla, para no volver a ser visto jamás. Aquellos con
propensiones románticas creen que fue sacado a escondidas del castillo en
llamas, creció hasta la adultez al otro lado del Mar Angosto, y se convirtió en un
bardo famoso por sus tristes baladas. Reportes más confiables sugieren que fue
lanzado a un pozo por Ser Amory Lorch, aunque el si esto fue hecho con la venia
de Ser Tywin o sin ella aún sigue siendo tema de discusión.

Cuando la última resistencia fue sofocada, Tywin Lannister ordenó que Torre
Tarbeck fuera pasada por la espada. El castillo ardió por un día y una noche,
hasta que no quedó nada más que un armazón ennegrecido.

Nos dicen que el León Rojo llegó a tiempo para ver las llamas. Dos mil hombres
cabalgaban junto a él: todos los que había podido reunir en el corto tiempo
disponible. Tan sólo uno de cada diez era caballero. Con más tiempo, Lord
Roger podría haber reunido un ejército mucho mayor, ya que la Casa Reyne
tenía muchos amigos en Occidente, y su propia reputación como guerrero
serviría para para atraer a muchos jinetes libres, caballeros errantes, y
mercenarios para su causa. Pero en el apuro por responder al pedido de su
hermana, su señoría partió con menos de un cuarto de su fuerza total, y los
condujo con rapidez por varias leguas, tan sólo para llegar a Torre Tarbeck
hambrientos, exhaustos y demasiado tarde.

Tywin Lannister tenía tres veces su fuerza, la mayoría de las historias coinciden;
algunos insisten en que los Lannister excedían a los Reyne cinco a uno. Un
comandante más prudente de seguro se hubiera retirado en vez de enfrentar
tales posibilidades, pero el León Rojo de Castamere nunca había sido prudente.
Esperando que la sorpresa pudiera salvar el día, Roger Reyne ordenó que sus
trompetas anunciaran el ataque, y cargó precipitadamente hacia el campamento
de Ser Tywin.

La batalla que siguió fue mucho más pareja de lo que podría haberse esperado,
ya que los Lannister no estaban formados y la brusquedad del ataque los tomó
por sorpresa. Si tan sólo Lord Reyne hubiera tenido caballería pesada, sus
caballeros habrían sido capaces de abrirse camino hasta donde el estandarte de
Ser Tywin ondeaba sobre su tienda de mando. Pero había mucha distancia que
cubrir y demasiados hombres entre ellos, y después de la sorpresa inicial, los
Lannister se recuperaron rápidamente y sus números pronto hablaron por sí
mismos. Tywin Lannister lideró el contraataque.

Su carga tuvo éxito, Lord Reyne no tuvo otra elección que retroceder y huir,
pero dejando a la mitad de sus hombres muertos en el campo. Una lluvia de
fechas de ballesta persiguió a sus jinetes desde el campamento; una cogió a Lord
Reyne entre los hombros, perforando su armadura.

Aunque no fue una herida mortal, la flecha se clavó lo suficiente como producir
una hemorragia. El León Rojo siguió adelante, tambaleándose sobre su caballo,
tan sólo para caerse a menos de media legua (2 kilómetros). Tuvo que ser
cargado de regreso a Castamere.
El ejército Lannister, ahora al doble de su tamaño original gracias a la llegada de
los Señores Westerling, Banefort, Plumm y Stackspear, llegó a Castamere tres
días después. Lord Reyne había enviado cuervos a sus propios amigos, aliados y
vasallos, pero pocos se presentaron; la lección de Torre Tarbeck no se les había
olvidado.

No obstante, Castamere demostraría ser un hueso muy duro de roer. Al igual


que Roca Casterly, el asentamiento de la Casa Reyne había empezado como una
mina. Las ricas vetas de oro y plata habían hecho a los Reyne casi tan ricos como
los Lannister durante la Edad de los Héroes; para defender sus riquezas, habían
levantado las murallas sobre la entrada a su mina, cerradas con una puerta de
roble y hierro, y flanqueadas por un par de robustas torres. También
construyeron recamaras y salones, pero mientras tanto, los pozos de la mina se
habían vuelto más y más profundos, y cuando al fin el oro se agotó, habían sido
ensanchados para hacer salones, galerías y confortables alcobas, un laberinto de
túneles y un inmenso salón de baile. Para el ojo inexperto, Castamere parecía
una residencia modesta, un asentamiento apropiado para un caballero
hacendado, o un señor menor, pero aquéllos que conocían sus secretos sabían
que nueve décimos del castillo se encontraban bajo tierra.

Fue a esas profundas cámaras a donde se retiraron los Reynes. Febril y


debilitado por la pérdida de sangre, el León Rojo no estaba en buen estado de
salud para liderar. Ser Reynard, su hermano, asumió el mando en su lugar.
Menos terco, pero más astuto que su hermano, Reynard supo que no tenía
hombres suficientes para defender las murallas del castillo, así que dejó la
superficie a disposición del enemigo y se retiró bajo la tierra. Diseñadas para la
defensa, las minas de Castamere nunca habían sido tomadas. Tan sólo había
tres formas de bajar hacia ellas, todas pequeñas, angostas y retorcidas y
salpicadas de árboles caídos, pozos, y trampillas. Dos caballeros armados, uno al
lado del otro, podían proteger el túnel más largo contra un millar, ya que los
atacantes no tenían forma de regresar, y si intentaban abrirse camino, los
defensores podrían vaciar aceite caliente o echarlos abajo desde las trampillas
superiores mientras peleaban.

Cuando toda su gente estaba segura dentro de los túneles, Ser Reynard envió un
mensaje a Ser Tywin ofreciendo sus condiciones. “No puedes abrirte paso aquí
dentro, y tenemos comida y agua suficiente para tres años,” le escribió, “pero
concédenos perdón por las ofensas pasadas, y envíanos a tus hermanos como
rehenes para evitar engaños, y una vez más seremos tus verdaderos y leales
sirvientes.”

Pero esta vez, sus elocuentes palabras cayeron en oídos sordos. Tywin Lannister
no honró la oferta de Ser Reynard con una respuesta. Ni tampoco respondió la
oferta de Lord Roger de arreglar el asunto mediante combate singular (una
oferta que Tywin hubiera aceptado, de haber sabido que el León Rojo se había
debilitado tanto que le costaba mantenerse en pie.)
Tampoco intentó enviar hombres para morir en la oscuridad. En cambio Tywin
Lannister ordenó sellar las minas. Con picos, hachas y antorchas, sus propios
mineros derrumbaron toneladas de roca y tierra, enterrando las grandes
entradas a las minas una a una, hasta que no quedó ninguna forma de entrar o
salir. Una vez hecho esto, centró su atención en el pequeño arroyo que
alimentaba el estanque de aguas azules cristalinas al lado del castillo del que
Castamere tomaba su nombre. Con miles de hombres a su disposición, y ningún
enemigo a la vista, tomó menos de un día represar el arroyo, y sólo dos para
desviarlo hacia la más cercana entrada a la mina.

La tierra y piedras que sellaron la mina no dejaron ningún agujero lo bastante


grande como para que pasara una ardilla, y aún menos un hombre… pero el
agua encontró su camino hacia abajo.

Se dice que Ser Reynard había llevado más de trescientos hombres, mujeres, y
niños dentro de las minas. Ni uno solo surgió. Unos cuantos guardias asignados
a la más pequeña y distante de las entradas a la mina, informaron haber oído
débiles gritos que venían de debajo de la tierra una noche, pero para el alba las
piedras quedaron en silencio una vez más.

Desde entonces nadie ha vuelto a reabrir las minas de Castamere. Los salones y
fortalezas sobre ellas, pasados por la antorcha por órdenes de Tywin Lannister,
se encuentran vacíos hasta el día de hoy, un testimonio mudo del destino que les
espera a aquellos, lo suficientemente tontos, como para alzar las armas en
contra de los leones de la Roca.

En el 262DC, el Rey Jaehaerys II falleció en Desembarco del Rey, después de


haber ocupado el Trono de Hierro durante tan sólo tres años. Su hijo Aerys,
Príncipe de Rocadragón lo sucedió como el Rey Aerys II. Su primer acto como
rey—y el más sabio, según muchos—fue convocar a su amigo de la infancia
Tywin Lannister de Roca Casterly, y nombrarlo Mano del Rey.

Ser Tywin tenía veinte años, el hombre más joven en servir como Mano, y entre
los más jóvenes que se sentaron en el consejo privado, pero la forma en que
había tratado la rebelión de los Reyne y Tarbeck le había hecho muy respetado,
incluso temido, a lo largo de los Siete Reinos, y muy pocos se atrevieron a hablar
en contra de su nombramiento.

Su prima, Lady Joanna, la hija de Ser Jason, el hermano fallecido de Lord Tytos,
lo acompañó a Desembarco del Rey para servir como dama de compañía y
compañera de la Reina Rhaella. Un año después, ella y Ser Tywin se estaban
casando en una espléndida ceremonia en el Gran Septo de Baelor, con el propio
Rey Aerys presidiendo el festejo de la boda y el encamamiento.
Prosiguió un extenso periodo de paz y prosperidad. Aunque con el tiempo Aerys
II se tornaba cada vez más errático, por muchos años estuvo contento de dejar la
administración del reino a cargo de su Mano, una tarea en la cual Tywin
Lannister se distinguía. En el 266DC, Lady Joanna dio a luz a los gemelos, un
niño y una niña. Entretanto, Ser Kevan, el hermano de Tywin también se casó,
tomando como esposa a la hija de Ser Harys Swyft de Maizal, que una vez le
había sido entregada como rehén por las deudas de su padre.

En el 267DC, el corazón de Lord Tytos Lannister estalló mientras subía una


escalera empinada hacia la alcoba de su amante (su señoría finalmente había
dejado de lado a la nodriza, tan sólo para atontarse con los encantos de la hija
de un fabricante de velas).

Así pues, a la edad de veinticinco, Tywin Lannister se convirtió en Señor de


Roca Casterly, Escudo de Lannisport, y Guardián del Occidente. Después de la
muerte del León Sonriente, la Casa Lannister nunca había sido más fuerte ni
más segura. Los años siguientes fueron dorados, no sólo para las tierras de
Occidente, sino para los Siete Reinos.

Aunque había un gusano dentro de la manzana, ya que la creciente locura del


Rey Aerys II Targaryen pronto pondría en peligro todo lo que Tywin Lannister
intentó construir. Su señoría también sufrió una gran pérdida personal cuando
su amada esposa, Lady Joanna falleció en el 273DC, mientras daba a luz a un
horroroso niño deformado. Con su muerte, el Gran Maestre Pycelle observa, la
alegría abandonó a Tywin Lannister, no obstante él persistió en su deber.

Con el paso de los días y años, Aerys II se volvería cada vez más en contra de su
propia Mano, el amigo de su infancia, sometiéndolo a una sucesión de
reproches, reveses y humillaciones. Al hermano de Lord Tywin, Ser Tygett, se le
negó un puesto en la corte; al capitán de la guardia personal de Lord Tywin le
cortaron la lengua con pinzas calientes por órdenes del rey; cuando su señoría
ofreció a su querida hija Cersei como esposa para el heredero del Rey Aerys, el
Príncipe Rhaegar, Su Gracia la declaró indigna de su hijo; “retorcer la cola del
león” se convirtió en un juego tan popular en la Fortaleza Roja como lo había
sido alguna vez en Roca Casterly. Lord Tywin soportó todo esto, incluso los
insultos contra su hija, pero cuando el rey designó a su hijo y heredero, Ser
Jaime, como un caballero de la Guardia Real, no pudo soportarlo más. Lord
Tywin al fin renunció a su cargo en el 281DC.

Privado del consejo del hombre en el que había confiado por tanto tiempo,
rodeado por aduladores y conspiradores, el Rey Aerys II pronto fue consumido
completamente por su locura mientras el reino se desplomaba a su alrededor.

Hemos registrado la Rebelión de Robert en otra parte, así que no es necesario


repetir esa historia, salvo para notar que Lord Tywin Lannister comandó un
gran ejército desde Occidente para capturar Desembarco del Rey y la Fortaleza
Roja para Robert Baratheon. En una sola noche se le puso fin a casi trescientos
años de reinado Targaryen a causa de las espadas de Lord Tywin y sus hombres
de Occidente.
El año siguiente, el Rey Robert I Baratheon tomó por esposa a la hija de Lord
Tywin, Lady Cersei, uniendo dos de las más grandes y nobles casas en todo
Poniente. El nacimiento de su hijo y heredero, el Príncipe Joffrey en el 286DC
fue motivo de gran celebración a lo largo de los Siete Reinos. Con la sucesión
asegurada, se avecina un tiempo de paz y prosperidad, y todo se debe en gran
parte a los esfuerzos de Lord Tywin Lannister y los hombres de las tierras de
Occidente.

Lord Tywin Lannister.

Roca Casterly, el antiguo asentamiento de la Casa Lannister, no es un castillo


ordinario. Aunque está coronado con torres, torretas y torres de vigilancia, con
murallas de piedra, puertas de roble y rastrillos de hierro resguardando cada
salida, esta antigua fortaleza es en realidad una colosal roca junto al Mar del
Ocaso, una roca que, según dicen algunos, cuando el sol se pone y las sombras
caen, parece un león descansando.

La Roca ha sido habitada por hombres durante miles de años. Es probable que
antes de la llegada de los Primeros Hombres, los niños del bosque construyeran
sus hogares en las cuevas esculpidas por el mar, en la base de la roca. Se sabe
que osos, leones, lobos y murciélagos también hacen sus guaridas dentro de
estas cuevas, junto a muchas otras pequeñas criaturas.
Cientos de pozos mineros penetran las partes bajas de la Roca, donde muchas
vetas de oro rojo y amarillo relucen intactas en la piedra incluso después de
milenios de excavación. Los Casterly fueron los primeros en excavar salones y
cámaras en los pozos, y establecieron un fuerte circular en la punta de la Roca,
desde donde podían vigilar sus dominios.

La Roca mide tres veces la altura del Muro o de la Torrealta de Antigua. Casi dos
leguas (diez kilómetros) de longitud de este a oeste, está plagada de túneles,
calabozos, despensas, barracas, salones, establos, escaleras, patios, balcones, y
jardines. Incluso hay un bosque de dioses, aunque el arciano que crece allí es
una cosa extraña y retorcida cuyas enmarañadas raíces han llenado la cueva
donde se sitúa, ahogando todas las demás plantas.

La Roca incluso tiene un puerto por dentro, con muelles, embarcaderos y


astilleros, ya que el mar ha excavado grandes cuevas en su cara occidental,
puertas naturales lo suficientemente profundas y anchas como para que
barcoluengos e incluso cocas puedan anclar y descargar sus cargamentos.

Las Fauces del León—la inmensa caverna natural que forma la entrada principal
de la Roca—forma un arco de más de doscientos pies (sesenta y un metros)
desde el suelo al techo. A través de los siglos ha sido ampliado y mejorado, y
ahora se dice que por sus amplios escalones pueden subir hasta veinte jinetes
cabalgando uno al lado del otro.

Roca Casterly nunca fue tomada por asalto o asedio. Ningún castillo en los Siete
Reinos es tan grande, tan rico o está mejor defendido. Las leyendas dicen que al
verlo Visenya Targaryen, agradeció a los dioses que el Rey Loren cabalgara para
enfrentarse a su hermano Aegon en el Campo de Fuego, ya que si se hubiera
quedado dentro de la Roca, ni siquiera el fuego de dragón lo habría intimidado.

Los Señores de Roca Casterly han reunido muchos tesoros a lo largo de los
siglos, y los monumentos de la Roca—en especial la Galería Dorada, con sus
decoraciones y paredes doradas, y la Sala de los Héroes, donde las costosas
armaduras usadas por cien caballeros, señores, y reyes Lannister, montan
eterna guardia—son de reconocida fama en todos los Siete Reinos, e incluso en
las tierras más allá del Mar Angosto.
Roca Casterly.

PUBLICADO POR YACOW

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