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U3 Manual de Historia Social Contemporánea

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Historia Social

Contemporánea
Jorge Illa Boris
Manual – Unidad 3
Índice
Introducción...................................................................................................................................................3
Organización de la Asignatura.......................................................................................................................4
Unidades didácticas...................................................................................................................................4
Tiempo mínimo de estudio........................................................................................................................4
UNIDAD 3:...................................................................................................................................................5
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y GUERRA FRÍA...............................................................................5
Diagrama de organización.........................................................................................................................5
Tema n.° 1: Segunda Guerra Mundial.......................................................................................................5
1. Causas de la Segunda Guerra Mundial........................................................................................6
2. Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial..........................................................................10
Tema n.° 3: La Guerra fría.......................................................................................................................13
Tema n.° 3: Descolonización...................................................................................................................18
1. Causas de la Descolonización....................................................................................................18
2. Descolonización sangrienta: Indochina y Argelia......................................................................19
3. Consecuencias de la Descolonización........................................................................................21
De la teoría a la práctica..........................................................................................................................22
Glosario de la Unidad 3...............................................................................................................................23
Bibliografía de la Unidad 3..........................................................................................................................24

2 Manual
Introducción
La Asignatura de Historia Social Contemporánea aporta al alumno toda una serie de herramientas que le
permiten analizar la situación del mundo actual y de los próximos sucesos. De manera que el alumno sea
capaz de identificar la realidad social del mundo contemporáneo y comprender la actualidad a través de
los distintos bagajes históricos que la han desarrollado.

Los contenidos generales de este manual están desarrollados desde una cronología histórica, empezando
por los cambios que afectaron a la humanidad a finales del siglo XIX, entre ellos la Segunda Revolución
Industrial, para adentrarse en el inicio del convulso siglo XX con la Primera Guerra Mundial y la
Revolución rusa. De allí se avanzará hacia la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y los movimientos
sociales, terminando con la transformación del mundo industrial.

A pesar de lo que tradicionalmente se ha entendido, la Historia no se trata de una asignatura puramente


memorística de nombres y fechas, sino que su esencia parte de la comprensión de los fenómenos
históricos. De forma que su entendimiento permite colocar en un periodo histórico un hecho relevante,
pues de otra forma no se comprende el porqué de su proceso histórico. Al contrario que la memorística
que no permite la evolución de los acontecimientos, solo desarrolla un relleno cronológico. Por ello, es de
vital importancia comprender el hilo conductor que lleva de un hecho histórico a otro. De esta manera
llegaremos a comprender la actualidad, que es parte fundamental de esta asignatura.

Hoy en día la tecnología permite un gran acopio de información, el alumno dispone de innumerables
webs donde puede ampliar los contenidos de este manual, y en parte será necesario, pues la investigación
forma parte de la asignatura de Historia Social Contemporánea.

Es importante que organice su tiempo para que obtenga buenos resultados, la clave está en encontrar el
equilibrio entre sus actividades personales y las actividades que asumes como alumno.

Jorge Illa Boris

Universidad Continental | Manual 3


Organización de la Asignatura
Resultado de aprendizaje de la asignatura

Al finalizar la asignatura, el estudiante será capaz de identificar fenómenos sociales e históricos


relevantes para su quehacer profesional.

Unidades didácticas
UNIDAD 1 UNIDAD 2 UNIDAD 3 UNIDAD 4
La Segunda El inicio del convulso Segunda Guerra Movimientos sociales y
Revolución Industrial siglo XX Mundial y Guerra Fría la transformación del
mundo industrial

Resultado de Resultado de Resultado de Resultado de


aprendizaje aprendizaje aprendizaje aprendizaje
Al finalizar la unidad, Al finalizar la unidad, Al finalizar la unidad, Al finalizar la unidad,
el estudiante identifica el estudiante identifica el estudiante identifica el estudiante identifica
los cambios sociales y las consecuencias de la las consecuencias de la los nuevos
políticos que representó Primera Guerra Segunda Guerra movimientos sociales
la Segunda Revolución Mundial, los problemas Mundial y las de la segunda mitad del
Industrial. económicos de los años características de la siglo XX y cómo se
treinta y el ascenso de Guerra Fría. transforma el final del
los fascismos. siglo XX e inicio del
XXI a partir de nuevos
fenómenos
tecnológicos.

Tiempo mínimo de estudio

UNIDAD 1 UNIDAD 2 UNIDAD 3 UNIDAD 4

12 horas 16 horas 12 horas 16 horas

4 Manual
UNIDAD 3:
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y GUERRA
FRÍA
Diagrama de organización

Segunda Guerra
Mundial

Guerra Fría Descolonización

Carrera
Mundo Bipolar Neocolonialismo
armamentística

Tema n.° 1: Segunda Guerra Mundial

Como es inevitable, para analizar cómo se llegó a la Segunda Guerra Mundial

deberemos ver una serie de distintas causas, pero en este caso hay una que prevalece por

encima de todas y que sin ella es muy difícil discernir si se hubiera llegado al desastre que

significó la guerra: Adolf Hitler. Así como en la Primera Guerra Mundial el asesinato del

archiduque solo fue la excusa para iniciarla, y si no se hubiera producido este con seguridad

otro altercado diplomático la hubiera causado, en la Segunda Guerra Mundial, sin la

aparición de un personaje del nefasto calibre de Hitler es muy probable que no hubiera

sucedido.

Universidad Continental | Manual 5


1. Causas de la Segunda Guerra Mundial

En el capítulo anterior hemos comentado el ascenso de los fascismos, y en el

párrafo anterior la importancia de Hitler en el desarrollo de la guerra, estos dos factores

son seguramente los de mayor peso a la hora de explicar porque en el continente

europeo se desencadenó la peor guerra de la historia. Pero hay otras causas que

ayudaron a su inicio, o que no pudieron impedirlo.

El fracaso de la Sociedad de Naciones es uno de los elementos que debieron

impedir la guerra, pues en su principal objetivo fundacional estaba en el hecho de evitar

una nueva contienda mundial, por lo que si hubiera sido una organización exitosa la paz

hubiera prevalecido. Como comentábamos en el capítulo de la Gran Guerra, se da la

paradoja que la Sociedad de Naciones es una consecuencia de la Primera Guerra

Mundial a la vez que es una causa de la Segunda Guerra Mundial. Aunque también es

importante resaltar que sirvió de aprendizaje de cara a la organización de las Naciones

Unidas, de manera que no se repitieran los mismos errores.

La política de apaciguamiento, que llevaron a cabo ingleses y franceses con

respecto a Hitler y sus continuas pretensiones, es uno de los factores que siempre está

encima de la mesa a la hora de analizar las causas de la contienda. Hasta qué punto

podían haber frenado antes las ambiciones del dictador alemán son muy complicadas de

evaluar, pero lo que para líderes como el inglés Chamberlain la política de

apaciguamiento cumplía con el fin de preservar la paz, para Hitler no era sino la

demostración de la debilidad de las democracias, lo cual le empujaba a ser todavía más

ambicioso. Como comenta el historiador Ian Kershaw (2015, pág. 398) «la respuesta del

chantajista a sus concesiones fue pedirles cada vez más». En defensa de Chamberlain, y

del presidente francés Daladier, se debe apuntar que seguían la petición de sus pueblos

de que se evitara una nueva guerra mundial. Solo habían transcurrido veinte años del

final de la Gran Guerra, apenas una generación, lo que significaba que en casi cada

familia inglesa o francesa había un padre, hermano, hijo o marido que había muerto o

6 Manual
sido gravemente herido en el anterior conflicto. También influenciaron aspectos

económicos, pues en Francia «las políticas de austeridad introducidas con el fin de

estabilizar las finanzas del estado eran incompatibles con una ampliación del programa

armamentístico» (Kershaw, 2015, pág. 429).

Los principales puntos de la política de apaciguamiento fueron:

Remilitarización de Renania en marzo de 1936: según el Tratado de Versalles

la región de Renania debía mantenerse desmilitarizada, lo cual para los

franceses significaba un pequeño colchón de seguridad ante un ataque alemán

como el de 1914. Hitler ordenó, por supuestos motivos de seguridad nacional,

la entrada del ejército en la región. Ante el hecho consumado y para sorpresa

del propio Hitler, franceses e ingleses apenas mostraron una protesta

diplomática.

Anchluss: En marzo de 1938 se produjo la integración de Austria en Alemania,

situación que también prohibía el Tratado de Versalles, lo que no era más que

otra evidencia de su defunción. Tampoco en este caso los ingleses y franceses

mostraron mucha energía para evitarlo, más bien al contrario.

Conferencia de Munich: En septiembre de 1938, ante las demandas de Hitler

de anexionarse la región checoslovaca de los Sudetes, debido a que era

habitada por unos tres millones de alemanes, se organizó la Conferencia de

Munich en la que participaron el presidente inglés Chamberlain, el presidente

francés Daladier, Hilter por Alemania y Mussolini por Italia, en teoría este

último como una especie de árbitro, aunque en absoluto imparcial. Es

importante resaltar que el presidente de Checoslovaquia no fuera invitado a la

conferencia cuando en ella se trataba de hablar de las fronteras de su propio

país, solo se aceptó que el embajador checo esperara en una habitación a que

se le comunicara el acuerdo. Finalmente, se aceptó que Alemania invadiera las

Sudetes a cambio de que el dictador alemán no continuara con sus exigencias

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territoriales, algo que no cumplió pues medio año después invadió el resto de

Checoslovaquia.

La expansión hacia el Este era indispensable para Hitler, lo que denomino el

“espacio vital” (Lebensraum), y debía contar con el beneplácito inglés y francés, pues

«para los nazis estaba muy claro: Gran Bretaña y Francia ya tenían imperios, y

Alemania está en su derecho de establecer un imperio en la Europa del Este» (Briggs,

Clavin, 2004, pág. 307 y 308).

El último punto que ya anticipó que el inicio de la guerra era inminente fue el pacto

entre Alemania y Rusia, conocido con el nombre de los dos ministros de exteriores de

ambos países, el Pacto Ribbentrop-Molotov. El acuerdo entre ambos países,

ideológicamente enemigos acérrimos, se firmó apenas una semana antes del inicio de la

contienda y contenía dos partes; la que se hizo pública y la que era secreta. En la

primera ambos países llegaban a ciertos acuerdos comerciales y acordaban no entrar en

conflicto militar, ni a formar parte de alianzas militares que pudieran formarse en contra

de cualquier de los dos países. La parte que no fue pública correspondía al reparto del

Europa del Este entre los dos países, algo que ya se intuía desde un principio,

especialmente después de que Alemania invadiera la mitad de Polonia y Rusia no

protestara, sino más bien al contrario cuando un par de semanas después invadió la otra

mitad. La confirmación de esta segunda parte del pacto llegó al finalizar la Segunda

Guerra Mundial al poderse acceder a los papeles nazis, pero la URSS lo siguió negando

hasta la llegada de la Perestroika en los años ochenta.

El 1 de septiembre de 1939, con la invasión de Polonia por parte del ejército alemán

se dio inicio a la Segunda Guerra Mundial. En un principio no participaron todos los

países que luego se vieron involucrados. Así, Rusia con el pacto Ribbentrop-Molotov se

mantuvo al margen hasta que Hitler ordenó la Operación Barbarroja en junio de 1941

con la invasión de Rusia. Tampoco los Estados Unidos entraron a la guerra hasta el

ataque en diciembre de 1941 de los japoneses a Pearl Harbour, en las islas Hawai, lo

8 Manual
cual también provocó que Hitler declarara la guerra a Norteamérica. Desde un punto de

vista militar, la decisión de Hitler es bastante complicada de entender, pues a partir de

entonces Alemania se veía enfrentada a las principales potencias del mundo.

2. Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial

En primer lugar, mencionar la consecuencia más horrible; las muertes superaron la

cifra de los cincuenta millones. Y, lo peor de todo, las bajas civiles fueron superiores a

las militares, en gran parte debido a los bombardeos indiscriminados contra numerosas

poblaciones civiles, que, sin ser ningún objetivo militar, fueron literalmente arrasadas.

No solo las dos ciudades japonesas que recibieron las bombas atómicas, Hiroshima y

Nagasaki, sino que la lista de urbes que tuvieron que soportar largas noches de

bombardeos ininterrumpidos fue muy larga: Dresde, Tokio, Varsovia, Londres,

etcétera. Esta violencia contra la población civil fue una novedad en la Segunda

Guerra Mundial, nunca antes se había atacado de forma sistemática a quienes no

tenían ningún valor estratégico.

A raíz de ello, al terminar la contienda el continente europeo se había convertido

en un páramo en el que la ley brillaba por su ausencia:

Imaginemos un mundo sin instituciones. Es un mundo en el que las fronteras entre

países parecen haberse disuelto, dejando un único paisaje infinito por donde la gente

viaja buscando comunidades que ya no existen. Ya no hay gobiernos, ni a nivel

nacional ni siquiera local (…) La ley y el orden prácticamente no existen, porque no

hay fuerzas policiales y judiciales. En algunas zonas ya no parece haber un claro

sentido de lo que está bien y lo que está mal. La gente coge lo que quiere sin tener en

cuenta a quién pertenece —de hecho, el sentido de la propiedad en sí ha desaparecido

en gran medida—. Los bienes solo pertenecen a aquellos lo bastante robustos para

aferrarse a ellos y a los que están dispuestos a defenderlos con su vida. Hombres

armados deambulan por las calles, cogiendo lo que quieren y amenazando a cualquiera

que se interponga en su camino. Mujeres de todas las clases y edades se prostituyen a

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cambio de comida y protección. No hay vergüenza. No hay moralidad. Solo la

supervivencia (Lowe, 2012, pág. 13)

Otra de las importantes diferencias respecto a la Primera Guerra Mundial es el

hecho de que a los países derrotados y principales causantes de la guerra, Alemania y

Japón, no se les obligó a firmar una humillante paz. Se había aprendido la lección de

que a la larga trae funestas consecuencias, por lo que incluso se les ayudó a reconstruir

sus países. Pero hay un aspecto que no se pasó por alto: el horrible genocidio llevado a

cabo por parte de los jerarcas nazis. Para castigar a los culpables se organizó el Juicio

de Nuremberg que castigó a algunos de sus responsables a la muerte y a otros a largas

condenas de cárcel. Por primera vez en la historia se condenó en base a los crímenes

cometidos contra la humanidad. Por desgracia, muchos de los responsables lograron

escapar, aunque varios fueron detenidos en las décadas siguientes y llevados a juicio,

como el caso de Adolf Eichmann.

Además de no hacer someter a los vencidos a una deshonrosa situación, otro de

los aprendizajes de la Primera Guerra Mundial fue cómo organizar un organismo que

pudiera trabajar de una manera eficiente para que no se volviera a repetir nada similar.

Así nació la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que a pesar de todas sus

imperfecciones y errores ha conseguido que no se volviera a producir un conflicto de

tales dimensiones.

Respecto a las consecuencias de las bombas atómicas que hemos mencionado

antes, independientemente de la controversia sobre si fue imprescindible su utilización

para la finalización de la guerra o si se podrían haber evitado, lo que sí parece

probable es que el hecho de conocer sus devastadores poderes evitó que se pudiera

utilizar en conflictos futuros: «Si los devastadores efectos de un ataque nuclear no se

hubieran hechos patentes tras Hiroshima y Nagasaki, bien podría haberse dado el caso

durante la “Guerra Fría" de que un mandatario soviético o estadounidense hubiera

acabado convenciéndose de cabía justificar el uso de bombas atómicas» (Hastings,

10 Manual
2011, pág. 752)

La creación del estado de Israel fue también una importante consecuencia de la

Segunda Guerra Mundial, que permitió a los judíos tener un Estado propio. Pero desde

su creación ha sido una importante fuente de conflictos en la zona, incluyendo varias

guerras con sus vecinos; la Guerra de los Seis Días en 1967 y la del Yom Kipur en

1973 serían las más importantes.

Por último, tal y como veremos en el próximo capítulo, la Guerra Fría fue la

consecuencia temporalmente más importante de la guerra, pues dividió al mundo en

dos partes hasta que en 1989 cayó el Muro de Berlín.

Universidad Continental | Manual 11


Tema n.° 3: La Guerra fría

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial surgieron dos grandes superpotencias, los Estados

Unidos de América (USA) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Cada una

de ellas con un sistema político y económico totalmente antagónico, los primeros con un

sistema capitalista y democrático y los segundos con un sistema comunista y, a pesar de lo que

los soviéticos defendían, no democrático. Ambos eran como agua y aceite; por mucho que los

viertas en el mismo recipiente jamás se podrán mezclar. La excepción actual de China, con un

sistema político comunista y un sistema económico capitalista, ni se intuía en esos años tal

posibilidad.

No pasó mucho tiempo desde el final de la guerra cuando empezaron las primeras fricciones

entre los anteriores aliados. Ya en marzo de 1946, apenas un año después de finalizada la

contienda, Winston Churchill en una conferencia en Fulton (USA) utilizó su famosa frase de

que «ha caído sobre el continente europeo un telón de acero», para referirse a la división

causada por la instauración en los países del este del continente de sistemas políticos

comunistas. A pesar de que en las conferencias de Yalta y de Postdam los americanos, ingleses y

soviéticos habían hablado de las áreas de influencias que cada uno de ellos tendría, la

instauración obligada por parte del a URSS de sistemas comunistas totalmente alineados con su

política no estaba previsto que se realizara por la fuerza e incluso utilizando la violencia contra

todo oponente político. Así, en la mayoría de los países del este en que los comunistas no eran la

principal fuerza política, el hecho de que el ejército rojo tuviera una fuerte presencia en esos

países “ayudó” a que gobernaran los dirigentes elegidos por Stalin, no por la propia ciudadanía.

Las elecciones se convirtieron en una farsa en toda la región. Los candidatos

“indeseables” sencillamente desaparecían de las listas electorales. Los partidos

alternativos se presentaban en las listas de los comunistas formando un único “bloque”,

de modo que los votantes no podían elegir entre partidos. Grupos de policías de

seguridad amenazaban directamente a los propios electores en los colegios y se

aseguraban de que el voto no fuera anónimo. Y cuando todo lo anterior fallaba, el

12 Manual
recuento de votos sencillamente se amañaba (Lowe, 2012, pág. 388)

Ante el cariz que estaba tomando la situación, los norteamericanos respondieron con dos

propuestas: la Doctrina Truman y el Plan Marshall. La primera, pronunciada por el presidente

norteamericano ante el Congreso tenía como objetivo evitar la proliferación de nuevos países

bajo la órbita soviética, de manera que dándose ya por perdidos los países del este de Europa,

frenar la expansión comunista en el arco Mediterráneo, especialmente en Grecia, Italia y

Turquía, y en el resto de la Europa occidental. Para ello se contó con la ayuda del Plan Marshall,

nombre del Secretario de Estado que lo propuso. Básicamente se trataba de ofrecer una

importante suma de dinero para la reconstrucción de los países afectados por la Segunda Guerra

Mundial, en total se presupuestaron más de 13 billones de dólares, que, si en el siglo XXI es una

impresionante cantidad, a mediados del XX era astronómica. De hecho, también beneficiaba a

la industria norteamericana, pues «casi el 70% de los productos enviados a Europa procedieron

de los EE.UU. y la proporción alcanzó el 98% en lo que se refiere a vehículos y maquinaria, con

los correspondientes beneficios para la economía norteamericana» (Casassas et al., 2013, pág.

424). Pero el principal objetivo del Plan Marshall era conseguir que gracias a la rápida

recuperación económica de los países sus habitantes no se vieran tentados de apoyar otras

opciones políticas que las capitalistas. Pues cuando la gente ve que la situación económica es

aceptable y el futuro se puede ver con ojos esperanzadores, no se apoyan opciones distintas de

tintes radicales. Ninguna revolución y ningún partido comunista ha conseguido el poder cuando

la población ha disfrutado de al menos una correcta estabilidad económica. El éxito del plan fue

notable pues en ningún país en que se ejecutó el partido comunista alcanzó el poder, solo en

Italia durante muchos años tuvo un importante apoyo social.

En contraposición a la política de los Estados Unidos, los soviéticos idearon la conocida

como Doctrina Jdanov que era la unión de los comunistas contra las fuerzas que denominaban

imperialistas. Principalmente tenía dos vertientes: la política a partir de la creación del

Kominform basada en la unidad de los distintos partidos comunistas, y el COMECON para la

ayuda económica entre los países gobernados por dichos partidos.

Universidad Continental | Manual 13


La primera gran crisis de la Guerra Fría fue el bloqueo de Berlín a partir de junio de 1948

hasta mediados de 1949. Con ello, Stalin pensaba que los aliados occidentales deberían

abandonar la antigua capital alemana, pues la única manera de abastecerla era mediante tres

corredores aéreos. Pero para desazón del dirigente comunista, los norteamericanos y sus aliados

pudieron transportar en aviones todo lo necesario para que sus habitantes sobrevivieran al duro

invierno alemán e incluso la ciudad se fuera reconstruyendo. Llegaron a suministrar más de

4.000 toneladas diarias con casi 300.000 vuelos en once meses, dejando en ridículo a la

propaganda comunista, pues se vivía mejor en la parte dominada por los capitalistas que en la de

los comunistas que en teoría no tenían restricciones de transporte, por lo que URSS vio obligada

al cabo de un año de levantar el bloqueo.

La segunda gran crisis, y seguramente la más importante, fue en octubre de 1962 a raíz de

los misiles con cabezas nucleares que los soviéticos estaba instalando en Cuba. Durante trece

días la tensión fue aumentando y en algunos momentos se estuvo muy cerca del desastre que

podía suponer una guerra nuclear. Finalmente, entre Kennedy y Kruschev reinó el sentido

común y aguantaron las presiones de parte de sus generales que les pedían no ceder ante las

amenazas contrarias. La carrera armamentística fue una de las principales características de la

Guerra Fría, en especial a cuanto los arsenales nucleares y las posibilidades de alcance de los

misiles; intercontinentales o embarcados en submarinos de propulsión nuclear. Si bien en la

Primera Guerra Mundial la Paz Armada fue una de las causas que promovieron en conflicto, en

este caso la igualdad entre las potencias, añadido a su potencia destructora, consiguió mantener

alejada la posibilidad del conflicto.

A pesar de llamarse Guerra Fría, nunca hubo un enfrentamiento directo entre ambas

naciones, sino que los enfrentamientos siempre fueron con terceros países. Los más conocidos

fueron las guerras de Corea, Vietnam y Afganistán. Pero durante los cuarenta años de duración

hubo muchos países que se vieron involucrados y que, en base de las áreas de influencia que

defendían ambas potencias, vieron cambiados sus gobiernos por golpes militares, sublevaciones,

derrocamientos, etcétera, en muchos casos incluso se vieron afectados por guerras civiles. La

14 Manual
lista sería interminable, por lo que solo mencionaremos algunos de ellos: Hungría,

Checoslovaquia, Iran, Chile, Nicaragua, Angola…

El final de la Guerra Fría se produjo con la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989

y la desmembración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1991. En los años

ochenta la URSS tuvo cuatro líderes distintos. A la muerte de Brezhnev en 1982, después de 18

años en el poder, le siguieron dos veteranos y viejos dirigentes: Yuri Andropov que solo estuvo

año y medio y luego Konstantin Chernenko que apenas superó el año de gobierno. Así que en

1985 subió al poder Mijail Gorvachov, quien con 54 años era considerado joven comparado con

los anteriores.

Gorvachov era consciente que la economía rusa no podía seguir manteniendo la carrera

armamentística, y menos después de la apuesta del presidente Ronald Reagan por la Guerra de

las Galaxias. Además, el conflicto en Afganistan también causaba un gran desgaste económico

por lo que procedió a partir de 1988 a la retirada de las tropas soviéticas. El grave accidente de

la central nuclear de Chernobyl en abril de 1986 puso al descubierto la precaria situación de la

tecnología de la URSS, y terminó de convencer a Gorvachov de la necesidad de renovar al país.

Para intentar recuperar la economía rusa impulsó la política económica denominada Perestroika

(reestructuración) que junto a la Glasnot (transparencia) pretendía reformar desde arriba el

sistema político y económico de la URSS. La idea era buena y necesaria, pero se le fue de las

manos y en cuanto empezaron las primeras reformas aparecieron consecuencias que no estaban

previstas y a las que el pueblo soviético no estaba preparado: inflación, desempleo… lo que

aceleró la caída del sistema político y terminó con la bipolaridad que había regido al mundo

desde la Segunda Guerra Mundial.

Universidad Continental | Manual 15


Tema n.° 3: Descolonización

En siglos anteriores ya se dieron experiencias independentistas, como ocurrió en el

continente americano durante los siglos XVIII y XIX, pero ahora, como veremos, el final de la

Segunda Guerra Mundial trajo toda una serie de cambios políticos y sociales en Europa y el

resto del mundo que facilitaron la independencia de los países africanos y asiáticos que se

encontraban bajo el yugo europeo. Principalmente será una independencia política, pues en

muchos casos la económica será más tardía.

La descolonización empieza en 1947 con la independencia de la India, pero la

descolonización de la mayor parte de las colonias europeas de África y de Asia se produjo a

finales de los años cincuenta e inicios de los sesenta.

1. Causas de la Descolonización

La finalización de la Segunda Guerra Mundial es uno de los aspectos prioritarios

para que se lleve a cabo la descolonización. En ciertos aspectos al término de la Primera

Guerra Mundial las potencias europeas sufrieron una pérdida de poder imperial, porque

les era mucho más difícil mantener controladas a las colonias y responder ante

movimientos independentistas de una manera tan certera como antes de 1914. Pero

después de la Segunda Guerra Mundial esta situación se agudiza, las metrópolis no

están en una situación económica que les permita grandes alegrías imperialistas.

Después de la guerra, la aparición de las dos grandes potencias que marcaron la

bipolaridad del mundo durante cuarenta años, Estados Unidos y la Unión Soviética,

también ejerció gran influencia en la descolonización. Dentro de la lucha geopolítica de

la Guerra Fría, a ambas potencias les interesaba política y económicamente ampliar sus

áreas de influencia en los países del Tercer Mundo, y la existencia de grandes territorios

colonizados por los europeos no dejaba de ser un incordio para las nuevas

superpotencias.

Otra de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fue la creación de las

16 Manual
Naciones Unidas. Una organización en la que en 1948 se formula la Declaración

Universal de los Derechos Humanos, es totalmente incompatible con un mundo en el

que existen colonias donde sus habitantes no tienen los derechos que la ONU defiende.

Durante las últimas décadas, en las sociedades de los territorios colonizados había

crecido la sensación de que debían ser ellos mismos quienes eligieran sus caminos. Los

grupos independentistas que surgen ya no son vistos por la sociedad europea como

enemigos a batir, sino que incluso son vistos con buenos ojos y muchos europeos

empiezan a empatizar con dichos movimientos. A pesar que todavía hay resistencia

política, e incluso aún se mantiene una postura de superioridad moral y política, cada

vez las potencias coloniales son más conscientes de que ha llegado la hora de darles la

libertad política. Ante el mundo, las potencias europeas ya no pueden seguir

manteniendo el discurso paternalista de que las colonias no están preparadas para

autogobernarse.

2. Descolonización sangrienta: Indochina y Argelia

La gran mayoría de procesos de descolonización fueron pacíficos, a pesar de

algunos pequeños chispazos violentos. Pero hubo dos grandes excepciones; Indochina y

Argelia. Ambas colonias bajo dominio francés, por lo que en ocasiones se ha llegado a

comentar que hubo dos sistemas de descolonización: el inglés de aire más pactista y

pacífico y el francés más intransigente y violento.

El territorio de la colonia francesa de Indochina era lo que actualmente son Laos,

Camboya y Vietnam. La zona había sido colonia francesa hasta que en la Segunda

Guerra Mundial fue ocupada por Japón. Al término de la contienda, los franceses

quisieron volver a controlar la colonia como si la guerra hubiera sido un pequeño

paréntesis, sin darse cuenta de que en el territorio ya se había desarrollado un fuerte

ejército que deseaba impedir que continuase la colonización. Así, después de numerosos

enfrentamientos, los franceses fueron derrotados en 1954 en la batalla de Dien Bien

Phu, en donde perdieron la vida más de cuatro mil soldados franceses y de siete mil

Universidad Continental | Manual 17


vietnamitas. La batalla significó la firma de los acuerdos de Ginebra con la retirada

francesa. Vietnam se dividió entre el norte dominado por los comunistas de Ho Chi Min

y el sur que pasaría a ser apoyado por los Estados Unidos, donde bajo la geopolítica de

la Guerra Fría pasaría a desarrollarse la denominada Guerra de Vietnam.

La Guerra de Argelia se intensificó a partir del verano de 1955, no es casualidad

que fuera poco después de la pérdida de Indochina, pues para muchos dirigentes y

militares franceses Argelia era considerado suelo patrio y su fuerte nacionalismo no

podía soportar otra pérdida colonial, y menos de ese calado simbólico. Así que, a inicios

de 1956 ya se encontraban en territorio argelino 400.000 soldados franceses. La

principal oposición a la dominación gala era el Frente de Liberación Nacional (FLN).

La guerra se intensificó con gran crueldad por parte de las tropas francesas, lo que

motivó violentas respuestas del FLN. El presidente francés Charles De Gaulle

comprendió que no había una salida victoriosa para el ejército francés, organizó un

referéndum e inició las negociaciones que culminaron en 1962 con la independencia de

Argelia.

3. Consecuencias de la Descolonización

Conseguir la independencia política en la mayoría de casos no significó una

independencia económica. El peso y la influencia de muchas empresas de las metrópolis

y sus vínculos financieros siguieron siendo muy fuertes. Empezó lo que se denominó

Neocolonialismo, en donde la colonia seguía siendo económicamente dependiente de la

anterior potencia imperial. Además, muchas de las tierras siguieron en manos de una

minoría blanca:

En aquellas de sus colonias africanas en que había una proporción

importante de colonos blancos, Gran Bretaña se preocupó sobre todo de que

el acceso a la independencia se produjese en condiciones que permitiesen a

los colonos europeos conservar las extensas propiedades agrícolas (Fontana,

18 Manual
2013, p. 342).

Pocas fueron las antiguas colonias que consiguieron tener cierta estabilidad política,

los regímenes dictatoriales fueron usual y frecuentemente apoyados por gobiernos

europeos para así seguir manteniendo ventajas económicas, en especial si el territorio

era rico en materias primas. En caso de que un gobierno no facilitara la vida a las

empresas occidentales, no había ningún pudor en favorecer golpes de estado que

pusieran en el poder a personajes económicamente más influenciables, sin importar las

consecuencias que tuviera para la población civil el sistema dictatorial que estos

impusieran.

Los conflictos étnicos también fueron frecuentes, pues las fronteras no habían sido

delimitadas según los diferentes grupos tribales de la zona. Otro factor de violencia fue

el apoyo occidental a grupos tribales minoritarios para que consiguieran y mantuvieran

el poder, a cambio de suculentos apoyos económicos a su élite, en contra de una

mayoría de distinta etnia.

Un ejemplo de las consecuencias de la descolonización fue la violencia en Argelia

durante el fin del siglo XX e inicios del XXI:

Podemos leer diez voluminosos tomos sobre la historia del islam desde sus

orígenes y seguiremos sin entender en absoluto lo que está sucediendo en

Argelia. Pero si leemos treinta páginas sobre la colonización y la

descolonización, lo entenderemos mucho mejor (Maalouf, 2012).

De la teoría a la práctica

En Muchos artículos de prensa se habla del Neocolonialismo Chino en América

Latina. Busca una de esos artículos en Internet y compara lo que se dice con el

Neocolonialismo que has leído en el texto y analiza si es correcto hablar de

neocolonialismo Chino en América Latina en el siglo XXI.

Universidad Continental | Manual 19


Glosario de la Unidad 3

Colonia
Territorio fuera de la nación que lo hizo suyo, y ordinariamente regido por leyes especiales (RAE).

Descolonización
Supresión de la condición colonial de un territorio (RAE).

Doctrina
Conjunto de ideas u opiniones religiosas, filosóficas, políticas, etc., sustentadas por una persona o grupo.

Holocausto
Gran matanza de seres humanos (RAE).

Metrópoli
Nación, u originariamente ciudad, respecto de sus colonias (RAE).

Neocolonialismo
Predominio e influencias determinantes, especialmente en el campo de la economía, por parte de antiguas
potencias coloniales, naciones poderosas y empresas internacionales sobre países descolonizados o en
vías de desarrollo (RAE).

20 Manual
Bibliografía de la Unidad 3
Briggs, A., Clavin, P. (2004). Historia contemporánea de Europa. 1789-1989. Barcelona: Crítica.

Casassas, J. et al. (2013). La construcción del presente. El mundo desde 1848 hasta nuestros días.
Barcelona: Ariel.

Fontana, J. (2013). Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945. Barcelona: Pasado y
Presente.

Hastings, M. (2011). Némesis. La derrota del Japón 1944-1945. Barcelona: Crítica.

Kershaw, I. (2016). Descenso a los infiernos. Barcelona: Crítica.

Lowe, K. (2012). Continente salvaje. Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Barcelona: Galaxia
Gutenberg.

Maalouf, A. (2012) Identidades Asesinas. Madrid: Alianza Editorial. (Versión ebook).

RAE (2014). Diccionario de la Lengua Española. 23ª Edición. España: Real Academia de la Lengua.
[Consulta: 18 diciembre 2017] [Link].

Universidad Continental | Manual 21


22 Manual

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