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Apuntes Clase 10

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PROTECCIÓN RADIOLÓGICA ESPECÍFICA EN INSTALACIONES

DE RADIODIAGNÓSTICO.
1. CONSIDERACIONES GENERALES

En radiodiagnóstico existen diferentes tipos de exploraciones con diferentes riesgos derivados,


pero existen una serie de normas básicas de protección radiológica comunes. En este tipo de
instalaciones confluyen otras características particulares como el hecho de que al ser aparatos
eléctricos productores de rayos X no existe irradiación si el equipo no está funcionando.

La protección radiológica debe estar presente en todo el proceso de la instalación, desde la fase
de diseño hasta la fase de operación, incluyendo no sólo el diseño de la instalación, sino también
el diseño del equipo.
El personal de las instalaciones recibirá menos dosis si el paciente recibe menos dosis, por tanto,
la prescripción de las exploraciones debe realizarse valorando la relación coste/beneficio, ya
que el mayor ahorro de dosis es la exploración innecesaria que no se realiza.

2. DISEÑO DE INSTALACIONES

La instalación y aceptación de equipos nuevos o modificados, cuyo funcionamiento implique


riesgo radiológico, debe llevarse a cabo siguiendo criterios de optimización. Esto es, además de
permitir que se logren los objetivos clínicos, diagnósticos o terapéuticos perseguidos deben
minimizarse las dosis asociadas a dichos estudios.

Por ello, la toma de decisiones para la adquisición o modificación de este tipo de instalaciones
debe hacerse teniendo en cuenta:

− Las necesidades clínicas a que pretende dar respuesta dicha adquisición o modificación.

− Las dosis a pacientes, trabajadores y público.


− El riesgo potencial de accidente radiológico.
− La normativa legal existente.

Deberá, por tanto, existir una fase previa a la compra, en la que se estudie y se planifique la
misma teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, por lo que deberá ser consultado con
un Servicio o Unidad Técnica de Protección Radiológica para que determine las
consideraciones oportunas de acuerdo con la legislación vigente.
En el diseño de la instalación radiológica se deberá contemplar:

− El control de accesos a las zonas con riesgo radiológico.


− Detalles sobre los enclavamientos eléctricos y mecánicos de seguridad.
− Composición y dimensiones de los blindajes.
− Adecuación a la normativa legal vigente.

En este sentido, en relación a la clasificación de zonas con riesgo radiológico, se recomienda su


aplicación en la forma indicada en la Tabla 1.

Puestos de control Zona vigilada


Salas con equipos fijos, al menos mientras el Zona controlada
generador esté conectado a la red
Cabinas Zona vigilada
Pasillos y dependencias de utilización Zona de libre acceso
pública

Tabla 1: Clasificación de zonas

Esta clasificación tiene validez exclusivamente durante el funcionamiento de los equipos de


rayos X, siendo todas ellas zonas de libre acceso en el caso de que el equipo no esté en
funcionamiento. Todas las zonas deberán estar reglamentariamente señalizadas. Es
recomendable que en el acceso a las salas de Rayos X, cuando se emite radiación, tengan una
señalización luminosa de color rojo que indique la emisión de rayos X.

En cuanto a la planificación de una instalación radiológica, se deberá tener en cuenta:

− Los puestos de control deben estar protegidos por paredes blindadas con ventana que
permita observar el interior de la sala y deberán tener intercomunicador.

− La puerta de entrada a la sala radiológica, posibles ventanas, el puesto de control y la


cámara oscura, se han de situar en un lugar hacia donde no se pueda dirigir el haz directo.

− El puesto de control ha de tener un acceso directo independiente del de la sala.

En cuanto al proyecto de protección estructural (blindajes), las medidas de protección consisten


en interponer un espesor de material, o barrera de protección, entre el trabajador y la fuente
generadora de radiación.
Para el cálculo del blindaje que se requiere para proteger una zona determinada, hay que
considerar:

− El tipo de radiación (naturaleza y energía) que se dirige hacia ella.


− La carga de trabajo que cubra las previsiones futuras, en función del volumen máximo
de exploraciones que se pueden efectuar en la sala.
− Las posiciones relativas de la zona a proteger en relación con el tubo de rayos X y la
dirección del haz primario.
− Las características de los muros de las paredes.
− Las características de las salas colindantes y el tipo de personal que va a estar en las
mismas.

3. CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DE LAS INSTALACIONES DE


RADIODIAGNÓSTICO.

El Real Decreto 1085/2009, de 3 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre instalación
y utilización de aparatos de rayos X con fines de diagnóstico médico, establece una clasificación
de las instalaciones de rayos X según tres tipos:
1. Instalaciones con equipos de TC, radiología intervencionista, mamografía, equipos
quirúrgicos y móviles
2. Instalaciones con equipos de diagnóstico general, veterinario y dental no intraoral
3. Instalaciones con equipos de diagnóstico dental intraoral o podológico y de
densitometría ósea.
En estas instalaciones es obligatorio:
- implantar un programa de protección radiológica
- Realizar, como mínimo anualmente, y siempre que se modifiquen las condiciones
habituales de trabajo o se detecte alguna irregularidad que afecte a la protección
radiológica, la vigilancia de los niveles de radiación en los puestos de trabajo y en las
áreas colindantes. Lo realizará un Servicio o Unidad Técnica de protección radiológica,
emitiendo un certificado con los resultados.
- Obtener un certificado de conformidad de la instalación, expedido por una Unidad
Técnica o Servicio de Protección Radiológica que exprese:
- Que se mantienen las características materiales recogidas en la inscripción en el
registro
- Que se cumple el programa de protección radiológica
- Los titulares de las instalaciones deben tener un informe que comprenda:
El certificado de conformidad
Los certificados de verificación tras intervenciones o reparaciones
Un resumen de la dosimetría del personal expuesto
Los resultados de las verificaciones anuales de los niveles de radiación.
El programa de protección radiológica, que constará por escrito debe contemplar:
a) Medidas de prevención:
a. Evaluar el riesgo radiológico de las condiciones de trabajo
b. Clasificación y señalización de zonas
c. Formación del personal inicial y periódica
d. Clasificación de los trabajadores expuestos
e. Establecimiento de normas y procedimientos de trabajo adecuados a la
clasificación radiológica de las zonas de trabajo
b) Medidas de control:
a. Control de calidad del equipamiento
b. Control del tiempo de funcionamiento
c. Control mediante la distancia a la fuente
d. Utilización de blindajes fijos o móviles
e. Utilización de equipos de protección personal
c) Medidas de vigilancia:
a. Vigilancia radiológica de las zonas de trabajo
b. Vigilancia dosimétrica de los trabajadores expuestos
c. Vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos
d) Medidas administrativas:
Registro y archivo de los resultados de la vigilancia dosimétrica de los
trabajadores, de la instalación, de las actividades de la formación inicial y
periódica, y establecimiento de un protocolo de actuación ante la eventual
superación de los límites de dosis reglamentarios.

4. DESARROLLO DE LA PROTECCIÓN RADIOLÓGICA OPERACIONAL.


ORGANIZACIÓN Y CONTROL

Las características comunes a toda exploración radiológica implican ciertas medidas


organizativas y de control, por lo que es importante tener en cuenta:
− Los trabajadores expuestos deberán conocer los riesgos del uso de las radiaciones
ionizantes, los límites de dosis, el reglamento de funcionamiento, el plan de emergencia y
las normas de uso de los dosímetros personales.

− El flujo de pacientes deberá ser fluido, evitando paseos inútiles que pueden afectar al
rendimiento de la instalación.

− El acceso a las salas deberá estar controlado, evitándose la entrada de personas durante las
exposiciones.

− Los operadores someterán al conjunto tubo-generador a un calentamiento gradual al inicio


de la jornada de trabajo, lo que mejora el rendimiento y minimiza las averías.

− Antes de empezar cualquier tipo de exploración deben cerrarse las puertas de la sala de
RX.

− Durante el trabajo debe emplearse siempre un sistema de dosimetría personal o de área. En


caso de dosimetría personal su uso es responsabilidad del usuario siendo personal e
intransferible.

− Si se va a trabajar a pie de tubo el dosímetro personal es obligatorio, así como el delantal


plomado y demás elementos de protección específicos según el riesgo de la exploración.

− No dirigir el haz directo hacia las ventanas, puesto de control y cuarto oscuro.

− Se debe colimar el campo de irradiación al mínimo compatible con las necesidades del
diagnóstico.

− En la sujeción del chasis se emplearán fundamentalmente dispositivos mecánicos.

− Si hay que permanecer en la sala durante la exploración, para sujetar al paciente, lo podrá
hacer familiares o acompañantes siempre que estén en número mínimo imprescindible,
voluntariamente aceptado e informado del riesgo y del método de protección a utilizar,
cumpliendo las normas siguientes:

− Nunca colocará ninguna parte de su cuerpo en la dirección del haz primario.


− Se deberá estar lo más alejado posible del haz y del paciente (evitando radiación directa y
dispersa respectivamente).

− El número de placas debe ser el menor posible, siempre compatible con la exploración o
procedimiento a realizar.

− Se debe optimizar la dosis utilizando la técnica radiográfica más adecuada para obtener la
calidad de imagen requerida.

− Justo antes del disparo se verificarán las condiciones técnicas del disparo: Tensión (kV),
intensidad (mA) y tiempo(s), fundamentalmente.

− Antes de la exploración, se advertirá al paciente de la necesidad de permanecer inmóvil


durante el disparo y se comprobará. En caso de duda, no se realizará el disparo.

− Deberán estar visibles carteles que indiquen a las pacientes embarazadas, o con posibilidad
de estarlo, que comuniquen su estado al operador. En todo caso, al realizar estudios a
mujeres con capacidad de procrear, el operador deberá constatar de forma previa que no
están embarazadas.

− Se implementarán métodos para evitar la duplicación innecesaria de exploraciones.

Antes de iniciar una operación que pueda dejar fuera del servicio un equipo, instrumento o
sistema que afecte a la protección radiológica, dicha operación deberá ser autorizada
explícitamente por el director de la instalación, quien anotará en el diario la fecha y hora en que
se inicia y finaliza la operación indicada y el nombre de la persona responsable de llevarla a
cabo.

También se llevará un control de la tasa de rechazo o repetición de imágenes, anotándose dicho


número en un registro.
6. REQUISITOS PARTICULARES DE PROTECCIÓN RADIOLÓGICA EN
INSTALACIONES DE RADIOLOGÍA ESPECIALIZADA.

a. Radiología Intervencionista.

En radiología intervencionista se realizan procedimientos diagnósticos y técnicas de interés


terapéutico bajo control radioscópico. Se visualizan vasos y cavidades, previo relleno de los
mismos con una sustancia de contraste.

Estas técnicas y procedimientos requieren largos tiempos de radioscopia; además, intervienen


un mayor número de personas, provocando un aumento de la exposición a un considerable
número de individuos, por lo que es necesario extremar la protección radiológica de los
trabajadores expuestos.

Como primera medida de protección, mientras exista emisión de rayos X, habrá que evitar la
permanencia en la sala cuando no sea necesario.

Los profesionales presentes durante la exploración o procedimiento terapéutico deberán llevar


delantales plomados. En el caso del médico especialista, y debido a la posición que debe ocupar
respecto al haz de Rayos X, se aconseja el uso de gafas y guantes de protección radiológica. En
los últimos años se están desarrollando nuevos materiales de protección más ligeros sin perder
su poder de atenuación. También es habitual la utilización de mamparas plomadas (figura 1).
El Servicio ó Unidad Técnica de Protección Radiológica podrá realizar unos mapas de
exposición (isodosis), para distintas orientaciones del tubo de rayos X, donde se localizarán las
zonas de mayor exposición, para que éstas sean evitadas en la medida de lo posible por el
personal que esté en la sala durante la intervención.

Figura 1: Sala de Radiología Intervencionista con algunos elementos de protección.

En cuanto al diseño del blindaje estructural de la sala, hay que tener en cuenta que en muchas
instalaciones, el tubo de RX y el sistema de registro de imagen forman un arco isocéntrico, de
manera que el haz puede dirigirse en cualquier dirección del espacio, pero siempre incide sobre
el sistema de imagen, por lo que hay que considerar, además de las paredes, el suelo y el techo
como barreras secundarias.

En la medida de lo posible, se recomienda el uso de equipos con fluoroscopia pulsada, o con


memorización de imagen que pueden reducir considerablemente la exposición tanto del
personal como del propio paciente.

b. Radiología pediátrica.

En las exploraciones a niños hay que prestar una mayor atención debido a que son menos
cooperativos que los adultos y tienen una respiración más acelerada, siendo estos factores
muchas veces la causa de repetición de radiografías. Además, dada su mayor expectativa de
vida deben irradiarse lo menos posible para evitar la posible aparición de efectos estocásticos.

Para evitar el movimiento, se pueden usar elementos de inmovilización que además permiten
una colimación más exacta y precisa, que nos evitará una irradiación innecesaria del niño. No
obstante, se utilizarán generadores que permitan emplear tiempos de disparo muy cortos.

En el caso de estudios a bebés, se recomienda el uso de colimación manual, ya que el cuerpo de


éste podría ser más pequeño que la película corriéndose el riesgo de irradiarlo totalmente, si se
usa la colimación automática.

No deben usarse rejillas antidifusoras, ya que, dado el pequeño espesor del paciente, la cantidad
de radiación dispersa que se origina es muy escasa, por lo que apenas influye en la imagen. La
reducción de dosis al no emplear la rejilla, puede estar en torno a la mitad o la tercera parte,
según los casos.

Es necesario el uso de protectores gonadales siempre que el tipo de exploración lo permita.

Para todas las exploraciones de pacientes pediátricos el documento de la CE recomienda utilizar


protectores de goma plomada en la proximidad inmediata del campo de Rx. Para exposiciones
de 60-80 kVp, se puede conseguir una reducción de dosis en gónadas de 30-40% si se utilizan
protectores de espesor equivalente a 0,25 mm de Pb. A más de 4 cm del borde de campo el
protector no es efectivo.

Se debe verificar frecuentemente la coincidencia haz-luz, además de los factores de tensión


(kV), intensidad (mA) y tiempo de exposición, ya que pequeñas variaciones de estos factores
pueden influir en la calidad de la imagen radiográfica, sobre todo en radiología pediátrica.
(Figura 2)
Figura 2. Póster elaborado por AGFA y la ICRP para la protección radiológica en
pediatría.

c. Equipos móviles.

Las exploraciones a pacientes inmovilizados se llevan a cabo mediante equipos móviles (figura
3). Su empleo en salas carentes de blindajes estructurales y ocupadas por otras personas plantea
problemas importantes de protección radiológica tanto para el paciente como para el propio
operador. Se recomienda, siempre que se pueda, limitar el número de personas en la habitación
al mínimo posible.
Figura 3: Equipo móvil.

En este tipo de estudios, la película está desligada del equipo de rayos X por lo que hay que
prestar especial atención al centrado de ésta y a una correcta alineación con el haz de radiación,
ya que no se dispone de las mismas referencias geométricas que con equipos convencionales.
Este problema se agudiza cuando se necesita usar una rejilla antidifusora, complicándose aún
más en el quirófano donde la posición del chasis no es claramente visible. También la
colimación resulta difícil al no disponer de referencias anatómicas visibles o palpables.

Debe medirse con cuidado la distancia, ya que desviaciones de algunos centímetros pueden
provocar alteraciones importantes en la imagen. Debido a los continuos desplazamientos de los
equipos, éstos pueden desajustarse por lo que es imprescindible realizar su verificación con
mayor frecuencia.

El operador debe situarse durante el disparo a una distancia de 2 m como mínimo del tubo
emisor de rayos X y del paciente, que es el que genera radiación dispersa y debe usar delantal
plomado. No debe dirigir el haz directo hacia otros enfermos. Debe diafragmar el campo de
irradiación al mínimo y utilizar protectores para el paciente, siempre que sea necesario y
posible, incluso para los enfermos colindantes. Si fuese imprescindible sujetar el chasis o al
paciente durante la exploración se deberán utilizar guantes plomados.

Los estudios que precisen de radioscopia, deberán utilizar un equipo con intensificador de
imagen fijamente acoplado en frente del tubo de tal manera que el haz de radiación quede
interceptado en su totalidad por él. Actualmente los intensificadores de imagen están siendo
reemplazados por paneles planos. Siempre que se pueda se empleará radioscopia intermitente
con memoria de imagen, o radioscopia pulsada.
d. Mamografía.

Es una técnica muy útil para la detección precoz del carcinoma de mama y de tumores inferiores
a 5 mm de diámetro.

La mamografía periódica en mujeres asintomáticas y está justificada para pacientes con 50 años
o más. Por debajo de esta edad, sólo está recomendada si existen antecedentes personales o
familiares de cáncer de mama, u otra indicación de riesgo elevado.

En mamografía deben usarse instalaciones y sistemas especiales para la obtención de imágenes


(figura 4). Se estudian tejidos blandos y con muy pocas diferencias de atenuación entre ellos;
además, la zona anatómica a irradiar tiene una gran diferencia de espesor. Por lo que, las
necesidades de esta técnica son gran contraste y gran latitud. Ambas características son
contrapuestas entre sí por lo que se debe utilizar una radiación de baja energía, lo que implica
una menor penetración y una mayor dosis superficial.

Figura 4: Mamógrafo.

Si la mama es grande es posible que la imagen radiológica tenga menos contraste debido a la
radiación dispersa, pero gracias a esta compresión se igualará el espesor de la mama y se
reducirá la borrosidad cinética. Para ello se deben utilizar los dispositivos de compresión
existentes en el mercado.

En relación a la película, se utilizan las de emulsión única, especiales para mamografía, con
pantallas de refuerzo de una sola cara, que, sin perder calidad de imagen, nos permiten reducir
sensiblemente las dosis a pacientes. Actualmente los sistemas analógicos están siendo
reemplazados por sistemas digitales.
Desde el punto de vista de la protección operacional, la mamografía plantea pocos problemas
por el uso de radiación de baja energía. En estas instalaciones el operador generalmente se
protege tras una mampara de vidrio plomado de espesor equivalente a 0,5 mm de plomo.
e. Tomografía Computarizada (TC).

Durante una exploración de TC, el operador permanece detrás de los blindajes estructurales,
por lo que no tiene que tomar ninguna medida de protección frente a la radiación (figura 5). En
el caso de que se necesite inyectar una sustancia de contraste durante la adquisición del estudio,
es recomendable la utilización de bombas de infusión a distancia para evitar la irradiación
innecesaria del operador.

En cuanto a la protección del paciente, hay que prestar atención al número de cortes de la
exploración, ya que cuantos más se hagan mayor será la dosis recibida por éste.

Figura 5: Control del Tomógrafo Computarizado.

El TC multicorte, al tener varios canales de adquisición (“array” de detectores), posibilita la


generación de datos independientes gracias a la rotación completa en tiempos muy cortos.
Además, en algunos TC de última generación se incorpora el sistema de control de intensidad
que proporciona una optimización del procedimiento a partir de una modificación de la
intensidad de corriente del tubo en función de la atenuación.

f. Radiología digital.
El avance durante las dos últimas décadas de los detectores digitales de rayos X y del rápido
desarrollo de los ordenadores, ha supuesto el auge de la radiología digital. La radiología digital
está reemplazando rápidamente a la radiología analógica de película-pantalla debido a que se
puede manipular la imagen después de adquirirla, presenta un mayor rango dinámico que la
película convencional, y por tanto tolera sub y sobreexposiciones produciendo imágenes
clínicamente aceptables. La imagen se puede cuantificar y se puede archivar y distribuir en
formato electrónico.
Los primeros equipos de radiología digital que se emplearon, si no tenemos en cuenta el escáner,
fueron los sistemas de radiología computerizada, o la utilización de fósforos fotoestimulables
reutilizables. En estos sistemas la absorción de los rayos X crea electrones atrapados en el
material fotoestimulable en forma de imagen latente. Tras excitación óptica, generalmente con
un haz láser, estimula el fósforo fotoestimulable liberando los electrones atrapados. Este exceso
de energía se libera en forma de luz que es detectado por un fotodetector y convertido en señal
eléctrica. La pantalla después se somete a un haz de luz uniforme que borra cualquier señal
residual y la deja preparada para ser reutilizada La ventaja de estos sistemas es que se pueden
utilizar con equipos de rayos X convencionales
Otros de los sistemas utilizados son los detectores planos. En estos sistemas se han desarrollado
dos tecnologías, las llamadas de conversión directa y los indirectos. En la primera se utiliza
una matriz de TFT (thin-film transistor) y un fotoconductor (selenio amorfo). Los fotones de
rayos X son capturados por la capa fotoconductora y transformados directamente en señal
eléctrica. En los sistemas indirectos se usa una pantalla generalmente de CsI (Ioduro de Cesio)
que convierte los rayos X en luz, esta se captura el la matriz de silicio amorfo que la transforma
en señal eléctrica.
La tecnología digital tiene el potencial de reducir las dosis a pacientes y también de aumentarlas
considerablemente

7. CONSIDERACIONES PARTICULARES RESPECTO A LA PROTECCIÓN


RADIOLÓGICA DE LOS PACIENTES.

El paciente merece una consideración especial, ya que la exposición radiológica le proporciona


un gran beneficio diagnóstico o terapéutico frente al pequeño riesgo al que puede estar
sometido. El objetivo es evitar exposiciones innecesarias o excesivas atendiendo a las
recomendaciones de la ICRP, del UNSCEAR y de la OMS. Las exposiciones médicas deben:
− Estar siempre justificadas por el médico prescriptor y el médico especialista
correspondiente. Quedando la decisión final de la justificación a criterio del especialista
correspondiente.

− Realizarse al nivel más bajo posible de dosis.


− Llevarse a cabo siempre bajo la responsabilidad de un especialista médico.

En relación al principio de justificación, las exposiciones médicas no sólo deben proporcionar


un beneficio neto suficiente, sino que habrá que considerar su eficacia y su eficiencia, así como
los beneficios y los riesgos de otras técnicas alternativas disponibles que no requieran
exposición a dichas radiaciones.

La exposición médica que no pueda justificarse deberá prohibirse.

Los criterios de justificación de las exposiciones médicas deberán constar en los


correspondientes Programas de Garantía de Calidad de las Unidades asistenciales de
Radiodiagnóstico y Radiología Intervencionista, estando a disposición y en conocimiento de la
Autoridad sanitaria competente.
Los procedimientos diagnósticos deben seguir el principio de optimización a fin de reducir las
dosis sin afectar la calidad de la información diagnóstica, ya que estas dosis pueden variar en
dos órdenes de magnitud según las instalaciones. Asimismo, tanto los procedimientos
terapéuticos como los diagnósticos, deben elaborarse a partir de protocolos establecidos que
garanticen su calidad.

Si bien a los pacientes no se les puede aplicar el principio de la limitación de dosis, se han
reglamentado unos niveles de referencia para el Radiodiagnóstico. En la legislación española
están establecidos para adultos y en algunas exploraciones simples (Tabla 4). Los niveles de
referencia son niveles de investigación establecidos para vigilar dosis elevadas o excesivamente
bajas. No se aplican a pacientes individuales. Se establecen a nivel local o nacional, y se eligen
magnitudes fáciles de medir Estos niveles no se deberían sobrepasar cuando se aplica una buena
práctica.

Valores de referencia en grafía para adultos (RD 1976/1999)

Exploración Dosis superficie a la entrada (DSE) en mGy

Abdomen AP 10.0
Columna lumbar AP/PA 10.0
Columna lumbar L 30.0
Columna lumbo-sacra L 40.0
Cráneo AP 5.0
Cráneo L 3.0
Cráneo PA 5.0
Mamografía 10.0
Pelvis AP 10.0
Tórax L 1.5
Tórax PA 0.3
Dental 7.0

Tabla 4

En relación al equipamiento, se han establecido medidas rigurosas para evitar su proliferación


innecesaria, así como para su control (inventario nacional, criterios mínimos de aceptabilidad,
vigilancia periódica, etc.). Asimismo, todos los nuevos equipos de radiodiagnóstico deben
poseer un dispositivo que informe sobre la dosis administrada al paciente en cada exploración
o intervención.

Aparte de ello, se debe prestar una atención particular, a tres categorías de exposición, que la
legislación europea denomina “prácticas especiales”:

- La exposición del niño, debido a su mayor sensibilidad a la radiación.


- Los programas de "cribado sanitario" porque afectan a un elevado número de
personas, potencialmente sanas.
- Los procedimientos que implican altas dosis de radiación, sobre todo, si pueden
producir efectos deterministas, como es el caso de la radiología y cardiología
intervencionista.

Respecto a la protección radiológica de los pacientes pediátricos, se está realizando un gran


esfuerzo a nivel internacional. En Estados Unidos se ha creado una organización para la
seguridad radiológica en pediatría con el objetivo de reducir la dosis de radiación en pruebas de
imagen y procedimientos pediátricos. La campaña se centró inicialmente en la utilización de la
tomografía computarizada, ya que las dosis recibidas suponen la mayor contribución a la dosis
colectiva debido a pruebas radiológicas. Actualmente se ha extendido a la radiología
intervencionista.
Las mujeres en edad de procrear también merecen una mención especial, y el RD de protección
al paciente hace referencia a una justificación individual de las exposiciones médicas: en el
caso de mujeres en edad de procrear, y si no se puede excluir el embarazo, y especialmente si
están implicadas la región abdominal y la pélvica, se prestará especial atención a la justificación,
valorando especialmente el tipo de examen, la urgencia del mismo, y la optimización de la
técnica, teniendo en cuenta la exposición de la futura madre y fundamentalmente la del feto.
Los riesgos de la radiación en el feto dependen de la etapa de gestación y de la dosis absorbida.
Los riesgos son mayores durante la organogénesis y en el principio del periodo fetal. Son
menores en el segundo trimestre de gestación y menores en el tercero. Analizando los efectos
de las radiaciones ionizantes en el feto, las malformaciones radioinducidas, que son efectos
deterministas tienen un umbral de 100-200 mGy, y con 3 TC de pelvis ó 20 radiografías de
pelvis no se alcanzan dosis en feto de 100 mGy. Esos niveles de dosis se pueden alcanzar con
procedimientos intervencionistas que incluyan la pelvis. De supervivientes de las bombas
atómicas dosis en feto, se sabe que del orden de 300 mGy pueden suponer retraso mental severo.
Dosis en útero inferiores a 100 mGy no tiene repercusión práctica en cualquier efecto sobre el
coeficiente intelectual (ICRP 90, 2003). La radiación aumenta el riesgo de padecer leucemia y
muchos tipos de cáncer en adultos y niños, este sería un efecto estocástico, y se asume que el
feto tiene el mismo riesgo de padecer cáncer que los niños. El riesgo relativo puede ser tan alto
como 1,4 (aumento del 40% sobre la incidencia normal) debido a una dosis fetal de 10 mGy.
Para un individuo expuesto en útero a 10 mGy, el riesgo absoluto de padecer cáncer entre los 0
y 15 años es del orden de 1 en 1700. La irradiación antes de la concepción de las gónadas de
los padres no ha supuesto un aumento de sufrir cáncer o malformaciones en los niños. Estos
datos se han obtenido de estudios de supervivientes de las bombas atómicas y de padres tratados
con radioterapia cuando eran niños.
Respecto a la radiología digital, la ICRP recomienda formación y entrenamiento adecuado del
personal que maneja los equipos, ya que éstos tienen el potencial de aumentar
considerablemente las dosis recibidas por los pacientes si no se operan correctamente. También
medir las dosis recibidas. Los equipos de radiología digital tienen indicadores de dosis que es
necesario que los operadores conozcan su interpretación. La industria debe ofrecer dispositivos
para conocer y controlar las dosis impartidas. Actualizar los programas de garantía de calidad
y ser riguroso en la justificación de las exploraciones

En 2008 se publica un artículo “Patient dose in interventional radiology in an European Survey”


Radiation Prot Dosimetry 2008; 129 (1-3): 39-45 Epub 2008 Feb 20. de un estudio llevado a
cabo en 13 países europeos con el fin de establecer dosis de referencia en procedimientos de
radiología intervencionista. Para ello se miden las dosis recibidas por 1300 pacientes en 20
procedimientos diferentes. La conclusión es que existen variaciones de muchos órdenes de
magnitud en el número de equipos y procedimientos por habitante, y en las dosis recibidas por
los pacientes. Por tanto en radiología intervencionista es muy importante el proceso de
optimización. La Comisión europea ha desarrollado el proyecto MARTIR sobre formación en
protección radiológica en radiología intervencionista (PR119) que es un curso multimedia y
audiovisual.

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