El Nacimiento e Infancia de Jesús
El Nacimiento e Infancia de Jesús
El Nacimiento e Infancia de Jesús
María después de permanecer y ayudar a su prima Isabel, vuelve a Nazaret donde vive con
José. Pero esta vida sencilla, se ve modificada por un decreto del emperador Augusto, quien
ordena que debía realizarse un censo, en donde cada habitante debía ir a inscribirse a su
ciudad de origen. Por este motivo María y José deben viajar a Belén, ya que José provenía de
allí.
Mientras se encontraban en Belén llegó el tiempo de ser madre, María da a luz a su hijo
primogénito. Y así nació Jesús, en un humilde establo, María lo envolvió en pañales y lo acostó
en un pesebre porque no había lugar para ellos.
En aquél pesebre Jesús es adorado por los pastores y unos magos venidos de oriente.
“…se pusieron en camino y la estrella que habían en oriente, los guió hasta que llegó y se
detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría,
entraron en la casa y vieron al niño con su madre y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron
sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra”.
A este acontecimiento la Iglesia lo celebra el segundo domingo del año, la fiesta de la Epifanía,
la “manifestación” de Jesús como hijo de Dios a los sabios que vinieron de oriente para
adorarlo.
Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios, siguen sus
señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo
que tienen.
La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que
anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.
Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas siguiendo a
la estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos
de la tierra que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.
Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios.
Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil,
incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier
esfuerzo y trabajo vale la pena.
Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá
ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo
encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos.
“El ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: levántate, toma al niño y a su
madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño
para matarlo. José se levantó, tomó al niño y su madre y partió hacia Egipto, donde
permaneció hasta la muerte de Herodes. Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se
apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: levántate, toma al niño y a su madre y regresa a
la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño. Así José,
María y el niño se regresaron a la región de Galilea, y se fueron a vivir a un pueblo llamado
Nazaret”.
Sus padres iban cada año a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió 12 años,
subieron a celebrar la fiesta. Terminada la fiesta, cuando regresaban, el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin saberlo sus padres. Estos creían que iba en la caravana, pero al no encontrarlo
regresaron a Jerusalén a buscarlo. Al cabo de tres días lo encontraron en el Templo sentado en
medio de los doctores, al verlo se quedaron asombrados y su madre le dijo: - Hijo, ¿por qué
has hecho esto?, tu padre y yo te hemos buscado angustiados. Él les contestó: ¿por qué me
buscaban? ¿no sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi padre?. Pero ellos no
comprendieron lo que les decía. Bajó con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos. Su
madre conservaba todos estos recuerdos en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en
estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres.