Mesopotamia y Egipto
Mesopotamia y Egipto
Mesopotamia y Egipto
Mesopotamia era un territorio ubicado entre los ríos Tigris y Éufrates, en el oeste de Asia. Fue
habitado por diferentes civilizaciones antiguas importantes, entre ellas, los sumerios, los
acadios, los asirios y los babilonios.
Los sumerios
Desde el 3500 a. C., la civilización sumeria desarrolló técnicas complejas de agricultura con
grandes obras de canales para controlar el flujo del agua. Además, los sumerios fundaron
decenas de centros urbanos llamados “ciudades-Estado”. Cada ciudad sumeria tenía su propio
gobierno, sus leyes y adoraba a un dios distinto. Las más importantes fueron Ur, Uruk, Eridu y
Kish.
Los sumerios crearon el primer sistema de escritura (llamado cuneiforme) con el objetivo de
registrar la administración de las ciudades. Otro rasgo destacado de su cultura fue la
construcción de zigurats, que eran templos en forma de pirámides escalonadas. Además, de su
cultura proviene el mito del diluvio universal, que se encuentra presente en el relato épico La
epopeya de Gilgamesh.
Los acadios
Los acadios eran un pueblo semita que habitaba en Mesopotamia y que, a partir de 2350 a. C.,
logró someter a las diferentes ciudades de la zona. El rey Sargón I centralizó el poder y unificó
la región bajo un solo reino que, con las sucesivas conquistas de los territorios vecinos, se
convirtió en uno de los imperios más importantes de la época.
Por más de un siglo, los acadios difundieron su lengua y su cultura. Sin embargo, hacia 2150 a.
C., no lograron mantener el control y las ciudades-Estado sumerias recuperaron su
independencia.
Los asirios
Los asirios fueron otro pueblo de origen semita que habitó Mesopotamia. Desde mediados del
tercer milenio antes de Cristo, algunas ciudades-Estado asirias se fueron unificando bajo un
gobierno centralizado. Sin embargo, fue recién hacia los siglos VIII y VII a. C. que los asirios
extendieron su poder y construyeron un imperio al conquistar varias regiones de
Mesopotamia, Anatolia, Siria y el Levante. La caída de su poderío fue consecuencia de
conflictos políticos internos y externos.
Los asirios fueron conocidos por su destreza militar y sus tácticas de guerra avanzadas. También
se caracterizaron por el gran desarrollo de la cultura escrita y por su arte arquitectónico, con
relieves muy detallados de escenas de batalla y escenas religiosas.
Los babilonios
Los babilonios fueron otro pueblo semita que habitó en Mesopotamia. En 1792 a. C., su rey
Hammurabi I conquistó las ciudades sumerias y fundó el primer Imperio babilónico. Sin
embargo, durante los siglos siguientes la región fue invadida por pueblos de diferentes
orígenes (hititas, casitas y asirios).
Hacia el siglo VII a. C., los babilonios recuperaron el control de la región y, bajo el reinado de
Nabucodonosor II, ocuparon además Fenicia y Palestina y fundaron el Imperio neobabilónico,
que se mantuvo vigente hasta la invasión del Imperio persa en 539 a. C.
El Antiguo Egipto
La civilización del Antiguo Egipto se asentó en el valle del río Nilo, en el norte de África. Se
estima que hacia el 3000 a. C. se fundó la primera dinastía, liderada por el faraón Nemes. Bajo
un mismo gobierno existían diferentes ciudades que se comunicaban a través del río Nilo.
La historia de los egipcios dura más de tres mil años y está marcada por el ascenso y descenso
de diferentes dinastías. Se creía que el faraón era sagrado porque conectaba a la sociedad con
los dioses.