Filosofia
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PLATÓN
El mito del auriga, Platón compara el alma con una fuerza natural que
mantiene unidos un carro con su auriga. El conductor guía a una pareja de
caballos: uno es hermoso y bueno; el otro, todo lo contrario.
* Alma racional (inteligencia); el auriga, la parte más noble. Su función es
el conocimiento de las Ideas y guía a las otras dos. Inmortal y situada
simbólicamente en la cabeza, su virtud es la prudencia. Dirige el carro
hacia el mundo de las Ideas.
* Alma irascible (sede de las pasiones nobles): el caballo bello y bueno.
Simboliza el valor y la voluntad. Situada en el pecho, es fuente de pasiones
nobles y fáciles de conducir. Su virtud es la fortaleza.
* Alma concupiscible (sede de las pasiones innobles): el caballo feo y
malo. Simboliza los placeres y apetitos sensibles y es la parte del alma
parecida al cuerpo, tiende al mundo sensible. Situada en el abdomen, tiene
como virtud la templanza. Perece con el cuerpo.
Cada parte del alma, para ejercer su función, necesita de su virtud
correspondiente. Así surge la armonía del alma, la virtud de la justicia. El
hombre justo es aquel que consiga que su alma racional guíe al alma
irascible y que ambas dominen sobre el alma concupiscible.
«El hombre es su alma y esta ansía contemplar de nuevo las Ideas. El
cuerpo es una rémora para la consecución de ese objetivo».
¿Cómo lograrlo? Siendo virtuoso y justo. La justicia, la vida virtuosa, se
presenta así como el ideal máximo al que debe aspirar el ser humano.
DESCARTES
Nuevo dualismo. El ser humano es la suma de dos sustancias distintas e
independientes entre sí: res cogitans (pensamiento) y res extensa (cuerpo).
* Descartes de ende un mecanicismo. El mundo es explicable mediante
leyes y no nalidades. Lo que puede ser explicado mediante leyes es
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Inconvenientes argumentativos como la amenaza del olvido, por lo que la
identidad supondría un continuo de trabajo de preservación de los
recuerdos. Su propuesta será congruente con sus presupuestos
epistemológicos. Lo experimentado, lo vivido nos constituye de manera
propia y no una esencia, o sustancia permanente, al modo griego o
medieval.
NIETZSCHE
El superhombre: último hombre que contempla la muerte de Dios como
oportunidad para crear nuevos valores, desborda esas viejas nociones de
bueno/malo por valores vitales y sensibles. Frente a este ese hombre
sometido a la moral de esclavos, a la voluntad de verdad y a la negación de
la vida terrenal.
Este hombre es un ser miserable, un ser a medio hacer entre la bestia y el
superhombre.
Tres transformaciones del espíritu:
Camello: el hombre subyugado por la carga de los preceptos morales.
León: el camello toma conciencia de esa carga y se revuelve contra ella
con el objetivo de destruirla. Sin embargo, aún no puede crear nuevos
valores.
Niño: es preciso que el león se convierta en niño. E especialmente juegan y
crean valores con ocasión de cada juego. El niño es superhombre.
La «voluntad de poder» es la metáfora para comprender el mundo, la
realidad y al ser humano. La realidad es voluntad de poder. Suprimido
Dios del horizonte vital y toda explicación metafísica y racional de ella. El
mundo no es cosmos, sino caos, puro devenir. No alcanza nunca el
equilibrio.
Imposibilidad de ofrecer una verdad sobre la realidad. Solo son posibles
las interpretaciones, la perspectiva.
El ser humano es también voluntad de poder. Sus fuerzas contradictorias y
desiguales son sus instintos, sus pasiones, sus deseos… Estas fuerzas
buscan también su a rmación, ese ser más. El ser humano, por tanto, no es
tampoco un todo ordenado, sino un microcaos.
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FREUD
Ello: Es la parte instintiva de la mente humana. Freud denomina
«pulsiones» a este conjunto de instintos primarios. Esta con guración
pulsional es inconsciente y, por tanto, irracional. El ello está regido por el
«principio de placer»: busca todo aquello que le otorga deleite y rehúsa
todo lo que le provoca displacer.
Yo: Surge de la racionalización que la vida en sociedad nos obliga a
realizar sobre ese «principio de placer». No es concebible una vida bajo
los parámetros de este último, pues produciría el rechazo absoluto de los
demás. En el yo actúa el «principio de realidad», mediante el cual el
hombre se adapta a las convenciones sociales. Aparecen así los
«mecanismos de defensa», que, de manera inconsciente, elabora el propio
«yo» para sublimar las pulsiones.
Superyó: Interiorización de esa sublimación, la apropiación de todas esas
normas sociales y morales que con guran la vida en sociedad. Esta
interiorización es inconsciente ya que el hombre, al tratar de ser aceptado
por los demás, anula sus pulsiones hasta tal punto que estas parecen
haberse ocultado de manera de nitiva.
Freud nos ofrece la imagen de un ser humano desvalido e incapaz de
conocerse a sí mismo, pues su dimensión pulsional queda aprisionada por
el «principio de realidad» y por las imposiciones sociales y morales.
¿Qué lósofo propone por primera vez una ética eudemonista?
Aristótele
Aristóteles de ne al hombre como animal racional. Esta de nición se
desprende de considerar al alma intelectual como especí ca del ser
humano.
La felicidad, por tanto, reside en vivir conforme a la razón, esto es, en
procurarse la consecución de los bienes que son propios del alma racional:
el conocimiento, la sabiduría. El ser humano no es ni una planta ni un
animal.
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No siempre hacemos lo que la razón nos presenta como bueno. En este
punto de la argumentación, Aristóteles introduce el concepto de virtud,
«remedio» para los problemas.
Aristóteles distingue dos tipos de virtudes: virtudes dianoéticas y virtudes
éticas
* Virtudes dianoéticas
Perfeccionan al ser humano en cuanto a una adecuada disposición hacia el
conocimiento y la verdad. Estas virtudes requieren de la enseñanza para
ser aprendidas.
- Saber productivo: virtud como dominio de las técnicas de un
determinado arte.
- Saber práctico: virtud de la prudencia, indispensable para alcanzar las
virtudes éticas. El prudente sabe elegir los principios por los que debe
regularse su vida.
- Saber teórico: virtud de la sabiduría, la virtud más alta y que hace posible
el discernimiento del bien y de la verdad.
* Virtudes éticas
Aristóteles supedita la voluntad al entendimiento. No se puede ser justo si
no se conoce qué es la justicia. Sin embargo, dicho conocimiento no
implica su cumplimiento, pues no siempre la voluntad hace lo que el
intelecto le presenta como bueno.
Para ello, son necesarias las virtudes éticas, virtudes que se vinculan con el
comportamiento. Se adquieren mediante la repetición de actos y se de nen
como término medio entre dos extremos, uno por defecto y el otro por
exceso. Los extremos son vicios para Aristóteles. Este término medio no es
abstracto, ni sinónimo de mediocridad.
¿Qué escuela helenística representa el hedonismo como propuesta
ética?
El epicureísmo, fundada por Epicuro en Atenas en el 306 a. C.
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La tesis del epicureísmo consiste en identi car el bien con el placer y este
como ausencia de dolor.
Se deben evitar los miedos
- No hay destino. Todo es azar
- Los dioses no intervienen en los asuntos humanos.
- La muerte no es nada porque cuando existimos nosotros, no existe la
muerte, y cuando existe la muerte, no existimos nosotros.
- Hay enfermedades curables. Si son incurables, carece de sentido
preocuparse. El mismo criterio se sigue para las necesidades corporales.
Que se debe procurar? Los placeres
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* En cuanto sustancia: tendencia a conservar la existencia. Norma moral
que se deduce, la propia conservación.
* En cuanto animal: tendencia a procrear. Norma moral que se deduce, por
ejemplo, el cuidado de la prole.
* En cuanto ser racional: tendencia a conocer la verdad y vivir en
sociedad. Normas morales que se deducen son la búsqueda de esa verdad y
el ser justos con los demás.
DAVID HUME