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Misiva

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Marcelo,

Te escribo estas líneas porque por más que lo intento me es prácticamente


imposible poder “comunicarme” contigo.
Precisamente el motivo de estas letras es con respecto a eso…la
comunicación que existe entre nosotros, por no decir el silencio, la apatía y
falta de complicidad por decirlo de alguna manera, buscando antónimos a
la palabra comunicación.
Nuestra historia se lleva contando desde hace 12 años y poco más de 4
meses. Si bien es cierto que ha tenido momentos maravillosos, como
cuando te conocí y me hiciste dar un vuelco completo a lo que para mí
había sido mi experiencia como pareja de alguien. Apareciste tú y supe lo
que era ser prioridad, lo que era ser querida y mimada. Luego nos
embarcamos en una aventura que marcó el camino que hemos recorrido
juntos, nuestro proyecto de vida en España. Yo más que nadie sé que tuvo
de dulce y agraz, pero fue en esas tierras donde se comenzó a fecundar mi
mayor triunfo, nuestra hija. Es ella la que me completa, la que me ha dado
mis mayores alegrías, por la que vivo, por la que sería capaz de dar mi vida
sin siquiera dudarlo, y eso es gracias a ti.
Han sido tantas las alegrías a tu lado, siempre te he admirado. Tengo la
convicción que eres un gran hombre, inteligente, dueño de una gran
personalidad, respetuoso, atractivo, podría seguir mencionando cualidades
tuyas, pero todas ellas se han ido vistiendo o disipando en una nube de
apatía a lo largo del tiempo.
Me gustaría que esta carta tuviera otro cariz, pero lamentablemente no es
así y créeme que lo lamento profundamente.
Desde hace un buen tiempo que me siento sola frente a un mar de
dificultades y la persona que juró acompañarme en las buenas y en las
malas, no está.
Creo que el amor que teñía nuestra relación se ha ido esfumando día a día,
yo asumo mi parte de culpa, en una relación las dos personas tienen
componentes que afectan al otro y a la relación en común.
Pero, siempre hay peros en una conversación como esta (o monólogo), no
puedo dejar de sentirme perdida o abandonada, como esposa, madre,
partner, pareja…en realidad en todos los aspectos. Me siento agotada de
remar sola, creo, sin ser majadera, que esta relación se ha sostenido
gracias a mi esfuerzo, de tu parte veo o siento, que desde hace mucho
tiempo pusiste piloto automático o modalidad crucero y te olvidaste de los
2.
Comenzaste a vivir por ti y dejaste la responsabilidad de la relación, de la
familia en mí y eso francamente me estrujó la energía y el amor por ese
hombre que me conquistó a mediados de diciembre del año 2005 y que
dijo que era yo la mujer que él siempre había esperado para formar una
familia, que poco queda de él, triste, sí, obvio, pero una realidad, que,
aunque duela es más real que este frío día de otoño que está sobre
nuestras cabezas hoy.
Tú mes has extraído mi vitalidad, los días se me hacen cada vez más
pesados, más cansadores de arrastrar y tú no me ayudas a empujar hacia
adelante. Las batallas debieran ser nuestras, no mías, y lo siento así, sola
frente al mundo.
Este último año ha sido el peor, creo que ha sido el que me extrajo hasta la
última gota de esperanza en lo nuestro. La verdad es que no quiero estar
más así, no me quiero sentir así, sola, que grito al vacío, que miro a mi
alrededor y no veo a nadie que me de la mano para aventarme hacia
adelante. Con esto me refiero a ti como mi esposo, porque gracias a Dios
tengo a mi hija que es la que me da las alegrías y la vitalidad que necesito
para cada día, para ella, para nosotras. También he tenido amigas que me
han recogido cuando he caído y una familia con la que he podido contar.
Pero tú, ¿Dónde has estado?
Lamiendo tus heridas, lamentando tus fracasos, pensando en tus
soluciones, labrando tú futuro, tú bienestar, tus, tus, tus…
De eso me cansé y estoy segura que las decisiones deben ser tomadas por
mí, no va a venir nadie a tomarlas en mi nombre, y tú no te caracterizas
por ser una persona proactiva en temas de pareja.
La decisión ya está tomada, bueno no es novedad para ti porque ya lo he
conversado en más de una ocasión contigo, pero han sido palabras al
viento que sólo han pasado por tus oídos. Por lo tanto no va a ser una
sorpresa para ti.
Pensando en el bienestar de nuestra hija necesito tomar acciones más
drásticas para oxigenar nuestro matrimonio y de esta manera ver si hay
posibilidad de salvarlo, por esta razón quiero pedirte que nos alejemos un
tiempo para darle la posibilidad a nuestros corazones de aclararse si
necesitan estar juntos o si ya el amor que alguna vez los alimentó ya no
está.
Te voy a pedir que máximo dentro de un mes, es decir, al 1 de junio
necesito que ya no estés viviendo con nosotras en el departamento. A esa
fecha debieras tener recursos para poder sostenerte por ti solo. Pongo un
mes pensando en eso, pero de no ser así tendrás que pensar cómo hacerlo,
pero de todas maneras necesito que te vayas.
Me imagino que como todas las otras oportunidades creerás que son sólo
palabras de mi parte o confiaras en tu don de la palabra e intentarás la
forma de convencerme de cambiar de opinión.
Por supuesto ya pensé en esto y si esa sería tu postura entonces me veré
en la obligación de empezar inmediatamente los trámites para el divorcio.
Te explico, cada vez que tienes esa reacción, o aplicas esa fórmula para
arreglar las cosas (es lo que creo que pasa por tu mente), me haces sentir
menospreciada, que me faltas el respeto y claramente humillada, a ver, es
como sentir que se ríen en tu cara de tus decisiones, espero haber sido
clara, aunque en otras oportunidades ya he intentado explicártelo, y todas
ellas he sentido que no me escuchas.
En temas prácticos te comento que jamás existirán inconvenientes de mi
parte para que veas a la Karla, aunque sinceramente, y no en ánimo de
ofender o de ser irónica, no creo que vayan a ser muchos tus
requerimientos hacia ella.
Con respecto al tema económico te comento que puedes estar tranquilo
mientras logras tener ingresos estables, yo me haré cargo del sustento de
Karla y mío, lo que claramente cambiará una vez que tu situación
económica sea más holgada. Supongo que está demás decir que es
responsabilidad tanto mía como tuya la mantención y el bienestar de
nuestra hija.
Tengo alguna esperanza que esto se pueda rescatar, pero con distancia de
por medio, una vez que estemos más claros decidimos, ambos, pero
necesito ver cambios de tu parte porque como te he dicho otras veces, para
que exista una pareja se necesitan 2 (par) personas y no sólo una que
insista, por conveniencia, en permanecer en una relación que se va
transformando día a día en tóxica.
Para terminar, quisiera aclararte que te quiero muchísimo y siempre voy a
desear lo mejor para ti, pero para sostener un matrimonio se necesita
AMOR.

Temuco, 29 de abril de 2019.

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