Historia VI - Romanticismo
Historia VI - Romanticismo
Historia VI - Romanticismo
Agregar los conceptos propios de la cátedra como menor cantidad de afectos, ritmo
motorizante, etc.
Durante el s. XIX la música pasa al rango jerárquico más alto de las artes y dentro de ella, la
música instrumental desplaza a la vocal, debido a que la primera representa la esencia más
auténtica de la música.
Se produce un desfasaje entre el romanticismo literario y musical. La primera obra literaria
considerada romántica se escribió en 1796 de la mano de Wackenroder (Confesiones del
corazón de un monje amante del arte), en ese mismo año Beethoven recién escribía su
primera sonata para piano. Por otro lado, la primera expresión cabal romántica en la música
se da en los Lieder gothianos de Schubert, escritos en el año 1814.
Concepción de la música absoluta como aquella que es música en su estado más puro, sin
contenidos materialmente determinables, sin lugar, espacio tiempo o función social. Música
absoluta como experiencia sustancialmente solitaria.
El iluminismo estaba intrínsecamente relacionado a la palabra, por lo tanto, la música sólo
tenía relevancia si contaba con ella. La música instrumental era según Sulzer en su “Teoría
General de las Bellas Artes” (?) un mero entretenimiento que no toca al corazón (concepto
de afecto todavía muy vivo en este mundo).
En el romanticismo esto se invierte, lo instrumental habla más en el idioma del misterio, de
lo absoluto, de lo incomprensible, y ello está completamente relacionado con la verdad
inalcanzable de la naturaleza. También se le atribuye a la música vocal estar subordinada a
lo humano, expresando idealmente deseos y pasiones, lo que convierte al género en un
“arte condicionado”. La música instrumental, por su parte, al no tener palabra se la
considera como un “arte libre e independiente”.
La figura de Beethoven se alza como aquel compositor de los “clásicos” que más penetró en
la esencia de la música absoluta, creación del mito de Beethoven, la imagen romántica de
Beethoven.
La melodía en cuanto portadora de afectos es relegada por los románticos porque el afecto
mismo (a la barroca) es relegado a un lugar de menor importancia. La concepción de afecto
en términos románticos tiene que ver más con lo espiritual, y por lo tanto, inexplicable. Está
ahí, se lo puede conmover, pero no se sabe exactamente que es.
Idea de Benedetto: la melodía ya no es la soberana absoluta, lugar privilegiado de los
afectos y portadora de significados determinables, siendo la armonía su soporte funcional.
Ahora la armonía pasa a ser la encargada de cargar semánticamente a la música, de
representarla y la melodía es la proyección de ésta.
El gusto del 1800 rechaza la música cosmopolita, se la ve como algo menor. Obviamente,
esto a consecuencia del auge nacionalista que se fue incrementando paulatinamente
durante este período, sobre todo en territorios como el alemán, dónde la nación se
consolida recién en el 1870.
En ésta línea del anhelo de lo imposible típico del romántico, aparece el anhelo del pasado,
aquel tiempo que no puede volver, la nostalgia por una época menos convulsa, alejada de la
vida y de las costumbres actuales. Aquí mismo es dónde aparece la fascinación romántica
por el medioevo.
Aparece así en la música la evocación de escenas idílicas o sombrías, preferentemente
silvestres o acuáticas (río y bosque son lugares predilectos de la sensibilidad romántica).
Para el músico romántico alemán, Bach era modelo de la musicalidad auténticamente
alemana (Mendelssohn, Schumann, Chopin lo seguían muy de cerca).
El músico pasa a ser un laburante más de la clase burguesa y del mercado editorial, se
vuelve independiente, ya no trabaja más para una corte señorial, o institución eclesiástica;
pasa a jugar dentro del mercado, como todos los demás. Pero a su vez pasa a ser un autor,
cuyo texto es absoluto y cualquier intervención sobre él es ilegítima. La música pasa a ser el
texto escrito.
El filisteísmo es para el romántico aquello que representa la pereza mental, la
complacencia, el conservadurismo estrecho, etc. Todas cualidades que consideraba
negativas. Esto llevó al artista romántico cada vez más a un lugar de aislamiento.
La antinomia individuo-absoluto genera conjuntamente una infinita tensión progresiva,
malestar consciente de una condición humana desgarrada entre un irresistible impulso de
libertad y la presión de un orden social y económico gobernado por leyes inexorables.
La música de programa, no absoluta, cobra una gran relevancia en el romanticismo. Podría
parecer a simple vista una contradicción con el concepto de poesía musical y de la
preferencia de la música absoluta, pero en realidad no lo es. El romántico en su espíritu de
anhelar lo imposible, busca también la síntesis de todas las artes en una misma
representación, una simbiosis de las artes singulares. Sed de lo absoluto como un anhelo
de la reconstitución de una unidad mítica originaria.
La música, por su cualidad inefable, representa lo absoluto.
Biedermeier
Definido por Benedetto como un movimiento basado en un prudente realismo, no es
conciliable con el romanticismo, sucedió en simultáneo durante los años de la restauración
(y según Benedetto hasta 1848). Es justo presentarlo como algo diferente al romanticismo y
no como un subproducto, o algo inferior. En ambos movimientos se estimula el culto a la
interioridad pero de dos maneras distintas, en el biedermeier es una interioridad que sirve
de refugio al cubierto de arriesgadas aventuras en lo desconocido como sería en el caso
romántico. Ignora también sondeos y reflexiones demasiado profundas.
Como movimiento paralelo al romanticismo si duró desde 1814 hasta 1848, pero con esa
continuidad solo en territorio austríaco, que desde la muerte de Schubert hasta el
establecimiento de Brahms en Viena, no volvieron a tener músicos compositores
innovadores. En Alemania, como ya sabemos, en la década del ‘30 y ‘40 surgirán nuestros
modelos de compositores románticos, entonces es justo decir que en Alemania su
prolongación fue desde el Congreso de Viena (1814-15) hasta las revoluciones de 1830.
Cabe destacar que, en términos demográficos, los compositores netamente románticos
como Schumann no constituían ni siquiera una minoría, eran realmente excepciones
singulares. El resto de la escena estaba dominada por lo que estamos denominando como
biedermeier.
La actitud frente al arte músical también es sustancialmente diferente entre un movimiento y
el otro. El romántico ha rechazado la música en el lenguaje del sentimiento, y la codifica en
lo que para ellos era el lenguaje del absoluto (aunque Myrthen de Schumann?). El
biedermeier por su parte, sigue fiel al sentimentalismo y a una concepción coloquial de la
música. Esto se hace latente en la música biedermeier, que suena siempre más moderada,
neutra, incluso cuando quiere experimentar.
Es difícil no caer en la tentación de categorizar al biedermeier como filisteo (en el sentido de
conformista), no lo es. El biedermeier tuvo artistas que, si bien no se percibe en su obra el
anhelo y la actitud romántica, tuvieron muchísima producción y originalidad.
El caso del compositor biedermeier más relevante es el de Louis Spohr, que tiende más a lo
romántico pero no lo alcanza. Biedermeier más íntimo y puro es el de Lortzing, von Flutow,
Lowe.
Neorromanticismo
Término utilizado en aquel entonces para establecer la diferencia entre la creación musical
de los primeros años del siglo y la creación musical (que nosotros llamamos netamente
romántica) que acontece en las décadas del ‘30 y del ‘40.
La revolución de Julio (1830), según Benedetto, constituyó el incentivo final para que se
echen las riendas sobre el romanticismo musical. Atribuye como causa la interacción que se
empezó a dar entre Alemania y Francia, producto de la revolución de 1830. Intercambio de
ideas musicales francesas e ideas románticas alemanas, este punto de contacto hace que
llegue el ideal romántico a París e influya sobre nuestros compositores románticos no
alemanes: Berlioz, Chopin, Liszt (jóven), Meyerbeer.
Después del umbral simbólico de 1830 la escena musical se anima de repente. Schumann
formula el cambio de programa para la Neue Zeitschrift für Musik con 3 puntos
fundamentales:
1) Recordar con fuerza la edad antigua y sus obras, con el fin de indicar que, sólo
recurriendo a esa fuente purísima podían ser alimentados y corroborados nuevos ideales de
belleza.
2) Combatir por el contrario, puesto que no es artístico, el más reciente pasado, que se
complace solamente con un estéril virtuosismo
3) Luchar, finalmente, por el rápido advenimiento de una nueva edad poética.
La negación del presente y la desvalorización del pasado reciente son actitudes netamente
románticas, como lo son la tensión entre un pasado remoto y un futuro, ambos idealizados.
Estas declaraciones nos arrojan indirectamente una información más interesante: las
nuevas generaciones consideraban que había concluido y que había quedado en el pasado
idealmente lejano la edad de los “clásicos”. Dentro de esto último, a Beethoven (modelo a
seguir) se lo sitúa en el pasado remoto, incluso aunque haya vivido hasta 1827.
Schumann
Como todos los compositores que junto a él, posteriormente, se alzarán como los mayores
representantes del estilo romántico, crece y se desarrolla en el contexto de la Restauración.
Aquellos años dónde cayeron las esperanzas de libertad y emancipación política y social,
que habían alimentado la lucha contra la ocupación francesa, se había ido instaurando por
todas partes un clima de conformismo cansado y resignado.
Fundó la Neue Zeitschrift für Musik, periódico musical, idea tomada de Francia y sus
periódicos de literatura. Fortaleza de Schumann no sólo para difusión de las novedades
gálicas, sino también para luchar contra el conformismo y estatismo filisteo.
Para Schumann el contrapunto, indispensable dentro de su obra, no era una serie de reglas
a seguir, sino el reflejo de un profundo impulso poético; la creación artística es un proceso
irreflexivo e inconsciente. El compositor debe poseer una conciencia poética propia. Una
conciencia de que la naturaleza y finalidad de su arte es la poesía, su inconsciente. Solo la
conciencia poética puede así transfigurar y trascender la conciencia gramatical y formal, y
hacer que la fantasía, la facultad genuinamente creadora, vivifique y unifique en un mismo
proceso los momentos sólo abstractamente distinguibles de la invención primaria y su
posterior elaboración.
Que hace que una música sea poética para Schumann? Lo que no es mecánico, corriente,
trivial, filisteo; es el reflejo de una extraña y selecta disposición del ánimo; fluye del interior
del espíritu y nos introduce en un mundo superior. Poético es quizás sinónimo de romántico.
La música trae consigo misma una paradoja interna: liberándose de la poesía (en el sentido
literario), se convierte en poesía.
La Cofradía de David era una liga imaginaria contra los filisteos que Schumann introduce en
su Neue Zeitschrift für Musik, aparecen en muchas composiciones musicales, ni hablar de
las Danzas de la Cofradía de David, en el Carnaval aparecen como personajes (máscaras);
otras veces como autores, sobre todo: Eusebio y Florestán. La idea de la pareja fantástica
es tomada de Walt y Vult de Jean Paul. Schumann plantea en estos dos personajes su
propia dicotomía de alma romántica, siendo el ardiente entusiasmo Florestán y la ensoñada
melancolía representada en Eusebio.
Carnaval op. 9
Según Dahlhaus, el carnaval está basado en un acróstico referido al pueblo de Asch, lugar
de origen de Ernestine von Fricken (alumna de Wieck, primera prometida de Schumann). A
“Aesch” en notación alemana le corresponden las notas: A - Eb - C - B, y dominan la
primera mitad del ciclo; y luego “Asch” en Alemán (notas Ab - C - B)conforman la segunda
parte del ciclo.
La conexión entre estos motivos y su audición resultan imposibles de detectar en el
Carnaval, pero hace a la poética de la obra. Este recurso responde netamente al espíritu
romántico, poético, y esotérico de Schumann
La impronta de la música romántica para piano es el motivo, que imparte unidad a todo el
ciclo por el hecho de estar siempre presente en el oído.
Schumann utiliza las 4 notas como meros inicios, o impetus al comienzo de las piezas; esto
para no empalagar al oyente, pero también son tomados como estructurales ya que aluden
al comienzo de las piezas, con la delicadeza de no caer en la monotonía, ni en la pedantería
no propia de lo poético.
Los acrósticos en Schumann son efectivos estética y estructuralmente, y pasan totalmente
discretos ya que su ritmo es alterado cada vez que aparecen, lo que permite también
separar las piezas para que sean distintas piezas de carácter.
3 - Arlequín. Nuevamente situándonos en la comedia del arte, esta vez con el personaje
más gracioso, pícaro y payaso de ésta. También es clarísima la caracterización. El acróstico
de Aesch nuevamente en el primer compás.
4 - Vals Noble. El uso del tópico del vals no es nuevo en el ciclo, ya había aparecido en el
preámbulo. El acróstico como debe ser, al principio.
5 - Eusebio. El acróstico está más camuflado en la mano derecha, pero está. Aquí lo
importante es la incorporación de Eusebio en el ciclo. Para darle sentido debemos
remontarnos a una explicación grande.
La Cofradía de David era una liga imaginaria contra los filisteos que Schumann introduce en
su Neue Zeitschrift für Musik (periódico musical), aparecen en muchas composiciones
musicales. Eusebio y Florestán son dos miembros de la Cofradía de David, quienes
aparecen en el Carnaval como personajes, pero a lo largo de su obra Schumann también
los hace firmar como compositores y en el periódico como autores.
La idea de la pareja fantástica es tomada de Walt y Vult de Jean Paul Richter. Schumann
plantea en estos dos personajes su propia dicotomía de alma romántica, siendo el ardiente
entusiasmo Florestán y la ensoñada melancolía representada en Eusebio.
Schumann claramente caracteriza a Eusebio en esta pieza.
6 - Florestán. Aquí aparece la otra parte de la dicotomía, con el acróstico bien claro al
principio. Florestán, personaje ardiente, inquieto y fugaz, caracterizado por la música.
Podría ser toda frenética la música, pero Schumann nos muestra algo aquí de Florestán,
como si él dudara, o tuviera momentos de mesura antes de dejarse llevar por la locura.
En este punto me pregunto si Schumann habrá querido establecer una relación entre Pierrot
y Arlequín, y Eusebio y Florestán.
A su vez Schumann cita el vals de Papillons y lo escribe en la partitura.
8 - Respuesta. Respuesta a la mujer coqueta asumo. También carece del acróstico, como si
este dúo de piezas se separara del resto teniendo ésta característica, aunque como hemos
visto, también tiene una continuidad desde Florestán.
Aquí tenemos las Esfinges. Desconozco completamente a que apunta Schumann con esto.
En todas las grabaciones que escuché nadie las toca, desconozco también por qué titula
estas notas bajo el nombre “Esfinges”.
Lo único que puedo rescatar es el orden del acróstico. En la primera Es - C - H - A, en la
segunda As - C - H, y la tercera A - Es - C - H.
El segundo acróstico es el que dominará la segunda parte del ciclo del carnaval, de la pieza
10 en adelante, “Asch”. El tercero es el que veníamos teniendo. El tercero aparecerá en el
número 10 como música y como propósito de la pieza junto al tercero. Se puede pensar
como una permutación de la A (yendo al final) por Es (o S) pasando a ser la primera letra.
11 - Chiarina. Presencia del acróstico “As C H” al comienzo. Pieza que caracteriza a Clara
Wieck, futura esposa de Schumann. Nacida en 1819, al momento de la composición del
Carnaval tenía unos 13 o 14 años. Si Schumann ya la veía con ojos de su futura prometida,
desconozco.
16 - Vals Alemán. Comienza con el acróstico. No mucho que agregar además del tópico del
vals ya recurrente en ésta obra. Lo que sí es importante es el intermezzo caracterizando a
Paganini. Para Schumann el virtuosismo por virtuosismo era algo totalmente detestable,
por lo que acá podemos ver a modo de sátira como lo utiliza de forma refinada y musical.
Retoma el vals y cierra la pieza.