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El Postumismo

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EL POSTUMISMO: CONCEPTO, REPRESENTANTES, APORTES Y

PRODUCCIONES LITERARIAS

El Postumismo fue un movimiento literario innovador que surge en


República Dominicana en el 1921. Este movimiento cambia
radicalmente el discurso poético dominicano. Es a partir de su
nacimiento que se comienza a hablar de poesía dominicana tradicional y
de poesía moderna. Esto fue debido a que los postumistas pusieron en
práctica una nueva forma de poetizar la realidad dominicana.

Representantes:

En Domingo Moreno Jimenes: apóstol de la poesía, José Rafael


Lantigua expresa que "el Postumismo es fuente creadora, manantial de
convicciones claras, quizás no muy precisas, pero sí evidentemente
diáfanas. Nada de ocultamientos, ni de malabarismos. Creación hacia
un fin determinado, con el que da la naturaleza misma". Baeza Flores,
por su parte, lo concibe como: "Liberación a través de la autenticidad de
la expresión propia". "El Postumismo descubre de un modo amplio, por
primera vez, la tierra dominicana, el sentido racial y el sentido mor-
fológico de nuestra realidad. El realismo no está ahora determinado por
unas normas preceptivas ni por modelos a los cuales hay que ser fiel,
sino por el impulso del alma del poeta en contacto directo con la
realidad nativa".

El Postumismo apareció en marzo de 1921, cuando la revista Cuna de


América, bajo el título de Postumismo, dedicó un número completo a la
divulgación de un conjunto de poemas que se apartaban radicalmente
de las normas y los patrones vigentes del quehacer poético dominicano.
Seis años después, en 1927, apareció la revista El día esté-tico, órgano
de difusión del grupo. La reacción de los intelectuales de entonces fue
inmediata pues sintieron que ese "pozo negro de la poesía dominicana",
como irreverentemente denominó Patín Maceo al Postumismo, además
de cuestionar la castidad y la pureza de la poesía que se había escrito
en el país, ponía en peligro el futuro de las letras nacionales.

En el mismo año l92l, en el prólogo a su primer poemario titulado


Fantaseos, Andrés Avelino dio a la publicidad el manifiesto postumista
preparado por él. El documento, de unos veinte postulados, anun-ciaba,
según los postumistas, la ruta que debía seguir la poesía dominicana a
partir de ese momento. A pesar de que en el primer número de El día
estético aparecieron los nombres de Vigil Díaz, Francisco Ulises
Domínguez, Federico Lora, Luis Mota y Tulio Pina, el Postumismo creció
alrededor de tres figuras claves: Domingo Moreno Jimenes, Rafael
Augusto Zorrilla y Andrés Avelino, quienes se reunían en la Colina
Sacra, nombre con que fue designado el hogar de Domingo Moreno
Jimenes, a discutir los planes de trabajo e intercambiar sus escritos.

Los enemigos del Postumismo fueron implacables con los postumistas y


se propusieron la inmediata destrucción del grupo. Para lograrlo,
alimentaron con sarcasmo e ironía soterrada, la idea de que More-no
Jimenes era el Sumo Pontífice de los postumistas, mientras que Zorrilla
y Avelino eran apenas Pontífices. Eso, como era de esperarse, causó
malestar y aumentó los conflictos que ya se reflejaban en el grupo antes
de cumplir el primer año. El primer aniversario fue celebrado con una
bebida especial preparada por ellos mismos hecha a base de agua de
coco, jengibre y leche condensada, que bautiza-ron con el nombre de
lacto-palma y que tomaron acompañada de exóticas comidas y dulces
de pétalos de rosas. Al concluir dicho acto lanzaron al aire todos los
pétalos de rosas restantes.
Después de la celebración del primer aniversario, los postumistas
fundadores comenzaron a distanciarse entre sí, y a los ataques de sus
detractores se sumaron contradicciones estéticas y problemas de
liderazgo. Zorrilla, que nunca exhibió grandes dotes poéticas, murió en
l937, dejando una obra breve y de cuestionable valor literario. "Dos años
antes de su muerte varios integrantes de La Cueva, dirigidos por Rafael
Américo Henríquez, emprenden una cruzada para alentarlo en su
soledad otorgándole el título de Sumo Pontífice, tras arrebatárselo a
Moreno Jimenes". Por su parte, Andrés Avelino, interesado en cambiar
el curso de su poesía, intentó crear otra tendencia poética: la Poesía
matemática. El nuevo proyecto de Avelino pereció rápidamente y su
afirmación de que "la poesía matemática era esencia del Postumismo"
fue rechazada inmediatamente por Moreno Jimenes.

De los tres sólo Moreno Jimenes continuó los lineamientos poéticos


postumistas. Para desarrollar un amplio y ambicioso programa de
difusión de sus ideas innovadoras Moreno Jimenes se apoyó en el
acápite marcado con la letra G del manifiesto postumista, que dice: "Los
poetas no seguirán siendo seres privilegiados y desconocidos de la
multitud, camino del ensueño, sino seres videntes, camino de la verdad,
pensadores y filósofos". Con esa convicción y el título de Sumo
Pontífice, Moreno Jimenes inició una larga caminata que lo llevó por
casi todos los rincones del país. De ese modo el Postumismo se
convirtió en un movimiento de amplia difusión y ganó seguidores en
todo el ámbito nacional. A partir de entonces Postumismo y Moreno
Jimenes se convirtieron en sinónimos.

Los postumistas no lograron íntegramente los objetivos de su extenso


manifiesto debido al poco tiempo de unidad del grupo y a las
limitaciones artísticas de sus integrantes. El rechazo a la tradición
poética anterior y el interés de desligarse de todas las manifestaciones
literarias son solo dos de los muchos obstáculos que impidieron la
proyección internacional del Postumismo. Al respecto, señala Alcántara
Almánzar, los postumistas "desconocieron los valores cimeros de la
literatura universal, a consecuencia de haber utilizado una perspectiva
demasiado estrecha. El desdén por las obras de Homero, Shakespeare,
por ejemplo, no era más que el resultado de una actitud equivocada
ante la complejidad y riqueza de la cultura, para la cual no existen
límites geográficos ni regiones totalmente cerradas a la influencia
externa. Cuando el postumismo afirma que -América debe superar a la
Europa-, olvida la importancia de la tradición" (Estudios de poesía
dominicana, 110).

Moreno Jimenes también contribuyó a la formación del grupo La Poesía


Sorprendida; pero pronto entró en contradicción con los sorprendidos
quienes habían iniciado una campaña de desprestigio contra él. Lo
acusaron de poeta localista, pobre de imaginación y poco diestro en el
manejo del lenguaje. Las contradicciones entre Moreno Jimenes y los
sorprendidos surgieron por la forma que tenía el grupo naciente de
concebir la obra artística, pues mientras Moreno Jimenes luchaba por
una poesía nacional, esencialmente dominicana, los sorprendidos
abogaban por la universalización del arte. Sin embargo, los
sorprendidos no pudieron obviar el legado postumista; pues si bien es
cierto que éstos tuvieron una visión poética más amplia que los
postumistas acerca de la problemática del hombre dominicano, las
raíces de su poesía procedían justamente del mismo grupo que ellos
combatían.

Manifiesto postumista
Cuatrocientos y más años han sido suficientes para un período de
gestación en esta media parte del mundo. "Juventud divino tesoro,
tenéis la palabra; ahí está el porvenir. La América debe superar a la
Europa".

A) Porque no podemos seguir siendo súbditos de una aristocracia


intelectual que no nos pertenece. La verdadera aristocracia la lleva el
pensador en el cerebro. Debemos tan sólo ser aristócratas de nuestra
democracia.

B) Los mármoles de Paros y de Corinto no se han hecho para nuestras


estatuas. No tendremos en nuestros calderos surrapa de Verlaine ni
Mallarmé, de Tristán ni de Laforgue. Homero y Virgilio, Goete y
Shakespeare no serán más que divinidades que respetaremos, soles
apagados que no nos iluminarán. Hemos levantado la estatua con el
barro grotesco de nuestra América. Si acaso caen chaparrones que nos
la deformen nos queda mucho barro, mucho barro que es nuestro ideal
universalizado. Continuaremos modelando la estatua, aunque tenga
más espejos donde mirarse que en el del cristal de las charcas.

C) Vida sincera e íntima, arte autónomo, para abrir las talanqueras que
nos ha separado del infinito.

D) De todo lo inutilizable haremos un símbolo, un solo símbolo, y de


todos los simbolistas un fósil. La luna con los simbolistas será también
un símbolo fosilizado.

Aportes:

El Postumismo (1921) es uno de los movimientos literarios de


vanguardia que más trascendió en la literatura dominicana. A pesar de
sus posturas ambivalentes, contribuyó a desmontar ‘la máquina’
(Deleuze y Guattari) de Rubén Darío; afianzó el versolibrismo que ya
había programados otros como Vigil Díaz; realizó una literatura
posmodernista centrada en la tierra; postuló un lenguaje más
universalista, que podemos encontrar en la obra de Domingo Moreno
Jimenes; propuso una literatura que independiza la América del centro,
con una cierta crítica al eurocentrismo y, aunque no fue participe de una
poesía política, estableció una poética centrada en un cierto panteísmo
y un proclamado espiritualismo.

Nació el Postumismo con una fijeza en las cosas de la tierra y la


naturaleza y con una seria contradicción con el vanguardismo europeo
al entender que esas manifestaciones literarias eran producto de la vieja
Europa. Concebían que el arte nuevo debía venir del continente nuevo.
Y tal vez este es su error (y su mayor virtud) porque mientras se
encuentran dentro del espíritu de euforia de las vanguardias, también
las niegan.

Muchos años después, Moreno Jimenes y Franklin Mieses Burgos


fueron recibidos en el Ateneo de Puerto Rico (1945). El Postumismo
influyó en el movimiento vanguardista de Luis Hernández Aquino, El
Integralismo, que coincidió en una búsqueda de la identidad mediante
una poesía que exalta la tierra, el latinoamericanismo y la
independencia de Puerto Rico (Hernández Aquino, 1866). En fin, a
pesar de sus contradicciones y de sus proyecciones, el manifiesto
postumista será un paso de afirmación de la corriente latinoamericanista
que se abría en América desde la publicación de Ariel de José Enrique
Rodó.

En la cultura dominicana posiblemente ningún grupo poético fue más


combatido desde sus inicios que el Postumismo. Mora Serano en
Postumismo y Vedrismo, las primeras vanguardias dominicanas (2011)
cita y resume muchas de esas posturas. Andrés L. Mateo en Manifiestos
literarios en la República Dominicana (1997) pone en discusión el tema
del compromiso político y la idea del postumismo como respuesta a la
intervención estadounidense de 1916-1924.

Producciones literarias:

Parte de sus obras: Poema de la Hija Reintegrada (1934), Promesa


(1916), Vuelos y duelos (1916), Psalmos (1921); El diario de la aldea
(1925), Mi vieja se muere (1939), Canto a la ceiba de Colón (1925);
Decrecer (1927), Días sin lumbre (1931), Palabras sin tiempo (1932),
Sentir es la norma (1939); Advenimiento (1941), Poemario de la cumbre
y el mar (1942), Evangelio americano (1942), Cuatro (que se yo)
estambres (1942), Exalté el ideal y sufrí ante la vida (1944), Tres pasos
en la sombra (1946), Burbujas en el vaso de una vida breve (1948), Del
gemido de la fragua: obra poética (1975).

Los independientes del cuarenta

Origen:

Reciben el nombre de los Independientes del cuarenta los poetas


dominicanos Pedro Mír Valentín, Manuel del Cabral, Tomás Hernández
Franco y Héctor Incháustegui Cabral. Algunos autores y críticos también
incluyen en la lista a la poetisa Carmen Natalia Martínez Bonilla y a
otros autores más que escribieron para la década de los 40.

Respecto al nombre, Gutiérrez (1998) nos dice: "El nombre


Independientes del cuarenta se autoexplica. Independientes porque el
exilio ubicó a estos escritores en zonas geográficas distintas y esto
provocó un temporal distanciamiento físico que impidió la agrupación de
los mismos bajo un lema común" (p.19). Pero también se explica por el
hecho de no haber pertenecido a ninguno de los grupos o movimientos
poéticos del momento, como el de la Poesía Sorprendida y la
Generación del 48.

Estos escritores tuvieron en común el hecho de haber nacido en


provincias y destacarse en el extranjero. En su poesía empleaban el
verso libre y trataron temas nacionales. Algunos como Tomás
Hernández Franco y Héctor Incháustegui Cabral, publicaron en la
revista Cuadernos Dominicanos de Cultura, en la cual se difundían los
trabajos de los más destacados escritores de la época.

Mientras en el extranjero grandes potencias continuaban enfrentándose


en la Segunda Guerra Mundial, República Dominicana pasaba por un
nuevo período dentro del régimen trujillista. Empezaba la década de los
cuarenta y el poder del tirano seguía afianzándose. Respecto al
momento histórico señalado, Martínez Almánzar (2003) nos refiere:

En el período de 1940 a 1950 la dictadura trujillista se fortaleció política


y económicamente debido a una serie de factores internos y externos,
entre los que sobresalen, el auge de la industria azucarera, en el plano
local, y los beneficios obtenidos por el tirano como producto del triunfo
de los aliados en la Segunda Guerra Mundial (p. 466)

En este período ocurre el Tratado Trujillo -Hull con el cual la


administración de la Receptoría General de Aduanas regresa a manos
dominicanas, y se crea el Banco de Reservas. Al año siguiente se lleva
a cabo la reforma constitucional del 1942 que estableció, entre otros
cambios, la participación del voto femenino.
Pero en contraste con estos importantes cambios políticos y
económicos, aparentemente favorables, el pueblo dominicano seguía
sumido en un estado de represión. Gutiérrez (1998) señala que " los
dominicanos habían perdido, prácticamente, el derecho a disfrutar de
una vida sosegada, los derechos civiles habían desaparecido y todos
los ciudadanos vivían bajo un constante estado de zozobra "(p.p. 18-
19). Ante esta situación, los intelectuales se veían en la disyuntiva de
favorecer al régimen o tomar el exilio, en busca de un lugar donde
pudieran expresar libremente sus ideas.

Así lo hicieron los Independientes del 40 para poder ejercer su


descontento con la tiranía sin poner en peligro sus vidas y las de sus
allegados. Ahora bien, no todos ellos se exiliaron por asuntos políticos,
algunos tuvieron otras razones, e inclusive eran partidarios y seguidores
del régimen trujillista, como lo fue Incháustegui Cabral tiempo después.

De todos ellos, Incháustegui Cabral fue el primero en publicar, poniendo


en circulación en 1940 su poemario titulado "Poemas de una sola
angustia", el cual no tuvo la repercusión que podía esperarse por su
tema de denuncia social.

Miembros fundadores:

Manuel Antonio Cabral: conocido como Manuel del Cabral ,fue un


escritor, poeta y narrador dominicano nacido el 7 de marzo de 1907 en
Santiago de los caballeros. Entre sus obras están:

Obras selectas.

Chinchiná busca el tiempo.

Compadre Mon: obra cumbre de este autor y representativa.


Pedro Mir: fue un escritor dominicano considerado el poeta nacional de
la República Dominicana perteneciente a la generación de los
independientes del cuarenta.

Su poema más conocido y representativo de los independientes del 40


es: Hay un país en el mundo.

Tomás Hernández Franco: fue un poeta, cuentista, ensayistas, orador,


periodista y diplomático nacido en Tamboril en la ciudad de Santiago, el
29 de abril de 1904. Se intereso más en escribir sobre el mulataje.

Entre sus poemas más representativos está: Yelidá.

Héctor Inchaustegui Cabral: fue un escritor y poeta dominicano nacido


el 25 de julio de 1912 en Baní (Peravia). Notable poeta y político
defensor de los derechos civiles. Falleció el 5 de septiembre de 1979 en
Santo Domingo de Guzmán.

Entre sus poemas más notables y representativos está: Canto triste a la


patria bien amada.

Objetivos:

a) afirmación de lo dominicano, b) preocupación social, c) vida en el


extranjero y, d) expresión sencilla. Los Independientes del 40, señala
Daisy Cocco De Filippis, «Comparten la creencia de que su poesía
debe nutrirse de los valores y las preocupaciones nacionales».

Producciones literarias:

Los cuatro poetas conocidos bajo este nombre son: Manuel del Cabral,
Tomás Hernández Franco, Héctor Incháustegui y Pedro Mir. El nombre
se debe a que los cuatro tienen muchas cosas en común, son escritores
de la década del cuarenta, gustan del verso libre y tratan temas
nacionalistas. Carmen Natalia Martínez.

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