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Sujetos Procesales Jofré

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Documento LTM33.279.

518

Doctrina

Fecha: [”19/04/2023”]
Autores: [”Javier Castro Jofré”]
Municipalidades: false
NOTAS PREVIAS:

A Yoly, mi eterna y amada compañera

TEXTO:

Capítulo III
Sujetos en el procedimiento penal
§1 Sujetos procesales
I. Observaciones
Suele existir cierta dificultad en el tratamiento del tema relativo a los sujetos procesales en el Derecho Procesal chileno,
tanto por un problema sistemático como por una imprecisión en el lenguaje jurídico. Existe un problema sistemático
porque, incluso aceptando que en el actual derecho procesal penal rige un sistema con rasgos acusatorios, abundan
influencias del sistema inquisitorio que impiden la conformación del procedimiento penal como un procedimiento de
partes. A diferencia del procedimiento civil, regido por el principio dispositivo, el procedimiento penal se rige por el
principio de oficialidad, esto significa que la sustanciación del procedimiento es una actividad privativa del estado y el
órgano persecutor penal actúa por iniciativa propia; en consecuencia, a quienes se les intente denominar como “partes” no
tienen el dominio absoluto del procedimiento en el que participan. Así, atribuirle a tal o cual sujeto procesal tal calidad
resulta cuestionable. Por otro lado, existe un problema de imprecisión en el lenguaje porque el legislador confunde
términos y, reiteradamente, para la identificación de un mismo fenómeno o sujeto suele utilizar dos expresiones con
significado diverso; así por ejemplo, la histórica confusión entre procedimiento, proceso y juicio y, más recientemente, la
vaguedad conceptual entre parte e interviniente.
Específicamente, cabe destacar las siguientes denominaciones: sujeto, parte, interviniente y tercero; respecto de las cuales
se intentan a continuación unas definiciones únicamente funcionales.
1. Sujetos procesales
Bajo esta expresión el CPcsalP agrupa genéricamente a aquellos órganos o personas que participan con distintos fines
dentro del procedimiento penal ejerciendo derechos autónomos o independientes1. Ellos son el tribunal, el MP, policía,
el imputado, la defensa, la víctima y el querellante.
2. Parte
Por parte debe entenderse a aquella persona (puede ser una o muchas) que, a nombre propio o ajeno, se incorpora o
comparece en el procedimiento penal mediante el ejercicio de una acción penal o civil o el ejercicio de una excepción o
defensa. Ejemplo: la víctima a través de la interposición de una acusación, lo mismo el MP; el demandado civil a través
de la contestación a la demanda, el imputado a través de la contestación a la acusación.
3. Interviniente

1
Interviniente es cualquiera de aquellos sujetos procesales que menciona el artículo 12 del CPcsalP (Ministerio Público,
imputado, defensor, víctima y querellante) a quien se le reconoce participación válida, en el procedimiento penal, desde
que realizare cualquier actuación procesal o desde el momento en que la ley le permitiere ejercer facultades determinadas.
Las calidades de parte e interviniente no siempre coinciden como sucede con la víctima que es interviniente, pero que solo
es parte si formula querella e interpone una acusación.
4. Tercero
Tercero, por exclusión, es aquella persona que no es parte ni interviniente en el procedimiento penal. Ejemplo: testigos
y peritos. No debe olvidarse que para el CPcsalP tampoco tienen la calidad de sujetos procesales.
A continuación se analizará en detalle cada una de las figuras antes mencionadas y que el CPcsalP denomina sujetos
procesales.
§2 Los tribunales
El sistema procesal penal reformado ha introducido en Chile un cambio notable de carácter orgánico (pero no fundamental)
en la función de administración de justicia penal, pues ha separado dos aspectos de ella que antes estaban reunidos en
un único agente: la investigación y el juzgamiento. El primero de ellos actualmente se encuentra en manos del MP, pero
es controlado por un tribunal de actuación unipersonal que pierde competencia en la etapa intermedia, y el segundo,
se asigna a un tribunal colegiado que interviene únicamente en la etapa principal (juicio), aunque también al tribunal
unipersonal, en los casos que señala el CPcsalP.
Llama la atención que la función jurisdiccional siga siendo una actividad exclusiva de jueces profesionales; esto es, que
no se haya introducido en el nuevo sistema alguna forma de participación de jueces legos, elemento que ha constituido
uno de los pilares fundamentales de todo sistema acusatorio. Resulta muy difícil explicar las razones de esta omisión,
puesto que no hubo, lamentablemente, ninguna discusión al respecto. Escudriñar en el alma del reformador, entonces, se
convierte en una misión de carácter sociológico más que jurídico. Presumiblemente, el motivo por el cual se prescindió
del principio de participación de jueces legos fue una estrategia del grupo de reformadores liberales que, ante el temor
de ver frustradas sus expectativas de reformas, decidiera ceder terreno con relación a aquellas materias que generaban
mayor resistencia al interior del ala conservadora de la reforma y con las cuales no se generaría consenso.
En suma, dos son los tribunales que se crean en Chile para satisfacer las exigencias del nuevo sistema: el Juzgado
de Garantía y el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal. Las normas que comprenden ambos órganos están reguladas
básicamente por la Ley N° 19.665, publicada en el Diario Oficial el 9 de marzo de 2000, y por la Ley N° 19.708, de 5 de
enero de 2001, que reformaron el COT; y por el Libro I, Título IV, Párrafo 1° del CPcsalP. Además, debe considerarse
la Ley N° 19.794, de 5 de marzo de 2002, que regula la organización de los juzgados de garantía y tribunales orales en lo
penal en la Región Metropolitana; la Ley N° 19.861, de 31 de marzo de 2003, que introduce modificaciones a la Ley N°
19.665 sobre nombramiento de jueces de garantía y jueces del tribunal de juicio oral en lo penal; la Ley N° 19.893, de 13
de agosto de 2003, que determina el tribunal competente para la comuna de Curacaví, y la Ley N° 20.408, de fecha 22 de
noviembre de 2009, que extendió —del año 2010 al 2011— el funcionamiento del juzgado del crimen de la jurisdicción de
la Corte de Apelaciones de Santiago.
Se hace presente que no se abordará detalladamente el estudio de dos órganos judiciales que en materia penal y de cara
a la reforma conservan o asumen funciones jurisdiccionales; vale decir, las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema,
aunque brevemente puede decirse lo siguiente respecto de su competencia.
Las Cortes de Apelaciones conocen en única instancia los recursos de nulidad, queja, la extradición activa y resuelven las
controversias originadas por comunicaciones entre el MP (o los tribunales) y otras autoridades cuando requeridas estas
últimas por las primeras para entregar información retardaren el envío de los antecedentes solicitados o se negaren a
enviarlos. Conocen en primera instancia los desafueros, los recursos de amparo y las querellas de capítulos. Finalmente,
conocen en segunda instancia las apelaciones interpuestas en contra de las resoluciones de los juzgados de garantía
(relacionar con los artículos 63, 540, 545 COT; 19, 376, 416 a 439 CPcsalP y 21 CPRCH).

2
Por su parte, la Corte Suprema conoce los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas dictadas
por tribunales de juicio oral en lo penal cuando corresponda en conformidad a ley procesal penal; los recursos de apelación
interpuestos en contra de sentencias dictadas por las Cortes de Apelaciones en recursos de amparo; los recursos de
revisión interpuestos en contra de las sentencias condenatorias firmes; los recursos de apelación interpuestos en contra
de resoluciones que recaigan en querellas de capítulos (artículo 427 CPcsalP), peticiones de desafuero (artículo 418
CPcsalP) y extradición pasiva (en este caso también conoce el recurso de nulidad); resuelve las controversias originadas
por comunicaciones entre el MP (o los tribunales) y otras autoridades cuando requeridas estas últimas por las primeras
para entregar información retardaren el envío de los antecedentes solicitados o se negaren a enviarlos porque estiman
que su publicidad afecta a la seguridad nacional y resuelve las controversias originadas por oposición de un Ministro de
Estado al examen de documentos reservados o de lugares en que se encontrare información o elementos de dicho carácter
y cuyo conocimiento pudiere afectar a la seguridad nacional (relacionar con los artículos 98 COT y 19, 209, 376, 418, 427,
450 y 473 CPcsalP). Respecto del recurso de queja y su procedencia, se produce una discusión que será abordada cuando
sea analizado el recurso de nulidad en la sección correspondiente.
I. Juzgado de garantía
1. Definición
Es aquel compuesto por uno o más jueces profesionales, que actúa unipersonalmente respecto de aquellas materias que
señala la ley en las fases de investigación, intermedia, juzgamiento, ejecución y recursos.
En total se crearon originalmente 93 juzgados de garantía y 340 cargos de jueces (artículo 16 COT). Sobre este punto,
debe tenerse en consideración que la Ley N° 20.876 alteró el número de jueces, modificando la composición de diversos
tribunales.
1.1. Observaciones
De la definición conviene destacar algo que puede parecer ambiguo conceptualmente. Los juzgados de garantía tienen su
asiento en una comuna con un número variable de jueces: entre uno y doce. Así, por ejemplo, en Tocopilla existe un
juzgado de garantía con un juez, en Vallenar con dos jueces, en La Serena con tres jueces, en San Antonio con cuatro
jueces, en la comuna Pedro Aguirre Cerda con cinco jueces, en Talca con seis jueces, en Concepción con siete jueces, en
la comuna de Puente Alto con ocho jueces, en Valparaíso con 9 jueces, en la comuna de Quilicura con diez jueces y en la
comuna de La Reina con doce jueces. Sin embargo, cada vez que un juzgado de garantía deba resolver sobre cualquier
cuestión que la ley le encomienda actúa unipersonalmente.
También debe tenerse en cuenta que, con relación al concepto de competencia absoluta, especialmente en lo relativo a las
materias que conoce un juzgado determinado, existen juzgados de letras que, además de sus funciones propias (conocer
de las causas civiles y laborales, por ejemplo), cumplen las de juez de garantía sin que el juzgado sea alterado en su
organización ni en su funcionamiento, salvo en lo necesario para el ejercicio de las nuevas atribuciones encomendadas
a los jueces de garantía. Tal es el caso, por ejemplo, del Juzgado de Chañaral en la Tercera Región o del Juzgado
de Panguipulli en la Décima Región. Por lo mismo, el CPcsalP, así el Art. 70, por ejemplo, emplea genéricamente la
expresión “juez de garantía” y no exclusivamente “juzgado de garantía”.
Por otro lado, respecto de los aspectos de competencia relativa (territorio sobre el que se ejercen las funciones), debe
considerarse el artículo 157 COT (relacionar con el artículo 16 COT). O sea, será competente para conocer de un asunto
determinado el juzgado de garantía en cuyo territorio se hubiere cometido el hecho que da motivo al procedimiento (el
lugar donde se hubiere dado comienzo a su ejecución).
Teniendo claro lo anterior, no obstante, habría que hacer notar que el CPcsalP en el artículo 70, inciso 3° (también el COT
en el artículo 157, inciso 4°), proporciona una norma fundamental de determinación de competencia relativa respecto
de diligencias (u órdenes urgentes) que deba practicar (o cumplir) el Ministerio Público y que por afectar el ejercicio
de derechos asegurados por la Constitución Política de la República de Chile requieren autorización judicial previa del
juzgado de garantía. Si tales diligencias (u órdenes) deben practicarse (o cumplirse) fuera del territorio jurisdiccional del

3
juzgado de garantía llamado por ley a prestar la autorización respectiva, se podrá solicitar la autorización correspondiente
al juzgado de garantía con competencia en el lugar en que ellas deban efectuarse (o cumplirse).
La Ley N° 20.074 (Art. 1° N° 7) introdujo modificaciones importantes al artículo 70 a fin de agilizar y proporcionar
mayor eficiencia a la persecución penal, que se tradujeron, fundamentalmente, en dos excepciones.
Por regla general, si la detención de un imputado se practica en un lugar que se encuentre fuera del territorio jurisdiccional
del tribunal que emitió la orden, será competente para conocer de la audiencia judicial del imputado detenido el juez de
garantía que dictó la orden de detención (Art. 70, inciso 1°). Ejemplo: X comete un homicidio en Rancagua, tres días
más tarde es descubierto en Arica con riesgo inminente de fugarse de Chile, obligando al MP a solicitar una orden de
detención para asegurar su comparecencia al procedimiento penal. En este caso, el Juzgado de Garantía de Rancagua
es el juzgado de garantía competente por ley para conocer el hecho mortal y, por lo mismo, para controlar la detención
de X. Considérese, además, que el MP, ante la urgencia por fuga, podría pedir autorización directamente al Juzgado de
Garantía de Arica, donde se encuentra X, para encargar policialmente su detención (Art. 70, inciso 3°) o al de Rancagua
(Art. 70, inciso 1°). Si el MP ha pedido orden de detención contra X al Juzgado de Garantía de Arica y la diligencia
de detención se cumplió en Arica, la audiencia judicial para controlar la detención de X se podrá realizar en Arica, pero
el MP está obligado a dar cuenta a la brevedad al juez de garantía del procedimiento, o sea, al Juzgado de Garantía de
Rancagua (Art. 70, inciso 3°).
¿En qué consistieron las excepciones? Establecer un tratamiento diverso a la regla general, tanto cuando la respectiva
orden de detención hubiere emanado de un juez con competencia en una ciudad asiento de Corte de Apelaciones que
sea diversa de la que tiene el tribunal donde se practica la detención, como cuando la orden de detención emanare de
un juez de garantía de la Región Metropolitana y esta se practicare fuera del territorio de la misma (Art. 70, inciso 2°).
En ambas situaciones se estableció, por la reforma introducida por la Ley N° 20.074, que es también competente para
conocer de la audiencia judicial del detenido el juez de garantía del lugar donde se hubiere practicado la detención. En el
ejemplo propuesto, si la orden de detención contra X emanó del Juzgado de Garantía de Rancagua, la audiencia judicial
de dicho detenido también puede realizarse ante el Juzgado de Garantía de Arica, si en ese lugar se practicó la detención.
La pregunta que cabe formular es qué sucede si el homicidio se ha cometido en Santa Cruz (no es ciudad asiento de
Corte) y la orden de detención se ha librado por ese mismo tribunal, pero la detención se ha practicado en Arica. Una
interpretación literal de la norma obligaría a que la audiencia judicial de detención de X se realice en Santa Cruz y no en
Arica. El defecto de redacción de la norma incita tal interpretación, pese a la intención del legislador de estimular una
persecución ágil y eficiente.
El mismo inciso 2° del Art. 70 señala que si en la audiencia judicial, realizada por excepción en el lugar donde se
practicó la detención, se decretare la prisión preventiva del imputado, el juez deberá ordenar su traslado inmediato al
establecimiento penitenciario del territorio jurisdiccional del juez del procedimiento, o sea, del que tenga competencia
natural, en conformidad a lo dispuesto en el inciso 1° del artículo 70 CPcsalP con relación a lo establecido en el inciso 2°
del artículo 157 del COT. En el ejemplo, si contra X se ha dispuesto en Arica su prisión preventiva, debe ser trasladado
desde allí hasta un establecimiento penitenciario en Rancagua.
También regula el CPcsalP el caso de conflicto de competencia entre jueces de varios juzgados de garantía con relación al
conocimiento de una misma causa criminal. Si ello ocurriera, mientras no se resuelva el conflicto, cada uno de ellos está
facultado para realizar las actuaciones urgentes y autorizar las que solicitare el MP (artículo 72 CPcsalP); sin embargo, el
juzgado de garantía con competencia en el territorio en que se encuentre un imputado privado de libertad resolverá sobre
ella. Además, todas las actuaciones practicadas ante los jueces que resultaren incompetentes serán válidas sin necesidad
de ratificación por el juez que fuere declarado competente (el artículo 72 debe relacionarse con el artículo 157, inciso 4º,
COT).
Otro aspecto de importancia en materia de competencia se advierte en el artículo 159 del COT, que contempla el caso de
investigaciones conjuntas; vale decir, si en ejercicio de las facultades de investigación que la ley procesal penal confiere al
Ministerio Público, este decidiere investigar en forma conjunta hechos constitutivos de delito en los cuales correspondiere
intervenir a más de un juzgado de garantía (están involucrados territorios diversos), continuará conociendo de las gestiones

4
relativas a dichos procedimientos el juez de garantía del lugar de comisión del primero de los hechos investigados. Para
tales efectos, el Ministerio Público está obligado a comunicar su decisión en cada uno de los procedimientos que se seguirán
en forma conjunta y deberá solicitar la citación a una audiencia judicial de todos los intervinientes en ellos.
En el caso inverso, o sea, si el Ministerio Público decidiere posteriormente separar las investigaciones que llevare conjun-
tamente, continuarán conociendo de las gestiones correspondientes los jueces de garantía competentes en sus respectivos
territorios (relacionar con el artículo 185 del CPcsalP).
Finalmente, valga observar que si durante la audiencia de preparación del juicio oral se planteare un conflicto de com-
petencia, no se suspenderá su tramitación, pero no se pronunciará el auto de apertura del juicio oral mientras no se
resolviere el conflicto.
1.2. Facultades
En rigor, la existencia del juzgado de garantía está orientada principalmente a garantizar el equilibrio de fuerzas que
debe existir entre los diversos intervinientes en el procedimiento penal a fin de que ellos actúen, al ejercer sus derechos,
dentro de los respectivos marcos constitucionales y legales. Sin embargo, las facultades de un juzgado de garantía no
se agotan con la de control y abarcan otras de carácter netamente jurisdiccional (que involucran un juicio penal) y de
administración en la etapa de ejecución. A continuación se detallan las más relevantes.
1.3. Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el procedimiento penal
Esta facultad prevista en el artículo 14, letra a), del COT es la que caracteriza en esencia la función de garantía que se
asigna a este órgano judicial. La persecución penal no puede efectuarse a cualquier costo y por cualquier medio, sino con
respeto de los derechos fundamentales de los intervinientes en un procedimiento penal, especialmente, los del imputado
y la víctima, cuestión que es controlada por un juzgado de garantía.
Se ha especulado y criticado esta función (facultad), pues se afirma que el nuevo sistema desprotege a la víctima y
entrega más garantías y derechos al imputado. En un análisis simple de la reforma, tal vez esa afirmación no sea del
todo incorrecta. Sin embargo, el sistema, sin olvidarse de la víctima, ha hecho evidente dentro de su estructura el
resguardo de los derechos básicos del sospechado por delito, transitando desde un sistema que reconocía (parcialmente)
tales derechos pero que no los respetaba a otro que sí los reconoce y protege, creándose la sensación, en consecuencia, de
que el imputado tiene mayores derechos, cuando en realidad tiene básicamente los mismos de siempre, solo que ahora se
le permite ejercerlos. La Constitución en el inciso 3° del artículo 83 señala que las actuaciones que priven al imputado o
a terceros del ejercicio de los derechos que ella asegura, o los restrinjan o perturben, requerirán de autorización judicial
previa; a su vez, el CPcsalP refleja similar norma en el artículo 9° (relacionar con el artículo 70, inciso 1°, 236 CPcsalP
y 4° LOCMP) al disponer que toda actuación del procedimiento que privare al imputado o a un tercero del ejercicio de
los derechos que la Constitución asegura, o los restringiere o los perturbare, requerirá de autorización judicial previa y
si se intenta la realización de una diligencia de investigación que pudiere producir alguno de tales efectos, el fiscal debe
solicitar previamente autorización al juzgado de garantía.
1.4. Dirigir personalmente las audiencias que procedan
El CPcsalP establece una serie de audiencias que son dirigidas por el juez de garantía a fin de resolver las cuestiones que
se plantean en ellas (artículo 14, letra b). Las más importantes son las siguientes:
a) Audiencia de control de detención (artículo 132).
b) Audiencia de declaración judicial del imputado (artículo 98).
c) Audiencia sobre modificación o revocación de la prisión preventiva (artículos 142, 144 y 145, inciso 2°).
d) Audiencia de formalización de la investigación (artículo 232).
e) Audiencia sobre SCP y AR (artículo 245).
f) Audiencia de apercibimiento de cierre de la investigación (artículo 247).

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g) Audiencia sobre solicitud de sobreseimiento o de comunicación para no perseverar en el procedimiento (artículo 249).
h) Audiencia de preparación del juicio oral (artículo 260).
i) Audiencia de procedimiento abreviado (artículo 406), simplificado (artículo 388), monitorio (artículo 392) o por delito
de acción penal privada (artículo 400).
1.5. Aprobar la aplicación de salidas alternativas
El sistema considera una serie de soluciones alternativas a la de la pena como única para el conflicto penal, cuya aplicación
debe ser aprobada por el juez de garantía. Así ocurre con la suspensión condicional del procedimiento (artículo 237, inciso
1°) y los acuerdos reparatorios (artículo 241). Además, eventualmente, controla las facultades del MP en orden a no
iniciar la investigación (artículo 168) o de archivar provisionalmente la causa (artículo 169) y la aplicación del principio
de oportunidad (artículo 170, incisos 2° a 5°).
1.6. Preparar el juicio
Al juez de garantía le corresponde dirigir la audiencia de preparación del juicio oral a través del cual se determinan los
hechos que serán objeto del juicio, las partes (intervinientes) y el material probatorio a discutir en la audiencia de juicio
oral (artículos 260 y sgtes. del CPcsalP).
1.7. Resolver las solicitudes de sobreseimientos y decidir sobre el forzamiento de la acusación
Cerrada la investigación, el MP puede solicitar el sobreseimiento temporal o definitivo del procedimiento si concurren
las causales que establecen los artículos 250 y 252 del CPcsalP. En tales casos el juez de garantía se pronunciará sobre
las solicitudes respectivas dando o negando lugar al sobreseimiento. También podría suceder que el MP no solicite
sobreseimiento y decida no acusar, pero manifieste su intención de no perseverar en el procedimiento por no haberse
reunido durante la investigación los antecedentes suficientes para fundar una acusación. En dicha hipótesis, el querellante
(si lo hay) en desacuerdo con el MP puede solicitar al juez de garantía que lo autorice a presentar la acusación en la
forma que debería haberse efectuado por el MP. En consecuencia, el juez de garantía deberá resolver si autoriza o no al
querellante para que presente la acusación en los mismos términos que el CPcsalP lo establece para el MP (artículo 258,
inciso 4°). La misma solución prevé el legislador en caso de desacuerdo del querellante respecto del sobreseimiento que
solicitare el fiscal.
1.8. Dictar sentencia en los procedimientos abreviados, simplificados, monitorios y de acción penal privada
El CPcsalP tiene prevista la existencia de procedimientos especiales que se aplican, por regla general, a las hipótesis de
criminalidad bagatelaria (leve y mediana). Quien conoce y resuelve en estos casos es el juez de garantía (artículo 14,
letras c, d y e, COT). Además, a partir de la entrada en vigencia de la ley de responsabilidad penal juvenil (Ley N°
20.084), el JG también conoce y resuelve todas las cuestiones y asuntos que dicha ley le encomienda (artículo 14, letra g,
COT).
1.9. Ejecución de la condena
Actualmente le corresponde al juzgado de garantía el control de la última etapa del procedimiento penal; esto es, el de
la ejecución de la pena o medida de seguridad, en su caso. Se trata de una situación novedosa en el derecho procesal
chileno, pues en el antiguo sistema tal función corresponde a Gendarmería de Chile (artículo 14, letra e, COT y artículos
466 y sgtes. CPcsalP).
1.10. Otras facultades
El juez de garantía está facultado para conocer y resolver las demás cuestiones y asuntos que le encomiende la ley procesal
penal (artículo 14, letra h, COT). Ejemplo: conocer la prueba anticipada (Art. 191 CPcsalP).
II. Tribunales de juicio oral en lo penal
El tribunal de juicio oral en lo penal es un órgano colegiado a quien le corresponde, en esencia, el juzgamiento de los
asuntos penales sometidos a su conocimiento.

6
1. Observaciones
La competencia del TOP se encuentra prevista en forma exclusiva para la etapa principal del procedimiento penal, esto es,
la etapa del juicio oral. El establecimiento de este órgano de juzgamiento procura dotar al sistema de mayores estándares
de imparcialidad, proporcionándose jueces que, en teoría, no tienen ningún conocimiento ni participación previa en el
asunto que en la audiencia oral del juicio les corresponde decidir.
Los tribunales de juicio oral en lo penal están compuestos por un número variable de jueces (entre cuatro y veintisiete),
pero actúan solo con tres en las audiencias de juicio oral. En total se ha previsto la existencia de 44 tribunales de juicio
oral y 403 jueces2.
Constituye una novedad dentro del sistema lo que se ha denominado como sala itinerante (de baja aplicación práctica),
o sea, un tribunal de juicio oral en lo penal constituido en un lugar distinto de aquel en que tiene su asiento para conocer
aquellos casos que deben juzgarse en sitios donde no existen tribunales de juicio oral en lo penal (artículo 21 A COT y
artículos 281, inciso 4°, 353, CPcsalP).
Por último, merece destacarse que el CPcsalP prevé una norma de certeza en caso de suscitarse un conflicto sobre
competencia territorial de un TOP. Si han transcurrido tres días desde la notificación de la resolución que fijare fecha
para la realización de la audiencia del juicio oral, no podrá ser declarada de oficio ni promovida por las partes la
incompetencia territorial del tribunal de juicio oral en lo penal. Cabe recordar que si durante la audiencia de preparación
del juicio oral (que se celebra ante un juzgado de garantía) se planteare un conflicto de competencia no se suspenderá la
tramitación, pero no se pronunciará el auto de apertura del juicio oral mientras no se resolviere el conflicto.
2. Competencia
Su función principal es la de conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito, salvo las relativas a simple delito y
faltas que caen dentro de la competencia del juzgado de garantía. Además, resuelve los incidentes que se suscitan durante
la audiencia de juicio oral en lo penal; en su caso, decide sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados puestos a
su disposición; conoce y resuelve todas las cuestiones y asuntos que le encomienda la ley de responsabilidad penal juvenil
(Ley N° 20.084); y conoce de los demás asuntos que la ley procesal penal le encomienda (artículo 18 COT), por ejemplo,
la unificación de penas (Art. transitorio CPcsalP).
La integración de las salas se determina mediante sorteo anual que se efectúa durante el mes de enero de cada año y la
distribución de las causas que conocen se realiza según un procedimiento objetivo y general que debe ser aprobado cada
año por el comité de jueces del tribunal a propuesta de su presidente (artículo 17 COT).
Los acuerdos del tribunal se rigen por las normas que regulan los acuerdos de las Cortes de Apelaciones a que se refieren
los artículos 72, 81, 83, 84 y 89 del COT.
3. Normas sobre inhabilitación de los jueces de garantía y jueces de los tribunales orales en lo penal
En caso de solicitarse la inhabilitación de un juez de garantía, el procedimiento se seguirá tramitando hasta antes de
celebrarse la audiencia de preparación del juicio oral (las inhabilidades deberán formularse siempre en cualquier estado
del procedimiento hasta antes de la celebración de dicha audiencia), la que no podrá realizarse si no se ha resuelto la
inhabilitación. Mientras tanto, quien deba subrogar a aquel cuya inhabilitación se discute continuará conociendo de todos
los trámites que correspondan (artículos 75 CPcsalP y 206, 207 COT). Existe una laguna en el CPcsalP para el caso en
que se planteare una inhabilidad de un juez de garantía durante la realización de la audiencia de preparación de juicio
oral. Efectivamente, el CPcsalP no considera esa posibilidad y mientras no se salve esta omisión pareciera que la solución
se encuentra, por un lado, en cuanto a la oportunidad, en el artículo 114, inciso 2°, del Código de Procedimiento Civil
(“… deberá proponerla tan pronto como tenga noticia de ella…”) que se aplicaría en virtud de lo dispuesto en el artículo
52 del CPcsalP y, por otro, en el inciso 1° del Art. 206 COT (“… En todos los casos en que el juez de garantía falte…”).
Las inhabilidades que se pretendan en contra de jueces del tribunal de juicio oral en lo penal deben plantearse dentro de
los tres días siguientes a la notificación de la resolución que fija la fecha para la audiencia de juicio oral y se resuelven
antes del inicio de la audiencia respectiva. Y si los hechos constitutivos de la causal de implicancia o recusación llegan a

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conocimiento del solicitante después de tal plazo, pero antes de celebrarse la audiencia de juicio oral, ella debe plantearse
al inicio de la audiencia. No es posible plantear un incidente de inhabilitación con posterioridad al inicio de la audiencia,
sin perjuicio de que el tribunal pueda declarar de oficio la que advirtiera.
En caso de inhabilitación el tribunal continuará funcionando con exclusión de los jueces inhabilitados si pudieren ser
reemplazados (ello ocurrirá cuando se hubiere convocado un número de jueces mayor que tres en conformidad a lo
dispuesto en el artículo 281, inciso 5°, CPcsalP, o sea, si se teme que se produzca una ausencia) o con los que no hayan
sido inhabilitados, siempre que su número no baje de dos, caso en el cual la sentencia debe ser dictada por unanimidad
(artículo 76). Fuera de estas hipótesis se anula todo lo obrado en la audiencia de juicio si se siguió adelante con él3.
4. Organización administrativa de los tribunales
Uno de los aspectos más débiles de la organización judicial chilena ha sido su administración y, a través de la reforma
procesal penal, se ha intentado superar esta deficiencia proporcionando al sistema un nuevo modelo de gestión y organi-
zación. Para ello, los tribunales con competencia penal se encuentran dotados de un órgano especialmente encargado de
la administración denominado comité de jueces y diversas unidades administrativas.
4.1. Comité de jueces
El comité de jueces es un órgano encargado de la administración del tribunal correspondiente y que se constituye en todos
los juzgados de garantía compuestos por tres o más jueces y en cada uno de los tribunales orales en lo penal.
El comité de jueces está integrado por todos los miembros del tribunal, siempre que este tenga cinco o menos jueces, y si
se trata de tribunales que tienen un número de jueces superior a cinco el comité se forma por cinco jueces elegidos por la
mayoría del tribunal cada dos años (artículo 22 COT). Tal comité es presidido por aquel miembro elegido por la mayoría
de sus integrantes, dura dos años en su cargo, con posibilidad de reelección por un nuevo período y tiene las facultades
indicadas en el artículo 24 del COT.
4.2. Funciones
Las más importantes son las de aprobar el procedimiento objetivo y general propuesto por el juez presidente para la
distribución de las causas (casos) entre los jueces que componen el órgano jurisdiccional (artículo 23, letra a, COT)
y asumir la dirección administrativa y presupuestaria del tribunal correspondiente; así, debe aprobar el proyecto de
presupuesto anual que presenta el juez presidente, para ser propuesto a la Corporación Administrativa del Poder Judicial
(artículo 23, letra g, COT).
Por otro lado, el comité de jueces debe elegir al administrador del tribunal, calificarlo para su desempeño y removerlo
en caso de deficiente desempeño. También le corresponde designar al personal del tribunal, a propuesta en terna del
administrador, y conocer de las apelaciones que se interpongan en contra de las resoluciones del administrador del
tribunal que remueva a los mismos empleados (artículo 23, letras b, d, e, f COT).
4.3. Unidades administrativas de los juzgados de garantía y tribunales orales en lo penal
Uno de los aspectos más importantes en materia de gestión incorporados en el funcionamiento de los tribunales lo
constituye la creación de unidades administrativas cuya existencia y funciones están contempladas en el artículo 25 del
COT. Las unidades que se crean y sus funciones se enumeran a continuación:
a) Unidad de sala, prevista para la organización y asistencia a la realización de las audiencias.
b) Unidad de atención de público, destinada a otorgar una adecuada atención, orientación e información al público que
concurra al juzgado o tribunal, especialmente a la víctima, al defensor y al imputado. También se encarga de la recepción
de la información que estos entreguen y de manejar la correspondencia del juzgado o tribunal.
c) Unidad de servicios, que reúne las labores de soporte técnico de la red computacional del juzgado o tribunal; las de
contabilidad y apoyo a la actividad administrativa del juzgado o tribunal, y las de coordinación y abastecimiento de todas
las necesidades físicas y materiales para la realización de las audiencias.

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d) Unidad de administración de causas, que se encarga del desarrollo de toda la labor relativa al manejo de causas y
registros del procedimiento penal en el juzgado o tribunal, incluidas las relativas al manejo de las fechas y salas para las
audiencias; al archivo judicial básico, al ingreso y al número de rol de las causas nuevas; manejo de las fechas y salas
para la primera audiencia judicial de los detenidos; también se encarga de la actualización diaria de la base de datos que
contenga las causas del juzgado o tribunal y del control de las estadísticas básicas del juzgado o tribunal.
e) Unidad de apoyo a testigos y peritos, destinada a brindar una adecuada y rápida atención, información y orientación
a los testigos y peritos citados a declarar en el transcurso de una audiencia de juicio oral. Esta función existe solamente
en los tribunales orales en lo penal.
4.4. Administrador del tribunal con competencia en lo penal
Se trata de un funcionario auxiliar de la administración de justicia encargado de la dirección del personal y de la
organización y control de la gestión administrativa de los nuevos tribunales (artículo 389 COT).
Realiza sus funciones bajo la supervisión del comité de jueces del tribunal y sus funciones (previstas en el artículo 389 B
COT) son las siguientes:
a) Dirigir las labores administrativas propias del funcionamiento del tribunal o juzgado, bajo la supervisión del juez
presidente del comité de jueces.
b) Proponer al comité de jueces la designación del subadministrador, de los jefes de unidades y de los empleados del
tribunal.
c) Proponer al juez presidente la distribución del personal.
d) Evaluar al personal a su cargo.
e) Distribuir las causas a los jueces o a las salas del respectivo tribunal, conforme con el procedimiento objetivo y general
aprobado.
f) Remover al subadministrador, a los jefes de unidades y al personal de empleados, cuando hayan sido calificados en
lista condicional en el proceso de calificación respectivo.
g) Llevar la contabilidad y administrar la cuenta corriente del tribunal, de acuerdo a las instrucciones del juez presidente.
h) Dar cuenta al juez presidente acerca de la gestión administrativa del tribunal o juzgado.
i) Elaborar el presupuesto anual, que deberá ser presentado al juez presidente a más tardar en el mes de mayo del
año anterior al ejercicio correspondiente. El presupuesto deberá contener una propuesta detallada de la inversión de los
recursos que requerirá el tribunal en el ejercicio siguiente.
j) Adquirir y abastecer de materiales de trabajo al tribunal, en conformidad con el plan presupuestario aprobado para
el año respectivo.
k) Ejercer las demás tareas que le sean asignadas por el comité de jueces o el juez presidente o que determinen las leyes.
III. Subrogación de jueces de garantía y de tribunal de juicio oral en lo penal
Las normas que regulan la materia se encuentran previstas en los artículos 206, 207, 208, 209, 210, 210 A, 210 B y 214
del COT.
1. Subrogación de jueces de juzgados de garantía
Hay que distinguir si se trata de un juzgado de garantía unipersonal o de un juzgado de garantía colegiado4.
1.1. Juzgados de garantía unipersonales
Si un juzgado de garantía contare con un solo juez, este será subrogado por el juez del juzgado con competencia común
de la misma comuna o agrupación de comunas y, a falta de este, por el secretario letrado de este último (artículo 206,
inciso 2°).

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1.2. Juzgados de garantía colegiados
En todos los casos en que falte el juez de garantía o no pueda intervenir en determinadas causas, será subrogado por otro
juez del mismo juzgado (artículo 206, inciso 1°).
2. Reglas complementarias
Si no pudiere realizarse la subrogación en la forma precedente, para juzgados de garantía unipersonales o colegiados, la
subrogación se hará por un juez del juzgado de garantía de la comuna más cercana perteneciente a la jurisdicción de la
misma Corte de Apelaciones (artículo 207, inciso 1°). Si falta este, la subrogación se realizará por el juez de un juzgado
con competencia común de la comuna o agrupación de comunas más cercana y, en su defecto, por el secretario letrado
de este último juzgado (artículo 207, inciso 2°).
Si no pudieren aplicarse las reglas anteriores, la subrogación se hará por los jueces de garantía de las restantes comunas
de la misma jurisdicción de la Corte de Apelaciones a la cual pertenezcan, en orden de cercanía.
Para los efectos previstos en el artículo 207 COT, las Cortes de Apelaciones deben fijar cada dos años el orden de cercanía
territorial de los distintos juzgados de garantía, considerando la facilidad y rapidez de las comunicaciones entre sus lugares
de asiento.
Si aun así la subrogación no es posible actuará como subrogante un juez de un juzgado de garantía; a falta de este, un
juez de letras de un juzgado con competencia común o, en defecto de ambos, el secretario letrado de este último, que
dependan de la Corte de Apelaciones más cercana. Regirán con este objeto las reglas previstas por los incisos segundo,
tercero y cuarto del artículo 216, que regulan la subrogación entre Cortes de Apelaciones (artículo 208). Así, por ejemplo,
en el caso de la V Región deberá recurrirse a los juzgados del territorio de la Corte de Apelaciones de La Serena.
Los artículos 206 y 207 —que necesitan corrección— pasan por alto (en los casos de JG colegiados) que antes de llamar
al juez del juzgado con competencia común de la comuna o agrupación de comunas más cercana deba recurrirse, antes
que todo, al juez del juzgado con competencia común de la misma comuna. Ej.: si faltan todos los jueces de garantía de
Copiapó, subrogaría el juez de Caldera o si falta él, el secretario letrado del tribunal, en vez de intervenir un juez con
competencia común de Copiapó o el correspondiente secretario.
3. Subrogación de jueces de tribunales de juicio oral en lo penal
En todos los casos en que una sala de un tribunal oral en lo penal no pudiere constituirse conforme a la ley por falta de
jueces que la integren, subrogará un juez perteneciente al mismo tribunal oral y, a falta de este, un juez de otro tribunal
oral en lo penal de la jurisdicción de la misma Corte, para lo cual se aplicarán análogamente los criterios de cercanía
territorial previstos en el artículo 207. Para estos fines, se considerará el lugar en el que deba realizarse la audiencia de
juicio oral de que se trate (artículo 210, inciso 1°).
Si no pudiere realizarse la subrogación por falta de un juez de un tribunal oral en lo penal de la misma jurisdicción, la
subrogación se realizará por un juez de juzgado de garantía de la misma comuna o agrupación de comunas, que no hubiere
intervenido en la fase de investigación (artículo 210, inciso 2°).
Si no resultare posible aplicar ninguna de las reglas precedentes porque los jueces pertenecientes a otros tribunales orales
en lo penal o a los juzgados de garantía no pudieren conocer de la causa respectiva o por razones de funcionamiento de
unos y otros, actuará como subrogante un juez perteneciente a algún tribunal oral en lo penal que dependa de la Corte
de Apelaciones más cercana o, a falta de este, un juez de un juzgado de garantía de esa otra jurisdicción. Regirán, con tal
fin, las reglas previstas en los incisos segundo, tercero y cuarto del artículo 216, que regulan la subrogación entre Cortes
de Apelaciones (artículo 210, inciso 3°).
En defecto de las reglas precedentes, resultará aplicable lo dispuesto en el artículo 213 o, si ello no resultare posible, se
postergará la realización del juicio oral hasta la oportunidad más próxima en que alguna de tales disposiciones resultare
aplicable.
4. Observaciones

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Los jueces de un juzgado de garantía solo podrán subrogar a otros jueces de garantía y a jueces de tribunales orales en
lo penal (artículo 209).
Los jueces pertenecientes a los tribunales orales en lo penal solo subrogarán a otros jueces de esos tribunales (artículo
210 A).
Si tuviere que realizarse una subrogación y al aplicar las reglas previstas precedentemente hubiere más de un juez que
debiere subrogar a un juez del juzgado de garantía o a un juez del tribunal oral en lo penal, la subrogación se hará por
orden de antigüedad, comenzando por el menos antiguo (artículo 210 B).
En los juzgados de garantía y en los tribunales orales en lo penal corresponderá al jefe de la unidad administrativa que
tenga a su cargo la función de administración de causas dejar constancia de la subrogación e informar mensualmente de
ella a la Corte de Apelaciones (artículo 214, inciso final).
§3 Ministerio Público
Una de las novedades más importantes a nivel organizacional dentro del modelo de reforma procesal penal es la introduc-
ción del Ministerio Público en el procedimiento penal como titular exclusivo de la función de investigación, dotándosele,
además, con otras funciones que se analizarán en seguida.
Probablemente, los primeros vestigios del Ministerio Público se encuentren en el siglo XIV en Francia donde, junto con la
existencia de los tribunales reales y de la justicia señorial, el procurador del rey y el procurador del señor, respectivamente,
participaban en la persecución de delitos, denunciándolos o custodiando el progreso de la causas iniciadas5; o, quizá, en
los “pesquisidores” del procedimiento penal regulado en Las Partidas “… puestos para escudriñar la verdad de las cosas
mal fechas encubiertamente…”6. Con todo, el MP adquiere relevancia institucional junto con la Revolución francesa como
reacción al modelo inquisitorio y a la multiplicidad de funciones que concentraba el juez inquisidor, entre ellas las de
investigar y acusar.
En Chile, la figura del Ministerio Público ya había estado presente en el sistema procesal penal inquisitorial, pero como
se advirtiera en el capítulo I de este trabajo, no tuvo el rol relevante que hoy le asignan el derecho constitucional y la
actual legislación procesal penal; vale decir, dirigir exclusivamente la investigación penal, en su caso, ejercer la acción
penal pública y, también, velar por la protección de víctimas y testigos.
I. Definición
El Ministerio Público es un organismo autónomo y jerarquizado que tiene a cargo la investigación penal; eventualmente,
el ejercicio de la acción penal pública y la adopción de medidas para proteger a víctimas y testigos.
II. Reglamentación
El Ministerio Público se introdujo a la CPRCH en virtud de la Ley de reforma constitucional N° 19.519, publicada en el
DO de fecha 16 de septiembre de 1997, añadiéndosele un capítulo VI-A (artículos 80 A a 80 I)7. Además, desde el 15 de
octubre de 1999 se encuentra publicada en el DO la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público N° 19.640, que
regula la organización y atribuciones del MP, señala las calidades y requisitos que deben tener y cumplir los fiscales para su
nombramiento; también contiene normas relativas a la responsabilidad, inhabilidades, incapacidades, incompatibilidades
y prohibiciones que les afectan y, en fin, las normas relativas a su personal, capacitación, perfeccionamiento y presupuesto.
Por último, regulan, del mismo modo, la actividad del MP las normas comprendidas en el Libro I, Tít. IV, Párrafo 2°,
en los artículos 77, 78 y 78 bis del CPcsalP que se refieren, por un lado, a sus facultades y, por otro, a la información y
protección que deben proporcionar a las víctimas.
III. Funciones
1. Investigación
Según lo dispuesto en los artículos 83 de la CPRCH y 1° de la LOCMP con relación a los artículos 3°, 6°, 77, 78, 78 bis y
308 del CPcsalP, las funciones del MP consisten en dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos
de delito, los que determinen la participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado. Le corresponde, de

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similar manera, en su caso, ejercer la acción penal pública y la adopción de medidas para proteger a las víctimas y a los
testigos. Se advierte expresamente que en caso alguno puede ejercer funciones jurisdiccionales.
Sin duda, la función paradigmática del MP es la de investigación, denominada, igualmente, de instrucción (inquisición),
comprendiendo por tal, básicamente, la averiguación sobre la existencia de un delito y su responsable a fin de ejercer la
acción penal que permita al tribunal competente pronunciarse judicialmente.
La función antes señalada, en esencia, es de dirección y no implica la investigación misma, esto técnicamente corresponde
a carabineros o a investigaciones, adscritos legalmente para ello como órganos auxiliares del MP.
Por otro lado, la CPRCH y la LOCMP obligan al MP a investigar tanto los hechos que determinen la participación
punible del imputado como aquellos que acrediten su inocencia. Se trata, en suma, de la aplicación de un criterio objetivo
de investigación, cuestión sobre la que se volverá más adelante.
2. Ejercicio de la acción penal pública
Una consecuencia lógica de la persecución penal que realiza el MP es el ejercicio de la acción penal pública que, como
se explicó al revisarse la máxima acusatoria, activa al órgano jurisdiccional del estado. Al respecto, según se advirtiera
también a propósito del análisis del carácter acusatorio del nuevo sistema procesal penal, no está claro si el legislador
asume que la acción penal pública se ejerce únicamente cuando se formula la acusación (así parece desprenderse del artículo
77 CPcsalP, artículo 83 CPRCH y artículo 1°, inciso 2°, LOCMP) o, como se observa en alguna doctrina chilena8, si
debe entendérsela en sí misma como sinónimo de promoción de la persecución penal (tal cual pareciera desprenderse de
los artículos 53 y 166 del CPcsalP).
Teniendo en consideración las normas recién citadas y el concepto de acción penal dentro de la estructura del antiguo
sistema procesal penal inquisitorial (artículos 10, 11 y 15 CPP) queda la última impresión; esto es, que el legislador
entiende que la acción penal existe antes de la acusación al iniciarse la investigación.
Otro punto también ambiguo es el que se expone a continuación. Dado que el inciso 1° del artículo 2° LOCMP señala
que el MP “… realizará sus actuaciones procesales a través de cualquiera de los fiscales que, con sujeción a lo dispuesto
en la ley, intervenga en ellas…” (principio de unidad), la pregunta que cae por su propio peso es si puede un abogado que
es funcionario del Ministerio Público, pero que no es fiscal, comparecer en representación del MP en las audiencias que
se celebren ante los juzgados de garantía, tribunales de juicio oral en lo penal, cortes de apelaciones y Corte Suprema.
Esta pregunta cobra especial importancia respecto de los abogados asesores, es decir, aquellos funcionarios públicos
pertenecientes al MP, que son abogados habilitados para el ejercicio de la profesión, especialistas en derecho penal y
procesal penal, que ni son fiscales ni asistentes de fiscal. Por la respuesta negativa, acude en apoyo el texto expreso
citado, al consagrarse que las actuaciones procesales que deba realizar el MP se materializan mediante sus fiscales y, en
consecuencia, si compareciera un abogado asesor a alguna audiencia en representación del Ministerio Público se infringiría
dicha norma y, de paso, el principio de legalidad —también denominado de primacía de la ley— que recoge el artículo
7° de la CPRCH. Por una respuesta afirmativa, bajo apoyo, por un lado, en las normas contenidas en el mismo artículo
2° citado; y, por otro, a que asoman las siguientes: Art. 19 N° 3 de la Constitución Política de la República de Chile;
Art. 52 del Código Procesal Penal; 17 j), 32 letra h) y 38 de la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público;
Art. 7° del Código de Procedimiento Civil; Arts. 520 y 527 del Código Orgánico de Tribunales; Arts. 1° y 2° de la Ley
N° 18.120. El principal punto argumentativo sería el inciso 2° del artículo 2° LOCMP, pues de allí aparece que son los
fiscales quienes dirigirán la investigación y ejercerán la acción penal pública, lo que en términos prácticos —como se dijo:
sobre la base del resto de las disposiciones citadas— significa que la actuación concreta de investigación, bajo firma en la
instrucción de diligencia de investigación respectiva, es una responsabilidad exclusiva del fiscal que no admite delegación
y lo mismo sucede con el ejercicio de la acción penal pública, que se materializa en el texto escrito, bajo firma del fiscal,
de la acusación o requerimiento que la contiene o, en su caso, del recurso procesal. Luego, todo lo demás sería susceptible
de delegación. Así ocurriría, por ejemplo, con la comparecencia de los abogados asistentes y/o abogados asesores ante las
Cortes de Apelaciones y Corte Suprema, que podrían hacerlo por delegación del Fiscal Nacional o Regional, quedando
abierta la discusión a propósito de su comparecencia a las audiencias ante los JG y TJOP9. Como el punto no dejaba
de ser discutible, la Ley N° 20.074, para aliviar la discusión que se presentaba respecto de las actuaciones procesales de

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los abogados asistentes de fiscal, ya había autorizado en el CPcsalP que estos pudieran comparecer autónomamente a
la primera audiencia judicial del detenido. Pero lo que vino a poner término a la discusión, al menos respecto de los
abogados asistentes con relación a su comparecencia ante los juzgados de garantía y tribunales de juicio oral en lo penal,
fue la Ley N° 20.861, de fortalecimiento del MP, agregando tres incisos al artículo 2° de la LOCMP, disponiendo en el
nuevo inciso 3° que el MP también puede realizar sus actuaciones procesales ante los tribunales de garantía, a través de
los abogados asistentes de fiscal, siendo necesaria una delegación expresa y específica para la actuación de que se trate,
por parte de un fiscal del Ministerio Público, al abogado asistente en cuestión. En cambio, les sigue estando vedado a
los abogados asistentes la comparecencia a las audiencias de juicio oral. Así se desprende de la misma norma al señalar:
“… con excepción…”. Y, por lo demás, los asistentes quedan sujetos a la norma de declaración jurada consagrada en el
artículo 9° bis10.
3. Protección de víctimas y testigos
El principio básico en la materia, respecto de la víctima, se encuentra en el artículo 6° del CPcsalP que, como se dijo,
constituyó, con la reforma procesal penal, una novedad en el derecho procesal penal chileno. El MP está obligado a velar
por la protección de las víctimas en todas las etapas del procedimiento penal, adoptando todas las medidas necesarias
para ello. Al efecto, aunque no taxativamente, el artículo 78 del CPcsalP enumera una serie de actividades que el MP
debe realizar a favor de la víctima. Por otro lado, también está obligado el MP a proteger a los testigos, adoptando las
medidas que fueren procedentes antes o con posterioridad a las declaraciones que debieren prestar (artículo 308, inciso
2°, CPcsalP). Tras la reforma introducida en Chile al sistema penal consistente en sancionar los delitos de tráfico ilícito
de migrantes y trata de personas, quedó consignado un nuevo artículo 78 bis que obliga al MP a adoptar o solicitar las
medidas que sean necesarias tendientes a asegurar la protección de la integridad física y sicológica de las víctimas de tales
delitos durante el procedimiento penal11.
IV. Organización
El MP es un organismo autónomo que está jerárquica y burocráticamente organizado (artículos 83 CPRCH; 1°, 7°, 8°,
12, 17, 24, 27, 32, 33, 38 y 44 LOCMP y 183, inciso 2°, CPcsalP).
1. Autonomía
En el derecho comparado se ha discutido latamente sobre el vínculo de dependencia que debe existir entre el Ministerio
Público con alguna función de poder del estado. En Alemania, por ejemplo, el MP (Die Staatsanwaltschaft) depende
del Ministerio de Justicia y en Costa Rica es una institución auxiliar del Poder Judicial. En Chile, en cambio, el MP se
encuentra en una situación similar a la del Banco Central y a la de la Contraloría General de la República; vale decir,
se sitúa como un órgano extrapoder12. No obstante, existe un cierto control de otros órganos estatales sobre el MP. Por
ejemplo, la designación del Fiscal Nacional depende en conjunto del órgano ejecutivo, legislativo y judicial. Por otro lado,
su remoción, como la de los fiscales regionales, puede verificarse por decisión de la Corte Suprema, cuestión en la que
podría apreciarse una suerte de “control político”13 sobre el MP. En fin, una de las funciones del Juzgado de Garantía
es, precisamente, controlar la función del MP encuadrándola dentro de los límites constitucionales y legales.
2. Derecho de sustitución y devolución
Dentro de las características de jerarquización y burocratización organizacional del MP adquiere algún grado de valor
lo que en doctrina y derecho alemán (artículo 145 I Gerichtsverfassungsgesetz) se denomina derecho de sustitución (das
Substitutionsrecht) y derecho de devolución (das Devolutionsrecht)14. Por derecho de sustitución se entiende la facultad
de las autoridades del MP para impartir instrucciones (artículos 17 letra a, inciso 2°; 32, letra a; 35 y 44, inciso 2°,
LOCMP) y, especialmente, encomendar, retirar o transferir determinadas tareas a los funcionarios subordinados a ellos
(artículos 2°, 19 y 40 LOCMP). Por derecho de devolución se entiende que las autoridades del Ministerio Público pueden
asumir por sí mismas total o parcialmente las tareas (casos) que correspondan a determinados fiscales (artículos 18 y 27
LOCMP).
3. Estructura organizacional

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El MP se organiza a través de una Fiscalía Nacional, que tiene su sede en la capital de Chile (Santiago), y de fiscalías
regionales en la cabeza de cada región. Estas, a su vez, se organizan a través de fiscalías locales. Existe, además, un
Consejo General, que actúa como órgano asesor y de colaboración del Fiscal Nacional (artículo 12 LOCMP).
3.1. Fiscalía Nacional
En la cúspide de la organización piramidal del MP se encuentra la Fiscalía Nacional, compuesta por el Fiscal Nacional y
por unidades especializadas a cargo de un director designado por aquel, previa audiencia del Consejo General, con el fin
de colaborar y asesorar a los fiscales encargados de la investigación de una determinada categoría de delitos (artículo 22
LOCMP). Existen, además, seis unidades administrativas (divisiones) dirigidas por jefes administrativos y supervisadas
por un Director Ejecutivo Nacional (artículo 20 LOCMP).
a) Fiscal Nacional
El Fiscal Nacional es el jefe superior del MP, responsable de su funcionamiento y tiene sobre él la superintendencia directiva,
correccional y económica. Ejerce sus atribuciones personalmente o a través de los distintos órganos que componen al MP,
en conformidad a la ley que lo regula (artículo 13 LOCMP).
a.1) Requisitos de nombramiento
1. Ser ciudadano con derecho a sufragio.
2. Tener a lo menos diez años el título de abogado.
3. Haber cumplido cuarenta años de edad.
4. No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades previstas en la LOCMP.
a.2) Procedimiento de nombramiento
Para proveer el cargo de Fiscal Nacional, la Corte Suprema, con noventa días de anticipación a la fecha de expiración del
plazo legal del cargo del Fiscal Nacional en funciones, llama a concurso público con la adecuada difusión. El alto tribunal
confecciona una quina formada con los postulantes que reuniendo los requisitos legales obtuvieren las cinco primeras
mayorías en el concurso. Luego, el Presidente de la República, dentro del plazo señalado legalmente (10 días), debe
proponer al Senado como Fiscal Nacional a uno de los integrantes de la quina15. Para que se forme acuerdo al respecto,
debe concurrir al menos el voto conforme de dos tercios de sus miembros en ejercicio. Si se desecha la proposición
del Presidente de la República la Corte Suprema debe volver a completar la quina, proponiendo un nuevo nombre en
sustitución del rechazado, repitiéndose el procedimiento de nombramiento tantas veces sea necesario hasta obtenerse la
aprobación por el Senado a la proposición que formule el Presidente de la República. Una vez que existe acuerdo se expide
por intermedio del Ministerio de Justicia el nombramiento del Fiscal Nacional (artículo 85, inciso 1°, CPRCH y artículo
15 LOCMP), quien ejerce el cargo durante ocho años sin que pueda ser designado para el período siguiente (artículo 85,
inciso 2°, CPRCH y artículo 16 LOCMP).
a.3) Facultades
La mayoría de las facultades están concentradas y consagradas en el artículo 17 de la Ley Orgánica Constitucional del
Ministerio Público. Ellas tienen un carácter predominantemente administrativo y son las siguientes:
1. Fijar, oyendo previamente al Consejo General, los criterios de actuación del Ministerio Público para el cumplimiento
de los objetivos establecidos en la Constitución y en las leyes. Esta norma consagrada en el artículo 17 letra a) debe
relacionarse con el artículo 25 letra a) de la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público que, dicho sea de paso,
deja abierta la posibilidad de que pueda interpretarse que el Fiscal Nacional no está obligado a oír siempre al Consejo
General (“… cuando el Fiscal Nacional la requiera…”).
En el inciso 2° del artículo 17, letra a), LOCMP se indica que el Fiscal Nacional tiene facultades suficientes para
dictar las instrucciones generales que estime necesarias para el adecuado cumplimiento de las tareas de dirección de la
investigación de los hechos punibles, ejercicio de la acción penal y protección de las víctimas y testigos. Pero no podrá dar
“… instrucciones u ordenar realizar u omitir la realización…” (redacción defectuosa) de actuaciones en casos particulares,

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con la sola excepción de lo establecido en el artículo 18, que no es en estricto rigor una excepción (no instruye ni ordena
realizar u omitir algo), pues lo que contiene ese artículo es un caso de aplicación del derecho de devolución que asiste al
Fiscal Nacional que, según se explicó antes, le permite asumir personalmente la investigación total o parcial de un asunto
en particular.
Relacionado con lo anterior conviene traer a colación que, en materia de instrucciones generales, la Ley N° 20.074, a fin
de agilizar y otorgar mayor eficiencia a la persecución penal, introdujo dos modificaciones. La primera de ellas se produjo
en el artículo 87 del CPcsalP, que incorpora la posibilidad de que los fiscales impartan, a la policía, instrucciones generales
relativas a la realización de diligencias inmediatas para la investigación de determinados delitos. La segunda modificación
se formuló al propio artículo 17, letra a), de la LOCMP. En efecto, en el párrafo primero se agrega que tratándose de los
delitos que generan mayor conmoción social los criterios de actuación deberán referirse, especialmente, a la aplicación de
las salidas alternativas y a las instrucciones generales relativas a las diligencias inmediatas para la investigación de los
mismos, pudiendo establecerse orientaciones diferenciadas para su persecución en las diversas regiones del país, atendiendo
a la naturaleza de los distintos delitos.
2. Fijar, oyendo al Consejo General, los criterios que se aplicarán en materia de recursos humanos, de remuneraciones,
de inversiones, de gastos de los fondos respectivos, de planificación del desarrollo y de administración de finanzas.
3. Crear, previo informe del Consejo General, unidades especializadas para colaborar con los fiscales a cargo de la
investigación de determinados delitos. Esta disposición debe relacionarse con el artículo 22 LOCMP.
4. Dictar los reglamentos que correspondan en virtud de la superintendencia directiva, correccional y económica que
le confiere la Constitución Política.
En ejercicio de esta facultad, determinará la forma del funcionamiento de las fiscalías y demás unidades del
Ministerio Público y el ejercicio de la potestad disciplinaria correspondiente.
5. Nombrar y solicitar la remoción de los fiscales regionales, de acuerdo con la Constitución y con esta ley orgánica
constitucional.
6. Resolver las dificultades que se susciten entre los fiscales regionales acerca de la dirección de la investigación, el
ejercicio de la acción penal pública o la protección de las víctimas o testigos.
En ejercicio de esta facultad, determinará la Fiscalía Regional que realizará tales actividades o dispondrá las
medidas de coordinación que fueren necesarias.
7. Controlar el funcionamiento administrativo de las Fiscalías Regionales.
8. Administrar, en conformidad a la ley, los recursos que sean asignados al MP.
9. Solicitar, en comisión de servicio, a funcionarios de cualquier órgano de la Administración del Estado para que
participen en las actividades propias del MP. Dichas comisiones tendrán el plazo de duración que se indique en el respectivo
decreto o resolución que las disponga.
10. Ejercer las demás atribuciones que la LOCMP u otra ley orgánica constitucional le confieran.
a.4) Expiración
Un Fiscal Nacional puede llegar a término en su cargo en virtud de tres circunstancias distintas.
a.4.1) Plazo
El Fiscal Nacional nombrado para el período respectivo durará ocho años en su cargo (antes de las modificaciones
introducidas por las Leyes N° 20.050 y N° 20.861, el plazo era de 10 años), cumplido ese término legal expira en el cargo
y no podrá ser designado para el período siguiente (artículo 16 LOCMP).
También expira en su cargo el Fiscal Nacional que cumple 75 años durante el ejercicio de aquel.
a.4.2) Remoción

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La LOCMP contempla una circunstancia específica de destitución del cargo de Fiscal Nacional denominada remoción, la
que se verifica en la forma que a continuación se expone (artículo 53 LOCMP).
Un Fiscal Nacional puede ser removido de sus funciones por la Corte Suprema, a requerimiento del Presidente de la
República, de la Cámara de Diputados o de diez de sus miembros, por incapacidad, mal comportamiento o negligencia
manifiesta en el ejercicio de sus funciones. La Corte Suprema conocerá del asunto en Pleno especialmente convocado
al efecto y para acordar la remoción deberá reunir el voto conforme de cuatro séptimos de sus miembros en ejercicio
(artículos 53 LOCMP y 89 CPRCH).
En caso de remoción, o si el Fiscal Nacional dejare de servir su cargo por razones diversas de la expiración del plazo
legal de duración de sus funciones, deberá llamarse a concurso público dentro del término de tres días contados desde el
acaecimiento del hecho que separa al Fiscal Nacional de su cargo. Mientras no asuma un nuevo Fiscal Nacional, el cargo
es subrogado por el Fiscal Regional que haya designado o, a falta de designación, por el Fiscal Regional más antiguo
(artículos 16, inciso 2°, y 23 LOCMP).
a.4.3) Otras circunstancias
La LOCMP, fuera del plazo y la remoción, no menciona expresamente otras circunstancias en virtud de las cuales expira
un Fiscal Nacional en su cargo; sin embargo, tomando en consideración las circunstancias bajo las cuales pueden expirar
en su cargo los fiscales regionales y los fiscales adjuntos, parece de Perogrullo señalar que el Fiscal Nacional también deja
de serlo por renuncia y muerte.
a.5) Subrogación
Cuando el Fiscal Nacional, por cualquier motivo, se encuentre impedido de desempeñar su cargo, lo subrogará el Fis-
cal Regional que determine mediante resolución, pudiendo establecer entre varios el orden de subrogación que estime
conveniente. Si no realiza ninguna designación, lo subrogará el Fiscal Regional más antiguo.
La subrogación en caso de faltar el Fiscal Nacional se produce por el solo ministerio de la ley (artículo 23, inciso final,
LOCMP).
b) Unidades administrativas
Existen dos categorías distintas de unidades reguladas en la LOCMP.
En primer lugar, existen unidades especializadas que, como se dijo, están concebidas para colaborar y asesorar a los fiscales
encargados de la investigación de determinadas categorías de delitos. Estas unidades dependen del Fiscal Nacional y son
dirigidas por un director, designado por aquel. Por ejemplo, existe una unidad especializada para asesorar a los fiscales
en la dirección de la investigación de los delitos contemplados en la ley de drogas (artículo 22 LOCMP).
En segundo lugar, la Fiscalía Nacional cuenta con unidades que realizan funciones netamente administrativas. Ellas son
la División de Estudios, Evaluación, Control y Desarrollo de la Gestión; la División de Contraloría Interna; la División de
Recursos Humanos; la División de Administración y Finanzas; la División de Informática y la División de Atención a las
Víctimas y Testigos. Dichas unidades administrativas son organizadas y supervisadas por un Director Ejecutivo Nacional
sobre la base de las instrucciones generales que dicte el Fiscal Nacional. A su vez, cada unidad administrativa funciona
bajo el mando de un jefe de unidad y tanto este como el Director Ejecutivo Nacional son funcionarios de la exclusiva
confianza del Fiscal Nacional (artículo 20 LOCMP).
c) Consejo General
El Consejo General es un órgano asesor y de colaboración del Fiscal Nacional, está integrado por el Fiscal Nacional
(presidente) y por los fiscales regionales. Debe sesionar ordinariamente al menos cuatro veces al año y, extraordinariamente,
cuando lo convoque el Fiscal Nacional (artículos 12, 24, 25 y 26 LOCMP).
Al Consejo General le corresponde:
a) Dar a conocer su opinión respecto de los criterios de actuación del MP, cuando el Fiscal Nacional la requiera, de
conformidad a lo dispuesto en la letra a) del artículo 17.

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Para este efecto, el Fiscal Nacional podrá invitar a las sesiones en que el Consejo General analice esta materia a las
personas e instituciones que estime conveniente, por su experiencia profesional o capacidad técnica.
b) Oír las opiniones relativas al funcionamiento del MP que formulen sus integrantes.
c) Asesorar al Fiscal Nacional en otras materias que este solicite.
d) Cumplir las demás funciones que esta u otra ley orgánica constitucional le asignen.
3.2. Fiscalías Regionales
En la escala siguiente de la pirámide jerárquica del MP se encuentran las Fiscalías Regionales cuya autoridad máxima es
el Fiscal Regional.
Las Fiscalías regionales tienen su sede en la capital regional respectiva, salvo en la Región Metropolitana, en que la sede
y la distribución territorial tienen una conformación distinta, según la determinación que efectúa el Fiscal Nacional en
conformidad a lo dispuesto en el artículo 28 LOCMP. En resumen, en cada una de las regiones existe un Fiscal Regional,
pero excepcionalmente en la Región Metropolitana existen cuatro fiscales regionales, que dirigen, cada uno, las siguientes
fiscalías: Fiscalía Regional R. M. Centro Norte, Fiscalía Regional R. M. Sur, Fiscalía Regional R. M. Oriente y Fiscalía
Regional R. M. Occidente.
a) Fiscal Regional
El Fiscal Regional es la autoridad del MP que ejerce las funciones y atribuciones del MP en aquella región o en la extensión
geográfica de la región que corresponda a la fiscalía regional a su cargo, por sí o por medio de los fiscales adjuntos que se
encuentren bajo su dependencia (artículo 27 LOCMP).
a.1) Requisitos de nombramiento
1. Ser ciudadano con derecho a sufragio.
2. Tener a lo menos cinco años el título de abogado.
3. Haber cumplido treinta años de edad.
4. No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades previstas en esta ley.
a.2) Procedimiento de nombramiento
Para proveer el cargo de Fiscal Regional, la Corte de Apelaciones de la región respectiva llamará a concurso público de
antecedentes. Con los postulantes que concurriendo al concurso reunieren los requisitos legales y obtuvieren por votación
las tres primeras mayorías, la Corte de Apelaciones formará una terna. A su turno, el Fiscal Nacional, dentro de los
plazos que contempla la ley, nombrará a uno de los integrantes de la terna como Fiscal Regional (artículo 29 LOCMP).
a.3) Facultades
Al igual que al Fiscal Nacional, al Fiscal Regional la ley le otorga esencialmente facultades administrativas. Las más
importantes están reguladas en el artículo 32 de la LOCMP y son las siguientes:
1. Dictar, conforme a las instrucciones generales del Fiscal Nacional, las normas e instrucciones necesarias para la
organización y funcionamiento de la Fiscalía Regional y para el adecuado desempeño de los fiscales adjuntos en los casos
en que debieren intervenir.
2. Conocer y resolver, en los casos previstos por la ley procesal penal, las reclamaciones que cualquier interviniente
en un procedimiento formulare respecto de la actuación de un fiscal adjunto que se desempeñe en la Fiscalía Regional
a su cargo. Esta disposición debe relacionarse con los artículos 33, 49 y sgtes. de la Ley Orgánica Constitucional del
Ministerio Público y, también, con el artículo 183, inciso 2°, del CPcsalP.
3. Supervisar y controlar el funcionamiento administrativo de la Fiscalía Regional y de las fiscalías locales que de ella
dependan.

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4. Velar por el eficaz desempeño del personal a su cargo y por la adecuada administración del presupuesto.
5. Comunicar al Fiscal Nacional las necesidades presupuestarias de la Fiscalía Regional y de las fiscalías locales que de
ella dependan.
6. Proponer al Fiscal Nacional la ubicación de las fiscalías locales y la distribución en cada una de ellas de los fiscales
adjuntos y los funcionarios.
7. Disponer las medidas que faciliten y aseguren el acceso expedito a la Fiscalía Regional y a las fiscalías locales, así
como la debida atención de las víctimas y demás intervinientes.
8. Ejercer las demás atribuciones que esta u otra ley orgánica constitucional le confieran.
a.4) Objeción de instrucciones
Podría suceder que el Fiscal Nacional imparta instrucciones generales (Derecho de sustitución) que incidieren en el
ejercicio de las facultades del Fiscal Regional para dirigir una investigación o en el ejercicio de la acción penal pública.
En tal caso, el artículo 35 de la LOCMP autoriza al Fiscal Regional para objetarlas por razones fundadas. Sin embargo,
es necesario revisar dos casos específicos que regula la disposición citada precedentemente.
a.4.1) Objeción de instrucciones que incidieren en actuaciones procesales que pudieren dilatarse
En este caso lo que sucederá, lógicamente, es que el Fiscal Regional esperará la resolución (respuesta) del Fiscal Nacional
para realizar una actuación determinada.
Si el Fiscal Nacional acogiere la objeción, está obligado a modificar la instrucción y dicha modificación tendrá efectos
generales para todo el Ministerio Público y se realiza la actuación de acuerdo con las nuevas instrucciones.
Si el Fiscal Nacional rechaza la objeción, el Fiscal Regional está obligado a cumplir la instrucción en la forma impartida
sin más trámite, pero el Fiscal Nacional asume plena responsabilidad.
a.4.2) Objeción de instrucciones que incidieren en actuaciones procesales que no pudieren dilatarse
En este caso el Fiscal Regional, pese a su objeción, está obligado por el inciso 3° del artículo 35 LOCMP a realizar la
actuación de acuerdo con la instrucción mientras la objeción no sea resuelta.
Si el Fiscal Nacional acogiere la objeción, está obligado a modificar la instrucción y dicha modificación tendrá efectos
generales para todo el MP.
Si el Fiscal Nacional rechaza la objeción la instrucción queda firme.
Pero en ambas hipótesis se presentaría un problema cuando el Fiscal Regional obligado ya realizó la diligencia imposter-
gable y esta se consumó irreversiblemente. Como ha estado obligado por el inciso 2° del artículo 35 a cumplir la instrucción
en la forma impartida, cabe preguntarse quién asume responsabilidad por tal actuación.
No se desprende claramente del artículo 35 que en caso de acogerse la objeción el Fiscal Nacional asume plena respon-
sabilidad por la actuación procesal realizada mientras la objeción se encontraba en curso de ser resuelta; sin embargo,
la respuesta se colige por aplicación del elemento lógico de interpretación a que se refiere el artículo 22, inciso 1°, del
Código Civil y teniendo en consideración el artículo 44 de la LOCMP, especialmente los incisos 3° y 4° que le imponen
tal responsabilidad al fiscal regional respecto de las objeciones que rechazare a los fiscales adjuntos. En consecuencia,
la responsabilidad recaería en el Fiscal Nacional y no en el Fiscal Regional, que por lo demás obró contra su propia
voluntad.
a.5) Expiración
Salvo la causal de cesación que no afecta al Fiscal Nacional, están consideradas para los Fiscales Regionales las mismas
causales previstas para aquel. En consecuencia, pueden expirar en el cargo por extinción del plazo, cesación, remoción y
otras circunstancias.
a.5.1) Extinción del plazo

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Los Fiscales Regionales durarán ocho16 años en el cargo y, transcurrido el plazo, expiran en sus funciones sin que puedan
ser designados para el período siguiente. Sin embargo, el artículo 30 de la LOCMP señala que pueden ser nombrados en
otro cargo del MP. La pregunta que cabe hacerse es si podría un Fiscal Regional ser designado nuevamente como tal una
vez expirado el plazo, o incluso antes que expire, pero en otra Fiscalía Regional. Pareciera que la respuesta es negativa
y que la expresión “en otro cargo” utilizada por el legislador significa cualquiera que no sea el de Fiscal Regional. Una
interpretación a favor de una “reelección” en otra Fiscalía Regional propiciaría que abusivamente un abogado se eternice
como Fiscal Regional en la dirección de un órgano donde la rotación y alternancia es saludable, como método preventivo
y represivo para la corrupción en sus filas.
a.5.2) Cesación
La cesación consiste en la expiración en el cargo que sufre un Fiscal Regional al cumplir 75 años de edad (artículo 30,
inciso 2°, LOCMP).
a.5.3) Remoción
Los Fiscales Regionales pueden ser removidos por la Corte Suprema, a solicitud del Fiscal Nacional o a requerimiento del
Presidente de la República, o de la Cámara de Diputados o de diez de sus miembros, por incapacidad, mal comportamiento
o negligencia manifiesta17 en el ejercicio de sus funciones (artículos 53 LOCMP y 89 CPRCH).
a.5.4) Otras razones
Lo que ya se ha dicho respecto del Fiscal Nacional debe extenderse también al caso de los Fiscales Regionales. En
consecuencia, la muerte y la renuncia hacen expirar a los Fiscales Regionales en el cargo.
a.6) Subrogación
En caso de faltar en sus funciones el Fiscal Regional debe ser subrogado. Al respecto, hay que distinguir dos situaciones:
Si el Fiscal Regional ha designado por resolución un fiscal adjunto para su subrogación, entonces aquel fiscal adjunto lo
subrogará.
Si el Fiscal Regional no ha efectuado ninguna designación, lo subrogará legalmente el fiscal adjunto más antiguo de la
región, o de la extensión territorial de la región que esté a su cargo, cuando se trate de la Región Metropolitana.
Por último, en cuanto a la subrogación, esta procederá por el solo ministerio de la ley cuando por cualquier motivo el
Fiscal Regional se encuentre impedido de desempeñar su cargo (artículo 37 LOCMP).
b) Unidades administrativas
En cada Fiscalía Regional existe una Unidad de Evaluación, Control y Desarrollo de la Gestión; una Unidad de Recursos
Humanos; una Unidad de Administración y Finanzas; una Unidad de Informática y una Unidad de Atención a las Víctimas
y Testigos, las que están a cargo de un jefe de unidad y son organizadas y supervisadas por un Director Ejecutivo Regional
sobre la base de las instrucciones generales que dicte el Fiscal Regional. Tanto el jefe de unidad como el Director Ejecutivo
Regional son funcionarios de la confianza exclusiva del Fiscal Regional (artículo 34 LOCMP).
Es importante destacar que, aunque no lo contempla la LOCMP, las fiscalías regionales cuentan con una Unidad Jurídica,
integrada fundamentalmente por abogados asesores (especialistas en ciertas materias), encargada de asesorar al fiscal
regional, tanto en la definición de las estrategias de persecución penal como en las materias que dicen relación con el
control de la actividad de los fiscales en las tareas de investigación, ejercicio de acción y protección de víctimas y testigos.
3.3. Fiscalías locales
Las fiscalías locales constituyen las unidades operativas de las Fiscalías Regionales para el cumplimiento de las tareas de
investigación, ejercicio de la acción penal pública y protección de víctimas y testigos (artículo 38, inciso 1°, LOCMP).
Cada fiscalía local está integrada por uno o más fiscales adjuntos, funcionarios profesionales y personal de apoyo. La
jefatura de una Fiscalía Local la define el Fiscal Regional, lo que implica que este designa a uno de los fiscales adjuntos

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como fiscal jefe adjunto en caso de que la Fiscalía Local cuente con más de un fiscal adjunto. La calidad de jefe se
mantiene mientras el fiscal que se desempeñe como tal cuente con la confianza del Fiscal Regional.
La distribución y organización de las fiscalías locales en el territorio de cada Fiscalía Regional es determinada por
el Fiscal Nacional, a propuesta del respectivo Fiscal Regional en atención a criterios de carga de trabajo, extensión
territorial, facilidades de comunicaciones y eficiencia en el uso de los recursos.
a) Fiscal adjunto
El fiscal adjunto es aquel funcionario que operativa y directamente ejerce, dentro de la Fiscalía Local, las funciones del MP
en los casos que se le asignen; es decir, dirige la investigación de los hechos constitutivos de delito, de los que determinen
la participación punible o acrediten la inocencia del imputado. En caso de ser procedente, ejerce también las atribuciones
que le encomienda la ley en conformidad a ella y a las instrucciones generales que, dentro del ámbito de sus facultades,
respectivamente, imparten el Fiscal Nacional y el Fiscal Regional (artículo 44 LOCMP).
a.1) Distribución de casos
La distribución de casos al fiscal adjunto la realiza el fiscal jefe (siempre que la fiscalía tenga más de un fiscal) según
las instrucciones que al respecto imparte el Fiscal Nacional, tomando en consideración criterios objetivos. En relación
con este punto, la LOCMP no señala taxativamente cuáles deben ser tales criterios, pero, a modo ejemplar, indica que
básicamente los constituyen la carga de trabajo, especialización y experiencia (artículo 40 LOCMP).
Las tareas que se le asignan al fiscal adjunto se realizan normalmente dentro del área geográfica de la fiscalía a que
pertenece; el artículo 40, inciso final, de la LOCMP lo faculta expresamente para realizar actuaciones y diligencias en
todo el territorio nacional, en conformidad a las normas generales que establezca el Fiscal Nacional.
Sin perjuicio de lo dicho precedentemente, el fiscal adjunto está obligado a obedecer las instrucciones particulares que el
Fiscal Regional le dirija con respecto a un caso que le hubiere asignado. Sin embargo, el artículo 44, incisos 2°, 3° y 4°,
de la LOCMP regula la facultad de objeción de instrucciones según el procedimiento que esa misma disposición señala.
a.2) Objeción de instrucciones
En caso de que un fiscal adjunto estime que las instrucciones particulares que le dirija el Fiscal Regional con respecto a un
caso que se le hubiere asignado son manifiestamente arbitrarias o que atentan contra la ley o contra la ética profesional,
puede representar tales instrucciones. Esto significa que dispone de un plazo de 24 horas, contado desde la recepción
de la instrucción, para objetarla por escrito. Si se produce la objeción el Fiscal Regional también, dentro de 24 horas,
debe resolverla por escrito. Si el Fiscal Regional la acoge, el fiscal que la interpuso deberá continuar desempeñando
sus tareas de conformidad con las normas generales. Pero si el Fiscal Regional la rechaza, el fiscal adjunto deberá
cumplir la instrucción, pero se entiende que el Fiscal Regional asume plena responsabilidad por la misma. Tratándose de
instrucciones relativas a actuaciones impostergables, el fiscal adjunto deberá darles cumplimiento sin perjuicio de formular
objeción según el procedimiento antes descrito (artículo 44 LOCMP). En este último caso, se hace la misma observación
anotada a propósito de la objeción de instrucciones que puede hacer el Fiscal Regional al Fiscal Nacional.
a.3) Requisitos de nombramiento
a.3.1) Ser ciudadano con derecho a sufragio.
a.3.2) Tener título de abogado.
a.3.3) Reunir requisitos de experiencia y formación especializada adecuadas para el cargo.
a.3.4) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades previstas en esta ley.
a.4) Procedimiento de nombramiento
Los fiscales adjuntos son designados por el Fiscal Nacional, a propuesta en terna del Fiscal Regional respectivo, previo
concurso público que comprende exámenes escritos, orales y una evaluación de antecedentes académicos y laborales de
los postulantes (artículo 41 LOCMP).

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a.5) Expiración
La LOCMP agrupa respecto de los fiscales adjuntos todas las causales de expiración bajo el epígrafe Cesación y establece
que los fiscales adjuntos cesan en sus cargos por las causales siguientes (artículo 43):
a.5.1) Cumplir 75 años de edad.
a.5.2) Renuncia.
a.5.3) Muerte.
a.5.4) Salud incompatible con el cargo o enfermedad irrecuperable, de acuerdo a lo establecido en el reglamento.
a.5.5) Evaluación deficiente de su desempeño funcionario, de conformidad al reglamento.
a.5.6) Incapacidad o incompatibilidad sobreviniente, cuando corresponda.
4. Control y responsabilidad de la actividad del Ministerio Público
Como contrapeso a la autonomía que se ha atribuido al MP, dentro del actual sistema procesal penal se prevé la existencia
de algunos mecanismos de control de su actividad. Por cierto, la existencia de unidades administrativas de control
(División de Contraloría Interna y la División de Estudios, Evaluación, Control y Desarrollo de la Fiscalía Nacional,
también la Unidad de Evaluación, Control y Desarrollo de la Gestión en cada Fiscalía Regional) constituye un aspecto
de tales mecanismos.
Las normas de responsabilidad contenidas en la LOCMP se analizarán en el punto seis a continuación del examen de
los controles intra y extraórgano. En lo que sigue se revisará la forma en que se organiza el control de la actividad del
Ministerio Público, dividiéndose la materia bajo dos aspectos: el control intraórgano y el control extraórgano.
4.1. Control intraórgano
Es aquel que se produce al interior del Ministerio Público y emana de sus propias autoridades. El principal control de
esta naturaleza en el actual sistema procesal penal chileno es el de carácter jerárquico.
a) Control jerárquico
Puede definirse como el que realizan las autoridades del MP a los funcionarios subordinados a ellas.
El control jerárquico puede ser de dos tipos:
a.1) Permanente
Se entiende por tal al que efectúan las autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de su competencia administrativa y en
los niveles correspondientes. Tiene relación con el funcionamiento de las unidades y la actuación de los funcionarios de
su dependencia. El control de esta naturaleza se extiende tanto a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los fines y
objetivos establecidos, como a la legalidad y oportunidad de las actuaciones (artículo 7° LOCMP). Esta norma, respecto
de los fiscales, debe relacionarse con los artículos 166 y 248, letra b), del CPcsalP, que establecen el principio de legalidad,
y con el artículo 170 del CPcsalP, que contempla el principio de oportunidad.
a.2) Eventual
Comprende al que se verifica cuando los intervinientes en el procedimiento formulan algún reclamo en contra de un
fiscal adjunto (artículo 33 LOCMP). Ejemplos de lo anterior pueden encontrarse en el artículo 170, relativo al reclamo
de la víctima sobre el ejercicio del principio de oportunidad, o en el artículo 232, relativo al reclamo del imputado por
arbitrariedad de la formalización de la investigación.
Vinculado con los dos aspectos del control jerárquico aludidos precedentemente, debe tenerse en consideración el artículo
45 LOCMP en relación con el artículo 48, que alude a la responsabilidad disciplinaria en que pueden incurrir los fiscales
por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones. Tal responsabilidad se hace efectiva por la autoridad superior
respectiva según el procedimiento previsto en los artículos 49 a 52 de la LOCMP y que se detalla a continuación.

21
b) Procedimiento de aplicación de medidas disciplinarias
Los actos realizados por los fiscales en el ejercicio de sus funciones y que eventualmente dan lugar a la imposición de una
medida disciplinaria pueden consistir en una infracción de deber (así, por ejemplo: el contenido en el artículo 9° CPcsalP
sobre el deber de solicitar autorización judicial previa; el caso del artículo 132 CPcsalP sobre el deber de comparecencia; el
del artículo 247 CPcsalP sobre el deber de cerrar la investigación; el del artículo 270 CPcsalP sobre el deber de corrección
de vicios formales, etc.) o en una contravención de alguna prohibición que les afecte (por ejemplo: el artículo 1° LOCMP
sobre prohibición del ejercicio de funciones jurisdiccionales). Ahora bien, según la gravedad del acto en que incurran
los fiscales, se arriesgan a las siguientes sanciones: amonestación privada, censura por escrito; multa equivalente hasta
media remuneración mensual, por el lapso de un mes; suspensión de funciones hasta por dos meses, con goce de media
remuneración y remoción (artículo 49 LOCMP).
b.1) Tramitación
Cuando un fiscal adjunto aparece involucrado (por sospecha) en hechos susceptibles de ser sancionados disciplinariamente,
el Fiscal Regional designa a uno de los fiscales del MP como investigador. No ocurre así si el involucrado es el Fiscal
Regional, pues, en tal hipótesis, asume como investigador el Fiscal Nacional.
Sea que la investigación se inicie por denuncia (caso en el cual debe declarar aquel que la formula, levantándose un acta)
o de otra forma, ella deberá realizarse dentro de un plazo máximo de cinco días y, si procediere, se formularán cargos,
debiendo el fiscal afectado responderlos (la ley, curiosamente, lo trata de “inculpado”) dentro de los dos días siguientes a la
notificación respectiva. Y si se ofreciere rendir prueba, debe fijarse un plazo para ello que no exceda de tres días. Vencido
el plazo para los descargos, o el término probatorio (en su caso), el investigador evacua un informe sobre los hechos,
fundamentos y conclusiones a las que arribe, formulándole al Fiscal Regional la proposición que estimare conveniente. Al
respecto, la LOCMP incurre en una ambigüedad, pues el artículo 52 señala que si el investigador es el Fiscal Nacional (ello
ocurrirá si el sujeto investigado es un Fiscal Regional), debe seguirse el mismo procedimiento previsto para la aplicación
de medidas disciplinarias a los fiscales adjuntos, o sea, el procedimiento que se viene comentando. El problema consiste
en resolver la siguiente cuestión: ¿a quién debería formular la proposición correspondiente el Fiscal Nacional? Pareciera
lógico que no había necesidad de regular esta situación, entendiéndose que en tal caso no hay proposición que efectuar, ya
que siendo el Fiscal Nacional la máxima autoridad del MP debe, lisa y llanamente, dictar resolución. Pero la incongruencia
del legislador se presenta al atender al tenor literal del mismo artículo 52, que sí prevé una solución explícita para el
caso de la apelación que el sancionado eleva ante el Fiscal Nacional, apelación que, según señala expresamente la ley,
no se produce cuando el sancionado es un Fiscal Regional, pero sin que hubiese tenido que regular esa situación la ley,
era evidente lo que la norma anuncia (sobre el Fiscal Nacional no hay otra autoridad dentro del MP). Así, si la ley se
preocupó de regular este caso, debió hacerlo también para efectos de formularse proposición, o simplemente haber evitado
hablar de una “excepción”, como lo hizo en el artículo 52 antes referido.
Conocido el informe, entonces, el Fiscal Regional dictará la resolución correspondiente dentro de los dos días siguientes,
la cual debe ser notificada al fiscal respectivo, quien podrá apelar de ella (salvo, como se dijo, el Fiscal Regional) ante
el Fiscal Nacional, quien a su vez tendrá un plazo de dos días para pronunciarse sobre la apelación, contado desde la
recepción de los antecedentes en la Fiscalía Nacional (artículo 51 LOCMP).
Sin perjuicio de lo expuesto precedentemente, habría que recordar que en caso de solicitarse como medida disciplinaria
la remoción de los fiscales regionales rigen las normas previstas en los artículos 53 de la LOCMP y 89 CPRCH.
Aunque parezca obvio, no existe procedimiento de aplicación de medidas disciplinarias contra el Fiscal Nacional, lo que
se desprende del tenor del artículo 48 de la LOCMP, al señalarse que la responsabilidad disciplinaria de los fiscales —y
de los abogados asistentes de fiscal tras la reforma de la Ley N° 20.253— podrá hacerse efectiva por la autoridad superior
respectiva y sobre el Fiscal nacional no hay autoridad superior.
Por último, no puede dejar de llamar la atención que habiéndose esforzado el legislador en dotar al sistema de un
procedimiento penal de corte acusatorio, se haya empeñado en mantener un procedimiento inquisitorio para evaluar
la responsabilidad disciplinaria de los fiscales y demás funcionarios del MP y que el fiscal nacional escape al control
administrativo.

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4.2. Control extraórgano
Es aquel que se verifica fuera de los muros del Ministerio Público; o sea, controles que ejercen agentes del Estado que no
forman parte del Ministerio Público y/o particulares. Los más importantes son los siguientes:
a) Control político
Los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial no solo tienen facultades suficientes para participar en la designación de
las máximas autoridades del MP, sino también para solicitar su remoción. En efecto, en caso de verificarse las causales
de incapacidad, mal comportamiento o negligencia manifiesta en el ejercicio de sus funciones, el Fiscal Nacional y los
Fiscales Regionales, a requerimiento del Presidente de la República, de la Cámara de Diputados o de diez de sus miembros,
pueden ser removidos de sus funciones por la Corte Suprema según el procedimiento previsto en el artículo 53 LOCMP.
Si se analizan los artículos 48 N° 2 y 49 N° 1 de la Constitución política de la República de Chile que consagran la
acusación constitucional (denominada “juicio político”) en nuestro ordenamiento jurídico, no resulta difícil concluir que
esta facultad de remoción tiene una suerte de parentesco con aquella. Conviene tener presente que las normas del artículo
53 LOCMP y artículo 89 de la CPRCH encierran un peligro de insospechadas consecuencias, tanto por lo vago de las
causales como por el riesgo de instrumentalización de este control que podría afectar gravemente a la autonomía del MP.
b) Control procesal
El control procesal lo realizan fundamentalmente los jueces de garantía, quienes deben velar porque el MP actúe dentro de
los marcos legales y constitucionales equilibrando o limitando su poder autónomo a fin de evitar la afectación arbitraria
de derechos fundamentales pertenecientes a otros sujetos procesales. Además, existe un control horizontal que emana de
los demás intervinientes en el procedimiento penal y que se traduce en una serie de facultades procesales.
Ejemplos de esta clase de control pueden advertirse en los artículos 5°, 9° y 10 CPcsalP ya analizados; en los artículos 83
CPRCH y artículo 4° LOCMP que exigen autorización judicial previa para el caso de afectación de derechos fundamentales;
en el artículo 168 CPcsalP relativo al control sobre la decisión del MP de no iniciar una investigación; en el artículo 258
CPcsalP sobre forzamiento de la acusación; en el artículo 410 CPcsalP sobre oposición del querellante a la solicitud de
procedimiento abreviado, etc.
c) Control ciudadano
Una primera manifestación de esta forma de control se hace visible por la aplicación de las máximas de oralidad y
publicidad de la audiencia de juicio, al permitirse a cualquier persona, mediante su asistencia, tener conocimiento de la
forma en que se desenvuelve la audiencia del juicio penal. Sin embargo, existen también otros mecanismos en el renovado
derecho procesal chileno que tienen relación con el control ciudadano y que merecen mencionarse. En primer lugar, tanto
el Fiscal Nacional (artículo 21 LOCMP) como los Fiscales Regionales (artículo 36 LOCMP) tienen la obligación de rendir
cuenta anual de las actividades del MP en audiencia pública. En segundo lugar, se impone a los fiscales y funcionarios del
MP la obligación de observar el principio de transparencia, de manera que se permita y promueva el conocimiento de los
procedimientos, contenido y fundamentos de las decisiones que se adopten en el ejercicio de su función pública (artículo
8° LOCMP). En fin, también existe control ciudadano respecto de la declaración de salud regulada en el artículo 9° bis
de la LOCMP.
5. Responsabilidad
Especialmente vinculado con las fórmulas de control referidas resulta el marco de responsabilidades que se impone al MP
como consecuencia de la realización de ciertas conductas. En esta materia merece considerarse básicamente los artículos
2°, inciso 2°, y 45 y sgtes. LOCMP que contienen el principio de responsabilidad, aplicable a todos los casos que se
analizarán a continuación.
5.1. Responsabilidad política y disciplinaria
Estas responsabilidades nacen en virtud de conductas que constituyen causales de remoción, ya analizadas a propósito
del control político, y de aquellas conductas que implican infracciones de deber o contravención de prohibiciones vistas
al revisarse el control jerárquico.

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5.2. Responsabilidad administrativa
El artículo 8°, inciso 1°, LOCMP impone a los fiscales y a los funcionarios del MP la obligación de observar el principio de
probidad administrativa. A su turno, el artículo 11 LOCMP sujeta al personal del MP a responsabilidad administrativa.
Sin perjuicio de la responsabilidad disciplinaria que se impone eventualmente a los fiscales, el Art. 17 de la Ley N°
20.88018 regula un caso específico de responsabilidad administrativa, por infracción a la probidad pública, que se sanciona
con multa e incluso, en caso extremo, con el cese de funciones o la destitución del Fiscal Regional o Fiscal Adjunto, según
el caso, que no hubiese presentado oportunamente la declaración de intereses y patrimonio en los términos estipulados
en los artículos 5°, 6°, 7° y 8° de la ley aludida o la hubiesen realizado de manera incompleta o inexacta.
5.3. Responsabilidad penal
Imputado que sea un fiscal por delito, corresponde al mismo MP iniciar la persecución penal correspondiente. Para tales
efectos, y a fin de resguardar la debida imparcialidad, el artículo 46 LOCMP establece normas específicas para la dirección
de una investigación que persiga la responsabilidad penal de los fiscales y distingue entre hechos (delitos) imputables a
un fiscal en el ejercicio de sus funciones de otros hechos distintos.
En primer lugar, si el imputado es el Fiscal Nacional, corresponde dirigir la investigación al Fiscal Regional que se
designe mediante sorteo, en sesión del Consejo General, la que será especialmente convocada y presidida por el Fiscal
Regional más antiguo. En segundo lugar, si el imputado es un Fiscal Regional, corresponde dirigir la investigación al
Fiscal Regional que designe el Fiscal Nacional, oyendo previamente al Consejo General. En tercer lugar, si el imputado
es un fiscal adjunto, deberá dirigir la investigación el Fiscal Regional que designe el Fiscal Nacional. En último lugar,
si lo que se imputare a un fiscal fuere un hecho (delito) cometido en el ejercicio de sus funciones, el fiscal a cargo de la
investigación deberá deducir, si procediere (existencia de antecedentes suficientes para acusar por crimen o simple delito),
la respectiva querella de capítulos (artículos 424 y siguientes CPcsalP).
5.4. Responsabilidad civil
Los trazos de responsabilidad civil que regula la LOCMP se circunscriben a las conductas realizadas por los fiscales o fun-
cionarios en el ejercicio de sus funciones, de modo que en los demás casos rige íntegramente el estatuto de responsabilidad
regulado en el Código Civil y su legislación complementaria.
La responsabilidad civil de los fiscales está contemplada expresamente en el artículo 5° con relación a los artículos 11 y 45
LOCMP que imponen al Estado la obligación de resarcir el daño patrimonial causado por el MP cuando sus conductas
han sido injustificadamente erróneas o arbitrarias. La acción para perseguir esta responsabilidad prescribe en el plazo de
cuatro años, contados desde la fecha en que se incurrió en la conducta “dañina”. Asimismo, si el grado de responsabilidad
imputable al fiscal o funcionario fuere equivalente al de culpa grave o dolo, otorga al Estado un derecho de repetición en
su contra.
En suma, el afectado debe dirigir su acción directamente contra el estado cuando alegue la existencia de responsabilidad
civil derivada de alguna conducta injustificadamente errónea o arbitraria imputable a algún fiscal (o funcionario) del
Ministerio Público realizada en el ejercicio de sus funciones.
6. Principios que rigen el funcionamiento del Ministerio Público
La organización y funciones del Ministerio Público están regidas por ciertos principios expresamente regulados en la
LOCMP. A continuación se analizarán los que se entiende han tenido mayor trascendencia doctrinaria, sin considerar
los principios de oficialidad, interdicción de funciones jurisdiccionales, legalidad/oportunidad, probidad administrativa,
control y responsabilidad, que ya han sido consultados con suficiente extensión.
6.1. Unidad
Está consagrado en los artículos 2° y 6°, inciso 2°, LOCMP y significa que el MP realiza sus actuaciones a través de
cualquiera de sus fiscales —o, en su caso, de los abogados asistentes de fiscal— que, con sujeción a lo dispuesto en la ley,
intervengan en ellas. Este principio abarca dos ideas; por un lado, que la radicación de un caso en un fiscal determinado
no es excluyente, por ende, cualquier otro puede asumir la misma función en conjunto con aquel o en su reemplazo y,

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por otro, que siempre la actuación de uno o más fiscales respecto de uno o más casos en particular involucra e implica la
intervención del MP como un solo órgano. Por así decirlo, no hay fiscales “dueños de casos”. El legislador ha tratado de
despersonalizar y despolitizar la persecución penal.
El principio de unidad está íntimamente vinculado con los derechos de Devolución (artículo 18 LOCMP) y Sustitución
(artículos 17, letra a, inciso 2°; 19, 32, letra a, y 40 LOCMP), estudiados precedentemente.
6.2. Objetividad
Aparece regulado genéricamente en los artículos 83 CPRCH y 1° LOCMP y específicamente en el artículo 3° LOCMP,
que está copiado casi literalmente del artículo 109 del CPP. Se entiende por tal el deber del MP de investigar con igual
celo no solo los hechos y circunstancias que funden o agraven la responsabilidad del imputado, sino también los que lo
eximan de ella, la extingan o la atenúen.
Mucho se ha especulado sobre el verdadero rol del MP dentro de los sistemas procesales penales imperantes en el mundo
occidental, especialmente respecto al de “custodio de la ley” que se le asigna en la doctrina comparada, especialmente
en la alemana19. Al parecer, la legislación chilena concuerda con esta opinión, pues en el citado artículo 3° la LOCMP
señala que en el ejercicio de su función (debe entenderse la de investigación), los fiscales del MP adecuarán sus actos a
un criterio objetivo, velando únicamente por la correcta aplicación de la ley.
El principio en comento, y sea que se otorgue o no el carácter de custodio de la ley al MP, encierra un problema importante
de carácter operativo; esto es, si él efectivamente se encuentra obligado en toda circunstancia a investigar simultáneamente
tanto aquello que perjudica al imputado como aquello que lo favorezca. Para resolver este problema, no debe perderse
nunca de vista que la función paradigmática del MP es la de persecución penal. Por naturaleza, se concibe al MP como un
inquisidor encargado de averiguar la existencia de delito y su responsable a fin de que, ejerciéndose acción penal, se active
la función jurisdiccional asignándose la responsabilidad penal que en Derecho corresponda. Sin embargo, en la búsqueda
o averiguación de la verdad, el MP puede encontrarse con antecedentes que demuestren fundadamente que el imputado
no ha dejado de ser inocente o que está exento de responsabilidad penal o que ella se encuentra atenuada o extinguida; en
consecuencia, en tales casos debe actuar, e informar al sistema, reconociendo la existencia de tales circunstancias velando,
en definitiva, porque la ley penal material y/o adjetiva se aplique correctamente.
En resumen, no está obligado el MP a ser un órgano imparcial de investigación, pero si en su curso se detectan o aparecen
circunstancias favorables al imputado, no puede prescindir de ellas, está obligado a señalarlas.
6.3. Eficiencia
Tal principio involucra un concepto de frecuente uso en el ámbito económico y relativo a la utilización de los recursos.
Probablemente, el trabajo de equipos multidisciplinarios en la reforma y su puesta en marcha favoreció la inclusión de
este término dentro de las normas procesales penales. El CPcsalP recoge tal principio fundamentalmente en el artículo
6°, señalando que los fiscales y funcionarios del MP deberán velar por la eficiente e idónea administración de los recursos
y bienes públicos y por el debido cumplimiento de sus funciones. Esto significa que los recursos económicos deben
aprovecharse al máximo desde un punto de vista productivo y que el servicio que otorgan (la función que cumplen)
los fiscales y funcionarios del MP debe ser de óptima calidad. Deben evitarse, en consecuencia, los recursos ociosos.
Manifestaciones de este principio en la LOCMP se encuentran en la facultad que se otorga a las autoridades del MP
(Fiscal Nacional y Fiscales Regionales) para la distribución geográfica y organización de las fiscalías locales según la
carga de trabajo, facilidad de comunicaciones y eficiencia en el uso de los recursos (artículo 39); distribución de tareas
(artículo 40); en la facultad del Fiscal Nacional de aplicar el sistema de remuneraciones de acuerdo a criterios objetivos,
permanentes y no discriminatorios, asignación de bonos por desempeño profesional y bonos de gestión institucional según
resultados de evaluación y sistema de metas (artículo 77); en el sistema de evaluación de desempeño de los fiscales y
funcionarios del MP (artículos 78, 79 y 80); etc.
6.4. Transparencia y publicidad de los actos administrativos
La LOCMP regula el principio de transparencia en los incisos 2° y 3° del artículo 8°, a continuación del principio de
probidad administrativa, y el de publicidad en los incisos 4° y final del artículo 8°.

25
La LOCMP señala que la función pública (si se tiene presente el inciso final del artículo 8°, ella debe circunscribirse
únicamente a lo administrativo) debe ejercerse con transparencia; esto es, nunca en forma oculta, secreta ni clandestina,
de manera que permita y promueva al observador —cualquier persona— el conocimiento de los procedimientos, contenidos
y fundamentos de las decisiones que se adopten en ejercicio de ella. La LOCMP obliga, además, al MP a adoptar las
medidas administrativas tendientes a asegurar el adecuado acceso a los fiscales por parte de cualquier interesado, con
pleno respeto a sus derechos y dignidad personal.
El principio de transparencia debe relacionarse con el de publicidad —del cual es una extensión— de los actos administra-
tivos del MP y de los documentos que les sirvan de sustento o complemento directo y esencial. Sin embargo, la LOCMP
considera ciertas limitaciones al principio de publicidad (artículo 8°, inciso 4°), especialmente en lo relativo a la entrega
de documentos o antecedentes requeridos que puede ser denegada cuando se verifican las siguientes causales:
a) Existencia de reserva o secreto20 establecidos en disposiciones legales o reglamentarias.
b) Que la publicidad impida o entorpezca el debido cumplimiento de las funciones del organismo.
c) Existencia de oposición deducida por terceros a quienes se refiera o afecte la información contenida en los documentos
requeridos.
d) Que la divulgación o entrega de los documentos o antecedentes requeridos afecte sensiblemente los derechos o intereses
de terceras personas, según calificación fundada efectuada por el respectivo Fiscal Regional o, en su caso, el Fiscal Nacional.
e) Cuando la publicidad afecte a la seguridad de la nación o el interés nacional.
Considerándose el texto expreso del inciso 4° del artículo 8° LOCMP, las excepciones allí aludidas afectan únicamente a
la entrega; en consecuencia, nunca pueden extenderse a la posibilidad de examinar los documentos o antecedentes a que
se refiere esa disposición. Sin embargo, la imposibilidad de acceso se encuentra regulada en la Ley N° 20.285, bajo las
causales que ella misma expresa en el Art. 21.
7. Inhabilidades, incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones
La LOCMP ha previsto normas de inhabilitación en el Título IV y normas sobre incapacidad, incompatibilidad y pro-
hibiciones en el Título V, pero el legislador no ha sido prolijo en el tratamiento conceptual de tales normas. No es de
extrañar, entonces, que dentro del Título IV de las inhabilidades existan causales legales que luego en el Título V operan
como constitutivas de incompatibilidad o prohibición. E incluso teniendo a la vista el texto del Art. 60, pareciera que
para el legislador la inhabilidad es la consecuencia de una incapacidad o incompatibilidad. A continuación se analizarán
las causales de inhabilidad, incapacidad, incompatibilidad y prohibiciones, según la lógica establecida en la LOCMP.
7.1. Inhabilidades
Por inhabilidad debe entenderse aquella causal legal fundada en el matrimonio, convivencia civil21, parentesco, especial
calidad, amistad, interés económico o, en general, en algún vínculo que impide a un fiscal determinado dirigir la investi-
gación y/o ejercer la acción penal pública respecto de determinados hechos punibles en forma objetiva o racional. Ellas
se encuentran previstas en el artículo 55, que, por su claridad, no hacen exigible alguna explicación adicional para su
comprensión.
7.2. Procedimiento de declaración
La inhabilidad puede ser planteada de oficio o a petición de parte y debe ser resuelta por el Fiscal Regional si el afectado
por la inhabilidad es un fiscal adjunto, o bien por el Fiscal Nacional si el afectado es un Fiscal Regional, o por tres fiscales
integrantes del Consejo General si el afectado es el Fiscal Nacional.
a) Declaración de inhabilidad a solicitud de oficio
Los fiscales deberán informar por escrito la causa de inhabilidad que los afectare, dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes de tomar conocimiento de ellas, al superior jerárquico respectivo según lo dicho precedentemente, sin perjuicio
de continuar practicando las diligencias urgentes que sean necesarias para evitar el perjuicio a la investigación (artículo
56).

26
b) Declaración de inhabilidad a petición de parte
La declaración de inhabilidad puede ser solicitada por alguna parte en el procedimiento. Al respecto, considérese que
no ha sido muy afortunada la decisión del legislador al recurrir a la expresión “parte” (Art. 57), pues atendida la
estructura y características actuales del procedimiento penal, especialmente las de la etapa de investigación, y teniendo
en consideración, además, la incorporación legal del concepto de intervinientes, hubiese sido más conveniente utilizar
este último término en vez de aquel, que tantas confusiones, como ya se anunciado, crea en la configuración del Derecho
Procesal Penal. A partir de esta observación y lo dispuesto en el artículo 12 del CPcsalP, entiéndase aquí por “parte” al
querellante, imputado (defensor) y a la víctima.
Si la declaración de inhabilidad es solicitada por alguna “parte” (la ley no señala plazo), el fiscal cuestionado seguirá
actuando en el caso respectivo hasta que se resuelva la petición que debe ser presentada al superior jerárquico, salvo en
el caso del Fiscal Nacional, pues en tal situación la solicitud debe presentarse ante el fiscal subrogante (artículo 23 de la
LOCMP), a fin de proceder al sorteo de los tres fiscales integrantes del Consejo General a quienes corresponderá resolver
la solicitud de inhabilidad.
Presentada que sea la solicitud (de oficio o a petición de parte), ella deberá ser resuelta dentro de tercero día y la resolución
que acoja o rechace la causal de inhabilidad invocada no es susceptible de reclamación alguna.
Si se acoge la causal de inhabilitación invocada, se deberá asignar el caso a otro fiscal para que inicie o continúe la
tramitación del asunto en que recae. Y si se rechaza, el fiscal continuará con la investigación del caso.
7.3. Incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones
Según la lógica de la LOCMP, habría que entender por incapacidad la falta de aptitud de una persona para acceder al
cargo de fiscal.
Como se dijo, la estructura legal es deficiente y, a simple vista, no se advierte en el Título V si las causales comprendidas
en los artículos 60 y 61 son, en estricto rigor, incapacidades legales (la ineptitud la define la ley) o incompatibilidades.
Teniendo presente la prevención de deficiencia conceptual indicada precedentemente, nótese que el artículo 60 impide ser
fiscales (la disposición indica una prohibición: “… no podrán…”) a quienes tengan alguna incapacidad o incompatibilidad
que los inhabilite para ser juez. Pareciera que este es el único caso de incapacidad en sentido estricto que contempla la
LOCMP y el resto son hipótesis de incompatibilidad. En consecuencia, y en conformidad a lo dispuesto en el artículo
256 del COT, son incapaces para ser fiscales:
Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia o prodigalidad; los sordos; los mudos; los ciegos; los que de
conformidad con la ley procesal penal se hallaren acusados por crimen o simple delito o estuvieren acogidos a la suspensión
condicional del procedimiento; los que hubieren sido condenados por crimen o simple delito, pero esta incapacidad no
comprende a los condenados por delito contra la seguridad interior del Estado; los fallidos, a menos que hayan sido
rehabilitados en conformidad a la ley, y los que hayan recibido órdenes eclesiásticas mayores.
Un punto oscuro en la norma se presenta, cuando estando un fiscal en función cae en incapacidad, por ejemplo, cuando
comete un delito por simple delito y es condenado. Parece claro que un candidato a fiscal no puede serlo (“…No podrán
ser fiscales…”), pero no parece tan claro, cuando la capacidad es sobreviniente. Esta norma necesita reforma que no
genere dudas en su aplicación.
a) Incompatibilidades y prohibiciones
A la luz de la LOCMP, por incompatibilidad debe entenderse la imposibilidad legal que afecta a una persona para asumir
o desempeñar, bajo ciertas circunstancias, el cargo de fiscal, fundada en razones de matrimonio, convivencia, parentesco,
de orden moral o funcional. A su vez, por prohibición debe entenderse específicamente la imposibilidad legal absoluta
que afecta a los fiscales para realizar ciertas funciones, actividades o celebrar ciertos actos jurídicos en razón de su cargo
según las hipótesis previstas en la LOCMP.
a.1) Incompatibilidades

27
Las causales que constituyen incompatibilidades están reguladas en los artículos 61 y 62 de la LOCMP. En efecto, ni
el (la) cónyuge ni el (la) conviviente civil del Presidente de la República o sus parientes por consanguinidad o afinidad
en línea recta o colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad pueden ocupar el cargo de Fiscal Nacional
o Regional. Tampoco si existe vínculo de adopción. También son incompatibles en una misma fiscalía (sea nacional,
regional o local) los cargos de fiscal entre personas que tengan vínculo conyugal, sean parientes por consanguinidad o
afinidad en línea recta o colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad o estén vinculados por adopción.
A su vez, existe incompatibilidad entre el cargo de fiscal y toda otra función o empleo remunerado con fondos públicos o
privados (se exige dedicación exclusiva). Excepcionalmente se autoriza el ejercicio de cargos docentes hasta un máximo de
seis horas semanales. Atendido el tenor literal del artículo 62 de la LOCMP (“… prolongar su jornada…”), no se advierte
una razón legal de peso para afirmar que existe incompatibilidad en el caso de que los fiscales excedieren el máximo legal
de seis horas, siempre que lo hagan fuera del horario de funcionamiento de las fiscalías.
a.2) Prohibiciones
Ellas están previstas en los artículos 63 y 64 de la LOCMP y, por su elocuencia, no requieren mayor análisis, salvo lo que
se dirá del Art. 64.
El artículo 65 de la LOCMP establece que las incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones de que trata el Título V les
serán aplicables al Fiscal Nacional y a los Fiscales Regionales de acuerdo al procedimiento establecido en la CPRCH. Añade
la disposición referida que las incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones regirán, también, para los funcionarios
del MP, pero no se aplicará a los administrativos y auxiliares la obligación de dedicación exclusiva ni la incompatibilidad
con otra función o empleo remunerado con fondos públicos o privados. En el inciso final se establece que la CGR informará
a la autoridad que haya efectuado el nombramiento las incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones sobrevinientes
de los fiscales y funcionarios, que lleguen a su conocimiento.
Finalmente, no puede soslayarse que el Título V, que reúne las incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones, ha
plasmado en un artículo específico, a continuación del artículo 63 que regula las prohibiciones, un deber de abstención,
que por lo mismo podría afirmarse que no se trata de una verdadera prohibición. Tal deber consiste en que los fiscales
deben abstenerse de emitir opiniones y dar a conocer antecedentes de investigaciones a su cargo a terceros ajenos a la
investigación, fuera de los casos previstos en la ley o en las instrucciones impartidas por el Fiscal Nacional. En primer
lugar, es necesario destacar que el artículo 64 fue modificado por la Ley N° 20.931 y la antigua redacción, mucho más
simple y precisa, señalaba: “… Los fiscales deberán abstenerse de emitir opiniones acerca de los casos que tuvieren a su
cargo…”. A partir de ese supuesto era muy fácil determinar si un fiscal era o no infractor, pues bastaba con que emitiera
una opinión cualquiera sobre el caso a su cargo para dar por incumplido el deber. Actualmente, diseñada la norma con
doble deber (opinar y entregar antecedentes investigativos), tal determinación es más compleja. Ejemplo: un fiscal afirma
ante un medio de comunicación que existe una investigación en curso y que un sujeto imputado tendría la calidad de
autor y no de cómplice o que el hecho investigado constituye varios delitos. Con la antigua redacción no hay duda de que
había incumplimiento de deber, pero bajo la actual norma la pregunta —sobre la base del ejemplo— que salta al ruedo
es ¿el fiscal ha emitido una opinión y ha dado a conocer un antecedente de la investigación a su cargo? La pregunta es
relevante, porque si se entiende, en el ejemplo, que afirmar la calidad de autor y no de cómplice es un antecedente de la
investigación o que el hecho investigado constituye varios delitos, más allá de la mera opinión sobre ella, habría infracción
de deber y, encima, se traspasa el umbral de lo administrativo, enfrentándose el fiscal —como imputado— al derecho
penal del secreto. Un recto sentido interpretativo de la nueva norma lleva a concluir que ella abarca toda la gama de
expresiones que pueda utilizar un fiscal, sin que se permita discriminar ni en cuanto a la calidad y alcance de la opinión
ni del antecedente que se da a conocer y, lisa y llanamente, el legislador busca que los fiscales limiten la oralidad de su
función a las audiencias. Así como los jueces solo hablan a través de sus sentencias, habría que decir que lo mismo sucede
con los fiscales que hablan solo a través de sus actuaciones en formalizaciones, acusaciones, recursos y, en general, en la
actividad propia del procedimiento penal, siendo el resto un exceso que debe ser sancionado: ni el fiscal es una estrella
mediática ni la investigación una revista de variedades que pueda servir como instrumento de prensa sensacionalista22.
§4 La Policía

28
Coexisten en Chile dos órganos policiales (Investigaciones y Carabineros) que, según el artículo 101, inciso 2º, CPRCH,
en conjunto integran las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, constituyen la fuerza pública y existen para dar eficacia
al derecho, garantizar el orden público y la seguridad pública interior.
En el sistema inquisitorial tanto la Policía de Investigaciones de Chile como Carabineros de Chile se encargan de cumplir
las órdenes y resoluciones emanadas de los tribunales con competencia penal (artículo 74 CPP). Con la vigencia actual
del sistema acusatorio en Chile, el vínculo que existía entre policía y tribunales se altera por la existencia del MP, titular
de la función de persecución penal.
Si bien el CPcsalP no define a la policía como interviniente en el procedimiento penal, le atribuye la calidad de sujeto
procesal y regula la función policial en el Párrafo 3°, Título IV, Libro I, entre los artículos 79 y 92.
Llama la atención que el Estado chileno, empeñado en una reforma de fastuosas dimensiones, como la que se ha im-
plementado desde el año 2000, haya desperdiciado la oportunidad de reestructurar funcional y administrativamente la
organización policial o, al menos, estudiar seriamente esa posibilidad. No debe perderse de vista que la coexistencia de
Investigaciones y Carabineros para cumplir una misma función (investigación) ha causado fricciones institucionales que
no son desconocidas. Cuesta entender que se hayan modificado e incluso suprimido instituciones tradicionales desde sus
cimientos (tribunales, por ejemplo) y, sin embargo, una pieza importante del eslabón en el sistema procesal penal, la
función policial, en su esencia permanece casi inalterada. Existe un escaso margen de error si se afirma que el éxito de
una persecución penal, desde un punto de vista operativo (criminalísticamente), depende casi exclusivamente del trabajo
policial. Quien dirige la investigación es el MP, quien la lleva a cabo es la policía. Haciendo una comparación un tanto
grosera podría decirse que MP y policía constituyen en conjunto un equipo deportivo donde el MP es el director técnico y
la policía los jugadores. La estrategia de juego y el movimiento de las piezas corresponden al MP, pero quien lo practica
es la policía: si ella actúa descoordinadamente, o simplemente no actúa, se pierde el juego, por tanto, no se trata de un
tema irrelevante. Es de esperar que en un futuro no muy lejano exista un cambio en la agenda pública que tenga como
prioridad la regulación cuidadosa de la organización policial a fin de equilibrársele en importancia con la envergadura
social, política y económica que ha significado la reforma procesal penal chilena.
I. Reglamentación
Las normas que regulan procesalmente la actividad de la policía —se reitera— se encuentran básicamente en el Libro I,
Título IV, Párrafo 3°, entre los artículos 79 y 92 del CPcsalP.
II. Función de la Policía
En forma explícita, en el artículo 79 del CPcsalP se afirma que la Policía de Investigaciones de Chile será auxiliar del MP
en las tareas de investigación. Bajo las instrucciones que le dirigiere el MP, aquel órgano debe llevar a cabo las diligencias
necesarias para cumplir con los fines de investigación penal.
El CPcsalP también le asigna el carácter de órgano auxiliar en la función de investigación a cargo del MP a Carabineros
de Chile. En consecuencia, las mismas funciones que legalmente se atribuyen a Investigaciones pueden asumirse por
Carabineros y corresponderá al fiscal a cargo del caso concreto designar a uno u otro para realizar la función policial de
investigación.
Existe todavía un tercer órgano, Gendarmería de Chile, a quien el MP puede impartir instrucciones de investigación y
ello ocurrirá cuando se trate de hechos cometidos en el interior de establecimientos penales.
1. Dependencia funcional
Bajo la expresión dependencia funcional debe entenderse que los órganos policiales están obligados a obedecer las instruc-
ciones que los fiscales les impartieren, pero, únicamente, para fines de la investigación que se lleve a cabo. Solo en ese
ámbito ejecutarán las tareas respectivas bajo la dirección y responsabilidad de los fiscales.
También existe dependencia funcional, pero con relación a la función judicial, en cuanto a la obligación que tiene la policía
de obedecer las órdenes que les dirigieren los jueces para la tramitación del procedimiento.

29
En suma, fuera de los marcos de la investigación, ninguna dependencia existe entre policía y MP y la dependencia de las
instituciones policiales (incluida Gendarmería) como órganos (dependencia orgánica) se produce con la institución a la
que pertenecen (artículo 80 CPcsalP).
Otra consecuencia de la dependencia funcional que vincula al MP y la policía consiste en que los funcionarios policiales
deben cumplir de inmediato y sin más trámites las órdenes que se les impartieren, cuya procedencia, conveniencia y
oportunidad no podrán calificar. Sin embargo, si la orden que recibieren requiriera autorización judicial previa, debe
exigirse la exhibición de la autorización correspondiente a menos que se trate de casos urgentes, en los cuales si bien la
autorización judicial debe recabarse con anterioridad, puede ser exhibida a la policía con posterioridad a la realización
de la diligencia ordenada (artículos 80, inciso final, y 9°, inciso final, CPcsalP).
1.1. Imposibilidad de cumplimiento
Cuando un funcionario policial se encuentre impedido por cualquier causa de cumplir una orden judicial o del MP debe
realizar dos trámites. En primer lugar, debe poner inmediatamente en conocimiento del emisor de la orden la circunstancia
del impedimento que le afecte. En segundo lugar, también debe poner en conocimiento tal circunstancia a su superior
jerárquico en la institución a que pertenece.
Informado que sea el fiscal o juez que ha emitido la orden, puede optar por sugerir o disponer las modificaciones que
estimare convenientes para su debido cumplimiento o bien reiterar la orden si estimare que no existe imposibilidad. En
este último caso, la orden debe cumplirse.
2. Comunicaciones entre el MP y la policía
El CPcsalP no ha señalado un procedimiento exacto de comunicación entre el MP y la policía con relación a las actividades
de investigación. Esta decisión parece acertada y persigue favorecer la fluidez del trabajo en equipo entre ambos órganos
a fin de que no se frustre el éxito de una investigación. No hay que olvidar que actualmente la investigación, mientras no
exista intervención judicial, se desarrolla “desformalizadamente”. En consecuencia, las comunicaciones que los fiscales y
la policía deban dirigirse respecto de un caso particular se realizarán en la forma y por los medios más expeditos posibles
(artículo 81 CPcsalP).
3. Actuaciones de la policía sin orden previa
La policía, sujeta a la dirección y responsabilidad del MP para la actividad de investigación penal, se enfrenta a la
siguiente alternativa: está obligada a recabar del MP una orden previa de actuación o no lo está. En este último caso se
encuentra facultada legalmente para realizar una serie de diligencias sin necesidad de recibir previamente instrucciones
particulares de los fiscales, ese es el sentido y alcance de la expresión “actuaciones de la policía sin orden previa”.
El artículo 83 del CPcsalP, que se refiere básicamente a esta materia, enumera actuaciones cuyo contenido configura una
estructura en apariencia similar al artículo 120 bis del CPP que regula, en los casos en que todavía puede aplicarse el
sistema inquisitorio, las órdenes de investigar que los tribunales dan a la policía y que, por cierto, delimitan su campo de
actuación. Sin embargo, conviene tener presente algunas consideraciones para el análisis adecuado del artículo 83.
La Cámara de Diputados modificó la denominación original del título Deberes de la Policía por el título actual, esto es,
Actuaciones de la Policía sin orden previa. De este modo, queda claramente establecido que no se trata en estricto rigor
de las órdenes que pueden darse a la policía para cumplir los fines de investigación, como lo dispone el artículo 120 bis
del CPP. Por otro lado, el cambio de denominación favorece la comprensión de la norma y gana en precisión, evitándose
cualquier problema de interpretación como podría haberse suscitado con el empleo de la palabra “deber”.
En fin, el artículo 83 se configura, asimismo, como una norma residual —de autonomía— respecto de las actuaciones de
la policía, lo que significa que, fuera de los casos mencionados en el artículo 83 del CPcsalP, aunque sin perjuicio de lo
dispuesto en los artículos 85, 89 y 90 que también incluyen hipótesis de actuación policial sin orden previa, la policía
siempre necesita instrucciones particulares de los fiscales del MP para practicar diligencias de investigación penal.
Las actuaciones que puede realizar la policía sin orden previa y que están reguladas en el artículo 83 son las siguientes:
3.1. Prestar auxilio a la víctima

30
Esta actuación que hoy encabeza el artículo 83 se encontraba en la letra c) del Anteproyecto y Mensaje y fue objeto de
reubicación en la tramitación legal ante el Senado.
Es absolutamente indispensable que la policía antes de ocuparse de la investigación propiamente tal preste su atención a
la víctima, especialmente en aquellos casos relativos a delitos que han causado daños en la esfera física de una persona
en que el auxilio policial puede significar la diferencia entre la vida y la muerte23.
3.2. Practicar la detención en los casos de flagrancia conforme a la ley
La letra b) del Art. 83 es innecesaria por la existencia del artículo 129 del CPcsalP, que obliga a la policía, sin necesidad
de instrucción del fiscal (la norma ni lo menciona), a detener a quienes sorprendiere in fraganti en la comisión de un
delito.
3.3. Resguardar el sitio del suceso
Esta actuación tiene por fin evitar que se altere o destruya el sitio del suceso y/o la evidencia (material probatorio) que se
encuentre en él, haciéndose estéril cualquier persecución penal. Por esta razón se impone a la policía el deber de preservar
siempre todos los lugares donde se hubiere cometido un delito o se encontraren señales o evidencias de su perpetración,
sean ellos abiertos o cerrados, públicos o privados.
Con el propósito anterior, la policía, sin esperar instrucciones del MP, inmediatamente constituida en el lugar de los
hechos realizará las siguientes diligencias en cumplimiento del deber de resguardar el sitio del suceso; es decir, en estricto
rigor, en el lugar donde se ha cometido el delito, o bien en el lugar donde se encontraren señales o evidencias de la
perpetración de un delito:
a) Clausurarlo o aislarlo. La clausura opera si se tratare de un lugar cerrado (oficina, por ejemplo), en cambio debe
realizarse el aislamiento si se tratare de un lugar abierto24 (sitio eriazo, por ejemplo).
b) Impedir el acceso al sitio del suceso a toda persona ajena a la investigación. Para conciliar esta norma con las
generales del CPcsalP habría que afirmar, en principio, que todo aquel que no sea interviniente en los términos descritos
en el artículo 12 del CPcsalP es una persona ajena a la investigación.
c) Evitar que se alteren, modifiquen25 o borren de cualquier forma los rastros o vestigios del hecho.
d) Evitar que se remuevan o trasladen26 los instrumentos usados para llevarlo a cabo, mientras no interviniere personal
experto de la policía que el Ministerio Público designare.
En el caso de intervención de personal policial experto, este debe recoger, identificar y conservar bajo sello los objetos,
documentos o instrumentos de cualquier clase que parecieren haber servido a la comisión del hecho investigado, sus
efectos27 o los que pudieren ser utilizados como medios de prueba, para ser remitidos a quien correspondiere, dejando
constancia, en el registro que se levantare, de la individualización completa del o los funcionarios policiales que llevaren
a cabo esta diligencia.
Originalmente la redacción de esta letra era la de la e) y su contenido era muy simple y se limitaba a la conservación de
los rastros o vestigios del delito y a la recolección de los antecedentes que corrieran el riesgo de perderse. En el Senado
se estimó que debía regularse con mayor amplitud esta actuación y que debía incluirse la intervención que les cabe a
aquellos funcionarios expertos de la policía que un fiscal designare.
Si se tiene en cuenta que el resguardo del sitio del suceso y el trabajo policial en él, inmediatamente después de cometido
un delito, es uno de los aspectos más importantes de toda investigación, entonces parece razonable la enmienda que
realizó el Senado, con mayor razón si se considera que la custodia y conservación de medios de prueba (resguardo de
evidencia) es de vital importancia para el esclarecimiento de todo hecho investigado. La existencia de la letra c) actual
asegura la cadena de custodia28 de la evidencia y tiende a evitar su destrucción o manipulación.
La Ley N° 20.253 (“Primera Agenda Corta”), por su artículo 2° N° 1, agregó dos párrafos nuevos (3 y 4) a la letra c) del
artículo 83.

31
El nuevo párrafo tercero permitió que en los casos en que en la localidad donde ocurrieren los hechos no exista personal
policial experto y la “evidencia pueda desaparecer” (la evidencia generalmente desaparece y rápidamente, por lo que
debió decirse, más bien, “evidencia que inmediatamente pueda desaparecer”), la policía “inexperta” que llegue al sitio
del suceso pueda recogerla y guardarla con las prevenciones que el mismo artículo 83 indica precedentemente, debiendo
entregársela a la mayor brevedad posible al Ministerio Público. Se trata de una modificación de sanas intenciones, pero
altamente ilusoria, pues la práctica29 indica que cuando la evidencia es recogida o manipulada por personal inexperto de
todas formas se pierde.
El nuevo párrafo cuarto agregado por el número 1 del artículo 2° de la Ley N° 20.253 comprende la facultad policial de
practicar de inmediato las primeras diligencias de investigación pertinentes, dando cuenta al fiscal correspondiente de lo
hecho a la mayor brevedad, en los casos de delitos flagrantes cometidos en zonas rurales de difícil acceso. Esa decisión
legislativa, más que reforzar la norma útilmente, es desconcertante, porque la policía siempre que sea requerida o tome
conocimiento de una notitia crimini debe practicar inmediatamente las primeras diligencias de investigación e informar
con la mayor brevedad al fiscal a cargo de la investigación. La referida norma podría estimular la interpretación de
que tratándose de delitos flagrantes cometidos en zonas urbanas la policía no está obligada a una práctica inmediata
de primeras diligencias. El alma de una investigación eficiente y el éxito de aquella como efecto descansa en lo que
se haga inmediatamente. En esencia, el régimen de diligencias que puede realizar la policía sin instrucciones previas,
que contempla el artículo 83, ha sido concebido para una rápida reacción que permita coger la evidencia necesaria y la
detención del sospechoso, en su caso; de otro modo, ¿qué sentido tiene haber liberado a la policía de la autorización
previa30 para realizar diligencias de investigación, como lo ha estimulado el código desde su publicación? Además, la
información inmediata a la que están obligados los funcionarios policiales pertenece a la naturaleza de la dependencia
funcional que existe entre las policías y el Ministerio Público. Por otro lado, la obligación de informar inmediatamente al
fiscal ya emanaba del artículo 84 (relacionar con el artículo 81). Otro tanto puede apreciarse, por ejemplo, en el artículo
175, letra a), con relación a lo dispuesto en el artículo 176 del Código Procesal Penal. Allí las policías siempre deben
proceder a informar con la mayor brevedad (“… dentro de las veinticuatro horas siguientes…”) por los hechos que perciben
y, consecuentemente, por lo que se ha hecho. En fin, en la práctica, más que defectos legales, lo que ha habido es tanto
problemas de gestión y coordinación policial como de interpretación de norma, que han podido solucionarse, a menor
costo, sin necesidad de reformas legales o con reformas legales más precisas.
También debe considerarse que el artículo 2°, número 1, letra ii, de la Ley N° 20.391 agregó al párrafo cuarto unas
oraciones finales que consisten en que el personal policial debe realizar siempre las diligencias que comprende el resguardo
del sitio del suceso cuando reciba denuncias del público, dando cuenta inmediatamente, después de realizarlas, al fiscal que
corresponda, debiendo entenderse por tal al fiscal que se encuentre de turno o a quien se haya asignado, concretamente, la
dirección de la investigación. Todo lo anterior tiene lugar solo respecto de los delitos que determine el MP a través de las
instrucciones generales a que se refiere el artículo 87. Hace presente la Ley N° 20.931 que en dichas instrucciones podrá
limitarse la facultad policial de resguardar el sitio del suceso cuando se tratare de denuncias relativas a hechos lejanos
en el tiempo. Nuevamente se intenta reforzar las facultades autónomas de la policía y se reitera el deber policial de dar
cuenta inmediata al fiscal, tratándose, así, de encauzar por vía legislativa las dificultades policiales —que normalmente
desmedran la investigación y liderazgo del MP— para evitar que la policía entienda porfiadamente o, más bien, pretenda
realizar tales diligencias a espaldas del MP sin conocimiento inmediato de este, quien, en todo caso —he aquí una segunda
forma de reforzamiento de la autoridad del MP—, conserva la potestad de determinar mediante instrucciones generales el
catálogo de delitos a las que se extiende la facultad policial y las limitaciones a esta. Tal como se dijera precedentemente,
el legislador redunda en una corrección de la función policial, que por naturaleza se entiende supeditada al MP en su
misión estatal, no dando espacio a que ella se ejerza marginando al fiscal del caso. Pero en dicho afán vuelve a caer en
imprecisiones. Nótese que en los casos de delitos flagrantes en zonas rurales o de difícil acceso el legislador (Ley N° 20.253)
dispuso que la rendición de cuenta debía hacerse “a la mayor brevedad”, pero si la policía recibe denuncias del público el
legislador exige (Ley N° 20.931) que, resguardándose el sitio del suceso, se dé cuenta al fiscal “inmediatamente”. La policía
podría perfectamente argumentar que recibiendo una denuncia del público y en situación de flagrancia, en zona rural,
por ejemplo, no tiene el deber de dar cuenta inmediata al fiscal tras resguardar el sitio del suceso sino, únicamente, a la
mayor brevedad y como la ley no define tal mayor brevedad, la misma policía podría afirmar que es ella —y no la ley ni el

32
fiscal— la que determina, en el caso concreto, qué debe entenderse por mayor brevedad, desconociendo la autoridad del
MP e incluso la norma del artículo 84, que también obliga a la policía a informar inmediatamente al Ministerio Público.
Por último, debe tenerse en consideración que el legislador, reconociendo las dificultades que se han generado con las
facultades policiales autónomas para realizar diligencias versus el cumplimiento de las instrucciones de los fiscales, cuando
ellas son necesarias, ha incorporado al CPcsalP, mediante el número 3 del artículo 2° de la Ley N° 20.931, un nuevo artículo
87 bis, consagrándose que se considerará falta contra el buen servicio de los funcionarios policiales el incumplimiento
de las instrucciones impartidas por los fiscales a las policías, dando lugar a las responsabilidades administrativas que
correspondan, conforme lo establecen los respectivos reglamentos. Habría que agregar que ello no impide que, en su caso,
la desobediencia arbitraria del policía o su omisión en la cooperación requerida constituyan los delitos regulados en los
artículos 252 y 253 del Código Penal.
3.4. Identificación de testigos y consignación de declaraciones
Otra actuación de la policía para cuyo ejercicio no necesita instrucción particular previa del MP es la de identificar a los
testigos y consignar las declaraciones que estos prestaren voluntariamente.
Esta letra d) se agregó al artículo 83 por el Senado, pues se estimó que debían contemplarse herramientas que permitieran
consignar los nombres de testigos y las declaraciones que se allanaren a prestar, tanto en caso de la detención in fraganti
como de las actuaciones en el sitio del suceso.
Los casos que menciona la norma son tres31: en flagrancia, cuando se resguarda el sitio del suceso o cuando se ha recibido
una denuncia en los términos de la letra b) del artículo 83. Lo que ha de entenderse aquí es que si bajo el contexto
circunstancial de un delito flagrante o de una detención flagrante o en el resguardo del sitio del suceso aparece un testigo
cuya declaración es valiosa para la investigación, la policía está obligada, sin instrucción previa del fiscal, a identificarlo
y tomarle declaración voluntaria. Si el testigo no presta su voluntad, a contrario sensu, es necesaria la intervención del
fiscal ante quien, por disponerlo expresamente el artículo 190, está obligado a prestar declaración.
Fuera de los casos anteriores, los funcionarios policiales están obligados a consignar siempre las declaraciones que vol-
untariamente presten testigos sobre la comisión de un delito o de sus partícipes o sobre cualquier otro antecedente que
resulte útil para el esclarecimiento de un delito y la determinación de sus autores y partícipes, debiendo comunicar o
remitir a la brevedad dicha información al Ministerio Público. Hay que tener presente que estos casos —en realidad, la
policía— están sujetos a las instrucciones generales que dicte el Fiscal Nacional según lo dispuesto en el artículo 87.
A fin de cuentas, la norma de la letra d) del artículo 83 tiene por finalidad otorgar a la policía facultades suficientes, sin
esperar instrucciones del MP, para evitar que se frustre o se haga imposible la pesquisa. Esto adquiere especial relevancia
en aquellas hipótesis en que antecedentes fundamentales —especialmente los testimoniales— solo pueden ser obtenidos
fácilmente en un momento inmediatamente posterior a la comisión de un delito. Así ocurriría, por ejemplo, si una víctima
se acerca espontáneamente a la policía en la calle para denunciar un delito flagrante. En ese caso, la policía debe proceder
a consignar su declaración voluntaria, sin esperar que ella concurra a la fiscalía y correr el riesgo de perder información
incriminatoria, ese es el sentido de la expresión “… cuando se haya recibido una denuncia en los términos de la letra
b) de este artículo…” empleada en la letra d) del Art. 83, para hacer la diferencia con la expresión “… en los casos de
delitos flagrantes…”, que emplea la misma disposición, pues allí lisa y llanamente la policía obra por flagrancia, pero no
exclusivamente por denuncia.
3.5. Recibir las denuncias del público
Esta norma en su redacción original correspondía a la letra a) y en su momento fue objeto de observación por parte de
la Policía de Investigaciones, quien era de la idea de suprimir la expresión “del público”, ya que cualquier persona puede
denunciar un hecho delictivo y, entre ellas, puede haber personas investidas de autoridad, incluso los propios policías. En
definitiva, la letra a) no fue objeto de modificación, pero se trasladó a la letra e).
3.6. Efectuar las demás actuaciones que dispusieren otros cuerpos legales
Junto al artículo 83 existen otras disposiciones del CPcsalP que contemplan actuaciones que la policía puede realizar sin

33
orden previa. Ellas están contenidas en el artículo 89, que faculta a la policía para practicar el examen de las vestimentas
que llevare el detenido, del equipaje que portare o del vehículo que condujere32, y en el artículo 90, que autoriza el
levantamiento del cadáver en los casos de muerte en la vía pública.
La actuación descrita en el artículo 89 CPcsalP no debe confundirse con la que señala el artículo 85: la primera se aplica
únicamente cuando hay una persona detenida. La segunda disposición citada se analizará extensamente a continuación.
En cuanto a la actuación indicada en el artículo 90 sobre “levantamiento del cadáver”, cabe destacar que, en su redacción
original, ella solo se aplicaba al supuesto de muerte causada por vehículos, pero en el Senado se extendió el alcance de
esta norma a todos los casos de muerte en la vía pública. Asimismo, por jefe de la unidad policial se explicó que debe
entenderse no solo a los oficiales de Carabineros, sino a otros de menor rango, tomando en consideración que en algunos
puntos geográficos no hay o podría no haber oficiales de Carabineros.
Como se anunciara, fuera de los casos revisados anteriormente existe uno que merece un análisis más exhaustivo por su
gravitación en diversos ámbitos y que está contenido en el artículo 85 del CPcsalP.
Sin perjuicio de lo anterior, no debe soslayarse que la última letra del Art. 83 —he aquí lo relevante de la norma—
protege también las actuaciones autónomas de las policías contempladas en sus propias leyes, como sucedería con las que
regula el Decreto Ley N° 2.460, que contiene la ley orgánica de la Policía de Investigaciones de Chile, para amparar las
facultades autónomas de la policía en los siempre cuestionables controles carreteros por tráfico de drogas (Art. 6°: “…
La Policía de Investigaciones de Chile podrá establecer servicios policiales urbanos, rurales, fronterizos y cualquier otro
que diga relación con sus funciones específicas…”).
3.7. Control de identidad
La consagración de esta actuación policial o, mejor dicho, la facultad policial que regula el artículo 85 del CPcsalP33 es
una de las que mayores dolores de cabeza ha ocasionado a los reformadores por su impacto no solo en el ámbito jurídico,
sino también en el noticioso y en el de la opinión pública. Hay que hacer notar que este artículo, que originalmente solo
tenía tres incisos, actualmente tiene nueve y que el núcleo del problema, ínsito en la norma, en realidad tiene su origen
en un evento anterior al de la reforma procesal penal.
Hasta el año 1998 el artículo 260 del CPP consagraba lo que se ha denominado históricamente como “detención por
sospecha”. Dicha disposición tenía cinco numerales y, entre ellos, los que provocaban serias discusiones e inconvenientes
prácticos eran el número tres, que facultaba a la policía para practicar la detención de aquella persona que transitando con
disfraz o de otra manera que hubiese dificultado o disimulado su verdadera identidad, hubiese rehusado darla a conocer;
y, especialmente, el número cuatro, que facultaba a la policía a detener a aquellas personas que se encontraban a deshora
o en lugares o en circunstancias que prestaban motivo fundado para atribuirles malos designios, si las explicaciones que
hubiesen dado de su conducta no hubiesen podido desvanecer las sospechas policiales.
Estas facultades legales otorgadas a la policía para detener a todas aquellas personas que no siendo rigurosamente
sospechosas de la comisión de algún hecho constitutivo de delito, a no ser por el hecho de encontrarse bajo ciertas
circunstancias o con señas en su persona o apariencia que permitiera a la policía inferir participación criminal, en la
práctica se tergiversaron a tal punto que favorecieron la posibilidad de detenciones por mero capricho policial.
El 1 de julio de 1998, en virtud de la Ley N° 19.567, se modificó el artículo 260 y se eliminaron los casos de detención
facultativa para la policía, ya mencionados, conservándose hasta la actualidad, únicamente, casos de detención obligatoria.
A esta modificación legal se la denominó eliminación de la “detención por sospecha”, la que podría definirse como la
privación provisoria de libertad dispuesta por la policía contra una persona bajo ciertas circunstancias no necesariamente
constitutivas de delito, pero que generan suspicacia. Simultáneamente, se agregó al CPP un artículo 260 bis (que sería
sustituido en su redacción el 28 de septiembre del año 2000 por la Ley
N° 19.693) que atribuía a la policía facultades para controlar la identidad de las personas y que vino, en cierta medida, a
compensar la eliminación de sus facultades de detención por sospecha. A partir de ese momento se instaló en el derecho
procesal chileno, expresamente, la institución denominada control de identidad.

34
La reforma abordó esta materia bajo los mismos criterios, esto es, de restar facultades de detención a la policía y regular
con algún grado de detalle las de identificación. Pero se argumentaba que se había exagerado el sesgo garantista que le
correspondía al estado respecto de la protección de los derechos fundamentales de las personas sospechosas de delitos,
específicamente con relación a la libertad personal, pues en la práctica se impedía a la policía ejercer debidamente sus
labores policiales de control, especialmente las preventivas. Además, se asumía que se entregaba una pésima señal a
la opinión pública, ya que se generaba la impresión en ella de “impunidad criminal”, puesto que quienes antes eran
controlados y privados de libertad por la policía, a través de la detención, ya no podían estar expuestos a ella, pese a su
innegable responsabilidad penal.
Cabe destacar que el Anteproyecto, el Mensaje y la cámara de Diputados no contemplaban el artículo 85 del CPcsalP;
sin embargo, el Senado incorporó este nuevo artículo para regular el control de identidad por parte de los funcionarios
policiales.
Esta disposición tiene su antecedente directo en la citada Ley N° 19.567, que introdujo el control de identidad al CPP
a través del artículo 260 bis, modificada luego por la Ley N° 19.693, de fecha 28 de septiembre de 2000, precisamente
teniéndose en consideración las dificultades prácticas que se habían generado por la supresión legal de la detención por
sospecha y su reemplazo por el control de identidad.
Una de las caras más visibles de esta dificultad estaba configurada —se reitera— por la sensación de inseguridad que
experimentaba la opinión pública, que entendía que la policía ya no podía detener a los sospechosos de delitos. Y la otra,
por la sensación de falta de atribuciones que se instaló en sede policial, pues la eliminación de las causales de detención
facultativa, que favorecía a la policía, fue interpretada erróneamente por ella en el sentido de que ya no disponía de
facultades suficientes para detener a los sospechosos de delitos o proceder a su registro. Respecto de esto último no debe
perderse de vista que si bien el antiguo artículo 260 del CPP no autorizaba el registro personal de vestimentas o vehículos,
ella era una práctica habitual de la policía que nunca fue puesta en tela de juicio, sino hasta que se reguló expresamente
en el CPP el control de identidad.
Al entrar en vigor el CPcsalP se incluyó dentro de su articulado el control de identidad en el artículo 85 y, por otro lado,
el examen de vestimentas, equipaje o vehículo en el artículo 89, pero tal examen estaba regulado únicamente respecto de
sujetos detenidos, como se dijera precedentemente.
La redacción original del artículo 85 del CPcsalP, muy parecida a la del 260 bis del CPP, tuvo una corta existencia y fue
objeto de modificación por los reformadores el 30 de enero de 2002 en virtud de la Ley N° 19.789, haciéndose cargo de
los inconvenientes revelados, otorgándose, en consecuencia, mayores facultades de control a la policía.
Las modificaciones, en resumen, implicaban que el control de identidad se hacía extensivo a las faltas y no exclusivamente
a los crímenes y delitos; además, se facultaba expresamente a la policía para registrar las vestimentas, equipaje o vehículo
de la persona cuya identidad se controlaba; ordenaba la destrucción del registro de huellas dactilares una vez obtenida
la identificación de la persona que se controló; aumentaba de cuatro a seis horas la duración total del procedimiento de
control de identidad y, por último, disponía expresamente que el abuso policial en el ejercicio de esta actuación sin orden
previa del MP constituiría el delito de vejación injusta o apremio ilegítimo o arbitrario, regulado en el artículo 255 del
CP.
Del conjunto de modificaciones efectuadas por la Ley N° 19.789 al artículo 85, merece mayor comentario lo relativo al
registro de vestimentas, equipaje o vehículo de la persona cuya identidad se controla. Se añadió tal facultad teniéndose en
consideración que ella no estaba regulada expresamente y a la luz del sello garantista del sistema penal acusatorio parecía
conveniente rescatar la idea de que la policía estuviera respaldada en sus actuaciones por el texto legal. Por otro lado,
se perseguía un aumento en la eficacia en la persecución penal en manos de la policía desde un punto de vista operativo.
Además, se trataba de proteger a la policía de posibles ataques o agresiones a las que pudiera estar sujeta durante el
control de identidad a sospechosos que, eventualmente, pudiesen portar armas y, en fin, se facilitaba la búsqueda de
evidencia que pudiera detectarse en el curso de un control de identidad.
Pese a la modificación introducida al CPcsalP por la Ley N° 19.789, del año 2002, quedó la sensación, principalmente en
sectores conservadores de la comunidad política chilena y en los medios de comunicación, de que la policía seguía castrada

35
de facultades de detención, por lo que el 15 de abril de 2004 se dictó la Ley N° 19.942, que volvió a modificar el artículo
85. Las novedades más importantes se exponen a continuación.
En primer lugar, el control de identidad dejó de ser facultativo (“… podrán…”) y pasó a ser obligatorio (“… deberán…”)
en las hipótesis que, hasta entonces, señalaba el artículo 85, inciso 1°, como “… casos fundados…”. En segundo lugar,
antes de la existencia de la Ley N° 19.942, el control de la policía no podía extenderse por un plazo mayor de seis horas,
transcurridas las cuales el “controlado retenido” debía ser puesto en libertad. Por esa ley, se facultó a la policía para
detener a la persona que ya se encontraba retenida, cuando se constataba la existencia de indicios de que había ocultado
su verdadera identidad o proporcionado una falsa.
Esa misma ley autorizó que, respecto de la persona que se negara a acreditar su identidad o se encontrara en la situación
antes referida, se procediera a su detención, debiendo ser puesta a disposición del tribunal como autora de la falta prevista
y sancionada en el N° 5 del artículo 496 del Código Penal. Sin ningún esfuerzo, hay que concluir que la inclusión de
esta norma entró en contradicción vital con los principios básicos sustentados en la reforma del año 2000, afectándose,
especialmente, los del debido proceso (artículo 19 N° 3 CPRCH), juicio previo (artículo 1° CPcsalP) y presunción de
inocencia (artículo 4° CPcsalP), pues disimuladamente se permitió, por ahorro de tiempo y energía, considerar culpable
(“… autora…”) a una persona antes de existir sentencia firme. Recuérdese que aquella falta se tramita en conformidad
al procedimiento monitorio, en el que no hay proceso a menos que el imputado se opusiere a la sanción de multa. Por
lo mismo, la detención dejó de tener un mero carácter cautelar, para convertirse en una “condena privativa de libertad”
(encima anticipada) para el sospechado por bagatela que, por cierto, de no mediar la detención, jamás habría sufrido una
privación de libertad por la condena misma: la multa.
La Ley N° 19.942 reveló una politización de la reforma, un afán demagógico desvirtuador de sus fines, más que inten-
ciones de efectividad procesal penal. Bajo el pretexto de proporcionarse una señal de compromiso político a la opinión
pública, afirmándose que no existía “mano blanda” con la “delincuencia”, se insertaron normas del derecho penal material
contradictorias con el alma de la reforma procesal penal. En total el artículo 85, con la nueva modificación legal, alcanzó
los seis incisos.
Seis años más tarde aparece publicada la Ley N° 20.253 (“Primera Agenda Corta”), que convirtió al control de identidad
del artículo 85 en la norma preferida para injertos, cada vez que el legislador buscaba reformar sustancialmente el CPcsalP.
Bajo la premisa del “temor de la ciudadanía” y en aras de su seguridad; la porfiada creencia de que la delincuencia, como
fenómeno, puede disminuirse reforzándose el derecho procesal penal y otras tantas señales de desorientación del legislador
—incluidos los afanes demagógicos antes aludidos34— han permitido que el denominado “control de identidad” vuelva a
resucitar y encarnar la primitiva “detención por sospecha”.
Los cambios introducidos al artículo 85 (por el artículo 2° N° 2 de la Ley N° 20.253) pueden resumirse así. En el inciso 1°
del artículo 85, la “Primera Agenda Corta” delimitó las fronteras de los “… casos fundados…” para obligar a la policía al
control de identidad (aumentando la dosis a cinco), pero concediéndole autonomía para llenar de valor (“… estimaren…”) la
expresión “… circunstancias…”. En consecuencia, la norma resulta ilimitadamente permisiva y las fronteras antes aludidas
en realidad no existen. Recuérdese que ya con la Ley N° 19.942 podía perturbarse la libertad de un inocente (el testigo
presente en la escena del crimen, por ejemplo), cuando la policía estimaba que podía suministrar informaciones útiles
para la indagación de un crimen, simple delito o falta. Con la Ley N° 20.253 se amplió la norma —como se acaba de
indicar— a un quinto caso: al del encapuchado o embozado para ocultar, dificultar o disimular (dicho sea de paso: el que
disimula siempre oculta) su identidad. Esta modificación es, aun, más rígida que la norma que contenía, hasta 1998, el
número tres del artículo 260 del CPP, puesto que esa disposición legal facultaba a la policía (no la obligaba, como sucede
con el CPcsalP) a detener a la persona disfrazada o que de otra manera hubiese dificultado o disimulado el conocimiento
de su verdadera identidad, solamente cuando se hubiere rehusado a darla a conocer. Como se dijera precedentemente,
el legislador del siglo pasado consideró prudente eliminar esa norma para evitar confusiones o arbitrios policiales; sin
embargo, el legislador del siglo XXI vuelve a reponerla con mayor ferocidad facilitando aventuras peligrosas, puesto que
el delirio podría poner, por ejemplo, bajo control permanente a los payasos callejeros o a los aficionados a las fiestas de
disfraces.

36
Una segunda modificación al artículo 85 lleva relación con una dificultad de orden práctico manifestada por las policías.
Muchas veces, durante un control de identidad (también de registro), aparecía que el sujeto controlado tenía órdenes de
detención pendientes; sin embargo, más bien por problemas de interpretación que por estricto celo legal, las detenciones
que seguían al control, y registro (en su caso), eran declaradas ilegales por los jueces. Con las modificaciones introducidas
al inciso 2° del artículo 85 se fortalece la norma indicándose, explícitamente, que puede procederse a la detención del
sujeto que, controlado y registrado, tiene órdenes de detención pendientes. No obstante, a similar solución se llega por
aplicación de las normas generales que regulan la detención, entre los artículos 125 a 138 (especialmente el artículo 129),
sin necesidad de ninguna modificación legal. Por las mismas dificultades de interpretación que se producían en sede policial
y judicial, respecto al controlado que se encontraba en algunos de los casos del artículo 130, es que el legislador decidió
consagrar expresamente que la policía, sin necesidad de nuevos indicios, durante un control también puede registrar las
vestimentas, equipaje o vehículo del controlado y si detecta situaciones de flagrancia puede proceder a la detención de la
persona35.
El inciso tercero del artículo 85 también se modificó por la Ley N° 20.253, para permitir a la policía privar de libertad
al sujeto que, controlado y trasladado al cuartel policial para su identificación, registra órdenes de detención pendientes.
Por último, el plazo máximo de duración del control de identidad se elevó a ocho horas (inciso 4° del artículo 85).
El número 2 del artículo 2° de la Ley N° 20.931 (“Segunda Agenda Corta”) volvió a modificar el artículo 85 y renovó la
discusión sobre el fortalecimiento de una detención por sospecha, llevando a los detractores de la reforma a dicho artículo
a sostener que la policía podría controlar la identidad de alguna persona, incluso por mero capricho o error intuitivo. En
efecto, la letra c) del número 2 del artículo 2° de la Ley N° 20.931 consagra que procederá también el control de identidad
cuando los funcionarios policiales tengan “… algún antecedente…” que les permita inferir que una determinada persona
tiene alguna orden de detención pendiente. Y los adversarios a la norma no dejan de tener razón, pues ¿cuál sería “algún
antecedente”, fuera del registro de la orden pendiente en el cuartel policial y la memoria del funcionario policial, que le
permitiere inferir que el sujeto cuya identidad se pretende controlar tiene orden de detención pendiente? ¿Sería “algún
antecedente”, por ejemplo, que mientras la policía recorre una calle, un sujeto al advertir la presencia policial emprende
la huida o que en vez de huir silba y otro emprende la huida o que uno de los policías recuerde que ya ese sujeto había
sido detenido con anterioridad? Los ejemplos podrían multiplicarse, no obstante el pecado es el mismo: permitirse, bajo
excusa de mejorar la persecución penal de los delitos de robo, hurto y receptación, que un antecedente no necesariamente
ligado a la existencia de orden de detención pendiente se convierta en oportunidad de control de identidad y detención
súbita.
En suma, el procedimiento de control de identidad contemplado en el artículo 85 del CPcsalP —que con las modificaciones
de la Ley N° 20.931 completa nueve incisos— actualmente sigue siendo una actuación obligatoria para la policía, sin orden
previa de los fiscales, que involucra la concurrencia de algunos presupuestos y contempla casos que autorizan la procedencia
de las medidas de retención (innominada en el CPcsalP) y detención, como podrá apreciarse en lo que sigue.
a) Existencia de casos fundados
El artículo 85, tras la publicación de la Ley N° 20.931 (que agregó, como ya se habrá podido advertir, un nuevo caso),
autoriza el control de identidad (seis casos), siempre que la policía estimare que por las “… circunstancias…”36:
a) Existe algún indicio37 de que la persona cuyo control de identidad se pretende hubiere cometido un crimen, simple
delito o falta.
b) Existe algún indicio de que la persona cuyo control de identidad se pretende ha intentado cometer un crimen, simple
delito o falta.
c) Existe algún indicio de que la persona a controlar se dispusiere a cometer un crimen, simple delito o falta.
d) Existe algún indicio de que la persona a controlar pudiere suministrar informaciones útiles para la indagación de un
crimen o simple delito o falta.
e) Existe algún indicio de que una persona se encapucha o emboza para ocultar, dificultar o disimular su identidad38.

37
f) Fuera de los casos anteriores, la Ley N° 20.931 agregó un sexto caso de control de identidad, que consiste en que la
policía tenga algún antecedente que le permitiere inferir que una determinada persona tiene alguna orden de detención
pendiente.
Si la policía, entonces, advierte, según las circunstancias, algún indicio que le conduce a alguna de las hipótesis arriba
mencionadas o tiene el antecedente que le permita inferir la orden de detención pendiente, procederá obligatoriamente a
controlar la identidad del sujeto.
b) Lugar del control y documentos que deben exhibirse
La identificación se realizará en el lugar en que la persona se encontrare, por medio de documentos de identificación
expedidos por la autoridad pública, como cédula de identidad, licencia de conducir o pasaporte (debe otorgarse a la
persona facilidades para encontrar y exhibir estos instrumentos). Para aliviar la labor de identificación, la Ley N° 20.931
agregó un inciso final al artículo 85 posibilitando a la policía, cuando no pudiere lograrse la identificación mediante los
documentos expedidos por la autoridad pública, la utilización de medios tecnológicos de identificación para concluir con
el procedimiento de identificación correspondiente.
c) Caso de retención
Si la persona controlada se niega a acreditar su identidad, o si habiendo recibido las facilidades del caso no le fuere
posible hacerlo, la policía la conducirá a la unidad policial más cercana para fines de identificación. En la unidad policial
deben dársele las facilidades necesarias para procurar una identificación satisfactoria por otros medios distintos de los
mencionados precedentemente, dejándosele en libertad si se obtiene dicho resultado, siendo procedente, no obstante, que
la policía coteje órdenes de detención que pudieren afectarle39, sin vulnerarse la libertad, si el cotejo nada arrojare o
deteniéndole en caso contrario40. Si la identificación no es posible la disposición comentada autoriza a que se tomen huellas
digitales, las que solo podrán ser utilizadas para fines de identificación y cumplido dicho propósito deben ser destruidas.
Si la policía constata la existencia de una orden judicial de detención pendiente, el sujeto retenido se convierte en detenido
y se aplican las normas generales de detención.
d) Caso de detención
Si la persona cuya identificación se pretende ha ocultado su verdadera identidad o ha proporcionado una falsa, o si se
niega a acreditar su identidad, el inciso 4° del artículo 85 autoriza a la policía para proceder a su detención como autora
de la falta prevista y sancionada en el N° 5 del artículo 496 del Código Penal41. Tal disposición señala que sufrirán la
pena de multa de una a cuatro unidades tributarias mensuales quienes ocultaren su verdadero nombre y apellido a la
autoridad o a la persona que tenga derecho para exigir que los manifieste o se negare a manifestarlos o diere domicilio
falso.
Desde la modificación legal de 15 de abril de 2004 se obliga al agente policial que practica la detención a informar de ella
inmediatamente al fiscal, quien podrá dejarla sin efecto u ordenar que el detenido sea conducido ante el juez dentro de
un plazo máximo de veinticuatro horas. El plazo se cuenta desde que la detención se hubiere practicado. Y si el fiscal
nada manifestare, la policía deberá presentar al detenido ante la autoridad judicial en el plazo indicado.
e) Duración del procedimiento de control de identidad
Sin perjuicio de lo señalado precedentemente sobre el caso de detención, el conjunto de procedimientos detallados en el
artículo 85 solo puede extenderse por un plazo máximo de ocho horas. Además, el control de identidad deberá realizarse
en la forma más expedita posible y el abuso en su ejercicio es constitutivo del delito de vejación injusta o apremio ilegítimo
o arbitrario, regulado en el artículo 255 del Código Penal, que sanciona al infractor con las penas de suspensión del empleo
en cualquiera de sus grados y multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.
f) Control de identidad facultativo
Y como si no fuere suficiente el intenso reforzamiento que ha experimentado la actuación policial del control de identidad
en las sucesivas reformas, al legislador le ha parecido indispensable crear una norma complementaria (Art. 12 Ley N°
20.931), mediante la incorporación al derecho procesal penal de un control de identidad “paralelo” al del artículo 85, que

38
aparece descrito normativamente como verificación de identidad policial facultativo. La nueva disposición autoriza que,
en cumplimiento de las funciones de resguardo del orden y la seguridad pública, la policía pueda verificar la identidad
de cualquier persona mayor de 18 años en vías públicas, lugares públicos y en lugares privados de acceso al público,
por cualquier medio de identificación (la norma menciona a título ejemplar: cédula de identidad, licencia de conducir,
pasaporte o tarjeta estudiantil) o utilizando, el funcionario policial o la persona requerida, cualquier dispositivo tecnológico
idóneo para tal efecto, debiendo siempre otorgarse las facilidades necesarias para su adecuado cumplimiento. En la duda
acerca de la mayoría o minoría de edad del requerido, el artículo 12 obliga a entender siempre que se trata de un menor
de edad. El procedimiento de verificación de identidad de dicho artículo debe limitarse al tiempo estrictamente necesario
para los fines antes señalados y en ningún caso puede extenderse más allá de una hora.
El artículo 12 de la Ley N° 20.931 también regula las situaciones en que la verificación de identidad donde se encontrare
el requerido no fuere posible o aquellas en que la persona se niega a acreditarla, la oculta o proporciona una falsa. Si
se produce la primera de las situaciones la policía deberá poner término de manera inmediata al procedimiento. En
la segunda de las situaciones, la negativa, ocultamiento o falsedad de identificación se castiga como una falta, según lo
dispuesto en el número 5 del artículo 496 del Código Penal en relación con el artículo 134 del Código Procesal Penal.
Para el caso en que durante la verificación de identidad apareciere que la persona mantuviere una o más órdenes de
detención pendientes se producirá su detención, considerándose tal detención en situación de flagrancia.
El artículo 12 obliga a los funcionarios policiales a cargo del procedimiento en cuestión a exhibir su placa, señalar
su nombre, grado y dotación, también a respetar siempre la igualdad de trato y a no discriminar arbitrariamente,
constituyendo una falta administrativa ejercer sus atribuciones de manera abusiva o aplicando un trato denigrante a
la persona a quien se verifica la identidad. Y la norma aludida permite la persecución penal del funcionario infractor.
Además, se obliga a las policías a elaborar un procedimiento estandarizado de reclamo destinado a aquellas personas que
estimen haber sido objeto de un ejercicio abusivo o denigratorio en la verificación de identidad.
Por último, el artículo 12 impone como deber policial informar trimestralmente al Ministerio del Interior y Seguridad
Pública sobre los antecedentes que sean requeridos por este último, para conocer la aplicación práctica que ha tenido
esta facultad. Dicho ministerio, a su vez, deberá publicar en su página web la estadística trimestral de la aplicación de
tal facultad.
§5 Imputado
I. Reglamentación
Se encuentra regulado como sujeto procesal en el Libro I, Título IV, Párrafo 4°, entre los artículos 93 y 101 del CPcsalP.
II. Concepto
Al imputado se le puede definir como aquella persona de quien se sospecha responsabilidad en calidad de autor, cómplice
o encubridor de una conducta (acción u omisión), aparentemente delictual, que se investiga por el órgano persecutor
penal.
Sin perjuicio de lo señalado anteriormente, para el inciso 2° del artículo 7° del CPcsalP el imputado es aquella persona a
quien se atribuye responsabilidad en un hecho punible. Esa noción que a primera vista es correcta adolece de imprecisiones,
puesto que la atribución de responsabilidad, en realidad, se hace en la acusación y se declara en la sentencia definitiva. Lo
que existe desde un primer momento es únicamente una sospecha (o atribución de ella) menos o más grave de realización
de una acción (u omisión), como se dijo, aparentemente constitutiva de delito que es investigada por el MP.
En suma, lo que se investiga es una conducta (acción u omisión) imputada a un sospechoso vinculada a un hecho cuya
noticia (notitia crimini) ha llegado a conocimiento del persecutor penal. Ejemplo: se denuncia un hecho objetivo, la
muerte de X; luego el Ministerio Público investiga si el hecho existe y si aquel es atribuible a la conducta de Y o, dicho
de otro modo, si su acción es típica, antijurídica y culpable. En fin, será el grado o intensidad de sospecha lo que hará
avanzar el procedimiento hasta el juicio penal o su terminación anticipada.

39
Teniéndose la calidad de imputado pueden hacerse valer las facultades, derechos y garantías comprendidos en la CPRCH,
CPcsalP y otras leyes, lo que ocurrirá, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 7° del CPcsalP, desde la primera
actuación del procedimiento, entendiendo por tal cualquier diligencia o gestión, sea de investigación, de carácter cautelar
o de otra especie, que se realice por o ante un tribunal con competencia en lo penal, el Ministerio Público o la policía,
en la que se atribuye a una persona responsabilidad en un hecho punible. Ej.: una persona llama por teléfono al MP
afirmando que X la golpeó, perdiendo una pieza dental. X adquiere la calidad de imputado por el solo hecho de formularse
esa denuncia en su contra42.
Por último, cabe destacar que al imputado se le asigna la calidad de interviniente en el procedimiento penal, según se
desprende del artículo 12 del CPcsalP, y se le considera como tal en él desde que realizare cualquier actuación procesal o
desde el momento en que la ley le permitiere ejercer facultades determinadas.
En el antiguo sistema procesal penal, el legislador no fue muy benevolente en la calificación y tratamiento procesal del
sospechoso y se le aludía (alude) como reo, inculpado, procesado, etc., según sus diversas posiciones y situación en el
procedimiento penal. Todas las anteriores son expresiones que no hacen sino develar que el sujeto imputado era más bien
un objeto en el procedimiento, indigno y desprovisto de derechos básicos. El nuevo sistema mejoró ostensiblemente en
el tratamiento del lenguaje que se utiliza para referirse a quien se tiene por sospechoso y se le reconocen sus derechos
fundamentales de persona, en teoría, durante todas las etapas del procedimiento penal, incluida la de ejecución. Sin
embargo, no resulta tan claro que en el CPcsalP se considere y permita al imputado un ejercicio intenso de derechos
fundamentales en todas las etapas del procedimiento penal, especialmente si se examina el texto del inciso 1° del artículo
93: “… Todo imputado podrá hacer valer, hasta la terminación del proceso…”. Aquí la expresión proceso pareciera
que se ha tomado como sinónimo de juicio y no como sinónimo de procedimiento; en consecuencia, se produciría un
debilitamiento de derechos en la etapa de ejecución.
Sin perjuicio de lo que ya se ha visto en el capítulo I §7 precedente, a continuación se exponen los derechos fundamentales
y garantías del imputado que adquieren relevancia fundamental en el procedimiento penal.
III. Derechos fundamentales y garantías del imputado
1. Debido proceso
Como se recordará, al analizarse las garantías constitucionales, se dijo que en Chile se ha interpretado que al debido
proceso debe entendérsele como un procedimiento aplicado con todas las garantías y en la CPRCH en vez de enumerarse
las garantías se ha optado por una fórmula genérica utilizándose la expresión “… las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos…”43.
2. Derecho al juicio
Toda persona tiene derecho a un juicio si ha sido imputada por un hecho presumiblemente delictivo, mas ese juicio debe
estar rodeado de ciertas garantías que lo hagan legítimo y oponible al sujeto sospechado por delito. Lo anterior implica,
a lo menos, una audiencia oral y pública, donde se produzca el proceso (discusión, prueba y fallo del asunto). Se trata, en
suma, de resguardos mínimos que desde un punto de vista procesal deben estar presentes como condición de legitimidad
del ius puniendi.
3. Presunción de inocencia
La inocencia es una condición humana natural, un estado que se traslada al procedimiento penal cubierto bajo presunción
de su existencia, esto significa que el imputado no puede ser considerado culpable ni tratado como tal en tanto no fuere
condenado por una sentencia firme (artículo 4° CPcsalP)44. Se advierte una manifestación de este principio en el artículo
92 del CPcsalP, que prohíbe a la policía la divulgación de aspectos o atributos de la personalidad del imputado que puedan
desmedrar su condición de inocente ante la opinión pública. También se advierte una manifestación de este principio en
el artículo 150, que obliga a tratar como inocente al imputado sometido a prisión preventiva, y en alguna medida en el
artículo 340, puesto que no existiendo ninguna prueba contra el imputado, este ni siquiera autoinculpándose puede ser
condenado.

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Sin perjuicio de lo señalado precedentemente, una de las consecuencias más importantes del principio de presunción de
inocencia antes citado es que el imputado no debe probarla y el peso de la prueba en el procedimiento recae sobre el
acusador, quien deberá demostrar la existencia de delito y la participación culpable que en él tiene el imputado.
4. Derecho de defensa
En su oportunidad se dijo que por derecho de defensa (abogar a favor de un interés) se entiende lo siguiente: el derecho
de participación o de intervención en el procedimiento penal, el derecho a ser oído y el derecho a contar con un defensor
técnico.
4.1. Derecho a intervención o participación en el procedimiento
La presencia del imputado es indispensable en el procedimiento, esto significa que no puede impedirse la comparecencia
del imputado en él, que no puede hacerse juicio a una persona que no está presente y que siempre se puede recurrir
en contra de las resoluciones trascendentales del procedimiento. Manifestaciones de este principio, a modo ejemplar, se
encuentran en el artículo 8°, inciso 2°; 93, letras d), f), i); 98, inciso 2°, y 352 y sgtes. CPcsalP; 14 N° 5 PIDCP y 8° N°
2, letra h), CADH.
Uno de los aspectos especialmente regulados en relación con esta vertiente del derecho de defensa en el CPcsalP es la
situación de rebeldía que afecta al imputado.
El derecho a intervención de una persona en el procedimiento significa —como se dijo— que ella podrá siempre comparecer
en el procedimiento y ejercer personalmente los derechos que estime convenientes a sus intereses. La comparecencia del
imputado en el procedimiento se considera de vital importancia y el CPcsalP impide que el sospechoso pueda ser juzgado
en ausencia. Para el caso de que esta se produzca, se prevé la existencia de la institución de la rebeldía, que se verifica por
las causales contempladas en el artículo 99, que son dos: en primer lugar, cuando decretada judicialmente la detención
o prisión preventiva del sujeto, no fuere habido; en segundo lugar, cuando habiéndose formalizado la investigación en
contra del que estuviere en país extranjero, no fuere posible obtener su extradición. La declaración de rebeldía corresponde
al tribunal ante el cual el imputado debe comparecer y produce los efectos que se indican en el artículo 101 CPcsalP
(relacionar con el artículo 252, letra b, que establece como causal de sobreseimiento temporal la rebeldía del imputado),
vale decir:
a) Las resoluciones que se dictaren en el procedimiento se tendrán por notificadas personalmente al rebelde en la misma
fecha en que se pronunciaren.
b) La investigación no se suspenderá por la declaración de rebeldía y el procedimiento continuará hasta la realización de
la audiencia de preparación del juicio oral, en la cual se podrá sobreseer definitiva o temporalmente la causa, de acuerdo
al mérito de lo obrado.
c) Si la declaración de rebeldía se produjere durante la etapa de juicio oral el procedimiento se sobreseerá temporalmente,
hasta que el imputado compareciere o fuere habido.
d) El sobreseimiento afectará solo al rebelde y el procedimiento continuará con respecto a los imputados presentes.
e) El imputado que fuere habido pagará las costas causadas con su rebeldía, a menos que justificare debidamente su
ausencia.
4.2. Derecho a ser oído
El derecho a ser oído comprende el de formular alegaciones (incluye plantear solicitudes de cualquier naturaleza), prestar
declaración, presentar pruebas y, en fin, que tanto las alegaciones como las declaraciones y pruebas presentadas sean
valoradas por el tribunal al tiempo de pronunciarse la sentencia definitiva o dictarse cualquier otra resolución que ponga
término al procedimiento.
Manifestaciones del derecho a formular alegaciones y prestar declaración se encuentran, entre otros, en los artículos 8°,
inciso 2°; 93, letras c), d), e), f); 98, inciso 1°; 263, 326, inciso 3°; 338, inciso final.

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También es posible encontrar en el código, respecto de las alegaciones y formulación de declaraciones a que tiene derecho
el imputado, una serie de normas de resguardo o garantía que lo facultan para no realizarlas si lo estima valioso para
sus intereses, según se desprende del artículo 93, letra g), CPcsalP; artículo 14 N° 3, letra g), PIDCP y artículo 8° N°
2, letra g), CADH; o a formularlas libremente. En suma, se resguarda en el código la voluntariedad de la declaración
y la prohibición de imponer el juramento como condición de ella. Confirma lo anterior lo dispuesto en el artículo 194
(voluntariedad de la declaración que se prestare ante el MP) y los artículos 93, letra h); 195 y 196, que impiden ejercer
coacción, amenaza o formular promesa al imputado durante la interrogación que se le practicare, así como permitírsele
descansar si ella se prolongare durante mucho tiempo.
El derecho a presentar, producir prueba y que ella sea valorada por el tribunal en la sentencia se encuentra consagrado
en el código en los artículos 295; 297, inciso 2°; 323 y 342, letra c), y en los artículos 14 N° 3, letras a) y b), PIDCP y 8°
N° 2, letras c) y f), CADH.
4.3. Derecho al defensor técnico
Una ardua discusión en el derecho comparado, especialmente en el alemán, se produce a propósito de la posición jurídica
del defensor técnico. La doctrina se divide en dos posturas: la que asume la teoría del órgano o tradicional (“Organtheorie”)
y la que asume la teoría de los intereses (“Interessentheorie”).
Según la primera, el defensor no es un representante exclusivo del imputado o, mejor dicho, de sus intereses y, aunque
autónomo, se le considera un órgano de la administración de justicia (“selbständiges Organ der Rechtspflege”). En
consecuencia, el contenido de la defensa y los límites de la actividad del defensor se encuentran definidos como resultado
de una ponderación entre intereses privados y públicos. En vez de un mandatario, según la concepción civil de ese término,
el defensor es un asistente, obligado por intereses estatales por sobre los privados del imputado.
De acuerdo con la segunda de las teorías, el defensor técnico es un representante exclusivo de los intereses individuales del
imputado y ambos se rigen por el contrato privado que medie entre ellos y en conformidad al principio de la autonomía
de la voluntad. En consecuencia, el defensor debe cumplir su encargo, el de defender a su mandatario, únicamente según
las facultades que le han sido otorgadas en el contrato.
En el Derecho Procesal Penal chileno una discusión como la alemana podría parecer odiosa, pero no lo es tanto si se
tiene en consideración que durante muchos años coexistirán el sistema inquisitorio y el acusatorio. Como es sabido,
en ambos la defensa penal se presta de manera diversa. Además, dentro del sistema acusatorio existen dos tipos de
abogados distintos: el privado y el defensor penal público. Ambos prestan el servicio de defensa jurídica regidos por
estatutos jurídicos diversos y si se tiene en cuenta la discusión doctrinaria, al defensor penal público se le aplicaría la
teoría del órgano y al defensor privado la teoría del interés con efectos diversos. Por vía ejemplar, una consecuencia
importante derivada de lo anterior, aunque discutible, es que al defensor público no se le permitiría mentir (debe ser
sancionado) a pesar de instruírsele en ese sentido por el imputado; en cambio, el defensor privado, regido exclusivamente
por los términos contractuales, puede hacerlo (el reproche sería únicamente ético). Quizá otro ejemplo podría servir para
concretar el problema doctrinario respecto del cuestionamiento que se podría hacer al derecho a mentir del que gozaría
el defensor penal público en Chile. Un sujeto A, que no tiene medios para pagar su propio abogado, lesiona grave y
dolosamente a otro sujeto B, contribuyente respetuoso, pero pobre, que no puede pagarse su propio abogado en la causa.
La defensa de A es asumida gratuitamente por la Defensoría Penal Pública. El defensor penal público, como se verá, se
encuentra financiado por el Estado, que, a su vez, se financia con los tributos que les cobra a todos los contribuyentes,
que incluye a B, la víctima. O sea que, en el caso del ejemplo, B pagaría el abogado que asumiría la defensa de A en el
procedimiento penal, mientras que, siendo pobre, no podría costearse uno propio, debiendo conformarse que el Ministerio
Público, que también financia, en realidad asuma, no su defensa concreta, sino en abstracto, la de la “megavíctima”, esto
es, la sociedad en su conjunto. ¿No parece intolerable que el lesionado tenga que soportar la carga de financiar la defensa
de su victimario y, al mismo tiempo, permitir que se autorice que, por intermedio del defensor penal, se mienta, para
garantizar la impunidad de A y asegurarse una eventual decisión absolutoria (declaración de inculpabilidad) del tribunal,
que también financia con el pago de tributos, mientras que él, B, inocente, deberá asumir patrimonialmente todos los
costos, incluido el de su lesión, y sin posibilidad de contar gratuitamente con su propio defensor técnico?

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Sin perjuicio de lo señalado precedentemente, merece destacarse que la tarea de defensa del imputado se asume por el
estado seriamente en el nuevo sistema procesal penal creándose, especialmente, un servicio público denominado Defensoría
Penal Pública, regulado básicamente en la Ley N° 19.718, destinado a prestar el servicio de defensa penal a aquellos
imputados que carecen de abogado en el procedimiento penal y requieran un defensor (relacionar con los artículos 8°,
inciso 1°; 93, letra b); 94, letra f), y 102, inciso 1°, CPcsalP). Conviene tener presente que el defensor también es
considerado interviniente en el procedimiento penal.
Legalmente, la consagración del derecho al defensor técnico en el procedimiento penal se materializa a través de la
posibilidad de actuar por intermedio de un abogado desde que se tenga la calidad de imputado (artículo 8°), o sea, a
partir de la primera actuación del procedimiento y hasta la completa ejecución del fallo (artículo 102). Y si ningún
encargo se ha hecho, debe efectuarse la designación de defensor técnico voluntaria o forzosamente antes de la realización
de la primera audiencia a que fuere citado el imputado (artículo 102, inciso 1°)45. Habría que agregar que la defensa en
audiencias orales solo puede ser asumida por abogados habilitados para el ejercicio de la profesión (artículo 527 COT).
Además, hasta la publicación de la Ley N° 20.592 se obligaba al MP a solicitar judicialmente un defensor penal público
al imputado que careciere de defensor. Tal obligación se suprimió por dicha ley, subsistiendo ella únicamente respecto
del juez.
a) Efectos de la ausencia del defensor
La ley procesal penal ha previsto casos en que la presencia del defensor en el procedimiento es indispensable so pena de
su nulidad (artículo 103). Este aspecto del derecho de defensa se manifiesta principalmente con relación a las audiencias
orales, por ejemplo: audiencia sobre prisión preventiva y otras medidas cautelares personales (artículos 142, inciso 3°, y
155, inciso final), la audiencia sobre SCP (artículo 237, inciso 4°), la audiencia de preparación del juicio oral (artículo
269, inciso 1°), la audiencia de juicio oral (artículo 286, inciso 1°).
Sobre el deber de asistencia del defensor es necesario señalar que la Ley N° 21.004, publicada el 29 de marzo de 2017,
incorporó al CPcsalP el Art. 103 bis, sancionando al defensor con la suspensión en el ejercicio de su profesión (entre 15 y
60 días) en caso de ausencia injustificada a la audiencia de juicio oral, a la de preparación del mismo o del procedimiento
abreviado, como asimismo a cualquiera de las sesiones de estas, si se desarrollaren en varias. Agrega esa disposición que
en idéntica sanción incurre el defensor que abandona injustificadamente alguna de las mencionadas audiencias, mientras
estas se estuvieren desarrollando. El legislador, en el inciso final del Art. 103 bis, autoriza al juez a imponer la sanción
correspondiente después de escuchar al afectado y recibir la prueba que ofreciere, si la estimare procedente46. Pero no
está de más recordar que la infracción del defensor —y sanción— al deber de asistencia y permanencia en las audiencias
de preparación y de juicio oral ya estaba regulada del mismo modo en el Código Procesal Penal (Arts. 103, 269, 286 y
287). La novedad introducida por la Ley N° 21.004 se produce, por un lado, respecto del procedimiento abreviado, pero
solo en apariencia, porque por aplicación del Art. 415, se llegaba sin esfuerzo a la solución de sanción por la infracción
respectiva. Lo mismo podría decirse respecto del fiscal, a propósito de las modificaciones introducidas por esa misma
ley a los Arts. 269, 286, 287 e intercalación del Art. 411 bis, que se verán en los acápites respectivos. Por otro lado, al
sustituirse el Art. 287, en la forma que se verá oportunamente, también se presenta como novedad la excusa del defensor
de existir otra actividad profesional simultánea, que tras la referida sustitución legal, se torna admisible (y accesible como
maniobra dilatoria). Siendo esta, realmente, la única novedad de la Ley N° 21.004 (que en su declaración de intenciones
perseguía exactamente el efecto contrario: evitar dilaciones).
Los derechos y facultades que comprende el mandato del defensor penal son los que señala el artículo 7° del CPC, a
menos que se reserve expresamente el ejercicio de un derecho o facultad al imputado personalmente (artículos 52 y 104
CPcsalP).
b) Renuncia o abandono de la defensa
El artículo 106 del CPcsalP señala expresamente que si el defensor ejerce su facultad de renunciar al mandato, no se
libera de su deber de realizar todos los actos inmediatos y urgentes que fueren necesarios para impedir la indefensión del
imputado. Además, del contexto de la disposición citada se desprende que, pese a la renuncia, el mandato subsiste hasta
que asuma un nuevo defensor (relaciónese esta disposición con los artículos 33, inciso 4º; 269 y 286).

43
Habría que expresar que la Ley N° 21.004 agregó en el artículo 106 unos incisos segundo y tercero nuevos, pasando el
inciso segundo antiguo a ser el inciso cuarto (y final). Del conjunto de esas normas se desprende lo siguiente. En primer
lugar, aunque se reconoce el derecho a renunciar la defensa, el inciso 2° del Art. 106 dispone que esta no puede ser
presentada por el abogado defensor dentro de los diez días previos a la realización de la audiencia de juicio oral, como
tampoco dentro de los siete días previos a la realización de la audiencia de preparación de juicio oral. Si el abogado
defensor renunciare a su cargo en los plazos antes señalados o abandonare o dejare de asistir injustificadamente a las
audiencias mencionadas en el artículo 103 bis será sancionado, así lo señala el inciso 3° del Art. 106, con la suspensión
del ejercicio de la profesión en los términos previstos allí, o sea, entre 15 y 60 días. Sobre el texto del inciso 3° del Art.
106 habría que destacar que es redundante respecto de la inasistencia o abandono de audiencia efectuada por el defensor.
En segundo lugar, el inciso final del Art. 106 establece que en el caso de renuncia del defensor o en cualquier situación de
abandono de hecho de la defensa, el tribunal está obligado a designar de oficio un defensor penal público que la asuma,
a menos que el imputado se procurare antes un defensor de su confianza. Con todo, tan pronto este defensor hubiere
aceptado el cargo, cesará en sus funciones el designado por el tribunal.
c) Defensor común
Es posible que la defensa de varios imputados sea asumida por un defensor común, a menos que se estime que existe
incompatibilidad de defensa (intereses contrapuestos), en cuyo caso la defensa de cada cual deberá ser asumida por
defensores distintos según lo previsto en el artículo 105.
d) Derecho a autodefensa
Existe la posibilidad en el nuevo procedimiento penal de que el imputado pueda defenderse personalmente. Al respecto
debe distinguirse el caso en que el imputado puede intervenir directamente y sin intermediario predesignado en el proced-
imiento penal (no hay presencia de defensor) como ocurre en la situación a que se refiere el artículo 93 d) (“… o sin él…),
de aquel caso en que no obstante ser asistido por un defensor técnico puede autorizársele a que intervenga personalmente.
Es esta última situación, en rigor, la que se encuentra regulada en el CPcsalP en la parte final del último inciso del
artículo 102 (“… sin perjuicio del derecho del imputado a formular planteamientos y alegaciones por sí mismo, según lo
dispuesto en el artículo 8°…”).
Por otro lado, téngase presente que, si bien a partir del texto citado es factible interpretar que existen casos en que el
imputado puede comparecer sin defensor técnico (“… le designará defensor letrado…”), en el procedimiento penal ordinario
(fuera del caso previsto en el artículo 93, letra d), especialmente en la etapa de juicio oral, no existe defensa sin defensor
técnico.
e) El defensor penal público
Subyace a la reforma el principio de que nadie puede quedar sin defensa en el procedimiento penal. Este principio
adquiere mayor relevancia cuando se trata de imputados que en estado de miseria no pueden procurarse un defensor por
sus propios medios y, en consecuencia, el éxito de su defensa es mera fantasía. En el nuevo sistema procesal penal, sea
que el imputado tenga o no medios para hacerse de un defensor, se prevé la circunstancia de que el imputado carezca de
él y la posibilidad de que asuma su defensa un defensor penal público (artículo 102 CPcsalP y artículos 25 y 52 LDPP).
f) Derecho a asistencia jurídica gratuita
Si el imputado carece de medios para remunerar al defensor penal público que asuma su defensa, entonces ella será
gratuita. Por el contrario, si las facultades económicas son suficientes, estará obligado a restituir todo lo que en su
defensa se hubiere invertido, según lo previsto en los artículos 36, 37, 38 y 39 LDPP.
5. Derecho a la información
Ilusorio resultaría sostener que alguien pueda defenderse si no sabe qué se le imputa, por ello el CPcsalP ha previsto una
serie de normas que resguardan este derecho. Así, en la letra a) del artículo 93 se indica que el imputado tiene derecho
a que se le informe de manera específica y clara acerca de los hechos que se le imputan y los derechos que le otorgan la
Constitución y las leyes, y en la letra e) a conocer el contenido de la investigación.

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A continuación, en la letra a) del artículo 94 (relacionar con el artículo 94, letra b) se señala que el imputado tiene derecho
a que se le exprese específica y claramente el motivo de su privación de libertad y, salvo el caso de delito flagrante, a que se
le exhiba la orden que la dispusiere. Como contrapartida, el CPcsalP en el inciso 1° del artículo 135 impone al funcionario
público a cargo del procedimiento de detención el deber de informar al afectado sobre el motivo de detención al momento
en que ella se practica. Igual deber pesa sobre los fiscales, según se advierte en el artículo 194, que regula la declaración
voluntaria del imputado. Asimismo, los artículos 136 y 137 contienen normas sobre fiscalización del cumplimiento del
deber de información y difusión de derechos.
Mayor fuerza cobra este derecho con la existencia en el procedimiento penal de lo que se ha denominado formalización
de la investigación, esto es, el acto formal (se realiza ante el juez de garantía) en virtud del cual se le informa por el MP
al imputado que se desarrolla una investigación en su contra (artículo 229 CPcsalP).
Otras manifestaciones de este derecho aparecen en los artículos 8° N° 2, letra b), CADH; 14 N° 3, letra a), PIDCP; 96,
97 y 154, letra b), CPcsalP, que exigen que la orden de detención o de prisión preventiva debe contener el motivo de la
medida cautelar de que se trate, y en el artículo 259, letra b), que regula el contenido de la acusación.
6. Derecho a guardar silencio
No es posible atribuirle al silencio del imputado un indicio de culpabilidad. Por el contrario, su silencio es un derecho y
en el código se regula desde la perspectiva de la declaración que pudiese prestar durante el procedimiento. Sin perjuicio
de lo que ya se dijo a propósito del derecho de defensa, se reitera que la declaración del imputado será siempre voluntaria;
en consecuencia, puede negarse a declarar y si declara no está obligado a hacerlo bajo juramento (artículo 19 N° 7, letra
f, CPRCH; artículo 8° CADH, artículo 93 letra g CPcsalP y artículo 14 PIDCP).
Existen varias disposiciones del código que directa o indirectamente se refieren a este derecho: así, el artículo 93, letra
g), que lo configura expresamente; el artículo 135, incisos 2° a 4°, que consagra la obligación de informar este derecho;
el artículo 91 en caso de producirse declaración ante la policía; el artículo 194, que se refiere al caso de declaración ante
el MP, aunque curiosamente consagra la obligación del imputado de declarar sobre su identidad, haciendo letra muerta,
sobre el derecho de guardar silencio en este punto. En todo caso, no se vislumbra cómo podría obligarse al imputado a
proporcionar su identidad (el artículo 195 advierte sobre la prohibición de algunos métodos para obtener una declaración)
y cuál sería la consecuencia en caso de negarse explícitamente a hacerlo o simplemente si se queda callado, salvo que se
estime que se verifica la falta del artículo 496 Nº 5 CP.
La Ley N° 20.592 modificó el derecho a guardar silencio en la misma letra g) del artículo 93 que lo consagra, obligándose
al fiscal o al policía, ante el cual preste declaración el imputado, a informarle a este, en su primera declaración, que
tiene derecho a guardar silencio, que ello no le puede ocasionar ninguna consecuencia legal adversa, pero que en caso de
renuncia a ese derecho todo lo que el imputado manifieste podría ser usado en su contra.
Junto al derecho a guardar silencio se encuentra la prohibición de autoincriminación (en realidad, el derecho de guardar
silencio es una manifestación del principio registrado en la prohibición), constituida bajo la fórmula de que ninguna
persona puede ser obligada a declarar contra sí misma ni acusarse (nemo tenetur se ipsum accusare). Procesalmente se
estima intocable la dignidad de la persona en cuanto a respetársele que ella misma no se vulnere en su propia esfera. En
consecuencia, no ha de considerarse la declaración del imputado como fuente acusatoria, sino como expresión del derecho
de defenderse47 (salvo cuando accede voluntariamente a ella), ni ha de admitirse que declare bajo juramento sobre hecho
propio. Este principio se encuentra reconocido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Artículo 14.3
g), en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 8.2 g), en la CPRCH (Art. 19 N° 3) y en el CPcsalP
(Arts. 93 g, 98, 194, 195, 196, 305 y 340, inciso final).
Una interesante inquietud se presenta a propósito de la denominada “Ley Emilia”, que introdujo como delitos a la Ley de
Tránsito el incumplimiento de la obligación de detener la marcha, prestar la ayuda posible y dar cuenta a la autoridad (Art.
195) y la negativa injustificada del conductor que hubiese intervenido en el siniestro a someterse a las pruebas respiratorias
evidenciales o a exámenes científicos que determinen la presencia de alcohol en el organismo y su dosificación (Art. 195
bis). Un imputado podría afirmar que se infringe su derecho a guardar silencio y a no autoincriminarse cuando se le
obliga, por ejemplo, a dar cuenta a la autoridad de que acaba de chocar con otro vehículo e incluso a someterse por la

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policía a una prueba que determine si estaba ebrio al tiempo del suceso que lo involucra. Ese mismo sujeto, entonces,
podría negarse a dar cuenta a la autoridad y negarse también a las pruebas de rigor. ¿Priman los derechos del imputado
o la autoridad policial y las normas penales de la “Ley Emilia”? Esta es una pregunta que todavía no ha sido resuelta
completamente; sin embargo, ya existe una sentencia del Tribunal Constitucional (Rol N° 2936-15-INA, de fecha 20 de
octubre de 2016) que ha declarado que la obligación del imputado de someterse al examen de alcoholemia no infringe la
prohibición de no autoincriminarse (tampoco la garantía del debido proceso ni la presunción de inocencia), sosteniéndose,
por un lado, “… que la prohibición constitucional de autoincriminación requiere que se trate de una causa criminal, donde
la obligación pese sobre un imputado o acusado y que la declaración se exija bajo juramento y respecto de un hecho
propio (STC Rol N° 2381), presupuestos incumplidos en la norma impugnada, en la medida que no presupone la hipótesis
referida en la garantía constitucional, de proscripción de la obligación de declarar sobre un hecho propio…”; y, por otro,
que al regularse el tránsito público el legislador sujeta el ejercicio del derecho a participar en él bajo ciertas circunstancias,
debiendo respetarse la potestad policial dirigida a la comprobación de que los conductores de vehículos motorizados lo
hagan bajo normal estado de temperancia y que esa potestad “… puede ser ejercida incluso en forma independiente al
acaecimiento de un delito o cuasidelito…”.
§6 La Defensoría Penal Pública
Una de las deficiencias más notorias del sistema inquisitorio chileno es la de defensa de los intereses del imputado. Mientras
el estado despliega todo su poder a través de la figura del inquisidor que investiga, acusa y juzga, el sospechoso de delito,
sobre todo el que no dispone de medios para proveerse un defensor técnico, mira impotente cómo su derecho de defensa
se diluye hasta hacerse prácticamente inexistente en el procedimiento penal.
En el actual sistema procesal penal se intenta poner fin a este desequilibrio de fuerzas que torna indebido el proceso
penal y establecer una igualdad de armas, creándose un órgano denominado Defensoría Penal Pública, encargado de
proporcionar defensa jurídica al imputado penal.
En general, los sistemas de defensa del imputado admiten diversas modalidades: los que comprenden órganos públicos
u organizaciones privadas pero vinculadas al estado, o bien aquellos en que existe únicamente la figura individual de un
abogado particular que voluntaria o forzosamente otorga defensa al imputado.
El sistema adoptado por Chile es mixto, esto significa que la defensa es proporcionada tanto por un órgano estatal denom-
inado Defensoría Penal Pública compuesto por abogados funcionarios, así como por instituciones licitadas y abogados
particulares vinculados contractualmente a dicho órgano para prestar servicios profesionales de defensa al que lo requiera.
I. Concepto de Defensoría Penal Pública
La DPP es un servicio público con domicilio y sede en Santiago, descentralizado funcionalmente y desconcentrado ter-
ritorialmente, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio, sometido a la supervigilancia del Presidente de la
República por conducto del Ministerio de Justicia.
A diferencia del MP que goza de autonomía, como se explicó precedentemente, la DPP es un órgano dependiente de la
función ejecutiva del poder.
II. Fines de la Defensoría Penal Pública
La DPP presta un servicio público específico: defensa penal al imputado o acusado por un crimen, simple delito o falta
que sea de competencia de un juzgado de garantía o de un tribunal de juicio oral en lo penal y de las respectivas cortes,
en su caso, que carezcan de abogado y requieran un defensor (artículos 2° y 35 LDPP).
En consecuencia, no debe incurrirse en el error de considerar que la DPP presta defensa exclusivamente a quien no tiene
los medios para procurársela por sí mismo. La DPP otorga defensa penal tanto al que tiene recursos económicos como al
que carece de ellos. En suma, su intervención se produce en ausencia de defensor técnico, como se desprende del artículo
2° LDPP (“… que carezcan de abogado…”).
III. Reglamentación

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La organización y atribuciones de la DPP, lo relativo a su personal, a su régimen patrimonial, a los beneficiarios y
prestadores de la defensa penal pública y lo relacionado con los mecanismos de control, reclamaciones y sanciones se
encuentra regulado por la Ley N° 19.718, publicada en el Diario Oficial el 10 de marzo de 2001.
IV. Organización y atribuciones de la Defensoría Penal Pública
La estructura de la DPP abarca la existencia de una Defensoría Nacional, Defensorías Regionales y Defensorías Locales.
También se prevé el funcionamiento de unidades administrativas, un Consejo de Licitaciones y de Comités de Adjudicación
Regionales que se encargan de proveer al sistema de los abogados particulares e instituciones licitadas, según se verá más
adelante (artículos 4° y 8° LDPP).
V. La Defensoría Nacional
La DN es la unidad superior del servicio encargada de la administración de los recursos necesarios para la prestación de
defensa penal en todo el país.
1. El Defensor Nacional
El jefe superior del servicio es el Defensor Nacional, funcionario de la exclusiva confianza del Presidente de la República
que para ser nombrado debe cumplir con los requisitos que señala el artículo 6° LDPP, esto es:
a) Ser ciudadano con derecho a sufragio.
b) Tener a lo menos diez años el título de abogado.
c) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades para ingresar a la administración pública.
Merece tenerse presente que no se le exige requisito de edad mínima como al Fiscal Nacional (artículo 14 LOCMP) y en
su designación (conservación del cargo) se advierte un mayor sesgo político, puesto que se mantiene en su cargo mientras
dure la confianza que en él ha depositado el Presidente de la República. Además, le está prohibido expresamente el
ejercicio de la profesión de abogado, salvo en los casos propios o de su cónyuge. Y su función es incompatible con todo
empleo remunerado, con excepción de las actividades docentes hasta por un máximo de 12 horas semanales (artículo 27
LDPP).
Sus funciones, predominantemente administrativas, están previstas en el artículo 7° LDPP:
a) Dirigir, organizar y administrar la Defensoría, controlarla y velar por el cumplimiento de sus objetivos.
b) Fijar, oyendo al Consejo, los criterios de actuación de la Defensoría para el cumplimiento de los objetivos establecidos
en esta ley.
c) Fijar los criterios que se aplicarán en materia de recursos humanos, de remuneraciones, de inversiones, de gastos de
los fondos respectivos, de planificación del desarrollo y de administración y finanzas.
d) Fijar, con carácter general, los estándares básicos que deben cumplir en el procedimiento penal quienes presten
servicios de defensa penal pública. En uso de esta facultad no podrá dar instrucciones u ordenar realizar u omitir la
realización de actuaciones en casos particulares.
Al respecto cabe destacar que, al igual que el Fiscal Nacional, al Defensor Nacional le pesa la prohibición de impartir
instrucciones particulares.
e) Aprobar los programas destinados a la capacitación y perfeccionamiento del personal. Para estos efectos, reglamenta
la forma de distribución de los recursos anuales que se destinan a estas actividades, su periodicidad, criterios de selección
de los participantes y niveles de exigencias mínimas que se requieren a quienes realicen la capacitación.
f) Nombrar y remover a los defensores regionales, en conformidad a esta ley.
g) Determinar la ubicación de las defensorías locales y la distribución en cada una de ellas de los defensores locales y
demás funcionarios, a propuesta del Defensor Regional.

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h) Elaborar anualmente el presupuesto de la Defensoría, oyendo al Consejo sobre el monto de los fondos por licitar, y
administrar, en conformidad a la ley, los recursos que le sean asignados.
i) Representar judicial y extrajudicialmente a la Defensoría.
j) Contratar personas naturales o jurídicas en calidad de consultores externos para el diseño y ejecución de procesos de
evaluación de la Defensoría, con cargo a los recursos del Servicio.
k) Llevar las estadísticas del Servicio y elaborar una memoria que dé cuenta de su gestión anual. Para este efecto, está
obligado a publicar a lo menos un informe semestral con los datos más relevantes e incluir en la memoria información
estadística desagregada de los servicios prestados por el sistema en el ámbito regional y nacional. Agrega la disposición
citada que tales antecedentes serán siempre públicos y se encontrarán a disposición de cualquier interesado, sin perjuicio
de lo cual una copia de la memoria deberá ser enviada al Presidente de la Cámara de Diputados, al Presidente del Senado,
al Presidente de la Corte Suprema, al Ministro de Justicia y al Ministro de Hacienda.
l) Ejercer las demás atribuciones que la Ley N° 19.718 u otra le confieran.
2. Unidades administrativas
La Defensoría Nacional cuenta con las siguientes unidades administrativas:
a) Recursos humanos
b) Informática
c) Administración y finanzas
d) Estudios
e) Evaluación, control y reclamaciones.
Las unidades administrativas mencionadas son organizadas y supervisadas por un Director Administrativo Nacional,
sobre la base de las instrucciones generales, objetivos, políticas y planes de acción que fije el Defensor Nacional. Aunque
no lo dice expresamente la ley, es nombrado por el Defensor Nacional.
3. Subrogación
La subrogación del Defensor Nacional se produce en la forma que dispone el artículo 10. Vale decir, será subrogado por
el Defensor Regional que determine mediante resolución, pudiendo establecer entre varios el orden de subrogación que
estime conveniente. A falta de designación, será subrogado por el Defensor Regional más antiguo.
La subrogación que tenga lugar procederá por el solo ministerio de la ley cuando, por cualquier motivo, el Defensor
Nacional se encuentre impedido de desempeñar su cargo.
4. Consejo de Licitaciones de la Defensoría Penal Pública
El CLDPP es un cuerpo técnico colegiado encargado, según lo señala el artículo 11 de la LDPP, de cumplir las funciones
relacionadas con el sistema de licitaciones de la defensa penal pública.
4.1. Integración
El CLDPP está integrado en la forma siguiente (artículo 12 LDPP):
a) El Ministro de Justicia, o en su defecto, el Subsecretario de Justicia, quien lo presidirá;
b) El Ministro de Hacienda o su representante;
c) El Ministro de Planificación y Cooperación o su representante;
d) Un académico con más de cinco años de docencia universitaria en las áreas del Derecho Procesal Penal o Penal,
designado por el Consejo de Rectores, y

48
e) Un académico con más de cinco años de docencia universitaria en las áreas del Derecho Procesal Penal o Penal,
designado por el Colegio de Abogados con mayor número de afiliados del país.
4.2. Funciones
Las funciones del CLDPP se encuentran reguladas en el artículo 11 LDPP y son las siguientes:
a) Proponer al Defensor Nacional el monto de los fondos por licitar, a nivel nacional y regional.
b) Aprobar las bases de las licitaciones a nivel regional, a propuesta de la Defensoría Regional respectiva.
c) Convocar a las licitaciones a nivel regional, de conformidad a esta ley y su reglamento.
d) Resolver las apelaciones en contra de las decisiones del Comité de Adjudicación Regional que recaigan en las recla-
maciones presentadas por los participantes en los procesos de licitación.
e) Disponer la terminación de los contratos de prestación de servicios de defensa penal pública celebrados en virtud de
licitaciones con personas naturales o jurídicas, en los casos contemplados en el contrato respectivo y en esta ley.
f) Cumplir las demás funciones señaladas en la ley.
Conviene tener presente que en el ejercicio de sus atribuciones el Consejo no podrá intervenir ni sugerir de manera directa
o indirecta los criterios específicos de prestación de la defensa penal pública.
4.3. Funcionamiento
El CLDPP sesiona ordinariamente dos veces al año, sin perjuicio de las sesiones extraordinarias que sean necesarias,
convocadas por el presidente del Consejo (Ministro de Justicia o Subsecretario del ramo) a lo menos con diez días de
anticipación. El quórum para funcionar es el de la mayoría absoluta de sus miembros en ejercicio y para adoptar sus
acuerdos requiere el voto de la mayoría de los que estuvieren presentes (artículo 15). Si se toma nota de que, del total de
miembros del CLDPP (cinco), tres son ministros, podrá entenderse que se trata de un órgano fundamentalmente político,
que tiene, potencialmente, el control total del Consejo, pues basta que los tres ministros se pongan de acuerdo, para que
sea imposible una minoría de bloqueo.
VI. Las Defensorías Regionales
Cada DR está encargada de la administración de los medios y recursos necesarios para la prestación de la defensa penal
pública en la región, o en la extensión geográfica que corresponda si en la región hubiere más de una DR (artículo 16
LDPP).
Existe una DR en cada región con sede en la capital regional respectiva y dos en la Región Metropolitana (artículo 17
LDPP).
1. Los Defensores Regionales
Son los funcionarios encargados de las DR, los nombra el Defensor Nacional, previo concurso público de oposición de
antecedentes. Duran cinco años en su cargo y pueden ser designados nuevamente a través de un concurso público, cada
vez que postulen a un nuevo período. Cesan en sus funciones por las causales establecidas en el estatuto administrativo.
Para ser nombrado DR se deben cumplir los requisitos indicados en el artículo 19 de la LDPP:
a) Ser ciudadano con derecho a sufragio.
b) Tener a lo menos cinco años el título de abogado.
c) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades para el ingreso a la administración pública.
Les pesa la misma incompatibilidad y prohibición de empleo y ejercicio profesional que afecta al Defensor Nacional
(artículo 27 LDPP).
Se trata de un cargo mucho más técnico que el de Fiscal Regional, pues, en la práctica, los candidatos a Defensor Regional
deben rendir exámenes sobre derecho, en cambio los candidatos a Fiscal Regional no rinden ningún examen de aquel

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tipo y son seleccionados (tres candidatos) por la Corte de Apelaciones, entre quienes cumplen los requisitos legales, sin
sujeción a criterios curriculares.
1.1. Subrogación
El DR es subrogado por el defensor local que determine, pudiendo establecer entre varios el orden de subrogación que
estime conveniente. A falta de designación, lo subrogará el defensor local más antiguo de la región o de la extensión
territorial de la región que esté a su cargo, cuando en ella exista más de un Defensor Regional. La subrogación procederá
por el solo ministerio de la ley cuando, por cualquier motivo, el Defensor Regional se encuentre impedido de desempeñar
su cargo (artículo 22 LDPP).
1.2. Funciones
Las funciones de los defensores regionales se encuentran reguladas en el artículo 20 LDPP:
a) Dictar, conforme a las instrucciones generales del Defensor Nacional, las normas e instrucciones necesarias para
la organización y funcionamiento de la DR y para el adecuado desempeño de los defensores locales en los casos en
que debieren intervenir. En uso de esta atribución no podrá dar instrucciones específicas ni ordenar la realización de
actuaciones u ordenar la omisión de ellas en casos particulares. Aquí se verifica otra gran diferencia con los fiscales
regionales, que sí ordenan instrucciones particulares a los fiscales adjuntos.
b) Conocer, tramitar y resolver, en su caso, las reclamaciones que se presenten por los beneficiarios de la defensa penal
pública, de acuerdo con esta ley.
c) Supervisar y controlar el funcionamiento administrativo de la Defensoría Regional y de las Defensorías Locales que
de ella dependan.
d) Velar por el eficaz desempeño del personal a su cargo y por la adecuada administración del presupuesto.
e) Comunicar al Defensor Nacional las necesidades presupuestarias de la Defensoría Regional y de las Defensorías Locales
que de ella dependan.
f) Proponer al Defensor Nacional la ubicación de las Defensorías Locales y la distribución en cada una de ellas de los
defensores locales y demás funcionarios.
g) Disponer las medidas que faciliten y aseguren el acceso expedito a la Defensoría Regional y a las Defensorías Locales,
así como la debida atención de los imputados y de los acusados.
h) Autorizar la contratación de peritos para la realización de los informes que solicitaren los abogados que se desempeñen
en la defensa penal pública, y aprobar los gastos para ello, previo informe del jefe de la respectiva unidad administrativa
regional.
i) Recepcionar las postulaciones de los interesados en los procesos de licitación, poniendo los antecedentes a disposición
del Consejo.
j) Entregar al Defensor Nacional, una vez al año, un informe de las dificultades e inconvenientes habidos en el fun-
cionamiento de la Defensoría Regional y sus propuestas para subsanarlas o mejorar su gestión.
k) Proponer al Consejo las bases de las licitaciones a nivel regional.
l) Ejercer las demás funciones que le encomiende la ley y las que le delegue el Defensor Nacional.
2. Unidades Administrativas
A diferencia de las unidades administrativas que dependen de la Defensoría Nacional, expresamente previstas en el artículo
8° LDPP, las DR cuentan con las que determine el Defensor Nacional para el cumplimiento de los fines señalados en la
LDPP (artículo 21). Tales unidades administrativas son organizadas y supervisadas por un Director Administrativo
Regional, sobre las bases que dicte el Defensor Regional.
3. Las Defensorías Locales

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Las DL son unidades operativas en las que se desempeñan los defensores locales de la región respectiva.
Si una defensoría local cuenta con dos o más defensores, se nombra un defensor jefe (artículo 23).
Podrá haber hasta ochenta en todo el país, según los criterios establecidos en el inciso 2° del artículo 24 LDPP.
4. Los defensores locales
Son funcionarios públicos a contrata (artículo 31 LDPP), abogados, que proporcionan la defensa de los imputados en la
forma que señala el artículo 25, esto es:
a) Asumen la defensa de los imputados que carezcan de abogado en la primera actuación del procedimiento dirigido en
su contra y, en todo caso, con anterioridad a la realización de la primera audiencia judicial a la que fueren citados.
b) Asumen la defensa penal del imputado siempre que, de conformidad al CPcsalP, falte abogado defensor, por cualquier
causa, en cualquier etapa del procedimiento.
c) Mantienen la defensa hasta que la asuma el defensor que designe el imputado o acusado, salvo que este fuere autorizado
por el tribunal para defenderse personalmente.
4.1. Nombramiento
Son nombrados previo concurso público y deben poseer los requisitos que señala el artículo 26 LDPP:
a) Ser ciudadano con derecho a sufragio.
b) Tener título de abogado.
c) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades para el ingreso a la administración pública.
4.2. Ejercicio profesional
Los defensores locales pueden ejercer libremente como abogados salvo en materias penales; sin embargo, en este último
caso lo pueden hacer respecto de casos propios o de su cónyuge (artículo 27 LDPP).
Como se trata de funcionarios públicos a contrata, su contrato debe ser renovado cada año.
4.3. Designación de defensor
Tomando en consideración que pueden existir defensores locales y aquellos pertenecientes a instituciones licitadas o con
convenios, la pregunta que cabe hacerse es a quién corresponde concretamente asumir la defensa del imputado en un caso
determinado. Para ello debe realizarse el siguiente ejercicio:
Si en una localidad determinada existe un único defensor, ese asume la defensa del imputado.
Si en una localidad determinada existe más de un defensor local o defensores locales y defensores pertenecientes a
instituciones licitadas o con convenios, según lo dispuesto en el artículo 25 con relación a lo dispuesto en los artículos 51
y 52, se colige que siempre los defensores locales institucionales deberán estar disponibles para la defensa del imputado
que carezca de defensor; sin embargo, será el propio imputado quien deberá elegir su defensor privado, pero si carece
de él deberá elegir uno que se encuentre disponible en la nómina elaborada por la Defensoría Regional, en virtud de los
procesos de licitación, permanentemente actualizada y que se encontrará en las defensorías locales, juzgados de garantía,
tribunales de juicio oral en lo penal y Cortes de Apelaciones de la región. Según lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 52,
se entiende que están disponibles los abogados que no alcanzaren el porcentaje total de casos en que les correspondiere
asumir la defensa, en virtud de la licitación. El abogado disponible que hubiere sido elegido queda designado como
defensor del imputado o acusado.
VII. Las licitaciones
La licitación es el procedimiento en virtud del cual se seleccionan las personas jurídicas y abogados que podrán prestar
la defensa penal pública pagados por el estado a través de la Defensoría Penal Pública.
1. Participantes en la licitación

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Pueden participar en el concurso público a fin de adjudicarse la licitación de defensa:
a) Las personas naturales que cuenten con el título de abogado y que cumplan con los demás requisitos exigidos legalmente
para el ejercicio profesional.
b) Las personas jurídicas, públicas o privadas, con o sin fines de lucro, que cuenten con profesionales que cumplan los
requisitos para el ejercicio profesional de abogado.
2. Bases
Las bases de la licitación y el llamado a concurso deben cumplir con las condiciones que señalan los artículos 42 y 43
LDPP.
3. Comités de Adjudicación Regional
Es aquel órgano técnico de la DPP a quien le corresponde resolver el procedimiento de licitación a nivel regional (artículo
45 LDPP).
3.1. Integración
El CAR se encuentra integrado en la forma que señala el artículo 45 LDPP:
a) Un representante del Ministerio de Justicia, que no podrá ser el Secretario Regional Ministerial de Justicia.
b) El Defensor Nacional u otro profesional de la Defensoría Nacional designado por este, que no podrá ser uno de los
que desempeñan labores de fiscalización.
c) El Defensor Regional u otro profesional de la Defensoría Regional designado por este, que no podrá ser uno de los que
desempeñan labores de fiscalización.
d) Un académico de la región, del área de la economía, designado por el Defensor Nacional.
e) Un juez con competencia penal, elegido por la mayoría de los integrantes de los tribunales de juicio oral en lo penal y los
jueces de garantía de la región respectiva. Los miembros que deban ser elegidos lo serán de acuerdo con el procedimiento
que determine el reglamento.
No podrá desempeñarse como miembro del Comité de Adjudicación Regional quien tuviere interés directo o indirecto
respecto de alguna persona natural o jurídica que prestare o estuviere postulando a prestar servicios de defensa penal
pública.
3.2. Criterios
Los criterios objetivos que debe emplear el CAR para resolver se encuentran previstos en el artículo 46 LDPP:
a) Costo del servicio a prestar.
b) Permanencia y habitualidad en el ejercicio de la profesión en la región respectiva.
c) Número y dedicación de abogados disponibles, en el caso de las personas jurídicas.
d) Experiencia y calificación de los profesionales que postulen.
e) Apoyo administrativo de los postulantes.
Si la persona natural o jurídica que postula a la licitación se encontrare prestando el servicio de defensa penal pública
o lo hubiere prestado con anterioridad, se considerarán además las eventuales sanciones que se le hubieren aplicado y el
número de personas que hubieren solicitado el cambio de defensor.
La decisión del concurso será pública y fundada (artículo 47 LDPP).
3.3. Contratación
Los contratos son celebrados (la norma erróneamente utiliza la palabra “suscritos”) por el Defensor Nacional en conformi-
dad a lo dispuesto en el artículo 50 LDPP.

52
VIII. Beneficiarios de la defensa penal pública
Se entiende por beneficiarios de la defensa penal pública a todos los imputados o acusados que carezcan de abogado y
requieran de un defensor (artículo 35 LDPP).
La defensa penal pública, por regla general, es gratuita, pero deberá remunerarse total o parcialmente por aquellos
beneficiarios que dispongan de recursos para financiarla privadamente, según los criterios que señalan los artículos 36 y
sgtes. LDPP; vale decir, la consideración del nivel de ingresos del imputado, capacidad de pago y el número de personas
del grupo familiar que de él dependan, en conformidad con lo que señale el reglamento.
Siempre que correspondiere cobrar a algún beneficiario por la prestación del servicio de la defensa penal, el inciso final
del artículo 36 de la LDPP impone la obligación de informar de ello al imputado en cuanto se dé inicio a las gestiones en
su favor, entregándole copia del arancel existente y de las modalidades de pago del servicio.
IX. Evaluación y control de los prestadores de la defensa penal pública
La LDPP contempla normas de control, evaluación y responsabilidad a las que permanecen sujetas las personas naturales
y jurídicas que presten servicios de defensa penal pública.
Los mecanismos que contempla la LDPP se encuentran previstos en los artículos 56 y siguientes. Ellos son los siguientes:
1. Inspecciones
Son aquellas que se realizan a las defensorías, a los abogados y a las personas jurídicas que presten defensa penal pública,
sin aviso previo, a fin de comprobar que el servicio de defensa es otorgado en forma eficiente y eficaz. Durante la inspección,
se podrán examinar las actuaciones de la defensa, según la metodología que determine el reglamento. Para estos efectos, se
podrán revisar las instalaciones en que se desarrollen las tareas; verificar los procedimientos administrativos del prestador
del servicio; entrevistar a los beneficiarios del servicio y a los jueces que hayan intervenido en los procedimientos respectivos;
asistir a las actuaciones de cualquier procedimiento en el que la persona jurídica o el abogado que esté siendo objeto
de inspección se encuentre prestando defensa y, en general, recabar todos los antecedentes que permitan formarse una
impresión precisa acerca de las actividades objeto de la inspección.
Al término de cada inspección se debe emitir un informe que se remite al Defensor Regional respectivo. Luego, dentro
de los diez días siguientes, el Defensor Regional pone el informe en conocimiento del defensor local, del abogado o de la
persona jurídica, según corresponda, para que en diez días formule las observaciones que estime convenientes (artículos
57 a 59 LDPP).
2. Auditorías externas
Son aquellas realizadas aleatoriamente por empresas auditoras independientes, pero vinculadas contractualmente con
la DPP y tienen por objeto controlar la calidad de la atención prestada y la observancia de los estándares básicos,
previamente fijados por el Defensor Nacional, que deben cumplir en el procedimiento penal quienes presten servicios de
defensa penal pública.
Durante las inspecciones y auditorías externas, los abogados u otros profesionales que participen en la defensa penal
pública no podrán negarse a proporcionar la información requerida sobre los aspectos materia del control. El artículo 61
señala, sin embargo, que no quedarán incluidas en las informaciones que deban proporcionar aquellas que se encuentren
amparadas por el secreto profesional. Por otro lado, las informaciones, datos, notas personales o de trabajo de los
abogados y cualquier referencia obtenida durante las inspecciones y auditorías externas y que sean relativas a casos
particulares en los que se esté prestando defensa penal pública son confidenciales.
Las infracciones al secreto o confidencialidad son sancionadas con las penas de reclusión menor en sus grados mínimo a
medio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales (artículo 247 CP).
3. Informes
Hay dos tipos de informes:

53
3.1. Semestrales
Son aquellos que están obligados a proporcionar los defensores locales, los abogados y las personas jurídicas que presten
defensa penal pública a la Defensoría Regional o Nacional para la mantención de un sistema de información general. Tal
obligación se deberá cumplir por medio de formularios o por transferencia electrónica de datos, en la forma que determine
el Defensor Nacional.
El contenido del informe está señalado en el artículo 62 de la LDPP:
a) Las materias, casos y número de personas atendidas.
b) El tipo y cantidad de las actuaciones realizadas.
c) Las condiciones y plazos en los que se hubiere prestado el servicio.
d) Los inconvenientes que se hubieren producido en la tramitación de los casos.
3.2. Anuales
Las personas naturales y jurídicas que presten defensa penal pública en conformidad a la LDPP están obligadas a entregar,
al término del período para el que fueron contratadas, un informe que contenga el balance final de su gestión.
Los informes semestrales y anuales pueden ser objetados por el Defensor Regional dentro de los treinta días siguientes
a su recepción. En dicho caso, las objeciones deberán ser puestas en conocimiento del interesado para que efectúe las
correcciones necesarias en el plazo de treinta días. Si ello no ocurriere, o las correcciones no fueren satisfactorias, se
deberán elevar los antecedentes al Defensor Nacional para la aplicación de las sanciones que se establecen en la LDPP.
Tanto los informes semestrales como el informe final, con sus correcciones, deberán mantenerse en un registro público, a
disposición de los interesados.
4. Reclamaciones
Otra forma de ejercer control sobre la prestación del servicio de defensa que brindan los defensores es a través del
mecanismo de las reclamaciones que pueden formular los beneficiarios de la defensa penal pública.
4.1. Procedimiento
Las reclamaciones pueden presentarse ante la Defensoría Nacional, Regional o Local, indistintamente. La Defensoría
Nacional y la Defensoría Local, en su caso, deberán remitir inmediatamente las reclamaciones que recibieren a la Defensoría
Regional respectiva.
Recibida la reclamación por parte de la Defensoría Regional, ella se pondrá en conocimiento del defensor local o abogado
que ejerza o hubiere ejercido la defensa reclamada, quien deberá evacuar un informe dentro del plazo de cinco días. Si el
abogado perteneciere a una persona jurídica, se enviará a esta copia de los antecedentes. Si fuere necesario, la Defensoría
Regional adoptará de inmediato medidas para asegurar la debida defensa del afectado.
Recibido el informe o vencido el plazo para su presentación, el Defensor Regional elevará los antecedentes al Consejo
o se pronunciará sobre la reclamación dentro del plazo de diez días, según corresponda. La resolución del Defensor
Regional es susceptible de apelación ante el Defensor Nacional dentro de cinco días, contados desde que se notifique al
afectado la resolución. Sin perjuicio de lo anterior, si el abogado contra quien se reclamare fuere un defensor local, tanto
los Defensores Regionales como el Defensor Nacional le podrán imponer directamente las sanciones administrativas que
correspondan de acuerdo a la legislación vigente, si fuera procedente.
4.2. Reclamación en contra de un Defensor Regional
Si se produce alguna reclamación en contra de una actuación imputable a un Defensor Regional, conocerá de ella el
Defensor Nacional.
Recibida la reclamación por el Defensor Nacional, este requerirá un informe al Defensor Regional, el que deberá ser
evacuado dentro del plazo de cinco días. Si la reclamación fuere presentada en la misma Defensoría Regional, esta deberá

54
remitir los antecedentes al Defensor Nacional, conjuntamente con el informe respectivo, dentro del plazo de cinco días y
el Defensor Nacional resolverá dentro del plazo de diez días.
X. Responsabilidad y sanciones
1. Tipos de responsabilidad
Los defensores locales están sujetos a responsabilidad administrativa de acuerdo con las normas contenidas en la Ley
N° 18.834, sobre Estatuto Administrativo, y, eventualmente, a la responsabilidad civil y penal que pueda afectarles. Sin
perjuicio de lo anterior, las personas naturales o jurídicas que presten servicio de defensa penal pública, sea en virtud del
contrato a que dio lugar el proceso de licitación o de un convenio directo en su caso (artículo 49, inciso final), incurrirán
en responsabilidad en las siguientes hipótesis:
a) Cuando su defensa no fuere satisfactoria, de acuerdo con los estándares básicos, definidos por el Defensor Nacional,
que deben cumplir en el procedimiento penal quienes presten servicios de defensa penal pública.
b) Cuando no hicieren entrega oportuna de los informes semestrales o del informe final, o consignaren en ellos datos
falsos.
c) Cuando incurrieren en incumplimiento del contrato celebrado.
2. Sanciones
Las sanciones que pueden aplicarse si se verifica alguna de las causales antes referidas son las siguientes:
a) Multas establecidas en los contratos respectivos.
b) Terminación del contrato.
Las multas se aplicarán en los casos previstos en las letras a) y b) precedentes por el Defensor Regional. En la resolución
que al respecto se dicte se dispondrá que se impute al valor de la multa la suma que se encontrare retenida en virtud de
la boleta bancaria de garantía que se haya constituido y, si no fuere suficiente, se señalará el incremento del porcentaje a
retener de las cantidades que se devengaren a favor del prestador del servicio hasta el entero pago de la sanción.
De la resolución del Defensor Regional se podrá apelar, dentro del plazo de cinco días de notificada, ante el Defensor
Nacional, quien resolverá en los diez días siguientes.
La terminación del contrato se dispondrá por el Consejo, a requerimiento del Defensor Regional, en el caso previsto en
la letra c) precedente.
Las resoluciones del Defensor Nacional que apliquen multas en virtud del artículo 71, inciso segundo, o que ordenen
cumplir la resolución del Consejo cuando se hubiere impuesto como sanción la terminación del contrato serán reclamables
ante la Corte de Apelaciones dentro de los diez días siguientes a la fecha de su notificación. Conocerá de la reclamación
la Corte de Apelaciones que sea competente sobre el territorio jurisdiccional en que se prestaren o se hubieren prestado
los servicios de defensa penal pública. Si hubiere más de una Corte de Apelaciones, conocerá aquella cuyo asiento se
encuentre en la capital de la región.
La Corte de Apelaciones dará traslado al reclamado por cinco días, ordenará traer a la vista el proceso administrativo y
resolverá en cuenta sin más trámite, salvo que estime conveniente traer el asunto en relación para oír a los abogados de
las partes, en cuyo caso se agregará a la tabla de la misma Sala con preferencia. El fallo que resuelve la reclamación no
es susceptible de recurso alguno.
Las sanciones aplicadas a los prestadores del servicio de la defensa penal pública deben ser consignadas en un registro
público, a disposición de cualquier interesado en la defensoría regional respectiva y en las dependencias de la Defensoría
Nacional.
§7 La víctima y el querellante
I. Introducción

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El delito como fenómeno criminal tiene, en principio, dos protagonistas: el victimario y la víctima, pero si se examina
la estructura del antiguo y nuevo sistema procesal penal chileno, podrá advertirse que el rol de la víctima se encuentra
disminuido en el conflicto penal. El sistema inquisitorio desde la ribera del ofendido se construye sobre la base de la
protección de un interés objetivo, el social, por sobre el subjetivo o particular de la víctima, que resulta desplazado del
sistema. Y si bien existen dentro del esquema inquisitorial instituciones que reflejan cierta preocupación estatal por
los intereses concretos de ella (derecho a ejercer la acción penal mediante la presentación de querella, existencia de los
procedimientos por delito de acción penal privada y mixta, etc.), lo cierto es que el procedimiento penal inquisitorial fue
previsto para funcionar con o sin su participación. Otro tanto sucede en la implementación del nuevo sistema procesal
penal, aunque debe reconocerse que la posición de la víctima ha mejorado ostensiblemente en comparación a su rol en el
sistema antiguo. Así, por ejemplo, puede advertirse un avance en el CPcsalP, si se compara la regulación de este derecho
con la del Código de Procedimiento Penal, que nunca fue sistemática, cuestión queda de manifiesto, al poner la vista en
las limitadas menciones al respecto: artículos: 139, 140, 142, 143, 144, 145 (“herido”); artículos: 7, 18, 100, 103, 126, 141,
145, 206, 207, 247, 263, 431, 587 (ofendido); artículos: 8, 78, 136, 145 bis, 263, 351, 363, 380, 659, 663 (víctima).
Al revisarse la historia del derecho penal occidental (especialmente el alemán), podrá advertirse que la participación de
la víctima en el conflicto penal es intermitente. En el derecho germánico primitivo el derecho civil y el penal estaban
confundidos y la solución a un problema que hoy se denomina penal era una cuestión enteramente privada que estaba
a disposición de la víctima y su círculo parental (denominada Sippe). Mucho más tarde, con el desarrollo científico
del derecho producido en Italia y la influencia del derecho canónico, comenzaría a desaparecer de escena la figura de
la víctima, imponiéndose en el mundo occidental el sistema inquisitivo. Luego, con el surgimiento del estado moderno,
los intereses particulares de la víctima vuelven a postergarse, cediendo paso al interés social tutelado directamente por
el Estado. Así, la participación de la víctima en un modelo inquisitorio solo resulta relevante como medio de prueba
testimonial y como agente informativo de la notitia crimini; fuera de esos términos, la persecución penal realizada por el
inquisidor se realiza con absoluta indiferencia e incluso contra la voluntad de la víctima. Es este el criterio, por supuesto,
que sustenta nuestro sistema inquisitorio y que subsiste todavía en Chile pese a la existencia de una reforma procesal
penal.
En el marco de la reforma, uno de los discursos que sigue oyéndose es el del fortalecimiento de los derechos de la víctima,
los que estarían elevados en importancia, en algunos casos, por sobre el interés público en la persecución y sanción penal.
Precisamente, el esquema de soluciones diferenciadas que ha diseñado el estado para superar el conflicto penal (salidas
alternativas, por ejemplo) constituye manifestación clara de este cambio de ideas en la configuración del Derecho Procesal
Penal del siglo XXI.
Lo anterior es positivo, pero ha tenido su precio, pues el intento por rescatar del baúl de los recuerdos la participación de
la víctima en la reforma del derecho procesal penal chileno no ha sido pacífico e inquieta la tendencia a una privatización
de la justicia penal en el esfuerzo estatal por elevar la figura de la víctima a un rol más relevante en el procedimiento
penal48. Además, se corre el riesgo de que si se desea equilibrar las fuerzas y tender a una igualdad de armas entre estado
e imputado, la aparición en escena de la víctima no haría otra cosa que aumentar la desigualdad que se pretende evitar
con la reforma.
Por otro lado, cuando se trata de justificar la participación de la víctima en el procedimiento penal y con ello el rescate
de sus intereses, es posible argumentar sobre la base de lo que se dijo al principio de esta introducción, esto es, que los
protagonistas del conflicto que concita la atención del estado y que se pretende solucionar son imputado y víctima, luego,
no puede tenerse por acertada y legítima la actuación del ius puniendi desconociendo el interés concreto de uno de los
protagonistas principales: la víctima. Tampoco podría esgrimirse como fin del derecho procesal penal la paz social, si
una de las partes en el conflicto resulta insatisfecha o simplemente ignorada. A su vez, la participación de la víctima
implica, en cierto modo, un control externo de la actuación de los órganos del sistema penal que tiende a eliminar la rutina
del error e introduce dentro de la estructura burocrática del estado persecutor un elemento que humaniza su actividad,
devolviendo al único inocente en el conflicto lo que siempre ha sido suyo: el derecho fundamental a vivir en paz y en
libertad.
II. Concepto de víctima

56
El CPcsalP en el artículo 108 formula un alcance conceptual señalando que se considera víctima “al ofendido por el delito”.
Aunque no lo diga la disposición citada, y parezca absurdo decirlo, debe entenderse que ella se refiere exclusivamente a
las personas, sean estas naturales o jurídicas. Pero este concepto de víctima ideado por el legislador no es muy preciso y
provoca conflictos de interpretación.
Por un lado, podría asumirse que por víctima debe entenderse únicamente al titular del bien jurídico protegido. Por otro,
podría sostenerse que también es víctima el sujeto pasivo de la acción criminal. Sostenedor de la segunda postura es el
MP, para quien víctima es tanto el sujeto pasivo del delito (titular del bien jurídico protegido) como el sujeto pasivo de
la acción criminal, vale decir, aquella persona que materialmente sufre el efecto de la conducta realizada por el autor.
Ejemplo: al sujeto X le roban una billetera que pertenece a Y. Para el Ministerio Público son víctimas: X sujeto pasivo de
la acción e Y sujeto pasivo del delito. Se argumenta que tal interpretación resulta reforzada por la historia fidedigna del
establecimiento de la ley procesal penal, pues durante la discusión del proyecto en la Cámara de Diputados, al plantearse
la definición de víctima, se acordó sustituir la expresión “directamente ofendido por el delito” por la expresión “ofendido
por el delito”, que resulta más amplia.
III. Otras categorías de víctimas
El concepto de víctima, según lo dispone el artículo 108, inciso 2°, CPcsalP, se amplía en dos hipótesis:
1. Cuando se ha cometido un delito que acarrea la muerte del ofendido.
2. Cuando el ofendido por el delito no pudiere ejercer los derechos que le otorga el CPcsalP (aunque nada se diga, debe
entenderse que se trata de casos de imposibilidad física y/o síquica).
En ambos casos, también se consideran víctimas (sustitutivas o secundarias en ausencia de la principal):
a) Al cónyuge o al conviviente civil49 y a los hijos;
b) A los ascendientes;
c) Al conviviente50;
d) A los hermanos, y
e) Al adoptado o al adoptante.
No obstante, para efectos de intervención en el procedimiento la enumeración que hace el artículo 108 constituye un orden
de prelación. Esto implica que la intervención de una o más personas en una categoría excluye a las posteriores. Nada
se dice en el caso inverso, o sea, si la intervención de personas de categorías posteriores excluye o no a las anteriores.
Ejemplo: X hermano del difunto interviene en el procedimiento y posteriormente lo hace Y, cónyuge del difunto. La
solución tampoco parece pacífica; con todo, el MP se inclina por aceptar la segunda postura.
También se suscita debate en el caso de delitos que afectan bienes jurídicos colectivos (salud pública, por ejemplo). En
ellos el titular del bien jurídico protegido no es un individuo concreto (sea este persona natural o jurídica), en consecuencia,
podría discutirse y afirmarse que la colectividad no es víctima para el código.
Por último, tratándose de bienes jurídicos estatales (administración de justicia, administración pública, seguridad del
estado, etc.), también se suscita la duda de si puede considerarse víctima a la persona jurídica Estado o Fisco. Si la
respuesta fuera afirmativa, por él actuarían, ejerciendo los derechos correspondientes, los organismos estatales encargados
expresamente de su representación judicial.
IV. Derechos de la víctima en el procedimiento penal
La primera novedad que se advierte en el CPcsalP es que en el artículo 12 se asigna el rol de interviniente a la víctima desde
que realizare cualquier actuación procesal o desde el momento en que la ley le permitiere ejercer facultades determinadas.
Se recuerda que no cabe confundir el concepto de interviniente con el de parte, siempre complicado de configurar en el
derecho penal adjetivo. Los intervinientes, a juicio del legislador, son aquellas personas con facultades de actuación en el
procedimiento, aun cuando no tengan la calidad de parte, como ocurre con la víctima cuando no ejerce la acción penal.

57
En virtud del reconocimiento de la calidad de interviniente de la víctima se desprenden una serie de derechos y garantías,
que tienen su punto de partida en el debido proceso a que se refiere el artículo 19 N° 3 de la Constitución Política de la
República de Chile y que se analizarán a continuación.
1. Derecho de protección
Junto con consagrarse la institución del MP en el nuevo procedimiento penal, se indica que no son solo funciones suyas la
investigación y ejercicio de la acción penal, sino también la protección de las víctimas (y testigos), según se aprecia en el
artículo 83 de la CPRCH y en el artículo 1° de la LOCMP. Esta función constitucional que opera como un deber del MP
se erige como contrapartida en un derecho de la víctima. El estado ha previsto que esta pueda seguir o estar en situación
de riesgo o convertirse nuevamente en objeto de un atentado, ya sea contra su vida, integridad física y/o síquica u otros
derechos; en consecuencia, se asigna una función constitucional y legal de protección en su favor. Conviene enfatizar que
la víctima recurre al Estado para que se restablezca el imperio del derecho y se le brinde protección, por lo tanto, no
debe causar extrañeza que se haya puesto de manifiesto en el ordenamiento penal formal este derecho.
Sin perjuicio de lo señalado precedentemente, debe señalarse que la protección de la víctima está elevada a la categoría
de principio en el artículo 6° del CPcsalP. Esa disposición asume que el MP está obligado a velar por la protección de la
víctima del delito en todas las etapas del procedimiento penal. Debe complementarse esta disposición con los artículos 20,
letra f), y 34, letra e), de la LOCMP, que consagran la existencia de una División y Unidades de atención a las víctimas
(y testigos), con el objeto de velar por el cumplimiento de las tareas que a este respecto le encomienda la ley procesal
penal al MP.
A propósito del ejercicio de las acciones civiles que pudieran intentarse en el procedimiento penal, resulta interesante
plantearse si el Ministerio Público está obligado a realizar diligencias de investigación no solo para establecer la existencia
de delito y participación penal, sino también para establecerse la existencia de un daño que deba ser indemnizado.
En principio, la respuesta debiera ser negativa porque ello excede los límites de la persecución penal; sin embargo, la
existencia del inciso 2° del artículo 6° del CPcsalP: “… el fiscal deberá promover durante el curso del procedimiento
acuerdos patrimoniales, medidas cautelares, u otros mecanismos que faciliten la reparación del daño causado a la víctima.
Este deber no importará el ejercicio de las acciones civiles que pudieren corresponderle a la víctima…” hace posible que la
investigación abarque aspectos que no son estrictamente penales y que no implican un deber de protección en el sentido
que se ha venido explicando.
Existen otras disposiciones legales que también regulan el derecho de protección. Concretamente, en la letra a) del artículo
109 CPcsalP se reconoce el derecho de la víctima a solicitar medidas de protección frente a probables hostigamientos,
amenazas o atentados en contra suya o de su familia. Correlativamente, en el artículo 78, letra b), se obliga al MP a
ordenar por sí mismo o solicitar al tribunal, en su caso, las medidas destinadas a la protección de la víctima y su familia
frente a probables hostigamientos, amenazas o atentados. El conjunto de estas disposiciones tiene por finalidad evitar
que la víctima pueda ser objeto de un nuevo delito o de una victimización secundaria (es decir, un nuevo padecimiento
bajo el mismo contexto).
Este derecho de protección que asiste a la víctima, que equivale a una función desde la perspectiva del MP, también puede
observarse desde la perspectiva de los tribunales, especialmente los de garantía, cuya tarea en esencia es la de cautela de
sus derechos durante el procedimiento y comprende atribuciones precisas de protección, como ocurre con la imposición
de medidas cautelares personales contra el imputado, según se desprende de los artículos 140, inciso final, y 155 CPcsalP.
También se pueden aplicar en favor de la víctima las normas de protección de los testigos del artículo 308 y de limitación
de publicidad de la audiencia de juicio oral si fuere necesario para velar por su intimidad, honor o seguridad (artículo
292).
Por último, el código en el artículo 83, al regular las actuaciones de la policía sin orden previa, dispone que corresponde
a los funcionarios de Carabineros de Chile y de la Policía de Investigaciones de Chile prestar auxilio a la víctima sin
necesidad de recibir previamente instrucciones particulares de los fiscales. Al respecto, en conformidad a lo previsto en el
artículo 87 CPcsalP, es el MP el encargado de regular mediante instrucciones generales la forma en que la policía cumplirá
con esta obligación, sin perjuicio de las instrucciones particulares que los fiscales impartieren en cada caso. Estas normas

58
son fundamentales para el trabajo policial de carabineros o investigaciones quienes, por regla general, son los primeros
órganos estatales en tomar contacto con los hechos que originan una investigación y con las personas que han participado
en ellos.
Una de las situaciones frecuentes que se suscitaban, y se suscitan, en los casos en que todavía se aplica exclusivamente el
sistema antiguo, especialmente en aquellos en que un delito produce daño a la integridad física y/o síquica de la víctima
(lesiones, por ejemplo), es que la policía se muestra renuente a prestar auxilio a la víctima (primeros auxilios, traslado
a centros asistenciales, etc.), por falta de atribuciones legales o reglamentarias que le eviten una sanción, especialmente
cuando tratando de auxiliarla se produjesen resultados aún más graves o fatales para esta. Actualmente, entonces, se
consagra como primera obligación de la policía, incluso antes que auxiliar al Ministerio Público en la investigación, la de
prestársela a la víctima. Ningún pretexto puede servirles, en la actualidad, para negarse a ello. No obstante, subsiste
el problema de la extensión de la expresión “auxilio a la víctima”. ¿Se limita la frase al resguardo físico y síquico de la
víctima o abarca otras situaciones, como, por ejemplo, la persecución inmediata del imputado?
1.1. Medidas de protección adoptadas en la práctica
Las medidas de protección a la víctima a las que se ha recurrido con alguna frecuencia son las siguientes: establecimiento
de consultas telefónicas periódicas de la policía a la víctima; entrega de celulares de llamada restringida para que la
víctima pueda comunicarse con el fiscal, la policía o la unidad regional; rondas periódicas de carabineros al domicilio de
la víctima, punto fijo de carabineros, etc. Además, se debe prestar atención a otras de carácter procesal, como el uso de
claves o números correlativos para identificar a la víctima o datos relacionados con ella; el señalamiento de la fiscalía como
domicilio para las notificaciones; impedimento de la identificación visual (uso de elementos que cambian la apariencia de
la persona durante los traslados en las reconstituciones de escena, realización de las diligencias de investigación fuera de
la fiscalía, o el desarrollo de acciones para evitar la individualización de la víctima en la acusación cuando se pretenda
reservar su identidad en el procedimiento).
También habría que hacer notar algunas medidas adoptadas en las audiencias de juicio oral, consistentes en que la
mayoría de los niños y adolescentes víctimas declaren desde una sala contigua al tribunal, a través de un circuito cerrado
de televisión especialmente instalado para esos efectos; o prestar declaración detrás de un panel tipo biombo, lo que
permite su contacto directo con el tribunal, sin enfrentar físicamente al imputado51. En fin, se han adoptado otras
medidas como las de reserva de domicilio del testigo y/o víctima y la prohibición de divulgar su identidad durante el
procedimiento, para protegerlos.
1.2. División de atención a las víctimas
Dentro de la organización administrativa del Ministerio Público, y con el objeto de satisfacer sus funciones constitucionales,
se han creado una serie de unidades, una de las cuales comprende la atención de víctimas (y testigos).
Durante el desarrollo del debate legislativo se advirtió la necesidad de la creación de instancias de atención a las víctimas
que permitieran confirmar el criterio de mejorar su posición en el procedimiento penal. En la cuenta a propósito del
primer informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados se recomendaba
prestar especial importancia a la creación de una división de atención a la víctima, por considerar trascendental evaluar
su atención a nivel nacional y promover políticas de mejoramiento de los servicios, de ampliación de la cobertura y de
promoción del acceso de la ciudadanía al sistema de justicia penal, así como la elaboración de instrucciones destinadas a
implementar tales políticas.
Junto con la aparición de la LOCMP se crean, en los niveles superiores jerárquicos del Ministerio Público, la División de
Atención a las Víctimas y Testigos y la Unidad de Atención a las Víctimas y Testigos. La primera funciona administrati-
vamente al interior de la Fiscalía Nacional y la segunda al interior de las Fiscalías Regionales (artículos 20, letra f, y 34,
letra e, LOCMP).
Estos órganos administrativos del Ministerio público tienen un carácter operativo, correspondiéndole a la División Na-
cional una función fiscalizadora del cumplimiento de los deberes encomendados al Ministerio Público por la ley procesal
penal. Además, cabe considerar que el Fiscal Nacional tiene facultades administrativas para dictar instrucciones generales

59
que estime necesarias para el adecuado cumplimiento de la tarea de protección a la víctima, sin perjuicio de las medidas
que pueda adoptar el Fiscal Regional para facilitar y asegurar la debida atención de ellas, según se desprende de los
artículos 17, letra a, y 32, letra g, LOCMP.
De lo anterior es posible advertir que existen dos ámbitos de acción de la División y de las Unidades Regionales, uno
circunscrito a lo dispuesto en los artículos 20, letra f), y 34, letra e), que consagran la existencia de estos órganos, y
otro que se configura por el mandato constitucional y la existencia del artículo 1° LOCMP, que es más amplio y que se
refiere a las instrucciones generales que imparte el Fiscal Nacional para el adecuado cumplimiento del deber de protección
de las víctimas. Por ende, el Fiscal Nacional en virtud de lo dispuesto en el artículo 17, letra a), de la LOCMP puede
encomendar a la División y a las Unidades Regionales, además de las funciones comprendidas en los artículos 20, letra f),
y 34, letra e), otras que estimare necesarias para el adecuado cumplimiento del deber de protección que se le ha asignado
como función al Ministerio Público.
La División Nacional también debe velar porque los fiscales apliquen correctamente las instrucciones generales dictadas
por el Fiscal Nacional para el cumplimiento de la función de protección de las víctimas. También le corresponde a la
División velar porque los fiscales cumplan con su deber de facilitar la intervención de la víctima en el procedimiento y
de evitar o disminuir al mínimo cualquier perturbación que tuvieren que soportar con ocasión de los trámites en que
debieren intervenir.
Como se sabe, entre el Ministerio Público y la policía existe una dependencia funcional. Al respecto, el Fiscal Nacional
tiene la obligación de impartir instrucciones generales a la policía para el efectivo cumplimiento del deber de prestar
auxilio a la víctima, sin necesidad de recibir instrucciones particulares previas de los fiscales.
2. Derecho a un trato digno
Como se ha venido advirtiendo, una de las características más relevantes del sistema inquisitorio es que los involucrados
en el procedimiento penal son considerados objetos de él y no sujetos rodeados de derechos (personas). Por lo mismo, el
CPcsalP consulta normas que invierten ese criterio y que persiguen evitar, principalmente, el daño sicológico o moral de
la víctima producto de su intervención en el procedimiento.
La legislación procesal penal asume como deber de los fiscales impedir o mitigar esta victimización secundaria. Confirma
esta idea el artículo 78 CPcsalP que los obliga durante todo el procedimiento a adoptar medidas, o solicitarlas, en su
caso, para facilitar la intervención en él y, como ya se ha dicho, evitar o disminuir al mínimo cualquier perturbación que
tuvieren que soportar las víctimas con ocasión de los trámites en que debieren intervenir.
La policía y los demás organismos auxiliares también tienen el deber de dar un trato digno a la víctima y el código exige
expresamente en el inciso 3° del artículo 6° que se le otorgue a ella un trato acorde con esa condición, procurando facilitar
al máximo su participación en los trámites en que debiere intervenir.
Las disposiciones anteriormente anotadas han resultado respaldadas por instrucciones generales emanadas de la Fiscalía
Nacional, para el cumplimiento de las tareas de investigación con respeto a la dignidad de la víctima. Ejemplo de ello
es que los fiscales al tomar declaración a la víctima deben evitar o disminuir al mínimo cualquier perturbación que ella
tuviere que soportar con ocasión de las diligencias que tuvieren que practicarse, empleando siempre un lenguaje adecuado
a su condición de víctima.
3. Derecho a información
Si se le reconoce la calidad de interviniente, resulta de fundamental importancia la información a la que pueda tener
acceso la víctima para ejercer eficientemente sus derechos.
La letra a) del artículo 78 CPcsalP obliga al MP a entregarle información acerca del curso y resultado del procedimiento,
así como de sus derechos y de las actividades que debiere realizar para ejercerlos. Es necesario subrayar que la víctima no
necesita otorgar mandato de patrocinio y poder a un abogado para que se le entregue información. No debe perderse de
vista que la etapa de investigación es desformalizada y no puede imponerse a la víctima la formalidad de comparecencia
prevista en la Ley N° 18.120. Lo anterior se encuentra reforzado por lo dispuesto en el inciso final del artículo 78, esto es,

60
que si la víctima hubiere designado abogado, el MP estará obligado “… también…” a realizar a su respecto la actividad
señalada en la letra a) del artículo 78.
Como consecuencia de la existencia de la norma antes citada es que el MP al tiempo de tomar declaración a la víctima
le debe informar de los derechos previstos en el artículo 109 y las actividades que debe realizar para ejercerlos.
En conformidad, también, con este derecho de la víctima es que el MP debe informarle que, para ser oída antes de que se
pida o resuelva la suspensión condicional del procedimiento o su término anticipado, o que para ser oída por el tribunal
antes de pronunciarse acerca del sobreseimiento temporal o definitivo u otra resolución que pusiere término a la causa,
debe solicitarlo expresamente.
Es menester considerar que la víctima en ejercicio de su derecho de información puede acceder a los registros y a los
documentos de la investigación del Ministerio Público, según se desprende de los artículos 182, 227 y 228 CPcsalP con
relación al inciso final del artículo 8° LOCMP, y a los registros del MP en que se deja constancia de los casos en que
se aprobare la suspensión condicional del procedimiento o un acuerdo reparatorio (inciso final artículo 246 CPcsalP).
Además, el artículo 137, norma que regula la difusión de derechos, establece que en todo recinto del Ministerio Público,
de los juzgados de garantía, de los tribunales de juicio oral en lo penal, de la policía y de la Defensoría Penal Pública,
deberá exhibirse en un lugar destacado y claramente visible al público un cartel en el cual se consignen los derechos de
las víctimas.
Por último, la vigencia actual del artículo 25 del COT permite sostener que a la víctima también le asiste el derecho de
información respecto de los tribunales.
4. Derecho a la acción
Por un lado, aunque en estricto rigor no se trata del ejercicio de una acción penal, la víctima está facultada para efectuar
una denuncia, esto es, comunicar directamente al Ministerio Público o a los funcionarios de Carabineros de Chile, Policía
de Investigaciones y, en su caso, Gendarmería de Chile el conocimiento que tuviere de la comisión de un hecho que
revistiere el carácter de delito (artículo 173 CPcsalP). Por otro lado, existen hechos que no pueden ser investigados sin
que exista previamente, a lo menos, una denuncia de la víctima ante los tribunales, el Ministerio Público o la Policía. Así
ocurre en los denominados delitos de acción penal pública previa instancia particular (artículo 54 CPcsalP).
En el procedimiento penal acusatorio no solo el MP puede deducir la acción penal, pues debe tenerse presente que el
ejercicio de la acción penal pública siempre es posible por la víctima si formula previamente una querella y ejerce la
acusación respectiva, según lo dispone expresamente el artículo 109, letra b), que debe relacionarse con el artículo 261,
letra a), del CPcsalP.
Por último, existen casos en que la acción penal solo puede ser ejercida por la víctima, sin que exista participación alguna
del MP en la tramitación del procedimiento, tal es el caso de los delitos de acción penal privada a que se refiere el artículo
55 CPcsalP.
5. Derecho de participación
Una de las ventajas de otorgar a la víctima la calidad de interviniente en el procedimiento penal es que ella está dotada
de diversas facultades de actuación que no solo le confieren mayor presencia en el procedimiento penal, sino que también
le permiten ejercer un cierto control de la actividad del Ministerio Público y de los tribunales.
5.1. Participación y control respecto de la actividad del Ministerio Público
A quien corresponde la función de investigación y ejercicio de la acción penal pública es al Ministerio Público; sin embargo,
en las actividades que desarrolla tal órgano para la consecución de los fines antedichos, es posible que la víctima despliegue
facultades de actuación que impliquen un cierto contrapeso y control sobre ellos.
En primer lugar, durante la investigación la víctima puede solicitar al fiscal a cargo de ella la realización de todas aquellas
diligencias que considerare pertinentes y útiles para el esclarecimiento de los hechos (artículo 183 CPcsalP).

61
En segundo lugar, también debe apuntarse como un aspecto del derecho de participación el caso a que se refiere la letra d)
del artículo 109 CPcsalP (relacionar con el artículo 78 letra d); esto es, que si la víctima lo solicitare el MP está obligado
a oírla antes de que se pida o de que se resuelva la suspensión del procedimiento o su terminación anticipada.
En tercer lugar, la víctima puede oponerse a las formas anticipadas de término del procedimiento; vale decir, si el
Ministerio Público decide archivar provisionalmente la investigación, en conformidad a lo dispuesto en el inciso final del
artículo 167 CPcsalP, la víctima puede solicitar al persecutor penal la reapertura del procedimiento y la realización de
diligencias de investigación. Además, puede reclamar de la denegación de dicha solicitud ante las autoridades superiores
del Ministerio Público y, si lo estima conveniente, provocar la intervención del juez de garantía deduciendo querella,
intervención que también puede provocar si el MP decide no iniciar investigación.
Cuando el MP decide aplicar el principio de oportunidad (abstenerse de la persecución penal o abandonarla) existen dos
momentos en que la víctima puede intervenir en el procedimiento ejerciendo sus derechos de interviniente. El primer
caso se produce cuando la víctima solicita al juez de garantía que deje sin efecto la decisión del MP, porque ha excedido
sus atribuciones, ya sea porque la pena mínima prevista para el hecho en cuestión excede la de presidio o reclusión
menores en su grado mínimo, o porque se trata de un delito cometido por un funcionario público en el ejercicio de sus
funciones; o bien cuando solicita que se deje sin efecto la decisión del Ministerio Público, porque tiene interés en el inicio
o en la continuación de la persecución penal. El segundo caso se verifica extrajudicialmente, ante el MP. La víctima no
solamente puede reclamar ante el juez de garantía sobre la decisión de un fiscal respecto del ejercicio del principio de
oportunidad, también es posible que pueda reclamar de tal decisión ante las autoridades del Ministerio Público, en virtud
de lo dispuesto en los incisos 5° y 6° del artículo 170 CPcsalP.
En este último caso aparece claramente que los intereses de la víctima resultan valiosos y preponderantes, pues, a pesar
de la inexistencia de un compromiso grave para el interés público, podría suceder que se deje sin aplicación el principio
de oportunidad para atender al interés concreto de la víctima.
Finalmente, hay que enfatizar que también es posible incluir dentro del derecho de participación la facultad de la víctima
de oponerse a la solicitud de sobreseimiento o a la facultad del MP en orden a no perseverar en el procedimiento mediante
el forzamiento de la acusación (artículo 258 CPcsalP).
5.2. Participación y control respecto de la actividad de los tribunales
Junto con la reforma procesal penal se advierte una tendencia a la simplificación de la doble instancia en la etapa de
recursos. Uno de los fundamentos de este criterio estatal es el fortalecimiento de los controles horizontales por sobre los
verticales, el que se produce en alguna medida proporcionando mayores facultades de actuación a los intervinientes en
el procedimiento penal. Efectivamente, la víctima tiene derecho a ser oída por el tribunal, si lo solicitare, antes de que
este se pronuncie acerca del sobreseimiento temporal o definitivo o antes que dicte otra resolución que pusiere término
al procedimiento (artículo 109, letra e); sin embargo, siempre tiene a salvo su derecho a la vía recursiva impugnando la
resolución que sobresee temporal o definitivamente el procedimiento o la sentencia absolutoria, aun cuando no hubiere
intervenido en aquél (artículo 109, letra f).
6. Derecho a la reparación del daño causado por el delito
El artículo 6° que, como se dijo, contiene el principio de protección de la víctima, fue objeto de modificación por la
Ley N° 19.789, del 30 de enero de 2002, que intercaló el actual inciso segundo. Desde entonces se obliga a los fiscales a
promover durante el curso del procedimiento acuerdos patrimoniales, medidas cautelares u otros mecanismos que faciliten
la reparación del daño causado a la víctima. Si bien se entiende que el MP no es abogado de la víctima, esta disposición
en alguna manera contradice esa afirmación, no se pierda de vista que se trata de un deber y no una mera facultad del
órgano persecutor. En consecuencia, velar por la protección de la víctima lo convierte en promotor de la reparación del
daño que a ella le ha causado el delito.
Con la consagración legal de esta calidad de promotor asignada al MP se han producido algunas consecuencias de orden
práctico. Así, existe la tendencia a considerar que cuando concurren los requisitos para la procedencia de la suspensión
condicional del procedimiento, si del hecho derivan efectos penales y civiles y el imputado se encuentra en condición

62
de reparar el daño, debe preferirse por los fiscales la condición establecida en la letra e) del artículo 238 CPcsalP; vale
decir, el pago de una suma de dinero a título de indemnización de perjuicios en favor de la víctima, o bien garantizar
debidamente su pago.
Sin perjuicio de lo que se ha dicho precedentemente, otra manifestación de este derecho se produce a propósito de la
aplicación de la salida alternativa denominada acuerdo reparatorio. Del examen de las normas que lo regulan se desprende
que no interviene en el acuerdo el Ministerio Público, pues se trata de un caso en que se privilegia el interés concreto de la
víctima e imputado por sobre el interés público del que vela aquel; sin embargo, por la vía de la promoción que se viene
señalando es que el rol del Ministerio Público ha dejado de ser secundario. Se han dictado instrucciones generales (Oficio
60-2014), complementando la norma procesal penal del Art. 6°, estableciéndose como deber de los fiscales propender a
los acuerdos reparatorios favoreciéndolos.
También debe tenerse presente, aunque se trata más bien de aspectos ligados al derecho de protección e información
precedentemente analizados, que los fiscales deben informarle a la víctima sobre su eventual derecho a indemnización y
la forma de impetrarlo, y remitir los antecedentes, cuando correspondiere, al organismo del Estado que tuviere a su cargo
la representación de la víctima en el ejercicio de las respectivas acciones civiles (artículo 78, letra c).
Por último, también se concibe en el sistema la posibilidad que tiene la víctima de ejercer en el procedimiento penal
acciones restitutorias y reparatorias que persiguen hacer efectiva la responsabilidad civil derivada del delito, según se
desprende de los artículos 59 y sgtes. y 189 del CPcsalP.
V. El querellante en el sistema procesal penal acusatorio
Una de las críticas frecuentes que se formulan a la reforma procesal penal es la de considerar dentro de su estructura la
existencia del querellante como conductor alternativo de la acción penal pública. Las críticas se intensifican cuando se
advierte con cierto pavor que, incluso, puede sustituirse en la persecución penal en virtud de lo que se ha denominado
forzamiento de la acusación, según se desprende del artículo 258 del CPcsalP. Se esperaba que con el abandono del sistema
inquisitorio, desaparecieran junto con él algunas de sus instituciones emblemáticas; sin embargo, la reforma procesal penal
ha optado por hacer subsistir en el derecho procesal penal la impronta del querellante, en forma paralela a la del Ministerio
Público como persecutor penal.
El artículo 12 considera interviniente al querellante, mas para que un sujeto en el procedimiento adquiera tal calidad
es necesario que ejerza la querella respectiva, de lo contrario no se advierte la forma en que una persona pudiera tener
la calidad de querellante, luego la de interviniente, sin que se formule previamente una querella. En consecuencia, el
querellante es interviniente desde que presenta la querella respectiva, porque desde ese momento le permite la ley ejercer
facultades determinadas. En este sentido cobra valor, también, el argumento del legislador para distinguir entre parte
e interviniente en cuanto que esta última es una persona con facultad de actuación en el procedimiento, aun cuando no
tenga calidad de parte; en efecto, mientras el querellante no ejerza la acción penal pública interponiendo una acusación
no es parte, pero es interviniente52.
Fuera de lo señalado precedentemente, se aprecian en el CPcsalP diversos casos que comprenden facultades de actuación
del querellante como interviniente, que incluso no tenía la víctima antes de la vigencia de la Ley N° 20.074 y que causaba
desconcierto, especialmente si se considera que la calidad de querellante se extiende a otras personas distintas a la
víctima y que esta podría no ejercer querella. Así, por ejemplo, el artículo 237 dispone que el querellante que asistiere a
la audiencia en que se ventilare la solicitud de suspensión condicional del procedimiento deberá ser oído por el tribunal
(recuérdese que, antes de la vigencia de la Ley N° 20.074, el tribunal solo estaba obligado a oír al querellante y recién
con la aparición de dicha ley se obligó al juez a oír a la víctima). El artículo 258, como se advirtió precedentemente,
autoriza el forzamiento de la acusación en favor del querellante si el Ministerio Público decide solicitar el sobreseimiento
de la causa o no perseverar en el procedimiento; el artículo 261 autoriza al querellante para adherirse a la acusación del
Ministerio Público o acusar particularmente, también para señalar vicios formales y requerir su corrección si se detectan
en la acusación fiscal. En fin, le es posible ofrecer prueba para sustentar su acusación y deducir demanda civil en los
casos que proceda.
1. Calidad de querellante en el CPcsalP

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La calidad de querellante, esto es, la titularidad para ejercer querella se encuentra más restringida en el nuevo sistema,
pues, como se recordará, en el antiguo puede ejercer querella criminal respecto de delitos de acción penal pública cualquier
persona capaz de parecer en juicio que no tenga especial prohibición de la ley para querellarse (artículo 93 CPP). En
cambio, en el sistema acusatorio la situación de los titulares para ejercer querella se organiza por el artículo 111 del
CPcsalP, distinguiéndose dos grupos distintos de ellos.
1.1. La víctima
Según el inciso 1° del artículo 111, pueden interponer querella desde luego la víctima (debe entenderse tanto la víctima
principal como la sustitutiva), su representante legal y su heredero testamentario.
En la redacción original del inciso primero, en vez del heredero testamentario se indicaba al guardador, pero se suprimió
la referencia por estimarse que debe considerarse comprendido dentro de los representantes y de las personas que pueden
denunciar. Sin embargo, no se explica la razón por la cual se considera al heredero testamentario, sin incluir a los
herederos ab intestato. La omisión no es irrelevante si se tiene en consideración que, por regla general, las personas
mueren intestadas. Además, en ausencia de la víctima principal, podría interpretarse que al ejercer querella como víctima
sustitutiva, por ejemplo, un ascendiente (la madre) se excluiría la posibilidad (por prelación) de que un hermano de la
víctima, que no ha sido nombrado heredero testamentario, pueda ejercer querella, en tanto que al nombrársele, por el
causante, tal heredero testamentario podría ejercer válidamente querella pese a la intervención anterior de la madre de
la víctima.
1.2. Cualquier persona capaz de parecer en juicio
El inciso 2° del artículo 111 autoriza la presentación de la querella a cualquier persona capaz de parecer en juicio; sin
embargo, exige la concurrencia de ciertos requisitos:
a) Que se trate de una persona domiciliada en la provincia en que se haya cometido el hecho punible que motiva la
querella;
b) Que se trate de hechos punibles que constituyeren delitos terroristas;
c) Que se trate de delitos cometidos por un funcionario público que afectaren derechos de las personas garantizados por
la CPRCH (relacionar con el Párrafo IV, Título III, Libro II: arts. 148 a 161-B del CP), o
d) Que se trate de delitos cometidos por un funcionario público contra la probidad pública.
La Ley N° 20.074 eliminó una segunda posibilidad de acción popular. En el antiguo inciso 3° del artículo 111 también
se facultaba para deducir querella a cualquier persona capaz de parecer en juicio, siempre que ella tuviera domicilio en
la región en la que se cometió el delito. Se exigía, además, que se tratara de delitos que afectaran intereses sociales
relevantes o delitos que afectaren intereses de la colectividad en su conjunto.
Durante la vigencia de la reforma en los primeros cinco años, nunca pudo determinarse el sentido y alcance de aquella
segunda posibilidad de sujeto querellante, especialmente las expresiones “… intereses sociales relevantes o de la colectividad
en su conjunto…”, y el legislador optó por eliminarla, restringiendo aún más la titularidad de la acción53. De esta suerte,
en virtud de la nueva redacción del inciso 3°, únicamente se menciona como titulares, fuera de las restantes hipótesis del
artículo 111, a los órganos y servicios públicos solo cuando sus respectivas leyes orgánicas les otorguen expresamente las
potestades correspondientes. Esta modificación debe relacionarse, por ejemplo, con el párrafo segundo, nuevo, de la letra
a) del artículo 3° del Decreto con Fuerza de Ley N° 7.912, de 1927, del Ministerio del Interior, que regula los casos en
que el Ministro del Interior, los Intendentes y Gobernadores pueden interponer querella.
2. Oportunidad para deducir querella
La querella puede presentarse en cualquier momento, mientras el fiscal no declare cerrada la investigación. Se presenta la
duda en el caso de que, cerrada la investigación, ella se reabriere en las hipótesis del artículo 257 CPcsalP. La pregunta
que cabe hacerse es si puede estimarse oportuna la presentación de la querella durante la investigación que se realice luego
de la reapertura. A modo de respuesta, parece no existir mayor inconveniente en afirmar que dado que la causa vuelve
al estado de investigación (artículo 257, inciso 2°, CPcsalP: “… reabrir…”), debe permitirse la presentación de querella.

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3. Requisitos de la querella
Ante todo, debe tenerse en cuenta que la querella es un acto escrito que habilita a quien la presenta para ejercer la acción
penal y los demás derechos que le asigna la ley procesal penal.
Merece destacarse que, salvo el requisito de ofrecimiento de la fianza de calumnia y la petición de admisibilidad a que se
refieren los números 6 y 7 del artículo 94 del CPP, entre esa disposición y el artículo 113, que contiene los requisitos de
la querella en el CPcsalP, no existe prácticamente ninguna diferencia que permita afirmar una variación entre el sistema
inquisitorio y el acusatorio.
La querella debe presentarse por escrito ante el juez de garantía, quien realizará, en principio, un examen de admisibilidad
para verificar que concurren las exigencias formales que a continuación se indican:
a) La designación del tribunal ante el cual se entablare.
b) El nombre, apellido, profesión u oficio y domicilio del querellante.
c) El nombre, apellido, profesión u oficio y residencia del querellado, o una designación clara de su persona, si el
querellante ignorare aquellas circunstancias. El CPcsalP autoriza que si se ignoraren dichas determinaciones, siempre
pueda deducirse querella para que se proceda a la investigación del delito y al castigo del culpable.
d) La relación circunstanciada del hecho, con expresión del lugar, fecha y hora en que se hubiere ejecutado, si se supieren.
e) La expresión de las diligencias cuya práctica se solicitare al Ministerio Público.
f) La firma del querellante o la de otra persona a su ruego, si no supiere o no pudiere firmar.
En la práctica, suele ocurrir con gran frecuencia —innecesariamente porque no lo exige la norma procesal penal— que se
indique detalladamente la norma penal infringida y cómo se infringe.
4. Admisibilidad
La admisibilidad, por regla general, es una evaluación jurídica únicamente formal que realiza el juzgado de garantía sobre
el contenido de ella. Sin embargo, el artículo 114 (letras c y d) del CPcsalP otorga facultades más amplias al juez, quien,
incluso, puede hacer un examen sobre los hechos expuestos y sobre la responsabilidad penal del imputado si lo hay.
En suma, presentada la querella y efectuado el examen de admisibilidad el juez de garantía puede adoptar una de las
siguientes actitudes:
4.1. Declaración de ineptitud del libelo
Si el juez de garantía estima que no concurre alguno de los requisitos formales que señala el artículo 113, antes de declarar
su inadmisibilidad ordenará que se subsanen los defectos dentro de tercero día.
4.2. Declaración de inadmisibilidad
El juez de garantía no admitirá la querella a tramitación cuando concurre alguna de las siguientes circunstancias men-
cionadas en el artículo 114 del CPcsalP:
a) Que fuere presentada extemporáneamente. Es decir, después que se encuentre cerrada la investigación.
b) Que habiéndose otorgado por el juez de garantía un plazo de tres días para subsanar los defectos que presentare por
falta de alguno de los requisitos del artículo 113, el querellante no realizare las modificaciones pertinentes dentro de dicho
plazo.
c) Que los hechos expuestos en la querella no fueren constitutivos de delito.
Debe tratarse de situaciones fácticas inaceptables desde un punto de vista jurídico para que se produzca esta causal,
pues de otro modo el juez de garantía se entrometería en la función de investigación del Ministerio Público, a quien
corresponde exclusivamente averiguar si el hecho que se inquiere constituye o no delito.

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d) Que de los antecedentes contenidos en la querella apareciere de manifiesto que la responsabilidad penal del imputado
se encuentre extinguida. En este caso, la declaración de inadmisibilidad se realizará previa citación del Ministerio Público.
Resulta difícil explicar por qué la exigencia de citar al Ministerio Público no se formuló también en la letra c) del
artículo 114 CPcsalP.
e) Cuando se dedujere por persona no autorizada por la ley.
a) Recurso de apelación
La resolución que declare inadmisible la querella es apelable en el solo efecto devolutivo, según se desprende del artículo
115 CPcsalP.
4.3. Declaración de admisibilidad
Si la querella es admitida a tramitación, el juez deberá remitir los antecedentes al Ministerio Público y el querellante,
eventualmente, podrá hacer uso de los derechos a que se refiere el artículo 261 CPcsalP.
Sin perjuicio de lo señalado precedentemente, si no se diere curso a una querella en que se persiguiere un delito de acción
penal pública o previa instancia particular, por extemporánea o por no haberse subsanado los defectos que la afectan
(letras a y b del artículo 114 CPcsalP), el juez la pondrá en conocimiento del Ministerio Público para ser tenida como
denuncia, siempre que no le constare que la investigación del hecho hubiere sido iniciada de otro modo (artículo 117
CPcsalP). El problema que genera esta ocurrencia del legislador, al menos en el caso de extemporaneidad de la querella,
es que si ya está cerrada la investigación, el MP se complicará con la denuncia, tanto porque ella es una forma de iniciar el
procedimiento, que ya estará cerrado en su primera etapa (investigación) y que no puede reabrirse sino por orden judicial,
cuando el MP hubiere rechazado diligencias de investigación solicitadas oportunamente por los intervinientes o no se ha
pronunciado respecto de ellas (Art. 257 CPcsalP), como porque si el MP —a raíz de la nueva “denuncia”— tuviera que
investigar el hecho contenido en ella y presentar la respectiva acción penal, tropezará con la aplicación del ne bis in idem
regulado en el Art. 1°, si el imputado resulta condenado, absuelto o sobreseído definitivamente en el procedimiento donde
no se ha dado curso a la querella.
a) Recurso de apelación
La resolución que declara admisible la querella es inapelable.
5. Prohibición de querella
El CPcsalP (artículo 116) prohíbe a ciertas personas ejercer acción penal pública (también la acción penal privada)
basándose en razones de moral familiar. No obstante, a las personas que menciona la disposición les queda a salvo el
derecho para formular la denuncia respectiva.
En suma, no pueden querellarse entre sí:
a) Los cónyuges.
Pero podrán hacerlo cuando se trate de presentar querella respecto de delitos que hubiese cometido un cónyuge en
contra del otro o contra sus hijos. También es posible la querella por el delito de bigamia.
No aclara la disposición a qué se refiere con la expresión “… sus hijos…”, esto es, si a los hijos del otro cónyuge, a los
comunes o únicamente a los del imputado. Aunque desde un punto de vista lógico pudiera afirmarse que se trata de los
hijos del cónyuge querellante, también podría afirmarse que si la ley no distingue no corresponde al intérprete distinguir;
en consecuencia, la excepción comprendería a todos los hijos, sean de uno de los cónyuges o a los comunes.
b) Los convivientes civiles, a no ser por delito que uno hubiere cometido contra el otro o contra sus hijos54.
c) Los consanguíneos en toda la línea recta, los colaterales y afines hasta el segundo grado.
Pero podrá deducirse querella si se trata de delitos cometidos por uno contra los otros, o contra su cónyuge o hijos.
Se hace la misma observación anterior, en el sentido de que no está claro el alcance de la norma respecto de los hijos.

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Un caso que merece atención es el del denunciante. El artículo 178 del CPcsalP, que se refiere a los derechos del
denunciante, señala que por la denuncia no “… adquirirá el derecho a intervenir posteriormente en el procedimiento…”. Si
no se trata de la víctima, pareciera que la prohibición de querella se extiende también al denunciante-querellante, aunque
se encuentre dentro de las hipótesis del artículo 111, incisos 2° y 3°, del CPcsalP. Sin embargo, podría interpretarse
o afirmarse que lo que impide el artículo 178 citado precedentemente es que intervenga en el procedimiento invocando
únicamente la calidad de denunciante, pero nada obsta a su intervención como querellante si concurren los requisitos
legales.
6. Desistimiento
El desistimiento es un acto en virtud del cual el querellante se desprende de su derecho a intervenir en el procedimiento
penal y, eventualmente, a ejercer la acción penal o perseverar en ella.
En esta materia el artículo 118 CPcsalP autoriza al querellante para desistirse de la querella intentada.
6.1. Oportunidad
El desistimiento puede tener lugar en cualquier momento del procedimiento.
6.2. Efectos
El desistimiento produce efectos para querellante y querellado:
a) Para el querellante
Si el querellante se desiste de la querella, serán de su cargo las costas propias y queda sujeto a la decisión general sobre
costas que dictare el tribunal al finalizar el procedimiento. Además, aunque no lo señala expresamente el artículo 118, el
querellante queda impedido de ejercer la acción penal o continuar con ella.
b) Para el querellado
A menos que el querellado hubiese aceptado expresamente el desistimiento del querellante, le queda a salvo su derecho
para ejercer la acción penal, en caso de que la querella (o acusación) resulte calumniosa (artículo 211 CP), y/o la acción
civil para demandar los perjuicios que se hubieren causado en su persona o bienes y las costas.
Finalmente, ha de tenerse a la vista que nada dice el código sobre la facultad del querellado para oponerse al desistimiento,
pero si se tiene presente lo dispuesto expresamente por el CPcsalP en el inciso 2° del artículo 401 para los casos de delito
de acción penal privada, queda la impresión de que el querellado no puede oponerse a él, pues se hubiera señalado.
7. Abandono de la querella
El CPcsalP entiende por abandono de la querella la inactividad del querellante respecto de determinadas diligencias del
procedimiento que, en consecuencia, le impedirá en lo sucesivo ejercer los derechos que en su calidad de tal le confiere el
código.
En conformidad a lo dispuesto en el artículo 120 del CPcsalP, el que interpone querella incurre en abandono:
a) Cuando no adhiriere a la acusación fiscal o no acusare particularmente en forma oportuna (relacionar con el artículo
261 CPcsalP).
b) Cuando no asistiere a la audiencia de preparación de juicio oral sin causa debidamente justificada.
c) Cuando no concurriere a la audiencia del juicio oral o se ausentare de ella sin autorización del tribunal.
7.1. Efectos del abandono
Como se advirtiera precedentemente, el querellante queda impedido de ejercer los derechos que en esa calidad le confiere
el CPcsalP. Y por disposición expresa del artículo 47, inciso 2°, del CPcsalP soportará las costas de su intervención en el
procedimiento.
7.2. Recursos

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La resolución que declara el abandono, según lo dispone el artículo 120 CPcsalP, es apelable en el solo efecto devolutivo,
en cambio la que negare el abandono es inapelable.

NOTAS:

1 Véase a Roxin, Claus, op. cit., pág. 114.


2 La variación en el número de jueces fue introducida por la Ley N° 20.876.
3 Téngase presente que no existe una disposición legal que señale expresamente ante quién deba hacerse valer una
recusación de un juez de un juzgado de garantía o de un juez de un tribunal de juicio oral en lo penal. Relaciónese lo
anterior con lo dispuesto en los Arts. 116 del CPC y 204 del COT, que solo alcanza para resolver dicho problema respecto
del juez de letras con competencia común.
4 Aquí se utiliza el término “colegiado” únicamente para designar a un juzgado de garantía que tiene dos o más
jueces. Véase a Casarino Viterbo, Mario, Manual de Derecho Procesal, tomo I, Derecho Procesal Orgánico, 2000, pág.
74.
5 Paillas, Enrique, Derecho Procesal Penal, vol. I, 1984, pág. 22.
6 Paillas, Enrique, op. cit., pág. 34.
7 Actualmente corresponde al capítulo VII, arts. 83 a 91, según la modificación introducida a la CPRCH por la
Ley N° 20.050, de 26 de agosto de 2005.
8 Véase, por ejemplo, a Horvitz, María y López, Julián, op. cit., pág. 147.
9 Sobre la intervención de asesores en la audiencia de juicio oral, véase el procedimiento RUC Nº 1100203238-6,
por homicidio de la menor boliviana Paola Pacaje.
10 Recuérdese que los artículos 9° y 9° ter fueron derogados por la Ley N° 20.880, sobre probidad pública y conflictos
de interés; en consecuencia, solo subsiste para efectos del inciso final del artículo 2° LOCMP la obligación de declaración
jurada de no depender el abogado asistente de sustancias o drogas ilegales impuesta por la subsistencia del artículo 9°
bis.
11 El inciso 1° del artículo 78 bis utiliza, incorrectamente, la expresión “proceso penal” en vez de procedimiento
penal, lo que supondría, también erróneamente, que, por consistir el proceso penal únicamente en discusión, prueba y
fallo (o sea, la etapa principal), el persecutor penal no tiene obligación de protección con las víctimas en las otras etapas
del procedimiento penal. Cabe considerar, no obstante, que la Ley 21.057 ha derogado el art. 78 bis CPcsalP.
12 Horvitz, María y López, Julián, op. cit., pág. 124.
13 Horvitz, María y López, Julián, op. cit., pág. 134.
14 Volk, Klaus, op. cit., pág. 16.
15 La LOCMP no resuelve el problema consistente en la renuncia de un candidato que ya ha sido seleccionado en la
quina, encontrándose pendiente la designación presidencial. ¿Debe completarse la quina o debe continuar el proceso con
los restantes? La solución legal es necesaria, para evitar la especulación política como sucedió en el concurso de fines de
2022.
16 El N° 39 del artículo 1° de la Ley N° 20.050, de 26 de agosto de 2005, modificó tácitamente el inciso 1° del artículo
30 de la Ley N° 19.640 que contemplaba un plazo original de 10 años. Casi 10 años más tarde, el Art. único N° 2 de la
Ley N° 20.861, de 20 de agosto de 2015, modificó expresamente los Arts. 16 y 30, fijando en ocho años la duración de los
cargos de Fiscal Nacional y Fiscal Regional.
17 La Corte Suprema, en su resolución AD-819-2006, de fecha 31 de enero de 2007, a propósito de la remoción
del Fiscal Regional de la IX Región, Francisco Ljubetic, sobre la causal “negligencia manifiesta”, ha señalado en el

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considerando vigésimo cuarto que “… aunque la ley no define la expresión negligencia, el Diccionario de la Real Academia
de la Lengua la hace consistir en ‘descuido, omisión; falta de aplicación o diligencia’, pero existe consenso en general, en
todo caso, en que la infracción de un deber configura uno de sus requisitos integrantes. Esta obligación consiste en la
diligencia o cuidado en la ejecución de los propios actos de tal modo que no ocasionen daño a terceros y que respecto de
los funcionarios o servidores públicos adquiere trascendencia capital en cuanto afecta su misión. La locución ‘manifiesta’
significa ‘evidente, cuando aparezca de modo seguro y rápido, sin posibilidad de disenso y utilidad de discusión’ o con
arreglo al Diccionario antes aludido, envuelve la acepción de ‘descubierto, patente, claro…’. (Así lo resolvió este Tribunal
en la causa rol N° 86-2005, sobre remoción de doña Esmirna Vidal)”.
18 La Ley N° 20.880, de fecha 5 de enero de 2016, derogó los artículos 9°, 9° ter y 47, que, en la LOCMP, regulaban
la declaración de intereses.
19 Beulke, Werner, op. cit., pág. 38.
20 Al respecto, téngase presente que el Art. 21 de la Ley N° 20.285 (sobre acceso a la información pública) establece
cuáles son las únicas causales de secreto o reserva en cuya virtud se podrá denegar total o parcialmente el acceso a
la información y consagra como una de tales causales en el N° 1 a) el “… desmedro de la prevención, investigación y
persecución de un crimen o simple delito…”.
21 Las inhabilitaciones, hasta la publicación, el 20 de agosto de 2015, de la Ley N° 20.861, que solo alcanzaban a los
(las) cónyuges del (la) fiscal, se extienden al (la) conviviente civil. Lo mismo cabe señalar respecto de las incapacidades,
incompatibilidades y
prohibiciones; es decir, lo que se aplicaba al cónyuge, a partir del 20 de agosto de 2015, se extiende también al conviviente
civil.
22 Una notoria aplicación práctica de la norma se produjo a propósito de las afirmaciones (“… la Ley de Pesca
es una ley en cuya formación se cometieron delitos…”; “… En consecuencia, en el proceso de formación de la ley hay
corrupción…”) que el Fiscal Regional del Ministerio Público de O’Higgins, a cargo de la investigación en el caso Corpesca,
formulara en un medio de comunicación chileno y que derivó en un sumario administrativo en su contra. Sobre el punto,
véase el diario La Tercera, de fecha 15 de agosto de 2016.
23 En esta materia viene a la memoria lo argumentado por la policía alemana, cuestionada por apremiar al imputado
(estudiante de derecho) por el secuestro de un menor, justificando los apremios (amenaza de emplearse violencia física),
puesto que, atendidas las circunstancias, era más importante encontrar con vida a la víctima menor de edad, que finalmente
apareció muerta, que el éxito de la investigación. Sobre este famoso caso, véase la tesis doctoral de Cano, Miguel Ángel,
En los límites de la exclusión de responsabilidad penal. El caso “Jakob von Metzler” y el empleo de tortura en el Estado
de Derecho, Universidad de Murcia, Murcia, 2015.
24 Cabe destacar que la Ley N° 20.931, a través de su artículo 2°, número 1, letras a), i), reemplazó el párrafo
primero del artículo 83. La nueva redacción obliga a la clausura o aislamiento, sin especificar cuándo hay que clausurar
y cuándo hay que aislar. La antigua redacción era más afortunada, pues señalaba expresamente que había clausura si
se trataba de local cerrado y aislamiento si se trataba de lugar abierto. Además, la norma nueva define sitio del suceso
—o lo intenta— como el lugar donde se hubiere cometido un delito y extiende la definición al lugar donde se encontraren
señales o evidencias de su perpetración, en ambos casos sean ellos abiertos o cerrados, públicos o privados.
25 La Ley N° 20.931, a través de su artículo 2°, número 1, letras a), i), agregó, innecesariamente, la expresión
“modifiquen”, pues la alteración siempre comprende la modificación.
26 La Ley N° 20.931, a través de su artículo 2°, número 1, letras a), i), agregó, también innecesariamente, la expresión
“trasladen”.
27 Las expresiones “objetos del delito”, “instrumentos del delito” y “efectos del delito” que utiliza el legislador en la
letra c) están dotadas, procesalmente, de significado diverso. Objeto del delito es la persona o cosa sobre la cual recae el

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delito, en tanto que instrumento del delito es la cosa utilizada para llevarlo a cabo y efecto del delito es la cosa proveniente
de él.
28 Entiéndase por “cadena de custodia” al conjunto inalterado de registros —identidad y otros datos— sobre las
personas (naturales y jurídicas) que han tenido contacto con la evidencia, desde que se recoge en el sitio del suceso
hasta que es puesta a disposición del órgano judicial respectivo y que se hace constar, fundamentalmente (aunque no
exclusivamente), en el contenedor de aquella.
29 Véase “Circunstancias sospechosas”, en Innes, Brian, La escena del crimen, Editorial LIBSA, Madrid, 2007,
capítulo tercero, págs. 71-108. (Título original Body in Question).
30 Nótese que el artículo 180 obliga a una investigación inmediata (“… dentro de las 24 horas siguientes…”) y la
obligación abarca tanto al fiscal como a las policías, por la calidad de órgano auxiliar (lo accesorio sigue la suerte de
lo principal). Y más de lo mismo, sobre información a la brevedad entre policías y Ministerio Público, también sobre
rapidez en la aprehensión de la evidencia y responsables, puede apreciarse, por ejemplo, en el artículo 85, en el inciso 2°
del artículo 131, artículo 187, en el inciso 2° del artículo 205 y en el artículo 206.
31 Antes de la reforma introducida al código por la Ley N° 20.931 (Art. 2° N° 1, letra b), la norma en cuestión
señalaba lo siguiente: “… Identificar a los testigos y consignar las declaraciones que éstos prestaren voluntariamente,
tratándose de los casos a que se alude en las letras b) y c) precedentes…”. La referencia a las letras b) y c), bajo ese
formato, fue eliminada por dicha ley, ganando en precisión el código al indicar, siguiendo un criterio casuístico, cuándo
debe actuar la policía, sin instrucción fiscal previa, identificando y tomando declaraciones a testigos.
32 El número 4 del artículo 2° de la Ley N° 20.931, de fecha 5 de julio de 2016, eliminó en el inciso primero del
artículo 89 la frase “… cuando existieren indicios que permitieren estimar que oculta en ellos objetos importantes para
la investigación…”. Esta decisión del legislador, controvertida y resistida por los adversarios a esta reforma del artículo
89, se funda en su propósito de mejorar la persecución penal de los delitos de robos, hurtos y receptación. Habría
que agregar que, concretamente, se facilita la labor policial —aunque con deterioro de garantías fundamentales de las
personas— cuando se registra a un detenido, sus vestimentas, su equipaje o vehículo, pues sea que existan o no indicios
de ocultamientos importantes desde un punto de vista investigativo, la policía, a su antojo, puede realizar el examen (o
un mero control policial) que, hasta la modificación legal, era imposible jurídicamente.
33 Bajo la redacción actual del artículo 85, el control de identidad podría definirse como la actuación policial, que
no requiere orden previa del Ministerio Público, que tiene por objeto comprobar si una persona, de cuerpo presente, es
la misma que señala el documento que la individualiza como tal, cuando existe un indicio de que ella ha cometido o
intentado cometer delito o que se dispone a cometerlo o que pudiere suministrar información útil para la indagación de
aquel o que se ha embozado o encapuchado para ocultar, dificultar o disimular su identidad o existe algún antecedente
que permita inferir que tiene orden de detención pendiente.
34 A propósito de la discusión que generó el proyecto de ley (“Agenda Corta”), véase en el acta de la sesión 84ª de la
Cámara de Diputados, del martes 9 de octubre de 2007 (ordinaria, de 11.10 a 15.27 horas), el reproche crítico formulado
por el diputado Burgos a las reformas que sugería el gobierno de la Concertación y que, finalmente, dieron luz verde a
la ley Nº 20.253, al afirmar que: “… No se puede armar agendas de seguridad ciudadana que no dicen relación con el
problema real, a la espera del aplauso fácil…”.
35 Había jueces que afirmaban que un control de identidad efectuado por la policía no podía servir para una detención
por flagrancia, por cuanto se trataba de actuaciones autónomas. En consecuencia, si durante un control de identidad
aparecían indicios de una comisión flagrante de un delito, no era posible detener a la persona controlada, sin obtenerse,
previamente, una orden judicial. Esa argumentación les servía para declarar ilegal la detención.
36 Las circunstancias que tienen que evaluar las policías son fundamentalmente de orden espacial, temporal y físico:
lugar, fecha, hora y hallazgo, vinculadas a su experiencia profesional cotidiana. Ejemplo: en una ciudad, un fin de semana,
a las 05.00 horas, la policía ingresa a un departamento bañado con sangre y encuentra a una mujer que yace muerta
sobre el piso, con signos de violencia en su cuerpo —cortes superficiales efectuados con cuchillo—, que todavía está tibio.

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Y encuentra, también, a un hombre, vivo y sudoroso, con hálito alcohólico, sujetando un arma cortante con una de sus
manos. El hallazgo policial en ese lugar, fecha y hora, permitiría inferir indiciariamente que el hombre es sospechoso
de un homicidio que acaba de cometerse y habría fundamento para un control policial (y detención). Menos motivos, o
ninguno, existen si en el mismo lugar, fecha y hora, aquel hombre no tiene aquellos signos de sudor ni armas ni hálito
alcohólico y, además, no tiene manos.
37 La letra a) del número 2 del artículo 2° de la Ley N° 20.931 reemplazó en el inciso primero la frase “… existen
indicios…” por la expresión “… exista algún indicio…”. Así, se intenta evitar la discusión acerca del número necesario de
ellos para proceder al control de identidad. Por lo mismo, reemplazó en el inciso segundo (que pasó a ser cuarto) la frase
“… sin necesidad de nuevos indicios…” por
“… sin necesidad de nuevo indicio…”. Sobre esta materia, véase el fallo mayoritario de la Corte Suprema N° 68.838-16, de
fecha 16 de noviembre de 2016, que acogió un recurso de nulidad por estimar que un solo indicio era insuficiente para que
la policía procediera al control de identidad del imputado. Dicho fallo, además, sienta lo que debe estimarse por indicio,
señalando en su considerando octavo que solo valen elementos objetivos, rechazándose la subjetividad policial: “… Que
además de la pluralidad de indicios que exige el precepto en estudio, dicho análisis debe complementarse señalando que la
habilitación policial para proceder de manera autónoma al control de identidad —sin orden previa de la fiscalía— ha de
fundarse en elementos objetivos que puedan ser posteriormente sometidos al control judicial. Dicho de otro modo, no se
trata de una mera subjetividad o intencionalidad que crea ver o apreciar el funcionario policial, pues ello podría conducir
a la consideración de elementos discriminatorios como son los antecedentes policiales, el estilo de vestimenta, rango etario,
sector social, barrio o comuna donde ocurre la verificación de identidad. Lo exigible es la presencia de hechos objetivos
y comprobables que den sustento, seriedad y credibilidad a la intervención policial…”. Sobre la calidad de los indicios,
véanse también los fallos N° 41.060-16, de fecha 17 de agosto de 2016, y N° 62.143-2016, de fecha 18 de octubre de 2016.
38 Esta cuarta hipótesis fue agregada a indicación de la diputada Turres y los diputados Cardemil, Eluchans,
Monckeberg Bruner, Monckeberg Díaz y Ward, “inspirados” en las protestas callejeras. Sobre el punto, véase el Informe
de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia recaído en el proyecto de ley que modifica el Código Penal y el
Código Procesal Penal en materia de seguridad ciudadana y refuerza las atribuciones preventivas de las policías, en el
Boletín N° 4321-07.
39 La posibilidad de cotejo también fue introducida por la Ley N° 20.253.
40 A propósito del lugar del control, no deje de considerarse que el artículo 21, inciso cuarto, de la Ley Nº 19.327, que
regula los derechos y deberes en los espectáculos de fútbol profesional, también contiene el control de identidad a título
“preventivo” con las facultades que indica el artículo 85 CPcsalP, pero sin necesidad de indicios e incluso el control puede
realizarse fuera del recinto deportivo (en “… sus inmediaciones…”), desde una hora antes de que se abran las puertas del
recinto y hasta tres horas después del término del correspondiente espectáculo.
41 Como la situación de negación está comprendida al inicio del inciso quinto y luego en el inciso séptimo, podría
inferirse que la detención solo opera en caso de doble negación.
42 Véase el fallo N° 3849-12, de fecha 4 de julio de 2012, en que resolviendo si una persona debe ser tratada como
imputado o testigo, declara que la condición jurídica de tal o cual “… queda determinada por los actos que hubieren
ejecutado, y no por el calificativo que pudieran darles los funcionarios policiales…”.
43 La Corte Suprema, en el considerando noveno de su fallo N° 437-05, de fecha 28 de junio de 2005, sostiene
como garantías mínimas lo siguiente: “… En torno a los aspectos que contempla el derecho del debido proceso, no hay
discrepancias en aceptar que a lo menos lo constituyen el derecho de ser oído, de presentar pruebas para demostrar las
pretensiones de los intervinientes y de recurrir contra toda sentencia que estime agraviante a sus derechos…”. Como se
verá más adelante, lo que la CS refiere como garantías mínimas constituyen, ante todo, la estructura del derecho de
defensa; sin embargo, quince años más tarde, en el considerando tercero de su fallo Nº 92.059, de fecha 8 de septiembre
de 2020, prefiere discurrir en torno a una fórmula más amplia, tanto respecto del sujeto de la garantía como de su objeto:
“… Sobre los presupuestos básicos que tal salvaguardia supone, se ha dicho que el debido proceso lo constituyen a lo menos
un conjunto de resguardos que la Carta Fundamental, los tratados internacionales ratificados por Chile en vigor y las

71
leyes les entregan a las partes de la relación procesal, por medio de las cuales se procura, a vía de ejemplo, que todos
puedan hacer valer sus pretensiones en los tribunales, que sean escuchados, que puedan impugnar las resoluciones con las
que no estén conformes, en su caso que se respeten los procedimientos fijados en la ley con fidelidad a la Constitución y
que las sentencias sean debidamente motivadas y fundadas…”.
44 En su fallo Rol N° 2936-15 el Tribunal Constitucional aprecia en la presunción de inocencia una “… regla de
trato o conducta hacia el imputado, según la cual toda persona debe ser tratada como inocente mientras una sentencia
de término no declare lo contrario (nulla poena sine iudicio)…”.
45 La Ley Nº 20.592, modificando el inciso 1° del artículo 8°, obliga al juez a realizar la designación antes que tenga
lugar la primera audiencia judicial que requiera la comparecencia de dicho imputado.
46 Nótese que la redacción del inciso final del Art. 103 bis es una copia fiel de la que tenía el inciso 2° del Art. 287
antes de la publicación de la Ley N° 21.004.
47 Véase a Pérez, Jorge en su artículo “El derecho a la no autoincriminación y sus expresiones en el derecho procesal
penal”, en Derecho y Cambio Social, www.derechoycambiosocial.com.
48 Téngase en cuenta que los acuerdos reparatorios son prolíficos en casos de negligencia médica y siniestros mineros,
donde la capacidad negociadora del victimario, que goza de mayores recursos económicos, se impone a la víctima, que, ante
la duda de perder sus opciones en una audiencia de juicio oral ordinaria, termina cediendo y aceptando las condiciones
de reparación del victimario. Un claro ejemplo de ello puede advertirse en el caso del trabajador Gino Cortés Calderón,
en el procedimiento RUC N° 1010022220-0, quien, trabajando (3 de julio de 2010), perdió una de sus piernas, un poco
antes de producirse la tragedia minera conocida como “Los 33”, que sepultó a 33 trabajadores en la mina San José, cerca
de Copiapó, donde los principales imputados eran los empresarios mineros Alejandro Bohn Berenguer y Marcelo Kemeny
Fuller.
49 El conviviente civil fue agregado al Art. 108 por el numeral i) del artículo 40 de la Ley N° 20.830, de fecha 21 de
abril de 2015.
50 Tras la modificación introducida por la Ley Nº 20.830, esta letra es innecesaria.
51 La ley Nº 21.057, concebida para proteger a los menores de edad (víctimas de delitos sexuales), viene a mejorar
la situación de aquellos, previniendo la victimización secundaria de niñas, niños y adolescentes a través de medidas
especiales, como la entrevista única, la declaración judicial anticipada y la asistencia de un entrevistador calificado que
debe cumplir con los requisitos que la misma ley indica.
52 Pfeffer, Emilio, op. cit., pág. 31.
53 Eliminación cuestionable como apuesta al futuro, porque si en algún momento llegase a prosperar un nuevo Código
Penal, que contemple un estatuto de derecho penal medioambiental, se sentirá la necesidad de la norma derogada.
54 La letra b) referida al conviviente civil fue agregada al Art. 116 por el numeral ii) del artículo 40 de la Ley N°
20.830, de fecha 21 de abril de 2015.

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ABREVIATURAS:

Tabla de abreviaturas
AAJO: Auto de apertura del juicio oral
AFI: Audiencia de formalización de la investigación
AJO: Audiencia de juicio oral
AP: Archivo provisional
APJO: Audiencia de preparación del juicio oral
AR: Acuerdo reparatorio
Art., Arts.: Artículo, artículos
CA: Corte de Apelaciones
CAR: Comité de Adjudicación Regional
CDJ/CPU: Centro de Desarrollo Jurídico/Centro de Promoción Universitaria
CGR: Contraloría General de la República
CLDPP: Consejo de Licitaciones de la Defensa Penal Pública
COT: Código Orgánico de Tribunales
CP: Código Penal
CPC: Código de Procedimiento Civil
CPcsalP: Código Procesal Penal
CPP: Código de Procedimiento Penal
CPRCH: Constitución Política de la República de Chile
CPU: Corporación de Promoción Universitaria

76
CS: Corte Suprema
DFL: Decreto con Fuerza de Ley
DL: Defensoría Local
DN: Defensoría Nacional
DPP: Defensoría Penal Pública
DR: Defensoría Regional
Dr.: Doctor
Ej.: Ejemplo
EPEP: Excepciones de Previo y Especial Pronunciamiento
FI: Formalización de la investigación
FNI: Facultad para no iniciar investigación
FNP: Facultad de no perseverar en el procedimiento
FPC: Fundación Paz Ciudadana
JG: Juzgado de Garantía
LDPP: Ley N° 19.718 sobre Defensoría Penal Pública
LERL: Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes
LOC: Ley Orgánica Constitucional
LOCMP: Ley N° 19.640 Orgánica Constitucional del Ministerio Público
MC: Medidas cautelares
MP: Ministerio Público
PA: Procedimiento abreviado
pág., págs.: Página, páginas
PDO: Principio de Oportunidad
PIDCP: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
PO: Principio de oportunidad
Pr.: Profesor
PrP: Prisión preventiva
PS: Procedimiento simplificado
SCP: Suspensión condicional del procedimiento
SD: Sobreseimiento definitivo
sgtes.: Siguientes
ST: Sobreseimiento temporal
STC: Sentencia del Tribunal Constitucional
StPO: Strafprozessordnung (Código Procesal Penal alemán)
Tít.: Título

77
TJOP: Tribunal de juicio Oral en lo Penal
UDP: Universidad Diego Portales
UTM: Unidades tributarias mensuales

INDICE:

Tabla de contenido
Tabla de abreviaturas............................................................................................................................................... 33

Prólogo.............................................................................................................................................................................
35
Capítulo I
Cuestiones preliminares
§1.. Concepto de Derecho Procesal Penal....................................................................................................................................... 39
I. Organización en la administración de justicia penal........................................................................................................
39
II. Persecución penal, juzgamiento y sanción.....................................................................................................................
39
III. Ejecución penal..............................................................................................................................................................
40
§2.. Derecho Procesal Penal y Derecho Penal.................................................................................................................................
40
§3.. Fines del Derecho Procesal Penal.............................................................................................................................................
42
I. Realización, imposición y legitimación del derecho estatal a sancionar y garantía de un procedimiento ajustado a un Es-
tado de Derecho..................................................................................................................................................................................
42
II. Verdad y justicia..............................................................................................................................................................
42
III. Paz jurídica....................................................................................................................................................................
42
§4.. Antecedentes históricos del Derecho Procesal Penal chileno...................................................................................................
43
I. Etapa colonial (1536-1906).............................................................................................................................................
43
II. Etapa premoderna (1907-2000).....................................................................................................................................
45
III. Etapa moderna (2000 en adelante)..............................................................................................................................
48
1. La reforma procesal penal en Latinoamérica.......................................................................................................... 48

78
2. La reforma procesal penal chilena.......................................................................................................................... 49
2.1.Gradualidad de la reforma y conflictos de norma procesal penal............................................................... 51
a) Aplicación respecto de hechos acaecidos en el territorio nacional......................................................51
b) Aplicación respecto de hechos acaecidos en el extranjero................................................................ 52
c) Casos de conflicto de norma procesal penal...................................................................................... 52
c.1) Comisión de un hecho delictivo bajo el imperio del Código de Procedimiento Penal y otro nuevo bajo el imperio del
Código Procesal Penal............................................................................................................................................ 53
c.2) Contienda de competencia entre tribunales del antiguo y nuevo sistema o entre tribunales del antiguo sistema y el
Ministerio Público...................................................................................................................................... 55
d) Adecuación de los tribunales con competencia penal........................................................................ 55
§5. Fuentes del Derecho Procesal Penal chileno...........................................................................................................................
56
I. Fuentes de inspiración de los códigos de Procedimiento Penal y Procesal Penal.............................................................56
1. Código de Procedimiento Penal........................................................................................... 56
2. Código Procesal Penal............................................................................................................... 57
II. Fuentes formales del Derecho Procesal Penal chileno....................................................... 57
1. Fuentes del modelo procesal penal inquisitorial......................................................... 57
1.1. Código de Procedimiento Penal............................................................................... 58
1.2. Código Orgánico de Tribunales................................................................................ 58
1.3. Constitución Política de la República de Chile.................................................. 58
1.4, Tratados internacionales............................................................................................ 59
1.5. Otras fuentes..................................................................................................................... 59
2. Fuentes del modelo procesal penal acusatorio............................................................ 59
2.1. Código Procesal Penal................................................................................................... 59
2.2. Código Orgánico de Tribunales................................................................................ 59
2.3. Constitución Política de la República de Chile.................................................. 60
a) Ley N° 19.519............................................................................................................ 60
b) Ley N° 19.541............................................................................................................ 60
2.4. Tratados internacionales............................................................................................ 60
2.5. Ley orgánica constitucional N° 19.640 sobre el Ministerio Público 60
2.6. Ley N° 19.718 sobre Defensoría Penal Pública................................................ 61
2.7. Otras leyes.......................................................................................................................... 61
§6.. SISTEMAS PROCESALES PENALES............................................................................................................ 81
I. Sistema inquisitorial............................................................................................................................ 82
1. Vinculación política.................................................................................................................... 82
2. Carácter del sospechoso.......................................................................................................... 83

79
3. Acumulación de funciones...................................................................................................... 83
4. Principio inquisitorial............................................................................................................... 83
5. Principio de la prueba legal o tasada................................................................................. 84
6. Principio de escrituración y secreto.................................................................................. 84
7. Ausencia del principio de participación de jueces legos.......................................... 84
II. Sistema acusatorio............................................................................................................................... 84
1. Vinculación política.................................................................................................................... 85
2. Carácter del sospechoso.......................................................................................................... 85
3. Separación de funciones.......................................................................................................... 85
4. Principio acusatorio................................................................................................................... 86
5. Principio de la libre apreciación de la prueba............................................................... 86
6. Principio de oralidad y publicidad...................................................................................... 86
7. Principio de participación de jueces legos...................................................................... 87
III. Sistema mixto......................................................................................................................................... 87
1. Vinculación política.................................................................................................................... 88
2. Carácter del sospechoso.......................................................................................................... 88
3. Separación de funciones.......................................................................................................... 88
4. Principio inquisitorial / acusatorio.................................................................................... 88
5. Sistema de prueba....................................................................................................................... 88
6. Principios de oralidad / publicidad y escrituración / secreto.............................. 88
7. Principio de participación de jueces legos...................................................................... 89
IV. Estructura de los sistemas procesales penales chilenos.................................................... 89
1. El modelo inquisitorial............................................................................................................. 90
2. El modelo acusatorio................................................................................................................. 90
§7. Máximas procesales, garantías constitucionales y principios contenidos en el Código Procesal Penal.............................
92
I. Máximas procesales............................................................................................................................. 92
1. Acusatoria / inquisitorial........................................................................................................ 92
2. Oralidad / escrituración........................................................................................................... 94
3. Publicidad / secreto................................................................................................................... 94
4. Libre apreciación de la prueba / prueba legal o tasada........................................... 94
5. Participación de legos / jueces profesionales............................................................... 95
6. Legalidad / oportunidad.......................................................................................................... 95
7. Oficialidad / disposición.......................................................................................................... 96
8. Debido proceso............................................................................................................................. 97

80
9. Aceleración o celeridad............................................................................................................ 97
9.1..... Duración del procedimiento...................................................................................... 97
9.2..... Concentración y continuidad.................................................................................... 98
10. Instrucción........................................................................................................................................ 98
11. Inmediatez........................................................................................................................................ 99
12. Imparcialidad.................................................................................................................................. 99
13. Contradicción.................................................................................................................................. 99
II. Garantías constitucionales. Principios, derechos y garantías contenidos en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos...................................................................................................
99
1. Garantías en la Constitución Política de la República de Chile............................ 99
1.1. Supremacía constitucional y principio del Estado de derecho.............. 100
1.2. El debido proceso......................................................................................................... 100
1.3. Defensa.............................................................................................................................. 101
1.4. Igualdad............................................................................................................................ 101
1.5. Legalidad del tribunal................................................................................................ 102
1.6. Otras garantías.............................................................................................................. 102
2. Principios, derechos y garantías contenidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Pacto
Internacional de
Derechos Civiles y Políticos ..........................................................................................................................................................
102
III. Principios en el Código Procesal Penal.................................................................................... 103
1. Juicio previo y única persecución (artículo 1°).......................................................... 103
2. Juez natural (artículo 2°)...................................................................................................... 105
3. Exclusividad de la investigación penal (artículo 3°)........................................ ...... 106
4. Presunción de inocencia del imputado (artículo 4°)............................................... 106
5. Legalidad de las medidas privativas o restrictivas de libertad (artículo 5°) 108
6. Protección de la víctima (artículo 6°)............................................................................. 109
7. Calidad de imputado (artículo 7°).................................................................................... 111
8. Ámbito de la defensa (artículo 8°)................................................................................... 112
9. Autorización judicial previa (artículo 9°)..................................................................... 113
10. Cautela de garantías (artículo 10)...................................................................................... 114
11. Aplicación temporal de la ley procesal penal (artículo 11)................................... 116
12. Intervinientes (artículo 12)................................................................................................... 119
13. Efecto en Chile de las sentencias penales de tribunales extranjeros (artículo13)...............................120
Capítulo II

81
Normas comunes a todo procedimiento
§1.. Disposiciones generales..................................................................................................................... 121
I. Actividad procesal............................................................................................................................. 121
1. Reglamentación......................................................................................................................... 121
2. Plazos.............................................................................................................................................. 121
3. Comunicaciones......................................................................................................................... 122
3.1. Comunicaciones entre autoridades..................................................................... 122
a). Forma de la comunicación............................................................................... 122
a.1) Requerimientos de información........................................................ 123
a.1.1) Actitudes de la autoridad requerida................................. 123
a.2) Solicitudes entre tribunales................................................................. 124
b). Tramitación de solicitudes de asistencia internacional.................... 124
3.2. Comunicaciones y citaciones del Ministerio Público.................................. 124
a). Citaciones del Ministerio Público................................................................. 125
4. Notificaciones y citaciones judiciales.............................................................................. 126
4.1. Notificaciones................................................................................................................. 126
a). Formas de notificación...................................................................................... 126
b). Otras formas de notificación........................................................................... 126
c). Notificación a los intervinientes................................................................... 127
c.1).. Notificación al Ministerio Público..................................................... 127
c.2).. Notificación a otros intervinientes................................................... 127
c.3).. Notificación al imputado privado de libertad............................. 127
d). Funcionario habilitado...................................................................................... 128
e). Señalamiento de domicilio.............................................................................. 129
5. Citaciones judiciales................................................................................................................ 129
5.1. Contenido de la citación............................................................................................ 130
5.2.. Casos de desobediencia............................................................................................. 130
a). Desobediencia del Ministerio Público o del defensor......................... 130
b). Desobediencia del imputado.......................................................................... 131
c). Desobediencia de otras personas................................................................. 131
6. Resoluciones y actuaciones judiciales............................................................................ 131
6.1. Resoluciones judiciales.............................................................................................. 131
a). Plazo........................................................................................................................... 132
b). Fundamentación................................................................................................... 132
6.2. Actuaciones judiciales................................................................................................ 132

82
7. Registro......................................................................................................................................... 133
7.1. Formalidad del registro de sentencias............................................................... 133
7.2.Formalidad del registro de las actuaciones ante los tribunales con competencia en materia penal...................................................
133
7.3. Valor del registro de la audiencia de juicio oral............................................ 134
7.4. Conservación de los registros................................................................................ 134
7.5. Examen del registro y certificaciones................................................................ 135
8. Las costas...................................................................................................................................... 135
8.1. Condena en costas........................................................................................................ 135
8.2. Exención del pago personal de costas................................................................ 137
Capítulo III
Sujetos en el procedimiento penal
§1.. Sujetos procesales.................................................................................................................................. 139
I. Observaciones...................................................................................................................................... 139
1. Sujetos procesales.................................................................................................................... 139
2. Parte................................................................................................................................................ 140
3. Interviniente............................................................................................................................... 140
4. Tercero.......................................................................................................................................... 140
§2. Los tribunales............................................................................................................................................. 141
I. Juzgado de garantía........................................................................................................................... 143
1. Definición..................................................................................................................................... 143
1.1. Observaciones................................................................................................................ 143
1.2. Facultades........................................................................................................................ 146
1.3. Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el procedimiento penal.................................................................
146
1.4. Dirigir personalmente las audiencias que procedan.................................. 147
1.5. Aprobar la aplicación de salidas alternativas................................................. 148
1.6. Preparar el juicio.......................................................................................................... 148
1.7. Resolver las solicitudes de sobreseimientos y decidir sobre el forzamiento de la acusación.............................................................
148
1.8. Dictar sentencia en los procedimientos abreviados, simplificados, monitorios y de acción penal privada........................................
149
1.9. Ejecución de la condena............................................................................................ 149
1.10. Otras facultades.............................................................................................................. 149
II. Tribunales de juicio oral en lo penal......................................................................................... 149
1. Observaciones............................................................................................................................ 149

83
2. Competencia................................................................................................................................ 150
3. Normas sobre inhabilitación de los jueces de garantía y jueces de los tribunales orales en lo penal....................................................
151
4.. Organización administrativa de los tribunales.......................................................... 152
4.1. Comité de jueces........................................................................................................... 152
4.2. Funciones......................................................................................................................... 153
4.3. Unidades administrativas de los juzgados de garantía y tribunales orales en lo penal.....................................................................
153
4.4. Administrador del tribunal con competencia en lo penal........................ 154
III. Subrogación de jueces de garantía y de tribunal de juicio oral en lo penal........... 155
1. Subrogación de jueces de juzgados de garantía........................................................ 155
1.1. Juzgados de garantía unipersonales................................................................... 155
1.2. Juzgados de garantía colegiados.................................................................... ...... 155
2. Reglas complementarias....................................................................................................... 156
3. Subrogación de jueces de tribunales de juicio oral en lo penal......................... 156
4. Observaciones............................................................................................................................ 157
§3. Ministerio Público................................................................................................................................... 158
I. Definición............................................................................................................................................... 158
II. Reglamentación................................................................................................................................... 159
III. Funciones............................................................................................................................................... 159
1. Investigación............................................................................................................................... 159
2. Ejercicio de la acción penal pública................................................................................. 160
3. Protección de víctimas y testigos...................................................................................... 162
IV. Organización......................................................................................................................................... 163
1. Autonomía.................................................................................................................................... 163
2. Derecho de sustitución y devolución.............................................................................. 163
3. Estructura organizacional.................................................................................................... 164
3.1. Fiscalía Nacional........................................................................................................... 164
a) Fiscal Nacional....................................................................................................... 164
a.1). Requisitos de nombramiento.............................................................. 164
a.2). Procedimiento de nombramiento..................................................... 165
a.3). Facultades..................................................................................................... 165
a.4). Expiración..................................................................................................... 167
a.4.1). Plazo................................................................................................. 167
a.4.2). Remoción....................................................................................... 168

84
a.4.3). Otras circunstancias................................................................. 168
a.5). Subrogación................................................................................................. 168
b). Unidades administrativas................................................................................ 169
c). Consejo General.................................................................................................... 169
3.2. Fiscalías Regionales.................................................................................................... 170
a). Fiscal Regional....................................................................................................... 170
a.1). Requisitos de nombramiento.............................................................. 170
a.2). Procedimiento de nombramiento..................................................... 171
a.3). Facultades..................................................................................................... 171
a.4). Objeción de instrucciones..................................................................... 172
a.4.1). Objeción de instrucciones que incidieren en actuaciones procesales que pudieren dilatarse....................................
172
a.4.2). Objeción de instrucciones que incidieren en actuaciones procesales que no pudieren dilatarse..............................
172
a.5). Expiración..................................................................................................... 173
a.5.1). Extinción del plazo.................................................................... 173
a.5.2). Cesación......................................................................................... 174
a.5.3). Remoción....................................................................................... 174
a.5.4). Otras razones............................................................................... 174
a.6). Subrogación................................................................................................. 175
b). Unidades administrativas................................................................................ 175
3.3. Fiscalías locales............................................................................................................. 175
a) Fiscal adjunto......................................................................................................... 176
a.1). Distribución de casos.............................................................................. 176
a.2). Objeción de instrucciones..................................................................... 177
a.3). Requisitos de nombramiento.............................................................. 177
a.4). Procedimiento de nombramiento..................................................... 177
a.5). Expiración..................................................................................................... 178
4. Control y responsabilidad de la actividad del Ministerio Público.................... 178
4.1. Control intraórgano.................................................................................................... 178
a).Control jerárquico................................................................................................ 179
a.1). Permanente.................................................................................................. 179
a.2). Eventual......................................................................................................... 179
b). Procedimiento de aplicación de medidas disciplinarias................... 179
b.1). Tramitación.................................................................................................. 180

85
4.2. Control extraórgano.................................................................................................... 181
a). Control político...................................................................................................... 182
b). Control procesal.................................................................................................... 182
c). Control ciudadano................................................................................................ 182
5. Responsabilidad........................................................................................................................ 183
5.1. Responsabilidad política y disciplinaria........................................................... 183
5.2. Responsabilidad administrativa........................................................................... 183
5.3. Responsabilidad penal............................................................................................... 184
5.4. Responsabilidad civil.................................................................................................. 184
6. Principios que rigen el funcionamiento del Ministerio Público......................... 185
6.1. Unidad................................................................................................................................ 185
6.2. Objetividad...................................................................................................................... 186
6.3. Eficiencia.......................................................................................................................... 187
6.4. Transparencia y publicidad de los actos administrativos........................ 187
7. Inhabilidades, incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones................. 189
7.1. Inhabilidades.................................................................................................................. 189
7.2. Procedimiento de declaración............................................................................... 189
a). Declaración de inhabilidad a solicitud de oficio.................................... 190
b). Declaración de inhabilidad a petición de parte..................................... 190
7.3. Incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones................................... 190
a). Incompatibilidades y prohibiciones............................................................ 191
a.1). Incompatibilidades................................................................................... 192
a.2). Prohibiciones............................................................................................... 192
§4. La Policía.......................................................................................................................................................... 194
I. Reglamentación................................................................................................................................... 195
II. Función de la Policía......................................................................................................................... 195
1. Dependencia funcional........................................................................................................... 195
1.1. Imposibilidad de cumplimiento............................................................................ 196
2. Comunicaciones entre el MP y la policía....................................................................... 196
3. Actuaciones de la policía sin orden previa................................................................... 197
3.1. Prestar auxilio a la víctima...................................................................................... 198
3.2. Practicar la detención en los casos de flagrancia conforme a la ley 198
3.3. Resguardar el sitio del suceso......................................................................... ...... 198
3.4. Identificación de testigos y consignación de declaraciones.................... 203
3.5. Recibir las denuncias del público......................................................................... 204

86
3.6. Efectuar las demás actuaciones que dispusieren otros cuerpos legales 204
3.7. Control de identidad................................................................................................... 205
a). Existencia de casos fundados......................................................................... 212
b). Lugar del control y documentos que deben exhibirse....................... 214
c). Caso de retención................................................................................................. 214
d). Caso de detención................................................................................................ 215
e). Duración del procedimiento de control de identidad........................ 215
f). Control de identidad facultativo................................................................... 215
§5. Imputado........................................................................................................................................................... 217
I. Reglamentación................................................................................................................................... 217
II. Concepto................................................................................................................................................. 217
III. Derechos fundamentales y garantías del imputado.......................................................... 219
1. Debido proceso.......................................................................................................................... 219
2. Derecho al juicio........................................................................................................................ 219
3. Presunción de inocencia........................................................................................................ 220
4. Derecho de defensa................................................................................................................. 220
4.1. Derecho a intervención o participación en el procedimiento................ 220
4.2. Derecho a ser oído....................................................................................................... 221
4.3. Derecho al defensor técnico.................................................................................... 222
a). Efectos de la ausencia del defensor............................................................. 224
b). Renuncia o abandono de la defensa............................................................ 225
c). Defensor común.................................................................................................... 226
d). Derecho a autodefensa...................................................................................... 226
e). El defensor penal público................................................................................. 227
f). Derecho a asistencia jurídica gratuita........................................................ 227
5. Derecho a la información...................................................................................................... 227
6. Derecho a guardar silencio.................................................................................................. 228
§6.. La Defensoría Penal Pública........................................................................................................... 230
I. Concepto de Defensoría Penal Pública..................................................................................... 231
II. Fines de la Defensoría Penal Pública........................................................................................ 231
III. Reglamentación................................................................................................................................... 231
IV. Organización y atribuciones de la Defensoría Penal Pública........................................ 232
V. La Defensoría Nacional.................................................................................................................... 232
1. El Defensor Nacional............................................................................................................... 232
2. Unidades administrativas..................................................................................................... 234

87
3. Subrogación................................................................................................................................. 234
4. Consejo de Licitaciones de la Defensoría Penal Pública........................................ 235
4.1. Integración...................................................................................................................... 235
4.2. Funciones......................................................................................................................... 235
4.3. Funcionamiento............................................................................................................ 236
VI. Las Defensorías Regionales........................................................................................................... 236
1. Los Defensores Regionales.................................................................................................. 236
1.1. Subrogación.................................................................................................................... 237
1.2. Funciones......................................................................................................................... 237
2. Unidades Administrativas.................................................................................................... 238
3. Las Defensorías Locales......................................................................................................... 239
4. Los defensores locales............................................................................................................ 239
4.1. Nombramiento.............................................................................................................. 239
4.2. Ejercicio profesional................................................................................................... 240
4.3 Designación de defensor........................................................................................... 240
VII. Las licitaciones..................................................................................................................................... 240
1. Participantes en la licitación............................................................................................... 241
2.. Bases............................................................................................................................................... 241
3.. Comités de Adjudicación Regional................................................................................... 241
3.1. Integración...................................................................................................................... 241
3.2. Criterios............................................................................................................................ 242
3.3. Contratación................................................................................................................... 242
VIII. Beneficiarios de la defensa penal pública.............................................................................. 242
IX. Evaluación y control de los prestadores de la defensa penal pública...................... 243
1. Inspecciones................................................................................................................................ 243
2. Auditorías externas................................................................................................................. 244
3. Informes........................................................................................................................................ 244
3.1. Semestrales..................................................................................................................... 244
3.2. Anuales.............................................................................................................................. 245
4. Reclamaciones............................................................................................................................ 245
4.1. Procedimiento............................................................................................................... 245
4.2. Reclamación en contra de un Defensor Regional......................................... 246
X. Responsabilidad y sanciones........................................................................................................ 246
1. Tipos de responsabilidad...................................................................................................... 246
2. Sanciones...................................................................................................................................... 247

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§7. La víctima y el querellante............................................................................................................ 248
I. Introducción......................................................................................................................................... 248
II. Concepto de víctima.......................................................................................................................... 250
III. Otras categorías de víctimas......................................................................................................... 251
IV. Derechos de la víctima en el procedimiento penal............................................................ 252
1. Derecho de protección........................................................................................................... 252
1.1. Medidas de protección adoptadas en la práctica.......................................... 254
1.2. División de atención a las víctimas...................................................................... 255
2. Derecho a un trato digno...................................................................................................... 257
3. Derecho a información........................................................................................................... 257
4. Derecho a la acción.................................................................................................................. 258
5. Derecho de participación...................................................................................................... 259
5.1. Participación y control respecto de la actividad del Ministerio Público 259
5.2. Participación y control respecto de la actividad de los tribunales....... 260
6. Derecho a la reparación del daño causado por el delito........................................ 261
V. El querellante en el sistema procesal penal acusatorio................................................... 262
1. Calidad de querellante en el CPcsalP.............................................................................. 263
1.1. La víctima......................................................................................................................... 263
1.2. Cualquier persona capaz de parecer en juicio................................................ 264
2. Oportunidad para deducir querella................................................................................. 265
3. Requisitos de la querella....................................................................................................... 265
4. Admisibilidad............................................................................................................................. 266
4.1. Declaración de ineptitud del libelo...................................................................... 266
4.2. Declaración de inadmisibilidad............................................................................. 267
a)... Recurso de apelación.......................................................................................... 267
4.3. Declaración de admisibilidad................................................................................. 267
a)... Recurso de apelación.......................................................................................... 268
5. Prohibición de querella......................................................................................................... 268
6. Desistimiento.............................................................................................................................. 269
6.1. Oportunidad.................................................................................................................... 269
6.2. Efectos............................................................................................................................... 270
a). Para el querellante............................................................................................... 270
b). Para el querellado................................................................................................ 270
7. Abandono de la querella....................................................................................................... 270
7.1. Efectos del abandono................................................................................................. 271

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7.2. Recursos........................................................................................................................... 271
Capítulo IV
Cautelas en el procedimiento penal
§1. Medidas cautelares................................................................................................................................ 273
§2. Concepto........................................................................................................................................................... 273
§3. Medidas cautelares personales.................................................................................................. 273
I. Reglamentación................................................................................................................................... 274
II. Finalidad de las medidas cautelares personales................................................................. 274
III. Citación.................................................................................................................................................... 275
1. Concepto....................................................................................................................................... 275
2. Requisitos..................................................................................................................................... 275
3. Excepción a la citación........................................................................................................... 275
4.Retención...................................................................................................................................... 277
5. Contenido de la citación........................................................................................................ 277
IV. Detención............................................................................................................................................... 278
1. Reglamentación......................................................................................................................... 278
2.. Finalidad....................................................................................................................................... 278
3. Requisitos..................................................................................................................................... 279
4. Requisitos comunes a la detención (y prisión preventiva).................................. 279
5. Motivos o causales de detención....................................................................................... 279
5.1. Caso de detención judicial........................................................................................ 280
a)... Causales.................................................................................................................... 280
5.2. Caso de detención ordenada por cualquier tribunal................................... 280
a). Causal......................................................................................................................... 281
5.3. Caso de flagrancia........................................................................................................ 281
5.4. Caso de detención policial........................................................................................ 282
5.5. Caso de detención practicada por particular.................................................. 285
6. Requisitos de ejecución......................................................................................................... 285
7. Órganos o personas que pueden ordenar y practicar la detención.................. 286
7.1. Órganos facultados para ordenar la detención.............................................. 286
7.2. Órganos que pueden practicar la detención................................................... 286
8. Plazos de duración de la detención.................................................................................. 286
8.1. Detención practicada por la policía en caso de flagrancia....................... 286
8.2. Detención practicada por la policía en cumplimiento de una orden judicial...................................................................................
287

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9. Derechos del detenido............................................................................................................ 290
10. Fiscalización del cumplimiento del deber de información..................................... 292
11. Difusión de derechos................................................................................................................ 292
V. Prisión preventiva.............................................................................................................................. 292
1. Concepto....................................................................................................................................... 293
2. Reglamentación......................................................................................................................... 293
3. Finalidad....................................................................................................................................... 293
4. Requisitos..................................................................................................................................... 294
4.1. Requisitos comunes.................................................................................................... 294
4.2. Requisitos específicos................................................................................................ 294
5. Oportunidad en que puede solicitarse la prisión preventiva.............................. 299
6. Modificación, revocación, sustitución y revisión de la PrP.................................. 300
6.1. Modificación................................................................................................................... 300
a). Caso en que se deja sin efecto la prisión preventiva........................... 300
b). Caso en que se ordena la prisión preventiva.......................................... 300
6.2. Revocación....................................................................................................................... 301
a). Actitudes del Tribunal....................................................................................... 301
6.3. Sustitución....................................................................................................................... 301
6.4. Revisión............................................................................................................................. 302
7. Recursos........................................................................................................................................ 302
8. Régimen de caución y reemplazo..................................................................................... 305
9. Ejecución de la medida de prisión preventiva........................................................... 305
10. Causales de término de la prisión preventiva.............................................................. 307
VI. Otras medidas cautelares personales....................................................................................... 307
§4.. Medidas cautelares reales.............................................................................................................. 309
I. Reglamentación................................................................................................................................... 309
II. Observaciones...................................................................................................................................... 309
III. Medidas específicas........................................................................................................................... 309
§5.. Nulidad procesal...................................................................................................................................... 311
I. Reglamentación................................................................................................................................... 311
II. Requisitos............................................................................................................................................... 311
III. Oportunidad.......................................................................................................................................... 312
1. Infracciones fuera de una audiencia................................................................................ 312
2. Infracciones producidas en audiencias.......................................................................... 312
IV. Titulares de la solicitud de declaración de nulidad........................................................... 312

91
V. Saneamiento de la nulidad............................................................................................................. 312
VI. Causales.................................................................................................................................................. 313
VII. Efectos de la declaración de nulidad......................................................................................... 313
VIII. Nulidad de oficio................................................................................................................................. 313
Capítulo V
Procedimiento penal ordinario
§1.. Etapa de investigación en el procedimiento penal................................................... 315
I. Reglamentación................................................................................................................................... 315
II. Concepto................................................................................................................................................. 315
III. Formas de iniciar la investigación............................................................................................. 316
1. Denuncia....................................................................................................................................... 316
1.1. Denunciante.................................................................................................................... 316
1.2. Autoridad competente............................................................................................... 316
1.3. Forma y contenido de la denuncia....................................................................... 317
1.4. Casos de denuncia obligatoria............................................................................... 317
1.5. Plazo................................................................................................................................... 318
1.6. Sanción por incumplimiento................................................................................... 318
1.7. Responsabilidad y derechos del denunciante................................................ 319
2. Querella......................................................................................................................................... 319
3. De oficio por el Ministerio Público................................................................................... 319
IV. Actuaciones inmediatas.................................................................................................................. 320
V. Formas de suspensión o terminación temprana del procedimiento penal........... 320
1. Archivo provisional................................................................................................................. 321
1.1. Requisitos......................................................................................................................... 321
1.2. Control judicial.............................................................................................................. 322
1.3. Efectos............................................................................................................................... 322
1.4. Reclamo............................................................................................................................. 322
2. Facultad para no iniciar investigación........................................................................... 322
2.1. Requisitos......................................................................................................................... 322
2.2. Control judicial.............................................................................................................. 323
2.3. Efectos............................................................................................................................... 323
3. Principio de oportunidad...................................................................................................... 323
3.1. Requisitos......................................................................................................................... 324
3.2. Excepciones..................................................................................................................... 325
3.3. Efectos............................................................................................................................... 325

92
3.4. Reclamación.................................................................................................................... 326
a). Reclamación ante el juez de garantía......................................................... 326
a.1). Causales......................................................................................................... 326
b). Reclamación ante las autoridades superiores del Ministerio Público 327
b.1).. Causal que autoriza a dejar sin efecto la decisión de aplicación del principio de oportunidad......................................................
328
VI. Diligencias de investigación.......................................................................................................... 328
1. Imposibilidad de comparecencia de un testigo (anticipación de prueba) 329
2. Imposibilidad de comparecencia de un testigo por su permanencia en el extranjero (anticipación de prueba testimonial
en el extranjero)...................................... 331
3. Proposición de diligencias de investigación................................................................ 332
3.1. Reclamo............................................................................................................................. 332
4. Asistencia a diligencias de investigación...................................................................... 333
5. Secreto de la investigación................................................................................................... 333
6. Agrupación y separación de investigaciones.............................................................. 335
7. Registro de las diligencias de investigación................................................................ 335
VII. Clases de diligencias de investigación...................................................................................... 336
1. Diligencias que no requieren autorización judicial previa................................... 336
1.1. Diligencias que realiza el MP por sí mismo o a través de la policía y que no requieren autorización judicial pre-
via.......................... 337
a). Pruebas caligráficas............................................................................................ 337
b). Tomar declaración al imputado.................................................................... 337
b.1). Declaraciones del imputado ante la policía.................................. 339
c). Tomar declaración a los testigos.................................................................. 340
c.1). Sanción por falta de comparecencia y negativa a declarar 341
d). Exámenes corporales......................................................................................... 341
e). Exámenes médicos y autopsias..................................................................... 342
f). Hallazgo de un cadáver...................................................................................... 343
g). Medidas de vigilancia......................................................................................... 343
h). Entrada y registro en lugares de libre acceso al público................... 343
i). Entrada y registro en lugares cerrados..................................................... 343
1.2. Actuaciones policiales sin orden previa............................................................ 345
2. Diligencias que requieren autorización judicial previa......................................... 345
2.1. Exámenes corporales................................................................................................. 346
2.2. Exhumación de cadáveres........................................................................................ 346
2.3. Pericias caligráficas..................................................................................................... 346

93
2.4. Entrada y registro en lugares cerrados............................................................. 347
2.5. Incautación de objetos y documentos................................................................ 347
2.6. Retención e incautación de correspondencia................................................. 348
2.7. Copias de comunicaciones o transmisiones.................................................... 348
2.8. Interceptación de comunicaciones telefónicas o de otras formas de telecomunicación.....................................................................
349
2.9.. Fotografías, filmaciones u otros medios de reproducción de imágenes 349
2.10. Técnicas especiales de investigación................................................................... 350
3. Diligencias de investigación prohibidas........................................................................ 351
3.1. Diligencias que involucren métodos que menoscaben o coarten la libertad del imputado para declarar.........................................
352
3.2. Incautación o entrega bajo apercibimiento de arresto o multa respecto de ciertos objetos y documentos a que se
refiere el artículo 220 del CPcsalP 353
a). Casos en que existe limitación....................................................................... 353
b). Casos en los que no existe limitación......................................................... 354
VIII. Formalización de la investigación.............................................................................................. 355
1...... Reglamentación......................................................................................................................... 355
2...... Concepto....................................................................................................................................... 355
3...... Oportunidad para formalizar la investigación........................................................... 356
3.1..... Casos de mera facultad.............................................................................................. 356
3.2..... Casos obligatorios........................................................................................................ 356
4...... Desarrollo de la audiencia de formalización de la investigación...................... 357
5...... Reclamo......................................................................................................................................... 357
6...... Efectos de la formalización de la investigación......................................................... 357
7...... Derechos del imputado.......................................................................................................... 358
8...... Juicio inmediato......................................................................................................................... 358
9...... Control judicial anterior a la formalización de la investigación........................ 359
10... Duración de la investigación............................................................................................... 360
10.1... Efectos de la extinción del plazo........................................................................... 361
a)... El fiscal no comparece........................................................................................ 362
b).. El fiscal comparece, pero se niega a declarar cerrada la investigación............................................................................................
362
c)... El fiscal comparece y se allana a la solicitud de cierre de la investigación......................................................................................
362
11. Cierre de la investigación..................................................................................................... 363
12. Sobreseimiento.......................................................................................................................... 364

94
12.1. Sobreseimiento definitivo........................................................................................ 364
a). Sobreseimiento definitivo total o parcial................................................. 366
b). Efectos....................................................................................................................... 366
c). Recursos................................................................................................................... 366
12.2. Sobreseimiento temporal......................................................................................... 366
a). Sobreseimiento temporal total o parcial.................................................. 367
b). Efectos....................................................................................................................... 367
c). Reapertura............................................................................................................... 367
d). Recursos................................................................................................................... 368
12.3. Facultades judiciales respecto del sobreseimiento..................................... 368
13. Facultad para no perseverar en el procedimiento................................................... 368
13.1. Efectos............................................................................................................................... 368
14. Reapertura de la investigación.......................................................................................... 370
14.1. Actitudes del juez de garantía................................................................................ 370
a). Acoge la solicitud.................................................................................................. 370
b). Deniega la solicitud............................................................................................. 370
15. Forzamiento de la acusación............................................................................................... 371
15.1. Concepto........................................................................................................................... 371
15.2. Requisitos......................................................................................................................... 371
15.3. Caso de forzamiento por sobreseimiento........................................................ 371
a). Actitudes del fiscal regional............................................................................ 372
a.1). Modificación de la decisión del fiscal.............................................. 372
a.2). Confirmación de la decisión del fiscal............................................. 372
15.4. Caso de comunicación de la decisión de no perseverar en el procedimiento penal.........................................................................
372
15.5. Recursos........................................................................................................................... 373
§2. Salidas alternativas............................................................................................................................. 373
I. Concepto de salidas alternativas................................................................................................ 373
II. Justificación sobre su incorporación al modelo acusatorio chileno.......................... 374
1. Racionalización de la persecución penal....................................................................... 375
2. Los fines de la pena.................................................................................................................. 376
3. El interés privado..................................................................................................................... 376
III. Salidas alternativas en el sistema procesal penal acusatorio....................................... 377
1. Suspensión condicional del procedimiento................................................................. 377
1.1. Concepto........................................................................................................................... 377

95
1.2. Fuentes.............................................................................................................................. 377
1.3. Titulares............................................................................................................................ 378
1.4. Formalidad de la solicitud....................................................................................... 378
1.5. Requisitos......................................................................................................................... 378
a)... Que la pena que pudiere imponerse al imputado, en el evento de dictarse sentencia condenatoria, no excediere de
tres años de privación de libertad (artículo 237, letra a, CPcsalP)....................................................................... 378
b).. Que el imputado no hubiere sido condenado anteriormente por crimen o simple delito..................................................................
379
c)... Que el imputado no tuviere vigente una suspensión condicional del procedimiento, al momento de verificarse los
hechos materia del nuevo procedimiento........................................................................................................ 379
d).. Acuerdo entre imputado y Ministerio Público....................................... 380
e)... Que se encuentre formalizada la investigación..................................... 381
f)... Autorización judicial........................................................................................... 382
1.6. Oportunidad.................................................................................................................... 382
1.7. Condiciones y plazo..................................................................................................... 383
1.8. Efectos............................................................................................................................... 384
a). Efectos durante la duración de la suspensión del procedimiento 384
b). Efectos con posterioridad a la expiración del término previsto para la verificación de las condiciones..............................................
385
1.9. Revocación de la SCP.................................................................................................. 385
a). Que el imputado incumpliere, sin justificación, grave o reiteradamente las condiciones impuestas..................................................
385
b). Formalización de una nueva investigación en contra del imputado por hechos distintos a los que motivaron la formal-
ización de la investigación anterior.......................................................................................................................................
385
b.1).. Efectos de la revocación......................................................................... 386
1.10. Recursos........................................................................................................................... 387
1.11. Registro............................................................................................................................. 387
2. Acuerdos reparatorios........................................................................................................... 387
2.1. Concepto........................................................................................................................... 388
2.2. Fundamento.................................................................................................................... 389
2.3. Requisitos......................................................................................................................... 389
a)... Acuerdo de reparación entre el imputado y la víctima (artículo 241 CPcsalP)..............................................................................
389
b).. El acuerdo solo puede prestarse respecto de cierta categoría de hechos.........................................................................................
390
c)... Que se encuentre formalizada la investigación..................................... 391

96
d).. Que no exista un interés público prevalente en la continuación de la persecución penal.................................................................
391
e)... Aprobación judicial............................................................................................. 392
2.4. Intervención del MP.................................................................................................... 393
2.5. Procedimiento............................................................................................................... 393
a)... Oportunidad............................................................................................................ 393
b).. Iniciativa................................................................................................................... 393
c)... Resolución............................................................................................................... 393
a.1).. Efectos penales........................................................................................... 394
a.2).. Efectos civiles.............................................................................................. 395
2.6. Registro............................................................................................................................. 395
§3.. Acciones en el sistema procesal penal................................................................................. 395
I. Acción penal.......................................................................................................................................... 396
1. Definición de acción penal................................................................................................... 396
II. Acción penal pública......................................................................................................................... 396
1. Definición..................................................................................................................................... 396
2. Sujeto activo................................................................................................................................ 396
2.1. El Ministerio Público................................................................................................... 396
2.2. El querellante................................................................................................................. 397
3. Sujeto pasivo............................................................................................................................... 397
3.1. Requisitos......................................................................................................................... 397
4. Renuncia....................................................................................................................................... 398
5. Desistimiento.............................................................................................................................. 398
III. Acción penal privada........................................................................................................................ 399
1. Definición..................................................................................................................................... 399
2. Hechos que dan origen a la acción penal privada..................................................... 399
3. Forma de iniciar el procedimiento................................................................................... 399
4. Sujeto activo................................................................................................................................ 399
4.1. Requisitos......................................................................................................................... 400
5. Sujeto pasivo............................................................................................................................... 400
6. Renuncia....................................................................................................................................... 400
7. Desistimiento.............................................................................................................................. 401
8. Abandono..................................................................................................................................... 401
IV. Acción penal pública previa instancia particular. Definición........................................ 401
1. Hechos que originan la acción penal pública previa instancia particular 401

97
2. Formas de iniciar el procedimiento................................................................................. 402
3. Sujeto activo................................................................................................................................ 402
3.1. Requisitos......................................................................................................................... 402
4. Sujeto pasivo............................................................................................................................... 403
5. Renuncia....................................................................................................................................... 403
6. Desistimiento y abandono.................................................................................................... 403
V. Acción civil en el procedimiento penal.................................................................................... 403
1. Definición..................................................................................................................................... 403
2. Clases de acción civil............................................................................................................... 404
2.1. Acción restitutoria....................................................................................................... 404
2.2. Acción reparatoria o reparatoria especial....................................................... 404
2.3. Acción indemnizatoria o reparatoria propiamente tal.............................. 404
3. Sujeto activo de la acción...................................................................................................... 404
4. Sujeto pasivo de la acción civil........................................................................................... 405
5. Tribunal competente.............................................................................................................. 406
5.1. Caso de acción restitutoria...................................................................................... 406
5.2. Caso de acción indemnizatoria.............................................................................. 406
6. Oportunidad para interponer la acción civil............................................................... 407
6.1. Víctima............................................................................................................................... 407
6.2. Querellante...................................................................................................................... 407
7. Preparación de la demanda................................................................................................. 407
8. Interrupción de la prescripción de la acción civil..................................................... 408
9. Oposición del demandado.................................................................................................... 408
10. Incidentes relacionados con la demanda y su contestación................................ 408
11. Desistimiento y abandono.................................................................................................... 408
12. Comunicación entre acción civil y acción penal........................................................ 409
13. Efectos de la suspensión o terminación del procedimiento penal en relación con el curso de la acción
civil........................................................................................................................ 410
14. Prueba de la acción civil........................................................................................................ 410
15. Ejecución de la sentencia en lo civil................................................................................. 411
16. Cuestiones prejudiciales civiles......................................................................................... 411
16.1. Suspensión del procedimiento penal previa resolución de una cuestión civil de competencia de un tribunal con
competencia distinta a la penal......... 411
17... Influencias recíprocas entre procedimiento penal y civil..................................... 412
17.1. Influencias del procedimiento penal en el procedimiento civil............. 413

98
17.2. Influencia del procedimiento penal en la tramitación del procedimiento civil...............................................................................
413
17.3. Influencia de la sentencia penal en el procedimiento civil...................... 413
17.4. Influencias del procedimiento civil en el procedimiento penal............. 414
§4. Etapa intermedia...................................................................................................................................... 415
I. Reglamentación................................................................................................................................... 415
II. Actividad procesal en la etapa intermedia............................................................................. 415
III. Acusación............................................................................................................................................... 416
1. Concepto de acusación........................................................................................................... 416
2. Reglamentación......................................................................................................................... 416
3. Contenido de la acusación.................................................................................................... 417
4. Alcance de la acusación......................................................................................................... 418
5. Adhesión a la acusación fiscal o acusación del querellante particular........... 419
6. Actitudes del querellante...................................................................................................... 419
6.1. No hace nada.................................................................................................................. 419
6.2. Asume un rol activo..................................................................................................... 419
7. Facultades del acusado.......................................................................................................... 420
7.1. Señalar vicios formales.............................................................................................. 420
a). Omisión de correcciones................................................................................... 421
b). Sanción para el querellante............................................................................. 421
c). Sanción para el fiscal.......................................................................................... 421
7.2. Deducir excepciones de previo y especial pronunciamiento.................. 421
7.3. Exponer argumentos de defensa.......................................................................... 422
IV. Audiencia de preparación del juicio oral................................................................................ 423
1. Reglamentación......................................................................................................................... 423
2. Citación a la audiencia............................................................................................................ 423
3. Desarrollo de la APJO.............................................................................................................. 423
3.1. Resumen de las presentaciones............................................................................ 425
3.2. Corrección de vicios formales y resolución de EPEP.................................. 425
3.3. Conciliación..................................................................................................................... 426
3.4. Unión y separación de acusaciones..................................................................... 426
a). Unión de acusaciones......................................................................................... 426
b).. Separación de acusaciones.............................................................................. 426
4. Determinación de las partes, hechos y prueba.......................................................... 426
4.1. Debate acerca de las pruebas ofrecidas por las partes.............................. 427

99
a). Anticipación de prueba...................................................................................... 427
b). Convenciones probatorias............................................................................... 429
c). Exclusión de prueba para el juicio oral...................................................... 430
V. Auto de apertura del juicio oral.................................................................................................. 431
§5. Etapa de juicio oral................................................................................................................................ 433
I. Reglamentación................................................................................................................................... 434
II. Continuidad, publicidad y oralidad........................................................................................... 434
1. Continuidad................................................................................................................................. 434
1.1. Excepciones..................................................................................................................... 434
a). Absoluta necesidad.............................................................................................. 435
b). Sobreseimiento temporal................................................................................. 435
c). Continuidad, suspensión e interrupción................................................... 436
1.2. Presencia de los intervinientes en la audiencia de juicio oral................ 437
a). Jueces y fiscales..................................................................................................... 437
b). Acusado y defensor............................................................................................. 439
c). Ausencia del querellante.................................................................................. 439
2. Publicidad..................................................................................................................................... 439
3. Oralidad......................................................................................................................................... 440
3.1. Excepciones al principio de oralidad.................................................................. 441
III. Audiencia de juicio oral................................................................................................................... 442
1. Actuaciones previas................................................................................................................. 442
2. Desarrollo de la audiencia.................................................................................................... 443
3. Apertura de la audiencia de juicio oral.......................................................................... 443
4. Fase de discusión...................................................................................................................... 443
4.1. Alegatos de apertura................................................................................................... 443
5. Fase de prueba........................................................................................................................... 444
5.1. Disposiciones generales relativas a la prueba............................................... 447
a). Procedencia............................................................................................................. 447
a.1). Prohibiciones............................................................................................... 447
a.1.1). Prohibición de lectura de registros y documentos 447
a.1.1.1). Excepciones............................................................... 448
a.1.1.2). Contraexcepción...................................................... 450
a.1.2). Antecedentes de la suspensión condicional del procedimiento, acuerdos reparatorios y procedimiento abrevi-
ado 451
b). Oportunidad............................................................................................................ 452

100
c). Orden en la producción de la prueba......................................................... 452
d). Forma de rendir la prueba............................................................................... 452
d.1). Medios de prueba regulados expresamente en el CPcsalP 453
d.1.1). Prueba testimonial.................................................................... 453
d.1.1.1). Obligación de comparecer y declarar........... 453
d.1.1.2). Excepciones a la obligación de comparecencia 453
d.1.1.3). Excepciones a la obligación de declarar...... 454
d.1.1.4). Formalidades de la declaración....................... 455
d.1.1.5). Métodos de interrogación.................................. 456
d.1.1.6). Normas de protección a los testigos.............. 457
d.1.1.7). Derechos del testigo.............................................. 458
d.1.2). Prueba pericial............................................................................ 458
d.1.2.1). Procedencia............................................................... 458
d.1.2.2). Informe y su contenido........................................ 459
d.1.2.3). Declaración de peritos......................................... 460
d.1.2.4). Medidas de protección......................................... 461
d.1.3). Documentos y objetos............................................................. 461
d.2). Medios de prueba no regulados expresamente.......................... 461
e). Valoración de la prueba.................................................................................... 462
f). Deber de fundamentación................................................................................ 462
g). Prueba de las acciones civiles........................................................................ 463
h). Constitución del tribunal en lugar distinto de la sala de audiencia 463
6. Alegatos finales y clausura de la audiencia de juicio oral..................................... 464
7. Etapa de fallo.............................................................................................................................. 464
8. La sentencia definitiva........................................................................................................... 464
8.1. Definición......................................................................................................................... 464
8.2. Reglamentación............................................................................................................. 464
8.3. Convicción del tribunal.............................................................................................. 465
8.4. Oportunidad para dictar sentencia...................................................................... 466
8.5. Pronunciamiento.......................................................................................................... 466
a). Excepción................................................................................................................. 468
b). Sanción para el incumplimiento................................................................... 468
8.6. Redacción......................................................................................................................... 468
a). Sanción para el incumplimiento................................................................... 469
8.7. Contenido de la sentencia........................................................................................ 469

101
8.8. Notificación de la sentencia definitiva............................................................... 470
8.9. Clases de sentencia...................................................................................................... 470
a). Sentencia absolutoria......................................................................................... 470
b).. Sentencia condenatoria..................................................................................... 471
b.1).. Alcance de la sentencia........................................................................... 471
b.2).. Sentencia condenatoria y la pena...................................................... 471
b.3).. Caso de reiteración de crímenes o simples delitos de una misma especie.....................................................................................
472
8.10. Aspectos civiles de la sentencia definitiva........................................................ 475
Capítulo VI
Ejecución de la sentencia condenatoria y recursos
§1.. Ejecución de la sentencia condenatoria y medidas de seguridad................ 477
I. Regulación............................................................................................................................................. 477
II. Aspectos preliminares..................................................................................................................... 477
III. Intervinientes....................................................................................................................................... 478
IV. Ejecución de las sentencias........................................................................................................... 479
1. Remisión de copia de la sentencia.................................................................................... 479
1.1. Condena a una pena privativa de libertad....................................................... 479
1.2. Concesión de pena sustitutiva................................................................................ 480
2. Destino de las especies decomisadas.............................................................................. 480
3. Especies retenidas y no decomisadas............................................................................. 481
V. Ejecución de medidas de seguridad.......................................................................................... 483
1. Regulación.................................................................................................................................... 483
2. Clases de medidas de seguridad........................................................................................ 484
3. Procedimiento para la aplicación exclusiva de medidas de seguridad.......... 485
3.1. Enajenación mental que se produce antes del inicio del procedimiento penal y detectada durante él.............................................
485
a). Reglas especiales relativas a la aplicación de medidas de seguridad 486
3.2. Enajenación mental que se produce durante el procedimiento penal 487
3.3. Enajenado que cae en enajenación mental después de dictada sentencia condenatoria...................................................................
488
4. Duración y control de las medidas de seguridad...................................................... 488
4.1. Duración........................................................................................................................... 488
4.2. Estimación de la pena mínima probable........................................................... 488
4.3. Control............................................................................................................................... 489

102
4.4. Procedimiento en caso de error, abuso o deficiencia en la ejecución de la medida de seguridad.......................................................
489
§2.. Recursos en el actual derecho procesal penal chileno...................................... 489
I. Introducción......................................................................................................................................... 489
II. Reglamentación................................................................................................................................... 492
III. Disposiciones generales.................................................................................................................. 492
1. Facultad de impugnación...................................................................................................... 492
2. Aumento de los plazos........................................................................................................... 493
3. Renuncia y desistimiento...................................................................................................... 494
3.1. Renuncia........................................................................................................................... 494
a). Limitación a la renuncia.................................................................................... 494
3.2. Desistimiento................................................................................................................. 494
a). Limitación al desistimiento............................................................................. 494
3.3. Efecto de la interposición de recurso................................................................. 494
3.4. Prohibición de suspensión de la vista de la causa por falta de integración del tribunal...................................................................
495
3.5. Prohibición de suspensión de la vista de la causa por otras causales 495
3.6. Reglas generales para la vista de los recursos............................................... 497
a). Audiencia pública................................................................................................. 497
b). Abandono del recurso........................................................................................ 497
c). Normas de tramitación...................................................................................... 498
c.1). Anuncio.......................................................................................................... 498
c.2). Debate (uso de la palabra).................................................................... 498
c.3). Conclusión del debate............................................................................. 498
c.4). Redacción de la sentencia..................................................................... 498
d). Prueba........................................................................................................................ 499
e). Decisiones sobre los recursos........................................................................ 499
e.1). Extra y ultra petita.................................................................................... 499
f). Reformatio in pejus............................................................................................. 500
IV. Recursos en el Código Procesal Penal...................................................................................... 501
1. Recurso de reposición............................................................................................................ 501
1.1. Concepto y reglamentación..................................................................................... 501
a). Reposición de resoluciones dictadas fuera de audiencias............... 501
a.1). Tribunal competente........................................................................ ...... 501
a.2). Plazo................................................................................................................ 502

103
a.3). Resoluciones susceptibles del recurso........................................... 502
a.3.1). Caso de apelación conjunta................................................... 502
a.4). Requisitos de admisibilidad................................................................. 502
a.5). Tramitación.................................................................................................. 502
a.6). Efectos............................................................................................................ 502
b). Reposición en las audiencias orales............................................................ 503
b.1). Tribunal competente............................................................................... 503
b.2). Plazo................................................................................................................ 503
b.3). Resoluciones susceptibles de reposición....................................... 503
b.4). Requisitos de admisibilidad................................................................. 503
b.5). Tramitación.................................................................................................. 503
b.6). Efectos............................................................................................................ 503
2. Recurso de apelación.............................................................................................................. 504
2.1. Reglamentación............................................................................................................. 504
2.2. Resoluciones susceptibles del recurso de apelación................................... 504
a). Resoluciones emanadas de tribunales orales en lo penal................ 504
a.1). Caso del artículo 149 del Código Procesal Penal....................... 504
b). Resoluciones emanadas de los juzgados de garantía......................... 505
2.3. Competencia................................................................................................................... 506
2.4. Titulares............................................................................................................................ 506
2.5. Plazo de interposición................................................................................................ 506
a). Regla general.......................................................................................................... 506
b). Excepciones............................................................................................................. 506
2.6. Requisitos de admisibilidad.................................................................................... 507
2.7. Efectos del recurso de apelación.......................................................................... 507
a). Regla general.......................................................................................................... 507
b). Excepción................................................................................................................. 507
2.8. Tramitación..................................................................................................................... 508
a). Admisibilidad y remisión de antecedentes.............................................. 508
b). Recepción de los antecedentes y certificado de ingreso................... 508
c). Plazo de comparecencia.................................................................................... 508
d). Vista de la causa.................................................................................................... 508
d.1). Examen de admisibilidad...................................................................... 509
d.2). Inicio de la vista......................................................................................... 509
d.3). Fallo................................................................................................................. 510

104
3. Recurso de hecho...................................................................................................................... 510
3.1. Plazo................................................................................................................................... 510
3.2. Tramitación..................................................................................................................... 510
3.3. Fallo.................................................................................................................................... 511
3.4. Efectos............................................................................................................................... 511
4. Recurso de nulidad.................................................................................................................. 511
4.1. Concepto........................................................................................................................... 511
4.2. Reglamentación............................................................................................................. 514
4.3. Resoluciones susceptibles de recurso................................................................ 514
4.4. Causales de procedencia........................................................................................... 514
a). Causales del recurso propiamente tal........................................................ 514
b). Motivos absolutos de nulidad........................................................................ 516
c). Otras causales de nulidad................................................................................. 521
d). Defectos no esenciales....................................................................................... 521
4.5. Tribunal competente.................................................................................................. 522
a). Competencia de la Corte Suprema............................................................... 522
b). Competencia de la Corte de Apelaciones.................................................. 522
b.1). Diversidad de interpretaciones del derecho................................ 522
b.2).Caso de interposición de un recurso de nulidad con causales que originan competencias diversas..................................................
522
b.3). Caso de interposición de varios recursos de nulidad que contemplan causales que originan competencias diver-
sas............................ 523
4.6. Requisitos de interposición..................................................................................... 523
a). Plazo........................................................................................................................... 523
b). Preparación del recurso.................................................................................... 523
c). Fundamentos.......................................................................................................... 523
4.7. Efectos de la interposición del recurso.............................................................. 524
4.8. Tramitación del recurso de nulidad.................................................................... 524
a). Examen de admisibilidad ante el tribunal a quo................................... 524
b). Remisión de los antecedentes al tribunal superior............................. 525
c). Actuaciones previas al conocimiento del recurso................................ 525
d). Examen de admisibilidad del recurso ante el tribunal ad quem 525
d.1). Declaración de inadmisibilidad.......................................................... 525
d.1.1). Declaración de inadmisibilidad en la Corte de Apelaciones.......................................................................................................
525
d.1.2). Declaración de inadmisibilidad ante la Corte Suprema 526

105
d.2). Declaración de admisibilidad.............................................................. 526
e)... Vista del recurso................................................................................................... 527
e.1).. Audiencia pública...................................................................................... 527
e.2).. Fallo................................................................................................................. 527
e.2.1). Rechazo del recurso.......................................................... ...... 527
e.2.2). Caso en que se acoge el recurso.......................................... 528
e.2.3). Caso en que se anula solamente la sentencia............... 528
e.2.4). Caso en que se anula el “juicio oral” y la sentencia ............... 529
4.9 Improcedencia de recursos..................................................................................... 529
a). Excepciones............................................................................................................. 529
5. Revisión......................................................................................................................................... 531
5.1. Concepto........................................................................................................................... 531
5.2. Reglamentación............................................................................................................. 531
5.3. Resoluciones susceptibles del recurso.............................................................. 532
5.4. Plazo y titulares............................................................................................................. 532
5.5. Causales de procedencia........................................................................................... 532
5.6. Tribunal competente.................................................................................................. 533
5.7. Requisitos......................................................................................................................... 533
a). Requisitos comunes a toda solicitud........................................................... 533
b). Requisitos específicos........................................................................................ 533
c). Inadmisibilidad..................................................................................................... 534
5.8. Tramitación..................................................................................................................... 534
a). Traslado al Ministerio Público....................................................................... 534
b). Improcedencia de la prueba testimonial.................................................. 534
c). Efectos de la interposición de la solicitud de revisión....................... 534
5.9. Decisión de la Corte Suprema................................................................................ 534
a). Se deniega la revisión......................................................................................... 534
b). Se acoge la revisión............................................................................................. 535
c). Efectos de la sentencia....................................................................................... 535
5.10. Información sobre la revisión y el fallo.............................................................. 535
6. Amparo.......................................................................................................................................... 536
6.1. Definición......................................................................................................................... 536
6.2. Tribunal competente.................................................................................................. 536
6.3. Titulares............................................................................................................................ 536
6.4. Naturaleza jurídica...................................................................................................... 537

106
6.5. Finalidad........................................................................................................................... 537
6.6. Actitudes del tribunal................................................................................................. 537
6.7. Amparo y acción constitucional de amparo.................................................... 538
Capítulo VII
Procedimientos especiales
§1.. Procedimiento abreviado................................................................................................................. 539
I. Concepto................................................................................................................................................. 539
II. Reglamentación................................................................................................................................... 539
III. Requisitos de procedencia............................................................................................................. 540
IV. Intervención judicial......................................................................................................................... 542
1. Aceptación de la solicitud de procedimiento abreviado....................................... 542
2. Rechazo de la solicitud........................................................................................................... 543
2.1. Efectos del rechazo...................................................................................................... 543
V. Oportunidad.......................................................................................................................................... 544
VI. Oposición................................................................................................................................................ 546
VII. Tramitación del procedimiento................................................................................................... 546
1. Acuerdo de procedimiento abreviado............................................................................ 546
2. Debate............................................................................................................................................ 546
3. Fallo................................................................................................................................................. 547
3.1. Limitaciones a la sentencia condenatoria........................................................ 547
3.2. Efectos de la sentencia condenatoria................................................................. 548
3.3. Contenido de la sentencia........................................................................................ 548
3.4. Recursos........................................................................................................................... 549
§2.. Procedimiento simplificado............................................................................................................ 549
I. Concepto................................................................................................................................................. 549
II. Reglamentación................................................................................................................................... 550
III. Requisitos de procedencia............................................................................................................. 550
IV. Tramitación del procedimiento................................................................................................... 551
1. Denuncia....................................................................................................................................... 551
2. Requerimiento........................................................................................................................... 551
2.1. Titulares............................................................................................................................ 552
2.2. Contenido del requerimiento................................................................................. 553
3. Citación a audiencia................................................................................................................. 554
3.1. Citación del imputado................................................................................................ 554
3.2. Caso de falta o simple delito flagrante............................................................... 554

107
3.3. Demanda civil................................................................................................................. 555
4. Audiencias.................................................................................................................................... 555
4.1. Inicio................................................................................................................................... 555
4.2. Actitudes del imputado............................................................................................. 555
a). Admisión de responsabilidad......................................................................... 556
b). Solicitud de realización de una audiencia de juicio simplificado (negación de responsabilidad).......................................................
557
4.3. Realización de la audiencia de juicio simplificado....................................... 558
4.4. Incomparecencia de testigos o peritos.............................................................. 558
5. Discusión, prueba y fallo....................................................................................................... 559
6. Penas que puede imponer la sentencia.......................................................................... 559
7. Reiteración de faltas................................................................................................................ 560
8. Suspensión de la imposición de condena...................................................................... 560
8.1. Efectos de la suspensión........................................................................................... 561
9. Recursos........................................................................................................................................ 561
§3.. Procedimiento monitorio................................................................................................................. 561
I. Concepto................................................................................................................................................. 561
II. Tribunal competente........................................................................................................................ 561
III. Formas de iniciar el procedimiento y tramitación............................................................. 562
1. Requerimiento........................................................................................................................... 562
2. Resolución.................................................................................................................................... 562
2.1. Contenido de la resolución que acoge el requerimiento........................... 563
2.2. Actitudes del imputado............................................................................................. 563
a). Ausencia de reclamo........................................................................................... 564
b). Existencia de reclamo........................................................................................ 564
§4. Procedimiento por delito de acción penal privada.................................................. 564
I. Concepto................................................................................................................................................. 564
II. Reglamentación................................................................................................................................... 564
III. Delitos que hacen procedente el procedimiento................................................................ 565
IV. Titulares de la acción penal........................................................................................................... 565
V. Tribunal competente........................................................................................................................ 566
VI. Tramitación del procedimiento................................................................................................... 567
1. Citación a audiencia................................................................................................................. 567
2. Desistimiento de la querella................................................................................................ 567
3. Abandono de la acción........................................................................................................... 567

108
4. Conciliación................................................................................................................................. 568
5. Discusión, prueba y fallo....................................................................................................... 568
6. Recursos........................................................................................................................................ 568
BIBLIOGRAFÍA...........................................................................................................................................................
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Tirant Lo Blanch 2023

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