Quimica
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Quimica
El microscopio electrónico es una aplicación extremadamente valiosa para las propiedades de onda
de los electrones debido a que produce imágenes de los objetos que no se pueden ver a simple vista
o con microscopios de luz. De acuerdo con las leyes de la óptica, es imposible formar la imagen de
un objeto que sea más pequeño que la mitad de la longitud de onda de la luz utilizada para la
observación. Como el intervalo de longitudes de onda de la luz visible comienza en alrededor de 400
nm, o 4 3 1025 cm, no es posible ver nada menor a 2 3 1025 cm. En principio, se pueden ver objetos
a escala atómica y molecular utilizando rayos X, cuyas longitudes de onda varían de casi 0.01 nm a
10 nm. Sin embargo, los rayos X no se pueden enfocar, así que no producen imágenes bien defi
nidas. Los electrones, por otro lado, son partículas cargadas que se pueden enfocar de la misma
forma que la imagen en una pantalla de televisor, es decir, mediante la aplicación de un campo
eléctrico o magnético. De acuerdo con la ecuación (7.8), la longitud de onda de un electrón es
inversamente proporcional a su velocidad. Mediante la aceleración de electrones a velocidades muy
altas, se pueden obtener longitudes de onda tan pequeñas como 0.004 nm. Un tipo diferente de
microscopio electrónico, denominado microscopio de barrido por tunelaje
scanning tunneling microscope), utiliza otra propiedad mecánico-cuántica del electrón para producir
una imagen de los átomos de la superfi cie de una muestra. Debido a su masa extremadamente
pequeña, un electrón es capaz de mover o “hacer un túnel” a través de una barrera de energía (en
vez de pasar sobre ella). El STM está compuesto por una aguja de tungsteno metálico con una punta
muy fi na, fuente de los electrones horadadores. Se mantiene un voltaje entre la aguja y la superfi
cie de la muestra para inducir a los electrones a horadar a través del espacio hacia la muestra. Al
moverse la aguja sobre la superfi cie de la muestra, a unos cuantos diámetros atómicos de distancia,
se mide la corriente de tunelaje. Esta corriente disminuye con la distancia creciente de la muestra.
Gracias a un circuito de retroalimentación, la posición vertical de la punta se puede ajustar a una
distancia constante de la superfi cie. La magnitud de esos ajustes, que describen la muestra, se
registra y despliega como una imagen tridimensional con colores falsos. Tanto el microscopio
electrónico como el STM se encuentran entre las herramientas más poderosas en la investigación
química y biológica.
Para describir el problema que signifi ca localizar una partícula subatómica que se comporta como
onda, Werner Heisenberg9 formuló una teoría que ahora se conoce como principio de
incertidumbre de Heisenberg: es imposible conocer con certeza el momento p (defi nido como la
masa por la velocidad) y la posición de una partícula simultáneamente. Expresado en forma
matemática:
Sin duda, la contribución de Bohr fue importante para la comprensión de los átomos, y su sugerencia
de que la energía de un electrón en un átomo está cuantizada, permanece inalterada. Sin embargo,
esta teoría no describe por completo el comportamiento electrónico en los átomos. En 1926,
mediante un desarrollo matemático complejo, el físico austriaco Erwin Schrödinger10 formuló una
ecuación que describe el comportamiento y la energía de las partículas subatómicas en general; esta
ecuación es análoga a las leyes de Newton del movimiento de los objetos macroscópicos. Resolver la
ecuación de Schrödinger implica hacer cálculos avanzados que no se analizan aquí; sin embargo, es
importante saber que esta ecuación incorpora tanto el comportamiento de la partícula, en términos
de la masa m, como el de la onda, en términos de una función de onda c (psi), la cual depende de la
ubicación del sistema en el espacio (como la que guarda un electrón en un átomo). La función de
onda en sí misma no tiene un signifi cado físico directo. Sin embargo, la probabilidad de encontrar el
electrón en cierta región del espacio es proporcional al cuadrado de la función de onda, c2 . La idea
de relacionar c2 con la probabilidad nace de una analogía con la teoría ondulatoria, donde la
intensidad de la luz es proporcional al cuadrado de la amplitud de la onda, o c2 . Así, el sitio más
probable para encontrar un fotón es el que tiene mayor intensidad, es decir, donde c2 alcanza el
máximo valor. El mismo argumento asocia a c2 con la probabilidad de encontrar un electrón
alrededor del núcleo. Con la ecuación de Schrödinger comenzó una nueva era en la física y la
química, ya que dio inicio a un nuevo campo: la mecánica cuántica (también conocida como
mecánica ondulatoria). A la teoría cuántica que inició en 1913, el mismo año en que Bohr presentó
su análisis del átomo de hidrógeno, y siguió vigente hasta 1926, se le conoce ahora como “vieja
teoría cuántica”.
La ecuación de Schrödinger especifi ca los posibles estados de energía que puede ocupar el electrón
del átomo de hidrógeno, e identifi ca las respectivas funciones de onda (c). Los estados de energía y
sus funciones de onda se caracterizan por un conjunto de números
cuánticos (que se analizarán en breve) con los que es posible construir un modelo comprensible del
átomo de hidrógeno. Aunque con la mecánica cuántica queda claro que no se puede saber en qué
parte del átomo se localiza un electrón, sí se defi ne la región en la que puede encontrarse en un
momento dado. El concepto de densidad electrónica da la probabilidad de encontrar un electrón en
cierta región del átomo. El cuadrado de la función de onda, c2 , defi ne la distribución de densidad
electrónica alrededor del núcleo en el espacio tridimensional. Las regiones de alta densidad
electrónica representan la mayor probabilidad de localizar un electrón, mientras que lo contrario se
aplica a regiones de baja densidad electrónica
Para distinguir entre la descripción de un átomo con la mecánica cuántica y el modelo de Bohr, el
concepto de órbita se sustituye con el de orbital atómico. El orbital atómico se considera como la
función de onda del electrón de un átomo. Cuando decimos que un electrón está en cierto orbital,
signifi ca que la distribución de densidad electrónica, o probabilidad de localizar un electrón en el
espacio se expresa mediante el cuadrado de la función de onda asociada a ese orbital. En
consecuencia, un orbital atómico tiene energía y distribución características de la densidad
electrónica.
La ecuación de Schrödinger funciona bien para el átomo de hidrógeno, con sólo un protón y un
electrón, ¡pero no se resuelve con exactitud para átomos que tengan más de un electrón! Por
suerte, los químicos y los físicos han aprendido a superar esta difi cultad con métodos de
aproximación. Por ejemplo, aunque el comportamiento de los electrones en los átomos
polielectrónicos (es decir, átomos que tienen dos o más electrones) no es igual que en el simple
átomo de hidrógeno, se supone que la diferencia no es muy grande. De esta manera, las energías y
las funciones ondulatorias que describen el comportamiento del átomo de hidrógeno son una buena
aproximación del comportamiento de los electrones en los átomos más complejos. Sin duda, con
este enfoque es posible hacer una descripción fi able del comportamiento de los electrones en los
átomos polielectrónicos
Números cuánticos
Para describir la distribución de los electrones en el hidrógeno y otros átomos, la mecánica cuántica
precisa de tres números cuánticos. Estos números se derivan de la solución matemática de la
ecuación de Schrödinger para el átomo de hidrógeno y son: el número cuántico principal, el número
cuántico del momento angular y el número cuántico magnético. Estos números se utilizan para
describir los orbitales atómicos e identifi car los electrones que están dentro. El número cuántico de
espín es un cuarto número cuántico que describe el comportamiento de determinado electrón y
completa la descripción de los electrones en los átomos.
El número cuántico principal (n) El número cuántico principal (n) puede tomar valores enteros de 1,
2, 3, etc., y corresponde al número cuántico en la ecuación (7.5). En el átomo de hidrógeno, el valor
de n defi ne la energía de un orbital. Sin embargo, esto no se aplica para átomos polielectrónicos,
como veremos en breve. El número cuántico principal también se relaciona con la distancia
promedio del electrón al núcleo en determinado orbital. Cuanto más grande es el valor de n, mayor
es la distancia entre un electrón en el orbital respecto del núcleo y, en consecuencia, el orbital es
más grande
El número cuántico del momento angular (/) El número cuántico del momento angular (/) expresa la
“forma” de los orbitales (vea la sección 7.7). Los valores de / dependen del valor del número
cuántico principal, n. Para cierto valor de n, / tiene todos los valores enteros posibles desde 0 hasta
(n 2 1). Para n 5 1 sólo existe un posible valor de /; es decir, / 5 n 2 1 5 1 2 1 5 0. Si n 5 2, / puede
tener dos valores: 0 y 1. Si n 5 3, / puede tener tres valores: 0, 1 y 2. El valor de / se designa con las
letras s, p, d,... de la siguiente forma: