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Islam

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UNIDAD EDUCATIVA NACIONAL GALAPAGOS

NOMBRE: PRISCILA CHANGO FECHA: 28-05-2024 TAREA NUM#1

CURSO: 3ERO BTI LIC: DIANA VARGAS

PAG DE LIBRO: 62-64

EL ISLAM Y SU INFLUENCIA CULTURAL

El islam se inscribe dentro de la familia de las religiones monoteístas, junto con


el judaísmo y el cristianismo. Pero, atendiendo a la historia y al momento
actual, debe entenderse en un sentido más amplio como cultura y fe, como
religión y política, como derecho y moral, como filosofía y teología.

Hubo un tiempo en que la Medicina de punta se escribía en árabe. Y no fue


una temporada: duró siglos. Mientras la Europa cristiana estaba sumida en las
tinieblas de la ignorancia y el fanatismo religioso, y la teología aplastaba
cualquier intento de independencia de la ciencia, el inmenso mundo musulmán
de entonces, que abarcaba desde la península ibérica hasta los límites del
actual Irán, vivía una etapa de esplendor científico inusitado. Las cortes
musulmanas de ese tiempo, como Córdoba, Bagdad, El Cairo, Damasco o la
propia Samarcanda, eran de una magnificencia incomparable, y los califas,
emires y visires vivían rodeados de poetas, filósofos, sabios y artistas de todas
clases.

Los árabes nos legaron grandes descubrimientos en la Química, la Astronomía,


la Ingeniería, las Matemáticas y la Medicina, entre otras. Basta nombrar solo el
álgebra, los números arábigos y el uso del cero, para aquilatar la importancia
de su aporte a la humanidad. En este trabajo nos vamos a referir solamente a
la medicina.

Fuente: https://www.trotta.es/static/pdf/fragmento_9788498790160.pdf
CONTEXTO HISTÓRICO Y GEOGRÁFICO DEL ISLAM
El islam es una de las grandes religiones monoteístas del mundo, la segunda
en importancia luego del cristianismo. Tiene alrededor de 1.800 millones de
fieles en el mundo entero (25% de la población global).

Se trata de una religión abrahámica, como el judaísmo y el cristianismo, sus


religiones hermanas, identificadas con la tradición espiritual inaugurada por el
primer patriarca judío, Abraham (Ibrahim), quien habría nacido alrededor del
1813 a. C.

Sin embargo, el islam se distingue de las otras dos en la elección de su profeta,


Mahoma (Muhammed), y su libro sagrado, el Corán, aunque también acepta
como textos sagrados a la Torá judía (el Pentateuco cristiano), los Salmos
bíblicos y el Evangelio.
El islam venera de manera exclusiva a Alá (Allah), cuyo nombre proviene de la
voz semítica El, empleada también en la Biblia. Su dios es único y no se toleran
sus representaciones, juzgadas como idolatría. Los seguidores del islam se
denominan “musulmanes” (del árabe muslim, “que se somete”), y se dividen en
cuatro ramas religiosas, que son:

 El sunismo. La rama mayoritaria a nivel mundial, son devotos tanto del Corán
como de la Sunna (de allí su nombre), la colección de dichos y hechos
atribuidos al profeta Mahoma. Según su interpretación, al profeta le debería
suceder como líder del islam un árabe de la tribu de Quraish, de la cual él
mismo procedía.
 El chiismo. Aunque representa entre el 10 y 15% de la población musulmana
mundial, es la segunda rama más importante del islam, y sus seguidores
entienden que al profeta Mahoma le sucedió el califa Alí ibn Abi Tálib, por lo
que “chiita” significaría “partidario de Alí” (en árabe chíat-u-Alí).
 El jariyismo. La tercera en importancia, su nombre significa “el que se sale”
(jariyí), ya que sus orígenes provienen de una división en el seno del chiismo,
en el año 657. A diferencia de los chiíes y suníes, quienes tenían ideas
conservadoras de quién debía ser el líder de los musulmanes, los jariyíes
consideraban que esa debería ser una decisión libre de la comunidad.
Su doctrina parte de que ningún musulmán puede tener fe y obrar mal al mismo
tiempo, incluso si se trata del califa, quien debería en ese caso ser destituido
por el propio pueblo.
 El sufismo. Nombre empleado para diferentes grupos esotéricos ortodoxos o
heterodoxos vinculados al islam, por lo que en sus inicios no fue reconocido
como parte del cuerpo oficial de la religión. Según los seguidores del sufismo,
Mahoma habría inaugurado “el camino” (tariq), del cual hay antecedentes en el
Corán: un conjunto de métodos, formas y ritos de purificación del alma,
interpretación mística y de la relación de Dios con el cosmos. Así, se diferencia
del resto del islam en que persigue la proximidad a Dios mediante la santidad
(walaya).

Historia del islam


La historia del islam es vasta y compleja. Como suele ser en el caso de las
grandes religiones, tuvo un enorme impacto en la política y la sociedad de su
región de origen y en el mundo entero.

Sus orígenes se remontan a la península arábiga del siglo VII, con la llegada
del profeta Mahoma a lo que estaba poblado por diversas tribus y comunidades
nómadas o seminómadas, como los beduinos, y pequeñas poblaciones de
agricultores que ocupaban los oasis del norte o las zonas más fértiles y densas
del sur (hoy en día Yemen y Omán).

Estos pobladores seguían sus propias religiones politeístas, o eran judíos,


cristianos o seguidores del zoroastrismo. Tenían como ciudad sagrada la Meca,
donde estaba el pozo sagrado de Zamzam y el templo de la Kaaba.

En las afueras de la ciudad, Mahoma tuvo una revelación religiosa a sus 40


años, y se dedicó a predicar la que según él era la antigua y verdadera religión,
que judíos y cristianos habían degradado. Así unificó la región y dio inicio
al Estado musulmán. Con su muerte en 632, ese Estado quedó en manos de
sus sucesores, los califas, quienes fueron los encargados de llevar la religión
más allá.

Entre los siglos VI y VII, el recién nacido Imperio Islámico conquistó desde la
India, el norte de África y Asia central, hasta la Península Ibérica y el
Mediterráneo, durante tres dinastías sucesivas: los califas ortodoxos, los califas
omeyas y los califas abasidas.

En el año 945, los selyúcidas o turcos musulmanes se apoderaron el imperio,


iniciando así su decadencia, caracterizada por la descentralización política y la
pérdida de territorios. Luego de vencer a los bizantinos en 1071, los
musulmanes se enfrentaron a los reinos cristianos de Occidente en una serie
de conflictos conocidos como las Cruzadas.

A su término, surgió Saladino (1138-1193), quien unificó el Califato y recuperó


las tradiciones ortodoxas, impulsando la Edad Dorada del islam. Ésta culminó
con la invasión de los mongoles desde el este, quienes acabaron con el califato
Abbasí pero eventualmente se convirtieron al islam, esparciendo la religión a
nuevos confines de Eurasia.

El surgimiento de los poderosos imperios europeos en los siglos XVIII y XIX


sentenciaron el punto final del islam como potencia mundial. El último de sus
representantes políticos fue el Imperio Otomano, disuelto luego de la Primera
Guerra Mundial y segmentado en una serie de protectorados europeos.

El islam llega al siglo XXI en un estado de dispersión, con prácticas variadas


en naciones más o menos ortodoxas, e incluso una presencia considerable en
naciones occidentales. Además, sufre la mala fama del radicalismo terrorista
surgido con el enfrentamiento de Estados Unidos con agrupaciones
fundamentalistas como al-Qaeda o Estado Islámico (Daesh).

El Corán
En el Corán está contenida la palabra de Alá, revelada al profeta Mahoma.
El libro sagrado de los musulmanes es el Corán, también llamado Alcorán o
Qurán, donde estaría contenida la palabra de Alá, revelada al profeta Mahoma
por el Arcángel Gabriel (Gibril).

Estando vivo el profeta, sus enseñanzas se transmitieron oralmente, o


transcritas en soportes de cuero, palma, hueso, etc., hasta que se compilaron
en papel durante el califato de Utman ibn Affan, cuando se formularon en sus
114 capítulos modernos, divididos a su vez en versículos.

En el Corán hacen presencia personajes míticos de la tradición cristiana y


hebrea, como Adán, Noé, Abraham, Moisés o incluso Jesús de Nazaret,
quienes son tenidos como profetas de Dios, es decir, profetas islámicos. Sin
embargo, es Mahoma en la tradición islámica quien tiene, por decirlo así, la
última palabra.

El Corán se escribió en árabe clásico, idioma en el que suele recitarse durante


la liturgia, aunque hoy en día ha sido traducido a innumerables idiomas. Las
traducciones se consideran versiones del original, nunca equivalentes al
mismo, con un valor puramente didáctico, educativo.

Creencias del islam


El islam cree en la existencia de un único dios, Alá, creador, sustentador y
soberano del Universo, el cual se ha revelado a distintos profetas desde el
inicio de los tiempos, siendo uno de ellos incluso Jesús de Nazaret. De hecho,
las cualidades que los musulmanes le atribuyen a Dios no son muy distintas de
las que judíos y cristianos proponen, aunque con diferencias considerables.

Por ejemplo, el Dios del islam es único e indivisible, a diferencia del dogma de
la trinidad cristiano. Además es irrepresentable, por lo que no permite el culto a
imágenes o representaciones, como sí hace el cristianismo (al menos el
católico, con su santoral). Además, su texto sagrado, el Corán, es el único no
tergiversado a lo largo de los años.

Por otro lado, el islam cree en la existencia de los ángeles, que son criaturas
divinas que sirven de intermediario entre la humanidad y el creador, y que
jamás desobedecen sus mandatos.

También cree en la predestinación, y en que la voluntad de Alá está detrás de


todo lo que ocurre, perjudicial o beneficioso, ya que aquello que él no desee
que ocurra, no podría ocurrir.

En último lugar, el islam cree en una vida luego de la muerte, así como en un
juicio ante Alá, en el que a cada persona le será entregado por los ángeles un
libro con sus obras terrenales o con sus pecados. Esto ocurrirá el Día de la
Resurrección o yawn-al Qiyämah.

Símbolo del islam

El símbolo del islam se remonta al Imperio Bizantino y está en muchas


banderas.
Así como el cristianismo se identifica con la cruz, el símbolo con que
tradicionalmente se asocia el islam es la medialuna, o más aún la creciente y
estrella: una media luna con una estrella en su costado cóncavo, a veces con
ocho rayos en sus puntas.

Su origen se remonta al Imperio Bizantino, donde se asociaba a la versión


romanizada de Artemisa, Diana la cazadora, y se dibujaba con las puntas de la
luna hacia arriba, como si fueran cuernos.

Este símbolo pasó al Imperio Otomano, conquistadores de Bizancio, y se


asoció tanto al islam que hoy en día figura en muchas banderas de naciones
islámicas, como Argelia, Turquía, Túnez, Libia, Pakistán, Mauritania, Malasia,
Chipre del norte, Azerbaiyán, etc.

En otras banderas y representaciones, más afiliadas con la corriente chiita,


puede hallarse también el sable de Alí.

Ritos islámicos
Los ritos islámicos se hallan resumidos en los “pilares” del islam, de la siguiente
manera (según la doctrina suní, la mayoritaria):

 La Shahada o testimonio. Que dicta que “No hay dioses, sólo Dios, y Mahoma
es su profeta”.
 El salat o la oración. Que debe realizarse cinco veces al día: al alba, al
mediodía, a la media tarde, al crepúsculo y a la noche, siempre orientando el
cuerpo hacia la Meca. Cada viernes debe haber una oración comunitaria en la
mezquita.
 El azaque o limosna obligatoria. Que conduce a los fieles a dar parte de su
dinero a los menos favorecidos (usualmente un 2,5%), en un momento
determinado.
 El sawn o ayuno. Que debe realizarse cada noveno mes del calendario lunar
islámico, el mes de Ramadán. Los musulmanes deben abstenerse de ingesta o
contacto sexual hasta la caída del sol, excepto en los casos de dolencias de
salud, embarazo o edad, pero debiendo en esos casos compensarse con
ayuda a terceros o ayunos en otros momentos del año.
 La hajj o peregrinación a la Meca. Cosa que debe hacer al menos una vez en la
vida, siempre y cuando existan los recursos para ello.

Por otro lado, existe una ley islámica: Sharia. Es considerada Ley divina o
encarnación de la voluntad de Alá, y que todo musulmán debería seguir tanto
en público como en privado. Contiene los lineamientos para cada situación de
la vida ordinaria, entre las que destacan la prohibición del homicidio, del
adulterio, del consumo de alcohol y de los juegos de azar.

Dependiendo del grado de compromiso religioso de una nación, esta ley puede
practicarse al pie de la letra, o bien puede ser la inspiración de
las leyes modernas de la misma.

La mujer en el islam
El rol de las mujeres en una nación islámica depende del grado de
fundamentalismo.
Mucho se ha dicho sobre el rol que la mujer ocupa dentro del orden de las
cosas propuesta por el islam, según las tradiciones árabes y los textos
sagrados de esta religión. Pero lo cierto es que la ley islámica habla de
“complementación” entre hombres y mujeres, y en ningún lugar establece que
deban ocupar un rol específico, como el de amas de casa.

Aun así, el Corán deja en claro el mandato del hombre por sobre su esposa, tal
y como lo hace también el Antiguo Testamento de la Biblia. Por lo tanto, el rol
de las mujeres en una nación islámica dependerá del grado de
fundamentalismo de la cultura y del grado de separación que exista entre
Estado y religión.

Así, hay naciones muy estrictas en cuanto al rol femenino, al matrimonio y al


divorcio, en las cuales se exige que las mujeres al estar fuera de casa o en
presencia de extraños se cubran el cabello, el torso o incluso el cuerpo
completo, con una burka.

Por otro lado, la poligamia es permitida en algunas naciones, si el hombre tiene


los recursos para dar a sus esposas una vida digna. A cambio es el
responsable absoluto de ellas, debiendo otorgarle su permiso para salir,
estudiar o desempeñar ciertas labores. En cambio, la mutilación genital
femenina, usual en otros lugares, no es una costumbre típica islámica.

Fuente: https://concepto.de/islam/#ixzz8bTx5hOVA

El Islam es una religión monoteísta abrahámica fundamentada en las


enseñanzas del profeta Muhammad ibn Abdullah (570-632 d. C.). Tras
pronunciar su nombre, los musulmanes añaden «la paz sea sobre él», o en
forma escrita, LPSSE. Junto con el cristianismo y el judaísmo, constituye una
continuación de las enseñanzas de Abraham, patriarca al que hacen referencia
tanto las escrituras judías como las cristianas y a quien el islam considera un
profeta, por lo que también añaden «la paz sea sobre él» tras articular su
apelativo. No obstante, el islam se diferencia de ambas religiones en varios
aspectos. A sus seguidores se les denomina musulmanes, de los cuales
existen unos dos mil millones en el mundo, solo superados en cantidad por los
cristianos.

A partir de raíces de humilde origen en la península arábica, los seguidores de


Mahoma lograron conquistar a las superpotencias de su tiempo: los imperios
sasánida y bizantino. Al alcanzar su culmen en el 750 d. C., el Imperio islámico
se extendía por el este desde una parte de lo que es hoy Pakistán hasta
Marruecos y la Península Ibérica en su límite occidental. Aunque en sus inicios
el islamismo se expandió mediante la conquista, más adelante florecería a
través del comercio y trascendería sus fronteras iniciales hasta abarcar todo el
mundo. En la actualidad es la religión de más rápido crecimiento.
La misión del profeta

El profeta Mahoma, Muhammad ibn Abdullah, nació en el 570 d. C. en el seno


del clan coraichita de Banu Hashim, una facción muy respetada a pesar de su
menguante fortuna. Quedó huérfano a temprana edad, por lo que lo crió su tío
Abu Talib, quien según se dice, lo amó más que a sus propios hijos. Mahoma
se hizo comerciante y era reconocido por su honestidad, cualidad inusual en la
Arabia de entonces, y que llamó la atención de una adinerada viuda de nombre
Jadiya, quien le hizo una propuesta de matrimonio que él aceptó. Jadiya era 15
años mayor que él, que entonces tenía 25 años. Jadija le proporcionó a
Mahoma un apoyo clave para llevar a cabo su misión.

MAHOMA COMENZÓ A PREDICAR SOBRE LA UNICIDAD DE DIOS A SU


FAMILIA Y AMIGOS CERCANOS, Y MÁS TARDE AL PÚBLICO EN GENERAL

Al arribar a la segunda mitad de sus treinta, comenzó a orar en reclusión en


una cueva nombrada Hira, en la montaña Jabal al-Nour («Montaña de la Luz»),
cercana a La Meca. Se dice que un día en el 610 d. C. el ángel Gabriel se le
aproximó con la primera revelación de Dios, de Alá, que significa «el Dios». Se
cuenta que al principio Mahoma reaccionó de forma negativa a la revelación: se
sintió desconcertado, atemorizado, y regresó a su hogar con premura,
temblando de pánico, aunque más tarde comprendió que era un profeta de
Dios.

Mahoma comenzó a predicar sobre la unicidad de Dios, primero a su familia y


amigos cercanos y más tarde al público en general. En aquella época Arabia
era politeísta, de manera que los sermones de Mahoma acerca de un dios
único le acarrearon conflictos con los de La Meca, cuya economía se
sustentaba en el politeísmo (comercio de estatuillas, figuras y amuletos de
diferentes dioses paganos que vendían los mercaderes) y la estratificación
social en la que se basaba. Los de La Meca tomaron fuertes medidas para
detenerlo, pero continuó con la prédica de la nueva fe, porque sentía que tenía
esa deuda con Dios. En el año 619 d. C., denominado por los musulmanes año
del dolor, perdió a su tío Abu Talib y a su esposa Jadiya, por lo que entonces
quedó en extremo contristado e invadido por la sensación de encontrarse solo
en el mundo, situación empeorada por la persecución que sufrió en La Meca.

Entrada a la Cueva de Hira

Sin embargo, en el 621 d. C. recibió ayuda de algunos ciudadanos de Yatrib,


más tarde conocida por Medina, que habían abrazado el islamismo e invitaron
al profeta y a sus compañeros a la ciudad. En el 622 d. C. Mahoma huyó de La
Meca a Yatrib para esccapar de las conspiraciones contra su vida. La huida,
que marca el inicio del calendario islámico, se conoce como hégira. La ciudad,
admirada de sus enseñanzas, quiso que el profeta ejerciera como soberano
suyo y administrador de sus asuntos. Mahoma alentó a sus seguidores de La
Meca a que emigraran hacia Yatrib, lo que hicieron por grupos. Tras la partida
de la mayoría de sus compañeros, se marchó con un amigo de confianza
llamado Abu Bakr (573-634 d. C.), su futuro suegro.

Desde su nueva base, los musulmanes quisieron devolverle el golpe a los que
habían participado en su persecución. Comenzaron a realizar frecuentes
incursiones, o "razias", sobre las caravanas que comerciaban con La Meca.
Desde el punto de vista técnico las batidas constituían un acto de guerra. La
economía de La Meca se vio afectada y sus enfurecidos habitantes decidieron
acabar con los musulmanes de una vez por todas. Los musulmanes hicieron
frente al ataque de los mecanos en la batalla de Badr (624 d. C.), en la que 313
soldados desbandaron un ejército de alrededor de 1000 mecanos. Algunos le
acreditan la victoria a la intervención divina y otros al genio militar de Mahoma.

Tras la victoria de Badr, los musulmanes dejaron de ser un pequeño grupo de


seguidores de una nueva religión, para convertirse en una fuerza militar de
consideración. Se sucedieron múltiples enfrentamientos entre musulmanes y
otras tribus árabes, en los que los primeros tuvieron mucho éxito. Durante el
año 630 d. C. se abrieron las puertas de La Meca para recibir al ejército
musulmán, la ciudad de donde una década antes habían huido llenos de
pánico. La Meca se encontraba ahora en manos musulmanas, y contra todas
las expectativas, Mahoma le otorgó la amnistía a todos los que se rindieron y
aceptaron su fe.

Vista de La Meca y La Mezquita Sagrada, 1900 d. C .

World Digital Library (Public Domain)

En el momento de su muerte en el 632 d. C., Mahoma era el líder político y


religioso más poderoso de toda Arabia. La mayoría de las tribus se habían
convertido a su fe y le habían jurado lealtad. Murió en su casa, en Medina,
donde fue enterrado. El sitio se ha convertido hoy día en un sepulcro nombrado
«Roza-e-Rasool» (Tumba del Profeta), adyacente a la famosa «Masjid al-
Nabwi» (Mezquita del Profeta) en Medina, que recibe cada año la visita de
millones de musulmanes. En el libro A History of Medieval Islam (Historia del
Islam Medieval),

FUENTE: https://www.worldhistory.org/trans/es/1-731/el-islam/#:~:text=El
%20Islam%20es%20una%20religi%C3%B3n,o%20en%20forma%20escrita
%2C%20LPSSE.

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