Contenidos de Emprendimiento
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como dijo Américo Vespucio, la sorpresa debió haber sido mayor. Los aborígenes de Guatemala no
se encontraron cara a cara con los barbudos invasores, sino hasta tres décadas después del primer
viaje de Colón a Las Antillas. Sin embargo, ya tenían noticias de ellos, las cuales les llegaron por
medio de la embajada mexicana, enviada por el rey Moctezuma, y que, según el Memorial de
Sololá, llegó a Iximché en 1 Toh, del 16 año de su revolución -6 de julio de 1510- (Diccionario
Histórico Biográfico, 2004).
Cinco años después, en 1519, indica el mismo libro, “apareció la peste… Fue verdaderamente
terrible el número de muertos que hubo”. Es posible que haya sido una
peste producida por gérmenes desconocidos por los indios, que algún soldado español pudo haber
llevado a Yucatán o Centroamérica, pues aventureros españoles habían entrado en contacto con
los indios de esas regiones desde los primeros años del siglo XVI(Diccionario Histórico Biográfico,
2004).Hernán Cortés, el conquistador de México, en carta enviada a Carlos V, en 1524,informaba
que había recibido la visita de más de 100 indios de las ciudades de Utatlán -Quiché- y Guatemala -
cakchiquel-, ofreciéndose como vasallos y súbditos del rey de España. Y que había enviado al
capitán Pedro de Alvarado a someter aquellas tierras (Diccionario Histórico Biográfico,
2004). Alvarado salió de la ciudad de México el 6 de diciembre de 1523, con un ejército de
unos420 soldados, de caballería e infantería, provistos de mosquetes y pequeños cañones -
falconetes-. Venían también 300 indios tlaxcaltecas, como cargadores y auxiliares. El número de
hombres era pequeño, pero los caballos, las armas de fuego, las ballestas, las espadas y lanzas de
acero aumentaban su poder ofensivo (Diccionario Histórico Biográfico, 2004). Al llegar a
Soconusco, Alvarado envió indios mensajeros a los quichés y cakchiqueles, a quienes pedía que se
sometieran al Rey de España, pero no obtuvo respuesta. Cruzó el río Suchiate y se internó en las
tierras gobernadas por los quichés y tuvo los primeros contactos con éstos (Diccionario Histórico
Biográfico, 2004)
REVOLUCIÓN FRANCESA
La Revolución francesa fue un proceso histórico que atravesó Francia entre 1789 y 1799 a
partir del cual se transformó la política, la sociedad y la economía. Fue la primera
revolución liberal que derrocó a la monarquía y disolvió los privilegios de la sociedad
estamental del Antiguo Régimen.
Esta revolución estuvo protagonizada por un conjunto social integrado por la burguesía, el
campesinado, los artesanos, los profesionales de oficio y otros trabajadores urbanos, y el
bajo clero. A través de una serie de eventos, este conjunto social logró derrocar a la
monarquía del rey Luis XVI e imponer un gobierno revolucionario.
En la metrópoli, a su vez, la muerte de Carlos III había dado paso, en 1788, al reinado del mediocre
e inseguro Carlos IV, que optó por mantener al frente del gobierno al liberal conde Floridablanca.
Frente a los sucesos europeos, la represión a las ideas progresistas y a la prensa se acentuaron de
inmediato en Hispanoamérica. Empero, ello no pudo evitar que en las colonias circularan papeles
subversivos tales como ejemplares de la Constitución francesa y copias de la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano.
La ética ambiental es la rama de la ética que se dedica al estudio de la relación entre los seres
humanos y su ecosistema enfocado al ambiente natural. Son los principios enfocados a cuidar y
preservar el ambiente, no solo como humanos individuales, también como organizaciones
pensando en las generaciones futuras.
La ética tiene por misión proteger al “otro”, vulnerable y frágil, y aunque los individuos
futuros no estén presente al mismo tiempo que nosotros, deberíamos considerar sus
intereses, porque sus capacidades, vulnerabilidades y necesidades no deberían ser
sustancialmente distintas de las nuestras (2).
A partir de entonces el concepto de ética ambiental se definió de dos maneras: “el estudio ético
de las interacciones humanas con y el impacto humano sobre el mundo natural y el sistema
natural”, y: como “un nuevo campo de la ética filosófica preocupada por la descripción de los
valores que posee el mundo natural no humano y por la prescripción de una respuesta ética
apropiada para asegurar la preservación o restauración de estos valores” (2).
Lo que se conoce como responsabilidad social ambiental no es otra cosa que una serie
de acciones y esfuerzos que llevan a cabo las empresas para compatibilizar sus
actividades comerciales y corporativas con la preservación del medioambiente y de los
entornos en los que operan.
Todos somos conscientes de que para crear un modelo de sociedad sostenible, hay que incluir en
ella a las empresas como agentes con capacidad para dar respuesta a las necesidades de la
humanidad y avanzar en los proyectos sociales. Hoy en día las empresas son los principales
impulsores de la economía, los elementos que alimentan al mercado y regulan el equilibrio entre
la oferta y la demanda. Sin embargo, las empresas son mucho más que eso: no hay que olvidar
que además del descomunal impacto social, laboral y económico que causan en la sociedad,
también lo producen a nivel medioambiental. Por ello, es indispensable trazar una línea de
actuaciones para la sostenibilidad del planeta.
El poder de las empresas es cada vez es mayor debido a factores como la globalización, la
flexibilidad de los mercados o la externalización de la producción. Las leyes estatales de cada país
resultan cada vez más insuficientes y se quedan cortos a la hora de obligar a las grandes
compañías a reducir el impacto medioambiental. Sin la colaboración y la voluntad expresa de las
empresas, los esfuerzos gubernamentales son a todas luces, ineficaces. En este artículo de
Ecología Verde, hablamos sobre la responsabilidad social medioambiental de las empresas.