Ars Antiquo y Ars Nova Antepasado Istory
Ars Antiquo y Ars Nova Antepasado Istory
Ars Antiquo y Ars Nova Antepasado Istory
Índice general 1
1 Cuestiones preliminares 3
1.1 Reflexiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2 La periodización en la Historia de la música . . . . . . . . . .5
1.3 Géneros, estilos, notación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.4 Culturas musicales no europeas . . . . . . . . . . . . .12
5 La polifonía medieval 49
5.4 Orígenes de la polifonía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
5.5 Ars Antiqua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
5.6 Ars Nova ............................... 54
6 La música en el Renacimiento 59
6.4 El motete . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
6.5 La canción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
6.6 La misa polifónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
6.7 La música instrumental en el Renacimiento . . . . . . . . . . 64
7 El siglo XVII 73
7.4 La transición del Renacimiento al Barroco . . . . . . 73
7.5 Del madrigal a la cantata . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75
7.6 El nacimiento de la ópera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .76
7.7 La música vocal religiosa en el XVII . . . . . . . . . . .78
7.8 La música instrumental en el XVII . . . . . . . . . . . . .81
8 El siglo XVIII 87
8.4 El Barroco tardío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88
8.5 El Clasicismo musical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92
9 El siglo XIX 109
9.4 Un siglo romántico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
9.5 El Romanticismo musical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
9.6 Géneros musicales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
2
Unidad didáctica 1
Cuestiones preliminares
3
1. Cuestiones preliminares
positores americanos o asiáticos, principalmente del siglo xx: Ginastera, Cage,
Takemitsu…).
Aceptado esto, deberíamos plantearnos cuándo comienza la cultura occidental: la
antigua Grecia, la era cristiana, la caída del imperio romano… Sin embargo, nuestra
historia de la música comienza normalmente con el estudio de la monodia religiosa
medieval, el canto llano o gregoriano. ¿Por qué? Simplemente porque conservamos la
notación musical de esa monodia, y no conservamos —o no comprendemos del todo—
la de manifestaciones musicales anteriores. Es decir, que el objeto de nuestro estudio es
sólo la música escrita, y especialmente la escrita sobre líneas paralelas que indican la
altura de los sonidos.
En conclusión, lo que llamamos pomposamente historia de la música no es nada
más que la historia de la música culta occidental escrita sobre líneas paralelas.
4
repertorio (los musicólogos, intérpretes, críticos… del siglo xix
principalmente). A estos prejuicios podemos añadir otros: por ejemplo,
es casi nula la presencia de mujeres compositoras en el canon; no
porque no las hubiera, que las hubo, a pesar de las dificultades para
acceder a un trabajo intelectual, sino simplemente porque en esto, como
en otros campos, se las ha silenciado. Del mismo modo se ha silenciado
a todos aquellos compositores y compositoras que no se ajustaban a la
idea general de «evolución» de la música occidental, bien por ser
demasiado conservadores o demasiado avanzados, o por haber diseñado
caminos musicales que luego nadie ha seguido. El criterio nacional, o
nacionalista, también ha influido en la creación del canon: el hecho de
que las más importantes universidades de finales del xix y principios del
xx fueran alemanas, y que la escuela historiográfica alemana haya
dominado un período decisivo en la historiografía musical, explica en
parte la abundancia de compositores del ámbito germánico en el canon.
En resumen: nuestro concepto de historia de la música es
excesivamente reducido: la historia de un puñado de compositores y
obras de la música culta occidental escrita, seleccionados por criterios
muy diversos. Honestamente, deberíamos plantearnos realizar una
nueva historia de la música; pero en tanto lo hacemos, al menos
debemos reconocer nuestra estrechez de miras.
5
1. Cuestiones preliminares
Historia del arte. No siempre la música cambia al mismo ritmo que otras
actividades humanas, por lo que los términos de la historia general o la del
arte no sirven en muchos casos para la de la música.
Edad antigua (hasta el siglo v d.C.). Aunque la notación musical nació al tiempo que la
escritura, la mayor parte de las culturas antiguas no escribieron su música, y las
escasas notaciones que existen son prácticamente desconocidas, con la excepción
importante de la de la Grecia helenística (a partir del siglo iv a.C.).
Para la historia de la música, lo más interesante de esta época son las teorías
griegas sobre la música, que influyeron de forma importante en la música
europea medieval, renacentista y barroca, e incluso después.
6
La música de esta época es bien conocida, en general, y es entonces
cuando se produce el desarrollo del sistema tonal que tendrá su esplendor
en el Barroco tardío y el Clasicismo.
De estas etapas, las dos primeras se sitúan en la edad media, las tres
siguientes en la edad moderna y las últimas en la contemporánea; el siglo xx (y
lo que llevamos del xxi) no están clasificados por su cercanía, que impide
considerarlos con suficiente objetividad.
Pocos de estos términos son válidos en la Historia de la música: en la edad
media, la música sigue una evolución diferente a las artes plásticas, por lo que
no se puede hablar de una «música románica» y una «música gótica»; en su
momento se verá la evolución de la música y su posible relación con otras artes.
7
1. Cuestiones preliminares
Los términos «Renacimiento» y «Barroco» sí están arraigados en la historia
de la música, aunque el segundo cada vez está más cuestionado; en cuanto al
primero, está muy claro dónde termina, pero no tanto dónde comienza.
El Neoclasicismo en música se denomina simplemente «Clasicismo», y el
positivismo y realismo no existen, salvo derivaciones posteriores como el
«verismo» italiano. Es preferible considerar todo el siglo xix como romántico.
Con todo esto, las etapas de la música europea occidental serían las
siguientes:
Edad Media: desde las primeras muestras de música escrita hasta los inicios del
siglo xv.
Renacimiento: desde 1420, aproximadamente, hasta 1600.
Barroco: tradicionalmente se sitúa entre las fechas de 1600 (estreno de la
primera ópera conservada) y 1750 (fallecimiento de Johann Sebastian
Bach); se puede situar también entre 1580 y 1720, aproximadamente.
Clasicismo: desde aproximadamente 1720 (comienzo del llamado
«preclasicismo»), aunque hay quien sitúa su comienzo hacia 1770, con
las obras de madurez de Haydn. El final, hacia 1810-1820; también se
utiliza la fecha de 1827, fallecimiento de Beethoven.
Romanticismo: desde 1820 (aproximadamente) hasta el final del xix, con varias
etapas diferenciadas.
Música contemporánea: se inicia hacia 1890, con las obras de madurez de
Mahler, Debussy…, aunque el momento de cambio más importante es
hacia 1907 (aparición de la atonalidad). A veces la expresión «música
contemporánea» se utiliza solo para la creada con posterioridad a 1945.
8
Géneros
El concepto de género es bastante flexible: en general hace referencia a la
utilización de la música, es decir, su contexto, su función, su caracterización
social…; también se basa en los medios utilizados (instrumentos, cantantes,
número de músicos…); finalmente, el término género hace referencia a veces a
formas musicales que han alcanzado un grado importante de desarrollo y de
diversidad (como, por ejemplo, la ópera o la sinfonía).
Hay una gran diversidad de géneros musicales, pero algunos de los criterios
principales son los siguientes:
9
1. Cuestiones preliminares
lado, se pueden plantear géneros mixtos entre lo vocal y lo instrumental:
por ejemplo, la música sinfónico-coral, que utiliza los recursos de ambos
géneros; o la canción de cámara, que incluye solistas vocales e
instrumentales.
Estilos
Un estilo es un conjunto de rasgos musicales comunes a un conjunto de obras y que
definen una tendencia musical, asociada habitualmente a un período o a un género. Por
ejemplo, hay un estilo renacentista o un estilo romántico; o bien un estilo operístico o
religioso. Pero lo habitual es unir ambos conceptos: tenemos así, por ejemplo, el estilo
sinfónico romántico o el estilo de la ópera barroca. Uno de los propósitos de la Historia
de la música es definir los estilos que se han sucedido en el tiempo, desarrollando así
una historia de los estilos musicales (que es el propósito principal de esta asignatura).
Para determinar esos rasgos de estilo, hay que basarse en diversas cuestiones
musicales, entre ellas las siguientes:
10
Forma musical. La estructura de una obra musical es una de las características
más determinantes de un estilo: por ejemplo, la música vocal de cámara
presenta formas diferentes en el barroco medio (cantata) o en el
romanticismo (lied). El estudio de las formas es fundamental para
comprender la historia de los estilos musicales.
La notación musical
Puesto que el objeto de estudio habitual de la Historia de la música es la
música escrita, la historia de la escritura musical forma parte también de
nuestro estudio. Las notaciones más relevantes en relación con la música
occidental son, entre otras, las siguientes:
11
1. Cuestiones preliminares
1.4 Culturas musicales no europeas
Desde finales de la Edad Antigua y durante toda la Edad Media se
constituyeron y consolidaron la mayor parte de las culturas musicales que
perduran en la actualidad. La cultura musical de Europa Occidental es una de
las últimas en formarse: su estabilización se sitúa en torno al año 1000 dc y su
forma definitiva se adquiere hacia el siglo xvii. En el resto del mundo se han
desarrollado paralelamente otras culturas musicales, entre las que destacan las
de Asia, principalmente las culturas india, china, japonesa y árabe.
La música de la India
La música cortesana de la India existe desde épocas muy antiguas, aunque
las primeras noticias importantes que tenemos de ella aparecen en libros
escritos ya en la era cristiana, principalmente a partir del siglo iv dc. Como la
mayor parte de las músicas, se trata de una tradición transmitida oralmente que
ha llegado hasta la actualidad, aunque es difícil precisar en qué medida la
música que se hace actualmente se parece a la de épocas pasadas.
Las principales características de la música india son las siguientes:
— Se trata de música monódica basada en un complejo sistema de modos
habitualmente heptatónicos que incluyen intervalos no existentes en la
música occidental. Algunas notas de cada modo son de afinación fija,
otras son variables.
— Gran diversidad rítmica, marcada normalmente con instrumentos de
percusión. El ritmo se estructura en largos ciclos rítmicos que reciben el
nombre de tala.
— Importancia de la improvisación. Las composiciones musicales son una
especie de grandes esquemas que exigen el desarrollo por parte de los
intérpretes; estos adquieren así la categoría de compositores en el
momento de la ejecución.
La principal forma musical india es el raga, basado siempre en un modo
determinado y de muy larga duración. En su interpretación interviene un
instrumento principal, que puede ser la voz o un instrumento de cuerda pulsada
(sitar, sarod, vina), aunque también se usan instrumentos de arco o de viento.
Junto al instrumento principal, que desarrolla la parte melódica, interviene la
tabla, instrumento de percusión formado por dos membranófonos que
desarrolla el ritmo; y por último un instrumento que emite una nota pedal o
bordón que coincide con la nota fundamental del modo; suele ser un
instrumento de cuerda pulsada llamado tampura.
12
La música en China y Japón
La cultura musical china es la más antigua de las que se conocen en la
actualidad; su origen se sitúa hacia el año 2700 ac. Para entonces ya se
conocían en China las proporciones matemáticas de los intervalos que
«descubriría» Pitágoras dos mil años después; se conocía también el círculo de
quintas y de este derivaba la construcción de diversas escalas, principalmente la
escala pentatónica que constituye la base de buena parte de las melodías chinas.
La música culta china se desarrolla principalmente en dos ámbitos: el
ámbito cortesano o de cámara, sobre todo con instrumentos solistas como el qin
(cítara), el pipa (especie de laúd) o el di (flauta), que también forman a veces
conjuntos instrumentales. El otro ámbito es el de la música teatral, conocida
habitualmente como «ópera china» (en chino, xi o xiqu), un complejo
espectáculo que incluye declamación, representación, música, canto,
acrobacia… y que presenta varios estilos diferentes.
La música japonesa deriva en gran parte de la china y se desarrolló a partir
del siglo xii dc. Los instrumentos principales son los mismos de la tradición
china: koto (cítara), biwa (laúd), shakuhachi (flauta)… En la música japonesa
también se distingue una tradición cortesana y una teatral. En la primera, que
recibe el nombre de gagaku, se utilizan diversos conjuntos instrumentales. El
teatro musical japonés tiene dos tendencias principales: el kabuki y el noh.
La música árabe
A diferencia de las tradiciones musicales de India, China y Japón, mal
conocidas en Europa hasta muy recientemente, la música árabe ha mantenido
siempre un estrecho contacto con la europea: su origen se sitúa en la Edad
Media (hacia el siglo vii dc), como la música europea; y se desarrolla en
territorios cercanos y muy ligados históricamente a Europa (Oriente Próximo y
norte de África). Relacionadas con la música árabe están también la persa (que
influyó ya en la antigüedad en la música griega) y la turca.
La música árabe presenta características similares a la de la música india,
tal vez por la influencia en ambas de la música persa; estas características son la
modalidad, con una variedad amplia de intervalos, que incluyen la segunda
media (¾ de tono) y la segunda aumentada; la diversidad rítmica, organizada
también en ciclos rítmicos; y la importancia de la improvisación. La cualidad
más destacada de la música árabe es la heterofonía, textura provocada por la
interpretación simultánea de versiones diferentes de una misma melodía.
13
1. Cuestiones preliminares
Las formas musicales de la música cortesana árabe son muy extensas y se
organizan en diferentes secciones, vocales e instrumentales, de distinto ritmo y
tempo. Entre estas grandes formas destacan el maqam iraquí, la wasla siria y la
nuba del norte de África, esta última de origen andalusí. Otras formas más
breves (que a veces forman también parte de las más amplias) son la
muwaššaḥa o moaxaja y el zajal o zéjel, ambas también de origen andalusí, que
consisten en canciones de forma estrófica.
El principal instrumento de la música árabe es el ‘ud (laúd), con cuatro o cinco
órdenes de cuerdas y sin trastes. Otros instrumentos importantes son el qanun y el
santur (cítaras), el kamanja (de arco, sustituido actualmente por el violín) o el nay
(flauta); abundan también los membranófonos, como el darbukka (tambor), el riqq, el
tar y el bendir (panderos).
14
Unidad didáctica 2
15
Etnomusicología. La etnomusicología, el estudio de las músicas de tradición oral
actuales, puede a veces ayudar a la comprensión de la actividad musical antigua.
2. La música en las culturas antiguas. Grecia
16
2.2. La música en la antigua Grecia
17
2. La música en las culturas antiguas. Grecia
Se suele dividir la historia de la antigua Grecia en tres etapas: arcaica (hasta el siglo
vi ac), clásica (siglos v y iv ac) y helenística (a partir del siglo iii ac). En las primeras,
el mundo griego abarcaba el entorno del mar Egeo, es decir, la actual Grecia junto con
las costas occidentales de Turquía y las islas del Egeo, aparte de otras colonias. En la
etapa helenística, la cultura griega se extiende —tras las conquistas de Alejandro
Magno— a los territorios de Siria y Egipto, llegando incluso a Persia y la India,
conformando finalmente un «mundo griego» en toda la zona oriental del Mediterráneo.
En esta última etapa será cuando se desarrolle de forma definitiva la teoría musical
griega, así como la notación.
Sistema musical
La música griega es siempre monódica, tanto la música vocal como la instrumental.
El papel de los instrumentos en la música vocal no está claro: podrían doblar la
melodía de la voz o variarla, creando así una textura heterofónica. La teoría musical
griega se centra por tanto en el estudio del ritmo y de la melodía; el objeto principal de
estudio es el intervalo. Existían tres intervalos principales, que correspondían a tres
proporciones matemáticas simples:
— Octava (2:1)
— Quinta (3:2)
— Cuarta (4:3)
¯
G ˇ
ˇ
¯
–flflflflflflflfl–
Diatónico
18
2.2. La música en la antigua Grecia
¯
G ˇ
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1 1 ½
Cromático
G 2ˇ
¯
ˇ
¯
1½ ½ ½
Enarmónico
–
G 3ˇ 2 ˇ ¯
¯
2 ¼ ¼
Las dos notas internas podían afinarse de diferentes formas, dando lugar así a
diversos géneros de tetracordo; los intervalos más amplios están siempre entre las notas
más agudas, los más estrechos entre las más graves. Los géneros principales de
tetracordo son tres (ver ejemplo en la figura 2.1):
19
2. La música en las culturas antiguas. Grecia
—flflflflflflflfl—
¯
ˇ
ˇ ¯
¯
G ˇ
ˇ
¯
–flflflflflflflfl–
Las notas principales de la octava forman los intervalos de octava, quinta y cuarta;
las otras cuatro notas son de afinación variable, dependiendo del género del tetracordo.
El sistema musical completo abarcaba dos octavas (sistema perfecto mayor, figura
2.2) y podía transportarse por semitonos una octava, con lo que la extensión total
llegaba a las tres octavas. El ámbito de cada composición no solía extenderse más allá
de una octava, escogida entre las diferentes especies que ofrecía el sistema y que eran
denominadas con nombres geográficos de regiones de Grecia (dórica, lidia, frigia…).
Cada uno de los posibles sonidos del sistema estaba asociado a un signo.
La notación musical utilizaba estos signos: por ejemplo, en la figura 2.3 se
¯ˇ ˇ¯
ˇ
ˇ¯
¯
G ˇ
ˇ
8 ¯ˇ ˇ
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Figura 2.2: Sistema perfecto mayor
20
2.2. La música en la antigua Grecia
ˇˇˇˇ
ˇ
ˇˇ
ˇ
G ˇ
ˇ
8 ˇˇˇˇˇ
𝈚 Ω Ε Ζ Ι Ξ Ο Ϲ Φ 𝈖 𝈕 𝈒 𝈍 𝈌 𝈉
ˇ ˇ `ˇ ˘ ˘ ˝ˇ
I
-ϲ ϲ ϲ𝉂 ϲ𝉃 ϲ𝉄
pueden ver los signos correspondientes a las notas del sistema perfecto mayor en el
género diatónico.
Para indicar el ritmo, se utilizaban diversos signos añadidos sobre los que indicaban
la altura; estos signos indicaban la duración de la nota respecto a una unidad básica de
pulso. Se puede ver un ejemplo en la figura 2.4.
El pensamiento musical
Dos teorías sobre la música de la Grecia antigua influyeron profundamente en el
pensamiento musical occidental: la teoría del ethos y la armonía de las esferas.
Ambas teorías tienen su origen en la escuela pitagórica, fundada por Pitágoras en el
siglo vi ac. Los pitagóricos sostenían que todo lo que existe está gobernado por
proporciones matemáticas, desde el movimiento de los astros hasta el alma humana. La
música, cuyos intervalos responden a proporciones matemáticas simples, proporciona
el modelo para comprender el universo y al ser humano.
21
2. La música en las culturas antiguas. Grecia
La teoría del ethos (de ἦθος, «carácter») fue desarrollada por Damón en el siglo v
ac y transmitida posteriormente por el filósofo Platón; defiende que la música puede
modificar el comportamiento y la personalidad de los seres humanos, por lo que debe
ser la base de la educación y de la organización social. Según Damón y Platón, cada
estilo musical provoca un comportamiento diferente, por lo cual ciertos estilos deben
ser apoyados y otros prohibidos. Esta idea de la influencia de la música en el
comportamiento humano se mantiene durante toda la Antigüedad, atraviesa la Edad
Media y es la base de buena parte del pensamiento musical renacentista, hasta
desembocar en la teoría de los afectos de la música barroca. Durante el Romanticismo
se asignó un ethos a cada tonalidad. En la actualidad se mantiene viva en áreas como la
musicoterapia.
En cuanto a la armonía de las esferas, consistía en la creencia en que los astros, en
su movimiento a través del espacio, producen sonidos que se combinan para formar
música («armonía»). Según los pitagóricos, los intervalos que se formaban eran los
mismos que utiliza la música hecha por seres humanos, por lo que el estudio de la
música era un camino para el conocimiento del universo. Esta creencia se mantiene
hasta la edad moderna; así, Kepler, al enunciar en el xvii las leyes de movimiento de
los planetas, seguía afirmando que estos producen sonidos armónicos. La principal
consecuencia de esta creencia fue el desarrollo del estudio de los intervalos, que
condujo a la moderna acústica.
22
Unidad didáctica 3
Comienza así el desarrollo de las ceremonias litúrgicas, la principal de las cuales surge de la
unión de dos prácticas primitivas: la lectura en común de textos sagrados y la conmemoración
de la última cena de Jesús de Nazaret; es la ceremonia que más tarde se llamará misa, y en ella
se incluían cantos de diversos tipos. Por otra parte, en el mismo siglo iv se desarrolla el
fenómeno del monacato, la vida en solitario de monjes ermitaños que se dedicaban a la oración;
con el
tiempo, estos monjes formarán comunidades que utilizarán el canto como forma de oración en
común.
Entre las prácticas musicales (o semimusicales) que sabemos que existían ya en el siglo
cuarto, se encuentran estas:
Cantilación: se trataba de una forma especial de leer o recitar textos sagrados, entonando sobre
una nota principal con inflexiones hacia el agudo o el grave en las pausas o acentos; estas
inflexiones son las cadencias.
Salmodia: los salmos y otros cantos, organizados en parejas de versículos, se entonaban con
fórmulas que incluían una entonación (movimiento melódico ascendente, normalmente
solo al principio del primer versículo), una nota tenor, sobre la que se mantenía casi toda
la salmodia, y unas cadencias para la pausa intermedia (cadencia medial) y final (cadencia
final) de cada par de versículos.
Iubilus: según Agustín, se trataba de una melodía sin palabras desarrollada en algún momento
de un canto; un melisma, pues, que aparecía en momentos de mayor expresividad.
— En Italia, entre otras, destaca la liturgia de Roma, que se conoce como romana
antigua. Al norte, la liturgia milanesa o ambrosiana, por el nombre del obispo del
siglo iv citado antes.
25
3. El canto litúrgico cristiano medieval
Nuestro conocimiento actual de estas liturgias es bastante parcial. Las liturgias celta
y africana desaparecieron antes del nacimiento de la notación; la romana antigua y la
galicana fueron sustituidas por la gregoriana sin haber creado documentos escritos
importantes, por lo que hay que descubrir su presencia en códices gregorianos. La
liturgia hispánica sí dejó códices, pero en un sistema de notación que no conocemos bien
y no podemos transcribir; solo algunos cantos se incluyeron en códices posteriores en
notación descifrable. La única liturgia que se mantuvo tras la difusión del gregoriano fue
la ambrosiana.
En cuanto a las liturgias orientales, la mayor parte de ellas se han mantenido, con mayor
o menor evolución, a lo largo de los siglos.
26
veían este canto como una forma imperfecta del romano, mal aprendido por los cantores
francos. Solamente en Milán se mantuvo el rito antiguo milanés o ambrosiano, asociado con el
obispo Ambrosio, santo como Gregorio y por tanto tan aceptable como el gregoriano.
En los territorios hispánicos, el «rito romano» se hizo oficial a finales del siglo xi, pero solo
en los reinos cristianos del norte; en al-Ándalus seguía utilizándose el rito hispánico. Tras la
conquista de Toledo, se autorizó a varias iglesias de esta ciudad a mantener este rito, que fue
desapareciendo paulatinamente. A finales del xv, el cardenal Cisneros puso en marcha un
proceso de recuperación del canto, basándose en la tradición oral, que desembocó en la edición
de varios cantorales; el canto recogido en ellos era ya muy lejano al canto hispánico original.
Cisneros dotó también una capilla de la catedral de Toledo para que mantuviera el rito, que ha
llegado en esta forma hasta la actualidad.
— Es un canto monódico, es decir, se utiliza una sola línea melódica tanto para el
canto solista como para el canto a coro.
Silábico. Es el estilo más simple: a cada sílaba del texto le corresponde una nota (a
veces dos).
27
3. El canto litúrgico cristiano medieval
El repertorio
Cantos de la misa
El repertorio gregoriano está formado fundamentalmente por los cantos que
se interpretaban en las dos grandes ceremonias litúrgicas: la misa y el oficio. Los
cantos de la misa se dividían en dos grandes grupos: aquellos que se repetían a
diario, durante todo el año o en ciertas épocas, o cantos del ordinario; y aquellos
que variaban en función de la fiesta del día o de la semana del año litúrgico, o
cantos del propio. El repertorio gregoriano, originalmente, centró su atención en
este segundo grupo, que era cantado normalmente por las scholae, los coros
profesionales, frente al primero, que era cantado por todos los asistentes. Los
cantos del propio se suelen clasificar en dos grupos:
Responsoriales o de meditación, cantados por solistas antes de la lectura del evangelio. Son el
gradual, el aleluya y el tracto. Estos dos últimos eran excluyentes: cuando se cantaba uno,
no se cantaba el otro, en función de la época del año litúrgico. Todos son melismáticos y a
veces superan el ámbito de la octava.
Los cantos del ordinario son cinco, que se conocen por las palabras con que se inician sus
textos: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei. Son cantos muy antiguos y eran cantados
por todos los asistentes. Aunque en origen no llamaban la atención de los músicos de iglesia, a
partir del siglo xi se compusieron centenares de melodías nuevas para ellos. Posteriormente
serían también el núcleo principal en la composición de misas polifónicas y concertadas.
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Cantos del oficio
Las comunidades monásticas (y los canónigos de catedrales y colegiatas) tenían
entre sus obligaciones la de reunirse para el rezo varias veces al día; estos momentos se
denominaban horas y en conjunto constituían el oficio. Aunque cada hora tenía una
estructura diferente, los cantos del oficio se pueden agrupar en varios tipos:
Antífonas. Las antífonas son el género más numeroso del repertorio. Eran cantos breves,
de ámbito reducido, con intervalos melódicos pequeños, en estilo silábico,
destinados al canto por toda la comunidad.
El sistema musical
La necesidad de sistematizar el nuevo canto unificado (gregoriano) lleva al
desarrollo de la teoría musical a partir del siglo ix. El principal objetivo de esta teoría
musical era clasificar los cantos en un sistema que facilitara su memorización. Se crea
así un sistema de ocho modos que utiliza como criterios fundamentales de clasificación
la nota final y el ámbito del canto.
Las posibles notas finales en este sistema son re, mi, fa y sol, que son las notas más
graves de cuatro especies diferentes de quintas. Los modos terminados en estas notas se
denominan respectivamente protus, deuterus, tritus y tetrardus
(palabras griegas latinizadas que significan «primero», «segundo», «tercero» y «cuarto»).
El ámbito básico es el de la quinta que comienza en la nota final. A esta quinta se le
añade una cuarta para completar la octava. Si esta cuarta se añade por arriba, el ámbito
es auténtico; si se añade por debajo, es plagal. Así, por ejemplo, en el modo protus la
quinta principal es re-mi-fa-sol-la; si se continúa hacia el siguiente re añadiendo la-si-
do-re por arriba, tenemos el modo protus auténtico; si añadimos hacia abajo re-do-si-la,
tenemos el protus plagal.
29
3. El canto litúrgico cristiano medieval
Además de la nota final (la más importante del modo), hay una segunda nota en
importancia, denominada tenor, por su asociación con los tonos de salmodia.
auténticos plagales
i ˇˇˇ ii ˇ
ˇ ˘ ˇ
protus
I ˇ I ˘
¯ ˇ
¯ˇ
I ˇ iii ˇ ˇ ˇ ˇ
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tetrardus I I ˇ
ˇˇ
30
Cuadro 3.2: Sistema de los ocho modos. En cada modo se indica la nota final ( 𝅝) y
la nota tenor (𝅗).
La notación
A comienzos del siglo vii, Isidoro de Sevilla afirmaba en sus Etimologías: «si los
sonidos no se retienen en la memoria, se pierden, pues no se pueden escribir». Un par
de siglos después nació la notación musical. La razón fue sin duda la implantación del
repertorio gregoriano. La necesidad de difundir adecuadamente el nuevo repertorio
obligó a buscar nuevos métodos, y así surgió la idea de «escribir los sonidos»; la
notación musical, junto a la teoría de los modos y la leyenda de Gregorio el Magno,
contribuyó a la unificación litúrgica.
Las notaciones más antiguas utilizaban unos signos llamados neumas que se
escribían sobre las líneas del texto que se debía cantar. Estos neumas «dibujaban» el
perfil melódico del canto, pero no pretendían reflejar con precisión la melodía, que se
aprendía de oído y memorizando. En la primera mitad del siglo xi, el monje italiano
Guido d’Arezzo reunió varias técnicas que facilitaban la lectura a primera vista y por
tanto el aprendizaje de los cantos, entre ellas el uso de líneas paralelas para indicar la
altura de los sonidos o letras clave que identificaban notas concretas (do y fa). El
sistema guidoniano tuvo gran éxito y de él derivaron otras notaciones, como la
notación cuadrada que nació en el siglo xii y que aún se utiliza en los libros de canto
gregoriano. La figura 3.1 muestra ejemplos de notación neumática y notación
cuadrada.
3.3 Expansiones del canto
La implantación del canto gregoriano en Occidente supuso, en cierto modo,
la «fosilización» del repertorio: antes del siglo viii, cada territorio, incluso cada
diócesis, tenía su propia liturgia y sus propios cantos; después, el canto y la
liturgia debían ser los mismos. Los músicos eclesiásticos no se resignaron a esta
situación, y continuaron componiendo música nueva, que se añadía de diversas
formas a las melodías gregorianas; en ocasiones se componían también piezas
completamente nuevas, bien por aparición de nuevas festividades o por
canonizaciones, bien para utilizarse en momentos en que no había cantos
asignados, como por ejemplo en las procesiones. En este último caso se incluyen
los cantos denominados conductus.
De entre las técnicas y formas que surgieron en este contexto, destacan los tropos,
las secuencias y los dramas litúrgicos.
31
3. El canto litúrgico cristiano medieval
Tropos
El término tropo designa actualmente un conjunto diverso de técnicas de
ampliación de los cantos del repertorio gregoriano; en su época, estas técnicas
recibieron distintas denominaciones. Las técnicas de tropar son
fundamentalmente tres:
32
(b) Notación cuadrada
Los tropos tuvieron un gran desarrollo desde el siglo ix hasta el xvi, cuando fueron
prohibidos por el concilio de Trento. Los cantos que se tropaban con más frecuencia eran
33
3. El canto litúrgico cristiano medieval
los cantos procesionales de la misa (introito, ofertorio, comunión) y los responsorios del
oficio. También se tropaban los cantos del ordinario de la misa, a excepción del Credo.
Secuencias
Las secuencias son cantos independientes de nueva composición que se interpretaban
tras el aleluya en la misa. Su origen pudo estar relacionado con los tropos: en principio,
la sequentia era un melisma que se añadía a la última sílaba de la palabra aleluya; este
melisma fue después tropado y convertido en canto silábico, para después
independizarse completamente.
La secuencia, como canto independiente, adoptó formas diversas; las más importantes son
dos:
— Una serie de melodías repetidas dos veces con diferente texto; la primera y la
última, habitualmente, no se repiten, quedando una forma A BB CC … XX YY Z.
Es la forma principal de la secuencia primitiva (por lo que a veces se denomina
forma de secuencia), y se relaciona con otras formas musicales de la época, no
solo religiosas.
Al igual que los tropos, las secuencias fueron prohibidas por el concilio de Trento;
solamente se autorizaron cuatro:
A comienzos del siglo xviii se autorizó también la secuencia Stabat Mater, que gozaba
de una gran popularidad.
El drama litúrgico
Lo que conocemos actualmente como drama litúrgico es un tipo de composición dialogada,
cantada en su totalidad, que se representaba durante alguna ceremonia religiosa en forma teatral.
El origen del drama litúrgico se suele relacionar con una composición conocida como Quem
quaeritis. Se trata de un breve diálogo entre unos ángeles y las mujeres que buscan a Cristo en el
sepulcro el día de Resurrección. El texto dice así:
34
A Jesús Nazareno crucificado, habitantes del cielo.
No está aquí, ha resucitado como había dicho.)
Este texto se interpretaba por dos grupos de cantores que se alternaban representando los
papeles de ángeles y mujeres; pronto la representación se teatralizó incluyendo vestuario y
acción, y se desgajó de la ceremonia litúrgica para convertirse en una verdadera representación
teatral. Se fue extendiendo e incluyó nuevas escenas, como el diálogo inicial de las mujeres
durante su camino hacia el sepulcro, el anuncio posterior a los apóstoles o un monólogo de
María Magdalena.
El Quem quaeritis se imitó para otras festividades, como Navidad o Ascensión, y sirvió de
modelo para otras composiciones similares. A partir de aquí comenzó un importante desarrollo
de las obras musicales dialogadas y representadas, que hacia los siglos xii y xiii incluían ya
historias bíblicas o alegóricas, con multitud de personajes y una extensión considerable. Una de
estas obras es Ordo virtutum, de Hildegard de Bingen, compositora y escritora del siglo xii, que
presenta un tema moral: el intento de las virtudes de conseguir un alma que pretende
arrebatarles el demonio.
Los dramas litúrgicos se convirtieron en una forma muy especial de teatro musical,
monódico y sin intervención de instrumentos, mucho antes del nacimiento de la ópera. Aunque
no hay relación directa entre drama litúrgico y ópera, aquél fue el origen del teatro medieval, ya
que el antiguo teatro clásico griego y romano no había dejado descendencia en la Europa
occidental.
35
Unidad didáctica 4
El zéjel (árabe [زج لzaŷal]) era una canción estrófica con estribillo de
carácter popular, semejante al posterior villancico. El estribillo constaba
normalmente de dos versos con una sola rima y la estrofa incluía una serie de
versos (casi siempre tres) con rima diferente más un verso final con la rima del
estribillo; el esquema era entonces aa bbba aa bbba aa… Musicalmente tenía
una forma similar a la del virelai trovero. La invención del zéjel se sitúa en el
siglo xii, simultáneamente a la aparición de los primeros trovadores; se le
atribuye al poeta, músico y filósofo de Zaragoza Ibn Baŷŷa (conocido en la
Europa latina como Avempace) y entre sus primeros cultivadores destaca el
cordobés Ibn Quzman.
La música andalusí —como la música árabe en general— es modal y
utiliza un complejo sistema que alcanza 24 modos. Las melodías son
monódicas, pero en la interpretación se desarrollan en heterofonía: aunque
todos los músicos interpretan la misma melodía, cada uno la adorna y varía a
su manera, creando así una sensación polifónica. El instrumento fundamental
es el laúd, habitualmente de cuatro cuerdas y sin trastes, aunque se utilizaban
muchos otros instrumentos, principalmente de cuerda y de percusión.
El desarrollo de la canción cortesana en los reinos andalusíes continúa
hasta su desaparición tras las conquistas cristianas.
37
4. La monodia profana medieval
38
4.2. El movimiento trovadoresco
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4. La monodia profana medieval
— Los ámbitos son muy diversos, y pueden abarcar desde una cuarta o una quinta
hasta una doble octava; lo más habitual es que cada sección de la estrofa se
organice sobre un ámbito diferente, y el total abarque en torno a una octava.
Alba: es un subgénero de la cansó. Trata el dolor de los amantes al tener que separarse
al amanecer, tras haber pasado la noche juntos, para evitar que
los sorprendan. Los avisos del amanecer (rayos de sol, cantos de pájaros), que
habitualmente son signos de alegría, se convierten aquí en signos de tristeza.
Pastorela: relacionada con la cansó, pero de carácter narrativo y dramático más que
lírico. Cuenta habitualmente el encuentro de un caballero con una pastora en el
campo; el caballero la requiere de amores y se establece un diálogo que termina
con el rechazo de la pastora al caballero o con la aceptación de la relación
amorosa.
Tensó: es un debate entre dos trovadores; uno de ellos fija la forma de la estrofa y la
melodía, y el otro tiene que continuar sobre el mismo esquema.
40
4.2. El movimiento trovadoresco
Chanson de toile: estas canciones presentaban siempre una escena en que una mujer
sola, tejiendo, leyendo o paseando en un jardín, se lamenta de la ausencia de su
41
4. La monodia profana medieval
Las formas fijas. Las canciones derivadas de la danza aparecieron hacia el final de
la época trovera, en la segunda mitad del siglo xiii. Se trata de canciones inspiradas en
distintas danzas que conservaban el esquema rítmico y estructural de éstas. A
diferencia de la chanson, estas canciones tenían siempre una misma estructura, por lo
que se las conoce como formes fixes (formas fijas). Entre las formas fijas destacan tres:
Ballade: constaba de dos o tres estrofas con forma bar (AAB), de forma similar a la
chanson, pero con la diferencia de que el último verso de cada estrofa era
siempre el mismo y funcionaba a la manera de un estribillo.
Rondeau: constaba de una estrofa y de un estribillo que se repetía antes y después de
aquélla. El estribillo se dividía en dos frases musicales que se reutilizaban en la
estrofa en forma bar, con el esquema ABaabAB. A veces se intercalaba la
primera parte del estribillo dentro de la estrofa, dando el resultado ABaAabAB.
A finales del siglo xiii comenzó la moda de componer ballades, rondeaux y virelais
en forma polifónica; esto condujo a una profesionalización de los autores de canciones,
con dos consecuencias importantes: la separación de funciones entre poeta y músico y
la desaparición del amateurismo que había sido la base de la canción trovera y
trovadoresca. Con la aparición de la canción profana polifónica desaparece el
movimiento trovero.
42
4.2. El movimiento trovadoresco
amour courtois (amor cortés); de ese término deriva el nombre de Minnesinger que se
aplica a los trovadores alemanes. La canción era también estrófica y las estrofas tenían
forma AAB o AABA.
Entre los Minnesinger destacan Walther von der Vogelweide, Neidhart von
Reuenthal, Frauenlob, cuyo apodo significa «defensor de la damas», y Tannhäuser,
cuya leyenda inspiró la ópera de Wagner titulada con su nombre.
Al igual que el movimiento trovero, el de los Minnesinger se extinguió a
comienzos del siglo xiv. Le sucedió un movimiento similar, el de los Meistersinger o
maestros cantores, habitantes de las ciudades (burgueses) que mantenían talleres de
creación de canciones similares a los talleres de pintura o albañilería; los maestros
cantores desarrollaban su oficio por encargo o para presentación en concursos y lo
enseñaban a aprendices que más tarde llegarían también a maestros. Esta actividad se
mantuvo hasta finales del siglo xvi, en pleno Renacimiento; el maestro cantor más
famoso fue Hans Sachs, de Nuremberg, protagonista de la ópera de Wagner Die
Meistersinger von Nürnberg (Los maestros cantores de Nuremberg). Las canciones de
los Meistersinger eran formalmente similares a las de los Minnesinger, pero trataban
temas diferentes: en lugar del amor cortés, aparecían historias bíblicas y novelescas o
cuestiones morales.
43
4. La monodia profana medieval
44
4.3. La canción profana en los reinos cristianos ibéricos
Figura 4.1: Pergamino Vindel, que contiene las cantigas de amigo de Martín Códax.
45
4. La monodia profana medieval
46
4.4 La canción monódica latina
No está claro el momento en que el latín dejó de ser una lengua de uso común para
dar paso a las lenguas actuales. En el ámbito de la iglesia continuó siendo la lengua
habitual del canto durante muchos siglos; y desde la fundación de las primeras
universidades, en el siglo xi, el latín fue la lengua de cultura europea hasta el xvii. Esto
hizo que una buena parte de la poesía culta profana se escribiera en latín, y por tanto
que hubiera una continuidad en la producción de canciones profanas latinas. Al mismo
tiempo, por tratarse de la lengua principal de comunicación entre estudiantes de
diversas procedencias, hay también una buena parte de canciones profanas menos
«cultas» con el texto en latín.
La mayor parte de estas canciones no se recogieron por escrito; cuando se
hizo, se recogió solo el texto; únicamente en unos pocos casos se conserva la
notación musical. Aun así, la notación musical suele ser adiastemática, es decir,
no indica exactamente los intervalos, lo que impide su transcripción actual.
Solo cuando las melodías pueden ser identificadas en manuscritos que incluyen
notación diastemática (por ejemplo, notación cuadrada) podemos transcribir y
conocer directamente estos cantos.
Aparte de algunos restos dispersos anteriores al siglo xi, los ejemplos más
importantes que conservamos de canción latina profana están en dos códices:
uno en Cambridge (Inglaterra) y otro que se descubrió a mediados del siglo xix
en Benediktbeuern, al sur de Alemania.
El primero de ellos se conoce como Cantos de Cambridge (en latín Carmina
Cantabricensia) e incluye varias canciones originarias probablemente de zonas de
la Europa continental.
47
4. La monodia profana medieval
4.5
La música instrumental en la Edad Media
El uso de instrumentos musicales en la Edad Media está atestiguado por
numerosas pinturas, miniaturas, esculturas… así como por referencias escritas.
Sin embargo, es escasísima la música conservada para uso instrumental. Las
razones de esta ausencia son diversas: es posible que los instrumentistas
realizaran versiones adaptadas de la música vocal; o bien que la música
instrumental se transmitiera exclusivamente de forma oral, dado que los
juglares y ministriles (intérpretes de instrumentos) desconocían por lo general
la notación musical. Tampoco está claro cuál podría ser el uso de los
instrumentos en la música vocal, especialmente en las canciones: tal vez se
doblara la melodía de la voz, posiblemente variándola, creando así una textura
heterofónica; o bien se improvisaran «interludios» entre estrofa y estrofa a
partir de la melodía de estas.
No obstante, se conservan algunas piezas puramente instrumentales, todas ellas danzas.
Las fuentes principales son dos: un manuscrito francés del xiii que incluye ocho danzas y uno
italiano del xiv que incluye quince. Hay algunas piezas más en manuscritos ingleses, pero el
total no llega a las treinta piezas.
La mayor parte de estas danzas reciben el nombre de estampida (en francés estampie, en
italiano istampitta). Formalmente constan de una serie de secciones que se repiten, en forma
AA BB CC DD… al estilo del lai y de la secuencia; estas repeticiones alternan dos finales,
llamados abierto y cerrado; el segundo termina en la nota final del modo, el primero en
cualquier otra nota.
Algunas de las danzas del manuscrito italiano, como el Lamento di Tristano o la
Manfredina se dividen en dos partes, la primera más grave y lenta y la segunda más rápida.
Esta costumbre continuará en el Renacimiento y se desarrollará en las suites barrocas.
Cordófonos. Entre los instrumentos de cuerda pulsada los había con mástil, como el laúd y la
guitarra; también sin mástil, como los diversos tipos de cítaras pulsadas o percutidas,
llamadas genéricamente salterios; y una gran variedad de arpas.
Los instrumentos más habituales de cuerda frotada eran las viellas, antecedentes de las
violas y violines; el rabel, de origen árabe, se utilizabe en la península Ibérica y en otras
zonas de Europa. Un importante instrumento de cuerda frotada era la zanfona (conocida
también como organistrum), en la cual las cuerdas se frotan con una rueda que se maneja
con una manivela; y en lugar de pisar las cuerdas directamente con los dedos, se utiliza
un teclado sencillo.
48
Aerófonos. Entre los aerófonos de madera había una amplia variedad de flautas, tanto rectas
como traveseras; se utilizaban también con frecuencia los aerófonos de lengüeta simple,
como el albogue o doble, como las chirimías. Muchos de estos instrumentos se
construían en varios tamaños para manejar distintas tesituras.
49
4. La monodia profana medieval
Figura 4.3: Instrumentos musicales en las miniaturas de uno de los códices de las Cantigas de
Santa María.
50
Unidad didáctica 5
La polifonía medieval
Organum paralelo. Es la forma más antigua; consiste simplemente en que una voz,
llamada voz organal, dobla la melodía gregoriana a distancia de quinta o cuarta,
habitualmente inferior. Si alguna de las voces, o ambas, se doblaban a la octava,
se formaba el organum compuesto.
Organum libre. La voz organal no dobla la melodía original, sino que avanza a la par
que ella en distintos intervalos, con predominio de octavas, quintas y cuartas, y con
diversidad de movimiento. Se desarrolla en la segunda mitad del xi. Habitualmente se le
llama discantus, tanto a la voz organal como a la técnica en sí misma.
5. La polifonía medieval
La polifonía aquitana
Durante el siglo xii se desarrolla una importante escuela polifónica en Aquitania (sur de
Francia), con prolongaciones hacia el sur, especialmente en la península Ibérica. La polifonía
aquitana utiliza dos nuevas técnicas:
Organum melismático o florido. La voz principal canta la melodía original mientras la voz
organal desarrolla melismas sobre ella. Frente al organum primitivo, «nota contra nota»,
el florido utiliza la técnica de «nota contra melisma».
Discanto desarrollado. Similar al discanto del organum libre, pero con mayor libertad en
ambas voces, presentando una técnica de «neuma contra neuma» en lugar de «nota
contra nota».
52
Las composiciones polifónicas aquitanas no se realizan solamente sobre melodías
gregorianas, sino también sobre melodías de composición reciente. Un género
importante es el versus, que consiste en una composición completamente original en
todas sus voces, habitualmente en estilo de discanto desarrollado.
Entre los códices manuscritos que conservan piezas polifónicas de esta escuela
destaca el Libro de Santiago, conocido también como Códice Calixtino, compilado en
la catedral de Santiago de Compostela en el siglo xii.
53
5. La polifonía medieval
54
motet (texto), nombre que se aplicó después a la melodía y por último a la forma musical, que,
independizada del organum, pasó a denominarse motete.
Un tercer género importante de la escuela de Notre Dame fue el conductus, similar al
versus aquitano, en estilo discanto y con todas sus melodías originales. La falta de conexión
directa con la liturgia posibilitó que el conductus se convirtiera en vehículo de la expresión
musical no religiosa (política, moral, filosófica…) y de este modo en la primera forma
polifónica profana.
Las innovaciones de la escuela de Notre Dame, especialmente la adición de más voces
polifónicas, llevó a la necesidad de reflexionar sobre el ritmo. Surgió así la primera teoría
importante sobre el ritmo musical en occidente, la teoría de los modos rítmicos. Del mismo
modo que en poesía se formaban los versos por combinación de pies métricos compuestos de
sílabas largas y breves, en música se formaban ordines (órdenes) combinando modos
compuestos de dos tipos de notas: longa (larga) y brevis (breve). La teoría de los modos
rítmicos llevó también a un uso especial de la notación, conocida como notación modal, que
constituye un primer intento organizado de reflejar el ritmo en la escritura musical.
5.2 Ars Antiqua
La influencia de la escuela de Notre Dame dio lugar a un estilo polifónico,
desarrollado principalmente en Francia, pero extendido a toda la Europa
occidental a lo largo del siglo xiii, que posteriormente se conocerá con el
nombre latino de Ars Antiqua (arte antigua). Las formas utilizadas serán el
conductus y sobre todo el motete.
El origen del motete está en las cláusulas de discanto de los organa
polifónicos de la generación de Pérotin. Estas cláusulas, en estilo discanto
desarrollado, se utilizaban para «abreviar» los melismas que aparecían en los
tenores gregorianos de graduales y aleluyas y que, realizados en estilo organum
florido, resultaban excesivamente largos.
Siguiendo la costumbre de tropar los cantos melismáticos, comenzó a
añadirse un texto independiente al duplum (voz añadida) de estas cláusulas,
texto al que se denominó en francés motet, diminutivo de mot, que significa
‘palabra’ o ‘texto’. Al estar dotadas de un texto propio, las cláusulas empezaron
a cantarse como cantos independientes, desgajándose así del organum y
convirtiéndose en un género musical nuevo, nacido de la música religiosa pero
sin lugar específico en la liturgia. El término motete pasó de designar el texto a
designar la voz que lo cantaba, convirtiéndose en sinónimo de duplum, y
posteriormente designó el género musical mismo.
Su falta de ubicación litúrgica permitió que el motete se convirtiera pronto
en el vehículo musical para la expresión de temas profanos, tanto de tipo moral
y filosófico como de tipo amoroso o festivo. Durante la segunda mitad del
siglo xiii el motete es la única forma musical polifónica profana.
La forma más difundida de motete durante el Ars Antiqua fue el llamado
motete politextual, en el que las voces superiores cantan textos diferentes, con
fraseo diferenciado, de modo que nunca haya una cadencia simultánea en todas
las voces hasta el final del motete. Los textos de los motetes podían estar en
55
5. La polifonía medieval
latín o en francés, o incluso cada texto en una lengua distinta. Los textos latinos
se usaban con preferencia para temas políticos, morales o filosóficos; los
franceses para temas amorosos o festivos. El tenor podía ser, como en el
origen, un melisma sacado de un canto del repertorio gregoriano; podía
también tratarse de otras melodías, religiosas o no, o incluso estar compuesto
directamente por el autor del motete.
El motete isorrítmico
Dentro de este movimiento musical aparece una técnica que dominará el motete
durante un siglo y medio: la isorritmia. Consiste básicamente en la repetición de un
patrón rítmico denominado talea como elemento estructural de la composición. Una
vez seleccionada la melodía del tenor (habitualmente gregoriana), a la que se denomina
color, el compositor le aplicaba el patrón rítmico elegido. Habitualmente el color era
más extenso que la talea, que debía repetirse dos o tres veces (o más) para completar el
color; éste se repetía a su vez varias veces.
Compositores importantes de motetes durante el Ars Nova son Philippe de Vitry y
Guillaume de Machaut.
La canción
Desde finales del siglo xiii habían empezado los intentos de aplicar las técnicas
polifónicas a la canción profana. Adam de la Halle, considerado el último trovero,
había compuesto algunas canciones (formas fijas) en forma polifónica. Los
compositores del Ars Nova, en el siguiente siglo, conseguirían dar forma definitiva a
un modelo de canción profana polifónica que perduraría hasta finales del xv, ya en
pleno Renacimiento musical.
La incorporación de la polifonía a la canción profana supuso un cambio radical en
la composición y consumo de estas canciones. En la etapa anterior, la de la canción
trovadoresca, los autores de canciones (trovadores, troveros o Minnesinger)
componían texto y música; eran con frecuencia aficionados de alto nivel, en muchos
casos aristócratas, aunque también había trovadores profesionales que aprendían su
oficio con otros trovadores. Esto era suficiente para componer aquel estilo de canción;
pero para utilizar las técnicas polifónicas era necesario contar con una sólida
formación musical: había que ser músico profesional. El desarrollo de la canción
polifónica acabó, pues, con los últimos restos del movimiento trovadoresco, y solo los
56
maestros cantores alemanes continuaron trabajando del mismo modo lejos del
ambiente cortesano. Por otra parte, la especialización necesaria hacía difícil la
identificación de músico y poeta: salvo excepciones, a partir de entonces los músicos
compondrían sus canciones sobre textos ajenos.
Los tipos de canción preferidos por los polifonistas fueron las formas fijas: ballade,
rondeau y virelai. La ballade adoptó su forma definitiva de tres estrofas (a veces dos)
con forma bar y con el último verso de cada estrofa como estribillo. Por su temática,
habitualmente amorosa, se convirtió en el sustituto musical de la chanson y por tanto
en la forma más culta de la composición cortesana.
El rondeau mantuvo la forma ABaAabAB, normalmente con un solo verso por
frase musical, lo que hacía un total de ocho versos incluidas las repeticiones. Hacia
finales del xiv comenzó a alargarse, con un estribillo de tres versos, dos en la sección A
y uno en la B, lo que hacía un total de trece versos en el conjunto; posteriormente se
compusieron estribillos de cuatro y cinco versos, alargando así el total hasta dieciséis o
veintiún versos. Sin embargo, la estructura musical se mantuvo intacta. El rondeau,
aunque trataba habitualmente el tema amoroso, servía también para los contenidos
morales y políticos que antes había tenido el sirventés y acabó por sustituir también al
motete en sus funciones profanas cortesanas.
El virelai fue la forma que más tardíamente se hizo polifónica. Su estructura fue
siempre la de un conjunto de estrofas con forma bar que alternaban con un estribillo
que tenía la melodía de la segunda sección de la estrofa (A bba A bba A…). Tanto
estribillo como estrofas solían tener un número elevado de versos (6-8 en el estribillo y
12-16 en la estrofa).
El principal compositor de canciones del siglo xiv fue el francés Guillaume de
Machaut. Las primeras canciones polifónicas de Machaut eran a dos voces, con el
canto acompañado por una melodía más grave y en notas largas, llamada tenor, que
posiblemente se interpretaba con un instrumento. Posteriormente compuso canciones a
tres voces, con el canto acompañado por dos voces de soporte: el tenor y un
contratenor similar a éste y en la misma tesitura. Esta última forma se convirtió en el
modelo para otros compositores de este siglo y el siguiente. Las voces inferiores no
llevaban texto en la notación y podían interpretarse instrumentalmente o cantadas sobre
melismas.
Machaut, que también era el autor de los textos de sus canciones, se ocupó
personalmente de la «edición» de sus obras completas, dirigiendo la elaboración de
manuscritos en los que toda su producción aparecía reunida y clasificada por géneros,
ordenada probablemente en cada género por orden cronológico. Esto hace que sea el
único compositor medieval del que podemos conocer la totalidad (o casi) de su obra en
una notación fiable.
Ars subtilior
A finales del siglo xiv, en la corte papal de Avignon y en otras cortes de España e Italia se
desarrolló un estilo enormemente complejo de canciones que se conoce como Ars subtilior. La
complejidad se basaba normalmente en constantes cambios de ritmo y en el virtuosismo
57
5. La polifonía medieval
exigido a los cantantes. En este estilo destacaron músicos como Baude Cordier y Jacob de
Senleches.
El Trecento italiano
En la primera mitad del siglo xiv se desarrolla todo un estilo de composición de
canciones polifónicas en Italia que suele denominarse con el término trecento,
denominación italiana del siglo xiv.
El primer tipo de canción que aparece es el madrigal; esta palabra seguirá
utilizándose durante tres siglos aunque designando formas musicales diferentes. El
madrigal del Trecento suele tener dos o tres estrofas en forma de tercetos más una
estrofa final de uno o dos versos. La textura es habitualmente a dos voces de tesitura
similar. Entre los primeros autores de madrigales destaca Jacopo da Bologna.
En la segunda mitad del siglo, el madrigal cede terreno a un nuevo género, la
ballata, que tiene forma similar al virelai francés y suele utilizar la misma textura
58
(canto + tenor y contratenor sin texto). El más importante autor de ballate es Francesco
Landini, conocido en su época más como organista que como compositor.
La misa polifónica
De entre todos los géneros de la música polifónica, la misa es el más tardío.
Aunque la polifonía había surgido en el ámbito de la música litúrgica, y principalmente
en la misa, desde el segundo tercio del siglo xiii no se había dado un interés de los
compositores profesionales en aportar novedades a la liturgia; sus esfuerzos se
centraron en el motete y posteriormente en la canción profana polifónica. En la misa (y
el oficio) se mantuvieron las técnicas improvisatorias que habían dado lugar al
organum; al mismo tiempo, se seguía creando música monódica, sobre todo cantos del
ordinario.
Sin embargo, en la primera mitad del siglo xiv comienzan a aparecer en algunos
manuscritos cantos del ordinario en forma polifónica; la mayor parte de ellos son
anónimos y no forman ningún ciclo completo. Estos cantos responden a tres estilos
diferentes:
Estilo canción: el texto lo canta una sola voz sobre un tenor y un contratenor que
acompañan en notas tenidas, al estilo de las canciones profanas polifónicas.
59
5. La polifonía medieval
Estilo simultáneo: todas las voces (tres o cuatro, habitualmente) cantan el mismo texto de
forma homofónica, en una especie de discanto.
En algunos códices, los cantos aparecen agrupados por tipos (Kyrie, Gloria…), de modo
que los maestros de coro podían elegir en cada misa qué canto de cada tipo era más adecuado.
Sin embargo, en algunos manuscritos aparecen ciclos completos del ordinario, con los cinco
cantos, aunque se trata de composiciones diversas que se han agrupado por conveniencia.
Entre estos ciclos del ordinario se encuentra la llamada Misa de Barcelona. El primer ejemplo
de ciclo completo compuesto por un solo compositor es la Messe de Nostre Dame de
Guillaume de Machaut.
60
Unidad didáctica 1
6 La música en el Renacimiento
59
— Se aumenta el número de voces, añadiendo habitualmente un contratenor, similar al
tenor y en la misma tesitura.
1 .1 El motete
El motete isorrítmico continúa cultivándose en el siglo xv por parte de las dos
primeras generaciones de compositores franco-flamencos, hasta aproximadamente
1470. El motete de esta época presenta algunas diferencias con el del siglo anterior:
6. La música en el Renacimiento
— Las voces superiores cantan el mismo texto, normalmente un texto latino de tema
religioso o conmemorativo.
62
posteriormente en Madrid, y que forma junto a Palestrina y Lasso la tríada
principal de compositores del renacimiento tardío.
6.2 La canción
Renacimiento temprano
Durante los dos primeros tercios del siglo xv la canción profana polifónica
presenta características similares a la del siglo anterior: predominan las formas
fijas, habitualmente en la textura de canto, tenor y contratenor. En una primera
generación, con un dominio claro de la ballade, destacan como autores
Guillaume Dufay y Gilles Binchois. La generación siguiente abandona poco a
poco la ballade y prefiere el rondeau y el virelai; los compositores
fundamentales son Johannes Ockeghem y Antoine Busnois.
Renacimiento medio
El tránsito entre los siglos xv y xvi supone una época de cambios
importantes en la canción polifónica. En primer lugar, desaparecen las formas
fijas, que ya se consideraban bastante anticuadas (hay que recordar que
provenían de la monodia trovera y estaban en uso desde mediados del siglo
xiii). En segundo lugar, se percibe una doble influencia en las técnicas de
composición: de un lado, la del motete —la forma polifónica más importante
—, con una textura densa que evitaba las cadencias simultáneas y planteaba
una gran libertad entre las voces; de otro lado, la influencia de la canción
popular, con sus melodías sencillas, sus estribillos y sus ritmos vivos. En tercer
lugar, se acentúan las innovaciones que venían experimentándose desde
comienzos del siglo: homofonía, homorritmia, armonía nueva, igualdad
estructural entre las voces… Todo esto conduce a una pluralidad de modelos de
canción, tanto entre unos compositores y otros como en la obra individual de
cada uno.
Por otra parte, este momento central del renacimiento musical presenta una
altísima concentración de compositores importantes en una misma generación.
El personaje central es Josquin des Prez, uno de los grandes genios de la historia de la música
occidental; entre sus contemporáneos están Heinrich Isaac, Alexander Agricola, Jakob Obrecht
y Pierre de la Rue.
Al mismo tiempo, comienzan a aparecer formas autóctonas de origen popular en diversos
lugares: en Italia es la época de la frottola, canción de tipo tradicional con estribillo; en España
comienza el desarrollo del villancico y del romance polifónicos, que tendrán una presencia
importantísima en la música española de los dos siglos siguientes; la figura central de este
momento es el músico-poeta Juan del Enzina.
63
6. La música en el Renacimiento
Renacimiento tardío
Este momento de cambios cristaliza en el florecimiento de diversos tipos de canción que
dominarán los dos últimos tercios del siglo xvi. Esta diversificación es en principio de tipo
nacional, pero los continuos viajes de los músicos, junto con la imprenta musical y la
circulación de manuscritos hará que la mayor parte de estas canciones se hagan conocidas en
todos los lugares de Europa. Entre estos tipos de canción destaca el madrigal italiano, que será
la forma más característica de la polifonía profana de finales del Renacimiento. Los madrigales
se componían sobre poemas no estróficos con versos de siete y once sílabas; el compositor
ponía música a cada verso individualmente, sin apenas repeticiones; la textura habitual era a
cinco o seis voces, con uso de la imitación y de otros recursos de la polifonía culta. Entre los
compositores de madrigales destacan Adrian Willaert y Luca Marenzio, y finalmente Claudio
Monteverdi, a quien se considera uno de los iniciadores del estilo barroco.
En España, continuando la línea iniciada por Enzina, se desarrolla el villancico, destacando
como compositores el extremeño Juan Vázquez o el andaluz Juan de Triana.
En los decenios finales del Renacimiento se producen cambios importantes que afectan a la
composición de canciones. Por un lado, la «internacionalización» de la música lleva a que
algunos compositores destaquen en la creación de prácticamente todos los tipos de canción: así
ocurre con Orlando di Lasso, músico flamenco que trabajó en Italia y Alemania.
Por otra parte, la influencia de la contrarreforma católica llevó a algunos músicos, italianos
y españoles principalmente, a renunciar a la composición de canciones profanas o a
«disfrazar» de religiosas formas de canción profana, como ocurre con los Madrigali spirituali
de Giovanni Palestrina o las Canciones y villanescas espirituales de Francisco Guerrero.
Finalmente, la canción profana y especialmente el madrigal fueron terrenos de
experimentación para técnicas nuevas como el cromatismo o las disonancias extremas, que
desembocarían finalmente en un nuevo estilo hacia 1600, el estilo que actualmente
denominamos barroco.
64
quede anticuada la idea de construir la misa sobre una melodía situada en una
sola voz. Aparecen entonces dos nuevos modelos:
Misa de paráfrasis: la melodía que se utiliza como cantus firmus se reparte entre
todas las voces, y de ella salen los motivos de la imitación.
65
6. La música en el Renacimiento
Conjuntos instrumentales
Los instrumentos renacentistas se clasificaban en «altos» y «bajos»: los primeros
son los instrumentos aptos para tocar al aire libre, por tener una mayor sonoridad; se
incluyen en este grupo, en general, los instrumentos de metal
66
6.4. La música instrumental en el Renacimiento
Instrumentos polifónicos
Los instrumentos con capacidades polifónicas —cuerda pulsada y tecla—
solían interpretar de forma individal (solista) piezas polifónicas de origen vocal
o compuestas específicamente para el instrumento. Los instrumentos
principales son los siguientes:
— Cuerda pulsada
67
6. La música en el Renacimiento
— Tecla
Las tablaturas
Los conjuntos instrumentales solían utilizar como fuente la música escrita
para conjunto vocal, por lo que la notación habitual era la misma que en el
68
6.4. La música instrumental en el Renacimiento
canto. Pero dado que la costumbre de la época era escribir las voces en
cuadernos separados y no en partitura, para los instrumentos polifónicos era
necesario copiar la música a un formato que permitiera ver todas las voces
simultáneamente e interpretarlas en un solo instrumento. A esta operación se le
denominaba intabulación y las notaciones utilizadas tablaturas. Existían
tablaturas diferentes para cada instrumento o familia instrumental y también
para cada país o territorio europeo. Así, había notaciones italiana, francesa,
alemana o española para laúd y vihuela; o notaciones también diversas para
tecla.
Las tablaturas para instrumentos de cuerda pulsada solían incluir tantas
líneas paralelas como órdenes de cuerdas tuviera el instrumento; en algunas la
línea superior representaba la cuerda más aguda y en otras la más grave. Los
trastes en que debía pisarse la cuerda se indicaban con letras o cifras.
Habitualmente sobre la pauta se indicaban las figuras musicales que
correspondían a las duraciones de las notas, para poder reflejar adecuadamente
el ritmo.
En cuanto a las tablaturas de tecla, a veces utilizaban líneas paralelas para
representar las diferentes voces polifónicas, aunque otras veces se alineaban los
signos sin líneas. Las notas o teclas se indicaban con cifras o letras, que a veces
representaban notas de una escala y otras veces teclas concretas. Había también
notaciones mixtas en que la melodía principal se escribía con notación de canto
y los acordes en tablatura. En otros casos se utilizaban pautas similares a las de
la música vocal pero con muchas más líneas para abarcar el ámbito total de la
pieza (se podía llegar hasta las doce líneas).
69
6. La música en el Renacimiento
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Figura 6.1: Tablatura para vihuela. Alonso Mudarra, Tres libros de música en
cifra para vihuela. Sevilla, 1546
70
6.4. La música instrumental en el Renacimiento
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Figura 6.2: Tablatura para guitarra. Alonso Mudarra, Tres libros de música en
cifra para vihuela. Sevilla, 1546
71
6. La música en el Renacimiento
Figura 6.3: Tablatura para tecla. Antonio de Cabezón, Obras de música para
tecla, arpa y vihuela. Madrid, 1570
72
6.4. La música instrumental en el Renacimiento
73
Unidad didáctica 7
El siglo XVII
Comprensión de los textos. Se insistía en que un texto cantado en forma polifónica por
cinco o seis voces era incomprensible; solo podría entenderse bien si lo cantaba
un solo intérprete.
Expresividad. En todas las artes, desde fines del siglo xvi se buscaba una mayor
expresividad, lo que en lenguaje de la época se llamaba «mover los afectos». En
música esta expresividad se apoyaba en el texto cantado, y para resultar eficaz
debía emplear todos los recursos de los cantantes.
Música como espectáculo. Los aristócratas del Renacimiento, los «cortesanos», según
las modas de la época, debían ser personas cultas, entender de arte y poesía, y
saber cantar y tocar instrumentos. La música vocal se componía y publicaba para
estos dilettanti, intérpretes no profesionales pero de alto nivel. Poco a poco, esta
moda desaparece y los aristócratas prefieren ser espectadores de intérpretes
profesionales y virtuosos. El aumento del virtuosismo, a su vez, acaba con la
existencia de esos dilettanti y convierte la música en un gran espectáculo.
Para cumplir con estas condiciones no servían las técnicas musicales del momento,
por lo que los músicos desarrollan técnicas nuevas. Entre ellas están las siguientes:
Bajo continuo. La voz más grave se convierte en el soporte armónico del conjunto; el
compositor escribe la melodía e indica con cifras la armonía que debe desarrollarse; los
intérpretes tienen que improvisar en el momento esa armonía, siguiendo las
instrucciones del bajo cifrado.
Los instrumentos que realizaban el bajo eran de dos tipos: instrumentos melódicos,
como la viola da gamba, el violoncello o el fagot, que interpretaban la melodía escrita; e
instrumentos armónicos, como los de tecla (órgano, clave) o cuerda pulsada (laúd,
tiorba, arpa), que desarrollaban los acordes.
7. El siglo XVII
La variedad de estilos
En el siglo xvii, los músicos eran conscientes de la diversidad de estilos que tenían a su
disposición para componer obras musicales. Anteriormente, durante el Renacimiento, había un
estilo principal —el contrapunto imitativo— diversificado en tendencias regionales; pero en la
época barroca, la diversidad de estilos
76
utiliza pocos medios —una o dos voces, bajo continuo, un par de
instrumentos— y se basa en piezas breves.
Estilo teatral. Estilo apropiado para las representaciones teatrales,
fundamentalmente la ópera. Consiste normalmente en la alternancia de
recitativos y arias, con varios cantantes e instrumentistas, y a veces con
coro.
77
7. El siglo XVII
78
que compuso su propia música para el texto —parece ser que también la interpretó en
la
representación en lugar de la de Peri— y al año siguiente aparecieron publicadas las
dos partituras. Las rivalidades entre los dos músicos fueron causa, entre otras, del
escaso éxito de la obra.
Siete años después, en 1607, se representa la primera obra maestra del género: el
Orfeo de Claudio Monteverdi, sobre la misma historia mitológica. Esta vez sí fue un
éxito, y al músico se le encargó la composición de una nueva ópera al año siguiente.
Compuso Arianna, sobre el mito de Ariadna y Teseo, cuya música no se conserva,
salvo la de la escena principal (el lamento de Ariadna al ser abandonada por Teseo en
la isla de Naxos), que se hizo enormemente popular y fue transformada en cantata por
el propio compositor.
La ópera cortesana continuó desarrollándose hasta finales del xviii. En los años 20
fueron importantes las óperas de Francesca Caccini, en Florencia; y las óperas sobre
temas religiosos que se representaron en Roma.
Una segunda etapa en el desarrollo de la ópera comienza en 1637, en que se
inaugura en Venecia el primer teatro de ópera; nace así un estilo nuevo (que coexiste
con el anterior), donde lo importante es mantener el negocio: las óperas buscarán atraer
al público con medios muy escasos, a diferencia de la ópera cortesana. Los argumentos
serán novelescos e históricos en lugar de mitológicos, se incluyen escenas cómicas con
personajes populares, el estilo de aria domina sobre el de recitativo…
En esta nueva ópera destacan como compositores el mismo Claudio Monteverdi,
con sus últimas óperas (El retorno de Ulises, La coronación de Popea) y su discípulo
Francesco Cavalli, el más importante autor de óperas de mediados del siglo.
Hacia el final del siglo, un afán clasicista lleva a la reducción de personajes,
eliminando sobre todo los personajes populares y con ellos las escenas cómicas; nace
así la llamada ópera seria, que presenta historias tanto mitológicas como históricas;
musicalmente consiste en una sucesión de recitativos y arias (casi siempre arias da
capo), como en las cantatas de cámara, a veces con un coro final a cargo de los
mismos cantantes solistas. El principal compositor de este género es también
Alessandro Scarlatti.
La ópera fue creación italiana, pero se extendió rápidamente a otros países
europeos:
Francia: durante el reinado de Luis XIV, el Rey Sol, se crea un modelo propio de
ópera cortesana dominada por el compositor Jean-Baptiste Lully. La ópera
francesa se diferencia de la italiana en varios aspectos, entre ellos el uso
diferente de recitativos y arias, y la importancia del ballet.
Alemania: en Hamburgo se desarrolla un modelo de teatro de ópera similar al de
Venecia.
Inglaterra: aunque el modelo teatral dominante es el de Shakespeare, a fines del siglo
hay algunos intentos de crear una ópera inglesa; la obra fundamental es Dido y
Eneas, de Henry Purcell. El género más importante, sin embargo, es la
79
7. El siglo XVII
El stile antico
El llamado stile antico (estilo antiguo), o también estilo grave, corresponde al estilo
eclesiástico indicado anteriormente. Se trata fundamentalmente de utilizar el
contrapunto imitativo característico de la etapa anterior —de ahí lo de «antiguo»—.
Este estilo se mantiene durante todo el siglo xvii e incluso en el xviii.
En general se trata de composiciones a capella, sin acompañamiento instrumental;
el término surge en esta época, para diferenciarlo de las composiciones concertadas que
incluían partes instrumentales. Las características más destacadas de este estilo son:
— Las composiciones son habitualmente a cuatro o seis voces, abarcando todas las
tesituras posibles, de bajo a soprano.
— A veces se utilizan dos o más coros, llegando a ocho, doce, dieciséis o más voces
para crear efectos «estereofónicos», situando los diferentes coros en distintos
lugares de la iglesia; a esta técnica se le llama policoralidad.
80
Prácticamente todos los compositores del siglo xvii crearon obras de este estilo, desde
Monteverdi y Schütz hasta Alessandro Scarlatti.
El estilo concertado
La música vocal religiosa asimiló también las técnicas de la música vocal profana:
bajo continuo, melodía acompañada, instrumentos obligados (es decir, partes escritas
específicamente para ciertos instrumentos). Como resultado, aparecieron formas
musicales nuevas, a veces semejantes a las formas camerísticas, pero en otros casos
muy diferentes. Los géneros más afectados fueron principalmente los no litúrgicos
(motetes, principalmente) y algunos del oficio, sobre todo de vísperas (salmos,
cánticos, himnos). La misa, en general, se siguió componiendo en stile antico; para
otros cantos (antífonas, responsorios, etc.) se utilizaba el repertorio gregoriano.
En el estilo concertado se dan dos tendencias diferentes:
— Piezas musicales que utilizan pocos recursos: uno o dos cantantes, bajo continuo, uno o
dos instrumentos obligados. Estas piezas reciben los nombres de concierto sacro,
pequeño motete y otros.
— Piezas que utilizan grandes recursos: varios cantantes solistas, uno o más coros, bajo
continuo y una pequeña orquesta. Suelen constar de varias secciones que alternan
texturas diferentes (solos, dúos, coros, partes instrumentales…). Reciben los nombres de
sinfonía sacra, concierto sacro, gran motete, entre otros.
A lo largo del siglo xvii estas piezas, principalmente las del segundo grupo, pasan de una
duración breve y la división en secciones a una duración mucho mayor y división en
movimientos separados. En el Barroco tardío, ya en el siglo xviii, las dimensiones serán
enormes.
También este estilo fue practicado por la mayoría de los músicos. Monteverdi, por
ejemplo, lo utilizó en muchísimas obras, desde las Vísperas de Nuestra Señora, de 1610, hasta
las piezas incluidas en la colección Selva moral y espiritual, de 1640. En Alemania destaca la
figura de Heinrich Schütz, que estudió en Venecia con Gabrieli y conoció a Monteverdi;
publicó tres libros de Sinfonías sacras y muchas otras piezas religiosas; curiosamente, nunca
ocupó un puesto eclesiástico y fue siempre un músico de corte. En los conventos femeninos
también se interpretaba y componía música vocal concertada; entre las compositoras de la
época destacan Caterina Assandra e Isabella Leonarda.
El oratorio
También el estilo teatral de la ópera se aplicó a composiciones religiosas, dando como
principal resultado el género llamado oratorio. Se trata en principio de una pieza no litúrgica
—es decir, que no se incluía en los servicios religiosos— que se interpretaba sin
representación, decorados ni vestuario, aunque en lo demás presentaba las mismas
características que la ópera: argumento dramático, cantantes que representan papeles,
81
7. El siglo XVII
alternancia de recitativos y arias, orquesta y bajo continuo acompañantes. Nace en Italia, como
la
ópera, y se extiende después a otros lugares de Europa.
El oratorio se desarrolla en dos etapas:
82
7.5. La música instrumental en el XVII
Oratorio latino
Se le llama así porque el texto está en latín. Su creador es Giacomo
Carissimi, que trabajó en el Colegio Germánico de Roma, donde acudían
alumnos de diversos países europeos, lo que contribuyó a la difusión del
género. En este tipo de oratorio, normalmente con recursos reducidos,
existía un personaje narrador, el historicus, junto a los personajes que
representaban los papeles principales. Al final todos los cantantes se
reunían en un coro.
Oratorio italiano
Se desarrolla en la segunda mitad del xvii. Los textos están en italiano,
desaparece el historicus, la música consiste en la alternancia de
recitativos y arias (sobre todo arias da capo) y los recursos son mayores.
En la práctica, es una ópera de tema religioso sin representación teatral.
83
7. El siglo XVII
Formas principales
Fuga
84
7.5. La música instrumental en el XVII
En la primera mitad del xvii era habitual contraponer los estilos fantástico y
contrapuntístico en una misma pieza: se comenzaba imitando las improvisaciones del
músico para hacerse con el instrumento, pasando después a utilizar técnicas de
contrapunto con mayor rigor. Estas piezas, normalmente con el nombre de toccata o
preludio, constaban así de dos secciones casi independientes.
Con el tiempo, esas dos secciones se convierten en movimientos separados,
tomando la segunda el nombre de fuga. Esta consiste en el tratamiento contrapuntístico
de un tema o sujeto que entra sucesivamente en las distintas voces (de dos a seis, o
incluso más), acompañándose de un contrasujeto y otros temas secundarios. Cuando
todas las voces han expuesto el sujeto, se pasa al desarrollo de los temas, utilizando
técnicas ya antiguas, como la inversión (convertir los intervalos ascendentes en
descendentes y viceversa), la aumentación o disminución (variando la duración de las
notas), el estrecho (adelantando la entrada de los temas en varias voces) junto a
técnicas nuevas (modulación a tonalidades vecinas o lejanas, desarrollo de motivos).
Finalmente, se reexpone el sujeto de forma rotunda, casi siempre sobre pedales de
dominante o tónica.
La suite
La suite consiste en una sucesión de danzas precedidas habitualmente por un
preludio en estilo fantástico. Todos los movimientos están en la misma tonalidad y
presentan forma binaria AABB con la modulación a la dominante y vuelta a la tónica
(excepto el preludio, que tiene forma libre).
Una suite puede incluir cualquier número de danzas y en cualquier orden, aunque el
esquema fundamental incluye cuatro: allemande, courante, sarabande y gigue, de
origen alemán, francés, hispano y británico respectivamente. Se pueden añadir otras
danzas, casi siempre entre las dos últimas, o sustituirlas por otras diferentes, según el
gusto de la época, el autor o el lugar en que se ejecutarán.
A veces se utiliza la técnica llamada double, que consiste en presentar a
continuación de una danza una variación de la misma, normalmente en forma
virtuosística. Otras veces se encadencan dos danzas del mismo tipo repitiendo al final
la primera, creando así el esquema AABB CCDD AB. Esta fórmula seguirá
apareciendo más tarde en el minueto o el scherzo de las sonatas y sinfonías clásicas.
En Francia, la suite se destina con frecuencia a instrumentos solistas, como el clave
o el laúd; otras veces incluye un grupo mayor de instrumentos. Fue muy habitual
también en Alemania, con el mismo nombre; en Italia suele denominarse sonata o
partita.
La sonata
85
7. El siglo XVII
— Sonata a solo, para un único instrumento más el bajo continuo. Este bajo era
interpretado habitualmente por un instrumento de tecla, casi siempre el clave.
Los instrumentos solistas podían ser violín, viola da gamba, flauta…
— Sonata en trío, para dos voces y bajo continuo. Lo normal era utilizar dos
instrumentos iguales de tesitura aguda (dos violines, dos flautas), pero podían ser
diferentes y de tesituras desiguales. Es el equivalente instrumental de los dúos
vocales.
El concierto
El término concertado se utiliza desde principios del xvii para referirse al estilo que
mezcla partes vocales y partes instrumentales; aparecen así el concierto vocal o el
concierto sacro. A finales del siglo, el término concierto se usa también para piezas que
incluyen dos o más grupos de instrumentos, frente a la sonata que incluye un solo
grupo.
86
7.5. La música instrumental en el XVII
Principales compositores
En muchos casos, los compositores que se dedicaban a la música vocal componían
también música instrumental; pero hubo muchos músicos, casi siempre instrumentistas,
que compusieron principalmente música instrumental, en general para sus propios
instrumentos.
En la música para instrumentos de tecla, destacaron entre otros Girolamo
Frescobaldi, organista de San Pedro de Roma y autor de numerosas toccatas; en
Alemania, los organistas Dieterich Buxtehude y Johann Pachelbel. En Francia
compusieron para el clave Louis Couperin y Elizabeth Jacquet, que fue también una
importante clavecinista en la corte de Luis XIV. En España destacan el organista
sevillano Francisco Correa de Arauxo y el valenciano Joan Cabanilles.
En los instrumentos de cuerda pulsada, son importantes el laudista inglés
John Dowland, el tiorbista italiano de origen alemán Giovanni Girolamo Kapsberger o
el español Gaspar Sanz, autor de un manual de guitarra e iniciador de la escuela
guitarrística española.
Como autores de sonatas destacan el violinista austríaco Heinrich Biber, el
violagambista francés Marin Marais o la compositora italiana Isabella Leonarda,
primera mujer que publicó un libro de sonatas.
La figura fundamental de la música instrumental a fines del xvii y comienzos del
xviii fue el italiano Arcangelo Corelli. Publicó seis obras instrumentales con un plan
bien definido: las cuatro primeras son sonatas en trío (de ellas dos con sonatas da
chiesa y dos con sonatas da camera); la opus 5 se compone de sonatas para violín y
87
7. El siglo XVII
bajo continuo (seis da chiesa y seis da camera); por último, la opus 6 es una colección
de concerti grossi (ocho da chiesa y cuatro da camera), género del que se le considera
creador. La música de Corelli se difundió por toda Europa y llegó también a América y
a Japón, creando toda una escuela de seguidores. Uno de estos fue el alemán Georg
Muffat, que introdujo el concerto grosso (y la suite orquestal) en Alemania.
88
Unidad didáctica 8
El siglo XVIII
Formas principales
En la música vocal profana, la ópera y la cantata siguen siendo las formas
fundamentales, sin demasiados cambios respecto al siglo anterior. Alessandro
Scarlatti será el modelo en Italia para la ópera seria y la cantata de cámara,
extendiendo su influencia también a otros países. En Francia se continúa la
tradición de la tragédie lyrique de Lully, cada vez con mayor influencia
italiana. En Alemania se da una tendencia a unificar los estilos francés e
italiano, con
un peso importante también del contrapunto, que se considera la característica m
plenamente alemana.
90
instrumento solista y bajo continuo, con este último muchas veces pensado para
el clave y escrito incluso como «clave obligado», es decir, no limitado a la línea
del bajo sino desarrollado completamente. Hay también sonatas para
instrumentos solos, incluidos instrumentos como el violín y la flauta. En cuanto
a la suite, aunque también se utiliza una gran variedad de instrumentaciones,
domina la escritura para clave, especialmente en Francia. Hay también suites
para orquesta, que en Alemania reciben el nombre de oberturas.
El concierto presenta varias combinaciones instrumentales, desde el
concerto grosso a la manera de Corelli hasta el llamado concerto di gruppo, en
que ningún instrumento es solista (o lo son todos), precedente de la sinfonía;
pero el modelo más habitual será el concierto con instrumento solista. Aunque
la estructura del concierto es variada, como ocurre también con la sonata, en
aquél se impone cada vez más la forma italiana en tres movimientos
(rápidolento-rápido), con los movimientos rápidos basados en el uso del
ritornello, un estribillo instrumental que aparece, parcial o totalmente, en varias
tonalidades, enmarcando intervenciones de los solistas, en pasajes virtuosísticos
y modulantes.
91
8. El siglo XVIII
92
de iglesia, músico cortesano y músico civil, esto último en Leipzig desde 1721
hasta su muerte.
Su obra es inmensa: en música vocal religiosa destacan sus doscientas
cantatas, los oratorios de Navidad y Pascua, el Magnificat, sus dos pasiones (La
Pasión según san Mateo y La Pasión según san Juan) y la extensa Misa en si
menor. Su música vocal profana consiste principalmente en cantatas.
Entre su obra instrumental, destaca sobre todo la obra para tecla, de la que
era también intérprete: una amplia obra para órgano (toccatas, preludios, fugas,
corales, sonatas…) y para clave (partitas, suites, los dos libros de preludios y
fugas de El clave bien temperado y la colección de variaciones conocida como
Variaciones Goldberg).
Su obra orquestal abarca cuatro suites (u oberturas) y multitud de
conciertos, entre ellos los seis conocidos como Conciertos de Brandenburgo. Su
música de cámara incluye sonatas, partitas y suites para diversos instrumentos
solos (violín, violoncello, laúd, flauta…) así como sonatas para diversas
agrupaciones instrumentales y la curiosa Ofrenda musical, colección de piezas
realizadas sobre un tema de Federico de Prusia.
Su última obra fue El arte de la fuga, monumental colección de piezas
contrapuntísticas de técnica diversa, compuesta en un momento en que el
contrapunto estaba ya pasado de moda frente al nuevo estilo galante. Se trata de
una obra compleja y desconcertante, probablemente escrita para tecla pero tal
vez también para interpretarse con un conjunto instrumental o quizá como
ejercicio teórico sobre el contrapunto.
93
8. El siglo XVIII
94
8.2. El Clasicismo musical
El clasicismo temprano
Entre 1720 y 1770, aproximadamente, se produce el cambio, lento y
progresivo, entre el estilo barroco y el estilo clásico. Este período recibe
diferentes nombres, entre ellos el de Preclasicismo, interpretándolo como una
especie de «avance» de lo que será el clasicismo posterior. Pero es preferible
entenderlo como un período de cambios paulatinos: se abandonan técnicas y
formas musicales anteriores, se desarrollan o modifican otras. Conviven, pues,
estilos muy diferentes, algunos de ellos herederos de los de la etapa anterior
(barrocos) y otros novedosos, que conforman una primera etapa del clasicismo,
que podemos denominar clasicismo temprano.
95
8. El siglo XVIII
Características musicales
96
8.2. El Clasicismo musical
Géneros musicales
En la música vocal, los cambios principales se dan en el terreno de la ópera.
Desde comienzos del siglo xviii la ópera se había desprendido de personajes y
escenas cómicos, dando lugar así a lo que se ha llamado ópera seria. Como
contraste, aparecen formas nuevas de teatro musical que incluyen solamente
esos personajes y escenas cómicos, dando lugar así a la ópera bufa. En ambos
estilos se aplicarán las normas clásicas de tragedia y comedia, siguiendo a
Aristóteles; así, la ópera seria tendrá personajes «elevados» y temas históricos o
97
8. El siglo XVIII
Principales compositores
En el género de la ópera seria, el compositor más relevante es Johann
Adolph Hasse, alemán afincado en Italia. En la ópera cómica es importante el
nombre de Giovanni Battista Pergolesi, que con su obra La serva padrona creó
98
8.2. El Clasicismo musical
el modelo del género; Pergolesi, que murió con 25 años, es autor también de un
Stabat Mater representativo de la música vocal religiosa de su época. La
reforma operística de mediados de siglo está encabezada por Christoph
Willibald Gluck, compositor alemán que trabajó en Viena y París; entre sus
obras destacan Orfeo y Eurídice e Ifigenia en Táuride.
En la música instrumental, los nuevos estilos aparecen ya en la obra de
músicos de la última generación barroca, como Domenico Scarlatti y Georg
Philip Telemann, pero los más representativos son músicos de la generación
siguiente, nacidos en el segundo decenio del siglo: el italiano Giovanni Battista
Sammartini, uno de los creadores de la sinfonía; el alemán Johann Stamitz,
también importante autor de sinfonías y miembro de una familia de músicos
relacionados con el nacimiento de la orquesta moderna; y sobre todo Carl
Philipp Emmanuel Bach, hijo de Johann Sebastian y ahijado de Telemann, que
tuvo un papel imprescindible en el desarrollo de la música de tecla, tanto en
sonatas como en conciertos, así como en la música de cámara en general y en
conciertos para otros instrumentos.
El clasicismo pleno
Forma musical
Las obras musicales clásicas constan generalmente de varios movimientos,
normalmente tres o cuatro, con formas diversas. Las formas básicas con las que
se exponen a continuación.
99
8. El siglo XVIII
A B
a b a b
→→ I V V I
100
8.2. El Clasicismo musical
101
8. El siglo XVIII
102
8.2. El Clasicismo musical
Otras formas Junto a las anteriores, existen otras formas que se utilizan
frecuentemente en los movimientos de sonatas, sinfonías y otras formas
musicales del Clasicismo:
103
8. El siglo XVIII
104
8.2. El Clasicismo musical
105
8. El siglo XVIII
Música sinfónica En el ámbito sinfónico, las dos grandes formas son la sinfonía
y el concierto con solista. Ambas provienen de formas instrumentales barrocas
y presentan la misma estructura formal que las obras de cámara, con las
adaptaciones necesarias para la orquesta, especialmente en el concierto por el
papel relevante del solista.
La sinfonía tiene su origen más directo en la sinfonia italiana que se
utilizaba como obertura de las óperas, y que tenía normalmente tres
movimientos en forma rápido-lento-rápido; otras formas que influyeron en el
desarrollo de la sinfonía fueron la obertura orquestal y el concerto di gruppo,
una forma de concierto en que no había concertino ni solistas. La sinfonía
clásica suele tener cuatro movimientos siguiendo el esquema general
presentado arriba; el primero a veces va precedido de una introducción lenta.
La sinfonía se convierte en el período clásico en la forma instrumental más
importante, y la que da muestra de la capacidad de un compositor;
progresivamente se hace más extensa y compleja, lo que provoca que su
número descienda: de las 104 sinfonías de Haydn se pasa a las poco más de 50
de Mozart y a las 9 de Beethoven. Estas últimas serán el modelo para los
compositores románticos, que colocan a la sinfonía en el lugar más alto de la
composición instrumental.
El concierto con solista tiene una forma parecida a la de la sinfonía y las
obras de cámara, pero adaptada a las necesidades de un diálogo entre solista y
orquesta. En primer lugar, suele tener solo tres movimientos, prescindiendo del
minueto o scherzo. El primero tiene forma de sonata, pero en el formato
especial del allegro de concierto; el segundo suele tener forma ternaria, o de
tema con variaciones, y el tercero es casi siempre un rondó o rondó-sonata.
Otras formas menos importantes de la música sinfónica incluyen
divertimentos y serenatas, menos elaborados que las sinfonías y pensados para
el puro entretenimiento, muchas veces para interpretarse al aire libre.
106
8.2. El Clasicismo musical
107
8. El siglo XVIII
El clasicismo vienés
Teniendo en cuenta esto, se suele denominar a veces la época clásica como
«época de Haydn, Mozart y Beethoven» —o a veces solo los dos primeros,
cuando se considera al último como parte del Romanticismo—. Hay muchos
otros músicos importantes en este período, como Boccherini, Johann Christian
Bach, Cherubini, Clementi, Benda… Sin embargo, los tres grandes suelen
«eclipsar» al resto, que quedan en la categoría de «compositores menores».
Esto se debe en parte al concepto de «genio», que aparece en el
pensamiento ilustrado del xviii y se convertirá en una de las ideas centrales del
Romanticismo: el genio es alguien con capacidades superiores, una especie de
intermedio entre el ser humano y la divinidad; en arte, el genio tiene
capacidades creativas inalcanzables para el resto, y por tanto ante su obra solo
cabe la admiración. Beethoven, Mozart y Haydn (en este orden) se convirtieron
en genios para las generaciones siguientes, y en parte siguen gozando de esa
consideración.
108
8.2. El Clasicismo musical
109
Unidad didáctica 9
El siglo XIX
Romanticismo temprano (hasta 1830). Los primeros rasgos del romanticismo musical
aparecen durante la etapa final del clasicismo; hay que tener en cuenta que la
música romántica es evolución directa de la clásica, y que la frontera entre ambos
estilos es difusa. Algunas obras de Beethoven se consideran frecuentemente como
románticas, y algunos músicos más jóvenes de esta etapa se clasifican a veces
como clásicos tardíos.
112
9.2 El Romanticismo musical
Características musicales
El romanticismo musical consiste en una prolongación del estilo clásico,
llevado hasta los límites de sus posibilidades formales y armónicas. Esto se
puede sintetizar en los siguientes puntos:
113
9. El siglo XIX
Pero al mismo tiempo, el afán romántico de unión de las artes lleva a identificar la música
con elementos de la literatura o las artes plásticas, a veces a través de títulos evocadores,
pero también con la adición de un «programa» a la obra musical, que habitualmente es un
argumento literario, pero puede ser también un poema, una serie de reflexiones, una
descripción…
En cuanto a las formas musicales, se siguen utilizando y desarrollando las grandes formas
heredadas del clasicismo: sinfonía, sonata, cuarteto de cuerda, ópera, concierto con solista…;
pero también aparecen formas nuevas, ligadas a nuevas necesidades musicales o a nuevas
concepciones de la música: la pieza breve, la canción o el poema sinfónico.
Características estéticas
Las diferencias entre el estilo clásico y el romántico son más notables en el aspecto estético
que en el formal. La música del siglo xix está profundamente unida a las ideologías que se
desarrollan en ese siglo, y que pueden manifestarse tanto en el aspecto «programático» de
algunas obras como en elementos puramente formales (melódicos, armónicos, tímbricos…).
La ideología fundamental de la época es el Romanticismo, que surgió en principio como
movimiento literario entre ciertos jóvenes alemanes de finales del xviii, de la generación de
Beethoven. El auge del Romanticismo se sitúa en torno a 1830 y, aunque sus aspectos literarios
e ideológicos van desapareciendo en la segunda mitad del siglo, el romanticismo musical se
mantiene hasta más allá de 1900.
Las características estéticas principales del Romanticismo son estas:
114
9.3. Géneros musicales
115
9. El siglo XIX
Las agrupaciones de cámara son en principio las mismas que en el clasicismo, destacando
por encima de todas el cuarteto de cuerda, principalmente dirigido a músicos profesionales;
gana aceptación el trío con piano; aumenta también la presencia de instrumentos de viento en la
música de cámara, especialmente maderas (clarinete, flauta, oboe) pero también metales, en
especial la trompa.
Casi todos los músicos románticos compusieron obras para agrupaciones de cámara.
Destaca especialmente la música de cámara de Schubert, Mendelssohn, Schumann, Brahms y
Dvořák.
En la interpretación a solo, el piano se convierte en el instrumento fundamental de la música
romántica, tanto en el ámbito doméstico (en los hogares burgueses no faltaba nunca un piano)
como en el ámbito del concierto virtuoso. El piano va a ser también el instrumento
imprescindible en la interpretación a dúo, tanto acompañando a otros instrumentos (violín,
violonchelo, clarinete…) como al canto. En relación con esto hay dos formas musicales que van
a ser ampliamente utilizadas durante el xix: la pieza breve para piano y la canción.
La pieza breve es una composición de corta duración con estructuras simples (ternaria ABA,
rondó, fantasía…) que puede presentar niveles de dificultad interpretativa muy diferentes.
Muchas están derivadas de danzas populares (valses, mazurkas, polonesas…); otras son de
inspiración lejanamente literaria (baladas, nocturnos…); otras se centran en cuestiones técnicas
y formales (estudios, preludios, scherzos…).
Este género está también presente en el catálogo de casi todos los compositores románticos,
desde Schubert hasta Chaikovski. Destacan de modo especial los dos grandes virtuosos del
piano, Chopin y Liszt; la obra del primero es casi exclusivamente pianística; el segundo se
centró en el piano durante la primera etapa de su carrera musical, para dedicarse después a la
música sinfónica. También Mendelssohn, Schumann y Brahms tienen una importante
producción para piano solo.
Un género vocal que puede incluirse entre la música de cámara es la canción, generalmente
para una sola voz con acompañamiento de piano; según el idioma del texto y el país del
compositor recibe diferentes nombres, aunque el más habitual es el término alemán lied. Son
piezas de duración breve, habitualmente estróficas, con una diversidad grande de formas, entre
las que destaca la forma ternaria ABA, pero también la puramente estrófica (AAA…) o la
composición diferente de principio a fin. En la canción, el piano no se limita a ser un simple
acompañante del canto y se mantiene en un plano de igualdad.
El iniciador de la canción romántica es Schubert, autor de numerosos lieder.
También son importantes las canciones de Schumann y Brahms.
La música sinfónica
El concierto público, que se había desarrollado en los últimos años del siglo xviii y
comienzos del xix se convierte en la principal forma de difusión de la música en la época
romántica, creando así una nueva orientación en la profesión musical: los compositores no
116
9.3. Géneros musicales
117
9. El siglo XIX
carácter programático, reflejado normalmente en el título; por otro lado, suele presentar forma
de sonata, aunque a veces adopta otras formas. Son importantes, entre otras, las oberturas de
Mendelssohn (El sueño de una noche de verano, La gruta de Finngal), la Obertura trágica de
Brahms o la Obertura 1812 de Chaikovski.
La forma más característicamente romántica es el poema sinfónico. Creado por Liszt,
consiste en una obra sinfónica en un solo movimiento, dividida habitualmente en secciones, que
desarrolla un programa literario, extraído normalmente de un poema, una novela o un drama,
aunque también de obras de tipo filosófico. Entre los poemas sinfónicos de Liszt destacan Los
preludios o Mazeppa. Otro autor destacado, ya en el posromanticismo, es Richard Strauss, con
obras como Así habló Zarathustra, Don Quijote y Till Eulenspiegel. Entre los compositores
nacionalistas tuvo gran desarrollo; ejemplos de ello son Una noche en el Monte Pelado, de
Mussorgski, Shehérezade, de Rimski-Korsakov, o El Moldava, del checo Smétana.
La música teatral
El teatro sigue siendo en el xix el lugar más importante de actividad musical. La ópera es el
género principal, como lo era ya en los dos siglos anteriores, y da lugar a una serie de derivados,
como la opereta. Pero en el teatro se van a desarrollar otros géneros musicales, como la música
incidental y el ballet.
La ópera romántica parte en principio de las formas clásicas (ópera seria y ópera bufa), pero
a lo largo del siglo se van a crear estilos nuevos. En Italia se da prioridad al papel de los
cantantes, poniendo el acento en el bel canto, el canto virtuoso de lucimiento. El modelo
principal será la ópera por números, con escenas claramente separadas centradas en las arias de
los cantantes. La acción es mínima.
El primer operista importante del xix italiano es Gioacchino Rossini, autor de óperas
famosas como El barbero de Sevilla o Guillermo Tell. Tras él, otros como Vincenzo Bellini o
Gaetano Donizetti consolidan el estilo del bel canto. El gran autor de óperas del Romanticismo
italiano es Giuseppe Verdi (18131901), con muchísimas óperas importantes: Nabucco,
Rigoletto, La traviata, El trovador, Aida… Las óperas de Verdi son en su mayor parte tragedias,
con argumentos tomados de obras teatrales contemporáneas o anteriores, principalmente de
Shakespeare (Falstaff, Otelo).
En Alemania se desarrolla un estilo radicalmente distinto, centrado en la figura de Richard
Wagner (1813-1883). El ideal de Wagner es el drama musical: consideraba que todos los
elementos de la ópera, incluida la música, debían servir a la acción. Wagner rechaza el bel canto
y la estructura por números; sus óperas buscan la acción continua, los diálogos están integrados
en la acción y no existen arias propiamente dichas. Por otra parte, Wagner dio una gran
importancia al papel de la orquesta, que no es solo el «fondo» de acompañamiento de los
cantantes, sino que tiene una participación activa comentando musicalmente la acción,
principalmente a través de los leitmotiv, motivos melódicos o rítmicos asociados a personajes,
acciones, temas, etc. Wagner influyó de manera notable en la música sinfónica de su época y no
118
9.3. Géneros musicales
119
Unidad didáctica 2
Hacia 1890, algunos músicos comienzan a sentir hastío del sistema musical clásico-
romántico vigente durante más de un siglo y medio. El desarrollo de la armonía, el
crecimiento de las formas y las excesivas dimensiones de las orquestas provocan el
rechazo de muchos compositores, especialmente los más jóvenes, los que en ese
momento se incorporan a la actividad musical. Como se diría más adelante, se empieza a
ver que el sistema tonal se está convirtiendo en un «callejón sin salida». Esto lleva a
muchos músicos a buscar caminos alternativos, que a la larga llevarán en muchos casos
a la disolución del sistema tonal y la aparición de nuevos sistemas de composición
musical.
Al mismo tiempo, otros compositores plantean que el sistema tonal aún tiene mucho
que decir y que puede seguir desarrollándose y dando frutos importantes. Eso hará que
durante la primera mitad del siglo xx convivan líneas diferentes de composición
musical, unas más cercanas al estilo romántico y otras más alejadas o incluso
completamente nuevas; esta diversidad se muestra a veces en la obra de un mismo
compositoractividad musical: por una parte, ya no es imprescindible la presencia de los
músicos para que se escuche la música, lo que llevará a la pérdida de puestos de trabajo
y a la oposición, incluso violenta, de muchos músicos hacia los nuevos inventos; por
otra parte, la difusión de estos sistemas hará que algunos músicos extiendan su fama por
todo el mundo con gran rapidez y salgan así beneficiados (el caso más emblemático es el
tenor italiano Enrico Caruso).
Grabación del sonido: en 1878, Edison patenta el fonógrafo, primer sistema que permite
la grabación y reproducción posterior del sonido; más adelante llegará el
gramófono de Berliner (1888) y comenzará un desarrollo imparable de la
grabación sonora. Esto repercute de diversos modos en la
10. El siglo XX hasta 1945
La radiodifusión: por las mismas fechas, diversos ingenieros e investigadores (Nikola Tesla,
Guillermo Marconi…) realizan experimentos con la difusión de sonido por ondas de radio.
Hacia 1900 comienzan su actividad las emisoras radiofónicas estables, y unos veinte años
más tarde será habitual la programación musical en radio. De este modo, una interpretación
en directo puede ser escuchada en el momento en varios países del mundo, lo cual influirá
decisivamente en la difusión de varios repertorios musicales.
El cine: en 1895 tiene lugar la primera proyección pública de imágenes en movimiento, gracias al
cinematógrafo de los hermanos Lumière. Muy poco después, en el primer decenio del xx, el
cine es ya un arte de gran impacto social; las proyecciones se realizaban normalmente con
música en directo (normalmente un piano, y en grandes salas una orquesta) lo que llevará al
nacimiento de un nuevo género musical, la música cinematográfica. En los años 20 se
desarrollan los sistemas de sincronización de sonido e imagen, y hacia 1930 el cine sonoro
sustituirá al cine «mudo», desapareciendo la música en directo.
Junto a estos desarrollos técnicos, hay otras corrientes científicas que influyen los desarrollos
musicales: la nueva física, representada por Einstein, Planck o Heisenberg, comienza a plantear
una nueva visión del mundo, que acabará con el pensamiento positivista y dará lugar a corrientes
«irracionalistas» en la filosofía y el arte; a esto contribuye también el desarrollo del psicoanálisis
creado por el médico vienés Sigmund Freud y continuado por sus discípulos Adler y Jung.
Todo esto llevará a la aparición de numerosas corrientes artísticas, a veces muy efímeras, que
rechazan la estética romántica y proponen alternativas a veces extravagantes, con el fin de
impresionar al público: son las vanguardias, conocidas a veces como «ismos»: el cubismo (1907),
el futurismo (1910), el expresionismo (1911) el dadá (1914), el surrealismo (1924) y muchas
otras; la estrecha relación entre artistas plásticos, literatos y músicos hace que prácticamente todos
estos movimientos tengan su reflejo en la música de alguna forma.
Por último, hay que tener en cuenta los importantes acontecimientos históricos que tienen
lugar en este período y que afectaron de forma intensa a la
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depresión económica, que tiene su culmen en la Gran Depresión de 1929. Esta
acumulación de circunstancias negativas tendrá como consecuencia la guerra
entre 1939 y 1945, conocida como Segunda guerra mundial, con la implicación
de casi todos los países del mundo y la extensión de los frentes de guerra a todos
los continentes. La destrucción total que supuso esta guerra, con más de 60
millones de muertos, cierra una etapa histórica.
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10. El siglo XX hasta 1945
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Schönberg, después de una etapa «tonal» en que desarrolla los recursos de la tonalidad
expandida, decide hacia 1907 abandonar definitivamente la tonalidad y comenzar lo que él
llamó atonalismo libre, un estilo de composición que evita los elementos tonales
(progresiones armónicas, atracción de la sensible a la tónica…) utilizando cada sonido y
cada acorde por sí mismo. A este estilo atonal de la escuela de Viena se le conoce también
como expresionismo. La obra cumbre de esta etapa es Pierrot lunaire, de Schönberg,
estrenada en 1912.
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10. El siglo XX hasta 1945
Dodecafonía
Hacia 1920, Arnold Schönberg da a conocer un sistema de composición que ha estado
experimentando durante los años de la guerra y la posguerra, tratando de encontrar un
método que le permita componer obras atonales siguiendo unas reglas. El método, al que
llama simplemente «método de composición con doce sonidos» se conocerá pronto como
dodecafonía.
Este método consiste en organizar los sonidos en series que incluyen las doce notas de
la escala cromática temperada. El compositor parte de una serie original, a la que aplica
métodos contrapuntísticos como la retrogradación, la inversión y el transporte,
consiguiendo así un conjunto de 48 series diferentes a partir de la primera; de entre estas
48 escoge las que le convienen para su composición, que queda así organizada en bloques
«dodecafónicos». De este trabajo con series se deriva el nombre de serialismo con el que
se conoce a veces la dodecafonía y sus derivaciones posteriores.
La primera obra importante de esta corriente es la Suite para piano op.25 de
Schönberg, a la que seguirán otras como las Variaciones para orquesta op.31. Otras obras
importantes de la dodecafonía son la Sinfonía op.21 de Anton Webern y el Concierto para
violín o la ópera Lulú de Alban Berg.
A partir de 1925, Schönberg imparte clases de composición en Berlín; tras el ascenso
de Hitler al poder, se exilia en Estados Unidos, donde vivirá hasta su muerte continuando
su labor didáctica. El estilo de Schönberg se extiende así a otros compositores más
jóvenes de diversos lugares de Europa y América; entre ellos destacan el italiano Luigi
Dallapiccola (1904-1975) o el español Roberto Gerhard (1896-1970).
126
Neoclasicismo
El término neoclasicismo surgió también hacia 1920 para referirse a ciertas obras de
Igor Stravinski y otros compositores. Se suele situar su origen en el ballet Pulcinella,
encargado por Diaghilev para relanzar la actividad de los Ballets Rusos tras la guerra;
Diaghilev pide a Stravinski que realice la orquestación de un conjunto de piezas de
compositores italianos de comienzos del xviii; el trabajo con esta música hace descubrir a
Stravinski líneas musicales que utilizará en sus composiciones posteriores hasta 1950.
Sin embargo, las características fundamentales del neoclasicismo ya habían aparecido en
obras anteriores del mismo Stravinski y de otros compositores mayores y más jóvenes: por
ejemplo las sonatas de Claude Debussy, compuestas entre 1915 y 1917, Le tombeau de Couperin
de Ravel, de 1917, o la Sinfonía clásica del ruso Sergei Prokofiev (1891-1953), también del
mismo año.
El neoclasicismo se caracteriza principalmente por una fuerte actitud antirromántica, que
rechaza tanto la complejidad de las obras del último romanticismo como el afán de expresividad
que constituye la base de la estética romántica. Los compositores neoclásicos tratan de huir de
ello creando obras más simples, más asimilables por los oyentes, y ocupándose especialmente de
la forma musical sin pretender transmitir o provocar emociones.
Las principales características del neoclasicismo son:
— Claridad de texturas, frente a las texturas densas de la música romántica. Las obras
neoclásicas reducen habitualmente el número de voces, dejando instrumentos en silencio o
utilizando el unísono.
— Uso del contrapunto, que se prefiere a la textura de melodía acompañada. No obstante, este
contrapunto es sencillo, con pocas voces y uso frecuente de la homofonía.
— Junto a todo ello, uso de técnicas propias del siglo xx, como la politonalidad, la polirritmia,
la modalidad y polimodalidad o las disonancias extremas.
En esta línea se incluyen no solo las composiciones de Stravinski, como la Sinfonía de los
salmos de 1930 o la ópera The Rake’s Progress, de 1950; también las de otros compositores, entre
ellos Satie, Ravel, Bartók (Música para cuerda, percusión y celesta, 1936) o Falla (Concerto para
clave, 1926).
El neoclasicismo se manifiesta también en la obra de compositores más jóvenes, que
comienzan su actividad profesional en el período de entreguerras. Entre estos destacan el alemán
Paul Hindemith (1895-1963) o los franceses del grupo llamado Les Six (Los Seis), entre los que
destacan Darius Milhaud
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10. El siglo XX hasta 1945
Otras tendencias
Además de las dos tendencias citadas hay otras más o menos relacionadas con ellas,
presentes en muchas obras de entreguerras.
La principal es el neopopularismo, que consiste en la utilización de técnicas musicales
de la música tradicional (modalidad, ritmos irregulares, estilos populares de canto…) junto
a técnicas de la nueva música. Esta tendencia la representan principalmente Bartók y Falla,
pero está presente también en músicos más jóvenes, como los españoles de la generación
del 27, o en cierto modo los jóvenes norteamericanos que se inspiran en la música
afroamericana, como George Gershwin (1898-1937).
Para los músicos norteamericanos, el jazz y las músicas relacionadas se pueden
considerar tradicionales; pero en Europa estas músicas son músicas urbanas, que se
utilizan en el ámbito de los cafés y cabarets. Junto a ellas aparecen otras músicas, las
músicas populares urbanas, conocidas también genéricamente como jazz, que influirán en
la música de los más jóvenes: además de los franceses del grupo de Los Seis, son
importantes el alemán Kurt Weill (1900-1950), con Dreigroschenoper (La ópera de tres
centavos, 1928) o el ruso Dimitri Schostakovich (1906-1975), en sus Suites de jazz.
Ambos compositores desarrollan otras líneas de composición, relacionadas con el
neoclasicismo o con un nuevo sinfonismo, esto último especialmente en Schostakovich.
Por último, es importante la interrelación de la música con las vanguardias pictóricas y
literarias: hay un futurismo musical, desarrollado sobre todo en Italia (Luigi Russolo); o
música cubista, dadaísta y surrealista desarrollada principalmente en Francia por Erik Satie y
el grupo de Los Seis.
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