Tema La Familia
Tema La Familia
Tema La Familia
1. OBJETIVO:
4. REFLEXIÓN:
José, María y Jesús: la Sagrada Familia de Nazareth es una respuesta a la voluntad del Padre:
los tres integrantes de esta familia se ayudan a descubrir la vocación que Dios tiene para ellos.
Vemos como la familia de Nazareth vive su vida diaria en casa y juntos luchan por sus sueños,
sus trabajos, sus miedos, sus enfermedades y sus tradiciones: como ir al templo para la fiesta
de la Pascua, cuando Jesús tenía 12 años, al regresar en la peregrinación se dan cuenta que
Jesús no va con ellos, como padres se preocupan de lo que le pueda pasar ya que está solo,
y regresan desesperadamente a buscarlo. En este contexto nos muestran que los padres están
atentos a su hijo; lo cuidan, y también vemos que el hijo les obedece, pero que, los hijos no
son propiedad de la familia: le pertenecen a Dios. Jesús como hijo nos enseña que cada uno
debe seguir su propia vocación.
En este pasaje bíblico observamos que ellos vivieron situaciones muy parecidas a las nuestras,
con sus desafíos familiares, alegrias y tristezas, ellos, aunque eran diferentes rezaban
juntos, trabajaban, compartían, se comunicaban, estaban en comunión y así nos
enseñan el valor fundamental en la familia que es el amor.
De la sagrada familia aprendemos que: Dios debe ser el centro de la vida familiar.
La familia como Iglesia doméstica:
En la tradición cristiana, se habla de la familia como Iglesia doméstica, como una pequeña
Iglesia, es una relación de personas, que reflejan la comunión que existe entre Dios Padre,
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Así como Dios es creador, la familia comparte con Él esa obra,
al procrear y educar a los hijos.
Cada iglesia doméstica, cada familia está llamada a:
• Tener a Dios como centro de su familia.
• Vivir la experiencia del amor de Dios.
• Ser testimonio del amor que Dios le tiene a cada persona.
• Meditar y hacer vida la Palabra de Dios en la vida diaria.
• Hacer oración juntos, una familia que reza unida, permanecerá unida.
• Poner al servicio del prójimo los dones de cada integrante de la familia.
• Asumir la misión de ser agentes de evangelización.
• Ser misionera para que otras personas también conozcan a Dios.
• Ser promotora de vocaciones para la Iglesia.
• Asistir y escuchar atentamente la misa por fe y poner en práctica lo celebrado.
• Vivir con paciencia los errores de los demás, corregir y perdonarse mutuamente como
auténticos cristianos.
• Ser lugar de encuentro, de diálogo y compartir la alegría de estar juntos
• Salir de sí misma para ayudar a los pobres, ser solidaria y participar activamente en
Iglesia.
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Es momento de preguntarnos ¿Qué me quiere decir el Señor? ¿Cómo está mi familia hoy?
¿Quién es el centro en mi familia? ¿Quiero que mi familia sea reflejo de la Sagrada Familia de
Nazareth?
Sabemos que son muchas las situaciones difíciles y negativas que viven las familias en la
actualidad, ante estas situaciones el evangelio nos invita a no desmayar y nos motiva a vivir
como familia los valores del evangelio, mantener la ESPERANZA ante lo trágico que se pueda
ver la realidad, y vivirla desde los ojos de la FE para continuar con los sueños y las acciones
transformadoras llenas de CARIDAD.
La familia también es el lugar por excelencia para dar testimonio y “no se puede dejar de
hablar lo que hemos visto y oído” (Hch. 4, 20), como ya lo decíamos, nuestra misión inicia
precisamente ahí, en donde hablar de Dios y su amor, se tiene que hacer con acciones
concretas: en el cuidado de los hijos, la atención a los padres enfermos, la solidaridad con los
tíos y abuelos que están solos, en salir cada día a trabajar para llevar el alimento, preparar la
comida con amor, ayudar en los oficios de la casa, acciones que parecen muy sencillas y
rutinarias, pero viviéndolas desde el amor y el servicio podemos aspirar a ser como la familia
de Nazareth.
La Jornada Mundial de las Misiones nos invita a seguir orando por las vocaciones:
matrimonio, sacerdocio, vida consagrada y laicos misioneros. Recordemos la cita bíblica,
“La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos, rueguen al dueño de los campos
que envíe trabajadores para su cosecha” (Mt 9,37-38). Pidamos para que más hombres y
mujeres se comprometan, es importante recordar que la familia es el principal semillero de las
vocaciones (porque los padres son llamados a preparar, cultivar y velar por las vocaciones que
Dios suscita en su familia) recordemos como Jesús al ir con su familia al templo siente el
llamado a su vocación, los discípulos al tener el encuentro con Jesús, son invitados a seguirlo
y a la vez ellos invitan a otros a seguir a Cristo ( Cfr. Jn. 1,40-42) entonces cada uno de
nosotros también somos promotores vocacionales, con nuestra oración, testimonio y
compartiendo lo que tenemos en nuestro corazón, nuestra experiencia de Dios.
En el mensaje de la Conferencia Episcopal de Guatemala para el año de la Familia 2021-
2022, los obispos agradecen a las familias perseverantes en el bien y en el amor durante la
pandemia, nos invitan a la vivencia de los valores humanos y cristianos, así como un llamado
a la defensa de la familia y a vivir el compromiso eclesial en el año de la familia: un camino de
reflexión para profundizar las riquezas de la Exhortación Amoris laetitia. Deseando que sea
esa una herramienta pastoral que ayude en el crecimiento del amor, la superación de los
temores y conflictos, así como en la educación de los hijos, fortaleciendo los matrimonios y las
familias, orientándolas para que continúen respondiendo a su vocación y misión desde el amor
y la ternura.
En este tiempo de pandemia las familias estamos llamadas a ser luz para aquellas familias
que han perdido la esperanza y la fe, recordemos que las familias son el núcleo de la sociedad,
el semillero de las vocaciones y portadoras de la Buena Noticia.
El Papa Francisco nos dice en el Ángelus en la fiesta de la Sagrada Familia: “Que la Sagrada
Familia sea un modelo para nuestras familias, para que padres e hijos se apoyen
mutuamente en la fidelidad al Evangelio, fundamento de la santidad de la familia”.
Entonemos el siguiente canto: Bendecid señor las familias.
* Se puede entonar algún otro canto que se conozca.
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Canto Bendecid Señor las familias
Que ninguna familia comience en cualquier de Bendecid oh Señor las familias, Amén
repente, que ninguna familia se acabe por falta de Bendecid oh Señor la mía también
amor, la pareja sea el uno del otro de cuerpo y de
mente y que nada en el mundo separe un hogar
soñador Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin
medida y que nadie se vaya a dormir sin buscar el
perdón, que en la cuna los niños aprendan el don
Que ninguna familia se albergue debajo de un de la vida, la familia celebre el milagro del beso y
puente, Y que nadie interfiera en la vida, en la paz el pan
de los dos, Y que nadie los haga vivir sin ningún
horizonte Y que puedan vivir sin temer lo que
venga después
5. COMPROMISO:
* Todas las noches antes de dormir, hacemos oración por las familias que están
desintegradas.
* Como familia, compartir algunos víveres con una familia necesitada.
* Hacer una pequeña colecta, como familia, para apoyar a las misiones.
Misioneras de Guadalupe
Abelino Vásquez
Diócesis de Zacapa y
Prelatura de Esquipulas
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TEMA 2
OBEDIENCIA AL PLAN DE DIOS COMO SAN JOSÉ
1. OBJETIVO:
Motivar a todo bautizado para que redescubra su ser misionero, en el ambiente que le toca
vivir, fijando su mirada en San José en obediencia al padre Dios y con humildad anunciar la
Buena Nueva a los más necesitados.
2. ORACIÓN
Señor Jesús tu nos conoces, amas Iluminas, fortaleces, das la vida, salud, trabajo y la familia.
Te pedidos humildad, obediencia, perseverancia, para vivir la misión de Jesús en nuestras
vidas, a ejemplo de San José que con su trabajo supo acompañar a la familia de Nazareth y
desde su silencio cumplió el plan de Dios. Nosotros también desde nuestra realidad queremos
colaborar para que se haga presente el reino de Dios en todo lo que hacemos cada día,
respondiendo al llamado de Dios en su plan de salvación.
El nacimiento de Jesús el Mesías sucedió así: su madre, María, estaba comprometida con
José, y antes del matrimonio, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. José, su esposo,
que era un hombre justo no quería denunciarla públicamente, pensó abandonarla en secreto.
Ya lo tenía decidido, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: -José, hijo
de David, no temas recibir a María como esposa, pues la criatura que espera es obra del
Espíritu Santo, dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio
del profeta: Mira, la virgen está embarazada, dará a luz a un hijo que se llamará Emanuel -que
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significa: Dios con nosotros-. Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del
Señor le había ordenado y recibió a María como esposa.
4. REFLEXIÓN DE LA CATEQUESIS.
Es sabido por todos que la palabra de Dios, para entenderla hay que conocerla, el
conocerla nos lleva a amarla, no se puede amar algo que no se conoce.
San José fue un hombre que amó con un amor incondicional, así amo a María y a Jesús, ama
a Dios creando una familia de amor y en el amor, eso es lo que lo lleva a dar una respuesta
generosa, a lo que Dios le propone en un sueño por medio del Ángel, colabora al plan de Dios
para salvar a la humanidad del pecado.
Contexto:
Todo relato bíblico tiene su texto y su contexto, el contexto de San Mateo, nos sitúa en la
segunda generación cristiana, después de varias décadas de la muerte y resurrección de
Jesús, unos de los seguidores forman el grupo de los nazarenos, que luego fueron marginados
por las normativas judías, conservadores por los años 80 y 90 después de Cristo. Por eso se
ven forzados a caminar solos, el evangelio de mateo quiere dar continuidad y novedad a las
raíces judías del cristianismo, así se escribe el texto por los años 80 en Antioquia.
Parece un evangelio para una iglesia que comienza a caminar con carácter doctrinal, la
comunidad pone su fe en las enseñanzas de Jesús las cuales las vive y celebra. Ven el reino
de Dios como un camino difícil de recorrer, comienza el evangelio con la genealogía y luego
la infancia de Jesús y de allí aparece la persona de José como descendiente de David.
Desarrollo:
El texto bíblico que reflexionamos narra el nacimiento de Jesús. María está comprometida con
José y se encuentra embarazada por obra del Espíritu Santo, aparece José como hombre
Justo, temeroso de Dios, no desea hacerle daño a la mujer que ama, por eso piensa dejarla
en secreto. José conocía las leyes judías, pero el es un hombre justo y creyente.
El ángel se le aparece en sueños y lo reconoce como hijo de David, le pide no tener miedo,
José es hombre que confía en la voluntad de Dios, por eso es obediente ante la petición
de recibir del niño que nacerá por obra del Espíritu Santo y que se llamará Jesús, pues salvará
al pueblo de sus pecados.
Asume la promesa de Dios hecha por el profeta, José es dócil a la palabra, obediente a
hacer lo que el ángel le pide de parte de Dios; participa y colabora en el plan de Dios de Salvar
a la humanidad.
¡Que hermosa misión ¡
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5. COMPROMISO.
1. ¿Cómo bautizado y misionero, sé escuchar la voz del Dios, su palabra su llamado, la atiendo
y colaboro en su realización en la realidad que vivo?
3. Como San José quiero entender y discernir lo que Dios va manifestando en mi vida de
creyente y poder anunciar lo que he visto y oído, para hacer presente la misión salvadora
de Jesús en el mundo, mi historia, comunidad y familia.
6. Oración Final.
7. Se invita a personas voluntarias que puedan hacer oraciones por las familias y por la Iglesia
Diocesana y Universal.
8. Canto- (camina pueblo de Dios u otro que se adapta al tema que conozcan.
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TEMA 3
NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OÍDO”
OBJETIVO:
Promover el testimonio de la presencia del Resucitado en nuestras comunidades cristianas no
solamente con nuestras palabras, sino también con nuestras obras, para que se manifieste el
amor salvífico de Dios en cada uno de los niños, jóvenes y adultos.
1. ORACIÓN INICIAL:
Señor, hazme misionero de tu Evangelio y lléname de la luz de tu Espíritu porque solo podré
salir en misión bajo el impulso de tu Santo Espíritu, alma vivificante de la evangelización. Abre,
Señor, en todo momento mi mente y mi corazón para sostener mi misión desde el amor.
Fortalécela desde la oración y que mi oración sirva también para sostener a tantos que llevan
tu Palabra al mundo.
Ensancha tu mirada y dilata nuestros corazones, para que, por encima de intereses y
ambiciones terrenas, aspiremos a triunfos superiores a los de la fuerza, para contribuir todos
de esta manera, según nuestros medios, a la extensión del Reino de Jesucristo. Amén.
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2. TEXTO BÍBLICO: (HCH 4, 20).
3. COMPROMISO:
Leer y reflexionar sobre el libro de los Hechos de los Apóstoles, para conocer el testimonio
misionero de los discípulos de Jesús.
Rezar y meditar el Santo Rosario para conocer sobre la vida de Jesús y la Virgen de María
4. ORACIÓN FINAL:
Oh Dios, ayúdame a que no olvide nunca, que para anunciar el Evangelio son necesarias
primero mis obras de amor, que mis palabras sean las tuyas, que mis gestos sean los tuyos y
mis actitudes las tuyas.
Pon, Señor, por medio de María nuestra Madre, mi vida al servicio de la misión para
contribuir a darte a conocer y no a darme para ser aplaudido. Y a Ti, María Madre nuestra,
estrella de la evangelización, ayúdame a tomar conciencia de mi ser cristiano tan unido a la
misión que Cristo tu Hijo me pide. Amén.
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CANTO FINAL: “Alma Misionera”
Señor toma mi vida nueva Te doy mi corazón sincero
antes de la espera para gritar sin miedo
desgaste años en mí. lo hermoso que es tu amor.
Estoy dispuesto a lo que quieras Señor tengo alma misionera
no importa lo que sea condúceme a la tierra
tu llámame a servir. que tenga sed de ti.
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TEMA 4
VIVIR LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO EN MOMENTOS DIFÍCILES.
OBJETIVO:
Que, en medio del dolor y las dificultades de la vida, cuando pareciera que todo está perdido,
sea el evangelio un camino hacia la luz, sea la esperanza de vida, que penetre en los
corazones y se transmita a los demás
Nota: Si no saben el canto pueden buscar otro que vaya acorde al tema.
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ORACIÓN INICIAL:
Padre misericordioso… Cuando me siento devastado por mis propias preocupaciones, aclara
mi mente y ayúdame a ver la verdad. Cuando el temor intenta aprisionarme y siento que no
me puedo mover, dame libertad y ayúdame a vivir la vida un día a la vez. Cuando no puedo
con palabras expresar el dolor que por dentro me hace sentir mi corazón desmayar, cálmame
con tus dulces palabras de amor. Confío que no me dejaras solo. AMEN.
Al ver a la multitud, subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos. Tomó la palabra
y los instruyó en estos términos:
“Dichosos los pobres de corazón, porque el reinado de Dios les pertenece.
Dichosos los afligidos, porque serán consolados
Dichosos los desposeídos, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa del bien, porque el reinado de Dios les pertenece.
Dichosos vosotros cuando os injurien, os persigan y os calumnien de todo por mi causa.
Estad alegres y contentos pues vuestra paga en el cielo es abundante.
De igual modo persiguieron a los profetas que os precedieron”.
REFLEXIÓN:
Es por ello que el texto del Sermón de la montaña, nos reconforta y nos guía. Las
bienaventuranzas siendo ocho declaraciones al camino perfecto hacia la felicidad, nos lleva a
encontrar nuestro estilo de vida en medio de una sociedad llena de desigualdad y de muchas
dificultades.
Las bienaventuranzas nos inspiran a tener un espíritu de escucha, una actitud de conversión
personal y comunitaria, caminando hacia una mejor vida y hacia la felicidad. ¿Quién podría en
realidad ser “de limpio corazón” (Mt 5:8)? Si no fuera por la gracia de Dios, nadie sería
bienaventurado.
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Las bienaventuranzas no son un juicio en contra de todos los que no alcanzan los estándares,
son una bendición para cualquiera que decida unirse al reino de Dios mientras este “está
cerca”. Las bienaventuranzas son un programa de vida, para acercarse a Dios.
Dios nos llama a compartir las esperanzas que vienen del Dios de la vida, nos llama a transmitir
esas bienaventuranzas con los más afectados ya sea por la pandemia o por otras situaciones;
Dios nos llama a consolar aquellos que lloran, los tristes y todos juntos buscar y construir una
vida diferente, mejor y más digna para todos.
La bendición es que la persecución activa por las razones correctas, es nuestra tarea
promover el reino de Dios, la bienaventuranza sirve como un recordatorio para nosotros
de que trabajar en un mundo caído requiere valentía. Jesús profundiza la idea señalando
que los profetas, que como Él habían anunciado el reino de Dios, fueron perseguidos:
“Bienaventurados serán cuando les insulten y persigan, y digan todo género de mal contra
ustedes falsamente, por causa de Mí. Regocíjense y alégrense, porque su recompensa en los
cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes” (Mt
5:11–12). Las personas justas en el lugar de trabajo pueden estar sujetas a una persecución
activa e incluso severa por parte de personas que se benefician o creen que se benefician de
la injusticia.
COMPROMISOS:
1. Elegir a una familia o persona de tu comunidad que esté pasando o viviendo momentos
difíciles para acompañarla platicar, rezar juntos o compartir algunas cosas que has
recibido de Dios con ellos, hacer esta misión durante un mes.
3. Cada noche antes de acostarte, hacer una revisión de vida, cómo viviste o practicaste
concretamente las bienaventuranzas con los que te rodean, y terminar esa reflexión
con una oración espontanea.
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4. Y por último, como fruto de esta reflexión algunos compromisos concretos que te
vayan orientando tu vida en la construcción del Reino de Dios.
ORACIÓN FINAL:
Señor Tú conoces mi situación, Tú sabes que estos momentos difíciles para mí son tan
dolorosos, pero vengo a poner ante Ti aún mi dolor y mis sentimientos y mis confusas
emociones para que Tú me sanes y Tú me ayudes. Padre nuestro…Ave María…Amén.
CANTO FINAL:
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