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Angélica Gorodischer, una voz transgresora
Angélica Gorodischer nacié en Buenos Aires el 28 de julio de
1928, pero vivié casi toda su vida en Rosario, provincia de Santa
Fe, junto a la familia de su madre, los Junquet Garay, una fami-
a acomodada y muy catélica, descendientes de franceses. La in-
ee ee fancia de Angélica fue solitaria: no la dejaban tener amigos ni ira
es lograrun espacio de felicidad y fg 12 escuela porque no podfa juntarse “con cualquiera’, hasta que el
lo hace sosteniendo, ala vez, una | médico familiar les aconsejé su incorporacion a la educacién for-
familia con hijos chicos y un tra- J mal si querian que fuera una “nifia normal”, En su soledad, sus
bajo. En cuanto a su papel como ff primeros juguetes fueron los libros, especialmente los de arte, ya
escritora, comenta lo siguiente: que le Iamaban la atencién “las figuritas”. A los cinco atios apren-
“Simone de Beauvoir decia "Yo es- dig a leer, y, por las noches, para vencer el miedo a la oscuridad, se
erlbo porque quiero que me quie- H inventaba historias,
Beene See ee Recién cuando entré en la Facultad de Filosofia y Letras de la
do al mundo no para tranqulizar a ff Universidad del Litoral (Universidad Nacional de Rosario, en la ac-
{a gente sino pare inquietarte. El tualidad), se sintié acompafiada por gente afin, que compartia su
verdadero arte inquieta. Yo quisie- modo de pensar y de sentir. Alli conocié a Sujer Gorodischer, un
ra poner nerviosa ala gentey al ff inmigrante de la Union Soviética que estudiaba arquitectura. Se
mismo tlempo dare felicidad, por ff casaron ocho meses después pese a la desaprobacién de ambas fa
‘que soy muy feliz escribiendo. Pero milias, porque él era judio y ella, goy. Sujer ha sido el compaiie~
Looe ae ro de su vida y el padre de sus tres hijos. Ella usa el apellido de
chica a Nocera paces pert si marido ya que, segiin afirma, como no existen los apellidos de
We nes aehcder onear stevia mujer y tiene que usar un apellido de hombre, se queda con el de
Cjal6 todo el mundo escribiera"*, su marido debido a que le gusta ms y es libre de elegir.
Angélica Gorodischer es reconocida como una activa feminis-
“Agia Ona, Quen porersao. | tt Al respecto, dice Aletta de Syivas:
sala gente, Reva Vast Murdo, N° 20,
Racer novembre-Sembre, 1995, La eseritora actiia en el feminismo haciendo de la pala~
bra una militancia, tratando de cambiar el punto de vista
del estereotipo, porque tanto la literatura como el lengua-
je, sostiene, es masculina. Cree que la palabra es todopo-
derosa, que cura, que mata, que crea realidades y modi-
fica nuestra visién del mundo. Y que cuando se habla del,
silencio histérico en relacion con las palabras de las muje-
res -una supuesta ausencia de literatura femenina en de-
terminados periodos de la historia lo que hay es un largo
silenciamiento, una falta de registro de esas voces. Porque
las mujeres escriben desde siempre, aunque esto no haya
salido a la superficie,
eta de Sys, Goo
‘Aes, Corer, 2009,