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Ensayo Sobre La Varicela

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Ensayo sobre la Varicela

Introducción
La varicela es una enfermedad altamente contagiosa causada por el virus varicela-zóster (VZV), que pertenece a
la familia de los herpesvirus. Aunque a menudo se considera una enfermedad infantil leve, la varicela puede
causar complicaciones graves, especialmente en adultos, recién nacidos y personas con sistemas inmunitarios
debilitados. A lo largo de la historia, la varicela ha sido una enfermedad común en todo el mundo, pero la
introducción de la vacuna ha cambiado significativamente su impacto en la salud pública. Este ensayo examina
los orígenes, síntomas, transmisión, complicaciones y avances en la prevención de la varicela.
Historia y transmisión del virus de la varicela
El virus de la varicela ha sido reconocido desde hace siglos, pero fue en el siglo XIX cuando se empezó a
distinguir claramente de otras enfermedades eruptivas, como la viruela. La varicela se transmite principalmente
a través de gotitas respiratorias cuando una persona infectada tose o estornuda, o por contacto directo con las
lesiones cutáneas de una persona infectada. Debido a su alta contagiosidad, el virus se propaga rápidamente en
poblaciones no inmunizadas, especialmente en escuelas y guarderías.
El período de incubación de la varicela suele ser de 10 a 21 días, y una persona infectada puede transmitir el
virus desde uno o dos días antes de la aparición de la erupción hasta que todas las lesiones hayan formado
costras. Esto hace que sea difícil contener la propagación del virus en comunidades densamente pobladas y no
vacunadas.
Síntomas y evolución de la enfermedad
Los síntomas iniciales de la varicela suelen incluir fiebre, cansancio, pérdida de apetito y dolor de cabeza. Poco
después, aparece la característica erupción cutánea, que comienza como pequeñas manchas rojas que
rápidamente se convierten en ampollas llenas de líquido. Estas ampollas pueden aparecer en cualquier parte del
cuerpo, incluyendo el cuero cabelludo, la boca y los genitales, y suelen causar picazón intensa. Con el tiempo,
las ampollas se rompen y forman costras.
En la mayoría de los casos, la varicela es leve en los niños sanos y se resuelve en una o dos semanas sin
mayores complicaciones. Sin embargo, en algunos casos, especialmente en adultos o personas con sistemas
inmunitarios debilitados, la enfermedad puede ser más grave. Las complicaciones incluyen infecciones
bacterianas secundarias de la piel, neumonía, encefalitis (inflamación del cerebro) y, en raros casos, la muerte.
Impacto en la salud pública y la importancia de la vacunación
Antes de la introducción de la vacuna contra la varicela, la enfermedad era extremadamente común. Se estima
que casi todos los niños contraían varicela antes de los 10 años, y cada año se producían cientos de miles de
casos en todo el mundo. Aunque la mayoría de los casos eran leves, la gran cantidad de personas afectadas
significaba que había un número considerable de complicaciones graves y hospitalizaciones.
La vacuna contra la varicela se introdujo por primera vez en los Estados Unidos en 1995, y desde entonces ha
demostrado ser altamente efectiva para prevenir la enfermedad. En los países donde la vacunación es parte del
calendario regular de inmunizaciones, la incidencia de la varicela ha disminuido drásticamente. Además, las
personas vacunadas que contraen la enfermedad suelen tener síntomas mucho más leves que aquellos que no
han sido vacunados.
La vacunación también ha reducido la aparición de herpes zóster, una enfermedad dolorosa que puede ocurrir
años después de haber tenido varicela. Esto se debe a que el virus varicela-zóster permanece inactivo en el
cuerpo después de la infección inicial y puede reactivarse más tarde en la vida.
Complicaciones y el virus del herpes zóster
Una de las características únicas del virus varicela-zóster es que, después de que una persona se recupera de la
varicela, el virus permanece latente en el cuerpo, alojándose en los ganglios nerviosos. Años más tarde, el virus
puede reactivarse, causando herpes zóster, también conocido como culebrilla. Esta afección se caracteriza por
una erupción dolorosa que suele aparecer en un lado del cuerpo y puede estar acompañada de dolor nervioso
que persiste durante meses o incluso años después de que la erupción desaparece.
El riesgo de desarrollar herpes zóster aumenta con la edad, y es más común en personas mayores de 50 años y
en aquellas con sistemas inmunitarios debilitados. El herpes zóster puede ser debilitante y doloroso, y aunque
existen vacunas que pueden reducir el riesgo de su aparición, la mejor forma de prevenirlo es evitar la varicela
mediante la vacunación.
Conclusión
La varicela, aunque a menudo vista como una enfermedad infantil leve, puede tener complicaciones graves y un
impacto significativo en la salud pública. La vacunación ha sido clave para reducir la incidencia de la varicela y
prevenir sus complicaciones, incluyendo el herpes zóster. Sin embargo, es importante seguir promoviendo la
vacunación y educar a las personas sobre los riesgos de la varicela, especialmente en aquellos que no han sido
vacunados o que son más vulnerables a las complicaciones. A través de la inmunización y la concienciación, es
posible minimizar el impacto de esta enfermedad en la sociedad y proteger a las generaciones futuras.

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