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Entevista A Carlos Islas

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¿Ejerciste cómo bailarín?

R: Sí, un rato.

¿Cuánto tiempo?

R: Yo egreso en el 96…

¿Estudiaste en la Academia de la Danza o en la Escuela Nacional de Danza Folclórica?

R: No, en la Nacional. Antes no era Nacional, antes era Sistema Nacional para la Enseñanza
Profesional de la Danza.

¿Ya existía la Academia?

R: Ya, la Nellie y todas nada más que a mí me tocó el plan de estudios de seis años. Yo egreso en el
96 y, prácticamente, un año no… sí estuve trabajando en algunas cosas pero fue porque yo entré a
la universidad pero más o menos del 97 al 2001, como 4 años fue lo que yo estuve bailando más o
menos.

¿Estuviste en la generación dónde no salías como licenciado?

R: Exactamente. Salíamos con la carrera técnica porque no existía la licenciatura.

Desde un principio no existía la licenciatura. En la SEP, digamos, a nivel nacional no existía una
licenciatura era solamente una carrera técnica entonces lo que ellos te proporcionaban era un
título con una carrera técnica que se llamaba ejecutante de danza folclórica. Ese es el título como
oficial que yo tengo.

Después ya empezó el rollo de hacer las licenciaturas. Hubo una reestructuración en el INBAL y
como la carrera que yo hice la hacíamos con los tres años de secundaria y los tres años de
preparatoria cambia y entonces ahora los Cedart se convierten en las prepas del INBA y
posteriormente las escuelas como la Nellie, la Academia y la Nacional se vuelven las universidades
donde puedes estudiar la licenciatura.

Todos los que estudiamos la carrera de ejecutante se lanzó un programa de validación… de


nivelación académica, no recuerdo bien el nombre. Todos tuvimos la oportunidad de meter
nuestros documentos con todo la experiencia que ya habíamos tenido, cursos que habíamos
tomado, etcétera y eso nos otorgaba a nosotros, bueno si cubrías con los créditos de la
licenciatura te daban por automático la licenciatura.

Antes, entonces era técnico, ¿no?, ¿por qué decidiste estudiar esa carrera en danza folclórica?

R: A mí me gustó la carrera desde los 6 años. Yo fui a una primaria en dónde era específica para
hijos de personas que trabajaban en la Secretaria de Agricultura que mi mamá trabaja ahí.
Tenían que hacer el horario extendido y después de nuestras clases normales teníamos talleres y
había música, teatro, mecanografía, lo típico de una secundaria, digamos y entonces desde ahí
una vez yo me acuerdo que estaba viendo la clase de danza folclórica y dije “yo quiero eso”. Desde
ahí me metí a danza y a música.

Toda la primaria me la lleve prácticamente con danza y música y terminando mi maestro de danza
era egresado de lo que ahora es la Nacional entonces nos dijo a una serie de chicos que veía que
nos gustaba y teníamos ciertas actitudes, nos dijo “oigan, si quieren seguir con esto porque veo
que les gusta pues existe esta carrera” y ya llegué a decirle mis papás, se hizo una junta con el
maestro y ya me fui a hacer los exámenes de ingreso. Ahí fue cuando decidí hacer la carrera.

¿Tus papás te apoyaron?

R: No, para nada, al menos desde los 12 años que yo entré ahí hasta los 18 siempre me apoyaron.
Ya después sí hubo algunos detallitos porque casi casi fue de “¿y ahora que vas a estudiar? Ya
jugaste un ratito, ¿ahora qué vas a hacer?”.

Yo dije “pues yo estudié esto porque a esto me quiero dedicar”. Fue una obligación estudiar otra
carrera.

¿Estudiaste otra carrera?

R: Sí, bueno, no la terminé pero entre a estudiar economía al Instituto Politécnico Nacional ahí en
el Casco.

¿Cuánto tiempo estuviste en esa carrera?

R: La mitad de la carrera, fueron cinco semestres.

Cuando tú egresaste empezaste ya a ejercer como bailarín…

R: Entré a la universidad y me empezaron a invitar a bailar a ciertos lugares pero fue más o menos
en el 97 cuando ya tengo un trabajo fijo como bailarín en un restaurante aquí en la Ciudad de
México bueno, estaba en la zona metropolitana, en Tlalnepantla

Un restaurante que antes era muy famoso que ya o existe, se llamaba “La manzana de Roma” y
había una variedad con mariachi, cantantes y bailarines.

Yo trabajé ahí durante cuatro años de lunes a domingo, sin vacaciones ni días de descanso. Fue
diario, diario.

¿Cuántas horas trabajabas?

R: Era poco. La variedad se hacía como de 04: 00 a 05: 30 de lunes a jueves y los viernes, sábado y
domingo de 03:00 a 05:30. La verdad era un trabajo que me permitía estudiar porque por las
mañanas me iba a la Superior y por las tardes me iba a bailar.
Era invertirle un rato y ya estaba libre tampoco era un trabajo como de oficina o algo así.

¿Ganabas bien?

R: Lo que empecé a ganar pude invertirlo en un carro, con ese sueldo pude ir ahorrando y pedir un
crédito que me prestaron para yo poder ir pagando eso. Mi primer coche salió de ese trabajo por
decirlo así.

Empiezas a ganar y comprar tu ropa o al cine, etcétera. Al mismo tiempo que trabajaba en el
restaurante entré a un proyecto más formal de un grupo de danza bueno, de música y danza y
empezamos a tener funciones todos los fines de semana. Así que por las mañanas me iba a bailar a
dar las funciones y en la tarde al restaurante.

De todos estos trabajos, ¿algún otro dónde hayas ejercido?

R: No. De hecho, algo que me hizo retirarme muy joven como bailarín fue que me harté o me
cansé o medí el espacio que trabajé en el restaurante.

Se dice fácil pero durante cuatro años no tener ni un solo día de descanso. Llega un momento en
el que dices “ya no quiero”.

También yo desde un principio siempre me había gustado la docencia y coreografía. Realmente


como bailarín es por lo que te ofrecen y demás pero en cuanto me salían oportunidades para
empezar a dar clases no la pensé dos veces.

Yo dejé el restaurante porque empecé a trabajar como docente en el Deportivo Chapultepec y en


los bancarios y fue como dije “esto es lo que realmente quiero hacer”. Aparte de que sí era muy
pesado ir todos los días.

¿Con ese trabajo tenías prestaciones y un sueldo?

R: Fíjate que me gusto del trabajo del restaurante es que estábamos asociados a la Asociación
Nacional de Actores (ANDA)…

¿Ese era tu patrón?

R: Exacto, ese era mi patrón porque la ANDA nos pagaba de hecho, había una representante de la
ANDA y ella le cobraba al restaurante y ella a su vez nos pagaba a nosotros.

Ahí sí logré ser miembro activo de la ANDA y al ser miembro activo tienes ciertos beneficios como
son el servicio médico particular que eso era como bueno aunque en ese momento yo no tenía
familia, ni nada pero podías tener las estancias infantiles, ciertos beneficios que te daba como
sindicato.

¿Tu experiencia como bailarín fue buena? , ¿Tus condiciones laborales fueron buenas?
R: Sí, sí, la verdad es que yo veo ahorita que tengas un trabajo como bailarín con prestaciones es
muy difícil que lo encuentres.

¿Cómo ves el campo laboral ahora?

R: Yo lo que creo es que antes éramos menos. Creo que eso tiene mucho que ver. Mi generación
de 60 que entramos nos graduamos 17 y de esos 17 nos titulamos 2 y de los 17 que nos
graduamos que nos hayamos seguido dedicando a la danza, digo, no tengo el número exacto pero
yo creo que debemos ser como 5.

Imagínate una generación donde 5 personas se dediquen a la danza pues tu porcentaje de


posibilidades de que encuentres trabajo es alta.

El punto de un tiempo para acá es que mucha gente desde que se abrió la licenciatura, yo creo,
fue que yo siento que creció mucho la matricula que digo, está bien…

Sí, como que planearon el hecho de mejorar académicamente pero no ampliaron…

R: El campo laboral. Exacto. Yo, por ejemplo, que estuve como candidato a la Escuela de la
Nacional, una de las cosas que yo proponía era que existiera un área de la escuela de campo
laboral. Hubiera personas de la escuela que se dedicaran exclusivamente a tratar de hacer
acuerdos o intercambios como relacionarse para que tú como egresado pudieras –como en
cualquier universidad- acercarte al área de campo laboral y a ver si me conviene.

Realmente también muchos de los trabajos que consigues es por contactos o llega una persona y
te dice “oye, no te interesa” pero tampoco es que te pongas tú a buscar en el periódico o internet
y te aparezca.

Ahorita ya un poco más con las escuelas primarias o secundarias pero eso como docente.

Como no hay de bailarín lo que te queda es dar clases.

R: Exacto. Yo siempre le decía a mis alumnos, ¿por qué quieres estudiar danza?, ¿qué es lo que
quieres hacer?, ¿quieres bailar, quieres dar clases, quieres investigar danza?

Porque mucho de las cosas que con el tiempo fui aprendiendo es que si realmente quieres ser
bailarín es mejor que te entrenes, que tomes cursos, que seas multidisciplinario porque un papel
no te va a servir de nada, cuando eres un bailarín te van a decir “a ver, ponte a bailar” y si me
gusta como bailas te contrato y si no pues con la pena aunque traigas una licenciatura o una
maestría (que no existe).

Ya el bailarín es o por el gusto del coreógrafo o del director o de quién esté a cargo.

Tienes que saber otras cosas como con la carrera de la Academia (la multidisciplinaria) pues se
reduce un poco más el campo de la danza folclórica.
R: Ya ahorita hay muchas opciones que tienes para bailar ya te exigen otro tipo de entrenamiento
también, no nada más en folclor.

En mi época no teníamos muchas opciones, o sea, o era o vete Amalia, Xcaret con Silvia Lozano o a
la compañía de Nieves Paniagua.

Nieves Paniagua lo que hacía para poderte pagar te metía en la planta docente de las secundarias.
Tú dabas clases en las secundarias como maestro y ese era tu sueldo como bailarín.

Yo veo complicado el hecho de que alguien que no está preparado como docente se aviente a
dar clases. Al final de cuentas no estamos haciendo nada para mejorar.

R: Todo mundo empezamos a aprender copiando como nos enseñaron nuestros maestros hasta
que tú con la experiencia vas diciendo “me funciona esto más que esto “.

En mi caso, por ejemplo, trataba de todos los maestros que tuve como ir implementando todo lo
que yo sentía que me funcionaba como maestro.

Regresando al tema de bailarín. Sí es muy complicado el tema del campo laboral y en la Ciudad de
México más. Ahorita en este momento que te puede pagar como bailarín es Amalia Hernández y,
obviamente, sin prestaciones y con un sueldo para sobrevivir.

Muchos tienen que buscar otro trabajo y aparte dedicarle a bailar. Son pocos los que realmente
están viviendo únicamente del sueldo de Amalia.

Muchos que han y están ahí en Amalia es por la experiencia de solamente bailar en el Palacio de
Bellas Artes y del renombre.

R: Sí, yo he escuchado a muchos que dicen “yo porque quiero bailar en Bellas Artes estoy ahí. Es
como su máximo bailar en Bellas Artes.

A la mejor todavía tienen el apoyo de la familia, hablando económicamente.

Sí pero que tú digas “voy a dedicarme a ser bailarín y me va a ir bien” pues está complicado.

R: Sí, muy complicado. Sobre todo porque no hay una constancia y sobre todo aquí en la Ciudad de
México porque dijeras un lugar –porque yo en algún momento sí pensé hacerlo pero por azares
del destino ya no lo hice fue irme a bailar a Xcaret- entonces creo…

Sí, muchos están emigrando para allá porque querer ir a vivir la experiencia de bailar y que te
paguen por bailar, ¿no?

R: Creo que si te dijera un lugar como bailarín que puede ser el –entre comillas- mejor yo creo que
sí sería Xcaret porque conozco el manejo y te ofrecen hospedaje, alimentación, prácticamente tu
sueldo es libre, tienes un día de descanso, –es un trabajo- ya tienes tus prestaciones.
Yo siento que ya al darte todo eso, prácticamente, te permite ahorrar. Tu dinero poder gastarlo en
algo para ti y no tener que estar pensando en sí voy a pagar la renta o los servicios.

Creo que … bueno no es en la Ciudad de México es allá.

Sí, muchos sabemos de muchos otros que están yéndose allá por la experiencia de ganar dinero
bailando.

R: Yo conocí una persona que estaba en Xcaret y tenía 50 años y seguía bailando. Es muy famosa
ahí o fue muy famosa, ahorita ya no está pero todo mundo hablaba, creo que era Margarita. Fue
interesante estudiarla.

Pero regresando a lo que dices. Si no es por las zonas turísticas, las zonas hoteleras en México:
Riviera Maya, Riviera Nayarita, ahorita se está abriendo un campo en Los Cabos, fuera de eso, la
verdad, es que aquí en la Ciudad de México como bailarín yo creo que no hay.

¿En Garibaldi hacen espectáculos?

R: ¡Ah! Pues es que es un poco lo que yo hacía en el restaurante. Está El Guadalajara y acá en el
sur está el restaurante “El arroyo” por la salida a Cuernavaca, acá en Insurgentes y es famosísimo y
tienen la variedad que yo hacía. Son los lugares o restaurantes donde puedes trabajar pero
realmente en Garibaldi ha de haber dos lugares, creo, es el Tenampa y el Guadalajara.

¿Es trabajar en la noche?

R: Sí, es en la madrugada. A la 1 de la mañana creo que das el show porque a mí en algún


momento me invitaron. Existían antes más restaurantes donde bailar.

Creo que es un todo digo, para variar la economía del país lo que siempre afecta es la parte
cultural y los que salen más afectados en la parte cultural son los bailarines.

Así como carrera ser bailarín no es buena opción.

¿Crees que a eso se deba a que los bailarines opten por estudiar otra carrera?

R: Creo que desde mi punto de vista no es que opten por estudiar otra carreras, más bien como
que tratan de buscar como meter la danza en otra cosa, por ejemplo, la docencia entonces me
meto a estudiar pedagogía o psicología, etcétera.

Ya sabes que está muy específico o como los egresados de la Nellie en pedagogía de la danza.
Únicamente estás preparado para docencia. Hay gente que se meta a la ENAH a estudiar
antropología, etnografía, antropología social y se dedican a hacer investigación y demás.

Hay unos que estudian diseño gráfico y buscan como relacionar con danza.
Sí, terminan estudiando otras cosas o algunos ya vienen de estudiar otra cosa y vienen a estudiar
danza. Ese es otro caso, la gente que ya …como ya aceptan creo que hasta los 28 años entonces y
hay gente que a la mejor estudió psicología y pues ahora quiere estudiar danza.

Ahí en la Escuela de Amalia te preparan como bailarina pero no hay como una preparación para
saber a qué te tienes que dedicar. No hay un campo laboral.

R: Lo pero aún y que es una triste realidad es que allí en el Folklórico (Escuela de Amalia
Hernández) el papel que te dan no te sirve para nada.

La escuela de Amalia sí es para que hubiera formado a sus bailarines de la compañía. Casi casi la
regla o sea, tu logro va a ser llegar a la compañía pero de ahí en fuera meterte a bailar a otro lado
no había y no existen opciones.

Podrías ser muy buen bailarín y todo pero, ¿a dónde te vas? Aquí en la Ciudad de México no hay
un lugar.

El hecho de que te preparan como bailarín pero no tienes una formalidad en metodología ni
nada y muchos salen a dar clases así.

R: Exacto. Es que la danza se está convirtiendo en eso, están generando maestros en una cantidad
impresionante.

¿Es complicado formar una compañía de danza?, ¿Cómo se comienza con un proyecto así?, ¿es
complicado?

R: Sí, muy difícil. Era un sueño que tenía desde que estaba estudiando. Por otro lado sería sin
querer porque cuando yo trabajaba en el deportivo Chapultepec formé el grupo representativo de
ahí.

Fue cuando me invitan a trabajar al Folklórico y por horarios yo ya no podía ir al deportivo puesto
que era al mismo tiempo que en el Folklórico y entonces de ahí surgió de que ese grupo
representativo se convirtiera en un grupo independiente y ahí fue cuando surgió Estampas de
México.

Ya empecé a llevarlo de manera independiente, ya empezamos como a crecer pero no es fácil


porque en principio necesitas el espacio para ensayar. Ese es un primer punto con el que te
enfrentas y que en mi caso tuve la oportunidad de contar con los salones de la Nacional.

Empezamos a ensayar y ya posteriormente en el salón del banco donde trabajaba. No nada más es
tener la compañía es conseguir las funciones, conseguir o hacerte de la producción, del vestuario.

Quieras o no convencer a la gente de tu trabajo porque igual y puedes tener una compañía pero si
a la gente no le gusta tu trabajo, por más que los quieras tener ahí no vas a poder.

No es fácil pero creo que…


Pero, ¿tú ya tenías experiencia? Salías mucho de viaje

R: En ese momento fue cuando empecé. Mi primer viaje fue cuando se hace independiente el
grupo, nos fuimos a Cuba. Luego ya pude contactarme con una amiga de mi generación para
poder ir a España.

En España fue cuando se abrió como ese abanico de opciones porque vieron el trabajo y demás y
ya la gente comienza a invitarte a festivales, etc.

Ahí comenzamos a viajar más y a mí, posteriormente, me invitaron a ser parte de una Federación
de Festivales Internacionales. Ahí es como se ha hecho esta telaraña, por llamarlo así.

Para ti este proyecto es importante, ¿beneficia a tus bailarines?

R: Yo lo que siempre he dicho es… los festivales siempre te van a ayudar a la experiencia, a un
crecimiento profesional. Sí es muy diferente y me tocó verlo palpable cuando ciertos bailarines
van a una gira y cuando regresan se nota un nivel.

Yo creo que es la misma exigencia de estar ante otros países, el ambiente de danza y de folclor,
etcétera. Hace subir tu nivel y eso te ayuda, te sirve mucho.

Hacer contactos también dentro de los festivales y otro punto es viajar, conocer. Es una
oportunidad, ¿a ti te tocó viajar?

Sí a Corea.

R: Bueno, tú te das cuenta. Pagas tu boleto de avión pero de menos conoces, lo demás ya no te va
a costar que si tú quisieras hacer el viaje, los mismos días a Corea sabes que vas a gastar al doble y
al triple.

Tiene su pros y sus contras como todo pero creo que algo que funciona es que mantienes esa
llamita de “¡ay, qué padre ser bailarín!”. Valoran las danzas folclóricas de México en otros países,
más que a aquí. Te da gusto, cambia tu chip por completo y sabes que allí lo están valorando y
aquí en México, ¿qué? Podrás ponerte a bailar y todo pero la gente no te va a decir ¡wow!.

¿Qué crees que le espera al campo laboral del bailarín aquí en la CDMX a futuro?

R: ¡Hijole! Pues yo creo que va a estar cada vez más difícil.

¿Está en las opciones ser bailarín?

R: No. Yo creo que sino se abre un campo laboral para los bailarines hacia al turimos como se hace
en la Riviera Maya.

¿Si puede ser posible aquí en la CDMX?


R: Yo digo que sí, la Ciudad tiene mucho turismo. Simplemente Amalia de qué se mantiene. Todos
los miércoles y domingos tienes función, o sea de que hay público, lo existe.

El problema es que no hay como la confianza del sector turístico para invertir en eso o prefieren
traer al mariachi de Cuatro elementos, que toquen algo y ya con eso van a estar contentos.
Prefieren ahorrarse sueldos, ahorrarse prestaciones, etcétera, que invertirle y decir (voy a inventar
algo) “todos los fines de semana hay función de danza folclórica en el hotel Intercontinental o
tienes un show mexicano en el restaurante en el World Trade Center”, un tiempo se intentó hacer
pero no funcionó.

Yo creo que si fuera como en la Riviera Maya, a la mejor no a esa escala porque sabemos que el
turismo allá es mucho mayor que el de la Ciudad de México. Yo creo que si realmente hubiera ese
voto de confianza de la parte empresarial hacia la danza en algún momento sí se podría hacer pero
de que se haga…

¿Solo por parte empresarial? Gubernamentalmente somos los más afectados.

R: Sí, no, gubernamental, olvídalo. Están los famosos apoyos del FONCA, casi casi es irle a rogar al
gobierno que te de dinero para poder bailar.

Entonces, ¿esto va más a lo empresarial?

R: Sí, en el sector privado. Realmente va a todos porque si te das cuenta a nivel nacional los que
tienen apoyo son los grupos de las universidades, ahí si hay apoyo como en la Universidad de
Nuevo León, la de Colima o la de Veracruz.

De ahí los ballets ya sean municipales o estatales que tienen el Ballet del estado de Yucatán o del
estado de Aguascalientes o del Estado de México que a veces sin ser buenos trabajos pero ahí
tienen su “chambita” pero volvemos a lo mismo, no hay un ballet de la Ciudad de México.

Antes existía con el de Héctor Fink pero después desapareció y al gobierno no le interesa porque
ahorita que estoy recordando había funciones en el Teatro de la Ciudad. Hubo temporadas y se
presentaban creo que dos días a la semana o un día.

Todo eso ha ido desapareciendo porque imagínate pagarle digo, eso era otro rollo, una compañía
estatal son 40 elementos, o sea la nómina de 40 personas, ¿cuánto es?.

Si te pones a hacer cuentas pues sí está muy castigada esa parte porque tendrías que reactivar esa
parte de que la gente vaya al teatro y que pague a parte porque a veces invitándolos no van

¿Hace falta educación para el espectador?

R: Sí, por completo. No existe esa cultura de ir al teatro, ver danza, etcétera. La gente prefiere ir al
Estadio Azteca a ver un partido de futbol o pagar un concierto de la banda MS, ¿y quién va a pagar
para ir a ver danza folclórica? Pues nadie.
Hace falta mucha cultura pero creo eso ya tiene que ver con que somos México y todo lo que
venimos arrastrando y demás pero eso ya es otro tema.

Es triste porque en otros países te das cuenta que sí invierten en ir a ver. Yo tuve la experiencia de
irme a Nueva York tres meses.

Estuve trabajando con Callpulli Dance Folk y me di cuenta que el chip que hay allá es diferente. La
gente realmente invierte en ir a ver, pon tú no danza, invierte en ir a ver arte.

En Nueva York hay salones improvisados bueno, como black box y ves a la gente formada en la
calle porque va a pagar para ver un espectáculo de danza; con Calpulli se tuvieron teatros llenos.

Sí es parte de la educación que tú dices, no existe. Si no es el fútbol realmente no hay otra cosa.

¿Quisieras agregar algo respecto al tema?

R: No, lo que te dije que esto va cada vez más complicado, como bailarín; creo que se han abierto
muchos campos con la licenciatura a que te vayas a dar clases pero no todos quieren dar clases.

Siento que como bailarín cada año se va a ir perdiendo ese campo donde puedes ejercer aquí en la
Ciudad de México.

¿Será como un hobby?

R: Sí y vamos cayendo en lo mismo por eso existen tantas compañías de danza porque terminas
haciéndolo por no dejar de bailar, no tanto por un sueldo sino porque quieres seguir bailando o te
gusta tal propuesta de danza y por eso estás ahí.

Yo que más quisiera a mis bailarines poderles pagar pero es imposible a duras penas cuando vas a
dar función la gente o los lugares que te invitan a bailar te dan apenas para el autobús,
alimentación, hospedaje porque vuelvo a lo mismo, pagar una nómina tan alta es o una u otra.

Y también, ¿cuál sería el sueldo ideal para un bailarín? Porque estamos de acuerdo que no es
como un trabajo donde dices “voy a ir ocho horas diarias y me están pagando mi hora en tanto”.
A la mejor en ese aspecto el bailarín gana más pero tiene más trabajo.

Claro ejemplo, ¿cuánto paga Amalia?

Terminas trabajando en otra cosa para después de hobby trabajar ahí, aunque suene raro pero es
un hobby trabajar en Amalia… y que te traten mal.

En conclusión yo creo que cada vez va a ser más complicado si es que no existe un programa
gubernamental –que no creo que vaya a haber- dónde exista ese apoyo y esa educación, sobre
todo hacia ver danza y ver danza folclórica en específico.

Muchos de los apoyos se van a danza contemporánea.


Los único que cobran un sueldo son los clásico.

R: Exacto. Ahí está el claro ejemplo de lo que le interesa o no al gobierno. Si tiene una partida
presupuestal para la Compañía Nacional de Danza Clásica, para el Ceprodac y no existe algo para
folclor.

Cuando las escuelas se van al Centro Nacional de las Artes no llevaron folclor porque en ese
momento Gerardo Estrada, director del INBAL, y Rafael Tovar de Teresa, director de CONACULTA,
se les pregunto que ¿por qué folclor no iba al CNA?

¿Sabes cuál fue su respuesta? Porque folclor no era arte. Si desde el gobierno creen que folclor no
es arte entonces imagínate.

Fue todo una discusión y tema de controversia. Interesante. Argumentaban que el folclor era un
tradición y una costumbre, copia de esas costumbre, no era crear algo. Por un lado entiendes
como cuál era pero ya ahorita muchas compañías de danza hacemos creaciones.

Ya no es como antes de que era el cuadrito nada más. Empezaron los guiones escénicos, esta
disciplina del folclor.

Te platico esto para que te des una idea. Es triste pero una realidad.

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