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52 Lecciones de Vida Nivel 13 Septiembre

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52 L E C C I O N E S DE V I D A

Dios nos manda


a
arrepentirnos
OBJETIVO fe.
● Luego, orará por el grupo que saldrá a
● Prepararnos para salir a evangelizar
evange- lizar, para que tengan citas divinas
de parte del Señor, y haya salvaciones.

“Pero Dios, habiendo pasado por alto los


tiempos de esta ignorancia, ahora manda a
todos los hombres en todo lugar, que se
arrepientan”. Hechos 17:30

El arrepentimiento es la manera de
establecer una relación con Dios. Por eso, el
Señor quiere que todos nos arrepintamos,
para que ninguno perezca, sino que
tengamos vida eterna en Él. Dios nos salvó
de la muerte eterna, enviando a alguien que
nos predica- ra las buenas nuevas de
Jesucristo. Esto nos llevó al arrepentimiento y
por eso, hoy, tenemos paz, gozo y vida
eterna. Ahora hay mucha gente en tristeza,
depresión, confusión y con necesidad de
Dios. Hoy nos toca a nosotros llevarle a esa
gente, las buenas nuevas de la salvación.

ACTIVACIÓN

● Si hay una persona nueva en la Casa de


Paz, el líder hará el llamado a la salvación y
guiará a esa persona a hacer la oración de
1
LEC CIÓN 3
5
● Finalmente, el grupo orará por la
salvación de las almas.

OFRENDA

“Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que


al prin- cipio de la predicación del
evangelio, cuando partí de Macedonia,
ninguna iglesia participó conmigo en
razón de dar y recibir, sino vosotros solos;
pues aún a Tesalónica me enviasteis una y
otra vez para mis necesidades. No es que
busque dádivas, sino que busco fruto que
abunde en vuestra cuenta”.
Filipenses 4:15-17

El evangelio del Reino avanza cuando hay


personas dispuestas a financiarlo. La iglesia
en Filipos le envia- ba ofrendas al apóstol
Pablo, lo cual le permitía pre- dicar en
muchos lugares. Igualmente, hoy, el
Reino avanza cuando hay un pueblo
dispuesto a diezmar y ofrendar para que
eso suceda. Presentemos nues- tros
diezmos y ofrendas al Señor.

EVANGELISMO:
Al final de esta lección, por favor dedique tiempo p

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52 L E C C I O N E S DE V I D A

3
LEC CIÓN

El juicio de Dios
declarados culpables. En una corte de justicia,
OBJETIVO siempre está el acusado, el

● Aprender que Dios es amor, pero también


es juez que juzga el pecado

“Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es


nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él
mismo nos salvará”. Isaías 33:22
Mucha gente cree que no sufrirá las
consecuencias de sus pecados. Otros creen
que Dios es demasia- do amoroso y bueno
que no permitirá que nadie sea castigado
debido al pecado. Por lo tanto, es
importante que sepamos lo que dice la Biblia
con respecto al pecado. La Palabra de Dios es
clara acer- ca del hecho de que Dios es amor
(1 Juan 4:7-10), y que todo lo que Él hace se
origina en el amor. Sin embargo, Su amor
no cambia el hecho de que Él también es
un Dios que juzga el pecado y la maldad con
justicia perfecta.

¿QUIÉN ES UN JUEZ?
Un juez es aquel que tiene la responsabilidad
de de- clarar a alguien culpable o inocente
de una acusa- ción. En el ámbito natural, las
personas pueden ser acusadas de un
crimen, pero, luego, tienen que ir a un juez
para determinar si son culpables o inocen-
tes. Además, los jueces determinan cuál
debe ser el castigo para aquellos que son
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acusador, el defensor y un juez. El acusador


y el acu- sado presentan evidencias al juez,
quien decide si el acusado es culpable o
no.

Mientras en el mundo natural los jueces


dan su ve- redicto basados en la
información presentada ante ellos, esto no
sucede en el mundo espiritual. Allí, el juez
lo sabe todo y es perfectamente justo,
porque el juez es Dios.

DIOS ES UN JUEZ

“Y los cielos declararán su justicia, porque


Dios es el juez”. Salmos 50:6

La Biblia nos enseña que Dios es juez y


que Él es Santo, sin pecado. Esa es la
razón por la cual puede juzgar nuestro
pecado y demandarnos santidad.

“Sino, como aquel que os llamó es santo,


sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir; porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo”. 1
Pedro 1:15-16

A diferencia de los jueces terrenales,


Dios es omnisciente (todo lo sabe) y
nada puede esconderse de Él. Esto
significa que Dios ya tiene las evidencias de
nuestro pecado.

“Y no hay cosa creada que no sea


manifiesta en su presencia; antes bien
todas las cosas están desnudas y abiertas a
los ojos de aquel a quien tenemos que dar
cuenta”. Hebreos 4:13

7
LEC CIÓN

Así que, todos debemos darle cuentas a pecado de todo aquel que crea en Él.
Dios de nuestras acciones, pensamientos,
“Porque también Cristo padeció una sola vez
palabras y deseos.
por los pecados, el justo por los injustos, para
NOSOTROS SOMOS LOS llevarnos a Dios,
ACUSADOS
La Biblia confirma que todos hemos pecado
(Ro- manos 3:23), que aún nuestras buenas
obras están manchadas, y que son como
trapo de inmundicia delante de Él (Isaías
64:6). Por lo tanto, tenemos un problema
legal ante Dios, porque nuestro pecado nos
hace culpables, y Dios tiene toda la
evidencia en nuestra contra.
“Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque
Jehová contiende con los moradores de la tierra;
porque no hay verdad, ni misericordia, ni
conocimiento de Dios en la tierra”. Oseas 4:1

NUESTRO VEREDICTO Y CASTIGO

Cuando somos juzgados por el pecado, somos


encon- trados culpables. El castigo del pecado
es una separa- ción eterna de Dios, en el lago
de fuego. No hay purga- torio ni forma de salir
de ese lugar.

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la


dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro”. Romanos 6:23

DIOS NOS OFRECE UNA SALIDA

¿Hay alguna salida de este juicio? ¡Sí! Dios


mismo decidió mostrarnos un
misericordioso escape a través de Jesús. No
tendríamos ninguna esperanza de escapar
del castigo del pecado, a no ser porque Dios,
que es amor, nos amó primero (1 Juan
4:19); y siendo aún pecadores, demostró Su
amor por nosotros enviando a Su Hijo,
Jesús, a morir para pagar la pena por
nuestros pecados. Jesús, quien nunca había
pecado, sufrió en la cruz para pagar por el

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siendo a la verdad muerto en la carne, pero


vivificado en espíritu”. 1 Pedro 3:18
Aquellos que creen en Él reciben salvación,
perdón de pecados, y más aún, una vida
abundante (Juan 10:10) y eterna con Él
(Juan 3:16). Dios hizo Su parte; ahora, es
nuestro turno de recibir Su regalo de
salvación.

PREGUNTAS

1. ¿Se puede engañar a los jueces


terrenales?
2. ¿Se puede engañar a Dios?
3. ¿Cuál es el castigo del pecado?
4. ¿Cuál es la salida que Dios nos ofrece?

ACTIVACIÓN

● El líder hará el llamado a la salvación.


● Luego, orará por las necesidades de la
gente.

OFRENDA

“Pero ahora, en la consumación de los siglos,


[Jesús] se presentó una vez para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio
el pecado”. Hebreos 9:26 (Énfasis
agregado)

Nuestra salvación requirió el mayor sacrificio


de to- dos los tiempos, el sacrificio del Hijo
de Dios. Nues- tra parte es responder a ese
sacrificio recibiéndolo y ofreciéndonos
nosotros mismos a Él. Parte de eso es
honrarlo con nuestros diezmos y ofrendas.

8
LEC CIÓN

El juicio del
creyente
OBJETIVOS 2:8-9). Jesús murió en la cruz por los pecados de
toda la raza hu- mana. Dado que toda persona
● Aprender que todo nuestro servicio a Dios ha pecado, la única manera de ser perdonado y
será probado liberado del infierno es recibiendo a Jesús como
● Aprender que debemos hacer bien las nuestro Salvador personal. La Biblia dice que no
cosas y en la temporada correcta, para hay condenación para aquellos
ganar recompensas eternas

“Porque es necesario que todos nosotros


comparez- camos ante el tribunal de Cristo,
para que cada uno reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno
o sea malo”. 2 Corintios 5:100

Los atletas que compiten en juegos, como


las Olim- piadas, reciben premios basados
en lo bien que compitan. De manera similar,
la Biblia enseña que Dios juzgará las obras
de cada creyente después de la muerte,
para determinar qué tan bueno o malo fue
nuestro servicio a Él, mientras estábamos en
la tierra.
“De manera que cada uno de nosotros dará
a Dios cuenta de sí”. Romanos 14:12
Los creyentes serán juzgados en el tribunal
de Cris- to. Cada uno de nosotros debe dar
cuenta de su vida ante Dios. Este juicio no
es para determinar si vamos al cielo o al
infierno. Eso lo determinamos nosotros por
nuestra decisión de aceptar o rechazar a
Jesu- cristo como nuestro Salvador (Efesios

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que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1).


Por lo tan- to, si bien no seremos
juzgados por nuestro pecado, habrá un
juicio por nuestro servicio a Dios durante
nuestra vida, con el propósito de
asignarnos recom- pensas eternas.

“Porque nadie puede poner otro


fundamento que el que está puesto, el cual
es Jesucristo. Y si sobre este fundamento
alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra
de cada uno se hará manifiesta; porque el
día la declarará, pues por el fuego será
revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el
fuego la probará. Si permaneciere la obra de
alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa. Si la obra de alguno se
quemare, él sufrirá pérdida, si bien él
mismo será salvo, aunque así como por
fuego”. 1 Corintios 3:11-15

¿QUÉ CONSIDERARÁ EL SEÑOR


CUANDO JUZGUE NUESTRAS
OBRAS?

Cuando Dios juzgue nuestra vida,


examinará las in- tenciones y
motivaciones de nuestro corazón. Mu- cha
gente trata de “comprar” el favor de Dios o
de la gente haciendo“buenas obras”. Por
ejemplo, alguien rico puede dar dinero
para edificar un hospital o alimentar a
los pobres. Si bien ambas son buenas
obras, la pregunta es ¿por qué lo
hacen? ¿Es para deducir impuestos? ¿Es
para verse bien y mejorar su reputación?
En esos casos, la motivación es equivo-
cada. Dios considera eso como una obra
muerta. La Biblia compara esas obras
muertas con la madera, el heno o la paja,
que se queman al exponerlas al fuego.
Cuando Dios juzga las obras muertas, el
cre- yente no recibe recompensa alguna.
8
LEC CIÓN

En contraste con las obras muertas, todo comenzar a hacer todo en el nombre de
aquello que se haga con la intención correcta, Jesús y para la gloria de Dios, de modo que
para la gloria de Dios, se convierte en una podamos recibir recompensas eter- nas
obra que agrada a Dios. Las Escrituras cuando el Señor nos llame a rendir cuentas
comparan esas buenas obras con el oro, la por nuestras obras.
plata y las piedras preciosas. Las mismas
serán recompensadas, ya sea que las personas
en la tierra las hayan valorado o no. Por lo
tanto, debemos estar seguros, no solo de
hacer lo correcto, sino también de buscar
hacerlo con las intenciones y motivacio- nes
correctas.

¿CÓMO GANAR RECOMPENSAS


EN EL TRIBUNAL DE CRISTO?

Hay dos cosas que podemos hacer para


asegu- rarnos que nuestras obras de
servicio a Dios se- rán recompensadas, ya
que nos llevarán a hacer to- do con las
intenciones y motivaciones correctas.
Primero, debemos hacer todo en el nombre
de Jesús.
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor
Jesús, dan- do gracias a Dios Padre por medio
de él”.
Colosenses 3:17

Segundo, debemos hacer todo para la


gloria de Dios.

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,


hacedlo todo para la gloria de Dios”. 1
Corintios 10:31
Como los atletas, que reciben premios
basados en su rendimiento, los creyentes
serán juzgados en el tribunal de Cristo para
determinar cuál será su re- compensa por
sus buenas obras de servicio a Dios.
Pidámosle al Espíritu Santo que purifique
nuestros corazones y nos empodere para

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52 L E C C I O N E S DE V I D A

Sin embargo, esto aplica solo a aquellos damos. Demos a Dios nues- tros diezmos y
que han recibido a Jesús como su Salvador. ofrendas, no de lo que nos sobra, sino de
No existe buena obra que pueda sustituir el acuerdo con todo lo que Él nos ha
sacrificio de Jesucristo para perdonar bendecido..
nuestros pecados. Le pregunto: ¿Ha
perdonado Jesucristo sus pecados? ¿Ha
recibido usted a Cristo como su Señor y
salvador? Si lo hizo, sigamos produciendo
buenas obras que agraden a Dios. Si no lo
ha hecho, éste es el momento de
entregarle su vida a Él.

PREGUNTAS

1. ¿Dónde serán juzgados los creyentes?


2. Los creyentes, ¿son juzgados para
determinar si van al cielo o para
determinar su recompensa?
3. Las buenas obras, ¿pueden sustituir el
sacrificio de Jesús?

ACTIVACIÓN

● El líder hará el llamado a la salvación.


● Las personas meditarán sobre sus obras y
le pedi- rán al Espíritu Santo que les revele
la intención de sus corazones. El líder
deberá guiarlas a arrepen- tirse por
cualquier obra muerta.
● Luego, orará por las necesidades de la
gente.

OFRENDA

“Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De


cierto os digo que esta viuda pobre echó más
que todos los que han echado en el arca;
porque todos han echado de lo que les sobra;
pero esta, de su pobreza echó todo lo que tenía,
todo su sustento”. Marcos 12:43-44

Aquí, la lección para nosotros es que Dios


juzga nuestras ofrendas de acuerdo con
nuestro corazón, no por la cantidad que
8
LEC CIÓN

El juicio de los
incrédulos
OBJETIVO Esto significa que ninguna cantidad de buenas
obras o intentos de ser buenas personas y
● Aprender que los incrédulos serán agradar a Dios son suficientes para expiar el
juzgados por sus obras y por rechazar a pecado. Es imposible
Jesús

“Te encarezco delante de Dios y del Señor


Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los
muertos en su manifestación y en su reino”. 2
Timoteo 4:1

Dios es el juez del universo y juzgará a cada


persona. Su perfecta santidad no puede tolerar
el pecado. La palabra “pecado” puede definirse
como “apartarse, errar, equivocarse, errar al
blanco”. La Biblia confirma que todos hemos
pecado (Romanos 3:23). Sea con el
pensamiento, palabra, acción o, incluso, por
un error, Dios juzgará cada uno de esos
actos de pecado. Además, cuando sabemos
hacer lo correcto y no lo hacemos, también
es contado como pecado (Santiago 4:17).
Más aún, la Biblia confirma que:

“Sabiendoqueelhombrenoesjustificadoporlasobr
as de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros
también hemos creído en Jesucristo, para ser
justificados por la fe de Cristo y no por las obras
de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie
será justificado”.
Gálatas 2:16

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que alguien alcance el estándar de


perfección de Dios en rectitud o justicia.
Ante el juicio de Dios nada de lo que
hayamos hecho, por bueno que
parezca, podrá compararse con Su propia
Santidad. Por lo tanto, todos somos
culpables de pecado, y el pecado nos
separa de Dios.

“Pero vuestras iniquidades han hecho


división entre vosotros y vuestro Dios, y
vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros su rostro para no oír”. Isaías 59:2

Sin embargo, gracias al gran amor y


misericordia de Dios, la pena por
todos los pecados de la humanidad
fue puesta sobre Jesucristo, para que
nosotros podamos ser justificados en Él y
no seamos separados eternamente de
Dios.

“Al que no conoció pecado, por nosotros


lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él”. 2 Corintios
5:21

Solo el sacrificio perfecto de Jesús paga


la pena del pecado ante Dios, el juez
justo. No hay otro camino ni nombre por
el cual el hombre pueda ser salvo
(Hechos 4:12). Pero aquellos que rechazan
a Jesús serán juzgados por Dios ante el
Gran Trono Blanco, por dos cosas. Serán
juzgados por las obras pecaminosas que
hayan cometido durante su vida en la
tierra, y serán hallados culpables porque
Dios sabe y ve todas las cosas (Hebreos
4:13). Además, aquellos incrédulos
serán juzgados por haber

8
LEC CIÓN

rechazado a Jesús (Juan 12:48), y serán Estos versículos confirman que nadie
sentenciados a un castigo eterno en el Lago “merece” el cielo; tampoco puede nadie
de Fuego. hacer suficientes bue- nas obras para
ganarlo. Sin embargo, sí mencionan una
“El que me rechaza, y no recibe mis palabras,
salida: Tener el nombre escrito en el Libro de
tiene quien le juzgue; la palabra que he
la Vida. Éste es un libro que contiene el
hablado, ella le juzgará en el día postrero”. Juan
nombre de
12:48

EL JUICIO ANTE EL GRAN TRONO


BLANCO

“Y vi un gran trono blanco y al que estaba


sentado en él, de delante del cual huyeron la
tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró
para ellos. Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro
de la vida; y fueron juzgados los muertos por
las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras. Y el mar entregó los muertos
que había en él; y la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos; y
fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la
muerte y el Hades fueron lanzados al lago de
fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no
se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado
al lago de fuego”. Apocalipsis 20:11-15

Los incrédulos serán juzgados ante el Gran


Trono Blanco. Todo aquel que haya
rechazado la oferta misericordiosa de Dios
para pagar por sus pecados a través de Jesús
será juzgado. Al rechazar a Jesús mientras
estaban en la tierra, inmediatamente son
culpables, y serán condenados al castigo
eterno en el Lago de Fuego. Este juicio será
perfectamen- te justo, ya que los incrédulos
serán juzgados “por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras”. Toda la
evidencia de su pecado estará clara. En aquel
día, solo habrá condenación eterna y casti- go
para aquellos incrédulos.

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52 L E C C I O N E S DE V I D A

cada creyente. Aquellos que confiaron en


Dios, en el Antiguo Testamento, y todos los
que recibieron a Cristo una vez que fue
revelado en el Nuevo Testa- mento. Y su
nombre, ¿está escrito en el Libro de la Vida,
o será juzgado como incrédulo?

PREGUNTAS

1. ¿Cómo se define la palabra “pecado”?


2. ¿Es posible que alguien alcance el
estándar de perfección de Dios por sí
mismo?
3. ¿Cuáles son los dos grandes pecados por
lo que será juzgado el incrédulo?

ACTIVACIÓN

● El líder hará el llamado a la salvación.


● Luego orará por las necesidades de la
gente.

OFRENDA

“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué


comeremos, o qué beberemos, o qué
vestiremos? Porque los gentiles buscan todas
estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe
que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas”.
Mateo 6:31-33

Todos tenemos necesidades; la pregunta


es en quién confiamos para suplirlas.
Aquellos que no tie- nen a Dios son
“gentiles”. Ellos confían en sí mismos, pero el
pueblo de Dios busca la fuente, que es Dios
mismo. Cuando usted tiene la fuente, tiene
a Aquel que provee para todas sus
necesidades. Vamos a confiar en Dios y
buscar, primero, Su reino, trayendo nuestros
diezmos y ofrendas.
8
LEC CIÓN

Somos el
cuerpo de
Cristo
OBJETIVO Más adelante, en este capítulo, las Escrituras
usan la metáfora de un cuerpo humano, el
● Aprender a ministrar a nuestros hermanos cual tiene muchas partes y órganos, pero todos
en la iglesia y en las Casas de Paz, con los juntos hacen un solo cuerpo.
dones que Dios nos ha dado

“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y


miembros cada uno en particular. Y a unos
puso Dios en la iglesia, primeramente
apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros,
luego los que hacen milagros, después los que
sanan, los que ayudan, los que administran, los
que tienen don de lenguas”. 1 Corintios 12:27-
28

En 1 Corintios 12, la Biblia habla de cada


uno de nosotros como parte del cuerpo de
Cristo; y dice que todos tenemos dones de
Dios para servirnos mutuamente.

“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el


Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de
ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay
diversidad de operaciones, pero Dios, que
hace todas las cosas en todos, es el mismo.
Pero a cada uno le es dada la manifestación del
Espíritu para provecho”. 1 Corintios 12:4-7

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52 L E C C I O N E S DE V I D A

“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y


miembros cada uno en particular”. 1
Corintios 12:27

El cuerpo humano no puede funcionar


apropia- damente si los órganos están
desconectados de él. Cuando nos
reunimos, Dios puede usarnos con
nuestras capacidades y dones específicos
para mi- nistrarnos unos a otros. ¿Tiene
alguien una necesi- dad? Debemos
hablarlo con nuestros hermanos y
hermanas, ya que ellos pueden tener una
solución de Dios para nuestra vida.

PREGUNTAS

1. ¿Tienen todos los creyentes un don de


Dios?
2. ¿Ha usado usted sus dones para
beneficiar a otros?

ACTIVACIÓN

● El líder hará el llamado a la salvación.


● Luego, orará por las necesidades de la
gente.
● Finalmente, todo el grupo pasará un
tiempo jun- tos y compartirá sus
necesidades y dones para ministrarse
unos a otros.

OFRENDA

“Porque habrá simiente de paz; la vid dará su


fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos
darán su rocío;

8
LEC CIÓN

y haré que el remanente de este pueblo posea


todo esto”. Zacarías 8:12 KOINONÍA:
Al final de esta lección, por favor tenga un tiemp
La economía del Antiguo Testamento estaba
basada en la agricultura. El pueblo confiaba en
Dios para re- gar los campos y que sus
siembras fueran fructíferas. Hoy, para
nosotros, la provisión de Dios viene por
bendecir nuestro trabajo, nuestro negocio y
contra- tos. Traigamos un sacrificio de
nuestra labor a Dios, a través de nuestros
diezmos y ofrendas, confiando que Él
bendecirá nuestras finanzas.

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