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Un Plan de Mejora UATx Sin Tanto Rollo - Tlaxcala

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A la hora de la verdad

Disonancias  Tlaxcala

Un plan de mejora UATx sin tanto rollo


Raúl Jiménez Guillén mayo 20, 2024

Un plan de mejora en la práctica se diseña con base en cuatro decisiones. Dejar de hacer lo
que se hace mal. Desarrollar lo que se hace más o menos bien si eso beneficia a la
institución. Consolidar lo que se hace bien, y hacer lo que nunca se ha hecho. Es común que
los planificadores y asesores den esto por sentado y comiencen desde cero.

La autoevaluación y el plan de mejoras del Sistema de Evaluación y Acreditación de la


Educación Superior (SEAES) se concreta en cinco ámbitos. La formación profesional de los
estudiantes. La profesionalización de la docencia. Los programas educativos. Los programas
de investigación y posgrado, y la institución.

Evaluadores y planeadores confunden lo académico con lo administrativo. Explican los ejes


transversales por sí mismos y no como elementos integrados a cada uno de los ámbitos. No
toman en cuenta la multiplicidad de usuarios que recibe la universidad a través de sus
servicios y se concentran solo en estudiantes de licenciatura.

En equidad social y género, en el 80 por ciento de los programas educativos hay una
presencia mayoritaria de mujeres. Por lo que su actuación debe incidir solo en la oferta
educativa de ingenierías, arquitectura, diseño automotriz, matemáticas, contaduría pública e
historia.

Debe tenerse en cuenta que un porcentaje importante de jóvenes es la primera generación


que cursa estudios universitarios. Con lo que cumple, en parte, el compromiso social y no
esa copia corporativa de responsabilidad social. Qué mayor compromiso que hacer realidad
la misión: Por la cultura a la Justicia Social.

El modelo educativo es un elemento innovador y de vanguardia. Porque modifica


sustancialmente la formación de profesionistas. Se permite articular la investigación y/o la
evidencia científica como base para las praxis en la resolución de problemas del entorno.

Ámbito de formación profesional


La Constitución determina que la educación superior es gratuita. Eso modifica la trayectoria
escolar de los estudiantes. Se elimina el examen de admisión, la permanencia y el egreso
dependen de los servicios de apoyo estudiantil. El interés supremo es sacar a los jóvenes de
la calle para que no sean presa de la delincuencia organizada.
Universidades como la de la Ciudad de México, Rosario Castellanos y las Benito Juárez,
marcan el camino. El ingreso se realiza con base en intereses de los jóvenes y los cupos de
las instituciones. Una vez inscrito reciben una beca mensual en tres pagos: 5 mil 150 pesos
en marzo y mayo, 10 mil 300 pesos en julio y 10 mil 300 pesos en noviembre.

La trayectoria queda sujeta al andamiaje de servicios de apoyo estudiantil que ofrezca la


universidad. En el caso de la UATx están los comedores universitarios, servicios de
transporte, sistema de becas, orientación profesiográfica, tutorías, orientación psicológica,
clínica universitaria, etc.

La apreciación o práctica de actividades artísticas, deportivas y recreativas, desarrollo de


vocaciones científicas, intercambio, movilidad académica. A lo ya tradicional de equipos,
laboratorios, bibliotecas, talleres. Todo ello hace que la permanencia sea consecuencia de
esos apoyos.

La pandemia del Covid–19 desveló la pobreza de estudiantes y profesores. Lo que determina


que la universidad cumple con el compromiso social al ser espacio de formación de la
población que Coneval define como pobre y que es el 60 por ciento de la población. Hay que
sistematizar la información para saber cuántos son parte de las comunidades de
afrodescendientes, indígenas, LGBTIQ+ y migrantes.

Los datos muestran que de cada 100 estudiantes que ingresan a la UAT concluyen 60. Lo
que ya no es referente de calidad. En excelencia hay que poner énfasis en el cumplimiento
de la misión y los propósitos del modelo educativo. Lo importante es saber que tan
autorrealizados están quienes hoy son profesionales en ejercicio egresados de la UATx.

Profesionalización de la docencia
El Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y los programas de Mejoramiento del
Profesorado (Promep), de Estímulos al Desempeño del Personal Docente (Esdeped) definen
el perfil del trabajador académico universitario en México. En dos vertientes: una individual y
otra colegiada.

La SEP refiere: “los profesores de la educación superior deben tener una formación que los
capacite y habilite para el conjunto de las funciones académicas que les competen…
Idealmente la formación completa es doctorado, que capacita plenamente para las
funciones académicas” (SEP, 2006, p.2).

Estos deben distribuir su tiempo en cuatro tareas. “El profesorado de tiempo completo debe
realizar equilibradamente las labores docentes en su más amplia concepción, la gestión y
planeación académicas y la generación o aplicación avanzada del conocimiento” (SEP, 2006,
p. 3).
El componente colectivo son los cuerpos académicos: “grupo de profesores de tiempo
completo que comparten una o varias líneas de generación o aplicación innovadora del
conocimiento (investigación o estudio) en temas disciplinares o multidisciplinares y un
conjunto de objetivos y metas académicas” (SEP, 2006, p. 97).

El perfil tiene como referencia el modelo norteamericano, en el que quien se ocupa de la vida
académica de las universidades son los profesores. Estos se hacen cargo de la producción y
transmisión del conocimiento. En la comunidad europea reciben el nombre de profesores–
investigadores.

Más allá de la dicotomía que se plantea el magisterio de los niveles de educación básica y
media superior al hacer énfasis en “que enseñar” o “como enseñar”. La idea fundamental es
que la profesionalización articule ambas bajo la idea central desarrollada por Clark del
trabajador académico (Clark, 1991).

Programas educativos
Con referencia a los programas educativos. Debe tenerse en cuenta que la revitalización
iniciada en 2022 y terminada en su primera etapa en 2023, se realiza a partir de la
redefinición del Modelo Humanista Integrador basado en Capacidades y la metodología
propuesta por Díaz Barriga en “Currículum entre utopía y realidad” (Amorrortu, 2014).

“La primera instancia para la revisión de un plan de estudios la constituyen las


investigaciones que hay que realizar para dar fundamento a la tarea del diseño” (Díaz–
Barriga, 2014, p. 50). Entre otras; estudios sobre el contexto social, las profesiones y el
mercado ocupacional, planes de estudio similares, contenidos, estudiantes, docentes,
infraestructura y costos.

Con los resultados de la investigación se pasa “a la adopción de lo que se pueda considerar


un proyecto educativo que se traduzca en un proyecto curricular… incluye, … la definición de
los elementos que caracterizan al proyecto curricular, la forma de organización del plan de
estudios, el establecimiento de sus etapas y el señalamiento de los contenidos mínimos de
cada una de esas unidades de aprendizaje” (Ibid., p. 63).

La segunda etapa se refiere al diseño de un sistema y procedimientos de evaluación


curricular y la tercera “consiste en la definición de las estrategias para implementar el plan
de estudios, para cuidar y acompañar su desarrollo” (ibidid, p.64). Ahora todos los planes de
estudios de la oferta educativa están revisados y actualizados.

La autoevaluación debe poner énfasis en la tercera etapa y visualizar los componentes


específicos de la implementación, entre otras, la actualización de los profesores en la
articulación de la evidencia científica con la práctica, vía la praxis profesional. Lo que
demanda la actualización científica, pedagógica y didáctica.
En ese tenor, no tiene por qué realizarse ningún ajuste al modelo del SEAES. Al contrario, el
SEAES debe adaptarse a las condiciones de lo realizado. Ya que ha sido un proceso colegiado
y compartido por la comunidad universitaria.

Programas de investigación y posgrado


La universidad es una institución de docencia. La investigación científica sirve directamente
a la enseñanza o cultivo de talentos. Lo que se confirma al ver la matrícula. Con 52
programas de posgrado (cuatro especialidades, 37 maestrías y 11 doctorados) se atiende una
matrícula de 864 estudiantes, en tanto que con 44 programas de licenciatura se alcanza una
matrícula de 16 mil 216 estudiantes.

Si se tiene en cuenta que “lo que tienen en común las actividades específicas de los
profesores es la manipulación del conocimiento, entendida como una combinación muy
variada de esfuerzos tendientes al descubrimiento, la conservación, la depuración, la
transmisión y la aplicación” (Clark, 1991, p. 4) y la categoría central de los procesos de
formación profesional es la praxis. La investigación no puede separarse de la docencia.

En términos de evaluación, conviene iniciar con una revisión de la oferta educativa, a partir
de las capacidades del personal académico con nivel mínimo (maestría) y deseable
(doctorado), y la planta de membresía del Sistema Nacional de Investigadores.

El anexo de ejecución 2024 y el informe de actividades 2023–2024 reconocen una plantilla


de 548 profesores de tiempo completo, 170 de horas clase y 9 mil 24 horas de asignatura. El
segundo refiere una plantilla de 2 mil 182 docentes.

La Universidad tiene ocho centros de investigación integrados en su mayoría por profesores


de tiempo completo. A los que el Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras (SNII)
les pide clases en programas educativos de licenciatura. La membresía en el SNII depende
de la producción que realizan de manera individual y colegiada.

En las facultades hay un avance importante de articulación entre investigación y docencia.


Por lo que en la evaluación quizá sea pertinente establecer una relación entre la capacidad
académica y la oferta educativa. Y en el fortalecimiento de la investigación en los procesos
de formación profesional.

Si se parte de reconocer que la praxis es el eje de los procesos de formación profesional.


Significa que la intervención en la realidad, a través de las profesiones, no se hace en el
vacío. Se requiere de evidencia científica para hacer más sólidas las praxis profesionales.

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