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4 Limite Funcional y Continuidad

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4

Límite funcional y continuidad

Contenidos Competencias
4.1. Límite de una función en un ◮ Saber analizar la continuidad
de funciones sencillas utilizan-
punto
do el lenguaje ε - δ.
4.2. Funciones continuas
◮ Conocer la continuidad de las
4.3. Funciones reales continuas
funciones elementales y saber
en un intervalo utilizarla para analizar la con-
4.4. Continuidad uniforme tinuidad de funciones compues-
tas.
4.5. Ejercicios resueltos
◮ Saber utilizar la continuidad
para permutar límites y funcio-
nes.

◮ Adquirir cierta habilidad pa-


ra resolver problemas usando el
teorema de Bolzano.

◮ Saber usar Maxima para dibu-


jar y «visualizar» el límite de
una función en un punto.

◮ Ser capaz de conjeturar si una


función es uniformemente con-
tinua a través de su gráfica.

109
110 Límite funcional y continuidad

Las funciones constituyen el objeto primordial de estudio para el Análisis Mate-


mático. Muchas de las leyes de la naturaleza y, en particular, de la Física pueden ser
formuladas mediante una relación de dependencia de una variable respecto de otra
u otras. Las funciones de una variable, que son las estudiadas en este curso, consti-
tuyen las relaciones de dependencia funcional más sencilla. Cambios de valor en la
variable independiente pueden a su vez producir cambios en el valor de la función
e interesa el estudio de las funciones «regulares». La regularidad puede tener dife-
rentes niveles de exigencia; en este capítulo nos ocuparemos del nivel más simple,
la continuidad, que corresponde con el hecho de que «pequeñas» modificaciones
en el valor de la variable independiente produzcan «pequeñas» modificaciones en
el valor de la variable dependiente o función.

4.1. Límite de una función en un punto


En este capítulo y en los posteriores consideraremos funciones f : D −→ F de-
finidas en un conjunto D (llamado dominio o conjunto inicial) que toman valores
en un conjunto F (llamado conjunto final) entendiendo por tal una corresponden-
cia, del tipo que sea, que permite asignar a cada elemento x ∈ D un único punto
f (x) ∈ F . Las más de las veces f (x) vendrá dado en términos de una fórmula en
x, pero eso no es imprescindible.
En sentido estricto la función es la terna (D, F, f ) y un cambio en alguno de
los elementos significa cambiar la función. Sin embargo no es√infrecuente encontrar
en los libros enunciados del tipo sea la función f (x) = x2 − 7x + 1, lo cual
representa un «abuso de lenguaje» no sólo porque D y F no han sido escritos
explícitamente, sino, incluso, porque f (x) no es la función, es sólo el valor de
la función f en el punto x. Este abuso de lenguaje se sustenta en razones de
economía de escritura y, ocasionalmente, también lo emplearemos aquí, apelando
a la benevolencia y complicidad del lector y siempre sin ambigüedades insalvables;
cuando eso ocurra el lector deberá tener presente las reflexiones que acabamos de
hacer.

110
4.1 Límite de una función en un punto 111

Figura 4.1: Nicolas de Oresme (Allemagne, 1323?–Lisieux, 1382), a izquierda, y


René Descartes (La Haye, 1596–Estocolmo,1650)

El concepto de función en matemáticas puede parecer hoy en día extre-


madamente sencillo y elemental, pero esta idea no refleja en absoluto el
proceso histórico en torno a dicha noción. Un concepto incipiente de fun-
ción aparece hacia la mitad del siglo xiv a través de los estudios, mitad filosóficos mitad
matemáticos, de los escolásticos en torno a la llamada latitud de las formas o varia-
bilidad de las cualidades. Entre estos estudiosos podemos destacar a Nicolas Oresme
(1323?–1382) que en el estudio de los cambios de una magnitud (temperatura, veloci-
dad, etc.) concebía una representación gráfica que aproxima la idea de la gráfica de una
función:

Entonces, cada intensidad que pueda ser adquirida sucesivamente debería


ser imaginada por una línea recta perpendicularmente erigida sobre algún
punto del espacio o sujeto de la cosa intensiva.

Más tarde René Descartes y Fermat con la introducción de la geometría analítica reafir-
marían la representación de las funciones (algebraicas) mediante coordenadas. Pero fue
en la segunda mitad del siglo xviii cuando la noción de función se hizo fundamental
para el análisis matemático y cuando se plantearon las principales cuestiones acerca
de qué había que entender por función. Mientras que hasta entonces una función era
simplemente una expresión o fórmula (en términos de una o más variables) Euler, y
posteriormente, Dirichlet abrieron el concepto admitiendo funciones mucho más gene-
rales. A raíz del estudio de una cuerda sujeta por sus extremos que es desplazada y
se deja vibrar libremente Euler proponía que debía admitirse como posición inicial de
la cuerda una función con un pico (es decir definida de forma diferente en dos regio-
nes adyacentes, idealización matemática de la posición inicial al tañer la cuerda). Más
tarde, en 1837, Dirichlet escribiría:
Si ahora a cada x le corresponde una única y finita [...] entonces y es lla-
mada una función de x para este intervalo [...] Esta definición no requiere
una regla común para las diferentes partes de la curva; uno puede imagi-
nar la curva como siendo compuesta de las componentes más heterogéneas
o como siendo trazada sin ninguna ley.

Normalmente denotaremos por R la denominada «recta real ampliada», obte-


nida adjuntado a R los símbolos del infinito, es decir, R := R ∪ {+∞, −∞}. En
lo que sigue por intervalo I de extremos a, b ∈ R entenderemos cualquiera de los

111
112 Límite funcional y continuidad

siguientes intervalos:

[a, b], [a, b), (a, b], (a, b), (−∞, +∞), (−∞, b), (−∞, b], (a, +∞), [a, +∞).

Recordemos también (definición 3.1.4) que se llama bola abierta de centro


x ∈ K y radio r > 0 al siguiente conjunto

B(x, r) := {y ∈ K : |y − x| < r}.

Otra terminología que resulta útil es la siguiente:

Definición 4.1.1

(1) Se dice que V es un entorno de x ∈ K si existe r > 0 tal que B(x, r) ⊂ V .

(2) Si A es un subconjunto de K diremos que x es un punto de acumulación de


A si para cada r > 0 el conjunto B(x, r) ∩ A contiene al menos un punto
diferente de x.

Ejemplos 4.1.2

(1) Si A = [0, 1] entonces cada punto x ∈ A es de acumulación de A.


(2) Si A = (0, 1) entonces cada punto x ∈ [0, 1] es de acumulación de A.
(3) Si A = {1/n : n ∈ N} entonces 0 es un punto de acumulación de A; y de
hecho es el único.
(4) Si A = N entonces A no tiene puntos de acumulación.

Obsérvese que si x es un punto de acumulación de A, x puede o no pertenecer a


A, pero en todo caso, existe una sucesión (xn )n ⊂ A con xn 6= x, para todo n ∈ N,
tal que x = lı́mn xn .
¿Cómo puede construirse una tal sucesión? Pues aplicando la definición de
punto de acumulación y tomando una sucesión de valores de r que converja a
cero. Complete los detalles.

Definición 4.1.3 Sea f : D ⊂ K −→ K. Si c es punto de acumulación de D se


dice que L es el límite de f en c, y se escribe

lı́m f (x) = L,
x→c

si para cada ε > 0 existe δ > 0 tal que para cada x ∈ D si 0 < |x − c| < δ entonces
|f (x) − L| < ε.

112
4.1 Límite de una función en un punto 113

Una formulación equivalente con el lenguaje de bolas es la siguiente: para cada


bola B(L, ε) existe una bola B(c, δ) tal que f ((B(c, δ) ∩ D) \ {c})) ⊂ B(L, ε).
Simbólicamente la anterior definición de límite la escribiríamos en la forma:
 
∀ε > 0 ∃δ > 0 ∀x ∈ D 0 < |x − c| < δ =⇒ |f (x) − L| < ε

También puede caracterizarse la existencia del límite de una función en un


punto en términos de sucesiones.

Proposición 4.1.4 Sean f : D ⊂ K −→ K y c un punto de acumulación de D.


Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(1) L = lı́mx→c f (x).

(2) Para cada sucesión (xn )n∈N ⊂ D tal que lı́mn xn = c y xn 6= c para todo
n ∈ N, se verifica L = lı́mn f (xn ).

Demostración: La implicación 1)⇒2) resulta muy sencilla ayudándose de un


esquema. La implicación 2)⇒1) se realiza fácilmente por reducción al absurdo. 

Deliberadamente la demostración anterior no está escrita con detalle; pero las


ideas están ahí. Apoyándose en esas ideas, o en otras que se le ocurran, escriba
la demostración con precisión.
Otra cuestión. Supongamos que para una sucesión (xn )n∈N ⊂ D tal que
lı́mn xn = c y xn 6= c para todo n ∈ N, se verificara que L = lı́mn f (xn ).
¿Necesariamente habría de ser L = lı́mx→c f (x)?

Conviene advertir que, sobre todo en libros antiguos, a veces se dice que f tiene
límite L en c si los valores de f (x) están «tan cerca como se desee» de L con tal de
que x esté «suficientemente cerca» de c. Aunque se trata de un lenguaje informal
e impreciso, esa formulación expresa la idea de la definición 4.1.3.
De la unicidad del límite de una sucesión, junto con la proposición 4.1.4, se
deduce fácilmente el siguiente resultado.

Proposición 4.1.5 Si existe el límite de una función en un punto, entonces es


único.

Al igual que ocurre con las sucesiones, también es posible dar aquí una condición
de Cauchy para la existencia de límite de una función en un punto.

Proposición 4.1.6 (Condición de Cauchy) Sean f : D ⊂ K −→ K y c un


punto de acumulación de D. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(1) Existe lı́mx→c f (x) := L ∈ K

(2) Para cada ε > 0 existe δ > 0 tal que para todo x, y ∈ B(c, δ) \ {c} se verifica
que |f (x) − f (y)| < ε.

113
114 Límite funcional y continuidad

Demostración: Supongamos en primer lugar que existe lı́mx→c f (x) y vale L ∈ K.


De acuerdo con la definición 4.1.3, dado ε > 0 existe δ > 0 tal que si 0 < |x−c| < δ
(es decir, x ∈ B(c, δ) \ {c}) se cumple |L − f (x)| < ε/2. Análogamente, si
y ∈ B(c, δ) \ {c} se tiene |L − f (y)| < ε/2 y en consecuencia
ε ε
|f (x) − f (y)| = |f (x) − L + L − f (y)| ≤ |f (x) − L| + |L − f (y)| < + = ε.
2 2
Veamos el recíproco. Para probar que (2) implica (1) haremos uso de la pro-
posición 4.1.4. Dado ε > 0, tomemos un δ > 0 en las condiciones de lo afirmado
en (2). Para cualquier sucesión (xn )n con lı́mn xn = c y xn 6= c para todo n ∈ N se
cumple que existe n0 de modo que
xn , xm ∈ B(c, δ) \ {c}, para n, m > n0
pero entonces
|f (xn ) − f (xm )| < ε, para n, m > n0 ,
es decir, (f (xn ))n es una sucesión de Cauchy y por tanto convergente, por lo que
existe L := lı́mn f (xn ). Sólo falta probar que L no depende de la sucesión (xn )n .
Pero eso es sencillo, pues si para otra sucesión (x′n )n con lı́mn x′n = c y x′n 6= c fuera
L′ := lı́mn f (x′n ) se tendría
|L − L′ | = | lı́m f (xn ) − lı́m f (x′n )| ≤ ε
n n

para cualquier valor de ε, ya que, al ser lı́mn xn = c = lı́mn x′n se cumple que
|xn − x′n | < δ para n > n′0 y cierto n′0 . 

Ejemplos 4.1.7
(1) La función f : R −→ R definida por f (x) = x tiene por límite c en el
punto c. En efecto, si (xn )n es una sucesión en R con límite c es claro que
(f (xn ))n también tiene límite c (pues f (xn ) = xn para cada n) y aplicando
la proposición 4.1.4 se obtiene el resultado.
(2) La función f : R −→ R definida por f (x) = x3 tiene por límite c3 en el punto
c. En efecto, si (xn )n es una sucesión en R con límite c entonces, aplicando
las reglas de cálculo del límite de un producto de sucesiones, se tiene que
(x3n )n es una sucesión con límite c3 y, de nuevo, el resultado se obtiene de la
proposición 4.1.4. Evidentemente el exponente 3 no tiene nada de particular
y el mismo resultado, con idéntica demostración se aplica a cualquier entero
k > 0.
√ √
(3) La función f : R −→ R definida por f (x) = 4 x tiene por límite 4 c en
el punto c y algo análogo ocurre con cualquier raíz k-ésima. La técnica de
demostración utiliza la ecuación ciclotómica e ideas que ya han sido utilizadas
en los ejemplos 3.1.2. Dejamos al cuidado del lector los detalles de la prueba.

114
4.1 Límite de una función en un punto 115

x
sen x tg x

Figura 4.2: Relación entre el seno, el arco y la tangente

(4) La función f : R −→ R definida por f (x) = sen x tiene por límite sen c en el
punto c.
La demostración ahora no es tan simple. De hecho una demostración rigurosa
exigiría tener definida de forma precisa la función seno, cuestión ésta que no
abordaremos hasta el capítulo 8. A pesar de ello es posible dar una «justifica-
ción» basada en nuestra intuición y en el conocimiento adquirido en la ense-
ñanza secundaria sobre la interpretación geométrica que tienen la funciones
trigonométricas, seno, coseno y tangente y en las relaciones trigonométricas
que fueron recordadas en el capítulo 1. La clave para la «justificación» se
apoya en la figura 4.2. Resulta intuitivamente claro en dicha figura que
sen x ≤ x ≤ tg x para x ∈ [0, π/2] (4.1)
Pero entonces se tiene
x−c x+c
| sen x − sen c| = 2 sen cos
2 2
x−c
≤2 = |x − c|
2
debido a que | cos α| ≤ 1 para cualquier α. A partir de esta desigualdad es
claro que para cada ε > 0 dado, tomando δ = ε se concluye que si |x − c| < δ
entonces | sen x − sen c| < ε.
Otra consecuencia interesante de la relación (4.1) es que
sen x
lı́m =1 (4.2)
x→0 x
ya que dividiendo por sen x (para x ∈ (0, π)) en (4.1) se tiene
x 1
1≤ ≤
sen x cos x
y aplicando el teorema del sandwich podemos tomar límites para obtener
x
lı́m =1
x→0 sen x

115
116 Límite funcional y continuidad

que es una fórmula equivalente a (4.2).


(5) La función f : R −→ R definida por f (x) = ex tiene por límite ec en el punto
c. Esto se obtiene fácilmente utilizando la proposición 4.1.4 juntamente con
la proposición 3.5.4 (apartado 6).
(6) La función f : (0, ∞) −→ R definida por f (x) = log x tiene por límite log c en
el punto c ∈ (0, ∞). Esto se obtiene fácilmente utilizando la proposición 4.1.4
juntamente con la proposición 3.5.7 (apartado 5). Sin embargo no existe
lı́mx→0 log x.
La función f1 : R −→ R definida por f1 (x) = cos x, la función f2 : R −→ R
definida por f2 (x) = ax y la función f3 : (0, ∞) −→ R definida por f3 (x) =
loga x con a > 0, en ambos casos, cumplen que

lı́m fk (x) = fk (c) para k = 1, 2, 3.


x→c

Justifique esta afirmación, indicando en su caso, los teoremas o propiedades utilizados


(en el caso de la función coseno puede hacer uso de las relaciones que conozca de la
enseñanza secundaria, ya recordadas en el capítulo 1).

(7) La función f : R −→ R definida por f (x) = [x] tiene por límite [c] si c 6∈ Z
y no tiene límite si c ∈ Z.
(8) La función f : R −→ R definida por f (x) = sen(1/x) no tiene límite para
c = 0. Si lo tuviera y fuera L, de acuerdo con la proposición 4.1.4, habría
de tenerse L = lı́mn f (xn ) para cada sucesión (xn )n que cumpla lı́mn xn = 0.
Pero las sucesiones de términos generales x′n = 1/nπ y x′′n = 1/(2nπ + π/2)
cumplen que
lı́m x′n = 0 = lı́m x′′n
n n
mientras que
lı́m f (x′n ) = 0 y lı́m f (x′′n ) = 1
n n

(9) La función f : R −→ R definida por f (x) = x sen(1/x) tiene por límite 0


para c = 0. En efecto, la estimación

|f (x) − 0| = |x sen(1/x)| ≤ |x|

garantiza que se cumple la definición 4.1.3 tomando δ = ε.

Para visualizar más fácilmente el comportamiento de las funciones considera-


das en los dos últimos ejemplos en relación con la existencia del límite puede
utilizarse Maxima para dibujarlas en un entorno del punto 0.
plot2d( sin(1/x),[x,-0.1,0.1] );
plot2d( x*sin(1/x),[x,-0.1,0.1] );

Utilizando la proposición 4.1.4 y las correspondientes propiedades para los límites

116
4.1 Límite de una función en un punto 117

de sucesiones (proposición 3.1.8) puede probarse sin dificultad el siguiente enun-


ciado.

Proposición 4.1.8 Sean f, g funciones de D ⊂ K en K y c un punto de acumu-


lación de D tales que existen

L1 = lı́m f (x) ∈ K, y L2 = lı́m g(x) ∈ K.


x→c x→c

Entonces:
(1) Existe lı́mx→c f (x) + g(x) y vale L1 + L2 .

(2) Existe lı́mx→c f (x) · g(x) y vale L1 · L2


f (x) L1
(3) Si L2 6= 0 existe lı́mx→c y vale .
g(x) L2
(4) Si además las funciones toman valores en R se cumplen las dos propiedades
siguientes:

Si f (x) ≤ g(x) para todo x ∈ D se verifica que L1 ≤ L2 .


Si h es otra función de D en R tal que f (x) ≤ h(x) ≤ g(x) en D y
además L1 = L2 = L, también se verifica que L = lı́mx→c h(x).

Complete de forma precisa los detalles de las pruebas para cada uno de los
ítems de la proposición 4.1.8 indicando de forma explícita en qué resultados
se apoya para obtener las conclusiones. Si, con la notación anterior, es f (x) <
g(x) ¿se cumple que L1 < L2 ? Explíquelo.
¿Es necesario que f (x) ≤ g(x) para todo x ∈ D para tener L1 ≤ L2 ?, ¿o basta
con que la desigualdad se cumpla para ciertos x en D? En caso afirmativo,
¿puede precisar para qué valores de x es suficiente?

Hasta ahora hemos considerado que c y L son números reales o complejos, pero
es posible ampliar la definición 4.1.3 para que incluir también los casos en que c
o L sean ±∞. Utilizando la terminología de las bolas podemos emplear la misma
definición y únicamente necesitamos identificar el sentido que atribuiremos a las
«bolas» (es más adecuado hablar de entornos) de centro x, cuando x es ±∞ con
el sentido que hemos asignado a los símbolos ±∞ en la sección 3.6.
Así, consideraremos como entorno de +∞ a cualquier conjunto de la forma
(k, +∞), y entorno de −∞ es cualquier conjunto de la forma (−∞, k).
Concretemos. Por ejemplo si f (x) es una función definida en un intervalo de la
forma (a, +∞), decir que lı́mx→+∞ f (x) = L significa que para cada ε > 0, existe
k ∈ R tal que si x ∈ (a, +∞) y x > k entonces |f (x) − L| < ε.
O, como otro ejemplo, si f : D ⊂ R −→ R y c es un punto de acumulación de
D diremos que lı́mx→c f (x) = +∞ si (en términos de entornos): para cada entorno
de +∞, (k, +∞), existe una bola B(c, δ) tal que f (B(c, δ) ∩ D \ {δ}) ⊂ (k, +∞).

117
118 Límite funcional y continuidad

Figura 4.3: Jean Le Rond d’Alembert (París, 1717 – París, 1783) y Augustin Cau-
chy (París, 1789 – Sceaux, 1857)

El lector debe preocuparse de escribir con detalle las otras posibilidades (véase
el ejercicio ??).
La noción de límite es esencial al cálculo diferencial e integral: una deriva-
da, una integral, un suma de una serie, ... todos son ejemplos de límites. Se
trata de un concepto complejo, una concepción mental bastante elaborada
y no es, pues, de extrañar que costara más de 2 000 años conseguir formalizarla correc-
tamente. Sin entrar a distinguir los conceptos de límite de una sucesión y una función
en un punto, íntimamente relacionados por otra parte, podemos ligar el nombre del
matemático Jean d’Alembert como uno de los que más se aproximó a la noción tal y
como la conocemos hoy:
Se dice que una magnitud es el límite de otra magnitud, cuando la segunda
se puede acercar de la primera más cerca que una magnitud dada, tan
pequeña como se pueda suponer, sin que sin embargo, la magnitud que se
acerca, pueda nunca sobrepasar la magnitud a la que se acerca; de forma
que la diferencia de tal cantidad en su límite es absolutamente inasignable.
Naturalmente es preciso citar a Augustin Cauchy. Su lenguaje es difícil de entender
porque recurre a la noción de cantidad variable y a la de infinitésimo:
Cuando los valores numéricos sucesivos de una misma variable decrecen
indefinidamente, de manera a descender por debajo de todo número dado,
esta variable llega a ser lo que se llama un infinitamente pequeño o una
cantidad infinitamente pequeña. Una variable de esta especie tiene a cero
como límite.
Fue finalmente Karl Theodor Wilhelm Weierstrass (1815–1897) quien estableció el con-
cepto de límite en su actual versión ε-δ. A él se debe en gran parte el último proceso
de introducción del rigor y el formalismo actuales en el análisis matemático y también
la extensión de estas ideas sobre el nuevo análisis, que realizó a través de unos famosos
cursos en la Universidad de Berlín.

4.1.1. Límites laterales


En ocasiones interesa considerar límites de una función en un punto a través de
un subconjunto de su dominio, lo que no es otra cosa que considerar la restricción
de la función a ese subconjunto del dominio. De forma precisa, si f : D ⊂ K −→ K
es una función con dominio D y S es un subconjunto de D llamamos restricción

118
4.1 Límite de una función en un punto 119

de f a S a la función g : S −→ K definida por la fórmula g(x) := f (x) para cada


x ∈ S.
Especial interés tienen en R los límites laterales que a continuación se definen.

Definición 4.1.9 Sea f : D ⊂ R −→ R y sea c un punto de acumulación de D.

(1) Se llama límite por la derecha de f en c y se denota con f (c+ ) = lı́mx→c+ f (x)
al límite de la función

g : D ∩ (c, +∞) −→ R

en c, supuesto que c sea un punto de acumulación del dominio de g, siendo


g la restricción de f a D ∩ (c, +∞).

(2) Se llama límite por la izquierda de f en c y se denota con f (c− ) = lı́mx→c− f (x)
al límite de la función

g : D ∩ (−∞, c) −→ R

en c, supuesto que c sea un punto de acumulación del dominio de g, siendo


g la restricción de f a D ∩ (−∞, c).

Así pues, en términos de ε-δ, las definiciones anteriores se escriben en la forma


siguiente:

lı́mx→c+ f (x) = L si para cada ε > 0, existe δ > 0 tal que para cada x ∈ D,
si 0 < x − c < δ entonces |f (x) − L| < ε.

lı́mx→c− f (x) = L si para cada ε > 0, existe δ > 0 tal que para cada x ∈ D,
si 0 < c − x < δ entonces |f (x) − L| < ε.

De la definición es evidente que si existe el límite de una función en un punto,


entonces en ese punto existen los dos límites laterales y coinciden. Pero también,
recíprocamente, si en un punto existen los dos límites laterales y coinciden, entonces
existe el límite de la función en dicho punto (que, claro está, coincide con los límites
laterales).

Ejemplos 4.1.10

(1) La función parte entera, f (x) = [x] tiene límite por la izquierda en cada
entero c que vale c − 1 y límite por la derecha que vale c.

(2) La función f (x) = sen(1/x), x 6= 0, no tiene límites laterales en x = 0.

(3) Para la función f (x) = 1/x, x 6= 0, se verifica que lı́mx→0− f (x) = −∞ y


lı́mx→0+ f (x) = +∞.

119
120 Límite funcional y continuidad

1
(4) La función f (x) = , x 6= 0, tiene por límite +∞ en x = 0.
x2
(5) Para la función f (x) = e−(1/x) , x 6= 0, se verifica que

lı́m f (x) = 0 y lı́m f (x) = +∞.


x→0+ x→0−

2
(6) Para la función f (x) = e−(1/x ) , x 6= 0, se verifica que lı́mx→+∞ f (x) =
lı́mx→−∞ f (x) = 1.

(7) Las funciones monótonas (si no sabe lo que esto significa, consulte la defini-
ción 4.3.5) f : C ⊂ R −→ R tienen límite lateral en cada punto.

Todas las afirmaciones realizadas en los ejemplos anteriores son muy fáciles
de verificar. ¡Tómese la molestia de escribir con cuidado las demostraciones
de las mismas! Si f es una función monótona y c es un punto de su dominio
¿f (c) ha de coincidir siempre con alguno de los límites laterales en c?

4.2. Funciones continuas


La continuidad de una función en un punto c de su dominio responde a la idea
de que los valores que toma f en los puntos cercanos a c están próximos al valor
f (c). La definición que sigue formaliza esa idea.

Definición 4.2.1 Sea f : D ⊂ K −→ K y sea c ∈ D. Se dice que f es continua


en c si para ε > 0 existe δ > 0 tal que si |x − c| < δ entonces |f (x) − f (c)| < ε.

Obsérvese que si c ∈ D es un punto de acumulación de D, lo anterior equivale a


que f (c) = lı́mx→c f (x). Mientras que si c no es un punto de acumulación de D (es
lo que se llama un punto aislado de D) entonces la condición anterior se cumple
trivialmente (¿por qué?). En otras palabras una función es siempre continua en
los puntos aislados de su dominio; y en los puntos de acumulación del dominio,
que pertenezcan al dominio, lo es si, y sólo si, el límite de la función en el punto
coincide con el valor que la función toma en dicho punto. Es decir, se obtiene así
el resultado siguiente.

Proposición 4.2.2 Sea f : D ⊂ K −→ K y sea c ∈ D. Las siguientes afirmacio-


nes son equivalentes

(1) f es continua en c.

(2) Para cada sucesión (xn )n ⊂ D con c = lı́mn xn se tiene f (c) = lı́mn f (xn ).

120
4.2 Funciones continuas 121

Observe que el resultado de esta proposición puede ser resumido afirmando que
la continuidad de f es equivalente a la conmutatividad entre f y la operación de
tomar límites, es decir, que:

f ( lı́m xn ) = lı́m f (xn ).


n→∞ n→∞

Esta proposición es muy útil porque permite aplicar propiedades de los límites
funcionales estudiados en la sección 4.1 para obtener resultados sobre funciones
continuas. En particular, el lector podrá demostrar sin dificultad la siguiente pro-
posición.

Proposición 4.2.3 Sean f, g funciones de D ⊂ K en K continuas en un punto


c ∈ D. Entonces:

(1) La función f + g es continua en c.

(2) La función f g es continua en c.

(3) Si g no se anula en D entonces f /g es continua en c.

En el último apartado de la proposición precedente bastaría, en realidad, con


que g(c) 6= 0, porque en tal caso existe un entorno de c en el que g no se anula, y
reduciéndose a ese entorno podría aplicarse la proposición anterior. La no anulación
de g en un entorno de c es consecuencia de un resultado más general que conviene
explicitar.

Proposición 4.2.4 Sea f : D ⊂ K −→ K una función continua en c ∈ D. Si


f (c) 6= 0 entonces existe δ > 0 tal que f (x) 6= 0 para todo x ∈ B(c, δ). Además si f
toma valores en R entonces el signo de f (x) es el mismo en todos los x ∈ B(c, δ).

Demostración: Como f (c) 6= 0 tomando ε0 = |f (c)|/2 > 0 y aplicando la


definición de continuidad, existe δ > 0 tal que si x ∈ B(c, δ), es decir, |x − c| < δ
entonces |f (x) − f (c)| < ε0 , o sea f (x) ∈ B(f (c), ε0 ), pero dicha bola no contiene
el punto 0. La primera parte queda así probada.
Veamos ahora la segunda. Como 0 6= f (c) ∈ R entonces f (c) es positivo o
negativo. Supongámoslo positivo (el otro caso es análogo y queda al cuidado del
lector) y tomemos ε0 = |f (c)|/2 > 0 y δ como antes. Entonces, la bola B(f (c), ε0 )
es el intervalo (f (c)/2, 3f (c)/2) con lo que f (x) > 0 si x ∈ B(c, δ). Y se obtiene la
conclusión buscada. 

Proposición 4.2.5 Sea f1 : D1 −→ K una función continua en c ∈ D1 y sea


f2 : D2 −→ K tal que f1 (D1 ) ⊂ D2 continua en f1 (c). Entonces f2 ◦ f1 es continua
en c.

121
122 Límite funcional y continuidad

Demostración: Para cualquier sucesión (xn )n∈N ⊂ D tal que c = lı́mn xn , por
la continuidad de f1 en c se tiene que f1 (c) = lı́mn f (xn ), pero al ser f2 continua
en f1 (c) se tiene, a su vez, f2 (f1 (c)) = lı́mn f2 (f1 (xn )), o dicho de otra forma
(f2 ◦ f1 )(c) = lı́mn (f2 ◦ f1 )(xn ) y en consecuencia, aplicando la proposición 4.2.2,
se obtiene que f2 ◦ f1 es continua en c. 

Definición 4.2.6 Una función f : D ⊂ K −→ K se dice que es continua en D si


es continua en cada punto de D.

Ejemplos 4.2.7

(1) Las funciones constantes, la identidad y, más generalmente, los polinomios


son funciones continuas en K.

(2) La función exponencial, f : R −→ R, definida por f (x) = ex , es continua en


R.

(3) La función logaritmo neperiano, f : (0, +∞) −→ R, definida por f (x) = log x
es continua en (0, +∞).

(4) Las funciones seno y coseno son continuas en R.

(5) La función definida por f (t) = cos t + i sen t para t ∈ [0, 2π] es continua.
En los cuatro primeros ejemplos se establece que las funciones habituales
en Análisis Matemático son continuas. Trate de justificar las afirmaciones
anteriores. Los ejemplos 4.1.7 junto con las proposiciones 4.2.2 y 3.1.7 le serán
de utilidad.

(6) También es continua la función f : [0, 1] ∪ [2, 3] ∪ {4} −→ R definida por



x si x ∈ [0, 1]
f (x) = 2
x si x ∈ [2, 3] ∪ {4}

a pesar de que no sea posible dibujarla sin levantar el lápiz del papel. Sin
embargo la función 
x si x ∈ [0, 2]
g(x) =
x2 si x ∈ (2, 4]
no es continua debido a que no lo es en el punto c = 2. Este hecho indica
que la continuidad de una función no depende sólo de la «fórmula» que,
eventualmente, la determina, depende también del dominio.

122
4.2 Funciones continuas 123

(7) La función f : K −→ [0, ∞) definida por f (x) = |x| es una función continua
en cada c ∈ K ya que

|f (x) − f (c)| = |x| − |c| ≤ |x − c|

(véase las proposiciones 2.2.20 y 2.3.4) y en consecuencia basta tomar δ = ε


en la definición de continuidad en c.

(8) La función de Dirichlet D1 : R −→ R definida mediante



0, si x ∈
/Q
D1 (x) :=
1, si x ∈ Q,

no es continua en ningún punto de R. En efecto, si c ∈ Q entonces D1 (c) = 1,


y por otra parte existen sucesiones (xn )n de números irracionales con límite c
(véase el corolario 2.2.17) con lo que lı́mn D1 (xn ) = lı́mn 0 = 0 6= 1 = D1 (c);
y si si c ∈ R \ Q entonces D1 (c) = 0, y también existen sucesiones (x′n )n
de números racionales con límite c (véase el corolario 2.2.13) con lo que
lı́mn D1 (x′n ) = lı́mn 1 = 1 6= 0 = D1 (c).

(9) La función de Dirichlet D2 : (0, ∞) −→ R definida mediante



0,
 si x ∈
/Q
D2 (x) := p
1/q, si x = , donde p, q ∈ N y m.c.d.(p, q) = 1,

q
es continua en los irracionales y discontinua en los racionales. El hecho de que
D2 es discontinua en los racionales es bien fácil: si c ∈ (0, ∞) ∩ Q entonces
D2 (c) 6= 0 mientras que, como ya hemos señalado, existen sucesiones (xn )n
de irracionales convergentes a c y entonces 0 = lı́m D2 (xn ) 6= D2 (c).
Para demostrar la continuidad en los irracionales es necesario trabajar un
poquito más. Supongamos que c ∈ / Q y consideremos cualquier sucesión
(xn )n con límite c. Hemos de probar que

0 = D2 (c) = lı́m
n
D2 (xn )

o lo que es lo mismo que fijado ε > 0 existe n0 ∈ N tal que

|D2 (xn ) − 0| < ε (4.3)

Evidentemente para los xn de la sucesión que sean irracionales (si los hay)
la fórmula (4.3) se verifica trialmente y también se verifica si sólo un núme-
ro finito de xn son racionales, porque puede elegirse un n0 suficientemente
avanzado que los eluda. Sólo queda ver lo que ocurre cuando el número de

123
124 Límite funcional y continuidad

racionales xn = pn /qn que hay en la sucesión es infinito. Pero en esa situa-


ción la sucesión de naturales (qn )n cumple necesariamente que lı́mn qn = ∞,
como ahora probaremos, y por tanto existe n0 tal que para n > n0 se cumple
1/qn < ε y en consecuencia se verifica la fórmula (4.3).

Para probar que lı́mn qn = ∞ comenzaremos por observar que en el intervalo


cerrado I de extremos [c] y [c] + 1 sólo hay dos racionales con denominador
1 (los extremos del intervalo); con denominador 2 sólo hay 3 en el intervalo
(los extremos y el centro); con denominador 3 hay 4 racionales... con deno-
minador q sólo hay q + 1 racionales. En conclusión, fijado q, en el intervalo
I sólo puede haber un número finito de términos de la sucesión (xn )n , cuyos
denominadores pertenezcan al conjunto {1, 2, 3, . . . , q}. Pero al ser c irracio-
nal, no coincide con ninguno de ellos y al tratarse de una cantidad finita
existiría una bola B(c, δ) ⊂ I que no contendría a ninguno de tales términos
de la sucesión.

Por otra parte, la sucesión (qn )n ⊂ N o bien está acotada o bien no lo está.
1) Si está acotada existiría un cierto q de manera que todos los denominado-
res pertenecerían al conjunto {1, 2, 3, . . . , q} y entonces la bola B(c, δ) ⊂ I
no contendría a ninguno de tales términos, lo cual es contradictorio con el
hecho de que lı́mn xn = c.
2) Si no está acotada, contiene una subsucesión con límite ∞, pero, en princi-
pio, podría también contener subsucesiones acotadas. Si una tal subsucesión
acotada existiera, razonando como en 1), la subsucesión de los correspon-
dientes xn no podría tener límite c, lo cual, de nuevo, es contradictorio.

Los razonamientos anteriores prueban que cuando el número de términos


racionales en la sucesión (xn )n sea infinito, necesariamente ha de ser lı́mn qn =
∞.

A veces una función f no es continua en un punto c de su dominio porque,


a pesar de que existe lı́mx→c f (x), el valor de dicho límite no coincide con f (c).
Un punto c de esa naturaleza se llama una discontinuidad evitable para f , en el
sentido de que f puede redefinirse en c de modo que sea continua en dicho punto.
Para el caso de funciones reales de variable real, si existen los dos límites
laterales en c pero no coinciden se dice que la discontinuidad de f en c es de
primera especie y se llama salto de f en c a la diferencia |f (c+ ) − f (c− )|. Tal
ocurre con la función parte entera en los puntos de Z y más generalmente con
cualquier función monótona. Si alguno de los dos límites laterales no existe la
discontinuidad se suele llamar discontinuidad de segunda especie.

124
4.2 Funciones continuas 125

f (c)
f (c)

c c
Figura 4.4: Discontinuidad evitable (izquierda) y de primera especie

La continuidad en un punto para una función real de variable real, en términos


geométricos, puede ser experimentada con Maxima. Fijada la función f y el
punto c, la continuidad corresponde a la posibilidad de encontrar un rectángulo
en el plano, centrado en el punto (c, f (c)) de forma que cualquiera que sea su altura
(vertical) 2ε > 0 podamos encontrar una base (horizontal) de cierta longitud 2δ de
modo que la gráfica de la curva en el rectángulo no tenga intersección con las líneas
horizontales de éste. Lo primero que hacemos es definir la función, fijar las constantes
correspondientes al punto c = 1, ε = 0.1 y δ = 0.1.
f(x):= 1/x $ c:1 $ epsilon:0.1$ delta:0.1;
A continuación pintamos la función f y el correspondiente rectángulo a través de cuatro
curvas paramétricas, sin título y con un estilo de curva (manifestado en el color o en
los puntos) diferente del de la función f .
Posteriormente podemos cambiar los valores de las constantes definidas en la sentencia
de antes (particularmente δ) y volver a dibujar la función, hasta conseguir que la gráfica
se salga del rectángulo a través de las líneas verticales del mismo.
Para su comodidad, el código fuente que sigue está guardado en Suma en un fichero de
nombre continua.mac y el gráfico obtenido para los valores δ = 0.1 y δ = 0.05 aparece
en la figura 4.2 de la página 127.

plot2d([f(x),
f(c),
[parametric,c,t,[t,f(c)-2*epsilon,f(c)+2*epsilon],[nticks,50]],
[parametric,t,f(c)-epsilon,[t,c-delta,c+delta],[nticks,50]],
[parametric,t,f(c)+epsilon,[t,c-delta,c+delta],[nticks,50]],
[parametric,c-delta,t,[t,f(c)-epsilon,f(c)+epsilon],[nticks,50]],
[parametric, c+delta,t,[t,f(c)-epsilon,f(c)+epsilon],[nticks,50]]],
[x,c-2*delta,c+2*delta],[y,f(c)-2*epsilon,f(c)+2*epsilon],
[gnuplot_curve_titles,
["title ’1/x’",
"title ’’","title ’’","title ’’","title ’’","title ’’","title ’’"]],
[gnuplot_curve_styles,
["with lines 3","with lines 0","with lines 0",
"with lines 4","with lines 4","with lines 4","with lines 4"]]);

La noción de continuidad evoluciona a lo largo de la historia a la par que


la de límite, dada la proximidad entre ambas. Podríamos pues citar como
precursores a los ya citados en la página 118. Para ser un poco más precisos
veamos dos citas originales.
La primera corresponde a Bolzano (foto en la página 38):

125
126 Límite funcional y continuidad

Una función f (x) varía según la ley de continuidad para todos los valores
que están entre dos límites no es otra cosa que esta: si x es cualquiera
de estos valores, la diferencia f (x + ω) − f (x) puede hacerse menor que
cualquier cantidad dada, si uno hace ω tan pequeña como desee.

La segunda, naturalmente, a Cauchy que en su Cours d’Analyse de 1821 escribe:


[...] En otros términos, la función f (x) será continua con respecto a x en-
tre los límites dados, si, entre estos límites, un incremento infinitamente
pequeño de la variable produce siempre un incremento infinitamente pe-
queño de la misma función.
En 1787, la Academia de San Petersburgo, como consecuencia del debate que hemos
citado de pasada en la página 118, propuso un premio al que diera la mejor respuesta
a la siguiente cuestión sobre funciones:
Si las funciones arbitrarias a las que se llega integrando ecuaciones [dife-
renciales] [...] representan cualquier curva o superficie [...] o bien si esas
funciones incluyen sólo a las curvas continuas
El premio lo ganó Louis Arbogast que distinguía entre curvas descritas por funcio-
nes continuas (aquéllas que están definidas por una única ley o fórmula), discontinuas
(aquéllas en las que se pueden distinguir varias partes o que están trazadas libremente,
con tal que las distintas partes se unan unas o otras sin interrupción) y discontiguas
(en las que las diferentes partes no se unen entre sí sin interrupción).

4.3. Funciones reales continuas en un intervalo


En esta sección y en la siguiente nos ocuparemos de cuestiones relativas a
continuidad global para funciones reales, es decir, a la continuidad en un intervalo.
Los resultados centrales, los teoremas de Weierstrass y Bolzano, dependen de la
completitud de la recta real.

4.3.1. Teoremas de Weierstrass y Bolzano


Una función acotada no alcanza necesariamente su máximo, incluso aunque sea
continua. La función identidad f : (a, b) −→ R definida por f (x) = x es un buen
ejemplo. Asimismo es sencillo construir una función (no continua) definida en un
intervalo cerrado que no es acotada. Las funciones continuas definidas en intervalos
cerrados y acotados tienen un comportamiento más satisfactorio, recogido en el
teorema que sigue.

Teorema 4.3.1 (Weierstrass) Sea f : B[a, r] ⊂ K −→ R una función continua


definida en una bola cerrada y acotada de K. Entonces:

(1) f es una función acotada.

(2) Existen c, d ∈ B[a, r] tales que f (c) ≤ f (x) ≤ f (d), es decir, f alcanza sus
valores máximo y mínimo en su dominio.

126
4.3 Funciones reales continuas en un intervalo 127

1.2
1/x
1.15

1.1

1.05

0.95

0.9

0.85

0.8
0.8 0.85 0.9 0.95 1 1.05 1.1 1.15 1.2

1.2
1/x
1.15

1.1

1.05

0.95

0.9

0.85

0.8
0.85 0.9 0.95 1 1.05 1.1 1.15

Figura 4.5: Gráfica de la función 1/x en un entorno del punto c = 1, con ε = 0.1,
δ = 0.1 y δ = 0.05, respectivamente

127
128 Límite funcional y continuidad

Demostración: El primer apartado lo demostraremos por reducción al absurdo.


Si f no estuviera acotada, para cada n ∈ N, existiría xn ∈ B[a, r] de modo que
|f (xn )| > n. La sucesión (xn )n∈N así construida evidentemente es acotada ya que
|xn − a| ≤ r. Aplicando el teorema de Bolzano-Weierstrass (3.3.4 y 3.3.5), se
tiene garantizada la existencia de una subsucesión (xnk )k∈N de la sucesión (xn )n∈N
convergente a un punto, digamos, c. El punto c pertenece a la bola B[a, r] por ser
cerrada ya que
|xn − a| ≤ r ⇒ | lı́m xnk − a| = |c − a| ≤ r
k

por ser el valor absoluto una función continua (véanse los ejemplos de 4.2.7).
Pero entonces, como f es continua en c la sucesión (f (xnk ))k∈N converge a f (c)
y por tanto es una sucesión acotada, lo cual es absurdo, ya que |f (xnk )| > nk .
Veamos ahora el segundo apartado. Por el primer apartado sabemos que el
conjunto f (B[a, r]) es acotado. Si α = sup{f (x) : x ∈ B[a, r]} existe una sucesión
(xn )n ⊂ B[a, r] con α = lı́mn f (xn ) y, procediendo como antes, existe una subsuce-
sión (xnk )k∈N de la sucesión (xn )n∈N convergente a un punto, digamos, d ∈ B[a, r].
Entonces por la continuidad de f es f (d) = lı́m f (xnk ), pero como α = lı́mk f (xnk )
se concluye que α = f (d), es decir, la función f alcanza su máximo absoluto en el
punto d. La demostración de que f alcanza su mínimo absoluto en B[a, r] puede
realizarse de forma análoga y se deja al cuidado del lector. 

Obsérvese que el teorema anterior se aplica a cualquier función continua con


valores reales definida en un intervalo [a, b] cerrado y acotado, ya que tal intervalo
puede ser interpretado como una bola cerrada con centro en el punto medio del
intervalo y radio la mitad de su longitud.
La clave de la demostración anterior está en la llamada propiedad de Bolzano-
Weierstrass, que asegura que cada sucesión acotada en [a, b] (en B[a, r]) posee una
subsucesión convergente a un punto de [a, b] (de B[a, r]). De hecho, más general-
mente, el teorema es válido para cualquier función continua cuyo dominio cumpla
esa propiedad. Tales conjuntos reciben el nombre de conjuntos compactos y se
estudian en Topología.

Teorema 4.3.2 (Bolzano) Sea f : [a, b] −→ R una función continua tal que
f (a)f (b) < 0. Entonces existe c ∈ (a, b) de modo que f (c) = 0.

Demostración:
La condición f (a)f (b) < 0 significa que f tiene signos opuestos en los extremos
del intervalo [a, b]. Supongamos, por ejemplo, que

f (a) < 0 y f (b) > 0

y definimos a1 = a y b1 = b. Tomemos m el punto medio de [a, b]. Si f (m) = 0


el teorema está probado; si f (m) 6= 0, entonces f cambia de signo en alguno de
los intervalos [a, m] o [m, b]. Supongamos, por ejemplo, f (a) < 0 y f (m) > 0 y

128
4.3 Funciones reales continuas en un intervalo 129

c
a m b
a2 b2

pongamos a2 = a1 y b2 = m. Procediendo recursivamente, o bien se encuentra


un cero de f en alguna de las etapas, o bien se obtiene una sucesión [an , bn ] en
las condiciones del principio de encaje de Cantor. En el segundo caso, sea {c} :=
n [an , bn ]. Entonces se tiene c = lı́mn an = lı́mn bn . Como f (an ) < 0 y f es
T

continua se tiene que lı́mn f (an ) = f (c) ≤ 0, y también al ser f (bn ) > 0 se tiene
que lı́mn f (bn ) = f (c) ≥ 0. Y de 0 ≤ f (c) ≤ 0 se concluye que f (c) = 0. 

Corolario 4.3.3 (Propiedad de los valores intermedios) Si f : [a, b] −→ R


es continua y z está comprendido entre f (a) y f (b), entonces existe c ∈ [a, b] tal
que f (c) = z.

Demostración: Basta aplicar el teorema anterior a la función continua g definida


por g(x) = f (x) − z. 

El teorema de Bolzano 4.3.2 y la propiedad de los valores intermedios 4.3.3


son resultados equivalentes desde un punto de vista matemático. ¿Qué cree
que significa esa afirmación? ¿Sabría demostrar que son equivalentes?
Haga un gráfico que visualice la propiedad de los valores intermedios. ¿En-
tiende ahora la idea geométrica que hay en la prueba de 4.3.3?

Corolario 4.3.4 Si I es un intervalo de R y f es una función continua definida


en I, entonces f (I) es un intervalo. Además si I es un intervalo cerrado y acotado,
también f (I) lo es.

Demostración: Para probar que f (I) es un intervalo necesitamos demostrar que


dados y1 < y2 puntos arbitrarios de f (I), cualquier punto z que cumpla y1 < z < y2
también pertenece a f (I). Pero eso es inmediato aplicando la propiedad de los
valores intermedios.
Una vez visto que f (I) es un intervalo está claro que los extremos del mismo
que llamaremos α y β cumplen que

α = ı́nf{f (x) : x ∈ I} ∈ R y β = sup{f (x) : x ∈ I} ∈ R.

129
130 Límite funcional y continuidad

Figura 4.6: Karl Theodor Wilhelm Weierstrass (Ostenfelde, 1815 – Berlín, 1897)

Si I es cerrado y acotado, entonces f (I) coincide con [α, β] debido el teorema de


Weierstrass 4.3.1. 

Los dos teoremas de este apartado son piezas clave en el desarrollo del
análisis matemático. A propósito del teorema de Weierstrass escribía el
gran matemático David Hilbert en 1897:
Con este teorema [...] Weierstrass creó una herramienta que hoy es
indispensable a todos los matemáticos para otras investigaciones analíticas
o aritméticas más refinadas.
Sobre el teorema de Bolzano, de los valores intermedios, se han escrito muchas páginas.
Era conocido, y utilizado, desde mucho antes, pero fue Bolzano el que en 1817 publica
un panfleto, ya citado en la página 38, titulado: Una demostración puramente analítica
de teorema que afirma que entre cada dos raíces que garantizan un resultado opuesto
existe al menos una raíz real de la ecuación. Como el propio título indica Bolzano es el
primero en intentar obtener una demostración del resultado, sin darlo por «evidente»
y esto suponía, como ya hemos visto, abordar el fondo de muchas cuestiones todavía
imprecisas; la noción de limite, de función continua, el sustrato numérico (la recta real
y sus propiedades, en particular la propiedad del supremo), etc.
El panfleto de Bolzano, y otros de sus trabajos, permaneció prácticamente ignorado
durante cincuenta años. Entretanto, en 1823, Cauchy incluye el teorema en uno de sus
cursos publicados. Diversos historiadores han defendido la idea de que Cauchy tomó el
resultado de Bolzano sin citar a éste, es decir, que Cauchy cometió plagio. La discusión
sobre este tema sigue abierta, con grandes estudiosos de uno y otro lado.

4.3.2. Continuidad y monotonía. Función inversa


La existencia de inversa para funciones reales de variable real no requiere la
continuidad. Por ejemplo, la función f : R −→ R definida por f (x) = (1/x) si
x 6= 0 y f (0) = 0 es biyectiva, siendo f −1 = f , y no es continua. En este apartado
analizaremos la existencia de inversa para funciones continuas y la continuidad
de la función inversa y veremos que la respuesta a estas cuestiones depende de la
relación existente entre continuidad y monotonía.

130
4.3 Funciones reales continuas en un intervalo 131

Definición 4.3.5 Dada una función f : I −→ R, se dice que f es

(1) monótona creciente si para cualquier par de puntos x1 < x2 en I se cumple


f (x1 ) ≤ f (x2 );

(2) monótona decreciente si para cualquier par de puntos x1 < x2 en I se cumple


f (x1 ) ≥ f (x2 );

(3) estrictamente creciente si para cualquier par de puntos x1 < x2 en I se


cumple f (x1 ) < f (x2 );

(4) estrictamente decreciente si para cualquier par de puntos x1 < x2 en I se


cumple f (x1 ) > f (x2 );

(5) monótona si es monótona creciente o monótona decreciente;

(6) estrictamente monótona si es estrictamente creciente o estrictamente decre-


ciente.

Teorema 4.3.6 (Función inversa) Sea f : I −→ R continua donde I es un


intervalo arbitrario de R. Entonces:

(1) f es inyectiva si y sólo si es estrictamente monótona.

(2) Si f es estrictamente monótona, también lo es su inversa f −1 que, además,


es continua.

Demostración:
✻ (1) Es claro que si f es estrictamente monótona,
η entonces es inyectiva, ya que si x1 < x2 no puede
ser f (x1 ) = f (x2 ). Supongamos, por reducción al ab-
surdo, que siendo f inyectiva no fuera estrictamente
c d ✲ monótona. Entonces, como f es inyectiva, para toda
x1 x2 x3 terna x1 < x2 < x3 los valores f (x1 ), f (x2 ) y f (x3 )
son diferentes dos a dos. Si f fuera estrictamente monótona habría de ser: o bien
f (x1 ) < f (x2 ) < f (x3 ), o bien f (x1 ) > f (x2 ) > f (x3 ). Así pues, negar la mo-
notonía estricta equivale a que exista una terna x1 < x2 < x3 tal que, o bien
f (x1 ) < f (x2 ) > f (x3 ) o bien f (x1 ) > f (x2 ) < f (x3 ). En ambos casos la idea
de la prueba es la misma y se basa en la propiedad de los valores intermedios.
Siguiendo el esquema gráfico, supondremos que f (x1 ) < f (x2 ) > f (x3 ) y además
f (x1 ) ≥ f (x3 ). Tomando η en el intervalo (f (x1 ), f (x2 )) por la propiedad de los
valores intermedios debe existir c ∈ (x1 , x2 ) tal que f (c) = η y también debe existir
d ∈ (x2 , x3 ) tal que f (d) = η, pero eso contradice el que f sea inyectiva.
(2) Por el corolario 4.3.4, J := f (I) es un intervalo y siendo f estrictamente
monótona es inyectiva, por lo que existe la función inversa f −1 : J = f (I) −→ I

131
132 Límite funcional y continuidad

que es también una biyección estrictamente monótona. Supongamos, por ejemplo,


que sea estrictamente creciente (el razonamiento es similar para funciones estric-
tamente decrecientes) y sea d ∈ J de modo que no sea un punto extremo del
intervalo. Vamos a probar la continuidad de f −1 en el punto d1 . Sea c = f −1 (d), o
lo que es lo mismo f (c) = d. Como la función f es estrictamente monótona c no
puede ser el extremo del intervalo I. Dado ε > 0 se trata entonces de garantizar
la existencia de δ > 0 de modo que se tenga

f −1 (B(d, δ)) ⊂ B(c, ε).

Pero como c no es un punto extremo de I existe 0 < ε′ < ε de modo que


(c − ε′ , c + ε′ ) ⊂ I y por ser f estrictamente creciente se tiene que
 
(f (c − ε′ ), f (c + ε′ )) = f (c − ε′ , c + ε′ )

es un intervalo que contiene a f (c) = d y en consecuencia existe δ > 0 tal que


B(d, δ) está contenida en dicho intervalo siendo entonces claro, por el crecimiento
estricto de f −1 , que

f −1 (B(d, δ)) ⊂ (c − ε′ , c + ε′ ) ⊂ (c − ε, c + ε) = B(c, ε).

En el caso en que d sea un punto extremo del intervalo J (f −1 (d) = c lo será


del intervalo I) es sencillo modificar ligeramente la prueba anterior, utilizando las
mismas ideas, para obtener el mismo resultado. 

El corolario que sigue muestra que la continuidad en el teorema anterior es


esencial.

Corolario 4.3.7 Sean I, J intervalos de R y sea f : I −→ J biyectiva. Entonces


f es continua si y sólo si f es estrictamente monótona.

Demostración: El directo (continua implica estrictamente monótona) está con-


tenido en la proposición 4.3.6. Para el recíproco observemos que, por ser f estric-
tamente monótona, existen los limites laterales f (x− +
0 ) y f (x0 ) en cada x0 ∈ I.
− +
La función f es continua en x0 si y sólo sí f (x0 ) = f (x0 ). Si para algún x0
fueran diferentes, por ejemplo, f (x− +
0 ) < f (x0 ), entonces los puntos de interva-
lo (f (x− +
0 ), f (x0 )) ⊂ J = f (I) deberían tener antiimagen que, por la monotonía
no podría ser ni mayor estrictamente que x0 , ni menor estrictamente que x0 .
Esto iría contra la hipótesis de que f es biyectiva, y en consecuencia ha de ser
f (x− +
0 ) = f (x0 ) = f (x0 ), o dicho de otra manera, la función f es continua en cada
punto x0 de su dominio. 

1
El lector debería de ayudarse de un esquema para facilitarse el seguimiento del razonamiento.

132
4.4 Continuidad uniforme 133

4.4. Continuidad uniforme


Una función f es continua en un punto c si para cada ε > 0 existe δ > 0 tal que
si |x − c| < δ entonces |f (x) − f (c)| < ε. El valor de δ depende, obviamente, del
valor de ε, pero, a priori, también puede depender del valor de c. Para convencerse
de ello basta tomar en consideración la función continua f : (0, ∞) −→ R definida
por f (x) = 1/x. Con los instrumentos utilizados en la figura 4.2 de la página 127
tomando, por ejemplo, c = 1, ε = 0.1 y δ = 0.05 cambie a c = 1/2 y observe que
necesita disminuir el valor de δ para que la curva correspondiente a la función f
salga del correspondiente rectángulo cortando las líneas horizontales.
25
1/x

20

15

10

0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4
Las experiencias anteriores seguramente le predispondrán a «convencerse» de
que para la función f anterior tomando ε = 0.1 no es posible elegir un mismo
número δ que sirva para todos los puntos c del intervalo (0, ∞). Trate de
demostrarlo rigurosamente. Consideremos ahora la función g : (1, ∞) −→ R
dada por la misma fórmula g(x) = 1/x. Para ε = 0.1 ¿se podría elegir un δ que sirviera
para todos los puntos de (1, ∞)? Si lo necesita, ayúdese de Maxima.

Si se puede conseguir que el valor de δ dependa únicamente de ε para todos los


puntos del dominio, se dice que la función es uniformemente continua. De forma
precisa:

Definición 4.4.1 Se dice que la función f : D ⊂ K −→ K es uniformemente


continua (en D) si para cada ε > 0 existe δ > 0 tal que para x, y ∈ D arbitrarios,
si se verifica |x − y| < δ entonces |f (x) − f (y)| < ε.

Observe que la continuidad uniforme depende del conjunto donde se esté consi-
derando definida la función. Así, siempre se dice que f es uniformemente continua
en un cierto conjunto.

133
134 Límite funcional y continuidad

Evidentemente toda función uniformemente continua en un conjunto es conti-


nua en dicho conjunto, pero, en general, el recíproco no es cierto, como ya hemos
comprobado anteriormente. El teorema que sigue establece la equivalencia de am-
bos conceptos en las bolas cerradas de K, en particular en los intervalos cerrados
y acotados de R.

Teorema 4.4.2 (Heine) Toda función continua definida en una bola cerrada y
acotada B[a, r] y con valores en K es uniformemente continua.

Demostración: Si una función continua en B[a, r] no fuera uniformemente con-


tinua, existiría ε > 0 para el que no se cumple la condición de continuidad uni-
forme y en consecuencia existirían sucesiones (xn )n y (x′n )n en B[a, r] tales que
|xn −x′n | < 1/n y |f (xn )−f (x′n )| ≥ ε. Por el teorema de Bolzano-Weierstrass (3.3.4)
existen subsucesiones (xnk )k y (x′nk )k de las anteriores que son convergentes a un
mismo punto (¿por qué?), digamos z ∈ B[a, r]. Usando la continuidad de f en z
se tendría entonces
lı́m f (xnk ) = f (z) = lı́m f (xn′k )
k k

pero por otra parte |f (xnk ) − f (x′nk )| ≥ ε > 0 con lo que pasando al límite se
obtendría 0 ≥ ε, lo cual es absurdo. 

De nuevo, como en el teorema de Weierstrass (4.3.1), la demostración se basa


en el hecho de que las sucesiones en B[a, r] poseen subsucesiones convergentes a
un punto de B[a, r] y, por tanto, el teorema de Heine mantiene su validez cuando
se reemplaza una bola cerrada B[a, r] por un conjunto que tiene esa propiedad
respecto a las sucesiones, éstos son los conjuntos denominados compactos (esto
último se demuestra en Topología).
La función sen x2 no es uniformemente continua en R. Los gráficos que aparecen
en la figura 4.8 muestran la gráfica de esta función en dos intervalos de igual
longitud ([0, 4π] y [6π, 8π]) y ayudan a visualizar geométricamente la significación
de la falta de continuidad uniforme.
El gráfico de la figura 4.8 ha sido realizado con Maxima utilizando para el
segundo de ellos el comando que aparece a continuación; para el primero
únicamente se ha cambiado el intervalo de la variable x.

plot2d(sin(x^2),[x,6*%pi,8*%pi],
[gnuplot_curve_titles,"title ’’"],
[gnuplot_curve_styles,"with lines"]);

Asimismo, la función real x sen x, que es un producto de funciones uniforme-


mente continuas, tampoco es uniformemente continua en R, tal y como se intuye
a partir de dos fragmentos de la gráfica que aparecen dibujados en la figura 4.9 en
dos intervalos diferentes de igual longitud con la misma escala en el eje OY .

134
4.4 Continuidad uniforme 135

Figura 4.7: Heinrich Eduard Heine. Nació el 16 de marzo 1821 en Berlín y falleció
el 21 de octubre de 1881 en Halle

El gráfico de la figura 4.9 ha sido realizado con Maxima utilizando para el


primero de ellos el comando que aparece a continuación; para el segundo
únicamente se ha cambiado el intervalo de la variable x.

plot2d(x*sin(x),[x,0,100],
[gnuplot_curve_titles, "title ’’"],
[gnuplot_preamble, "set yrange [-600:600]"]);

La noción de continuidad uniforme fue surgiendo muy poco a poco: ausente


de forma explícita en el trabajo de Cauchy sobre integración (donde es im-
prescindible), parece haber sido considerada por Dirichlet, en primer lugar,
en 1854, y por Weierstrass en 1861. Apareció por primera vez en una publicación en
1870, en un trabajo de Eduard Heine. El teorema que afirma que una función continua
sobre un intervalo cerrado y acotado es uniformemente continua aparece publicado en
otro trabajo de Heine de 1872, aunque él mismo parece asignar un papel en este y otros
de sus resultados a Weierstrass, Schwarz y Cantor.
Heine define la continuidad uniforme en la forma siguiente:
Una función f (x) se llama [. . . ] uniformemente continua desde x = a
hasta x = b, si para cualquier cantidad positiva dada ε, por pequeña que
sea, existe otra cantidad positiva η0 tal que para todos los valores positivos
η menores que η0 , f (x ± η) − f (x) es menor que ε. Cualquiera que sea el
valor que demos a x, suponiendo sólo que x y x ± η pertenezcan ambos a
la región entre a y b; el mismo η0 debe satisfacer la [propiedad] exigida.

135
136 Límite funcional y continuidad

Figura 4.8: Gráficas de la función f (x) = sen x2 en [0, 2π] y [6π, 8π]

1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
-0.2
-0.4
-0.6
-0.8
-1
0 1 2 3 4 5 6 7

1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
-0.2
-0.4
-0.6
-0.8
-1
18 19 20 21 22 23 24 25 26

136
4.4 Continuidad uniforme 137

Figura 4.9: Gráfica de la función f (x) = x sen x (producto de dos funciones uni-
formemente continuas) en dos intervalos diferentes de igual longitud sin escalar el
eje OY

600

400

200

-200

-400

-600
0 20 40 60 80 100
600

400

200

-200

-400

-600
500 520 540 560 580 600

137
138 Límite funcional y continuidad

4.5. Ejercicios resueltos


4.5.1 Estudie la existencia de los siguientes límites y calcule su valor o los valores
de los límites laterales correspondientes, cuando existan:

x2 + x − 6 |x| x
lı́m 2
lı́m 2 lı́m (2 + sen(1/x)) lı́m
x→2 x −4 x→0 x + x x→0 x→0 2 + sen(1/x)

x2 + x − 6
Solución: Numerador y denominador de son funciones conti-
x2 − 4
nuas por lo que, salvo que de lugar a indeterminación, el límite coincide con
el cociente entre los límites de numerador y denominador. En este caso am-
bos son cero y se produce la indeterminación. Pero al tratarse de polinomios
que se anulan para x = 2, el teorema de Fubini garantiza que ambos son
divisibles por x − 2, asi que, para cada x 6= 2 se tiene la igualdad

x2 + x − 6 (x − 2)(x + 3) (x + 3)
2
= =
x −4 (x − 2)(x + 2) (x + 2)
y ahora es claro que
x2 + x − 6 5
lı́m 2
= .
x→2 x −4 4
|x|
Para el caso lı́mx→0 tenemos otra vez una indeterminación. De nuevo
x2
+x
podemos dividir numerador y denominador por x. Pero, ahora |x|/x, que es
lo que se conoce como «signo de x», es la función σ definida por

1 si x > 0
σ(x) = 
−1 si x < 0

y entonces se tiene
|x| 1
lı́m+ = lı́m+ =1
x→0 x2 + x x→0 x + 1
mientras que
|x| −1
lı́m− = lı́m − = −1.
x→0 x2
+ x x→0,x x + 1
Así pues, el límite no existe aunque existen los límites laterales.
lı́mx→0 (2+sen(1/x)) = 2+lı́mx→0(sen(1/x)), pero este límite no existe porque
tomando las sucesiones convergentes a cero definidas por xn = 1/(2nπ) y
xn = 1/(2nπ + π/2) se verifica que

lı́m (sen(1/xn )) = 0 6= 1 = lı́m (sen(1/x′n )).


n→∞ n→∞

138
4.5 Ejercicios resueltos 139


x
Por último en el caso de lı́mx→0 el numerador tiene límite cero
2 + sen(1/x)
y el denominador no tiene límite. A pesar de ello existe el límite buscado y
vale 0 ya que
√ √
x | x|
0≤ ≤ , al ser 1 ≤ 2 + sen(1/x) ≤ 3
2 + sen(1/x) 1

y si √
x
lı́m =0
x→0 2 + sen(1/x)
también es √
x
lı́m =0
x→0 2 + sen(1/x)

y por tanto el límite es 0. 

4.5.2 Estudie el dominio y la continuidad de las siguientes funciones.

1 (1 + x)n − 1 log(1 + x) − log(1 − x)


f (x) = x2 sen g(x) = h(x) =
x x x

Solución: Haciendo uso de la continuidad de ciertas funciones que hemos


ido estableciendo en los ejemplos y de los resultados sobre operaciones con
funciones continuas podemos afirmar:
1) La función f está definida inicialmente para cualquier x ∈ R\{0}. Además
como la función x 7→ x es continua tambien lo son x 7→ x2 (por producto de
continuas) y x 7→ 1/x si x 6= 0 (por cociente de continuas) y al ser continua
la aplicación y 7→ sen y también lo es (por composición de continuas) la
función x 7→ sen(1/x) si x 6= 0. Así que, finalmente, la función f es continua
(por producto de dos continuas) en su dominio. ¿Qué ocurre en x = 0? En
principio f no está definida, pero podríamos plantearnos si existe lı́mx→0 f (x)
y de existir prolongar la función f que ya es continua en x ∈ R\{0} haciendo
f (0) := lı́mx→0 f (x). Pero como el seno es una función acotada, se tiene que
lı́mx→0 f (x) = lı́mx→0 x2 sen(1/x) = 0.
2) La función g es un cociente de polinomios y, por tanto, es continua (por
cociente de continuas) en todos los puntos en los que el denominador no se
anule, que en nuestro caso es R \ {0} siendo este el dominio inicial para g. En
cambio en x = 0 numerador y denominador se anulan: podemos dividir am-
bos por x y extender el dominio de g a todo R, definiendo g(0) = lı́mx→0 g(x)
a tal fin hacemos uso de la ecuación ciclotómica

(an+1 − bn+1 ) = (a − b)(an + an−1 b + · · · + abn−1 + bn )

139
140 Límite funcional y continuidad

y tenemos que

((1 + x) − 1)((1 + x)n + (1 + x)n−1 + · · · + 1)


lı́m g(x) = lı́m
x→0 x→0 x
= lı́m ((1 + x)n + (1 + x)n−1 + · · · + 1) = n + 1
x→0

debido a que hay n + 1 sumandos cada uno de los cuales tiene límite 1. 

4.5.3 ¿Qué se puede decir de una función real continua que sólo toma valores
racionales?
Solución: Sea f : R −→ R continua tal que f (x) ∈ Q para todo x ∈ R.
Como f es continua si existieran x1 , x2 ∈ R de modo, que f (x1 ) < f (x2 ),
entonces, por la propiedad de los valores intermedios, f debe tomar todos
los valores del intervalo [f (x1 ), f (x2 )] pero en ese intervalo hay puntos que
no son racionales y f sólo toma, por hipótesis, valores racionales, por tanto,
es imposible que existan dos puntos en los que el valor de f sea diferente.
Dicho de otro modo, f es constante. 

140
4.5 Ejercicios resueltos 141

4.5.1. Propuestos
4.1) Determine los dominios de definición y los puntos de discontinuidad de las
funciones:
q − 1 √ √
f (x) = [2x] f (x) = x − [x] f (x) = e (x−1)2 f (x) = x − [ x]
|x|α cos(α/x) si x 6= 0
sen(x−1)
f (x) = |x−1|
f (x) = xx f (x) =
0 si x = 0

4.2) Calcule los siguientes límites ordinarios (o laterales):


xn −an

3 x−1

lı́mx−→a x−a
lı́mx−→1 x−1
lı́mx−→∞ ( 3 x3 + 1 − x)

3 √
x+h− 3 x 1−tg x
lı́mh−→0 h
lı́mx−→ π4 cos 2x
lı́mx−→0 ( sen22 x − 1
1−cos x
)

(x4 −1)(x5 −1)


lı́mx−→1 (x3 −1)(x6 −1)
lı́mx−→0 2x−sen
x2 +1
x
lı́mx−→a (a2 − x2 ) tg πx
2a

1
6 sen 1
lı́mx−→0 1 lı́mx−→0 1
x
lı́mx−→ π2 2+2tg x
4+e x e x +1

 x+1 √ √
x−1 1+sen x− 1−sen x
lı́mx−→1 x2 −1
lı́mx−→0 x

4
6x 3 +1001x x sen x x−sen x
lı́mx−→∞ 1
x2 +x
lı́mx−→∞ x2 +1
lı́mx−→∞ x+sen x
1001

√ √ √ √
n x−1 ( 3 x3 +1+ 3 8x3 +2)−3x
lı́mx−→1 √
m x−1 lı́mx−→+∞ x
x lı́mx−→+∞ 2

4.3) Demuestre que las siguientes ecuaciones tienen solución:


213
x − sen x − 5 = 0 x7 + = 12.
2 + x2 + sen2 x

Apóyese en el grafismo y en el comando interpolate de Maxima para


calcular las soluciones aproximadas de estas ecuaciones.

4.4) Sean f, g : [a, b] −→ R dos funciones continuas tales que f (a) < g(a) y
g(b) < f (b). Pruebe que la ecuación f (x) = g(x) tiene solución en [a, b].

4.5) Sea f : [0, 1] −→ [0, 1] una función continua. Pruebe que la ecuación f (x) = x
tiene solución en [0, 1].

4.6) Un escalador parte, a la salida del sol, para conquistar la cima de una mon-
taña. Tras varios intentos en que asciende y desciende consigue conquistar

141
142 Límite funcional y continuidad

finalmente la cima a la puesta del sol. Pasa la noche en la cumbre y, a la


salida del sol, empieza el descenso por el mismo camino, llegando a la base
también a la puesta del sol. Pruebe que a una misma hora de los dos días se
encontró en la misma altitud.

4.7) Pruebe que si f : R −→ R es una función continua con lı́m f (x) =


x−→+∞
lı́m f (x) = 1, entonces f tiene un máximo o un mínimo absoluto en R.
x−→−∞

4.8) Sea f : (a, b) −→ R una función continua tal que existen los límites lı́m+ f (x),
x→a
lı́m− f (x) y son finitos. Demuestre que f es uniformemente continua en (a, b).
x→b

4.9) Discuta, en cada caso, la continuidad uniforme en I de f : I −→ R.


1
f (x) = e x2 −xq, I = (0, 1); f (x) = cos(x2 ), I = R;
f (x) = sen( |x|), I = R; f (x) = log(x + x sen x1 ), I = [1, +∞);
1
f (x) = x sen x, I = R; f (x) = (1 + sen x) x , I = [0, +∞);

f : I −→ R monótona continua y acotada.

4.10) Si [y] denota la parte entera del número real y, estudie los siguientes límites

[x] 1
lı́m y lı́m x[ ]
x−→0 x x−→0 x

4.11) Sea f : [a, b] −→ [a, b] una función continua tal que existe una constante
0 < k < 1 de modo que |f (x) − f (y)| < k|x − y|. Consideramos la sucesión
(xn )n definida a partir de un punto arbitrario x1 ∈ [a, b] por la fórmula
xn+1 = f (xn ). Pruebe que la sucesión (xn )n tiene límite. Si denotamos con
z dicho límite, pruebe que se verifica f (z) = z y que además sólo existe una
solución de la ecuación f (x) = x.

142

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