Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Examen Final - Dylana, Pablo y Verónica

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13

1

Universidad de Costa Rica


Facultad de Letras
Escuela de Filología, Lingüística y Literatura
Departamento de Filología Clásica
FL-1119 Introducción a la Filología
Grupo 001

Docente: Emmanuel Mora Iglesias

Examen final grupal

Estudiantes:
Dylana Dinarte Velásquez, 911214
Pablo Salazar Carvajal, 81J384
Verónica Solís Durán, C07651

I ciclo, 2024
2

Examen final
Instrucciones: Analice el desarrollo de la filología desde el siglo XVII al XIX y principios del
XX, y enfatice la relación de la filología con: a) la gramática, b) la mitología, c) la lingüística y
d) el desarrollo de la edición crítica.

1. Desarrollo de la filología en siglo XVII, XVIII


En el Siglo de Oro (aprox. siglos XVI y XVII) el otrora omnisciente y omnipresente
imperio español decaía. Los últimos reyes de la dinastía de los Austrias enfrentaban desastres
militares; Cataluña se sublevaba; Portugal se escindía y, en el continente europeo, Francia se
engrandecía merced de territorios españoles. Una dinastía que fenece y la de los Borbones que
aparece1. Terminaba, también el siglo de los descubrimientos. España perdía posesiones, desde
los actuales Estados Unidos hasta la parte más austral de Chile; ello por no hablar de sus
territorios en Italia, los Países bajos y la Borgoña. Sin embargo, el apogeo de la cultura de aquel
reino iniciaba.
Con este retazo —con «el castellano» como telón de fondo— podemos ver una suma de
lo que son algunas orientaciones de la filología post-renacimiento.
Se puede iniciar —sin que principiar así signifique algún tipo de primacía intelectual—
con Richard Bentley (n. 1662 † 1742).
Este académico (fue director del Trinity College de Cambridge) se dio a conocer,
inicialmente, por su estudio acerca de la Epistula ad Joannem Millium, El conocimiento de cómo
allegarse a la «originalidad» de un texto y a la exposición de las posibilidades de corrección y de
explicación le abrieron campo en círculos más amplios que los de la filología. Su condición de
profundo conocedor se consolida con la disertación de unas supuestas cartas del rey Fálaris.
Nuestro autor prueba su enorme erudición y facultad investigativa y ya no hay dudas de su
capacidad como crítico textual2.
Sin embargo, todo crítico viaja con su crítica… a él mismo. Si bien gran parte de su obra
se centra en autores latinos; y con ellos es que topa con dificultades. En varios de sus trabajos
equivoca la diana lamentablemente. A manera de ejemplo, propuso, en la fábula de la zorra que,
1
BROWN, Jonathan y ELLIOTT, John. (1981). Un palacio para el rey. El Buen Retiro y la corte de Felipe IV.
Revista de Occidente: Alianza Editorial. ISBN 84-292-5111-1
DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio. (1989). El siglo de Oro (siglo XVI). Editorial Planeta. ISBN: 8432083755.-
2
REYNOLDS, Leighton y Nigel, G. Wilson (1986). Copistas y filólogos. 2da. Edición. Editorial Gredos, S. A.,
Madrid, España. ISBN 84-249-1028-1
3

demasiado llena, después de hartarse de grano, tiene que pedir por su vida al granjero. Bentley
propone que, en lugar de zorra, el animal sea un ratón de campo; y es que la zorra no come
trigo… Pero, este hecho, lógicamente cierto, lo aparta del aspecto fundamental de que el autor de
la fábula quiere un animal que, si bien muy, muy astuto, en virtud de la avidez, pierde su libertad,
sino la vida. Olvida la poesía, las licencias literarias y estropea el aporte. Asimismo, Bentley, se
compadeció del «pobre homero […] por ser un provinciano primitivo que escribió una serie de
cantos y rapsodias que cantaba él mismo por un poco de dinero y una buena diversión en las
celebraciones y otros días de júbilo; compuso la Ilíada para los hombres y la Odisea para el otro
sexo»3. En fin, cualquiera puede errar en sus gustos… y hasta en sus estudios.
Otro «hito», en el desarrollo filológico en el siglo XVII es el sacerdote Richard Simon (n.
1638, † 1712), nacido en Dieppe, en el canal de la Mancha, Francia. Se considera que su
principal aporte fueron las obras Histoire critique du Vieux Testament, París 1678 (1685);
Histoire critique du texte du Nouveau Testament, Róterdam (1689); e Histoire critique des
versions du Nouveau Testament, Róterdam (1690). La importancia reside en que sería un primer
tanteo de elaborar una monografía sobre la transmisión de un texto antiguo, así como
especificaciones de los principios críticos en los capítulos del manuscrito. Dado que para esta
época se parte de que no existe un conjunto de libros sagrados (del judaísmo) que asegure cierta
estabilidad textual, se instituye como norma para la investigación de los manuscritos (griegos),
las versiones y los escolios. Continúa (Simon) con resúmenes de la historia del Nuevo
Testamento desde Valla4 en adelante. Se les hace comentarios a las diferentes ediciones (sobre
todos si son éxitos editoriales o si encausan hacia otras variantes de lectura). El clérigo está
consciente de que la antigüedad de un manuscrito no es garantía de la certeza del contenido del
texto, así que regresa al criterio de comparar el texto griego con las citas patrísticas anteriores. O
sea, para decirlo brevemente: utiliza diversas versiones de la obra. Y, como ya dicho, postula que
textos difíciles, ambiguos podían ser explicados por los escolios5.
A manera de «cierre» de este aparte referente al siglo XVII, hallamos los orígenes de la
paleografía como fenómeno filológico. Así, nos encontramos con Bessarion (n. 1403, † 1472) y a
Poliziano (n. 1454, † 1494) como antecedentes lejanos. Sin embargo, va a ser Daniel van

3
BOORSTIN, Daniel (1992). Los creadores, Random House, Nueva York, Inc. Traducción castellana para España y
América, Juan Faci y Francesca Carmona, Crítica, Barcelona, España. ISBN 847423-657-6
4
Lorenzo Valla (nace en Roma en 1407 muere en Nápoles en 1457).
5
Ibid., REYNOLDS, p. 180-181.
4

Pepenbroeck («Papebroch», n. 1628, † 1714) en un conflicto entre jesuitas y benedictinos


—acerca de privilegios otorgados por un rey merovingio— que formula reglas para la
comprensión de documentos falsos6. Con esta elaboración, Jean Mabillon (n. 1632, † 1707.)
establece lo que va a ser la sistematización y creación de la diplomática y la paleografía7. Otros
autores, que, de una u otra forma, en el devenir de los tiempos, serán importantes, mucho, en el
desarrollo filológico, son Bernard de Montfaucon (n. 1655, † 1741. «Paleographia graeca»);
Scipione Maffei (n. 1675, † 1755. Desarrollo del conocimiento de las escrituras latinas). Y,
mencionamos, a manera anexa, mucho más adelante, el aporte de Ludwing Traube (n. 1861, †
1907)8.

2. Desarrollo de la filología en los siglos XIX-XX


El auge por la recuperación de textos antiguos se vio aminorado después del
Renacimiento, sin embargo, una serie de hallazgos de textos que se encontraban debajo de los
palimpsestos que se encontraban en las bibliotecas más importantes de Europa, vieron la luz a
mediados del siglo XIX con Angelo Mai (1782-1854)9 y Niebuhr (1776-1831)10, quienes fueron
los encargados de abrirles las puertas a la filología clásica, sin dejar de lado a Wilhelm
Studemund(1843-89)11. Para el año 1814, Mai realizó la publicación de nuevos textos: Cicerón,
los scholia Bobiensia, las cartas de Frontón y el palimpsesto Ambrosiano de Plauto.
Posteriormente hizo importantes descubrimientos de Bacon y Petrarca.
Dentro de los aportes más destacados de los estudios filológicos están precisamente el
uso de sustancias reactivas que causaban menos corrosión en los pergaminos como el ácido
gálico y el bisulfato potásico, inclusive la receta de Gioberti, químico de Turín, quien aplicaba
ácido clorhídrico y cianuro potásico. Estos manuscritos tratados con estos métodos tan potentes,
6
Del autor: «Propylaeum antiquarium» y «De re diplomática»
7
«diplomático, ca […] Estudio científico de los diplomas y otros documentos». «paleografía […] Ciencia de la
escritura y de los signos y documentos antiguos», en https://dle.rae.es/diplom%C3%A1tico?m=form y en
https://dle.rae.es/paleograf%C3%ADa?m=form
8
«[Su] gran contribución fue mostrar que los manuscritos, además de ser las fuentes primarias para los textos de
literatura clásica y medieval, pueden tratarse como documentos que ilustran la historia de la cultura medieval». Ibid.,
REYNOLDS, p. 185.
9
Su buena fortuna al ser nombrado sucesivamente bibliotecario de la Ambrosiana y de la Vaticana, las dos
bibliotecas que albergaban la especialmente rica colección de palimpsestos de Bobbio. Fue también el primero que
utilizó con éxito los reactivos, lo que le facilitó la detección de textos palimpsestos, hizo su escritura más legible, y
ayudó a su identificación; su éxito debe atribuirse en gran medida a esto (Reynolds y Wilson, 1986, p.187).
10
Llegó a Roma como embajador prusiano en 1816(…), acertó a leer con el uso de un reactivo la escritura inferior
del palimpsesto de Gayo (Reynolds y Wilson, 1986, p.187).
11
Realizó transcripciones de Gayo y del Plauto Ambrosiano.
5

son poco susceptibles a las técnicas modernas como la fotografía ultravioleta como el utilizado
por Alban Dold.
Ya para el siglo XX, J.L. Heiberg encontró en Constantinopla a Arquímides, cuya obra
más notable, el Método, mostraba importantes temas en torno al cálculo integral. También, se dio
el descubrimiento de un palimpsesto ubicado en Jerusalén, con obras de Eurípides copiadas
probablemente en el siglo XI, y otro texto con algunas partes de las obras de Sófocles, ubicado
en Leiden (Países Bajos).
Con las excavaciones de los arqueólogos del Alto Egipto, lo filólogos pudieron tener por
primera vez una cantidad considerable de papiros y algunos pergaminos que datan de al menos
mil años de antigüedad, entre los que destacan: La Constitución de Atenas de Aristóteles, las
Odas de Baquílides y fragmentos sustanciales de la pieza satírica de Sófocles Ichneutae ,
Hypsipyle de Eurípides entre otros, además de los no menos importantes cientos de papiros de
Homero.
Otras obras de aporte invaluable para los filólogos son los papiros bíblicos entre los que
sobresale el fragmento del Evangelio de San Juan. Muchos de estos recuperados de enormes
cantidades de basura que los aislaban de las inclemencias del clima, ayudando a perpetuar de esta
manera su originalidad, muchos otros a su vez, fueron guardados en tumbas12: Sicyonius de
Menandro, de cíen líneas de Antiope de Eurípides (P Lit. Lond. 70), y del final de Erechtheus de
Eurípides (P. Sorbonne 2328), gracias a que envolvían a las momias con estos papiros, una
afortunada costumbre de los funerarios egipcios (Reynolds y Wilson, 1986, p. 190).
Otros aportes pertenecientes al siglo XIX son los descubrimientos de las fábulas en verso
de Babrio, en 1823 Leopardi (filólogo clásico italiano) encontró un texto de literatura patrística
que imitaba muy bien a la ática: la homilía de San Basilio, Bobbio halla los Epigrammata
Bobiensia, conservado en Monte Cassino.
No menos importante es el descubrimiento de muchos inscritos en bronce, piedra y
materia similares, recuperados a través de la epigrafía y la numismática, como ejemplo se puede
citar las Res gestae Divi Augusti (recuerdo de las realizaciones de Augusto), de las que destacan
la noticia obituaria, textos representados en epígrafes y en oraciones con conmovedores
recuerdos de afecto personal.

12
Persae de Tímoteo , o en cajas acartonadas que envolvían las momias (Reynolds y Wilson, 1986, p. 190).
6

Hasta el día de hoy, fragmentos de la doctrina de Epicuro que Diógenes de Oenoanda


colocó en la plaza del mercado en Lycia, se siguen descubriendo. Como bien se acota en el texto
citado, la supervivencia y calidad de los estudios literarios ha sido ayudada por la gradual
evolución de los métodos de la filología (p.194). En lo concerniente al estudio de textos, la
filología del siglo XIX y XX, ha realizado avances importantes para un mejor y más completo
uso del legado del pasado.

3. Filología y gramática
Si hemos de cotejar los conceptos de ‘filología’ y ‘gramática’, es evidente que se
imponen sus definiciones. El concepto de ‘filología’ en verdad es mejor tratarlo en plural:
conceptos de ‘filología’. Otro tanto hay que hacer con ‘gramática’.
Adelantamos que si bien en ámbitos informales o coloquiales, utilizada más como tropo
que como enunciado técnico, se da la sinonimia entre ‘filología’, ‘lingüística’ y hasta
‘gramática’. Quedamos, como grupo, que son términos que definen realidades diferentes y que la
exposición de una sus presentaciones (el Diccionario de la lengua española), basta para
demostrar esa diferencia.
Dispongamos las acepciones del léxico mencionado (Diccionario de la lengua
española):
«filología
Del lat. philologĭa, y este del gr. φιλολογία philología.

1. f. Ciencia que estudia las culturas tal como se manifiestan en su lengua y en su


literatura, principalmente a través de los textos escritos.
[Con la particularidad académica de que nos dan como sinónimos ‘hispanismo’ y
‘romanística’].
2. f. Técnica que se aplica a los textos para reconstruirlos, fijarlos e interpretarlos.
3. f. lingüística.
[Sinónimos, académicos: ‘lingüística’, ‘glotología’]»13.

13
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.7 en línea].
https://dle.rae.es [7 de julio de 2024].
7

Frente a estas acepciones colocamos ‘gramática’. Encontramos siete acepciones, de las


cuales, para efectos de estas letras, nos interesa la tercera y séptima (y, tangencialmente,
la segunda):
«gramático, ca
Del lat. grammatĭcus, y este del gr. γραμματικός grammatikós; la forma f., del lat.
grammatĭca, y este del gr. γραμματική grammatikḗ.
1. […]
2. m. y f. Especialista en gramática.
[Y aparecen como sinónimos ‘lingüista’ y ‘filólogo’].
3. f. Parte de la lingüística que estudia los elementos de una lengua, así como la forma en
que estos se organizan y se combinan.
[Y aquí, en esta tercera acepción, los sinónimos ‘lingüística’ y ‘lengua’ (o sea, ‘idioma’).
4. f. […]
5. f. […]
6. f. […]
7. f. Ling. Representación de la competencia lingüística de los hablantes, especialmente
en lo relativo a la morfología, la sintaxis y ciertos aspectos del léxico»14.
***
Digamos, en virtud del espacio, a manera de brevísima síntesis que —siguiendo al autor
Manuel Antonio Quirós— la gramática es una disciplina auxiliar de la Filología, en el tanto es
instrumento de la estructura de una lengua para obtener la competencia lingüística al combinar
palabras en oraciones o locuciones15.

4. Filología y lingüística
La lingüística es la ciencia que estudia el lenguaje humano en todas sus dimensiones,
incluyendo su estructura, funcionamiento y evolución. Se enfoca en analizar los diferentes
componentes del lenguaje, como la fonética, la fonología, la morfología, la sintaxis, la semántica
y la pragmática. En otras palabras, la lingüística es una ciencia subjetiva, que se enfoca,

14
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Ídem. [7 de julio de 2024].
15
QUIRÓS, Manuel Antonio. (2005). Н техин грамматика Ars grammatica. Filología y Lingüística XXXI (2):
201-232, 2005ISSN: 0377-628X
8

principalmente, en la lengua hablada, pero también en la escrita, si esta última ayuda a


comprender la primera (E. Mora Iglesias, comunicación personal, 17 de junio de 2024).
La filología, por otro lado, como se explicó previamente, es una disciplina que se centra
en el estudio de textos antiguos y medievales, y se ocupa de la reconstrucción, edición e
interpretación de esos textos. La filología combina métodos de análisis lingüístico con el estudio
de la historia, la literatura y la cultura. Entonces, la principal diferencia entre la filología y la
lingüística es que la primera se enfoca específicamente en los textos escritos e intenta ser más
objetiva, mientras que la segunda, como se afirmó, trabaja principalmente con los textos orales y
se caracteriza por la subjetividad, en tanto simplemente busca explicar fenómenos de manera
científica.
De la mano de lo anterior, Trapero (1996) afirma que lo que diferencia a una de la otra es
que cada una observa la lengua desde perspectivas diferentes, en tanto la lingüística la ve “desde
la cercanía y la inmediatez, fijando su punto de vista en el objeto concreto, aislado e
independiente (...); la filología, alzando la vista y viendo ese objeto dentro del panorama en que
está, definiéndolo en sus múltiples relaciones con el contorno” (p. 521)16.
La relación entre la lingüística y la filología es estrecha y complementaria. En este
sentido, la lingüística proporciona las herramientas teóricas y metodológicas que los filólogos
utilizan para analizar los textos. Por ejemplo, la fonología y la morfología son esenciales para
entender las variaciones lingüísticas en los textos antiguos y para reconstruir las formas
lingüísticas originales. Además, los principios de la sintaxis y la semántica ayudan a los filólogos
a interpretar correctamente el contenido de los textos y a entender su contexto histórico y
cultural17.
Ambas disciplinas se benefician mutuamente. La filología proporciona a la lingüística
datos históricos cruciales que permiten a los lingüistas estudiar la evolución del lenguaje y los
cambios lingüísticos a lo largo del tiempo. Los textos antiguos y medievales que los filólogos
editan y analizan son fuentes valiosas para la investigación lingüística, ya que ofrecen ejemplos
de lenguas en diferentes etapas de desarrollo. Este enfoque histórico es fundamental para la
lingüística histórica, una subdisciplina que se ocupa de la evolución de las lenguas.

16
Trapero, M. (1996). De la filología a la lingüistica y de la lingüística a la filología. Universidad de Las Palmas de
Gran Canaria. https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/3955/2/0234349_00002_0028.pdf
17
Ennis, J. A. (2018). La filología, la lingüística y las leyes de la evolución. Curtius y Brugmann, lindes y deslindes.
Revista argentina de historiografía lingüística, X, 2, 93-105.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7428794.pdf
9

En resumen, aunque la lingüística y la filología tienen enfoques y objetivos diferentes, su


relación es simbiótica, pues la filología se beneficia de los métodos y teorías lingüísticas para el
análisis textual, mientras que la lingüística utiliza los datos históricos proporcionados por la
filología para comprender mejor la naturaleza y la evolución del lenguaje. Juntas, ambas
disciplinas contribuyen al entendimiento profundo de los textos y del lenguaje humano en
general.

5. Filología y mitología
Ahora, en cuanto a la relación entre filología y mitología, primero conviene definir qué es
la mitología; esta es el estudio de los mitos, que son relatos tradicionales que las culturas utilizan
para explicar fenómenos naturales, acontecimientos históricos, prácticas sociales y creencias
religiosas. Los mitos suelen estar cargados de simbolismo y representan las cosmovisiones y
valores de las sociedades que los crean y transmiten. La mitología se enfoca en analizar estos
relatos, entender su significado y explorar su influencia en la cultura y el pensamiento humano.
Aunado a esto, es conveniente mencionar a un filólogo que fue abordado en una de las
presentaciones del museo didáctico: Karl Otfried Müller. Él fue un filólogo y arqueólogo alemán
que contribuyó significativamente al estudio de la mitología griega mediante sus investigaciones
y escritos, los cuales se caracterizan por un enfoque histórico y crítico. Entonces, Otfried Müller,
por medio de la interdisciplinariedad, se esforzó por contextualizar los mitos dentro de la historia
y la cultura de la antigua Grecia, buscando entender cómo los mitos reflejaban las creencias,
valores y estructuras sociales de la época; ello lo realizó por medio de la aplicación de técnicas
filológicas para analizar los textos, con el fin de desentrañar los significados originales y las
variantes de los mitos, para intentar llegar a obtener el mito “puro”, que sería el mito menos
modificado y más cercano al original, “basándose en el máximo respeto por las fuentes”18.
Entonces, partiendo del ejemplo anterior, puede afirmarse que la relación entre la
filología y la mitología es estrecha y complementaria. La filología proporciona los métodos
necesarios para recuperar y conservar los textos mitológicos antiguos. A través de la crítica
textual, los filólogos pueden reconstruir versiones precisas de los mitos, identificando variantes y

18
Bermejo Barrera, J. C. (1999). Mito, literatura y sociedad en la Grecia Antigua.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/83888.pdf
10

errores en los manuscritos. Esto es crucial para asegurar que las interpretaciones modernas de los
mitos se basen en textos confiables y bien fundamentados.
Por otro lado, la mitología enriquece la filología al ofrecer un contexto cultural y
simbólico que es esencial para la interpretación de los textos. Los mitos no solo son narraciones
literarias, sino también expresiones de las creencias y valores de las sociedades que los crean.
Comprender los mitos permite a los filólogos interpretar mejor los textos, ya que muchos escritos
antiguos están impregnados de referencias mitológicas y simbólicas que requieren un
conocimiento profundo de la mitología para ser comprendidos adecuadamente.
Ambas disciplinas se benefician mutuamente. La filología utiliza el análisis lingüístico y
la crítica textual para estudiar los mitos y asegurarse de que las versiones modernas sean fieles a
las originales. Al mismo tiempo, la mitología proporciona un marco interpretativo que ayuda a
los filólogos a comprender el significado profundo de los textos y a situarlos en su contexto
cultural e histórico. Este intercambio de conocimientos enriquece tanto el estudio de los textos
como el entendimiento de las culturas antiguas.
En resumen, aunque la filología y la mitología tienen enfoques y objetivos diferentes, su
relación es simbiótica. La filología se encarga de preservar y analizar los textos mitológicos,
mientras que la mitología proporciona el contexto necesario para interpretar estos textos. Juntas,
ambas disciplinas contribuyen al entendimiento profundo de las culturas antiguas y del
pensamiento humano a través de los siglos y, como lo afirma Bermejo Barrera (1999), “nuestra
deuda hacia nuestros antepasados helénicos que desarrollaron su labor en esa biblioteca
[biblioteca de Aristóteles], y en el campo de la filología y la gramática en general, es inmensa,
pues es gracias a ellos como conservamos la cultura clásica [mitología]” (p. 316).

6. Filología y la crítica textual


Particularmente en el proceso de comprobación de fuentes manuscritas, los estudios
filológicos se encontraban en ciernes, no es sino hasta el siglo XVI,que con Huet (1930-1721)
surge a nivel de academia la práctica filológica relacionada con las ediciones de textos. Ya para
el año 1777, F.A. Wolf se matriculó en Göttingen en la facultad de studiosus philologiae.
La técnica editorial, asociada exclusivamente a Lachmann, vio florecer estudios
filológicos en los textos clásicos que, con ayuda del descubrimiento de la fotografía a finales del
siglo XIX, perpetuó su ideal.
11

La descripción sistemática de los manuscritos se ha convertido también en una rama de la


filología, y los catálogos oficiales de las principales bibliotecas constituyen una fuente de
material primario para el filólogo moderno que generalmente no tuvieron sus
predecesores. Otra contribución importante a los estudios filológicos ha sido la
decreciente movilidad de las colecciones de manuscritos. La mayoría de los manuscritos
de los textos latinos y griegos pertenecen hoy día a instituciones de las que se puede
esperar confiadamente que los retendrán a perpetuidad. (Reynolds y Wilson, 1986, p.197)
La crítica textual trata de restaurar y encontrar aquellas señales que son más próximas al
texto original, tarea sumamente encomiable dado que son prácticamente nulos los manuscritos
autógrafos y todos han sufrido de cierta manera corrupciones que ponen en tela de duda su
fiabilidad.
Para lograr este objetivo se tienen dos etapas: 1. La recensión que consiste en reconstruir
el texto partiendo de los manuscritos más antiguos que le sobreviven. Si se depende de un solo
testimonio, es necesario: a. establecer relaciones entre los manuscritos supervivientes, b.
eliminar manuscritos que no tienen un valor independiente y que son derivaciones, c. utilizar
relaciones establecidas de aquellos que descienden de los manuscritos originales (stemma
codicum). Una vez acabados estos procedimientos, se comienza con la 2. segunda etapa la
emendatio, nombre tradicional, aunque engañoso. El texto transmitido debe ser “examinado, y
el crítico debe decidir si es auténtico o no (examinatio); si no lo es, su tarea consiste en
corregirlo (emendado), si es que puede hacerse con un razonable grado de certeza, o aislar la
corrupción (Reynolds y Wilson, 1986, p. 200)
El desarrollo de la filología clásica dio pie a que se trabajara más en pro de alejar a los
textos de la corrupción. Los filólogos anteriores al siglo XIX, se vieron muchas veces en la
obligación de ejercer sus habilidades críticas sobre las versiones vulgatas de los textos a través
de los manuscritos que podían ser localizados.
El rechazo del texto de la versión vulgata, es considerado como el primer paso hacia una
crítica textual científica: “En 1721 Richard Bentley, más conocido de los estudiantes clásicos por
la osadía sin trabas de sus conjeturas, proyectó una edición del Nuevo Testamento basada
exclusivamente en los manuscritos antiguos y en la Vulgata latina” (Reynolds y Wilson, 1986, p.
201).
12

La teoría stemmática de recensión asociada a Karl Lachmann, revolucionó la edición de


los textos clásicos, ya abordado durante el humanismo por Poliziano y Erasmo y considerada por
Scaliger en 1582, cuando trató de probar que los manuscritos de Catulo derivaban de un tronco
común escrito en minúscula precarolina, siendo el más famoso el stemmata de Lucrecio,
reconstruido por Bernays (1847) y en la edición de Lachmann en 1850.
Para finalizar, es importante mencionar algunos de los aspectos que deben ser de
conocimiento para los filólogos en la tarea de extraer textos auténticos de testimonios
manuscritos:
❖ las faltas introducidas por causa de alguna característica del manuscrito antiguo o
medieval,
❖ cambios en la ortografía o en la pronunciación,
❖ omisiones (omisión de solo unas pocas letras o al aparecer la misma palabra dos veces en
un corto espacio, copia el texto hasta la primera aparición y omite las palabras
intermedias hasta su próxima aparición);
❖ errores de adición y transposición.
❖ Errores inducidos por el contexto, atribuidos a la influencia del pensamiento cristiano o
causados por la deliberada actuación del copista.
Se resalta la importancia de la crítica textual en el siguiente fragmento de Reynolds y
Wilson (1986, p. 224):
“Cuando un crítico ha decidido, basándose en el sentido, que puede restaurarse un pasaje
corrupto, considerara las varias posibilidades a la luz de los tipos de error antes relacionados, y
se dejara influenciar por ellas al escoger entre las varias posibilidades de restauración del texto.
Cuando ha tenido lugar una corrupción realmente grave, puede muy bien ser necesario imprimir
entre obeli (††) el texto del arquetipo e indicar en el aparato crítico las conjeturas más adecuadas;
en tales pasajes no puede alcanzarse la certeza absoluta, ni siquiera poniendo en práctica las más
afiladas armas del crítico.
Se cierra con el consejo de Dr. Routh: ≪Verifiquen siempre sus citas≫ (Reynolds y
Wilson, 1986, p.211)”.
13

Referencias bibliográficas
Asociación de Academias de la Lengua Española. https://dle.rae.es/
Bermejo Barrera, J. C. (1999). Mito, literatura y sociedad en la Grecia Antigua.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/83888.pdf
Bompiani, V. (1959). Diccionario literario de obras y personajes de todos los tiempos y de todos
los países (I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII), González, Porto-Bompiani.
Editorial ‫‏‬‎Montaner y Simon, S. A. ISBN: 97-884-8595-062-1
Brown, J. y Elliott, J. (1981). Un palacio para el rey. El Buen Retiro y la corte de Felipe IV.
Revista de Occidente: Alianza Editorial. ISBN 84-292-5111-1.
Domínguez Ortiz, A. (1989). El siglo de Oro (siglo XVI). Editorial Planeta. ISBN: 8432083755.
Ennis, J. A. (2018). La filología, la lingüística y las leyes de la evolución. Curtius y Brugmann,
lindes y deslindes. Revista argentina de historiografía lingüística, X, 2, 93-105.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7428794.pdf
Gil Arrando, M. C. (1986). Contribución al estudio lingüístico del español del siglo XVII.
CAUCE, Revista de Filología y su Didáctica, n.° 9, 1986 1 págs. 39 – 60, en Centro
Virtual Cervantes, https://cvc.cervantes.es/literatura/cauce/pdf/cauce09/cauce_09_004.pdf
Quirós Rodríguez, M. A. (2001). La filologia - el filólogo | παιδεία (paideia) – humanitas,
Filología y Lingüística XXVII (2): 231-253.
Quirós, M. A. (2005). Н техин грамматика Ars grammatica. Filología y Lingüística XXXI (2):
201-232, 2005ISSN: 0377-628X
Reynolds, L. y Wilson, N. G. (1986). Copistas y filólogos. 2da. Edición. Editorial Gredos, S. A.,
Madrid, España. ISBN 84-249-1028-1
Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.7 en línea].
https://dle.rae.es
Trapero, M. (1996). De la filología a la lingüistica y de la lingüística a la filología. Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria.
https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/3955/2/0234349_00002_0028.pdf

También podría gustarte