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Economia

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Las personas tienen múltiples necesidades que requieren ser satisfechas mediante el uso

de recursos o factores de producción. Las necesidades humanas son ilimitadas, pero los
recursos son limitados, lo que genera el problema económico.

Los recursos: Existen recursos que son abundantes, como el aire o la arena del desierto,
conocidos como bienes libres. Los recursos escasos, en cambio, son aquellos que tienen
usos alternativos y deben gestionarse eficientemente.

El problema económico: La economía es la ciencia que estudia cómo los seres humanos
utilizan recursos escasos para satisfacer sus necesidades, lo cual implica tomar decisiones
sobre cómo asignar esos recursos.

Lionel Robbins (1932) define la economía como “el estudio del comportamiento humano
como una relación entre fines y medios escasos que tienen usos alternativos”.

F.A. Hayek (1945) plantea que el problema económico no se reduce solo a la escasez de
recursos, sino a la falta de información sobre cuáles son los recursos disponibles y las
tecnologías para transformarlos.

Los principales problemas que enfrenta la sociedad son:

Qué producir. Cómo producir. Para quién producir.

Intercambio: Es más eficiente que las personas se especialicen en la producción de ciertos


bienes o servicios y luego intercambien el excedente por otros productos, en lugar de
producir todo lo que necesitan.

Adam Smith (1776) explica que el trueque era ineficiente, ya que requería encontrar a
alguien con los bienes que se deseen y que, al mismo tiempo, quiera lo que uno ofrece. Así,
surge el dinero para facilitar el intercambio.

El dinero tiene varias funciones:

● Medio de pago.
● Depósito de valor.
● Unidad de cuenta.
● Fiduciario: Su valor depende de la confianza en que será aceptado como medio de
intercambio.

Oferta y demanda: El mercado resuelve las preguntas sobre qué, cómo y para quién
producir a través de la interacción entre oferta y demanda, utilizando los precios como
señal.

La demanda representa las preferencias de los consumidores. Es la cantidad de un bien


que los consumidores están dispuestos a comprar a diferentes precios.

La oferta es la cantidad de bienes que los productores están dispuestos a vender a un


precio determinado. Existe una relación positiva entre precio y cantidad ofrecida: cuando el
precio aumenta, la oferta también.
Los mercados perfectos se caracterizan por:

● Muchos consumidores y productores.


● Precios determinados libremente.
● Información disponible para todos los actores.

Elasticidad: La elasticidad mide la sensibilidad de la demanda o la oferta ante cambios en


los precios u otras variables.

Elasticidad precio de la demanda: Indica cuánto cambia la cantidad demandada ante


variaciones en el precio. Si la demanda cambia mucho, se dice que es elástica; si cambia
poco, es inelástica.

Excedentes: El excedente del consumidor es la diferencia entre lo que un consumidor está


dispuesto a pagar por un bien y lo que realmente paga.

El excedente del productor es la diferencia entre el precio mínimo al que un productor está
dispuesto a vender y el precio al que realmente vende.

Imperfecciones del mercado: Monopolio: Un solo productor domina el mercado, lo que


contrasta con la competencia perfecta. Surge cuando un productor tiene el control exclusivo
de un recurso o tecnología.

Monopsonio: Existe un único comprador en el mercado, que puede fijar el precio o la


cantidad, pero no ambos.

Oligopolio: Un pequeño grupo de empresas controla el mercado y puede influir en los


precios. Si estas empresas se coordinan, forman un cártel y ejercen poder monopólico.

Microeconomía y Macroeconomía: La microeconomía estudia el comportamiento de


unidades individuales, como los consumidores y las empresas.

La macroeconomía estudia la economía a nivel global, analizando fenómenos agregados


como el PIB, la inflación, el desempleo, entre otros.

Las herramientas utilizadas por el gobierno para influir en la macroeconomía incluyen:

● Política fiscal: Gasto público.


● Política tributaria: Impuestos y subsidios.
● Política monetaria: Cantidad de dinero y tasas de interés.
● Política cambiaria: Tipo de cambio.

Producto Interno Bruto (PIB): El PIB mide el valor de mercado de todos los bienes y
servicios finales producidos en un país durante un período de tiempo.

Es un indicador clave del bienestar económico de un país y se compone de consumo,


inversión, gasto público y exportaciones netas.

Inflación: La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios.


Es un fenómeno monetario, causado por un aumento en la cantidad de dinero sin un
incremento correspondiente en la producción de bienes.

Afecta negativamente a los consumidores, ya que reduce el poder adquisitivo del dinero.

Ciclos económicos: Los ciclos económicos son fluctuaciones en la actividad económica de


un país, que incluyen periodos de expansión y recesión.

Curva de Laffer: La Curva de Laffer ilustra la relación entre la tasa impositiva y los ingresos
fiscales. Un aumento excesivo de los impuestos puede reducir la recaudación fiscal al
desincentivar la producción y el trabajo.

Praxeología: Praxeología, según Ludwig von Mises, es el estudio de la acción humana


intencional. Este enfoque utiliza un método deductivo para analizar el comportamiento
humano basado en axiomas.

Se basa en principios como:

● Individualismo metodológico.
● Preferencias y escala de valores.
● Escasez.
● Incertidumbre.

Las leyes fundamentales incluyen:

● Ley de la utilidad marginal.


● Ley de rendimientos decrecientes.
● Ley de preferencia temporal.

Las instituciones clave en la praxeología son la propiedad privada, la libertad de mercado y


el libre contrato.

¿Qué es la economía?
Sea uno conservador o radical, proteccionista o librecambista, cosmopolita o nacionalista,
hombre de Iglesia o pagano, es útil conocer las causas y consecuencias de los fenómenos
económicos.
GEORGE J. STIGLER
Para entender la mayoría de las discusiones sobre economía que se producen en los
medios de comunicación y en la política, lo único que se necesita es conocer los
principios económicos más básicos. No obstante, la mayor parte de las personas los
desconocen, incluidos políticos, periodistas y muchos académicos de otros ámbitos.
Los principios económicos se han aplicado en todo el mundo a lo largo de la
historia, en distintos tipos de economías —capitalista, socialista, feudal o cualquier
otra— y en una amplia variedad de pueblos, culturas y gobiernos. Las mismas
políticas que produjeron una subida de precios bajo el mandato de Alejandro Magno
también la provocaron en Estados Unidos, miles de años después. Las leyes de
control de alquileres llevaron a consecuencias similares en lugares tan dispares como
El Cairo, Hong Kong, Estocolmo, Melbourne y Nueva York. Y lo mismo ocurrió con
las políticas agrícolas en la India y en los países de la Unión Europea.
Las diferencias en cuanto a prácticas económicas son también reveladoras. Es por
razones económicas por las que las empresas manufactureras de la Unión Soviética
mantenían stocks tales que podían durarles un año, mientras que el stock de
productos en compañías japonesas como Toyota se consume en apenas unas horas y
los repuestos y equipos que llegan a la fábrica en camiones a distintas horas del día,
se descargan y se instalan inmediatamente en los automóviles, mientras éstos se están
ensamblando. Ambos tipos de políticas de stock tienen una base racional, de acuerdo
con los distintos tipos de sistemas económicos bajo los que funcionan.
La economía es mucho más que una manera de observar patrones o de
desenmarañar anomalías confusas. Su preocupación fundamental es el nivel material
de vida de la sociedad en su conjunto y cómo éste se ve afectado por decisiones
específicas a cargo de individuos e instituciones. Una de las maneras de estudiar esto
es observando las políticas económicas y los sistemas económicos en función de los
incentivos que crean, en vez de los objetivos que persiguen. Esto quiere decir que los
resultados son más importantes que las intenciones; y no solamente los resultados
inmediatos, sino también las repercusiones que a la larga tienen todas las decisiones,
las políticas y las instituciones.
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Nada es más fácil que tener buenas intenciones. Pero cuando no se entiende cómo
funciona una economía, las buenas intenciones pueden llevar a consecuencias
desastrosas para naciones enteras. Muchos, quizá la mayoría, de los desastres
económicos han resultado de políticas que pretendían ser beneficiosas. Todos
aquellos desastres podrían haberse evitado si quienes propusieron y apoyaron las
políticas que los produjeron hubieran entendido de economía.
Muchos coinciden en que la economía es muy importante, pero existe mucho
menos consenso en cuanto a qué es la economía. Entre las concepciones erróneas
encontramos aquella que dice que la economía es algo que nos enseña a hacer dinero,
a administrar un negocio o a predecir las fluctuaciones del mercado de valores. Sin
embargo, la economía no son las finanzas personales ni la administración de
empresas, y la predicción de fluctuaciones en el mercado de valores aún no se ha
podido reducir a una fórmula fiable.
Para saber qué es la economía, primero debemos saber qué es una economía.
Quizá muchos de nosotros pensamos que la economía es un sistema para la
producción y distribución de los bienes y servicios que utilizamos en el día a día. Eso
es cierto, pero no es toda la verdad. El Edén era un sistema de producción y
distribución de bienes y servicios, pero no era una economía, porque todo estaba
disponible en abundancia ilimitada. Sin escasez, no hay necesidad de economizar, y
por lo tanto no hay economía. El distinguido economista británico Lionel Robbins
proporcionó la definición clásica de economía:
La economía es el estudio del empleo de aquellos recursos escasos que tienen
usos alternativos.
En otras palabras, la economía estudia las consecuencias de las decisiones que se
toman en relación con el uso de la tierra, del trabajo, del capital y de otros recursos
que se destinan a la producción del volumen de productos que determinan el nivel de
vida de un país. Esas decisiones y sus consecuencias pueden ser más importantes que
los recursos mismos, porque hay países pobres que son ricos en recursos naturales, y
países como Japón y Suiza con relativamente pocos recursos naturales pero con un
alto nivel de vida. Los valores de los recursos naturales per cápita en Uruguay y
Venezuela, por ejemplo, son varias veces los de Japón y Suiza, que sin embargo
tienen una renta per cápita aproximadamente el doble que la de Uruguay y varias
veces la de Venezuela.
Las decisiones que influyen en estos resultados no son sólo las de los particulares,
las de las empresas agrícolas o industriales, o las de las políticas de los gobiernos,
sino, y en mayor medida, aquellas que tratan sobre qué tipo de instituciones tiene una
sociedad para tomar tales decisiones: qué tipo de sistema económico, que opera sobre
qué tipo de sistema jurídico, y que está controlado por qué tipo de sistema político. Al
estudiar todas estas decisiones y analizar la evidencia de sus consecuencias, es crucial
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tener en cuenta en todo momento que los recursos utilizados son escasos y que a la
vez tienen usos alternativos. Cuando un político promete que sus políticas elevarán la
oferta de ciertos bienes y servicios deseables, la pregunta que debe hacerse es: ¿a
cambio de tener menos de qué otros bienes y servicios?
¿Qué es la «escasez»? La escasez se da cuando demasiada gente desea un
producto, del cual no hay suficiente para todos. Esto significa que no existen
soluciones fáciles que beneficien a todo el mundo, sino serias y algunas veces
dolorosas soluciones de compromiso que comportan sacrificar algo. La noción de
escasez puede sonar muy simple, pero sus repercusiones son con frecuencia
malentendidas, incluso por gente muy preparada. Como ejemplo veamos este artículo
de The New York Times que presentaba las penurias y sobresaltos económicos de la
clase media estadounidense, uno de los grupos humanos más influyentes que jamás
hayan habitado este planeta. A pesar de que el artículo incluía la foto de una familia
de clase media en su propia piscina, el título principal era: «La clase media
estadounidense se las arregla». Otros subtítulos del artículo eran:
Sueños que se postergan y proyectos que no se cumplen
Metas que siguen estando muy lejanas
Un ahorro tenaz y algunos lujos
En pocas palabras, los deseos de la clase media estadounidense exceden lo que
ésta puede pagar con comodidad, a pesar de que lo que ya tienen sería considerado
una riqueza increíble en muchos otros países del mundo, e incluso por
estadounidenses de generaciones pasadas. Sin embargo, tanto ellos como el periodista
afirmaban que se las estaban «arreglando», y en el artículo se citaba a un sociólogo
de Harvard que señalaba «lo verdaderamente ajustadas de presupuesto que estaban
estas personas en realidad». No obstante, lo que restringe a estas personas no es un
simple presupuesto hecho por el hombre, sino la realidad: nunca ha habido lo
suficiente como para satisfacer a todos por completo. Ésta es la verdadera restricción;
es decir, la escasez.
A pesar de que la renta per cápita en Estados Unidos creció un 51 por ciento en
una sola generación, estas familias de la clase media «han tenido que trabajar duro
para lograr ganancias modestas», según un profesor de la Universidad de Fordham
citado en el mismo artículo. Sin embargo, es dudoso que otras personas en el mundo
consideren «duro» el trabajo de los estadounidenses en oficinas con aire
acondicionado y descansos para el café, o que crean que están simplemente
«arreglándoselas» con semejante nivel de vida. Sin embargo, las personas
entrevistadas en el artículo veían su propia situación como no satisfactoria, y como
algo confuso incluso para ellos mismos.
El periodista de The New York Times explicaba en el artículo que a una de estas
familias de clase media «se le fue un poco la mano con la tarjeta de crédito» pero que
después «pusieron sus finanzas en orden»:
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Pero si damos un paso en falso —dijo Geraldine Frazier—, la presión que


teníamos para pagar nuestras facturas volverá, y eso sí que es doloroso.
Aparentemente, a todas estas personas —del mundo académico y periodístico, así
como a la propia gente de la clase media— les parecía extraño que existiese algo
como la escasez y que ésta implicase la necesidad de esfuerzos productivos además
de responsabilidad individual en los gastos. Sin embargo, nada ha sido tan constante
en la historia de la raza humana como la escasez y todos los requisitos para
economizar que ésta implica.
Independientemente de nuestras políticas, prácticas, o instituciones —de si son
sabias o no, de si son nobles o innobles—, no hay suficiente para satisfacer todos
nuestros deseos con plenitud. De manera que las «necesidades insatisfechas» son
inherentes a esta realidad, ya sea que tengamos una economía capitalista, socialista,
feudal, o de cualquier otro tipo. Los distintos tipos de economía son en realidad
diferentes formas institucionales de encontrar esas soluciones de compromiso que son
inexorables en cualquier economía.
La economía no consiste simplemente en lidiar, como consumidores, con una
cantidad dada de bienes y servicios. Primordialmente, la economía lidia con cómo
producir esa cantidad usando recursos que para empezar son escasos —es decir,
cómo transformar insumos en productos—. Pero no sólo es la escasez el problema
central de la economía, sino además el hecho de que esos recursos escasos también
tienen «usos alternativos». Si cada recurso tuviera tan sólo un uso, la economía sería
mucho más simple. Pero el agua se puede emplear para producir tanto helado como
vapor, además de la gama innumerable de mezclas y compuestos si se la combina con
otras cosas. La nitroglicerina es un explosivo muy potente, pero también se usa en
medicina para aliviar las anginas de pecho. De manera similar, del petróleo provienen
la gasolina, el queroseno y el fuel, pero también los plásticos y la vaselina. El hierro
puede ser usado para producir productos de acero: desde pequeños clips de papelería
hasta automóviles o estructuras de rascacielos.
Entonces, ¿cuánto de cada recurso debe asignarse a cada uno de sus muchos
usos? Todas las economías deben responder a esa pregunta, y cada una la responde,
de una manera u otra, eficiente o ineficientemente. Cómo hacerlo de manera eficiente
es el objeto de estudio de la economía. Las distintas economías son en esencia
diversas maneras de tomar decisiones en cuanto a la asignación de recursos escasos;
decisiones que tienen consecuencias en la vida de toda la sociedad. En la Unión
Soviética, por ejemplo, las fábricas usaban más electricidad que las de Estados
Unidos, a pesar de que las soviéticas eran menos productivas que las
estadounidenses. El acero, el cemento y otros recursos empleados en la producción de
una cantidad dada en la Unión Soviética terminaban produciendo menores cantidades
que lo que esos mismos recursos producían en países como Japón o Alemania. Estas
ineficiencias en la transformación de insumos en productos se tradujo en un menor
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estándar de vida dentro de un país muy rico en recursos naturales, tal vez más que
ningún otro país del mundo. Rusia es, por ejemplo, una de las pocas naciones
industriales que produce más petróleo del que consume. Pero la abundancia de
recursos no crea automáticamente una abundancia de bienes.
En la China del siglo XXI se utiliza siete veces más energía que la que se emplea
en Japón para producir productos del mismo valor. En este caso, las diferencias
gigantescas en cuanto a la eficiencia también han significado diferencias gigantescas
en el estándar de vida de millones de seres humanos. La eficiencia en la producción
—la tasa en la cual los insumos se convierten en producto— no es simplemente un
tecnicismo del que hablan los economistas, sino que afecta a la vida de sociedades
enteras. Para entender este proceso, es útil pensar en cosas reales —hierro, petróleo,
madera y otros insumos que entran en el proceso de producción, y los automóviles,
gasolina y muebles que salen por el otro lado— en vez de imaginarse que las
decisiones económicas son simplemente decisiones sobre el dinero.
Aunque la palabra «economía» puede traer el término dinero a la mente de
muchos, lo cierto es que para el conjunto de la sociedad el dinero no es más que un
instrumento artificial que permite que se hagan cosas reales, pues, de lo contrario, el
gobierno podría hacernos ricos a todos simplemente imprimiendo más billetes. No es
el dinero sino el volumen de bienes y servicios lo que determina si un país es pobre o
próspero.
La economía no trata sobre el destino financiero de individuos o empresas
particulares, sino sobre el bienestar material de la sociedad en su conjunto. Cuando
los economistas analizan precios, salarios, ganancias o la balanza comercial
internacional, por ejemplo, lo hacen desde el punto de vista de cómo las decisiones en
distintas partes de la economía afectan a la asignación de recursos escasos
aumentando o disminuyendo el nivel material de vida de la sociedad en su conjunto.
La economía no es simplemente un tema sobre el cual expresar opiniones o
exteriorizar emociones; es un estudio sistemático de lo que ocurre cuando se realizan
cosas específicas de una forma específica. Desde la perspectiva del análisis
económico, los métodos utilizados por un economista marxista como Oskar Lange no
eran diferentes, en ningún aspecto esencial, a los métodos empleados por un
economista liberal como Milton Friedman. Este libro trata precisamente sobre esos
principios básicos y comunes de la economía.
El hecho de que existan asuntos controvertidos en economía, como en cualquier
ciencia, no significa que sus principios básicos sean simplemente asuntos de opinión.
Los principios básicos de la economía, como los principios básicos de la química o la
física, no son simplemente asuntos de opinión. Por ejemplo, el análisis que hizo
Einstein de la física no consistió simplemente en la opinión de Einstein, como lo
descubriría el mundo años más tarde en los sucesos de Hiroshima y Nagasaki. Las
reacciones económicas pueden no ser tan espectaculares o trágicas en el día a día,
pero la depresión mundial de la década de 1930 hundió a millones de personas en la
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pobreza incluso en los países ricos, produjo desnutrición en Estados con excedentes
de alimentos y probablemente causó más muertes en el mundo que las que se
produjeron en Hiroshima y Nagasaki. Por otro lado, cuando la India y China —
históricamente, dos de las naciones más pobres del mundo— comenzaron a realizar
cambios fundamentales en sus políticas económicas a finales del siglo XX, sus
economías comenzaron a crecer de forma espectacular. Se estima que cerca de 20
millones de personas en la India salieron de la indigencia en el curso de una década.
En China, el número de personas que vivía con un dólar o menos al día cayó de 374
millones en 1990, un tercio de la población total del país, a 128 millones, en 2004 lo
que equivale apenas al 10 por ciento de una población en crecimiento. En otras
palabras, casi 250 millones de chinos comenzaron a vivir mejor como resultado de un
cambio de política económica.
Son este tipo de cuestiones las que hacen que el estudio de la economía sea tan
importante, y no meramente un asunto de opiniones o emociones. La economía es
una herramienta de análisis, un conjunto de conocimientos comprobables y una serie
de principios derivados de ese conocimiento.
No es necesario siquiera que exista dinero de por medio para que una decisión sea
económica. Cuando un equipo médico militar llega a un campo de batalla con
soldados que tienen diferentes tipos de heridas, se les presenta el problema
económico clásico de cómo asignar recursos escasos con usos alternativos. Casi
nunca hay suficientes médicos, enfermeras o paramédicos, ni suficientes medicinas.
Algunos heridos están cerca de la muerte y tienen pocas posibilidades de sobrevivir,
mientras que otros sí pueden luchar por su vida si es que reciben tratamiento médico
inmediato, u otros inclusive tienen heridas tan leves que muy probablemente se
recuperarán con o sin tratamiento médico inmediato.
Si el equipo médico no asigna su tiempo y medicinas de forma eficiente, algunos
soldados heridos morirán innecesariamente, ya sea porque se dedica tiempo a
soldados que no necesitan ayuda urgente, o se atiende a soldados cuyas heridas son
tan devastadoras que morirán independientemente del tratamiento que reciban.
Estamos ante un problema económico, a pesar de que ni un solo céntimo pase de una
mano a otra.
A la mayoría nos disgusta tener que imaginarnos siquiera en la necesidad de
escoger entre opciones como las mencionadas. Incluso, como vimos antes, algunos
estadounidenses de clase media se angustian ante la necesidad de escoger entre
opciones y soluciones de compromiso mucho menos drásticas. No obstante, la vida
no nos pregunta qué es lo que queremos, sino que nos presenta opciones, y la
economía nos ayuda a conseguir lo máximo posible de esas opciones.

Periodo clásico

Se sitúa en la Grecia antigua, donde pensadores como Jenofonte, Platón y Aristóteles


comenzaron a reflexionar sobre asuntos relacionados con la economía, aunque no desde
una perspectiva sistemática o formal. Sus preocupaciones se centraban en temas como la
gestión de recursos, la administración del hogar (oikos) y cuestiones relacionadas con la
justicia y la organización social.

El orígenes del término "economía", como menciona Huerta de Soto, el término "economía"
deriva de las palabras griegas oikos (casa o patrimonio) y nomos (regla o ley), lo que refleja
su origen como la administración de los recursos del hogar. Este concepto se extendió más
tarde a la administración de recursos en la polis (ciudad-estado).
Pensamiento económico de Jenofonte: Se le atribuye uno de los primeros escritos
económicos conocidos, Oeconomicus, donde trata temas de administración del hogar y
agricultura. Jenofonte se centraba en la gestión eficiente de los recursos familiares.

Platón y la organización social: En obras como La República, Platón se ocupa del diseño
de una sociedad justa y bien organizada. En su visión ideal de la polis, aborda cuestiones
de distribución de riqueza y especialización laboral, aunque desde una perspectiva ética y
política, no económica en el sentido moderno.

Aristóteles y la economía: Aristóteles fue uno de los primeros en reflexionar sobre la


economía con mayor profundidad en Política y Ética a Nicómaco. Introdujo distinciones
importantes, como la diferencia entre economía (gestión del hogar) y crematística (el arte de
hacer dinero). Criticaba la acumulación desmedida de riqueza y defendía un equilibrio
basado en la naturaleza de las necesidades humanas.

Perspectiva moderna sobre el período clásico: Tal como indica Rothbard, estos
pensadores no desarrollaron una metodología económica completa, sino que abordaban el
fenómeno económico de manera fragmentada y filosófica. Sus aportes sentaron las bases
para una reflexión posterior, pero sus análisis no constituían una ciencia económica como la
entendemos hoy.

Pensamiento económico escolástico

Surge en la Edad Media y desarrolla un análisis más riguroso y sistemático sobre temas
económicos, destacándose especialmente en la obra de Santo Tomás de Aquino y la
Escuela de Salamanca.

Santo Tomás de Aquino y la "Summa Teológica": Aquino, en su obra magna, aborda


cuestiones económicas en el contexto de la moral y la ética cristiana. Analiza virtudes y
vicios relacionados con los bienes materiales, como la envidia, la avaricia, y especialmente
el concepto de justicia. Un tema relevante es el precio justo, donde argumenta que una
transacción económica debe ser justa tanto para el comprador como para el vendedor,
basándose en un equilibrio moral y práctico. También trata temas como la usura (cobro de
intereses excesivos), que era vista como inmoral.

Escuela de Salamanca: En el Renacimiento, esta escuela, formada por teólogos y juristas


españoles, profundizó en los temas que Aquino había esbozado, pero con una mayor
orientación hacia la economía práctica. Los escolásticos de Salamanca, como Francisco de
Vitoria, Luis de Molina, Diego de Covarrubias, y Pedro de Olivi, desarrollaron conceptos
como el precio justo, usura y los contratos. Estos pensadores fueron precursores de
muchas ideas económicas modernas, y se les atribuye un temprano entendimiento del valor
subjetivo (que el precio de un bien depende de la valoración individual de las personas) y
las primeras reflexiones sobre el libre mercado y la oferta y demanda.

Contribuciones claves:

Usura: Cuestionaron las prácticas de préstamos con intereses excesivos, pero algunos
autores, como Luis de Molina, defendieron la legitimidad de cobrar intereses moderados,
sentando las bases de la ética financiera. Precio justo: La idea de que los precios deben
reflejar el valor real de los bienes en función de la necesidad, la demanda, y la justicia
social. Contratos: Analizaron los contratos bajo la premisa de justicia, discutiendo cuándo
un contrato era válido o inválido desde un punto de vista moral.

Mercantilismo

Corriente de pensamiento económico que predominó en Europa entre los siglos XVI y XVIII.
Se caracterizó por la creencia de que la riqueza de una nación se medía por la cantidad de
metales preciosos (como oro y plata) que acumulaba, y que el comercio y las manufacturas
eran los únicos medios válidos para generar esa riqueza.

Colbert y la política económica de Luis XIV: Jean-Baptiste Colbert, ministro de economía


de Luis XIV, fue uno de los principales exponentes del mercantilismo. Bajo su dirección,
Francia implementó políticas económicas proteccionistas y restrictivas que favorecían la
acumulación de oro y plata a través del comercio exterior y la producción manufacturera.
Según Alberdi, Colbert veía la riqueza únicamente en el dinero y promovía el comercio y las
manufacturas como las únicas fuentes legítimas de esta riqueza.

Intervención estatal en el mercantilismo: El mercantilismo abogaba por una fuerte


intervención del Estado en la economía. Entre sus principales políticas estaban:

● Control de la moneda: Los gobiernos regulaban el valor y la cantidad de moneda en


circulación, con el objetivo de mantener un superávit comercial y acumular metales
preciosos.
● Unificación de los mercados internos: Los mercantilistas buscaban centralizar y
controlar la economía nacional, eliminando barreras internas para el comercio y
favoreciendo la creación de un mercado unificado dentro del país.
● Aumento de la producción nacional: Se promovían las manufacturas nacionales y se
protegían mediante aranceles altos o prohibiciones a la importación de bienes
extranjeros, fomentando una balanza comercial favorable.
● Restricciones a la libertad individual: El mercantilismo dejaba poco margen para la
autonomía de los individuos en la economía. El Estado intervenía directamente en
las decisiones económicas, desde la regulación de precios hasta la imposición de
políticas comerciales. Esta intervención limitaba la libertad de los comerciantes y
productores, ya que se priorizaban los intereses del Estado sobre las iniciativas
individuales.

Defendía un modelo económico altamente regulado por el Estado, donde la acumulación de


riqueza dependía del control del comercio exterior y la producción nacional, dejando poca
libertad para la acción económica autónoma.

Escuela Clásica

Pensamiento económico que marca el inicio de la economía como una disciplina moderna y
sistematizada. Surgió durante los siglos XVIII y XIX, en un contexto de grandes
transformaciones, como el surgimiento de las primeras universidades modernas y la
consolidación del Estado-nación.
La Escuela Clásica comenzó a desarrollar una visión más cercana a la economía moderna.
Sus aportes sentaron las bases para el análisis económico contemporáneo, abordando
cuestiones fundamentales como el mercado, el crecimiento económico y la asignación de
recursos.

Principales exponentes:

● Adam Smith: Su obra más importante, La riqueza de las naciones (1776), rompió
con las ideas económicas mercantilistas y absolutistas, defendiendo que la actividad
económica libre de los individuos generaba mayor riqueza y bienestar para la
sociedad. Smith introdujo conceptos clave como la división del trabajo, el libre
mercado y el bienestar social. Su idea del "libre intercambio" fue una crítica directa
al intervencionismo estatal del mercantilismo.
● David Ricardo: Se destacó por su teoría del valor-trabajo, que luego influiría en
Karl Marx, y su teoría de las ventajas comparativas, que explica por qué los países
deberían especializarse en la producción de aquellos bienes para los cuales tienen
un costo de oportunidad más bajo, maximizando así el beneficio del comercio
internacional.

Libertad económica y crecimiento: Los clásicos promovieron la libertad económica, es


decir, la ausencia de restricciones gubernamentales en el mercado. Creían que el mercado
libre, impulsado por la competencia, era el mejor mecanismo para asignar eficientemente
los recursos y fomentar el crecimiento económico de las naciones. Esta idea se oponía al
proteccionismo mercantilista.

Leyes naturales de la economía: Una característica común de la Escuela Clásica era su


creencia de que las leyes económicas no eran creadas por los seres humanos, sino que
eran descubiertas, al igual que las leyes de la física o la química. Estas leyes naturales
regían tanto la producción como la distribución de la riqueza, y los economistas tenían el
deber de comprenderlas y aplicarlas.

Producción y distribución: Para los economistas clásicos, la producción y la distribución


eran aspectos interrelacionados de la economía, ambos gobernados por un conjunto de
leyes naturales. Si bien las personas podían modificar ciertos aspectos de la producción o la
distribución, las leyes fundamentales de la economía seguían existiendo más allá de la
intervención humana.

Socialismo

Corriente económica y filosófica se desarrolló en gran parte como una respuesta crítica a la
teoría económica clásica, en particular a la noción del valor-trabajo propuesta por
economistas como Adam Smith y David Ricardo. Esta noción sirvió como base para el
análisis del sistema capitalista, especialmente en la obra de Karl Marx, aunque también fue
explorada por otros pensadores.

Origen teórico: El socialismo moderno tiene sus raíces en los elementos de la teoría
económica clásica, pero la lleva hacia una conclusión muy distinta. La crítica socialista parte
de la idea de que el sistema capitalista genera explotación a través de la propiedad privada
y la acumulación de capital. La obra más influyente en este sentido es El Capital de Marx,
pero otros pensadores como Saint-Simon y Rodbertus también contribuyeron a este cuerpo
teórico.

Control estatal de la economía: Una de las notas distintivas del socialismo es la defensa
de un control total de la economía por parte del Estado. Esto implica que el Estado debe
encargarse de regular los precios, la producción, la distribución y los intercambios en el
mercado, en contraposición a la libre competencia defendida por los clásicos.

Propiedad común vs. propiedad privada: Mientras que el capitalismo se basa en la


propiedad privada de los medios de producción, el socialismo propone un sistema de
propiedad común. Bajo este enfoque, los recursos y los medios de producción no
pertenecen a individuos particulares, sino a la colectividad. Esta idea busca eliminar las
diferencias económicas que surgen de la propiedad privada y la acumulación de riqueza.

Restricción de la libertad individual: El socialismo también aboga por limitar la libertad


individual en lo que respecta a la producción, posesión y distribución de la riqueza, como
señalaba Alberdi. Esto significa que las decisiones económicas no se dejan al libre albedrío
de los individuos o las empresas, sino que son centralizadas y dirigidas por el Estado.

Conceptos clave:

● Explotación: En la teoría marxista, la explotación se refiere a la relación entre el


dueño de los medios de producción (el capitalista) y el trabajador. El capitalista
extrae valor del trabajo del obrero, apropiándose de la diferencia entre el valor
producido y el salario pagado.
● Plusvalía: Es el concepto que describe la explotación del trabajo. Según Marx, la
plusvalía es el valor adicional que genera el trabajador más allá de lo que recibe en
forma de salario. Este excedente es apropiado por el capitalista, lo que constituye la
base de la acumulación de capital en el sistema capitalista.

Impacto actual: Aunque las ideas económicas del socialismo han tenido menos éxito
práctico en el ámbito puramente económico (con varias experiencias fallidas o limitadas), su
influencia es más evidente en el plano filosófico-político. Movimientos políticos y sociales
de izquierda siguen inspirándose en las ideas de igualdad y justicia social que derivan de la
crítica socialista al capitalismo.

Escuela Neoclásica

Surge en el siglo XIX como una respuesta y una evolución frente a las ideas clásicas y
socialistas, aportando un nuevo enfoque en la comprensión del valor y los mercados. Esta
escuela se caracteriza por su análisis matemático de la economía y su enfoque en la
utilidad marginal como clave para entender el valor.

Contexto y exponentes: Los principales fundadores de la corriente neoclásica fueron


William Stanley Jevons, Carl Menger y Léon Walras, quienes realizaron avances
significativos en la teoría económica, especialmente al desarrollar el análisis marginal. Esta
nueva perspectiva cambió la forma en que se entendía la toma de decisiones económicas y
el valor de los bienes.
Análisis marginal y utilidad marginal: Una de las contribuciones más importantes de la
escuela neoclásica fue el concepto de utilidad marginal. En lugar de medir el valor de un
bien a partir del trabajo necesario para producirlo (como en la teoría del valor-trabajo de los
clásicos), los neoclásicos proponían que el valor de un bien está determinado por la
satisfacción adicional o utilidad que una persona obtiene de consumir una unidad
adicional de ese bien. Este enfoque subjetivo del valor marcó un quiebre importante con las
teorías anteriores.

Concepción subjetiva del valor: A diferencia de la teoría clásica y socialista, que veían el
valor de los bienes de forma objetiva (medido por el trabajo), los neoclásicos sostienen que
el valor es subjetivo, es decir, depende de las preferencias y necesidades de los individuos.
Esta idea fue revolucionaria porque introdujo un enfoque más individualista y psicológico
para entender los precios y la toma de decisiones económicas.

Modelos matemáticos: Jevons y Walras fueron pioneros en la matematización de la


economía. Utilizaron ecuaciones y modelos matemáticos para describir fenómenos
económicos como la oferta, la demanda y el equilibrio del mercado. Walras, en particular, es
conocido por su modelo de equilibrio general, que intenta mostrar cómo diferentes
mercados interrelacionados alcanzan el equilibrio al mismo tiempo.

Conceptos clave:

● Competencia perfecta: Uno de los modelos desarrollados por la escuela neoclásica


fue el de la competencia perfecta, en el cual los mercados se caracterizan por una
gran cantidad de oferentes y demandantes, productos homogéneos, y la libre
entrada y salida del mercado. En este tipo de mercado, los precios se ajustan para
equilibrar oferta y demanda, maximizando el bienestar económico.
● Mercados perfectos: Los mercados perfectos son aquellos donde no existen fallos
de mercado y los agentes económicos cuentan con información perfecta y completa.
Este es un ideal teórico que sirve como base para muchos análisis económicos en la
economía neoclásica.

Ruptura con el socialismo: La escuela neoclásica fue clave en superar la concepción


socialista del valor basada en la explotación y el trabajo. Con su enfoque en la utilidad
marginal y la subjetividad del valor, los neoclásicos proporcionaron una alternativa teórica
robusta que desafiaba las nociones marxistas de la explotación capitalista.

Economía mainstream: La economía neoclásica ha sido dominante en el pensamiento


económico desde su desarrollo, influyendo en la creación de la economía mainstream
actual. Muchas de las herramientas y modelos utilizados por los economistas
contemporáneos tienen sus raíces en los conceptos neoclásicos, especialmente la teoría
del consumidor, la teoría de la empresa, y los análisis de mercado.

Escuela Austriaca

Se caracteriza por su enfoque en el análisis de la acción humana y el respeto por los


derechos individuales, a diferencia de otras escuelas que utilizan métodos matemáticos y
modelos de equilibrio para comprender la economía. Los austriacos se enfocan en los
procesos sociales complejos y dinámicos que surgen de las interacciones entre individuos, y
abogan por un análisis más cualitativo y menos cuantitativo de los fenómenos económicos.

Filosofía y enfoque: Los austriacos creen que la economía debe ser entendida como una
ciencia social, y no como una ciencia exacta, alejándose de los modelos matemáticos
rígidos que surgieron en la economía neoclásica. En su lugar, proponen estudiar el
comportamiento humano mediante la praxeología, que es el estudio de la acción humana
como punto de partida para comprender las decisiones económicas.

Individualismo metodológico: Un principio fundamental de la escuela austriaca es el


individualismo metodológico, que sostiene que los fenómenos sociales y económicos
deben ser explicados en función de las acciones y decisiones de los individuos, y no como
el resultado de agregados o colectivos. El individuo es la unidad de análisis principal.

Rechazo a los modelos matemáticos y el equilibrio: Los economistas austriacos


rechazan la noción de que los fenómenos económicos pueden ser comprendidos
completamente a través de modelos matemáticos o teorías del equilibrio, como se hace en
la economía neoclásica. En cambio, se enfocan en los procesos dinámicos y la evolución
de los mercados a través del tiempo, destacando que la economía es un sistema en
constante cambio, impulsado por la incertidumbre y la creatividad humana.

Praxeología: Es el marco teórico central de la Escuela Austriaca, desarrollado


principalmente por Ludwig von Mises. Esta disciplina estudia la acción humana intencional,
argumentando que todos los fenómenos económicos son el resultado de acciones
individuales con fines determinados. A través de este enfoque, los austriacos examinan
cómo los individuos toman decisiones basadas en sus preferencias, conocimiento y
expectativas, sin depender de modelos formales o cuantitativos.

Mercado como proceso: Para los austriacos, el mercado es visto como un proceso
dinámico de descubrimiento, donde los individuos interactúan, intercambian información y
ajustan sus decisiones en función de los cambios en el entorno. Esta visión difiere de la
concepción neoclásica de los mercados como sistemas estáticos que tienden al equilibrio

Derechos individuales y libertad económica: La Escuela Austriaca tiene una fuerte


inclinación hacia el liberalismo clásico y el respeto por la libertad económica. Abogan por
una mínima intervención del Estado en los mercados, y sostienen que el orden espontáneo
que surge de la interacción libre de los individuos es la mejor manera de organizar una
sociedad próspera.

Critica a la intervención estatal: Los austriacos critican las políticas económicas basadas
en la intervención estatal, como el control de precios, la planificación centralizada o la
manipulación de la moneda, argumentando que dichas intervenciones distorsionan el
funcionamiento natural del mercado y generan consecuencias no deseadas.

Aunque en el uso cotidiano se usan indistintamente, valor y precio no son lo mismo.

Cuando preguntas "¿cuánto vale?" algo, como un kilo de pan, la respuesta suele estar en
términos monetarios ($3, por ejemplo). Sin embargo, $3 es el precio, no necesariamente el
valor.
Valor de uso: Es la satisfacción personal o el placer que alguien obtiene al poseer un bien.
Por ejemplo, el valor de uso de una casa es el beneficio que brinda como lugar donde vivir.

Valor de cambio: Es la cantidad de bienes o servicios que puedes obtener a cambio de un


bien. Si intercambias tu casa por otra propiedad o por dinero, eso sería su valor de cambio.

Teorías del valor y el precio:

● La teoría del valor responde a qué determina la satisfacción o utilidad que una
persona obtiene al poseer un bien (valor de uso).
● La teoría del precio responde a qué determina la cantidad de un bien que tienes
que entregar para obtener otro (valor de cambio).

El valor está relacionado con la utilidad subjetiva que un bien tiene para una persona,
mientras que el precio es el valor que se expresa en términos de intercambio en el mercado.

La obra de Aristóteles sienta las bases para una comprensión más ética y justa de la
economía. A través de sus distinciones entre diferentes tipos de valor y su enfoque en la
justicia social, Aristóteles ayuda a integrar las consideraciones económicas en un marco
más amplio de filosofía moral y política. Su pensamiento sigue siendo relevante en la
discusión contemporánea sobre la justicia económica y el papel del Estado en la regulación
de las relaciones económicas.

Aristóteles, al igual que otros filósofos griegos, estaba preocupado por cómo lograr una
sociedad justa. Esto lo llevó a tocar temas económicos, pero siempre en el contexto de la
justicia y el bienestar social.

En su obra Política, Aristóteles distingue entre valor de uso y valor de cambio.

● Valor de uso: Se refiere a la utilidad que un bien proporciona, como el uso de un


zapato para calzar el pie.
● Valor de cambio: Es la capacidad de un bien para ser intercambiado por otros
bienes o dinero. Por ejemplo, un zapato también puede ser cambiado por dinero o
alimentos.

Ejemplo: Aristóteles señala que un zapato tiene dos usos: puede ser utilizado para calzar o
para realizar un intercambio. Este punto subraya la dualidad en la función de los bienes.

En su obra Ética a Nicómaco, Aristóteles examina más a fondo el valor y el precio en el


contexto de la justicia. Propone que las relaciones entre ciudadanos deben regularse por
una "reciprocidad proporcional".

Reciprocidad Proporcional: Sugiere que en las transacciones, lo que se intercambia debe


tener un valor proporcional. Usando un ejemplo, si un arquitecto y un zapatero intercambian
servicios, el valor de lo que cada uno ofrece debe ser equivalente para mantener la justicia
en la relación.

Críticas a los Clásicos


Teoría Objetiva vs. Subjetiva del Valor: Aristóteles se alinea más con la noción objetiva
del valor, donde el valor se determina por la utilidad y no por la percepción individual.

Los economistas clásicos han sido criticados por tener una teoría objetiva del valor, aunque,
al igual que Aristóteles, su enfoque era más sobre el valor de cambio.

Paradoja del Valor: Aristóteles también reflexionó sobre la paradoja del valor, donde los
bienes altamente útiles pueden tener un bajo valor de cambio, mientras que los menos
útiles pueden tener un alto valor de cambio.

Aristóteles defendía la propiedad privada, pero subrayaba que no se debía permitir un uso
y disposición totalmente libres. Creía que el Estado debía regular las relaciones sociales a
través de "buenas leyes" para garantizar una convivencia justa.

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