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Arte Gótico

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ARTE GÓTICO

- Describe las características generales del arte gótico


El arte gótico es un estilo artístico de la Baja Edad Media que nace en Francia en el
S.XII hasta comienzos del S.XVI, coincidiendo con el desarrollo de las ciudades y la
burguesía. Su aceptación no fue igual en toda Europa: tuvo un gran desarrollo en
España e Inglaterra, algo menos en Alemania y prácticamente ninguno en Italia. Así,
este nuevo estilo trata de recrear unos espacios sagrados sustentados en la idea de que
Dios es la luz. Esto se aplicó, sobre todo, en monasterios y catedrales (arquitectura
religiosa) a través de la luminosidad que aportaban los grandes vidrieras, en los que se
representaban escenas de la Biblia. Una de sus características fundamentales es su
altura, pues se empleaban elementos que remarcaban esa verticalidad, como el arco
ojival o apuntado (formado por dos tramos que se unen en un ángulo central en la clave)
o la bóveda de crucería. El gótico también destaca por su valor estético y gran belleza y
por su función didáctica. De este modo, su mensaje se orienta a la representación de un
Dios más cercano y bueno, alejándose del temor que infundía el Románico en los
pecadores. Esto se hizo visible en las artes figurativas, tanto escultura como pintura,
que, con el tiempo, fueron ganando independencia de la arquitectura. Por último,
destacó la arquitectura religiosa y, en las ciudades la civil (ayuntamientos o lonjas).

- Características y evolución de la arquitectura gótica y cambios introducidos


respecto a la románica
El arte gótico es un estilo artístico de la Baja Edad Media que nace en Francia en el
S.XII hasta comienzos del S.XVI, coincidiendo con el desarrollo de las ciudades y la
burguesía. Su aceptación no fue igual en toda Europa: tuvo un gran desarrollo en
España e Inglaterra, algo menos en Alemania y prácticamente ninguno en Italia. Se
distinguen cuatro etapas en el gótico. La primera es el protogótico o gótico preclásico
(segunda mitad del siglo XII), fase que coexiste con la arquitectura románica y se
caracteriza por la austera decoración. Destacan los ejemplos cistercienses como el
deambulatorio de la Abadía de Saint Denis. Después, encontramos el gótico clásico
(primera mitad siglo XIII), en el que los rasgos característicos del estilo se manifiestan
con toda claridad, como el arco apuntado y la verticalidad. Los ejemplos más
destacados son las catedrales francesas de Chartres y Reims. Proseguimos con el gótico
radiante (desde 1230 hasta el siglo XIV), que aumenta los aspectos decorativos, es
decir, los arcos se estilizan, las bóvedas complican su diseño con terceletes y las
tracerías de los ventanales se complican. Por último, apreciamos el gótico flamígero
(siglo XV), que se caracteriza por la importancia de lo decorativo sobre lo estructural
mediante los arcos decorados con motivos vegetales, el uso de curvas y la tracería
ondulada que simulan llamas. El arco más característico es el conopial.
Por otra parte, se pueden apreciar algunas diferencias con el Románico. En primer lugar,
las iglesias románicas son más bajas de altura que las góticas, pues estas últimas
cuentan con elementos que permiten esa verticalidad. Por ello, los arcos de medio punto
se sustituyen por el apuntado, más esbelto, seguro (es más flexible y reparte mejor su
peso) y decorativo. Más tarde, también se introducen el arco lancetado (a partir de
mediados del XIII, más estrecho que el apuntado), el apuntado trebolado (con tracería
en forma de trébol en su interior), y, a partir del siglo XV, arcos decorativos, como el
conopial (de medio punto rebajado, menos resistente)y el carpanel (compuesto por dos
curvas interiores y dos exteriores). Por otra parte, la pesada bóveda de cañón es
reemplazada por la de crucería (conformada por el cruce o intersección de dos bóvedas
de cañón apuntado), cuyo escaso peso recae en el arranque de los cuatro nervios, que lo
llevan al suelo a través de pilares. Una semejanza entre ambos estilos es la presencia de
cúpulas (interior) y cimborrios (exterior) en la zona del crucero, aunque el cimborrio es
más esbelto en el gótico. El gran elemento sustentante gótico son los arbotantes, arcos
exteriores que sirven para transmitir a un contrafuerte el empuje de una bóveda y
contrarrestarlo. Otro elemento característico es el pináculo, elemento con forma de
cono que se sitúa sobre los contrafuertes o en otras zonas del exterior. A diferencia del
Románico, que poseía una planta longitudinal con transepto, en el gótico, dicho
transepto no sobresale mucho (a veces nada, dando lugar a la planta de salón). En
cuanto a las construcciones, el arte románico optó para la edificación de monasterios,
mientras que el gótico se enfocó en catedrales, en donde la elevación representaba el
acercamiento a dios. Además, la arquitectura gótica enfatizó en la ligereza estructural
y la iluminación del interior de los edificios, en contraposición con las características
de la arquitectura románica, maciza y oscura. Por ese motivo, las iglesias románicas
solían ser oscuras, pues tratándose de construcciones bajas y con mucho más muro
para contener el peso total de la edificación, era mucho más complejo poder dotarlas de
luminosidad.
- Explica las características y la evolución de la arquitectura gótica en España

El arte gótico español se desarrolló desde la segunda mitad del S.XII hasta el primer
tercio del S.XVI y se estuvo muy influenciando por Francia. En esta época, los dos
reinos principales eran la Corona de Castilla y la de Aragón, puesto que el Reino de
Navarra estaba al margen y el Reino Nazarí de Granada era musulmán. Al mismo
tiempo, la burguesía forma el sector más activo de la sociedad, por lo que su actividad
comercial conlleva a un arte más pragmático.

Los elementos esenciales de la arquitectura gótica son el arco apuntado y la bóveda de


crucería (conformada por el cruce o intersección de dos bóvedas de cañón apuntado),
cuyo escaso peso recae sobre el arranque de los cuatro nervios, que lo llevan al suelo a
través de pilares. Esto permite sustituir los muros macizos del Románico por unos
amplios ventanales con vidrieras, que aportan mayor luminosidad. Los empujes son
trasladados por medio de arbotantes a los contrafuertes exteriores que rematan en
pináculos. Por otra parte, los elementos decorativos son muy variados: tracerías,
rosetones, gabletes, esculturas, vidrieras o gárgolas. La planta de la catedral gótica
sigue la disposición románica aunque aumentan las naves (3,5 ó 7). La fachada se divide
en tantas zonas verticales como naves, generalmente tres, y en tres fajas horizontales.
Este sistema constructivo permite sustituir la horizontalidad del románico por una
verticalidad. En lo referente a los ventanales con vidrieras, estos distribuyen la luz en el
interior terminando con la penumbra románica y creando un espacio idealizado.

El gótico español presenta 4 fases. La primera es el gótico de transición (finales S.XII),


que llega por influencia francesa a Cataluña y se caracteriza por los arcos apuntados y
las bóvedas de crucería. Después, entraría el gótico clásico (S.XIII), fase de apogeo y la
más pura, siendo su principal foco Castilla (destacan la catedral de Brugos y la de
León). Proseguimos con el gótico del S.XIV, el cual, debido a la crisis de Castilla, se
consolidó en la Corona de Aragón. Esta es una etapa más decorativa (excepto las
catedrales levantinas) y se caracteriza por la planta de salón y la escasez de
ornamentación escultórica. Por último, encontramos el gótico flamígero (S.XV y XVI),
un periodo muy decorativo que emplea el arco conopial, las bóvedas de crucería y
ventanales curvilíneos. En España se funden las formas de este gótico con las mudéjares
dando lugar al estilo Isabelino, que desarrolla en dos focos fundamentales: en Toledo y
en Burgos.
- Características y evolución de la escultura gótica y diferencias con la románica
En el periodo gótico, la escultura se independiza de la arquitectura, por lo que
sobresalen las esculturas exentas (vírgenes y calvarios) y funeraria (sepulcros), que
solían policromarse. También continua teniendo un carácter narrativo y didáctico con
un predominio de temas religiosos, como el Juicio Final o la vida de Santos. Sin
embargo, en el S.XV, aparecen escenas paganas (temas eróticos y obscenos). Una
diferencia con el Románico, sería que la escultura gótica presenta mayor realismo, ya
que se abandona la esquematización y se humanizan las figuras, dotándolas de
expresividad. A su vez, el relieve es plano en sus orígenes, pero en el S.XV se
conforman paisajes, dando lugar a la preocupación por representar volúmenes y
perspectiva. Además, se tiende a las figuras esbeltas de lo normal, que describen
curvas y contracurvas dotando de un magnífico tratamiento a los ropajes. Otro cambio
respecto al Románico, sería que en el parteluz de las portadas góticas se sustituye la
escultura del obispo por la de una figura amable que da la bienvenida, simbolizando la
entrada al paraíso. Dichas figuras se apoyaban en ménsulas (elemento que sustenta
algo, sobresaliendo del plano vertical) y se cubren con doseletes (techo de tamaño
normalmente reducido que se coloca como elemento ornamental sobre estatuas
adosadas a una fachada o sepulcro). Sin embargo, ambos coinciden en que la escena
principal de las portadas se encuentra en el tímpano, que se completa con las esculturas
de las arquivoltas, cuyas esculturas se disponen de forma radial, a diferencia de las
románicas. Por otra parte, los dos motivos iconográficos principales del románico
(Cristo y la Virgen), sufren modificaciones en este nuevo estilo. De este modo, se
sustituye el Cristo terrible por uno más humanizado y en su función de predicador, que
sufre como un hombre normal. En el caso de la Virgen, esta adopta la forma de madre
alegre y cariñosa, encontrándonos leves sonrisas en su rostro. También puede aparecer
de pie o sentada con el Niño en su rodilla o brazo izquierdo y, desde mediados del
S.XIII, su cabeza se cubre con una toca y corona. De igual manera, el hieratismo
románico deja paso al naturalismo debido a una espiritualidad más humanizada.
La escultura gótica se divide en tres etapas: gótico clásico (S.XIII), que busca la belleza
del naturalismo idealizado; gótico del S.XIV, en el cual se advierte la estilización de las
figuras con posturas curvas; y gótico del S.XV, en el que predominan las esculturas de
reyes, aristócratas y burgueses.
- Innovaciones de la pintura de Giotto y del Trecento italiano con la pintura
románica y bizantina
En el Trecento italiano (S.XIV) encontramos dos importantes escuelas: la de Siena,
destacando Duccio y Simone Martini; y la de Florencia, la más importante, en la que se
situa a Giotto. Este fue considerado el iniciador de la pintura moderna, pues adquiere un
mejor estudio anatómico y de la luz, la representación de sentimientos, inicios de
perspectiva (utilizando el paisaje como fondo, a diferencia de los fondos dorados
bizantinos) y figuras con volumen. A su vez, se abandona la frontalidad y la perspectiva
jerárquica de los estilos anteriores para reflejar naturalismo en sus obras. Además, se
consigue individualizar los rostros de los personajes humanizándolos. Por otra parte,
con este periodo estilístico las figuras se disponen en planos sucesivos y se recrea la
sensación de profundidad. De la misma forma, se recupera el volumen de las figuras
mediante los claroscuros, siendo el color la herramienta fundamental para formar el
volumen. Asimismo, se establece comunicación entre los personajes, por lo que las
obras muestran sentimientos y movimiento. Con el tiempo, la pintura será más
narrativa, detallista y anecdótica. En ella destaca la temática religiosa, pero también
aparecerá pintura de temas civiles, cortesanos e, incluso, en el S.XV, cotidianos propios
de la burguesía. Por otro lado, la pintura mural y fresco perderán importancia por la
desaparición de los muros y el desarrollo de las vidrieras, salvo en lugares como Italia.
De este modo, los frescos serán más habituales en edificios civiles o en conventos de las
nuevas órdenes mendicantes. Por esto mismo, cada vez será más importante la pintura
al temple sobre tabla, especialmente los retablos. Así, el empleo de nuevos colores y
pinceles irán confiriendo a esta pintura de mayor colorido, brillo y detallismo.
- Innovaciones de la pintura flamenca del siglo XV y cita algunas obras de sus
principales representantes

En la Italia del S.XV se desarrollaba ya el Renacimiento, mientras que en los Países


Bajos tenía lugar la escuela de los primitivos flamencos. Esta era una zona dominada
por burgueses pudientes que se dedicaban al comercio, quienes pagarán y
protagonizarán esta pintura. Su principal característica es el perfeccionamiento de la
técnica del óleo sobre tabla, muy conocida, pero poco utilizada por su largo tiempo de
secado. De este modo, Jan van Eyck aplicó sustancias que aceleraban dicho proceso y se
convirtió en la técnica por excelencia de los pintores. Esto permitió un mayor
detallismo y minuciosidad en las obras, que solían ser de reducidas dimensiones, pues
se realizaban para hogares burgueses. Además, poseía un carácter civil, reduciendo los
temas religiosos a los trípticos o la Virgen con donante, que paga para ser retratado
junto a ella. A su vez, la mayoría de las pinturas eran retratos, lo que se exigía bastante
más realismo y naturalismo. Esta pintura también destaca por los fondos paisajísticos
o arquitectónicos, los colores ricos y variados, aunque planos, y cierto arcaísmo en el
tratamiento de las telas. Pasando a los autores, en el primer tercio del S.XV, destaca Jan
Vack Eyck, pintor muy detallista, que representa ambientes con luz suave y
perspectiva. Sus obras más reconocidas son El matrimonio de Arnolfini y Políptico del
Cordero Místico. En el segundo tercio del S.XV, encontramos a Robert Campín,
conocido como “el maestro de Flemalle”. Sus cuadros más importantes son las dos
tablas de “San Juan Bautista y Heinrich Werl” y “Santa Bárbara”, que son en realidad
los paneles laterales del “Triptico Werl”, hoy perdido. En este mismo momento,
también sobresale Van Der Weyden, discípulo de Campín. Este centraba sus retratos en
reflejar la posición social del retratado, más que en destacar detalles de su anatomía,
como hacía Jan Van Eyck. Por ello, sus retratos aparecen ligeramente idealizados. Su
obra principal es el Descendimiento. Por último, a finales del S.XV, aparece el Bosco,
quien está considerado como uno de los pintores más imaginativos y enigmáticos de la
Historia del Arte, aún no completamente interpretado. A través de sus obras, nos
muestra con una gran imaginación, el mundo a través de la farsa, la caricatura y la
ironía. Su obra más importante es El jardín de las delicias.

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