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Anatomia Tipo de Hueso

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Introducción

Si fueras un organismo unicelular y vivieras en un lugar rico en nutrientes,


mantenerse con vida sería bastante sencillo. Por ejemplo, si fueras una ameba
que vive en un estanque, podrías absorber nutrientes directamente de tu entorno.
El oxígeno que necesitarías para tu metabolismo se podría difundir a través de tu
membrana celular y el dióxido de carbono y otros desechos podrían difundirse
hacia el exterior. Cuando llegara el momento de reproducirse, ¡simplemente
podrías dividirte a ti mismo en dos!

Sin embargo, lo más probable es que no seas una ameba y las cosas no son tan
simples para los grandes organismos multicelulares como los seres humanos. Tu
complejo cuerpo tiene más de 30 billones de células y la mayoría de estas células
no están en contacto directo con el ambiente externo.

Una célula en las profundidades de tu cuerpo en uno de tus huesos, por ejemplo,
o en tu hígado no puede obtener los nutrientes y el oxígeno que necesita
directamente del ambiente.

¿Cómo es entonces que el cuerpo alimenta a sus células y se mantiene a sí


mismo en funcionamiento? Veamos más de cerca cómo la organización de tu
increíble cuerpo hace esto posible.

Los organismos multicelulares necesitan sistemas especializados

La mayoría de las células de los grandes organismos multicelulares no


intercambian sustancias directamente con el ambiente externo, por el contrario,
están rodeadas por un ambiente interno de líquido extracelular—literalmente,
líquido fuera de las células. Las células obtienen oxígeno y nutrientes del líquido
extracelular y liberan productos de desecho en él. Los seres humanos y otros
organismos complejos tienen sistemas especializados que cuidan el ambiente
interno, y lo mantienen constante y capaz de satisfacer las necesidades de las
células.

Diferentes sistemas del cuerpo realizan funciones distintas. Por ejemplo, tu


sistema digestivo es responsable de tomar y procesar los alimentos, mientras que
tu sistema respiratorio —que trabaja con el sistema circulatorio— es responsable
de tomar oxígeno y eliminar dióxido de carbono. Los sistemas musculares y
esqueléticos son cruciales para el movimiento, el sistema reproductor se encarga
de la reproducción y el sistema excretor elimina desechos metabólicos.

Debido a su especialización, los diferentes sistemas dependen unos de otros.


Cada una de las células que componen los sistemas digestivo, muscular,
esquelético, reproductivo y excretor necesitan oxígeno del sistema respiratorio
para funcionar y las células del sistema respiratorio como todos los otros sistemas
necesitan nutrientes y deben deshacerse de desechos metabólicos. Todos los
sistemas del cuerpo trabajan juntos para mantener al organismo funcionando.
Todos los organismos vivos se componen de una o más células. Los organismos
unicelulares, como las amebas, se componen solo de una célula. Los organismos
multicelulares como las personas están conformados de muchas células. Las
células se consideran la unidad fundamental de la vida.

Las células en organismos multicelulares complejos como las personas se


organizan en tejidos, grupos de células similares que trabajan juntas en una tarea
específica. Los órganos son estructuras compuestas de dos o más tejidos que se
organizan para desempeñar una función particular; grupos de órganos con
funciones relacionadas conforman los diferentes sistemas de órganos.

En cada nivel de organización —células, tejidos, órganos y sistemas de órganos—


, la estructura está estrechamente relacionada con la función. Por ejemplo, las
células del intestino delgado que absorben nutrientes se ven muy diferentes a las
células musculares necesarias para el movimiento del cuerpo. La estructura del
corazón refleja su función de bombear sangre hacia todo el cuerpo, mientras que
la estructura de los pulmones maximiza la eficiencia con la que pueden tomar
oxígeno y liberar dióxido de carbono.

Tipos de tejidos
Como vimos anteriormente, cada órgano se compone de dos o más tejidos,
grupos de células similares que trabajan juntos para realizar una tarea específica.
Los seres humanos —y otros animales multicelulares grandes— se componen de

cuatro tipos de tejido básicos: tejido epitelial, tejido conectivo, tejido muscular y
tejido nervioso.

Tejido epitelial

El tejido epitelial se compone de láminas apretadas de células que recubren las


superficies, incluyendo el exterior del cuerpo, y recubren las cavidades del cuerpo.
Por ejemplo, la capa externa de la piel es un tejido epitelial, al igual que el
revestimiento del intestino delgado.

Las células epiteliales están polarizadas, lo que significa que tienen un lado
superior y uno inferior. El lado apical, superior, de una célula epitelial da hacia el
interior de una cavidad o el exterior de una estructura y generalmente está
expuesta a líquido o aire. El lado basal, inferior, da hacia las células subyacentes.
Por ejemplo, el lado apical de las células intestinales tiene estructuras en forma de
dedos que aumentan la superficie con la que absorben nutrientes.
Tejido conectivo

El tejido conectivo consiste en células suspendidas en una matriz extracelular. En


la mayoría de los casos, la matriz se compone de fibras de proteína como el
colágeno y la fibrina en una sustancia base sólida,
líquida o gelatinosa. El tejido conectivo soporta y,
como su nombre indica, conecta otros tejidos.

El tejido conectivo laxo, que se muestra más


adelante, es el tipo más común de tejido conectivo.
Se encuentra por todo tu cuerpo y soporta órganos y
vasos sanguíneos, además de unir los tejidos epiteliales de los músculos
subyacentes. El tejido conectivo denso o fibroso, se encuentra en tendones y
ligamentos, los cuales conectan músculos con huesos y huesos con otros huesos,
respectivamente.

Tejido nervioso

El tejido nervioso participa en la detección de estímulos —señales externas o


internas— y el procesamiento y transmisión de información. Este tejido consiste
principalmente en dos tipos de células: las neuronas, o células nerviosas, y la glia.

Las neuronas son la unidad funcional básica del sistema nervioso. Generan
señales eléctricas llamadas impulsos nerviosos o potenciales de acción que les
permite a las neuronas transmitir información muy rápidamente a largas
distancias. La función principal de la glia es apoyar la función neuronal.
Órganos

Los órganos, como el corazón, los pulmones, el estómago, los riñones, la piel y el
hígado, se componen de dos o más tipos de tejidos que se organizan para
desempeñar una función particular. Por ejemplo, el corazón bombea la sangre, los
pulmones captan oxígeno y eliminan dióxido de carbono, y la piel proporciona una
barrera que protege las estructuras internas del ambiente externo.

La mayoría de los órganos contiene todos los cuatro tipos de tejido. Las paredes
en capas del intestino delgado proporcionan un buen ejemplo de cómo los tejidos
forman un órgano. El interior del intestino está revestido por células epiteliales,
algunas de las cuales secretan hormonas o enzimas digestivas y otras absorben
nutrientes. Alrededor de la capa epitelial hay capas de tejido conectivo y músculo
liso, infiltradas por glándulas, vasos sanguíneos y neuronas. El músculo liso se

contrae para mover los alimentos a través del intestino, controlado por sus redes
de neuronas asociadas.
Buscar los órganos del sistema nerviosos

El sistema nervioso es fundamental para desarrollar nuestras acciones del día a


día y permitir a diferentes órganos y estructuras de nuestro cuerpo llevar a cabo
sus tareas. Por ello, es importante conocer la composición y funciones del sistema
nervioso.

El sistema nervioso es un complejo conjunto de células encargadas de dirigir,


supervisar y controlar todas las funciones y actividades de nuestros órganos y
organismo en general.

Gran parte de los seres vivos, así como los seres humanos, poseen sistemas
nerviosos. Sin embargo, hay organismos que no lo poseen, como por ejemplo los
protozoos y los poríferos.

El sistema nervioso está compuesto por una red de neuronas cuya característica
principal es generar, modular y transmitir información entre las diferentes partes
del cuerpo humano. Esta propiedad habilita muchas funciones importantes del
sistema nervioso, como la regulación de funciones vitales del cuerpo (latidos del
corazón, respiración, digestión), sensación y movimientos corporales. En
definitiva, las estructuras del sistema nervioso presiden todo lo que nos hace
humanos; nuestra conciencia, cognición, comportamiento y recuerdos.

Los órganos se agrupan en sistemas de órganos, en los que trabajan juntos para
desempeñar una función en particular para el organismo.

Por ejemplo, el corazón y los vasos sanguíneos constituyen el sistema


cardiovascular. Estos órganos trabajan en conjunto para hacer circular la sangre,
transportando oxígeno y nutrientes a las células de todo el cuerpo y retirando
dióxido de carbono y desechos metabólicos. Otro ejemplo es el sistema
respiratorio, que lleva oxígeno al cuerpo y elimina el dióxido de carbono. Este
incluye la nariz, la boca, la faringe, la laringe, la tráquea y los pulmones.

El sistema nervioso consta de dos divisiones:


Sistema Nervioso Central

El sistema nervioso central engloba el encéfalo, que a su vez contiene el cerebro,


el cerebelo y el bulbo raquídeo, junto con la médula espinal.

Esta sección es la encargada de procesar los estímulos que recibimos, coordinar


los movimientos de nuestro cuerpo, permitir nuestro aprendizaje y dictaminar las
acciones de otros órganos internos.

Sistema Nervioso Periférico

Por otro lado, encontramos el sistema nervioso periférico que se encuentra


compuesto por todos los nervios que recorren nuestro cuerpo y que, a su vez, se
pueden clasificar en nervios craneales y nervios espinales.

Los nervios craneales se ubican en la cabeza y están conectados con el cerebro,


encargándose de toda la información relativa a nuestra cara, cuello y sentidos
principales. Contamos con un total de 12 pares de nervios craneales.

Por otro lado, disponemos de 31 pares de nervios espinales que se conectan con
la médula espinal y tratan la información del tronco y las extremidades.
Funciones del sistema nervioso

El sistema nervioso tiene como función principal coordinar al cuerpo humano. De


este modo, será el encargado de recibir los estímulos tanto internos como
externos para, a continuación, procesar la información recibida y generar la
respuesta más acertada a dicho estímulo.

El sistema nervioso conecta nuestro cuerpo con el cerebro y también es el


responsable de nuestros pensamientos, nuestra memoria, nuestras ideas,
nuestros razonamientos y nuestras emociones.

Es considerado uno de los sistemas más importantes y complejos por regular el


funcionamiento de otros sistemas y órganos. Así, desempeña un papel clave en
nuestra salud, nuestro bienestar y nuestra capacidad para vivir con una buena
calidad de vida.

Clasificación de los órganos

Puntos más importantes

Los seres humanos —y otros organismos multicelulares complejos— tienen


sistemas de órganos que trabajan en conjunto para realizar los procesos que nos
mantienen vivos.
El cuerpo tiene niveles de organización que se construyen unos sobre otros. Las
células constituyen tejidos, los tejidos constituyen órganos y los órganos
constituyen sistemas de órganos.

La función de un sistema de órganos depende de la actividad integrada de sus


órganos. Por ejemplo, los órganos del sistema digestivo cooperan para procesar
alimentos.

La supervivencia del organismo depende de la actividad integrada de todos los


sistemas de órganos, con frecuencia coordinada por los sistemas endocrino y
nervioso.

Función que tienen

El sistema nervioso tiene la función de relación, ya que, como la palabra indica,


relaciona las funciones y los estímulos de las diferentes partes del cuerpo a través
de este sistema central.
De esta manera, es posible que los seres humanos y otros animales puedan
coordinar sus movimientos o respuestas tanto conscientes como reflejas.

El sistema nervioso tiene como función principal coordinar al cuerpo humano. De


este modo, será el encargado de recibir los estímulos tanto internos como
externos para, a continuación, procesar la información recibida y generar la
respuesta más acertada a dicho estímulo.

El sistema nervioso conecta nuestro cuerpo con el cerebro y también es el


responsable de nuestros pensamientos, nuestra memoria, nuestras ideas,
nuestros razonamientos y nuestras emociones.

Es considerado uno de los sistemas más importantes y complejos por regular el


funcionamiento de otros sistemas y órganos. Así, desempeña un papel clave en
nuestra salud, nuestro bienestar y nuestra capacidad para vivir con una buena
calidad de vida.

Aunque cada órgano del cuerpo realiza sus funciones específicas, los órganos
también funcionan juntos por grupos, a los que se denomina sistemas orgánicos
(ver Principales sistemas orgánicos). Los médicos clasifican las enfermedades y
sus propias especialidades médicas de acuerdo a los diferentes sistemas
orgánicos.

Algunos ejemplos de sistemas orgánicos y sus funciones son el aparato digestivo,


el sistema cardiovascular y el sistema musculoesquelético.

Anatomía y fisiología

La anatomía y fisiología son campos de estudio estrechamente relacionados en


donde la primera hace hincapié en el conocimiento de la forma mientras que la
segunda pone interés en el estudio de la función de cada parte del cuerpo, siendo
ambas áreas de vital importancia en el conocimiento médico general.
Referencias Bibliográficas

https://es.khanacademy.org/science/biology/principles-of-physiology/body-
structure-and-homeostasis/a/tissues-organs-organ-systems

http://www.untumbes.edu.pe/vcs/biblioteca/document/varioslibros/0560.%20Anato
mia%20y%20fisiologia%20del%20cuerpo%20humano.pdf

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