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Historia de España (Tema 1 Prehistoria)

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La hispania romana

1. Introducción. Cronología de la Conquista (218 a.C. – 19 a.C.)

La conquista de la Península Ibérica por Roma se desarrolló durante un período de


aproximadamente dos siglos, desde la Segunda Guerra Púnica (218 a.C.) hasta las
Guerras Cántabras (29 a.C. – 19 a.C.). Este proceso fue lento y complejo, marcado por
múltiples fases de conflictos, resistencia indígena y estrategias políticas y militares
que permitieron a Roma consolidar su control sobre la península, estableciendo las
bases para su futura provincia de Hispania.

2. Primeros Contactos de la Península con Roma

2.1. Introducción. La ciudad de Cartago

Cartago, una rica ciudad fenicia situada en el norte de África (actual Túnez), se
convirtió en una potencia marítima y comercial a partir del siglo IX a.C. Su expansión
por el Mediterráneo occidental la llevó a controlar gran parte de las rutas comerciales
donde implantará ciudades base para organizar y tener bajo su mando el total de la
ruta comercial, incluida la Península Ibérica. Este control se convertiría en uno de los
detonantes de su enfrentamiento con Roma, quien paralelamente crecía como un
incendio y aspiraba a la hegemonía imperial.

2.2. El imperio comercial cartaginés

El imperio cartaginés estaba basado en el comercio marítimo y la explotación de los


recursos de territorios como Sicilia, Cerdeña y la Península Ibérica. Cartago creó
colonias y centros de explotación minera en la península, como Gadir (Cádiz), cartago
nova que se convirtieron en puntos clave de su red comercial.

2.3. La rivalidad Cartago-Roma

La rivalidad entre Cartago y Roma fue inevitable, dado que ambas potencias querían
expandir su influencia en el Mediterráneo.
Para ello Roma la principal interesada en hacerse con la red comercial y los recursos
cartagineses inició un proceso de propaganda de guerra para crear una esfera de odio
entre romanos y cartagineses. ¿Como lo hicieron? Con propaganda de guerra, narrativa
histórica como mitos, leyendas e historias.

Roma era el gran imperio y Cartago un obstáculo en el camino.

• 2.3.1. La expansión de Roma por Italia: Durante los siglos IV y III a.C., Roma
logró consolidar su dominio sobre Italia, sometiendo a etruscos, samnitas y
otras tribus itálicas. Esto la situó en una posición privilegiada para confrontar a
Cartago.
• 2.3.2. La Primera Guerra Púnica (264 a.C. – 241 a.C.): Fue el primer gran
conflicto entre Roma y Cartago a causa de los intereses opuestos entre roma y
Cartago, la alianza entre griegos y cartagineses es el pretexto perfecto para
iniciar el conflicto, principalmente por el control de Sicilia. Terminó con la
derrota cartaginesa y la pérdida de importantes territorios insulares.
Al final roma se hace con Córcega, Sicilia y Cerdeña

2.4. Expansión de Cartago por la Península Ibérica (237 a. C. – 218 a. C.)

Después de la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago, bajo el liderazgo de la


familia Bárcida (Amílcar, Asdrúbal y Aníbal), expandió su poder en la Península Ibérica
para compensar las pérdidas territoriales en el Mediterráneo. Fundaron nuevas
ciudades como Cartago Nova (Cartagena) y comenzaron a explotar sus ricos recursos
minerales.

Roma viendo el nuevo resurgimiento de Cartago, comenzó de nuevo con la propaganda


de guerra e intentando dejar a cartagineses como bestias barbaras esperaron la
oportunidad perfecta para declarar de nuevo la guerra.

Llegó la escusa perfecta para romper el acuerdo entre romanos y cartagineses cuando
anibal demuestra que también tenía una clara intención de vengarse de roma,
intentando coger desprevenido al imperio romano con elefantes y miles de tropas.
Cruzando los alpes y los pirineos.

2.5. La Segunda Guerra Púnica en la Península Ibérica (218 a.C. – 205 a.C.)

• 2.5.1. El asedio de Sagunto (219 a.C. – 218 a.C.): La toma de Sagunto, ciudad
aliada de Roma, por parte de Aníbal fue el detonante de la Segunda Guerra
Púnica. Este evento fue crucial para arrastrar a Roma a un nuevo conflicto.
• 2.5.2. La estrategia de Roma y Cartago: Aníbal emprendió una audaz campaña
invadiendo Italia por los Alpes, mientras Roma decidió atacar el flanco
cartaginés en la Península Ibérica para cortar su suministro de tropas y
recursos.
• 2.5.3. Campañas romanas en la Península Ibérica contra Cartago: El general
romano Publio Cornelio Escipión, conocido como Escipión el Africano,
condujo una exitosa campaña en la península, tomando Cartago Nova y
finalmente derrotando a las fuerzas cartaginesas.
• 2.5.4. La campaña de Zama y fin de Cartago: La derrota final de Cartago llegó
con la batalla de Zama (202 a.C.), en la que Escipión venció a Aníbal, poniendo
fin al poder cartaginés y consolidando el control romano sobre la Península
Ibérica.

2.6. La Conquista Romana de la Península (206 a.C. – 19 a.C.)

• 2.6.1. Las fases de la conquista: Después de la Segunda Guerra Púnica, Roma


comenzó una serie de campañas para subyugar las distintas tribus de la
península. Este proceso fue largo y difícil, con varias etapas de resistencia.
• 2.6.2. Guerras Celtíberas (193 a.C. – 133 a.C.): Estas fueron un conjunto de
conflictos entre Roma y las tribus celtíberas, que se resistieron ferozmente a la
dominación romana. Destacan dos episodios:
o Las guerras de Viriato: Viriato, un líder lusitano, dirigió una exitosa
resistencia contra los romanos durante varios años, empleando tácticas
de guerrilla. Fue traicionado y asesinado en 139 a.C., lo que marcó el
declive de la resistencia lusitana.
o La batalla de Numancia: La ciudad de Numancia, situada en la actual
Soria, se convirtió en un símbolo de resistencia frente a Roma. Tras un
largo asedio, los numantinos, agotados y sin esperanzas, optaron por el
suicidio colectivo antes que rendirse en 133 a.C.
• 2.6.3. Las guerras civiles romanas en Hispania: Hispania fue un campo de
batalla durante las guerras civiles que enfrentaron a facciones rivales dentro de
Roma, como los seguidores de Julio César y Pompeyo. Las campañas de César
en la península contribuyeron a su ascenso al poder.
• 2.6.4. Las guerras cántabras (29 a.C. – 19 a.C.): Fueron los últimos conflictos
de la conquista romana en Hispania, en los que las tribus del norte,
principalmente cántabros y astures, fueron sometidas por el emperador
Augusto. La victoria romana consolidó definitivamente el control de la
península bajo Roma.
Conclusión

La conquista de la Península Ibérica por Roma fue un proceso largo y complejo,


marcado por enfrentamientos con potencias extranjeras como Cartago, y por la feroz
resistencia de las tribus indígenas. Sin embargo, el poder militar y la estrategia romana,
junto con su capacidad para integrar y organizar los territorios conquistados,
permitieron que la península se convirtiera en una parte vital del Imperio Romano,
sentando las bases para su desarrollo cultural y político durante siglos posteriores.

3. La Organización de Hispania y la Romanización


¿Qué ventajas trajo? ¿Qué consecuencias tuvo?

La conquista romana de la Península Ibérica no solo supuso la dominación militar, sino


que trajo consigo un proceso de integración cultural, política y social que transformó
profundamente a las comunidades indígenas, creando una nueva identidad: la
sociedad hispanorromana. Este fenómeno, conocido como romanización, abarcó
varios aspectos clave de la vida peninsular.

3.1. Las Primeras Consecuencias: La Homogenización del Territorio y el Nombre de


Hispania

Tras la conquista, Roma comenzó a reorganizar la península, dividiendo su territorio en


provincias y fomentando una identidad común bajo el nombre de Hispania. Aunque las
poblaciones locales eran culturalmente diversas, la dominación romana creó una
cierta homogeneización territorial al imponer sus estructuras políticas y
administrativas.

Los grandes avances tecnológicos que traía roma, la construcción de ciudades tras los
terrenos conquistados y la imposición de idioma, costumbres y cultura trajeron un
periodo de paz romana entre (27.AC-192 DC)

La explotación económica de estos territorios fue una de las mas notables


consecuencias de la hegemonía romana junto a la explotación de la agricultura.

Nuevas formas de minería como las Médulas a cielo abierto, minas a cielo abierto en la
que abrían montañas por la mitad gracias al uso del agua y los grandes cultivos de vid,
cereal, y olivos.
3.2. Las Diferentes Divisiones Territoriales

Inicialmente, Hispania se dividió en dos provincias: Hispania Citerior y Hispania


Ulterior. A medida que Roma consolidaba su poder, la península se reorganizó en otras
divisiones, como Baetica, Lusitania, y Tarraconense. Esta división territorial facilitó el
control administrativo y militar sobre una región tan vasta y diversa.

3.3. Explotación Económica de Hispania por Roma

Roma explotó intensamente los recursos de Hispania, que se convirtió en una de las
provincias más ricas del imperio. Los romanos extrajeron minerales como oro, plata y
cobre de las minas, especialmente en lugares como Las Médulas. Además, Hispania
se convirtió en un importante productor de aceite de oliva, vino y trigo, exportados a
todo el imperio. Esta explotación se realizaba a través de sistemas fiscales rigurosos y
del control de las vías comerciales.

3.4. El Proceso de Romanización. La Sociedad Hispanorromana

3.4.1. La Formación del Pueblo Hispanorromano

La romanización fue un proceso de asimilación cultural, por el cual las poblaciones


indígenas adoptaron progresivamente las costumbres, leyes y lengua romanas. Con el
tiempo, surgió una nueva sociedad híbrida: los hispanorromanos, quienes
combinaban tradiciones locales con los modos de vida romanos.

3.4.2. Organización Social

• División jurídica: La sociedad hispanorromana estaba estructurada de manera


jerárquica, con una clara división entre ciudadanos romanos, latinos
(ciudadanía parcial) y peregrina (extranjeros).
• División política: Las elites locales que adoptaron la cultura romana formaron
parte de la administración del imperio, integrándose en el senado y otros cargos
administrativos. Y aunque era una sociedad multicultural debido a su gran
capacidad de unificación la sociedad se dividia en tres
-Libres: Personas de derecho (ciudadanos dependiendo del poder adquisitivo,
Patricios y plebellos)
-Esclavos: objetos (No ciudadanos, ausencia de derechos como la libertad de
movimiento)
-Libertos: casi personas (No ciudadanos)
Veremos más adelante que la dependencia de roma por los esclavos traerá
consigo la continua degradación del imperio.
También habría que destacar la distinción entre ciudadanos y no ciudadanos
• División económica: La península contaba con una estructura económica
dominada por las grandes villae (fincas agrícolas) y las minas, donde
trabajaban esclavos y mano de obra libre.
• Situación de la mujer: Aunque la mujer en Hispania tenía un papel
tradicionalmente subordinado, la romanización permitió algunas mejoras,
especialmente para las mujeres de las élites, que podían tener cierta autonomía
en la gestión de propiedades. Pero las esclavas se llevaron sin duda alguna la
peor parte, además de ser objetos; eran objetos sexuales.

3.4.3. El Proceso Urbanizador

• Causas de la creación de ciudades: Las ciudades romanas (o municipia)


surgieron tanto por motivos estratégicos (control territorial) como económicos
(centros de comercio y producción).
• Esquema de una ciudad romana: Las ciudades seguían un esquema
rectangular con calles ortogonales, un foro en el centro, templos y mercados.
También incluían termas, anfiteatros y acueductos.
• Grandes obras públicas: La romanización trajo consigo la construcción de
monumentales obras públicas, como el acueducto de Segovia, los teatros y
los puentes, que aún hoy son muestra de la avanzada ingeniería romana.
Pan y circo, gladiadores, batallas navales, musicales, obras de teatro.

3.4.4. La Imposición del Latín

El latín se impuso como lengua oficial y común, desplazando progresivamente las


lenguas autóctonas. Con el tiempo, el latín evolucionó en Hispania, dando lugar a las
lenguas romances, como el castellano. La lengua fue un factor esencial en la
consolidación de la cultura romana.

3.4.5. El Proceso Cristianizador

Con el Edicto de Milán (313 d.C.), el cristianismo fue legalizado, y pronto comenzó a
extenderse por Hispania. Aunque inicialmente las comunidades cristianas eran
pequeñas, el proceso de cristianización avanzó rápidamente en los siglos siguientes,
con la construcción de iglesias y la conversión de las elites.
3.4.6. La Cultura Romana en Hispania

Hispania no solo fue receptora de la cultura romana, sino que también contribuyó a
ella. Grandes figuras como Séneca y los emperadores Trajano y Adriano nacieron en
Hispania. El arte, la literatura y la filosofía romana influyeron profundamente en la vida
cultural hispanorromana, dejando un legado que perduró mucho después de la caída
del Imperio.

La cuasi globalización del latín, la continua retroalimentación de las religiones que los
romanos no dudaban en aclopar a la suya como por ejemplo alejandría, quien a pesar
de tener a los tres dioses pilar de roma

Zeus- júpiter-fuerza

Hera-Juno-Protección

Atenea-Minerva-Sabiduría

Seguían creyendo en Anubis, Isis, Horus etc.

Muy destacable es la aparición del cristianismo. Jesús fue el primer profeta en ser
escuchado por predicar un mensaje de paz cuando toda roma se sostenía gracias a la
guerra. Esto trajo consigo el constante crecimiento de esta religión llegando a ser
popular incluso entre los patricios.

En 306 D.C se firma un edicto de Milán que marca el cristianismo como religión oficial,
y en el 380 D.C el mismismo emperador oficializa el cristianismo como religión oficial
del imperio romano.

A partir de esto surgen las llamadas “eregias” como por ejemplo Prisciliano de galicia
en el 385 D.C

Conclusión

La romanización de Hispania fue un proceso transformador que integró a la península


en el mundo romano. A través de la urbanización, el latín, las leyes y el cristianismo,
Roma dejó una huella indeleble en la cultura, la política y la sociedad de Hispania,
sentando las bases para el desarrollo posterior de la península en la Edad Media.
La invención de la edad media
1. Introducción. La invención de la Edad Media

La Edad Media es un concepto posterior, una invención de los cronistas del


Renacimiento que miraron al pasado e identificaron un período entre la caída del
Imperio Romano y el resurgimiento de la cultura clásica. Este "interregno" fue visto
como una era de oscuridad, pero en realidad fue un tiempo de transformaciones
profundas, donde nuevas culturas y reinos surgieron sobre las ruinas de Roma.

2. El Fin del Imperio Romano de Occidente

El Imperio Romano de Occidente colapsó en el siglo V d.C., víctima de una serie de


crisis internas y externas que socavaron su estabilidad.

2.1. Causas

• 2.1.1. Inestabilidad política: Roma, en sus últimos siglos, sufrió una sucesión
de emperadores efímeros y golpes de estado. Esta falta de un liderazgo firme
debilitó las instituciones.
• 2.1.2. Crisis económica: La sobrecarga fiscal, la devaluación de la moneda y la
pérdida de territorios ricos en recursos afectaron gravemente la economía
romana.
• 2.1.3. Retroceso urbano: Con la crisis económica y las guerras, las ciudades,
que fueron el núcleo de la civilización romana, comenzaron a perder población
e importancia, lo que aceleró la desintegración del imperio.

2.2. Las villas romanas y las transformaciones económicas

Con el declive urbano, las villas romanas (grandes propiedades rurales) tomaron un
papel central. Estas se convirtieron en centros de producción agrícola autosuficiente y,
en muchos casos, de poder político local. Esta transformación económica hacia un
modelo más rural fue un preludio del feudalismo medieval.

2.3. Las transformaciones sociales. Las revueltas bagaudas

La creciente presión fiscal y la inseguridad generaron revueltas campesinas conocidas


como bagaudas, que se levantaron contra la opresión de las elites romanas y
terratenientes. Estas rebeliones, aunque fragmentadas, reflejan la profunda crisis
social que vivió el imperio en sus últimos días.

3. Las Migraciones Germanas

Con el debilitamiento del Imperio Romano, los pueblos germánicos, que habían sido
tradicionalmente vecinos de Roma, comenzaron a moverse hacia sus fronteras, en lo
que se conoce como el período de las Migraciones Bárbaras.

3.1. Introducción. La formación de los pueblos germanos

Los germanos eran pueblos seminómadas que ocupaban las zonas al norte y este del
imperio. Durante siglos, mantuvieron contactos comerciales y militares con Roma,
adoptando algunos de sus elementos culturales y organizativos, pero también
luchando contra sus ejércitos.

3.2. Godos, suevos, vándalos y alanos en la frontera de los Imperios romanos

A medida que el poder romano se debilitaba, grupos como los godos, suevos,
vándalos y alanos se aprovecharon de la vulnerabilidad de las fronteras imperiales,
presionando las defensas y buscando nuevas tierras.

3.3. La llegada de los pueblos suevo, vándalo y alano a Hispania (411 d.C.)

En el año 411 d.C., los suevos, vándalos y alanos cruzaron los Pirineos y se asentaron
en Hispania. Roma, incapaz de defender todos sus territorios, permitió, en algunos
casos, estos asentamientos, aunque los conflictos fueron inevitables.

4. La Hispania Visigoda

Los visigodos, un pueblo germano que se había asentado inicialmente en el Imperio


Romano de Oriente, jugaron un papel crucial en la reorganización de Hispania tras la
caída de Roma.
4.1. Las migraciones visigodas hacia Occidente

Los visigodos se desplazaron hacia el oeste, empujados por los hunos, y entraron en un
complejo juego político con Roma, que los utilizó como aliados y mercenarios antes de
establecerse como un poder independiente.

4.2. El Reino de Tolosa y su entrada en Hispania (456-507 d.C.)

El primer gran reino visigodo se estableció en Tolosa (actual Toulouse, en Francia),


pero tras la derrota en la batalla de Vouillé (507 d.C.) contra los francos, los visigodos
se vieron obligados a replegarse hacia el sur, estableciendo su dominio sobre
Hispania.

4.3. La batalla de Vouillé y el reino visigodo de Toledo (507-711 d.C.)

• 4.3.1. La inestabilidad del reino: El reino visigodo, con su capital en Toledo, se


caracterizó por frecuentes luchas internas entre facciones nobiliarias y
enfrentamientos con otros pueblos, como los bizantinos y los francos.
• 4.3.2. La consolidación del reino: Bajo los reinados de Leovigildo y Recaredo,
los visigodos lograron consolidar su poder. Leovigildo pacificó gran parte de
Hispania y Recaredo, al convertirse al catolicismo, unió religiosamente a los
visigodos con la mayoría hispanorromana.

4.4. La organización política

El reino visigodo de Toledo fue uno de los primeros reinos germánicos en adoptar una
estructura más formalizada, con un sistema de leyes escritas como el Código de
Eurico y el Fuero Juzgo, que regulaban la vida civil y penal del reino.

4.5. La organización social

La sociedad visigoda estaba dividida entre los nobles, quienes poseían grandes tierras,
y una clase campesina dependiente. Aunque inicialmente existía una separación entre
visigodos e hispanorromanos, con el tiempo, ambas comunidades se integraron social
y culturalmente.

4.6. El arte visigodo

El arte visigodo fue una fusión de influencias romanas, cristianas y germánicas.


Destacan sus iglesias con arquitectura de planta basilical y su orfebrería, como las
coronas votivas que se encuentran en el Tesoro de Guarrazar. La simplicidad y la
funcionalidad predominaban, pero con detalles ornamentales refinados.

Conclusión

El fin del Imperio Romano de Occidente no significó el colapso de la civilización en


Hispania, sino el surgimiento de una nueva era bajo el dominio de los visigodos. A
través de la mezcla de elementos romanos, germánicos y cristianos, Hispania se
transformó en un reino que, aunque efímero, dejó un legado perdurable en la historia
de la península.

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