C 201 02
C 201 02
C 201 02
La Corte sostuvo que el núcleo esencial del derecho de huelga consiste en “la
facultad que tienen los trabajadores de presionar a los empleadores mediante
la suspensión colectiva del trabajo, para lograr que se resuelva de manera
favorable a sus intereses el conflicto colectivo del trabajo. Esta facultad, claro
está, no es absoluta. El punto es que la huelga constituye un mecanismo cuya
garantía implica el equilibrar las cargas de trabajadores y empleadores en el
marco del conflicto colectivo de trabajo. Las restricciones al derecho de huelga
deberán tener en cuenta este propósito, de modo que si bien tal derecho puede
ser limitado con el fin de proteger otros de mayor jerarquía (v.gr. los derechos
fundamentales) o el interés general (bajo la forma del orden público, por
ejemplo), el poder que la Constitución pretende reconocer a los trabajadores
no puede quedar desfigurado.”
la suspensión colectiva del trabajo, para lograr que se resuelva de manera
favorable a sus intereses el conflicto colectivo del trabajo. Esta facultad, claro
está, no es absoluta. El punto es que la huelga constituye un mecanismo cuya
garantía implica el equilibrar las cargas de trabajadores y empleadores en el
marco del conflicto colectivo de trabajo. Las restricciones al derecho de huelga
deberán tener en cuenta este propósito, de modo que si bien tal derecho puede
ser limitado con el fin de proteger otros de mayor jerarquía (v.gr. los derechos
fundamentales) o el interés general (bajo la forma del orden público, por
ejemplo), el poder que la Constitución pretende reconocer a los trabajadores
no puede quedar desfigurado.”
SINDICATO-Causales de disolución
C O N V E N C I O N
COLECTIVA-Celebración/FUERO CIRCUNSTANCIAL-Finalidad
FUERO SINDICAL-Finalidad
La Corte encuentra razonable que sólo una comisión por empresa sea la
encargada de llevar a cabo dicha labor de manera unificada, pues se trata de
un mismo empleador el depositario de las diversas reclamaciones que puedan
presentarse dentro de la empresa, lo cual no significa una restricción ilegítima
a los derechos de asociación y libertad sindical. Nótese que el legislador
no impone obstáculo alguno al ejercicio de las funciones que ejerce dicha
comisión sino, por el contrario, garantiza la protección especial del fuero
sindical para dos de sus miembros.
La institución del fuero sindical tiene como fin que los representantes sindicales
puedan cumplir cabalmente con sus gestiones y consiste, como se ha dicho,
en la garantía de no ser despedidos, ni desmejorados en sus condiciones de
trabajo, ni trasladados sin justa causa, previamente calificada por el juez de
trabajo. Así pues, el empleador debe solicitar un permiso al juez del trabajo
para adoptar una de tales decisiones, a través de la acción de levantamiento de
fuero, solicitud que debe ser negada por éste último en caso de no comprobar la
existencia de una justa causa, de conformidad con el inciso primero del artículo
408 del C.S.T.
El daño sufrido por el trabajador aforado, provocado por el despido sin justa
causa declarada mediante sentencia judicial, debe ser reparado de manera
integral, esto es, de acuerdo con lo que se logre probar en cada caso, lo cual
incluye, además del pago de los salarios no devengados, con sus reajustes
y prestaciones, cualquier otro valor dejado de percibir o pagado por el
trabajador, como consecuencia directa del despido injusto. Siendo entendido,
además, que la reparación integral incorpora la correspondiente indexación.
Demandante:
Demandante:
Antonio Eduardo Bohórquez Collazos
Magistrado Ponente:
Dr. JAIME ARAUJO RENTERIA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1. Competencia
Artículos 359 parcial y 401-d parcial del Código Sustantivo del Trabajo
Artículos 359 parcial y 401-d parcial del Código Sustantivo del Trabajo
2.1. La demanda
Señala el actor que el artículo 359 y el literal d) del artículo 401 del Código
Sustantivo del Trabajo vulneran los artículos 16 y 39 de la Carta Política puesto
que limitan el derecho de asociación sindical y vulneran el libre desarrollo
de la personalidad de los trabajadores. Después de relatar cómo las distintas
entidades del Estado se han venido reduciendo de tamaño a raíz del ajuste fiscal
decretado en la Ley 617/00, y de las continuas reestructuraciones, supresiones
y fusión de cargos y dependencias oficiales producidas desde tiempo atrás,
el demandante concluye que con tales hechos se impide la constitución de
sindicatos en muchas entidades oficiales, debido al bajo número de trabajadores
que laboran en ellas. Cita como ejemplo el caso de los departamentos y
municipios en donde, según él, existen entidades con plantas de personal
reducidas, lo cual limita el ejercicio del derecho de asociación sindical por
cuanto las normas acusadas exigen para la constitución del sindicato mínimo
25 trabajadores, además de establecer, como causal de disolución del mismo, la
reducción de los afiliados a un número inferior al anteriormente anotado.
‘Se concluye que el derecho de asociación sindical es un derecho subjetivo que tiene
una función estructural qué desempeñar, en cuanto constituye una vía de realización
y reafirmación de un Estado social y democrático de derecho, más aún cuando este
derecho, que permite la integración del individuo a la pluralidad de grupos, no constituye
un fin en sí mismo o un simple derecho de un particular, sino un fenómeno social
fundamental en una sociedad democrática y, es más, debe ser reconocido por todas las
ramas y órganos del poder público’.
‘Tiene también un carácter relacional o sea que se forma de una doble dimensión. Ya
que de un lado aparece como un derecho subjetivo de carácter individual y por el otro se
ejerce necesariamente en tanto haya otros ciudadanos que estén dispuestos a ejercitar el
mismo derecho y una vez se dé el acuerdo de voluntades se forma una persona colectiva’.
‘Tiene así mismo un carácter instrumental ya que se crea sobre la base de un vínculo
jurídico, necesario para la consecución de unos fines que las personas van a desarrollar
en el ámbito de la formación social’.
“En el derecho de asociación sindical subyace la idea básica de la libertad sindical que
amplifica dicho derecho, como facultad autónoma para crear organizaciones sindicales,
ajena a toda restricción, intromisión o intervención del Estado que signifique la
imposición de obstáculos en su constitución o funcionamiento. Ello implica, la facultad
que poseen las referidas organizaciones para autoconformarse y autoregularse conforme
a las reglas de organización interna que libremente acuerden sus integrantes, con la
limitación que impone el inciso 2 del art. 39, según el cual la estructura interna y el
funcionamiento de los sindicatos se sujetan al orden legal y a los principios democráticos.
(...)”
“En el derecho de asociación sindical subyace la idea básica de la libertad sindical que
amplifica dicho derecho, como facultad autónoma para crear organizaciones sindicales,
ajena a toda restricción, intromisión o intervención del Estado que signifique la
imposición de obstáculos en su constitución o funcionamiento. Ello implica, la facultad
que poseen las referidas organizaciones para autoconformarse y autoregularse conforme
a las reglas de organización interna que libremente acuerden sus integrantes, con la
limitación que impone el inciso 2 del art. 39, según el cual la estructura interna y el
funcionamiento de los sindicatos se sujetan al orden legal y a los principios democráticos.
(...)”
Para el presente caso, conviene resaltar el artículo 3 del Convenio 87, según el
cual:
Sin embargo, lo anterior no significa, como parece concluir el actor, que los
derechos fundamentales de asociación y de libertad sindical sean de carácter
absoluto. Por el contrario, son relativos y, en consecuencia, pueden sufrir
restricciones por parte del legislador, siempre y cuando no se vulnere su núcleo
esencial, como lo manifestó la Corte en sentencia C-797/00:
Por otra parte, el control de constitucionalidad de las leyes que ejerce la Corte
es un juicio abstracto mediante el cual se confronta la norma demandada
con la Constitución Política, razón por la cual desborda las funciones de esta
Corporación retirar una disposición del ordenamiento positivo con fundamento
en una mera hipótesis de aplicación de la misma. Por lo tanto, no debe
prosperar el cargo según el cual las normas acusadas limitan la constitución
y la subsistencia de sindicatos de trabajadores ante posibles reestructuraciones
de las entidades, pues el hecho que trae a colación el actor -la reducción
de la planta de personal a un número inferior a 25 trabajadores- es apenas
una eventualidad sobre la cual no puede basarse el juicio abstracto de
inconstitucionalidad a que se ha hecho referencia.
Tal como lo señala Alberto José Carro Igelmo, las relaciones de pertenencia
y legitimidad que se daban en el Gremio (aprendiz, oficial y maestro) se
desdibujaron y perdieron toda vigencia práctica a partir de la entronización del
sistema económico - social que el liberalismo instauraba, destacándose en su
lugar un esquema que subrayaba la situación del empresario como algo extraño,
excluyente e inaceptable a los ojos de los trabajadores. Por ello mismo, señala
el autor:
“Es frecuente que las diferentes legislaciones condicionen la validez del Acto constitutivo
a un número mínimo de fundadores, y al mantenimiento de ese mínimo como condición de
existencia del sindicato, una vez fundado y reconocido éste (...).
“En cuanto al número concreto en sí, puede ser tachado de arbitrario, como todo mínimo. De todos modos,
los antecedentes históricos parecen marcar una preferencia por un mínimo de 20 trabajadores”.
“En este sentido, el Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración de la OIT
ha opinado que ‘el número de 20 miembros para la constitución de un sindicato no parece
constituir una cifra exagerada ni, por consiguiente, un obstáculo de por sí para la formación
de sindicatos’. Sobre el mismo tema, expresó dicho órgano que ‘el establecimiento de un
sindicato puede verse sometido a grandes dificultades, e incluso hacerse imposible, cuando
la legislación fija en una cifra evidentemente exagerada el mínimo de miembros de un
sindicato, tal como ocurre, por ejemplo, cuando estipula que los promotores de un sindicato
de empresa deben ser cincuenta como mínimo’.
Por los motivos expuestos, tampoco le asiste razón al actor cuando afirma
que las disposiciones impugnadas condicionan la voluntad de los trabajadores
que deseen fundar sindicatos de base, obligándolos a pertenecer a sindicatos
gremiales o de actividad económica cuando en las entidades se adelantan
recortes de personal hasta el punto en que no haya suficientes trabajadores para
constituir un sindicato de base. Más aún si se tiene en cuenta que, en tales
circunstancias, los trabajadores pueden participar en los asuntos que los afecta
a través de otras formas asociativas distintas al sindicato de base.
3. Artículo 379-e parcial del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por
el artículo 7 de la ley 584 de 2000
(...)
(...)
3.1. La demanda
Sostiene el actor que la expresión acusada del literal e) del artículo 379 viola
el Preámbulo y el artículo 56 de la Constitución, por considerar que allí el
legislador establece dos nuevas restricciones al derecho de huelga, por fuera de
lo plasmado en la Constitución: “la primera, que no es posible accionarle (sic)
frente a un empleador diferente de quien la ejercita. La segunda, que sólo es
posible la huelga respecto de las insatisfacciones por el no cumplimiento de las
obligaciones salariales por parte del empleador.” Lo anterior impide ejercer el
derecho de huelga por solidaridad entre las organizaciones sindicales, además
de que convierte la huelga en inoperante pues impide ejercerla para presionar
al empleador para que cumpla con obligaciones diferentes a las salariales, v.gr.
estabilidad, salud, recreación, etc.
Para analizar los cargos de la demanda, la Corte debe responder los siguientes
interrogantes:
“Se garantiza el derecho de huelga, salvo en los servicios públicos esenciales definidos
por el legislador.
La ley reglamentará este derecho.
(...)”
"- Sólo puede ejercerse legítimamente el derecho a la huelga cuando se respetan los cauces
señalados por el legislador.
"- El derecho a la huelga puede ser objeto de tutela cuando se encuentra en conexión íntima
con los derechos al trabajo y a la libre asociación sindical, derechos que sí ostentan el
carácter de fundamentales.
"- El derecho a la huelga solamente puede excluirse en el caso de los servicios públicos
esenciales, cuya determinación corresponde de manera exclusiva al legislador, o los
señalados como tales por el Constituyente, de acuerdo con la interpretación realizada
acerca del contenido de las normas constitucionales vigentes.
"- El derecho a la huelga puede ser restringido por el legislador para proteger el interés
general y los derechos de los demás.
"- El derecho a la huelga también puede ser restringido por el legislador cuando de su
ejercicio se deriva la alteración del orden público.
"De acuerdo con estos parámetros, puede afirmarse que, según la Constitución, el derecho
de huelga está restringido de dos formas:
"a. Está prohibido su ejercicio en los servicios públicos esenciales que determine el
legislador y, obviamente en los señalados como tales por el Constituyente, de acuerdo con
la interpretación realizada acerca del contenido de las normas constitucionales vigentes.
"a. Está prohibido su ejercicio en los servicios públicos esenciales que determine el
legislador y, obviamente en los señalados como tales por el Constituyente, de acuerdo con
la interpretación realizada acerca del contenido de las normas constitucionales vigentes.
"b. En los demás casos, su ejercicio debe ceñirse a la reglamentación que de él haga el
legislador.
Teniendo en cuenta que las obligaciones a que alude la norma están calificadas
por el adjetivo salariales, es evidente que están restringidas a las que se deriven
del incumplimiento del pago del “salario”. Sobre este concepto, ha sido reiterada
la jurisprudencia de la Corte, de la cual conviene citar la sentencia SU.995/99:
“Las fuentes positivas que permiten desarrollar la noción integral del salario, no sólo se
encuentran en los artículos de la Constitución y la legislación interna; es menester acudir
a instrumentos de derecho internacional que se encargan de desarrollar materias laborales
y que, por virtud del artículo 93 de la Carta Política, hacen parte de la normatividad
iusfundamental vigente en nuestro país, a través de lo que se ha denominado bloque de
constitucionalidad. (...)
“En este orden de ideas, la noción de salario ha de entenderse en los términos del Convenio
95 de la Organización Internacional del Trabajo - relativo a la protección del salario -,
ratificado por la Ley 54 de 1992, que en el artículo 1 señala:
“Esto quiere decir que para efectos del significado que en nuestro ordenamiento ha de tener
la voz salario y, sobre todo, para la protección judicial del derecho a su pago cumplido,
deben integrarse todas las sumas que sean generadas en virtud de la labor desarrollada
por el trabajador, sin importar las modalidades o denominaciones que puedan asignarles
la ley o las partes contratantes. Así, no sólo se hace referencia a la cifra quincenal o
mensual percibida por el empleado - sentido restringido y común del vocablo -, sino a
todas las cantidades que por concepto de primas, vacaciones, cesantías, horas extras - entre
otras denominaciones -, tienen origen en la relación laboral y constituyen remuneración o
contraprestación por la labor realizada o el servicio prestado.
“Esto quiere decir que para efectos del significado que en nuestro ordenamiento ha de tener
la voz salario y, sobre todo, para la protección judicial del derecho a su pago cumplido,
deben integrarse todas las sumas que sean generadas en virtud de la labor desarrollada
por el trabajador, sin importar las modalidades o denominaciones que puedan asignarles
la ley o las partes contratantes. Así, no sólo se hace referencia a la cifra quincenal o
mensual percibida por el empleado - sentido restringido y común del vocablo -, sino a
todas las cantidades que por concepto de primas, vacaciones, cesantías, horas extras - entre
otras denominaciones -, tienen origen en la relación laboral y constituyen remuneración o
contraprestación por la labor realizada o el servicio prestado.
Como puede verse, el término salario, aunque amplio, tiene una connotación
que se circunscribe de manera exclusiva a la remuneración por el trabajo
realizado o, en palabras de la Corte, a la “retribución al servicio que se presta a
un empleador, representado en el principio a trabajo igual salario igual.” En este
orden de ideas, la huelga imputable al empleador por el incumplimiento de las
obligaciones salariales, a que hace referencia la norma acusada, está restringida
a aquellas circunstancias directamente relacionadas con el no pago del salario
debido a los trabajadores.
Ahora bien, la Corte debe decidir si la huelga por solidaridad tiene arraigo
constitucional, o si, por el contrario, está prohibida por el artículo 56 de la
Constitución Política.
“Como vemos, el derecho de huelga está en conexión directa no sólo con claros derechos
fundamentales –como el derecho de asociación y sindicalización de los trabajadores
(CP arts. 38 y 39)- sino también con evidentes principios constitucionales como la
solidaridad, la dignidad, la participación (CP art. 1) y la realización de un orden justo
(CP art. 2)”.
“La Carta no establece ninguna limitación sobre los tipos de huelga, por lo cual el
contenido de este derecho debe ser interpretado en sentido amplio”.
En este orden de ideas, se halla cobijada por dicha garantía constitucional, por
ejemplo, la huelga que adelanten los trabajadores de una empresa en solidaridad
con otros que están en huelga con un empleador distinto, cuando unos y otros
se encuentren vinculados a una federación o confederación sindical, u ostenten
cualquier otra ligazón que habilite la participación solidaria.
4. Artículo 401-e parcial del Código Sustantivo del Trabajo, adicionado por
el artículo 56 de la Ley 50 de 1990
4. Artículo 401-e parcial del Código Sustantivo del Trabajo, adicionado por
el artículo 56 de la Ley 50 de 1990
4.1. La demanda
Según el demandante, el aparte acusado del literal e) del artículo 401 vulnera los
artículos 29 y 39 de la Constitución, al permitir que el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social se convierta en juez y parte, “toda vez que no está restringido
ni prohibido por la Carta Política el que empleados públicos militantes en la
planta de personal de éste constituyan organizaciones sindicales, lo cual lo
convertiría automáticamente en el empleador y en el potencial interesado en
su disolución”. Además, considera el actor que es muy difícil garantizar la
imparcialidad debida en la disolución de sindicatos de la Rama Ejecutiva del
Poder Público, por pertenecer dicho Ministerio a esta última.
Por otra parte, la expresión “o quien demuestre interés jurídico” permite que el
empleador, público o privado, “se erija también en juez y parte, al tiempo que
permite una intromisión no deseada en el seno de la respectiva organización”,
pues puede suceder que éste, a través de la intimidación o por medio de la
desvinculación masiva de empleados, disminuya el número de miembros para
que pueda subsistir el sindicato y luego sea él mismo quien “demuestre interés
jurídico” para solicitar la disolución de aquél, lo que repugna al ejercicio del
derecho a la asociación sindical y al debido proceso.
El artículo 401 del C.S.T. establece, en sus literales a), b), c) y d),
diversas causales objetivas de disolución de los sindicatos, federaciones o
confederaciones. Por su parte, el literal e), objeto de acusación parcial,
establece que en el evento de que una de estas organizaciones se encuentre
incursa en alguna de dichas causales, el Ministerio de Trabajo o quien
demuestre tener interés jurídico, podrá solicitar ante el juez laboral respectivo,
la disolución y liquidación del sindicato y la cancelación de la inscripción en el
registro sindical.
5. Artículos 405 y 467 del Código Sustantivo del Trabajo y artículo 25 del
Decreto 2351 de 1965
“Artículo 405. Modificado por el artículo 1 del Decreto 204 de 1957. Definición. Se
denomina fuero sindical la garantía de que gozan algunos trabajadores de no ser
despedidos, ni desmejorados en sus condiciones de trabajo, ni trasladados a otros
establecimientos de la misma empresa o a un municipio distinto, sin justa causa,
previamente calificada por el juez de trabajo.”
“Artículo 467. Definición. Convención colectiva de trabajo es la que se celebra entre
uno o varios patronos [hoy empleadores] o asociaciones patronales, por una parte, y
uno o varios sindicatos o federaciones sindicales de trabajadores, por la otra, para fijar
las condiciones que regirán los contratos de trabajo durante su vigencia.”
5.1. La demanda
Aduce el demandante que el artículo 405 del Código Sustantivo del Trabajo
viola los artículos 13 y 39 de la Carta, en cuanto se refiere a los empleados
públicos, toda vez que el precepto demandado excluye de la protección foral
a los empleados públicos, pues dicha norma sólo alude a quienes tienen
establecida una relación laboral con su empleador con base en un vínculo
contractual, mas no de carácter legal o reglamentario.
En el mismo sentido, señala el actor que el artículo 467 del Código Sustantivo
del Trabajo viola los artículos 2, 13 y 55 de la Constitución, por cuanto
excluye a los empleados públicos de la posibilidad de ejercer la negociación
colectiva, configurándose además la violación del principio de igualdad entre
los empleados públicos, los trabajadores oficiales y privados, pues éstos últimos
sí pueden acudir a dicho instrumento.
Por otra parte, considera que el fuero para los trabajadores que presenten
peticiones debe extenderse a los empleados públicos, porque la “falta de
regulación legal de la negociación colectiva de los empleados públicos no
puede derivar en una total desprotección de éstos, por tanto, el fuero debe
garantizarse durante el período que duren las negociaciones.”
“El Constituyente de 1991 no excluyó del derecho de asociación sindical a los empleados
públicos, sino que le dio consagración constitucional al derecho que les reconocían la ley
y la jurisprudencia anterior y amplió las garantías para su ejercicio, al no excluirlos del
derecho al fuero sindical.
(...)
En consecuencia, los empleados públicos tienen el derecho de constituir sus sindicatos
sin intervención del Estado, de inscribir las correspondientes Actas de Constitución
que les otorgan reconocimiento jurídico y, en consecuencia, tendrán legalmente unos
representantes sindicales a los cuales no se puede negar que el Constituyente de 1991
reconoció: "el fuero y las demás garantías necesarias para el cumplimiento de su
gestión."
Por su parte, el parágrafo 1° del artículo 12 Ley 584 de 2000, que modifica
el artículo 416 del C.S.T., consagra expresamente el fuero sindical para los
empleados públicos, así:
“Gozan de la garantía del fuero sindical, en los términos de este artículo, los servidores
públicos, exceptuando aquellos servidores que ejerzan jurisdicción, autoridad civil,
política o cargos de dirección o administración.”
“Se garantiza el derecho de negociación colectiva para regular las relaciones laborales,
con las excepciones que señale la ley.
Es deber del Estado promover la concertación y los demás medios para la solución
pacífica de los conflictos colectivos de trabajo.”
“La restricción consagrada en la norma para los sindicatos de empleados públicos, sobre
presentación de pliegos de peticiones y celebración de convenciones colectivas, tiene
sustento en el artículo 55 de la Constitución, que garantiza el derecho de negociación
colectiva para regular relaciones laborales, con las excepciones que señale la ley. La
que se considera es una de tales excepciones, establecida en norma con fuerza material
legislativa. (...)
“El análisis varía tratándose de los trabajadores oficiales, quienes tienen con el Estado
una relación de índole contractual. Sus sindicatos, de acuerdo con la norma bajo examen,
tienen todas las atribuciones de los otros sindicatos de trabajadores, lo cual no pugna
con la Constitución y, por el contrario, la desarrolla, de conformidad con lo expuesto.”
“...a diferencia de lo que sucede con los trabajadores oficiales, que tienen un
derecho de negociación pleno, la búsqueda de soluciones concertadas y negociadas
no puede llegar a afectar la facultad que la Carta confiere a las autoridades de
fijar unilateralmente las condiciones de empleo. Esto significa que la creación de
mecanismos que permitan a los empleados públicos, o sus representantes, participar
en la determinación de sus condiciones de empleo es válida, siempre y cuando se
entienda que en última instancia la decisión final corresponde a las autoridades
señaladas en la Constitución, esto es, al Congreso y al Presidente en el plano nacional,
y a las asambleas, a los concejos, a los gobernadores y a los alcaldes en los distintos
órdenes territoriales, que para el efecto obran autónomamente. Con esa misma
restricción, es igualmente legítimo que se desarrollen instancias para alcanzar una
solución negociada y concertada entre las partes en caso de conflicto entre los
empleados públicos y las autoridades.
Ahora bien, las anteriores precisiones en manera alguna implican que la Corte debe
condicionar el alcance de los artículos 7º y 8º del convenio bajo revisión en relación
con los empleados públicos, por cuanto esas normas autorizan a tomar en cuenta
las especificidades de las situaciones nacionales. Así, el artículo 7º no consagra
un derecho de negociación colectiva pleno para todos los servidores públicos sino
que establece que los Estados deben adoptar “medidas adecuadas a las condiciones
nacionales” que estimulen la negociación entre las autoridades públicas y las
organizaciones de servidores públicos, lo cual es compatible con la Carta.”
“Artículo 408. Modificado por el artículo 7 del decreto 204 de 1957. Contenido de la
sentencia. El juez negará el permiso que hubiere solicitado el patrono [hoy empleador]
para despedir a un trabajador amparado por el fuero sindical, o para desmejorarlo, o
para trasladarlo si no comprobare la existencia de una justa causa.
“(...)”.
La demanda
Atendiendo esa finalidad, el artículo 405 del C.S.T. define el fuero sindical
como una garantía que gozan los trabajadores aforados de no ser despedidos,
ni desmejorados en sus condiciones de trabajo, ni trasladados, sin justa causa
previamente calificada por el juez del trabajo.
En armonía con el anterior precepto, el artículo 408 del mismo Código consagra
el deber del juez de negar el permiso que hubiere solicitado el empleador para
despedir a un trabajador aforado o para desmejorarlo, o para trasladarlo, si no
se logra comprobar la existencia de una justa causa.
Como puede verse claramente, las normas acusadas consagran una garantía
para el trabajador aforado en el sentido de que el ius variandi no
pueda ser ejercido por el empleador sin la respectiva autorización judicial.
Dicha protección, que tiene asidero constitucional y sobre la cual ha sido
particularmente prolija la jurisprudencia de esta Corte, es diametralmente
opuesta a la supuesta facultad que tienen el empleador y el propio juez
para llevar a cabo el primero, y autorizar el segundo, una desmejora en las
condiciones de los trabajadores que gozan de fuero sin que se califique la justa
causa para ello, como equivocadamente deduce el demandante del texto de las
normas acusadas.
“Artículo 406. Modificado por los artículos 57 de la ley 50 de 1990 y 12 de la ley 584
de 2000. Trabajadores amparados por el fuero sindical. Están amparados por el fuero
sindical:
(...)
7.1. La demanda
El literal d) del artículo 406 establece que gozan de fuero sindical dos de los
miembros de la comisión estatutaria de reclamos que designen los sindicatos,
las federaciones o confederaciones sindicales, por el mismo período de la
junta directiva y por seis meses más. Señala además que no puede existir en
una empresa más de una comisión de reclamos, la cual será designada por la
organización sindical que agrupe el mayor número de trabajadores.
“El respeto por las minorías debe traducirse en formas reales de participación como
minorías, en el respeto por la diferencia como garantía de libre expresión. De ahí su
multivocidad, el carácter especialmente abstracto del término, por ello el desarrollo
legislativo opera en primer lugar dentro de un orden material y procedimentalmente
democrático y segundo es la ley la llamada a desarrollar en los distintos niveles en que
opera la democracia el cause por el que debe discurrir. Dada la dimensión sustantiva
del principio corresponde al legislador realizar su proyección normativa en cada nivel de
operación del principio democrático.”
“Artículo 408.
(...)
Si en el caso de que trata el inciso primero del artículo 118 del Código Procesal del
Trabajo se comprobare que el trabajador fue despedido sin sujeción a las normas que
regulan el fuero sindical, se ordenará su reintegro y se condenará al patrono [hoy
empleador] a pagarle, a título de indemnización, los salarios dejados de percibir por
causa del despido.”
8.1. La demanda
“El criterio jurisprudencial de tiempo atrás sostenido por esta Sala explica que cuando
judicialmente se ordena el reintegro a su empleo de un trabajador con fuero sindical
despedido sin la previa autorización del juez del trabajo, se parte del supuesto de que la
decisión de terminar el contrato de trabajo en esas condiciones no produjo efectos jurídicos
por no cumplir con el procedimiento establecido por la ley, por lo tanto deben restituirse
las cosas al estado en que se hallaban antes de producirse el despido, lo que conduce a
restablecer en su derecho al contratante afectado por la decisión ilegal de quien actuó
contra una expresa prohibición de la ley, restituyendo los plenos efectos del contrato de
trabajo ilegalmente extinguido.
“La circunstancia de que el artículo 7º del Decreto 204 de 1957, que subrogó el artículo
408 del Código Sustantivo del Trabajo, al determinar las consecuencias del despido del
trabajador sin sujeción a las normas que regulan el fuero sindical, establezca que es "a
título de indemnización" que el patrono condenado debe pagar al trabajador los salarios
que dejó de recibir por causa del despido, no constituye razón suficiente para justificar la
interpretación planteada por la recurrente, según la cual esa "indemnización" es el único
efecto jurídico que se produce en caso de reintegro; como tampoco para concluir que el
pago de los salarios es indicativo de un nuevo vínculo laboral, habida consideración de
que en realidad cuando esa norma alude al pago de los salarios dejados de percibir no
está simplemente precisando el resarcimiento de los perjuicios ocasionados al trabajador,
ni haciendo referencia a la contraprestación de sus servicios, los que, desde luego, no se
han podido dar por la ilegal decisión del empleador, sino a la consagración de una ficción
que tiene como objetivo restablecer en su empleo a quien lo perdió por ese acto ilegal de su
patrono.
408 del Código Sustantivo del Trabajo, al determinar las consecuencias del despido del
trabajador sin sujeción a las normas que regulan el fuero sindical, establezca que es "a
título de indemnización" que el patrono condenado debe pagar al trabajador los salarios
que dejó de recibir por causa del despido, no constituye razón suficiente para justificar la
interpretación planteada por la recurrente, según la cual esa "indemnización" es el único
efecto jurídico que se produce en caso de reintegro; como tampoco para concluir que el
pago de los salarios es indicativo de un nuevo vínculo laboral, habida consideración de
que en realidad cuando esa norma alude al pago de los salarios dejados de percibir no
está simplemente precisando el resarcimiento de los perjuicios ocasionados al trabajador,
ni haciendo referencia a la contraprestación de sus servicios, los que, desde luego, no se
han podido dar por la ilegal decisión del empleador, sino a la consagración de una ficción
que tiene como objetivo restablecer en su empleo a quien lo perdió por ese acto ilegal de su
patrono.
“Según el criterio jurisprudencial vigente, es precisamente por virtud de esa ficción legal,
que permite restablecer el contrato, que se explica no sólo el efecto de ser el trabajador
acreedor de una suma equivalente a los salarios que dejó de recibir por causa del despido,
sino que, además, el tiempo que media entre el despido anulado y el reintegro efectivo del
trabajador a su actividad laboral, se cuente para reconocer el auxilio de cesantía por dicho
lapso, e igualmente la jubilación.”
El hecho constitutivo del perjuicio, el daño sufrido y el nexo causal entre éste
y aquél, deben ser probados en cada caso por el trabajador aforado que ha sido
despedido o por el sindicato al que pertenece, si fue este último, a través de
su junta directiva, quien interpuso la acción de reintegro. De igual forma, la
valoración del daño, así como la tasación de la indemnización a que haya lugar,
es una tarea que corresponde cumplir al juez del trabajo. No obstante, la Corte
encuentra irrazonable que, al hacer tal valoración, este último se vea limitado
por la talanquera que consagra la norma demandada, según la cual el pago de
los salarios dejados de percibir constituyen el único valor de la indemnización
a que eventualmente puede tener derecho el trabajador aforado que ha sido
despedido ilegalmente. Una interpretación de la norma acusada en tal sentido,
sería contraria al principio de favorabilidad en la interpretación y aplicación
de las fuentes formales de derecho, de conformidad con el artículo 53 de la
Constitución.
Debe recordarse que, al tenor del artículo 16 de la Ley 446 de 1998, “dentro de
cualquier proceso que se surta ante la Administración de Justicia, la valoración
de daños irrogados a las personas y a las cosas, atenderá los principios de
reparación integral y equidad y observará los criterios técnicos actuariales.”
DECISION
RESUELVE
2ª. A nuestro juicio, conforme a lo dispuesto por el artículo 39, inciso cuarto
de la Constitución Política, el fuero que allí se reconoce a los “representantes
sindicales” para el cumplimiento de su gestión, impone, necesariamente la
garantía para los trabajadores amparados por el mismo, no sólo a no ser
despedidos ni trasladados sin la existencia de una justa causa debidamente
comprobada y con autorización judicial, sino también el derecho a no ser
desmejorados, en ningún caso, en sus condiciones de trabajo.
Fecha ut supra.
Magistrado Ponente:
JAIME ARAUJO RENTERÍA
Fecha ut supra.
Magistrado Ponente:
Dr. JAIME ARAUJO RENTERÍA
Las siguientes son las razones que me llevan a aclarar o salvar parcialmente
mi voto respecto de algunos aspectos de la decisión mayoritaria, la que respeto
pero no comparto en su totalidad, sobre la constitucionalidad parcial de los
artículos 359, 379-e, 401, 405, 406, 408 y 467 del Código Sustantivo del
Trabajo y el artículo 25 del Decreto 2351 de 1965. Creo que la Corte ha debido
ir más lejos en la protección de los derechos de los trabajadores y, en especial,
del goce efectivo de la libertad sindical.
1. Aclaración de voto respecto de los artículos 359, 379-e, 401 y 408 del
Código Sustantivo del Trabajo
Fecha ut supra,