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Las Elecciones en Los Estados Unidos Venezuela y El Dia Despues

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Elecciones en los Estados Unidos: Venezuela y el día después.

Las elecciones en los Estados Unidos se desarrollaron con total normalidad. Y si bien la victoria
de Trump era el resultado más probable, no por ello deja de ser un terremoto político de
proporciones difíciles de predecir.

En principio fue una victoria aplastante, que le permite a Trump y al Partido Republicano
mantener el control incluso del Senado, lo que relega a un segundo lugar al Demócrata y evita a
Trump tener que negociar sus grandes políticas buscando la aprobación de éste.

Por otra parte, Trump supo conquistar el voto latino e inclusive subió un poco en el voto
afrodescendiente, pese a su discurso racista y antinmigración.

Muchas razones explica esto, pero una de ellas es que Trump ha sabido mezclar el voto
antinmigrante con guiños a los residentes legales. Por otra parte, la situación económica ha
empeorado en los tiempos demócratas para el ciudadano de a pie, buena parte del cual es más
proclive a anuncios de orden económico que a otros de carácter político. Así las cosas, en el
anterior gobierno de Trump las ayudas económicas a poblaciones de bajos recursos fueron más
efectivas y expeditas, así como la situación económica mucho mejor pese a la pandemia.

Adicionalmente, debe tenerse presente que el voto latino en los Estados Unidos es bastante
pragmático y conservador. Así las cosas, en la era Trump los ataques contra Venezuela y Cuba
fueron más fuertes, por lo que el votante latino inclinado a la derecha veía con más simpatías
un retorno de Trump al tiempo que buscaba castigar la “flexibilización” de Biden.

Después hay otros factores externos no menores que explican la victoria tan cómoda de Trump:
el conflicto en Ucrania y el del Medio Oriente.

De allí en más el misterio a resolver ahora es que nos traerá más allá del calor electoral este
nuevo período de Trump.

En lo concreto, todo el mundo da por descontado la disminución del apoyo estadounidense a


Ucrania, apoyo sin el cual al actual gobierno de este país le resultaría imposible seguir la guerra
contra Rusia, pues el apoyo de la UE solo no sería suficiente ni sostenible para los países que la
conforman.

En lo que refiere al medio oriente, aunque el apoyo de Trump y sus partidarios a Israel es
abierto y total, es esperable que se fuercen las condiciones para un alto al fuego. Las razones
pueden ser muchas, pero en especial el costo económico pero también político que el mismo
representa para los Estados Unidos, y que de hecho, le terminó pesando a Biden. Por otra
parte, pese a las simpatías de Trump por Israel en los Estados Unidos no todos ven con buenos
ojos el que el gobierno israelí tiene iniciativa propia y fuerza a la Casa Blanca a un conflicto con
Irán que nadie quiere. De todos modos, lo que pase está por verse.

Y en lo que a Venezuela refiere la incógnita es aún mayor. En líneas generales hay quienes
esperan que siga la línea iniciada por Biden de flexibilización, apelando a los nuevos tiempos y a
la necesidad de solventar problemas como la emigración ilegal en los Estados Unidos, buena
parte de la cual en los últimos tiempos es venezolana. También hay quienes dicen que no
buscará poner en riesgo los negocios norteamericanos en el país.

En realidad todos esos argumentos son ciertos y válidos, pero no necesariamente suficientes.
También tiene sentido pensar que Trump puede volver por sus fueros intentando culminar el
trabajo que él mismo ha dicho dejó inconcluso. Adicionalmente, Venezuela se encuentra en un
momento complejo, en el marco de un gobierno al cual una vez más se le discute al gobierno la
legitimidad. El caso es que esto último también lo ha alejado de aliados importantes en
coyunturas como estas, tal es el caso de Brasil y la Colombia gobernada por Petro. Es posible
que los propios temores de estos últimos a que vuelva la ultraderecha en sus respectivos países
los fuerce a amainar su posición hostil contra Venezuela en estos momentos. Pero también lo
es que pueden jugar a sacrificarla o en todo caso no defenderla para buscar congraciarse con el
nuevo gobierno norteamericano. La postura de Lula en los BRICS puede ser un asomo de eso.

No debe dejarse de lado por lo demás que en la actualidad el mundo vive una guerra mundial
no declarada donde cada potencia busca hacerse fuerte en sus áreas naturales de influencia y
evitar que potencias externas las penetren. La acciones de Rusia en Ucrania así lo evidencia, lo
mismo que China en Asia. El medio oriente es un escenario donde las diferentes potencias
buscan también resguardar sus áreas de influencia, siendo que China y Rusia se hacen fuerte
con Irán y Siria y en cierta medida con Irak, por lo que es esperable que los Estados Unidos
busque recuperar control sobre Israel y otros socio menores. África y Latinoamérica son dos
territorios que también se hayan en disputa: y en este caso parte de la suerte venezolana pasa
por saber cómo interpretan los Estados Unidos las alianzas con China o Rusia: ¿es algo con lo
que pueden convivir o está dispuesto Trump a ponerle fin dado que estamos hablando de un
país estratégico situado en pleno corazón se su “patrio trasero”? Pronto lo sabremos.

Más allá de que en los próximos días pueda haber anuncios del nuevo gobierno
norteamericano, una pista serán los nombramientos que se hagan en departamentos como
Defensa, Seguridad Nacional, Tesoro y la Secretaría de Estado -y si bien no hay relaciones entre
los países, si hay algún nombramiento de embajador o enlace- dependiendo de los personajes y
sectores que los ejerzan tendremos idea de por dónde vienen los tiros.

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