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LIBRO¿Y Cuándo Murió El Amor - ISBN

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¿Y cuándo murió el amor?

Frank Gois
¿Y cuándo murió el amor?
Frank Gois
¿Y cuándo murió el amor?
Por Frank Gois

Primera Edición 2017


© 2017 por Francisco Javier Gois Escobar.
© RENOVA EDITORIAL, S.A. de S.V.
ISBN 978-607-98540-2-7

Email: renova.ed@hotmail.com / renovaeditorial@gmail.com


Tel: 7225881015 / 7224413689 / 7224731166

Colaboración Especial: Mtra. Elizabeth Catañeda Flores


Diseño e Ilustración: L.D.G. Alejandra Barbet Guzmán
Corrección: L.D.G. Alejandra Barbet Guzmán

Reservados todos los derechos.


No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación
a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier
medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización
previa y por escrito del titular del copyright. La infracción de dichos derechos
puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Clasificación: Literatura

Impreso en México / Printed in Mexico


Agradecimientos

Agradezco a Dios por todas las vivencias y experiencias buenas


y malas adquiridas a lo largo de la vida, así como la oportunidad
que me da al poder escribir este ensayo acerca del amor.

De manera profunda agradezco a mi amiga y esposa Irene por


ser mi compañera durate ya 32 años en esta hermosa aventura
y por regalarme dos preciosos tesoros, Isaac y Lizeth, a quienes
agradezco su amor incondicional; y ahora a través de mi hija ya
tengo dos hijos más: mi yerno y mi hermosísimo nieto.

Quiero agradecer de manera especial a la Maestra Elizabeth


Castañeda por su invaluable cooperación en este proyecto.

También agradezco a mis heroés, a mis amados padres, por


rodearme de sabiduría y amor desde que me trajeron a la vida. A
todos aquellos seres preciosos, familiares y amigos que me han
dado inolvidables momentos e innumerables argumentos para
escribir éstas sinceras líneas llenas de vivencias y de emoción...

. . . G ra c i a s !
Prólogo

De ninguna manera, nadie puede negar que el universo


es una sinfonía de elementos físicos y químicos. Cada
galaxia gira junto con millones de sistemas solares;
no menos nuestro sistema, danza alrededor del Sol,
en una coreografía planetaria hermosa y precisa. La
inigualable y preciosa Tierra gira con su único satélite,
la Luna, para dar lugar a las estaciones del año solar, a
los calendarios lunares, a la agricultura, a la tecnología
y a la ciencia.

Cada elemento en el Universo, es delicado y armonioso,


tanto, que no pudo haber sido obra de la casualidad.
Sólo un diseñador soberanamente inteligente y
poderoso tuvo a bien diseñar, construir y animar tan
hermoso mecanismo, llamado Universo o Cosmos;
la palabra Cosmos nos remite a la idea de orden,
armonía y belleza.

¿Y cuándo murió el amor? 9


Un famoso físico contemporáneo, Michio Kaku, dice
al respecto del diseñador “Los físicos son los únicos
científicos que pueden decir la palabra Dios y no
sonrojarse”. Sin embargo, ¿qué fue lo que lo movió
a diseñar, ordenar y animar tan incomparable obra?,
¿qué impulsó a Dios a crear y sostener en movimiento
la creación del Cosmos? Pues el impulso del
primigenio y poderosísimo AMOR. El amor generador
y protector de la vida, que se goza en darlo todo, sin
perder absolutamente nada.

Cuenta la Teogonía de Hesíodo, que en el principio


Eros, el Amor, brotó de un huevo cósmico, engendrado
por dos elementos de incertidumbre, la Noche (Nix) y
la Oscuridad (Érebo). Eros, según este escritor griego
nacido en el siglo VII, antes de Cristo, fue parte de los 4
elementos primordiales junto con el Caos (hendidura,
resquicios) Gea, la Tierra y el Tártaro, lugar de castigo,
situado más abajo del Hades.

Posteriormente Eros, fue adquiriendo en la misma


Teogonía, características cada vez más mundanas.
Eros fue hijo de la diosa del amor y la belleza, Afrodita
y…Júpiter, Ares, Hermes o Hefestos.

El amor, según la teoría de Stenberg, se perfila en


base a tres elementos, que son: Pasión, Intimidad y
Compromiso.

10 ¿Y cuándo murió el amor?


La pasión como el elemento del amor, es la simple
atracción y apetito sexual entre dos personas,
propiciado por la activación biofisiológica.

La intimidad, se expresa con la necesidad de


proximidad hacia otra persona, para dar y recibir
empatía emocional de manera cotidiana, con el
propósito de proporcionar bienestar.

El compromiso, es más poderoso, puede sobrevivir


entre dos personas a pesar de carecer de intimidad
y de pasión, ya que ambas personas llevan a cabo
un pacto voluntario, el cual sostienen con el único
objetivo del bienestar mutuo. En este pacto no cabe el
ego de ninguno de los dos.

Cabe señalar que las diosas y dioses del amor (griegos,


romanos, nórdicos, egipcios, babilonios, sumerios,
acadios, védicos, hindúes, chinos y mesoamericanos)
son producto y paradigma de la conducta de sus
pueblos, los cuales formaron parte de culturas
milenarias, cuyo acervo trasciende hasta nuestros días,
se muestran en sendas, narraciones míticas, pasionales
y hasta corrosivamente destructivos.

Entonces ¿qué fue del amor?, ¿qué fue del amor que
impulsó al gran soberano y diseñador a crear y a
sostener cada partícula subatómica en el Universo?

¿Y cuándo murió el amor? 11


El que mantiene el movimiento perpetuo del
Cosmos, el que creó la inconmensurable diversidad
biológica en este planeta, el que dio inteligencia y
habilidad al Homo Sapiens Sapiens.

Ahí está, dentro de cada persona, pues el destello


divino brilló desde su concepción. Cada ser humano
no es producto de la casualidad, ni de un accidente
evolutivo o de una serendipia no calculada. Cada
persona que pulula sobre la faz de este hermoso
planeta, lleva consigo esa fuerza generadora del amor.
El mismo Amor divino que diseñó, generó y sostiene al
Universo; ese mismo amor, que nació del Creador, se
refleja en cada persona con el mismo efecto creador,
generador y protector de la vida que se goza en darlo
todo sin perder absolutamente nada, aunque algunas
veces no se perciba.

Este libro, querido lector, te conducirá paso a paso,


hacia el conocimiento de las características y los
generales del amor. De ese Amor comprometido,
profundo y genuino, que trasciende en el tiempo y
en el espacio; muy lejos del amor egoísta, superfluo
y voluptuoso, que preside la conducta de las
personas hoy.

Mtra. Elizabeth Castañeda F.

12 ¿Y cuándo murió el amor?


Índice

Introducción
La Esencia del Amor........................................................................15

Capítulo 1
El Encuentro..................................................................................................19

Capítulo 2
El Amor Se Trata De Dar.........................................................23

Capítulo 3
No Seas Jactancioso..........................................................................31

Capítulo 4
No Te Envanezcas...............................................................................35

Capítulo 5
Aprende A Esperar...............................................................................41
Capítulo 6
No Tengas Envidia................................................................................47

Capítulo 7
¡Sí, El Verdadero Amor Sufre!.................................................53

Capítulo 8
El Amor No Miente Porque
Su Simiente Se Llama Verdad...............................................61

Capítulo 9
El Amor No Da
Cabida Al Odio Ni Al Rencor.....................................................69

Capítulo 10
El Amor Es Fe...........................................................................................75

Capítulo 11
¿Morirá El Amor Algún Día?................................................83

Capítulo 12
El Amor No Muere, Nunca Morirá.....................................91

Capítulo 13
El Ádios................................................................................................................97
La Esencia Del Amor

Existe un ser que es increado, totalmente poderoso


e indestructible, el cual posee todas las virtudes,
dones y valores existentes; es extremadamente
incomprensible, tanto, que no hay palabras para
describir toda la hermosura que su presencia irradia.

Su presencia influye sobre la conducta de todo ser


viviente, no tiene límites, no conoce fronteras; y su
esencia se derrama por doquier, en lo más alto de
los cielos o en lo más profundo de los mares.

Este ser tan prodigioso, tan extraordinario y bello no


posee maldad, es inmaculado e impecable en todas
sus dimensiones por la eternidad. Su propósito en
el universo es inundar todo lo que existe.

Su nombre en el mundo es sonido admirable,


melodía vivificante, es poseedor del significado

¿Y cuándo murió el amor? 15


más inescrutable, incomprensible y extraordinario.
Cuanto más maravilloso nombre es, más sublime
es en su humildad, más poderosa su fortaleza en su
fé y más inagotable completo perdón.

Su nombre, por supuesto, es AMOR, palabra corta,


palabra pequeña fácil de articular. Palabra de cuatro
letras que encierra los actos más indescriptibles,
más osados y valientes; actos de singular belleza,
todo aquello que cautiva el alma.

Y si el amor se halla en cualquier parte entonces


miremos allá, a ese tercer planeta, ese puntito azulado
fuente de vida y diversidad extrema. Es ahí donde se
encuentra la raza más prodigiosa, más excelsa, raza
que se denomina humana, de manufactura muy
compleja y delicada, capaz de transformar la materia
en objetos maravillosos.

Seres dotados de férrea actitud, de capacidades


y talentos que los sorprenden constantemente a
ellos mismos.

Raza de movimientos ligeros como el agua que


desciende por las cañadas, raza de fortaleza
inaudita, resistente a las condiciones más adversas,
crueles y desalmadas. Raza de fuerza temible y
huracanada, de rasgos definidos, finos y pulidos, tan

16 ¿Y cuándo murió el amor?


simétrica y estructurada que enamora y cautiva a la
naturaleza, naturaleza que les brinda admiración,
respeto y sujeción.

El amor existe en este mundo con el único propósito


de llenar el vacío que ninguna de las capacidades,
dones y talentos naturales con los que fue dotado el
ser humano ha logrado satisfacer, vacío que ningún
fundamento científico o filosófico ha logrado llenar
porque ninguno de tales argumentos tiene conexión
con lo divino. Ese componente con el cual todo ser
humano fue provisto y por eso el amor, que también
lo es, está presente para suplir tan gran vacío.

¿Y cuándo murió el amor? 17


El Encuentro
Capítu lo 1

Y ahí está un ser humano con todo lo hermoso


de sus capacidades, talentos y habilidades; ahí
está uno en medio de un espléndido bosque. Un
bosque perfecto, de árboles esbeltos y enormes,
árboles susurrantes que emanan paz y admiración.
Y bajo un gigante perfumado árbol estaba uno de
esos humanos tal y como lo había descrito.

Con los ojos extasiados con el verde y el azul de


las altas copas. El movimiento de las hojas y el
zumbar de los insectos. Absorto en tan cómoda
postura, que de pronto, comenzó a experimentar
un sentimiento cálido y mullido, como aquel que
prodiga un padre al arropar con cuidado a su hijo
antes de salir a la intemperie de un invierno crudo.
Luego el hermoso ser cerró sus ojos y esperó.

¿Y cuándo murió el amor? 19


Entonces, el amor con paso firme pero pausado llegó
ante él, derramando tras de sí su esencia de inagotable
paz y armonía. El gentil ser abrió los ojos sin alcanzar
a entender lo que ahora veía, admirado y sorprendido
por tan inesperada presencia no pudo articular palabra
alguna. Sin embargo pudo percibir de inmediato que
a tan singular imagen, nada la ligaba con ninguna
forma de maldad.

No se esforzó por preguntar quién era, lo sabía. Así


se dejó envolver por su suave fragancia quedando
embelesado, con una emoción inexplicable, en espera
de lo que a continuación ocurriría.

Así en este contexto, el Amor, se sentó frente a él y


comenzó a explicar con gran ternura y paciencia de
lo que se trataba su esencia y composición.

-Hola estimadísimo y prodigioso ser humano, puedo


notar que has deducido bien, que conoces mi identidad
pero te intriga enormemente mi presencia y el mensaje
que te he venido a comunicar.

-Pues bien, comenzaré por decirte que la esencia que


me constituye, que mora en mí, no debe permanecer
en mi interior porque fue diseñada específicamente
para ser obsequiada, compartida, derramada y ofrecida
a todos los seres humanos como tú.

20 ¿Y cuándo murió el amor?


El Amor Se Trata De Dar
Capítu lo 2

Así dio inicio su disertación sobre el concepto tan


profundo y tan complejo, sin dejar de observar
al hermoso ser humano, con su mirada llena de
majestuosa ternura.

El hermoso ser humano se incorporó despacio y


se sentó encarando a su interlocutor, sabiendo de
antemano que lo que estaba a punto de escuchar
de la hermosa presencia, sería tan trascendental que
el olvido no podía estar presente en este diálogo.

El Amor mirándolo con ternura le dice -El fin de la


existencia se trata de dar. Repite conmigo, se trata de
dar, se trata de dar.

Lo tomó de la mano y llevándolo a caminar, con paso


lento y cadencioso, le dijo -¡El amor se trata de dar!,
¿comprendes?. En la vida es necesario comenzar por

¿Y cuándo murió el amor? 23


dar tu tiempo, esto te permitirá no sólo ver todas
las cosas hermosas que te rodean en la vida, sino
también vivir completamente satisfecho, porque las
cosas bellas de la vida no cansan ni traen malestar.

Luego le advirtió -¡Si sólo ves!, seguro vivirás


engañado, se cansará tu alma y tu espíritu, y entonces
podrías empezar a morir. Y volvió a decirle -Recuerda,
¡el amor se trata de dar! Da tu tiempo, porque con él
podrás conseguir las cosas que se necesitan para ser
completamente felíz. Da tu tiempo para escudriñar
las cosas buenas que de otros observas, da tu
tiempo para ayudar a los demás, en especial, a los
más débiles, ya que ayudando estarás sembrando
en tierra fértil, la cual, con amor germinará, y un buen
día cosecharás frutos más allá de tu imaginación.

¡El amor se trata de dar! Da tu tiempo porque


dandolo descubrirás que se multiplicará para todo
y para todos. Si reglas tu tiempo, aunque no lo
parezca, te permitirá sacarle provecho, mucho.

El tiempo es precioso, no debes malgastarlo


porque debo recordarte que no se estaciona
para esperarte, por tanto, procura administrarlo
sabiamente. No olvides mis palabras, el tiempo es
la mejor inversión en tu vida, evita desperdiciarlo.

24 ¿Y cuándo murió el amor?


Da tu tiempo porque al obsequiarlo conocerás a
muchas personas que te acompañaran solícitas
por todas las insondables veredas de tu vida; da tu
tiempo a quien no veas con tus ojos, a quien no
desees con tu mente.

El amor se trata de dar, dar tu tiempo y es en ese acto


donde encontrarás en un escenario de sinceridad y
amistad a tu verdadero amor. Comprobarás con el
tiempo que cuando en una relación ambas partes se
esmeran y se esfuerzan con desvelo por el bienestar
del otro, se encuentra el principio de la verdad.

Da sin esperar nada a cambio porque si así lo haces,


seguro recibirás más de lo que tu imaginación
hubiera pensado.

Hay una ley ancestral tan longeva como la misma


eternidad, que dice que lo que siembras, siempre,
siempre, cosecharás.

-¡Recuerda, el amor se trata de dar!-insistió de


nuevo. -Este enunciado del cual estamos hablando,
es muy importante que lo atesores, porque de
aquí en adelante, todas tus decisiones harán eco
para bien o para mal en el tiempo, en este mundo
implacable en el que estás.

¿Y cuándo murió el amor? 25


-¿Cómo puede ser esto?-preguntó el ser, que por
primera vez hablaba y al parecer no comprendía
lo que el Amor solícito le decía. Entonces el amor
con la paciencia que le caracterizaba le explicó
-Escucha, con atención- y de nuevo mirándolo con
ternura, como una madre cuando se embelesa
ante el rostro tierno e inocente de su recién
nacido, le dijo -Cuando llegue el tiempo en que tu
corazón te insista en depositar tu genuino amor
en alguien, cuida que no te mueva el deseo vano
de la belleza corporal. Eso te sucederá si no te das
tiempo para observar con detenimiento y cultivar
la amistad; insisto, el amor se trata de dar.

Permite a la paciencia tomarte de la mano para


darte el tiempo de cultivar una amistad sin prisas
ni exigencias, entonces, podrás escuchar el pulso
del corazón de quien pretendes que sea tu amor.

26 ¿Y cuándo murió el amor?


¿Y cuándo murió el amor? 27
Si esperas con paciencia, podrás escuchar y percibir
las señales más recónditas e inequívocas, de quién
es en realidad ese ser que pretendes. Espera y esas
señales te guiaran a tomar la decisión más correcta,
nunca te fallarán.

-Da tu tiempo-le dijo el Amor. -Da tu tiempo. -Y así, el


ser que escuchaba perplejo y con gran embeleso, fijó
su mirada y trató con denuedo comprender lo que el
Amor le mostraba. -Da tu tiempo-continúo diciendo,
-pero dalo, sin ver hacia el pasado, que por bueno o
malo que haya sido, no lo harás regresar. Mira siempre
hacia el futuro, porque de lo contrario perderás muchas
experiencias nuevas.

Recuerda debes vivir y dar tu tiempo en el presente


porque el pasado ya partió, porque aunque haya sido
muy bueno, ya no regresará, así que da tu tiempo en
el momento correcto y ese momento siempre será
el presente. Ni siquiera para el mañana porque el
mañana es incierto y aunque te sientas lleno de fuerzas
y talentos, creyendo que eso te dará esperanza para
todas tus empresas.

Lo mejor es disfrutar de tu presente, pues es lo que


tienes latente, que tal si por querer vivir el mañana,
totalmente ilusionado por lo mucho que quizás
hayas atesorado en tu mente, inesperadamente

28 ¿Y cuándo murió el amor?


aparezca algún nubarrón o por qué no, la misma
muerte, que te cortará de un tajo las alas de tu vida
y no disfrutarás lo que te traía ese día.

Al poco rato, comenzaron a caminar por lapsos


pequeños, durante los cuales el ser humano meditaba
en las sabias palabras que había escuchado.

-Así que el amor se trata de dar-expresó el humano,


un poco preocupado e incrédulo, al hermoso ser
que lo oía sin asombro ni reparo. -Sí-dijo el Amor.
-El amor se trata de dar, es más, el amor en realidad
es sufrido y sacrificial.

Cuando traspasas la línea de dar, experimentarás


un inagotable placer y en ese momento cobrará tu
vida un profundo significado.

El dar, abre multitud de surcos para las oportunidades.


Aparecen aún cuando se siembre en tierra reseca
y agrietada o en la más fértil y acomodada, a su
debido tiempo, sí, a su debido tiempo brotarán los
frutos, resultado de la inversión generosa del dar.
Sin embargo, si se siembra un mal fruto, sin duda
alguna tu cosecha será de la misma esencia de lo
que sembraste, no hay engaño en eso, esta ley es
eterna e inquebrantable.

¿Y cuándo murió el amor? 29


Por otra parte, hay quienes retienen en sus manos
más de lo justo, y claro, al no dar con generosidad,
darán paso a la pobreza en cualquier aspecto de
la vida (tiempo, esfuerzo, trabajo, cuidado, amor,
amistad, economía). -Es axiomático, si siembras de
manera generosa, puedes esperar en su tiempo,
como ya te lo dije- le señaló el Amor al ser humano
que escuchaba sin parpadear como no dejando ir
nada de toda esa sabiduría que estaba oyendo y
que absorbía casi sin tomar respiro.

-El dar-continúo el Amor emocionado, -te ennoblece,


te engrandece, te fortalece y te hace un mejor
ser. Siempre debes recordar, que es la semilla de
la vida, que irás regando sin medida, y que sin
poder entenderlo con la razón, el milagro surgirá
y cosecharás en su tiempo. Esto es veraz, no falla,
no tiene final, así que procura durante toda tu
vida ser generoso y abrir tu mano siempre gozoso
porque entonces miles de veces las generosidades
regresarán fastuosas a tu vida.

30 ¿Y cuándo murió el amor?


No Seas Jactancioso
Capítu lo 3

Al poco rato, la pareja se detuvo, entonces continúo


el Amor con su singular paciencia, para seguir
vertiendo sobre ese ser su generosa sabiduría. Y le
dijo -No te jactes nunca de nada porque eso no es
amor, eso no es dar, más bien, es simple egoísmo
y eso no te permitirá jamás hacer feliz a quien tu
pretendas.

No te jactes, porque a medida que consigas mayores


logros, te redituarán en soberbia, y ésta pronto se
convertirá en un gigante descomunal, que cavará
en ti un vacío depredador que al final devorará tu
alma y espíritu.

Tú posees inteligencia, no te jactes, pues ella es


un regalo que se te dio. En realidad, solo eres el
administrador de ese don. Mucho mejor será, si
buscas compartirla, haciendo el bien a los demás.

¿Y cuándo murió el amor? 31


Cuando llegue el día en que unas tu vida a tu amor,
la inteligencia será tu mejor recurso para convivir.

Eres un ser hermoso, no te jactes, recuerda que la


verdadera hermosura no es superficial. La verdadera
hermosura no se deteriora con el tiempo ni pierde su
brillo, si te jactas de ella, llegará el día en que la decepción
te perseguirá, pues ya no resplandecerá igual. No te
jactes, por que la jactancia se cimenta sobre el egoísmo,
sobre la falsa creencia de que tú eres perfecto.

No te jactes de nada ya que la jactancia es la burla


silenciosa que diriges hacia quien tú consideras, no
logró lo que tú alcanzaste. No caigas en la trampa
de creer que eres mejor que los demás, y en muchas
ocasiones, hasta superior. No olvides que la vida
está llena de incontables caminos y oportunidades,
pues un día esas oportunidades pueden alcanzar a
aquellos, a quienes a tu parecer, se quedaron sin
avanzar. Y hasta podrías observar cómo ellos no
solo llegan, sino que lo hacen antes que tú, y tu
desdicha y asombro te acusarán.

No te jactes de nada, eso no es amor, porque en la


jactancia está escondida la ofensa intrigante hacia
nuestro semejante, y nadie por más hipócrita que sea
podrá en su totalidad esconderla. No te jactes, ya que
la jactancia te colocará sobre el más alto concepto

32 ¿Y cuándo murió el amor?


que tengas sobre ti mismo, pero al paso del tiempo,
cuando la razón llegue a tu encuentro, te tomará de la
mano y te sentará en el sillón de la realidad. Ese día lo
recordarás en tu vida como el más funesto.
-No te jactes-insistió el Amor preocupado, como
queriendo clavar en el corazón de ese ser ya motivado,
los consejos que atraerían paz, armonía y el mejor
ambiente para entonces sí vivir enteramente feliz.

Y continuó diciendo -Recuerda, la jactancia proviene


de un alma vacía, tristemente vacía, que pretende
llenarse sólo con alegrías materiales, emocionales
pero efímeras. Y agregó el Amor, con paciencia en
tono suave y pausado, como advirtiéndole de la
manera más amable, -Muchos de tus semejantes
han sido atraídos por las tentaciones incesantes para
probar los néctares engañosos de los pensamientos
jactanciosos, pero irremisiblemente sufrirán los
estragos de la soledad, la frustración y la terrible
decepción.

Le dijo de nuevo con tono fresco y mirándolo a


los ojos e irradiando una gran mansedumbre -No
te jactes de nada. La jactancia es la forma más
desesperada de presumir las vanidades logradas
para que el alma quede saciada con la vanagloria
y la fama. Y abrazándolo por completo le susurró al
oído -No te jactes de naaada.

34 ¿Y cuándo murió el amor?


No Te Envanezcas
Capítu lo 4

Ahora el Amor, cara a cara, puso sus manos sobre


los hombros del ser para depositar en él un nuevo
consejo, con viva voz y emocionado le dijo -La
vanidad es precisamente eso, lo vano, lo superfluo,
lo que carece de valor y de trascendencia.

Si tu vida es bendecida con bienes materiales, que


te darán alegrías momentáneas, no te envanezcas
porque debes recordar que algo qué no puedes
controlar es el tiempo de tu final. ¿Qué harás si de
repente llega?. ¿En dónde quedará toda tu vanidad,
vanagloria, arrogancia y poder?

A la muerte no se le puede distraer, ella es muy


puntual, he indefectiblemente para toda la
gente, ese momento siempre será el más incierto,
decepcionante y cruel para todo aquel que haya
osado envanecerse.

¿Y cuándo murió el amor? 35


No te envanezcas, recuerda que estás hecho de la
misma sustancia que tus semejantes. No posees
elementos biológicos diferentes, que te hagan un
organismo excepcional. Sentado a su lado el Amor,
observaba como meditaba y se esforzaba ese ser
por atesorar tan valiosas palabras.

No te envanezcas-insistió el Amor, -la vanidad es


algo efímero y sus frutos son fruslerías de la vida,
aunque no te parezca que tiene mucho sentido, te
digo que seas humilde porque en la humildad está
la verdadera grandeza de los hombres, piensa.

El Amor le dijo -la humildad es simple sentido común.


Si los débiles necesitan ayuda, los más fuertes son los
que pueden ayudar, no los de igual o inferior condición.

Si eres humilde eres fuerte, si eres fuerte no estás


ensimismado, así que enfocas toda tu potencia para
ayudar y para servir, eso te aleja por supuesto de la
vanidad. Tus actos tienen trascendencia, no perecen
porque siembras en buena tierra y seguramente
serás recordado por siempre.

De repente el Amor se levantó y junto con él, el


hermoso ser. Ambos prosiguieron su caminata
hacia las faldas de una colina florida. Recuerda no
te envanezcas porque en la vanidad está la auto

38 ¿Y cuándo murió el amor?


exaltación y el egocentrismo, que aleja a los sabios
y a los seres buenos de la práctica del bien. Se
humilde en cada oportunidad porque la humildad
hermoseará tu rostro y siempre serás admirado
por los grandes, pues la humildad es hermosa e
inspiradora.

Aquellos que quieren seguir los pasos de la


arrogancia y vanidad, que se dejan seducir por las
cosas superfluas y volátiles, las cuales tienen costos
muy altos y traicioneros, pierden la oportunidad de
encontrarse con las cosas más bellas y maravillosas
de esta vida, que vale decirlo, todas son gratuitas.
Como la habilidad de maravillarse con la naturaleza,
observar el espectáculo de los seres vivos, contemplar
la gloria, la belleza del cielo, la fuerza del mar y la
majestuosidad de las estrellas.

Y estas habilidades, las logran sólo aquellos que


comprenden que la humildad no es degradante ni
vergonzosa, sino una virtud que fue dada a todos los
seres humanos y que sin embargo, deben decidir si
la usan o la desechan.

-No te envanezcas-le insistió el Amor como si fuera


la primera vez que se lo decía y esperaba que ese ser
asintiera con su cabeza para constatar que estaba
recibiendo y entendiendo el mensaje.

¿Y cuándo murió el amor? 39


-No te envanezcas-le repitió el Amor al ser expectante,
que alentaba su mente para continuar digiriendo
lo que escuchaba. Y es que a cada instante de la
enseñanza, incesante se revolvía la emoción en sus
entrañas y en el corazón, al punto de que cada vez que
pausaba el Amor, eran momentos de desesperación
por escuchar de nuevo su voz. Y ahí estaba otra vez el
Amor haciendo énfasis en su doctrina, que con placer,
dedicación y pasión, vertía sobre él apacible ser.

No te envanezcas, porque la vanidad sólo te


conducirá a la cúspide de tu egocentrismo, desde
donde pensarás que todo lo que has alcanzado ha
sido por tu propio esfuerzo y voluntad. Si lo llegaras
a pensar así, cerrará las puestas de tu ser por donde
escala la sabiduría.

Tus ojos se cerrarán al entendimiento y así flotando


en tu propio viento, no te percatarás que en realidad
te estás hundiendo en un pozo profundo, cada
vez más inmenso, en el que muchos, durante largo
tiempo yacieron agonizantes por haber dado cabida
a la perniciosa vanidad. Y al final de su tiempo sólo
les quedará el insípido arrepentimiento, la ignominia
dolorosa y la amargura tormentosa, que es la factura,
si bien escandalosa, al final es la paga que ellos
mismos eligieron, y no otra cosa.

40 ¿Y cuándo murió el amor?


Aprende A Esperar
Capítu lo 5

Y así al llegar a la cima de la colina, no pudieron hacer


más que admirar los valles y los majestuosos paisajes
con que el esfuerzo los había premiado. Así sus ojos
gustosos se recrearon con los colores, sonidos y
exuberantes aromas que se alzaban del entorno, lo cual
lo hacían inexplicablemente hermoso y armonioso. Ahí
deteniendo el paso como esperando algo o a alguien,
el Amor volvió a abrir su boca y con mucha paciencia le
dijo a su acompañante y discípulo -aprende a esperar-
entonces hizo una pausa solemne, como si le quisiera
adelantar un poco de la enseñanza que ahora habría
de verter, algo que al humano le pareció una eternidad
pero sin embargo entendió por donde habría de ir la
enseñanza, por lo que permaneció impasible hasta el
final de la pausa.

-Aprende a esperar-dijo el Amor determinado, como


si fuera el principio de un tratado; así con la fortaleza

¿Y cuándo murió el amor? 41


de su lado le dijo entusiasmado -nunca te dejes llevar
por la prisa de hacer, tener o emprender, las grandes
empresas se logran con paciencia y esperanza, y todo
aquel que sueña con lontananza debe saber que
antes de poder comer del fruto delicioso es menester
sembrar y esperar el proceso complejo que la tierra
tiene para poder proveer. Aprende a esperar, porque
los tiempos llegarán, espera, no seas como los
simples humanos que piensan que por su grandiosa
inteligencia y creatividad en un abrir y cerrar de
ojos lograrán conseguir todas las cosas, sin meditar
en que su impaciencia les acarreará decenas de
males, ya que en su afán de obtener las cosas de fácil
manera, violaran los principios, valores y procesos,
los cuales dan el sazón a los diferentes elementos, y
que solamente el tiempo, a su tiempo, logra perfecto
conocimiento.

Aprende a esperar, porque la espera es la antesala de


la excelencia. Ahí se eliminan todas las impurezas, se
gestan las grandes ideas, se meditan los proyectos más
exigentes e inteligentes, porque es en esta antesala
donde se doma nuestra conciencia, y se aprende
a pensar en el futuro como si fuera el presente más
cercano. Sólo en la quietud y con paciencia se logra
una enseñanza manifiesta surgida de la templanza,
de la voluntad inquebrantable y la determinación
sincera. Porque sólo aquel que aprende a esperar,

42 ¿Y cuándo murió el amor?


aprende a valorar aquello por lo cual esperó, y es
entonces cuando la espera se manifiesta para disfrutar
del fruto de su labor paciente.

-Aprende a esperar-le dijo otra vez de manera


insistente. Esperar es la esencia del amor viviente.
La paciencia era un componente vital del amor,
es un fruto inequívoco de aquellos que le poseen.
Los que esperan se distinguen por su templanza,
no se embelesan en los sueños de la superficial
confianza, sino que viven ejercitando sus sueños
en grandes hazañas de bienestar para los demás.

Sólo los que saben esperar se hacen dignos de


acumular la sabiduría necesaria para encontrar la
verdadera felicidad.

El que espera, rastrea la verdad. No toma cualquier


camino sin indagar, no se introduce en veredas para
acortar el proceso de investigar, sino que espera
paciente a encontrar los argumentos convincentes que
le muestra la realidad. Espera el detalle, la evidencia
que lo habrán de convencer, espera por la verdad.
Incentivado por la esencia del amor y, una vez que la
ha conseguido, buscará dónde la habrá de depositar.
-Recuerda-le dijo el Amor. El amor se trata de dar y
sólo puede dar aquel que esperó pacientemente
por la preciosa verdad, pues la mentira es fruto de

¿Y cuándo murió el amor? 43


la impaciencia; y es en la impaciencia donde se
cosechan mentiras, error y destrucción, todos ellos
son elementos que nada tienen que ver con el amor.

Esperar es parte de mi esencia dijo el Amor. Soy


paciente. Mira a tu alrededor, la naturaleza es
paciente, gesta cada rama, cada hoja y cada flor. No
la apresura, la observa crecer bajo la luz plateada
de la luna.

Aprende a esperar, a que tus esfuerzos se gesten,


no apresures el nacimiento del ser amado, no
violentes el proceso determinado por la sabia
naturaleza. Espera con paciencia el día señalado
para ver la grandeza de una nueva vida que al mundo
ingresa.

Así continúo exhortando el Amor al generoso


ser, que se fortalecía al meditar en tan grandes y
hermosas lecciones que el Amor le compartía.

Aprende a esperar porque en la espera está la gran


oportunidad de saber cuando el verdadero amor
ha llegado. En la espera estará el conocimiento
sobre ese ser que en secreto deseas hacer feliz.

En la espera permitirás a tu corazón entablar la


conexión idónea con el corazón que pretendes sea

44 ¿Y cuándo murió el amor?


tu amor genuino. Una conexión que no provenga
de la emoción ni del deseo, sino del gozo que causa
al observar la belleza atemporal del alma.

Y de esta manera el humano asombrado iba


comprendiendo que el amor no es sólo un
sentimiento mimetizado con el entorno, que sólo
se muestra cuando está motivado por los estímulos
que son de su gusto y complacencia, sino que
empezaba a entender que ese grandioso ser quien
lo aconsejaba, estaba compartiendo con él toda
una doctrina, que preparaba su entendimiento
más y más para recibir la semilla de tan preciosa
enseñanza.

46 ¿Y cuándo murió el amor?


No Tengas Envidia
Capítu lo 6

Ambos quedaron en silencio. El Amor se puso de


pie y juntos bajaron la colina. A lo lejos, el rumor de
la naturaleza llegaba a sus oídos como una melodía
refrescante. Qué bien se sentían los dos, caminando
por una vereda. -No tengas envidia-prorrumpió el
Amor-la envidia envenena el corazón y te hace inferior
porque estás hecho del mismo material que cualquier
ser humano, huesos, músculos y sangre, por lo tanto,
puedes lograr lo que tú quieras alcanzar. Porque tú
eres igual y no obstante singular. No hay ni habrá
otro ser igual que tú, eres único en toda la historia
del Universo, y podrá haber muchas personas que se
parezcan a ti, pero nadie, nadie, como tú. Pues eres el
producto, de miles y miles de años de sobrevivencia,
resultado de miles de años de probabilidades
genéticas, que dieron como resultado el que tú
nacieras. Esta es una razón por la cual no debes de
envidiar.

¿Y cuándo murió el amor? 47


Quien envidia es una persona que no ha
reflexionado en su propio valor; una persona que
no ha logrado ver que la envidia arrastra un tumulto
de emociones, que en proporciones tales, dañan
nuestro ser y por lo general nos conducen a tomar
pésimas decisiones. Esta es otra razón por la cual no
debes envidiar.

Evita envidiar objetos materiales, pues aunque


estamos rodeados por ellos, ninguno nos podremos
llevar al morir. Es mucho mejor disfrutarlos aunque
nunca los poseas, pero si acaso los deseas en
propiedad, lucha y trabaja por ellos con paciencia
y honestidad. El esfuerzo dignifica a la propiedad
y a ti mismo, ya que todo lo mal habido causa
desasosiego y frustración en lugar de orgullo y
satisfacción.

-No envidies-enfatizó el Amor, porque sabía que si


el humano practicaba sus consejos, seguramente el
bien lo rodearía todos los días de su vida.

No lo hagas, porque la envidia es la voz sigilosa que


a toda costa, desde nuestro interior, se esfuerza para
convencernos de que no podemos, de que somos
inferiores a nuestros semejantes. Y cuando lo logra, la
frustración nos invade para robarnos la inteligencia
y enturbiar las bondades de nuestro corazón.

48 ¿Y cuándo murió el amor?


El sentimiento de la envidia es el clamor amargo que
ha clavado su bandera en nuestro interior para acallar
la voz de nuestra conciencia. La voz de la envidia grita
para que creamos que la equidad y la justicia han
huido, que nos han abandonado en el campo de la
amarga derrota, sin embargo, la envidia es una gran
mentirosa. Siempre que tú la enfrentes, siempre, la
vencerás, porque no hay arma más poderosa que
una conciencia virtuosa y un corazón valiente.

De repente llegaron a un hermoso páramo, donde


se erguía majestuoso un frondoso árbol. Ambos se
maravillaron, se acercaron a él, tocaron su áspera
corteza, aspiraron su verde frescor, tomaron asiento
y juntos admiraron su intrincado follaje.

El ser humano entonces, se animó a preguntar al


Amor -¿Es posible no sentir envida alguna?-lleno de
esperanza y gusto, el Amor con diligencia le contestó
-cuando la envidia salte a tu encuentro para clavar
en tu mente el deseo de poseer lo mismo que tu
prójimo, llámese material o espiritual, algún talento
natural o reconocimiento, tú y sólo tú tienes la
potestad avasalladora para acallar a la envidia con
su terrible vileza, enmudécela con pensamientos de
bondad y de bienestar por los demás. Atemorízala
con razonamientos de confianza en la verdad y el
bien, y luego en un acto de suma valentía, despídela

¿Y cuándo murió el amor? 49


lejos de ti.Y verás con tus propios ojos como no
podrá permanecer ante una decisión fehaciente,
temeraria y valiente de vivir correctamente. Así
que tú decides, en tu mano está el hacer uso de tu
libre albedrío. Poder tan grandioso, que define tu ser,
tu carácter, tu vida, tu presente y tu futuro. Porque al
final, en el recuento de los daños “cada ser, es la suma
total de sus decisiones”.

Cada individuo es libre, totalmente libre de decidir


por lo bueno, lo justo, lo limpio, lo puro, lo honesto...
libre para decidir por el bien. Porque el bien no
esclaviza, no reclama, no exige pago, no extorsiona
ni pide recompensa, se goza plenamente en el
bienestar de los demás.

50 ¿Y cuándo murió el amor?


¡Sí, El Verdadero Amor Sufre!
Capítu lo 7

Entonces el Amor estaba tan contento que no pudo


más y abrazó con firmeza al ser que se inclinaba por
escuchar de la sabiduría que emanaba del amor. Y
en consecuencia, el ser sintiéndose bien amado,
continuó preguntando:

-¿Si yo amara como me lo has indicado, no corro


el riesgo de ser lastimado? Y que por el dolor de
la herida, ¿mi corazón reaccione de la misma
manera contra aquellos que me hayan lastimado?-
Contestó el Amor con voz serena, clara y perfecta,
satisfecho de escuchar como su pupilo preguntaba
el argumento anhelado, -¡Sí!, amar es sufrido. El
camino del amor te llevará inevitablemente a
correr riesgos y a ser lastimado. Amar es excelso,
glorioso, vivificante, no obstante también es
doloroso, decepcionante, amargo. Pero el mismo
acto contiene el milagroso aceite llamado perdón.

¿Y cuándo murió el amor? 53


Para acceder a esta maravillosa cura, sólo es necesario
tomar la decisión, y de lo profundo de tu mente
emergerá la palabra, perdón. Se manifestará poderosa,
curando toda herida, por profunda que sea, antigua o
presente, y con la cura, este aceite milagroso, también
te regresará el gozo.

-Es más-agregó el Amor-el perdón es tan poderoso, que


ha vencido a la misma muerte. El perdón, como el aceite,
no caduca, mora dentro de ti, esperando que tu decisión
lo libere; nunca está dormido, ni distraído, siempre está
al pendiente de tu llamado, listo para sanar heridas.
Esas que con el tiempo se agravan, no importando cuan
pequeñas ni cuan insignificantes parezcan, porque todas,
todas, pueden terminar en gangrena.

De verdad, hijo mío, no hay otra solución que


remedie las heridas del corazón, no lo hace la lógica
ni la razón. No hay antídoto que cure la emoción
dolorosa, provocada por una experiencia tormentosa.
No existe otra sustancia que aminore el dolor de las
espinas clavadas, no existe forma para mitigar en el
cautiverio del dolor la formación de una cicatriz. No,
pero no confíes, esa será una cicatriz engañosa, que
no te permitirá sonreír con sinceridad, jamás.

Recuerda mi bien amado, la decisión correcta es el


perdón. El perdón hace la diferencia entre acudir a

54 ¿Y cuándo murió el amor?


la emoción rencorosa y despiadada que convertirá
tu vida en morada y nido de oscuras sombras y
tus entrañas en casa abandonada llena de polvo
y alimañas. Y curar y sanar verdaderamente el
corazón, que sufriente espera.

-La decisión correcta emana de mi esencia-dijo el


Amor-y no de la conciencia ofendida y egocéntrica.
Ya que el ser que toma de mí, siempre es dueño
de una limpia conciencia que le instará a decidir
en la mayoría de las veces, actuar contrario a sus
impulsos y emociones.

Estos insensatos, nos arrastran hacia críticas


situaciones. No lo permitas, se administrador
de tu voluntad. Sujétala, en todo momento de
sufrimiento. Detenla, ante todo evento inesperado
o violento que haya azotado inesperadamente tu
corazón, y lo haya roto o partido o simplemente lo
traicionó. Recuerda, el remedio infalible, la palabra
preciosa, la palabra perdón.

-Debo explicarte algo más-dijo el Amor a su discípulo y


acompañante, -El perdón, no es una palabra mágica ni
milagrosa. No es una poción para que olvides la ofensa
ni al ofensor, no es esa su función. Lo maravilloso y
extraordinario del perdón, es que te permite vivir junto
a quien o a quienes te hayan causado dolor, porque

¿Y cuándo murió el amor? 55


su función es desechar de tu vida los sentimientos de
dolor, ira, resentimiento, odio, incomprensión.

-Además-continúo diciendo el Amor-este aceite


poderoso llamado perdón, es lo que todo humano
busca desesperado, para aplicarlo y ver sus efectos
de inmediato. Así como llevó tiempo tejer y
almacenar rencor y resentimiento, hasta hacerse
añejo, hasta hacerse rancio, así el aceite necesita ser
aplicado con dedicación, día tras día, hasta que el
alma libre conviva con el agresor. Porque la verdad,
habrá triunfado sobre el egoísmo, susurrante de
mentiras, de pensamientos infundados, pernisiosos,
conspiradores y delirantes.

Esos pensamientos que te asaltan en la oscuridad


de tu mente, que te roban, te despojan del gozo
y de la alegría. La verdad te tomará de la mano, te
sacará de ese frío rincón y te hará libre.

Por lo tanto, amado hijo, no desistas en buscar


ser libre en todo tiempo con acciones de perdón,
porque entonces vivirás libre, soñaras libre, dormirás
libre. Así, jamás tendrás que verte involucrado con la
hipocresía ni con la adulación, que como gemelas
nacidas de la malicia, se dedican a la destrucción.
Urdiendo artimañas, tramando seductoras, como
increpar el corazón de los que piensan que es de

56 ¿Y cuándo murió el amor?


tontos perdonar. Sin duda, éstos engrosaran las filas
de los desgraciados y de los infelices, al no medir
las consecuencias de sus cobardes dudas por no
perdonar.

Y sí, el amor es sufrido. Y sí, siempre existe el riesgo


de ser herido, pero con sabiduría te digo, nunca
permitas que los temores y las experiencias de dolor
mitiguen ni por un momento tu deseo de perdonar.
No permitas que las malas acciones de los que no
entienden razones, afecten tu libertad preciosa
para alzar el vuelo como ave majestuosa que
se ufana en las alturas. Porque la persona sabia,
sabe que cuando la herida fastidiosa del rencor
aparezca, no dudará ni por un momento en su
habilidad poderosa de alzar el vuelo, para alejarse
del veneno ponzoñoso, de la falta de perdón.

Así que decide perdonar. Usa tu libertad, no dejes


que el rencor, el odio o el dolor esclavicen tu
corazón, y lo encierren en una prisión de la que tal
vez nunca podrá escapar.

Decide perdonar, confía en mí. No es de tontos ni


de débiles como muchos lo creen, tampoco es de
cobardes, en realidad es de sabios, es de valientes. Es
de seres con templanza, arrojados y temerarios, es de
aquellas personas que tienen bajo control su propio ser.

58 ¿Y cuándo murió el amor?


Que no se amedrentan ante las ofensas o las acciones
fastidiosas de otro ser, sino que en cada situación de
dolor se comportan serenos, meditan, detienen la
palabra áspera y ordinaria, esperan el primer golpe y
lo esquivan. Y así el que sigue. Su dominio propio es
fuerte y flexible, se dobla, para de nuevo erguirse. Su
inteligencia emocional les permite evitar la lucha y
triunfar sin huir.

-Sí-le repitió el Amor a ese ser humano que perplejo


asimilaba la enseñanza del amor. -El amor es sufrido,
pero es exactamente el sufrimiento el que nos
permite crecer, y crecer de tal modo que incluso
un contratiempo nos hace cada vez más fuertes.
Todo evento adverso nos enseña, que el verdadero
crecimiento se haya en quien está profundamente
dispuesto a sufrir los agravios sin pretextos y listo
para utilizar el don que mora en él, el perdón
milagroso y excelso.

El amor es sufrido. El amor no hace nada indebido,


no puede, le es imposible, no es parte de su carácter.
No hace nada indebido porque su sello indeleble,
es pensar siempre en sus semejantes.

El amor, se regocija en el bienestar ajeno. Encuentra


plena satisfacción en el bienestar de su prójimo,
por eso el amor es sufrido, bajo la perspectiva de los

¿Y cuándo murió el amor? 59


demás, claro. Porque, a pesar de los que lo deploran, el
amor, se engrandece con el bienestar de todos, pues
bien sabe el amor que en el bienestar de los demás, el
dolor se aleja y la alegría se alza.

El amor, engrandece a todo aquel que con corazón


y mente enarbolan la bondad, a todo aquel que
aborrece toda injusticia, por minúscula que parezca.

El amor protege, defiende, aunque sufra el oprobio y


la envidia tormentosa, la incomprensión despiadada,
pero no por eso el amor cambiará su postura de
protección.

60 ¿Y cuándo murió el amor?


El Amor No Miente Porque Su
Sim i en te S e L l am a Ve rda d
Capítu lo 8

Otra vez se hizo un silencio, por demás hermoso, en


donde parecía que las palabras sobraban. Silencio
que se disfrutaba, pues el entorno hablaba, y
en silencio se pusieron sobre sus pies. El Amor
retomó la vereda hacia una cañada pedregosa. El
ser humano de cerca lo seguía, el Amor levantó su
mano y lo instó a que se apresurara.

Llegaron juntos al pie de la cañada. El sol en el cielo


resplandecía, bajó primero el Amor y se perdió entre
la maleza; al poco tiempo regresó empapado de la
cabeza. -Ven-le dijo-hay un pequeño manantial aquí
abajo. Ven, refréscate-mientras los dos degustaban
de la fuente cristalina.

El Amor con voz pausada le dijo-El amor no hace


nada indebido. No puede mentir, de su boca, no
salen sino sólo palabras verdaderas, tan límpidas

¿Y cuándo murió el amor? 61


como este manantial. El amor no puede mentir. La
verdad no puede vestirse de jirones andrajosos,
como son las mentiras, las sucias mentiras
engendradas del miedo y la sinrazón. Por qué, ¿qué
son las mentiras? sino frutos de la cobardía, del
miedo, del orgullo, del egoísmo impuro.

-Sabes-dijo el Amor emocionado-la verdad es la


flama que alumbra la oscuridad alimentada por el
oxígeno del amor. La verdad es la espada que liberta,
el escudo que protege a todo aquel que la prefiere;
es la luz que ilumina el camino, que muestra un
gran destino si decides seguirla.

No intentes amar con la verdad por separado, porque


quien se atreve a hacerlo, descubre lo frío, lo oscuro y
vacío que puede haber en tu mente al querer jugar
con algo tan sagrado y tan divino.

-Recuerda-continúo el Amor su discurso al humano


que suspiraba profundo, como almacenando en
su interior todo lo escuchado por su interlocutor,
y buscando en lo posible que todo ese excelente
consejo quedara impregnado en todo su ser,
espíritu, alma y cuerpo.

Es por eso que el amor, es noble, porque no alberga


mentiras. El amor y no el deseo pasajero, convive

62 ¿Y cuándo murió el amor?


con nobleza. Deplora los engaños, detesta la
impureza, el doblez y la hipocresía. La mentira se
gesta en el orgullo, la envidia, y la bajeza.

La mentira es traicionera, superficial y ajena a la


inteligencia. La mentira es aduladora. Cual intrincado
diseño escamoso de letal serpiente, que busca
distraerte y al punto de morderte fuerte, para luego
inyectar su veneno. Veneno que destruye lentamente,
y luego de haber alcanzado tu mente, correrá para dar
muerte sin piedad.

La mentira no tiene misericordia, claro, es lo


contraria a la verdad y al amor. No siente dolor.
El engaño desensibiliza, entumece la conciencia,
petrifica el sentimiento. No así el amor. La mentira
no hace acepción de personas, no le importa si
ellas viven en una choza desvencijada o en un
palacio de marfil. Su objetivo es llevar en cautividad
al corazón, fuente y principio de la emoción. Y
después del corazón, buscará la conciencia hasta
hacerte perder la razón.

El ser tan especial, no sólo oía, sino que escuchaba


y mudaba su semblante por la enseñanza, así como
el paisaje cambia de invierno a primavera o como el
tierno botón se transforma en fruto.
Y prosiguió el Amor -No hay nada en la inmensa y

¿Y cuándo murió el amor? 63


basta vida que logre inyectar temor en el amor. El
amor se despojó del temor, como de ropa gruesa en
cálido verano. El carácter del amor ha sido templado
en la decisión. Por eso el amor no escucha la voz de
sus deseos, ni las nimiedades de los estímulos. El amor
ha enmudecido sus instintos, los lleva atados a su
cinto, como meros vestigios de un pasado primitivo.
Porque una vez fuera de la muralla poderosa del
amor, existe tan solo tristeza y soledad.

La gente suele deleitarse en el inocuo riachuelo de


la mentira y de la intriga. Juguetean en las riberas
de la adulación y la palabrería. Pero de a poco, sin
darse cuenta, se ven arrastrados por su corriente,
hasta que de pronto se encuentran descendiendo
vertiginosamente hacia el mar de mentiras,
zozobrando en sus aguas de tristeza y destrucción.

La verdad, es la solución. Fácil, pero cuánta decisión


requiere este sustantivo. Este sustantivo que prevalece
en la acción. La acción de decir la verdad, hace la
diferencia entre vivir con valor, enfrentando cada
situación con la plena convicción de que al decir
la verdad, ésta nos mantendrá atados a las alas de
libertad. Toma en cuenta esta conjunción de palabras
“decir la verdad, es la fórmula, que deshace todo yugo
de mentira, todo espectro de temor”.
Decir la verdad, debe de practicarse en las escuelas, en

66 ¿Y cuándo murió el amor?


plazas, en las calles y en avenidas. En todas partes, por
todos los rincones, hasta que sea como el aire, como el
agua, indispensables para prevalecer.

Decir la verdad, es un llamado a la conciencia de los


seres humanos, para que no desmayen ante cualquier
situación que amenace con turbarlos. Sino que parados
en la verdad, entiendan que ella, desenmascara al
temor, lo ahuyenta, lo desarma, como si de una alimaña
se tratara.

La verdad nunca te traerá aflicción. La verdad, más


bien, te orienta para que tus decisiones edifiquen
un refugio, donde nadie te podrá señalar para
mortificarte. Más bien te temerán porque en ti
resplandece la integridad.

Ten presente, que el amor no converge con la


mentira, porque la esencia del amor es lo puro,
lo inamovible, lo fidedigno, lo real, lo íntegro, lo
seguro.

La verdad es el traje a la medida que viste al amor,


la cual se empeña para que sea mostrada en todo
su esplendor. Que camine perfecta con elegancia y
opulencia, que se perciba a distancia su grata aroma,
llena de frescura y glamur.
La verdad es el manto que los humanos llaman

¿Y cuándo murió el amor? 67


sinceridad. El amor con su manto, resplandece,
iluminado por el sol de justicia, la esperanza y la
bondad.

El amor, germina y florece lejos de miedo. Se aparta


de las intenciones sombrías y de las palabras oscuras.
Se aleja de las bajas intenciones, de las ventajosas y
egoístas que buscan únicamente satisfacer un alma
sedienta y vacía.

68 ¿Y cuándo murió el amor?


El Amor No Da Cabida Al
Odio Ni Al Rencor
Capítu lo 9

Una vez más se hizo el silencio, subieron del


manantial satisfechos, después de haber saciado
su sed. El Amor señaló hacia el horizonte y ambos
asintieron. Por delante el Amor, con su majestuosa
figura. El ser, siguiendo sus pasos, apartando del
mismo modo la maleza que se erguía. El Amor,
en silencio se engrandecía, esperando paciente
escuchar de nuevo la inquisitiva voz de su tierno
pupilo.

Siguieron caminando, disfrutando de la belleza


de las flores, que coloreaban el campo a lo lejos y
del concierto ejecutado por las hojas en las ramas,
por el delicado viento, por el canto de las aves y
de los furtivos insectos. Fue ahí, en un énfasis del
concierto, cuando el Amor meditó profundamente
en lo que se necesitaba en la vida, para vivirla
plenamente, sin reservas egoístas ni mezquinas,

¿Y cuándo murió el amor? 69


sino con acciones realistas y decisiones generosas,
que cambian el rumbo de la historia y tornan las
situaciones feas en hermosas.

No cobijes en tu mente al tortuoso rencor.. No le ofrezcas


espacio a ese terrible inquilino, que poco a poco
carcome el corazón, dejándolo aturdido, vulnerable y
débil. En el reino del Amor no existe el prejuicio a los
semejantes. Se les ama por lo que son. Semejantes a
ti, con las mismas posibilidades de cometer un error, al
igual que tú.

En el campo del amor, la lucha es constante para no


ser derribado por el deseo abrazador. El amor cual
guerrero incansable, sudor y sangre derrama, por
proteger el corazón de los embates, que sin tregua
la vida asesta.

El coraje del Amor, se distingue del odio o del rencor


porque estos actúan deseosos de venganza, a los
cuales no les interesa la demora, pues no olvidan la
afrenta cometida a su igual, haya sido intencional o
desprevenida, a estos enemigos les da igual.

El Amor, es experimentado en sufrir ataques dolosos.


Los ha aprendido a soportar sin quejarse porque
aunque sus heridas,muchas veces profundas, cicatrizan
de la noche a la mañanporque ha aprendido, que quien

70 ¿Y cuándo murió el amor?


daña, injuria o lastima, ha sido igualmente tratado.
Quien violenta al prójimo, el perdón no ha cerrado
sus heridas, y sangra con gran profusión, dejando
tras de sí un sendero escarlata, que no percibe y cree
que nada lo delata. Para el amor virtuoso, el sangrar
no tiene significado, nunca lo ha visto, es ajeno a él,
pues él usa sabiamente el ungüento del perdón.

El amor es el guerrero que defiende la gema preciosa


de tu corazón. La guarda en su yelmo para que ninguna
palabra lo envenene.

El amor vigila que ningún extraño introduzca con


disimulo, preguntas o halagos perniciosos. Al menor
indicio se pone alerta. Porque el corazón no es un
depósito de desechos, no es un basurero callejero. El
corazón es un recipiente de alabastro, un alhajero de
recuerdos dignos.

-No olvides-le dijo el Amor a su joven acompañante,


-el odio es una saeta, que penetra en un instante.
Rauda, ardiente, fulminante. Es un intruso callado
que se viste de piadoso y gentil. Parece humilde
y obediente, pero en secreto está maquinando,
cual pirata sanguinario, que ha fascinado a su
tripulación, para odiar sin distinción a cualquier
otra nave y solo aguarda la ocasión para lanzar su
más violento ataque, sin la menor compasión.

¿Y cuándo murió el amor? 71


Por eso ciñe tu corazón con un lazo de ternura y
compasión. Ciñe a tu mente a los inseparables
hermanos del amor, las virtudes, que como
impenetrable fortaleza te protegerá de toda vileza.
Donde el odio, la maldad y la impureza nunca te
alcanzaran, porque el poder del amor es eterno.

El arma que blande el amor ahuyentará a cualquier


enemigo. El arma secreta es un humilde y discreto
perdón, pequeño, casi imperceptible pero muy
poderoso, porque al ser activado se expande hasta
los cielos como una descomunal explosión. Y por
ser pequeño y discreto, algunas veces se soslaya su
inconmensurable poder.

Ríndete al amor. Será tu mejor aliado, tu fiel escolta,


el confiable médico, el mejor amigo; y si acaso
calleras en la lucha, él acudirá a ti, permanecerá
contigo, mientras sanas, mientras tu alma es
restaurada.

Nunca se amedrentará, permanecerá a tu lado, ante


la amenaza monstruosa, el rugido gigantesco, la
acción incomprensible del sicario silencioso, quien
ante su sola presencia se desvanecerá sigiloso. Así
es el amor, así de tierno, así de noble. Así, valiente,
eterno, poderoso.

72 ¿Y cuándo murió el amor?


En su gentil compañía, podrás ser feliz. Con el
apreciarás del mundo su singular belleza. Aprenderás
a distinguir lo bueno de lo malo. De lo que te convine
para vivir, con salud y bienestar. Para cuando tu fin
se acerque, el amor estará ahí, para sonreír juntos,
satisfechos con los recuerdos de haber recorrido una
vida plena.

El amor será tu motor constante, incansable, que


mantendrá tu paso, no obstante a los obstáculos y
los contratiempos.

El amor irá por delante, te abrirá camino. Pondrá


en tu faz gracia y en tus manos destreza y dominio,
para conquistar tristezas, dudas y hastío. Soldado
incansable, te animará a llegar a tu destino.

74 ¿Y cuándo murió el amor?


El Amor Es Fe
Cap ítu lo 10

Y así caminando firmemente hacia la playa, el ser


majestuoso, percibió como el ser humano se había
sumergido en todos los conceptos recibidos, y
danto tiempo a digerirlos, apareció en su faz un
gesto de duda, un poco indeciso para continuar
compartiendo con su joven acompañante.

Y en un pestañeo, el muchacho inquirió nuevamente


-¿Qué necesito para creer en todo esto que me ha
dicho? ¿Será que en el amor también encontraré
confianza para hacerlo?- Lo dijo con tan premura,
que al final de la oración pareció perder el aliento.
Y enseguida nuevamente el silencio preámbulo de
que la respuesta seguramente quedaría aclarada.

El Amor sonrió, su rostro iluminado de gozo asintió


al escuchar las dudas de su discípulo. Luego con
paciencia y armonía prosiguió a aclararlas.

¿Y cuándo murió el amor? 75


-¿Sabes que a lo que tú llamas creer, es esencialmente
fe? Es la fe, quien, conceptualiza lo inexistente. Fue la
fe quien materializó toda la creación. Es la fe quien
sobrepasa toda imaginación. Esto te lo digo con
toda convicción. Sin fe no existe el amor.

Porque la fe es el aliento del amor, es su sangre,


es su aire, su luz, su resplandor. La fe es danza,
movimiento, elocuencia, es acción; partidaria de lo
bueno, de lo noble, de lo mejor. Sin fe, no existiría
el amor. Es certeza, que evita que la esperanza
desfallezca. La fe persiste, disciplinada, que lo
esperado, suceda.

Discípulo que asombrado o más bien maravillado


escuchaba la enseñanza.

La fe es compañera del amor. Con él avanza, y con


él, lo bueno que se desea, se alcanza. La fe es con en
el amor, y solo con él, la realidad se trasforma.

La fe sin el amor, sería un aparato calibrado en


manos inexpertas, sería galeón encallado en playa
desolada. La fe sin amor, no existe, es como si un
instrumento, tocara notas, trapazado por el viento.
Notas inciertas, cacofónicas, que nadie querría
escuchar.

76 ¿Y cuándo murió el amor?


La fe sin amor, no tiene sentido, es un desacierto, una
paradoja, un lamentable gemido. Entonces el discípulo
quedó asombrado, más bien maravillado ante tal
revelación. Y aguzó sus sentidos y esperó comprender
el significado profundo de esa sencilla razón.

Sin embargo, la fe con el amor, amalgamados,


se transforman en sujeto generador sin límites,
inconmensurable, sin tiempo, infinito, eterno
creador. El cual une, forja, sintetiza, hace converger
los universos para embellecer con maestría, nuestra
rutinaria vida.

-Pero debes saber-esto le dijo el Amor con tono


suave al ser que le oía. La fe es esperar, no admite
la satisfacción inmediata. La fe no materializa
deseos superficiales, propios de un ser facineroso
y egoísta.

La plena conciencia del hombre que transita con


el Amor a su lado, sólo éste, puede estar confiado
de que su pensamiento, a su debido tiempo, la fe
prodigiosa, lo habrá concedido.

El amor engarzado, sobre la plenitud de la fe,


deslumbra con su perfecta obra. Porque la fe sin el
amor, esta es manca, no termina, no concluye, no
concreta nada.

¿Y cuándo murió el amor? 77


Ciertamente la fe sin el amor, algún día perece.
¡Ah! pero la fe, unida al amor, crece, se desarrolla,
no muere, permanece. Si con verdadero amor y fe
esperas, lo bueno, lo justo, lo sensato, para tu vida,
entonces tus ojos verán, tus manos palparán y todo
tu ser se regocijará.

¿Has oído que la fe mueve montañas? Seguramente,


pero la fe, con el amor, no sólo mueve montañas,
mueve sentimientos y las más férreas voluntades.

La fe con el amor, no conoce fronteras. Traspasa


llanos, recorre praderas, sube y baja por las cordilleras.
Juntos se desplazan por toda la faz de la Tierra.

La fe con el amor, se sumergen a lo más profundo


del océano, a lo más alto del cielo. Abarcan con una
sola mirada, lo más ancho del universo.

78 ¿Y cuándo murió el amor?


¿Y cuándo murió el amor? 79
No obstante, son humildes y gentiles, porque sin
tardanza, atienden solícitos a todo aquel que se
acerca desfallecido e impotente, hasta su milagrosa
sombra. A todo aquel que rendido y abatido, que
decide resguardarse bajo tan gloriosos dones, son
atendidos y escuchados. Y al permanecer junto a
ellos, al poco tiempo descubrirá, la posibilidad
oculta, la respuesta velada, esa que llega a la
conciencia, como un relámpago en la penumbra.

Y la posibilidad ahora develada, se transforma en


creatividad que fluye de la mente a la obra que
luego se materializa y trasciende perdurable.

-La fe ha sido y es tan grande-dijo el Amor, haciendo


énfasis en el verbo, que nada existirá, si no fuera
por la fe. No habría tiempo, espacio, luz ni vida.
No habría color, sonido ni sabor. No existirá la risa,
mucho menos la alegría, ni el gozo del corazón.
La fe nunca ha sido escasa, se prodiga en medida
abundante y apretada. Fastuosa en todos los
términos de la creación.

La fe es fuente inagotable, que surte de dones a


todo aquel que con confianza se acerca a sus orillas
albas y se recuesta en ellas para aprender a esperar,
a esperar silencioso y quieto, templado y sereno.

80 ¿Y cuándo murió el amor?


La fe sin el amor no puede existir. Puede haber un
asentimiento, una vana copia sin sustento. La fe
sumergida en el amor, ahuyenta la duda, ahuyenta
el dolor, ahuyenta a todos los enemigos del amor.
Permite que veamos de antemano las cosas que no
existen, como si fueran ya.

La fe con el amor, engendran esperanza. La


esperanza es la plena y absoluta seguridad, de que
recibiré eso, que es mi añoranza. De que recibiré lo
que necesito, lo que saciará mi alma. Y que al recibir
tan preciado anhelo deja de ser esperanza, porque
ya dejé de esperar. Cesó. Ahora percibo lo deseado.

Eso es la fe, la plena y absoluta confianza de recibir


lo deseado. Eso es creer, creer con total confianza.
Y eso es tener fe.

¿Y cuándo murió el amor? 81


¿Morirá El Amor Al gún Día?

Cap ítu lo 11

Otra vez caminaron juntos el Amor y el frágil ser


humano, éste se sentía tan arropado con los
exquisitos argumentos que lo colmaban de amable
seguridad y placer, tanto, que no pudo esperar más.
Y el frágil ser humano rompió el silencio, rompió su
impaciencia, lo cual no asombró en lo más mínimo
al Amor, quien seguro esperaba que el corazón del
humano inquiriera una vez más.

-Y bien-dijo el humano lleno de confianza. -Deseo


saber que pasará si el amor un día, al final desiste
o si después de tanta lucha en defensa de la
verdad, el perdón y la generosidad, su armadura
se quebrara. ¿Qué pasará cuando llegue el tiempo
en que haya tanta jactancia y tanto egoísmo que
lastimaran al amor o que le infringieren tanto dolor,
que de pronto se expirara? ¿Será posible que el
amor muera?, y entonces, ¿todo habrá terminado?

¿Y cuándo murió el amor? 83


Sus cuestionamientos sonaban tan tristes y
temerosos, como si en ese instante toda la doctrina
que había recibido hubiera sido en vano.

Pero el Amor con ternura lo veía y bien sabía que


era lo que movía a ese corazón humano. Y le dijo
en voz baja pero clara -¿Quieres saber si el amor
morirá? -Sí Señor, quiero saber qué sucederá
cuando se acabe la generosidad; cuándo mis
semejantes absorbidos por sentimientos egoístas
y mezquinos, retengan para sí, todos los bienes de
este mundo más de lo necesariamente permitido.
Cuándo su corazón se aparte de lo más bello, de
lo más importante, compartir con generosidad y
bondad los frutos buenos que dan felicidad, que
hacen que los corazones sonrían sinceramente y
en libertad. Cuándo mis semejantes envanecidos
sólo alcancen a venerar al insaciable ego, ¿quien
reinará en sus vientres, para después abandonarlos
hambrientos y desnudos de todo y de todos?
¿Qué pasará cuando ellos satisfagan su vanidad
desmedida y no puedan dejar ni un pequeño lugar
para el amor verdadero?

Continuó hablando el humano, con un semblante


preocupado y con su corazón abierto y descontento.
-Cuando la traición venga sin aviso e infecte toda
simiente, porque seguramente vendrá vestida con

84 ¿Y cuándo murió el amor?


manto de bondad pero por dentro sus ropas estarán
confeccionadas de maldad, crueldad y vanidad.
Cuando por fuerza de la costumbre, la traición
formará parte de la vida. Cuando la traición encadene
cada vida hermosa y la arrastre a oscura fosa. Cuando
la mentira anide en todos y se convierta en un
estilo de vida. Cuando los labios de mis semejantes
hablen diferente a sus pensamientos, haciendo de
la hipocresía un arte para anonadarse unos a otros,
y lucrar con sutiles fantasías y tomar todo lo que se
quiera del incauto.

¿Morirá el amor como muere en el olvido un excelso


canto? ¿Se secará el amor como la yerba del campo
que ha sido segada? ¿Se extinguirá por el ego, la
envidia y la jactancia escarnecedora? ¿Se acabarán
algún día sus fuerzas ante el embate del huracán
de la indolencia? ¿Dejará de ser este don inefable,
dado a mis semejantes, que hace que la felicidad
resida permanentemente en el corazón y que
aparta majestuoso, todo tipo de maldad?

-Te pregunto otra vez mi amigo, dímelo por favor,


que de ti espero respuesta-dijo el humano al Amor.

¿Morirá el amor algún día? ¿Llegará el fatídico día,


cuando de todos mis semejantes nadie estará
dispuesto a sufrir un mal gesto, un agravio, un

¿Y cuándo murió el amor? 85


error, sin que destelle un sentimiento de empatía
que mueva al humano al perdón?

¿Qué pasará con el amor, cuando los corazones ya no


deseen hospedarlo porque sus habitaciones estén
ocupadas de por vida con los sentimientos perversos
y traicioneros, que sólo medran esparciendo duda y
desazón?

¿Llegará el ocaso del amor, cuando por fin en


mis semejantes, la fe desaparezca, porque todo lo que
perciban sea fundamentado en el duro y frío
empirismo?

¿Dónde yacerá el amor, cuándo ya nadie crea en


nadie, continuará aunque desolada, la presencia del
el amor? ¿Será que toda la vileza derramada sobre la
tierra podrá hacer que el bendito amor muera?

¿Reinará el dolor profundo en cada ser humano,


gracias a que el imperio de la amargura, logró al
fin, que el amor se debilitara hasta desfallecer? ¿Por
qué el amor fue incapaz de retener en su pecho
el último destello de vida, tras ser desterrado al
más recóndito paraje del olvido, sólo porque su
lenguaje virtuoso se tornó en fastidio?

86 ¿Y cuándo murió el amor?


¿Morirá el amor como muere la luz, al atardecer?
Esa que vemos radiante y de pronto, ¿ya no? Esa
luz, que en la mente, se irá desintegrando poco a
poco y al final sólo quedará en nuestras mentes el
recuerdo lejano de su voz amable, que declaraba
constante, la inmaculada verdad?

¿Morirá el amor algún día? Insistía, ante la mirada


afable del hermoso ser, que con suma atención,
escuchaba las preocupaciones sinceras del ansioso
humano. Que ahora con voz quebrantada y brillo
en sus ojos, exigía una contestación.

¿Morirá el amor algún día? ¿Podrá la adulación en


complicidad con la corrupción asesinar al amor?
A ese don, que deshace todo conjuro, hechizo,
sortilegio, y toda rastrera maldición.

¿Extinguirán por fin a ese formidable ser, que restituye


el corazón desquebrajado y vacío? Porque ante su sola
presencia, la lluvia cae, vivificándolo todo, transformando
al desolado corazón en jardín florido.

Por fin, sin fuerzas, el humano quedó en silencio.


Sollozando. Cuanto deseaba escuchar todo lo contrario
a sus pensamientos. Cuánto anhelaba una respuesta,
que le diera paz y certeza, sobre la inmortalidad del
amor.

88 ¿Y cuándo murió el amor?


De su prevalencia ante toda clase de vileza,
vicio o corrupción. Cuánto quería oír de ese ser
extraordinario, que hasta ahora ni su nombre
conocía, que el amor nunca moriría. Que sus palabras
cual descarnada profesía, no se tornaran en verdad.

El Amor continuaba, observaba en total silencio,


también, sabiendo que lo que el frágil ser estaba
temiendo, tenía sentido, tenía sustento, tenía razón. Y
que sin quererlo de su boca salía profecía certera. Todo
lo que había pensado sobre sus semejantes, vendría
algún día. Con el paso de los siglos menguaría el amor
y la muerte lo alcanzaría. Así que el Amor, abrazando
con fervor a su discípulo y amigo, con ternura
incomparable consoló su tierno corazón, perturbado
y dolorido por la acre duda.

Ahí fue que por primera vez en todo su largo


trayecto, empezó a comprender, que ese ser no
era tan sólo un mensajero. Porque su corazón con
el abrazo, comenzó a arder dentro de él. Empezó
a tener esa sensación de que al estar ante su
presencia todo ser sería llenado de su sinigual
ternura, de su indescriptible paciencia. Y fue tan
grande la emoción y la llenura, que no se resistió
ante el gozo y la alegría que manaban desde sus
entrañas.

¿Y cuándo murió el amor? 89


Ahora todo se aclaraba para ese ser frágil. Ahora
entendía porque tanta sapiencia, porque esa seguridad
serena que nunca se desenfrena. Ahora entendía
porque ese maravilloso ser no se inmutaba. Tampoco
profirió ninguna condena ante sus dudas ni ante su
ignorancia. Ahora caía en cuenta, que con ese abrazo
cayeron de sus ojos los velos que no le permitían ver
que ese precioso ser, que lo sostenía, era precisamente
él. ¡Sí! era él, el Amor en persona.

Y el tiempo se prolongó, y ninguno de los dos, Amor


y discípulo, se separaban. De pronto el frágil ser, ya
estaba dispuesto para lo que el Amor aún le tenía
que obsequiar. La respuesta, que vendría del Amor,
radiante de belleza, poderoso, majestuoso pero a la
vez humilde y misericordioso, sería nada más ni nada
menos que el amor era indestructible, no moriría
porque es eterno.

90 ¿Y cuándo murió el amor?


E l A mo r No Muere, Nu nca M o r i r á

Cap ítu lo 12

Por fin los dos seres, callados acceden al camino


empedrado que los conduciría hasta el caserío junto a
la playa.

Prorrumpió de pronto el Amor con acento de


felicidad, tanto, que el humano, giró su faz
sorprendido.

-El amor no es humano. El amor no es humano-


dijo con un énfasis prolongado. -No te sorprendas,
es un don del cielo dado a tus semejantes. Es un
regalo inmaculado, no es de esencia material. No
es extraído de ningún lugar del universo. El Amor
es de procedencia divina. Mora en la eternidad.
Es indestructible, invencible. Los esfuerzos de sus
adversarios, son fútiles. ¡Cada vez que contra él
luchan, más se fortalece!

¿Y cuándo murió el amor? 91


El amor es inmutable, no se modifica con el paso del
tiempo. Es una roca, un peñón que ve pasar los siglos,
las eras y los tiempos. No desaparece, permanece
inalterable. Ningún mal lo puede perturbar.

El sufre por su propia voluntad, porque es


valiente. No tolera un corazón oprimido. Quien
desee irritarlo, tarde o temprano desistirá. Nadie
conseguirá que desmaye, si quiera.

Aquel que logra excluirlo de su vida, será porque así lo


ha decidido. Piedad, para aquel que tan torpe decisión
haga, pues sin amor, la vida se aleja, el ánimo se apaga,
la depresión aparece, la muerte se levanta.

El amor es un desafío, para quienes lo toman, se


convierten en seres consientes, intencionales para
amar a todos los mortales en especial a sus semejantes.

El amor está presto a todo aquel que quiera


invocarlo. Porque no viene de lejos, ni del más
allá. Cada individuo, lo porta, incrustado en su
corazón y mente. El amor está latente dentro de ti,
aunque lo ignoren o lo hagan a un lado. Es el fiel
soldado que permanece firme en su guardia, en
silencio, esperando el momento en que el corazón
atribulado mire hacia él, con sinceridad absoluta,
decida pedir su ayuda. Entonces el fiel amor, se

92 ¿Y cuándo murió el amor?


transformará en gigante aliado para apartar las
penas y ahuyentar el dolor, el odio, el rencor. Con
total paciencia y determinación restaurará cada
pieza del corazón atropellado, y las colocará de
nuevo en su lugar. El amor nunca morirá cuando tu
corazón desea vivir en la verdad y en la razón.

Porque el amor no hace nada indebido, es por eso


que en él no cabe la murmuración, no hay queja,
en él no hay condenación.

El amor nunca morirá porque su método es atesorar


lo vivo, es valorar cada mérito de tus semejantes y
demostrar que no hay ni más pequeño ni más grande,
solo diversidad.

Has de esto plena conciencia y amarás sin reservas,


sin hipocresía, y así participarás para que en el mundo
reine la empatía, esa que no mira desde una posición
ególatra, sino que con toda decisión e intención busca
ver desde la óptica de su semejante, con la única
intención de ayudar a restaurar un corazón herido.

-Otra vez te lo digo amigo-dijo el Amor a su


discípulo con toda seguridad, el amor no morirá
porque, aunque la maldad aumente con el pasar
de los días, y la muerte se ufane, el amor, izará su
estandarte de invencible héroe.

¿Y cuándo murió el amor? 93


Así, que ya lo sabes nunca lo olvides, el amor nunca
morirá. El humano asintió con una mueca de agrado-
Recuerda, el amor, está presente en tu corazón y mente;
está incrustado en tu ser, en tu sangre, en tu aliento,
en ti en todo momento, presto a escuchar tu humilde
petición, para usar su bálsamo sanador, ya sea para ti o
para otro corazón.

Para el basto amor no hay acepción de personas, no


conoce la discriminación, a no ser que tu demanda
sea producto de la maldad y del error.

Amar es una decisión íntima y personal, donde


el amor siempre se mostrará con su gentil y
caballerosa disposición, respetando en silencio,
las decisiones del corazón. Aunque sean las más
erradas y desastrosas, el amor no se entrometerá, se
mantendrá a distancia, hasta que, aquellos osados,
que sin miedo, deciden vivir en gracia y plenitud.
Aquellos que del amor quieren vestirse regios, ya
tienen todo para alcanzar la felicidad.

Y si quedaran cicatrices, sólo estarán ahí para


recordarnos que hubo una herida, que fue sanada
el día en que con su bálsamo delicioso empapó la
herida y la curó, quedando a la vista una cicatriz
como recuerdo de la más sincera y profunda
gratitud al amor.

94 ¿Y cuándo murió el amor?


El Adiós

Cap ítu lo 13

Caminando por la calle empedrada, los dos


compañeros, descendían hacia el aroma del
inconfundible mar. El sol descendía, era tiempo
de yantar. Y en ese paisaje de tranquilidad, el
Amor pasó su brazo por encima de los hombros de
esa delicada criatura, quien presentía con cierta
nostalgia, que no tendría más de su presencia.
Entonces comenzó a invadirle cierta y rara duda de
lo que vendría ahora.

Así, en ese suspenso, el Amor, le habló con su


singular dulzura y le dijo -Sabes, no verás más mi
figura, sin embargo, sólo eso es lo que no veras,
pues yo soy el AMOR. Todo mi poder llena la tierra y
el universo entero.

Todos mis dones están al alcance de cualquier


persona, porque como te lo expresé, en su corazón

¿Y cuándo murió el amor? 97


me encuentro incrustado. No existe ninguna
manera que me aparten de su lado, sólo pueden
ignorarme, pero nunca, nunca podrán alejarme.

-Yo soy el Amor-le dijo a su discípulo, que estaba


asombrado y fuertemente emocionado, porque por
fin conocía lo que había sospechado en su corazón
y en su mente. -Yo soy el Amor-repitió, en el mismo
tenor, -y siempre estaré ahí, en donde haya dolor.

No faltaré cuando aparezca el temor para ofrecer


consejo sabio y certero. No callaré, ante la tentación
de la vanidad, la jactancia y la falta de perdón. Ahí
estaré esperando, en cada habitación para llenar
los fríos vacíos con mi bondadoso calor.

No faltara mi consejo, cada día, cada momento,


para que no se pierda en el mundo el sentido de la
vida y el crecimiento, la abundancia y generosidad.
Para que no decaiga la espera por las cosas buenas,
que a su debido tiempo, cristalizaran.

Nunca dejaré de moverme ahí dentro, en las


cavidades del corazón, para encaminarlo hacia el
agradecimiento, porque éste, es el más poderoso,
el más audaz sentimiento, que abrirá cualquier
puerta, por pesada que sea.

98 ¿Y cuándo murió el amor?


La gratitud es un estilo de vida que muestra que en
el corazón aún hay fiesta donde danzan todas las
virtudes del amor. La gratitud no se muestra tímida,
se arriesga, procede para prodigar un glorioso y
simple, gracias.

-Yo soy el Amor-dijo con un eco de dulzura


indescriptible que llenó con su fragancia los
sentidos, y en ese instante el corazón del humano
se eclipsó. Nunca percibió que la figura de ese ser
especial y divino desaparecía de su presencia.

De pronto ya no estaba su elocuencia ni su sabiduría.


Y cuando al fin su ser consiente notó que la figura del
amor estaba ausente, quiso invadirlo el dolor, quiso
invadirlo el temor para confundirlo, para lastimarlo con
desazón. Entonces ahí mismo desde su interior, hablo
el Amor y le dijo -No tengas miedo, no tengas temor,
yo estoy contigo. Aquí estoy-. El ser ahora estaba
completamente seguro de que el Amor vivía dentro de
su pecho, que el amor era eterno y él era su portador.

Y el hermoso ser siguió su camino, más hermoso


todavía porque ahora llevaba en si el gozo maravilloso,
de saber que era vasija y contenedor de un don tan
precioso, tan inconmensurable que sintió que era
necesario compartirlo, con sus semejantes. Inefable
don que sin duda daría paso a un mundo mejor.

100 ¿Y cuándo murió el amor?


“Y ahora permanecen la fe, la
esperanza y el amor, estos tres;
pero el mayor de ellos es el amor.”
Pablo De Tarso

¿Y cuándo murió el amor? 101


T e i nv i ta m o s a q u e l e as

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