Week 3 Commentator Script Spanish
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¿Qué es lo que ocurre durante la Preparación del Altar y las Ofrendas? Los primeros cristianos traían pan y vino de sus
casas a la iglesia para usarlos en la Misa y para darlos al clero y a los pobres. Hoy se hace una ofrenda similar para la
parroquia y los pobres con nuestras contribuciones monetarias.
El sacerdote recibe el pan y el vino por parte de algunos de los miembros de la congregación, manteniendo así la eficacia
espiritual y significado de las primeras ofrendas a la iglesia. El sacerdote mezcla agua con el vino y se lava sus manos.
(Mezclar agua con vino y lavarse las manos es algo que hacían todos los judíos en las comidas en el tiempo de Jesús).
Finalmente, nos invita a orar para que el sacrificio sea aceptable a Dios. Respondemos, “Que el Señor acepte de tus
manos este sacrificio… ” Después de su oración sobre las ofrendas respondemos “Amén”.
La Plegaria Eucarística comienza con una invitación del sacerdote que celebra la Misa. La oración comienza con un
diálogo entre el líder y la congregación. Primero el sacerdote nos saluda con “El Señor esté con ustedes”. Después
pregunta si estamos listos y dispuestos a acercarnos a la mesa y renovar nuestro compromiso bautismal, ofreciéndonos
a Dios: “Levantemos el corazón”. Respondemos que estamos preparados diciendo: “Lo tenemos levantado hacia el
Señor”. Entonces se nos invita a dar gracias al Señor nuestro Dios. A lo que respondemos: “Es justo y necesario”.
Entonces la oración nos recuerda lo maravilloso que Dios ha sido con nosotros. Mientras se cuentan las grandezas de
Dios, la asamblea responde con acción de gracias y clama con alegría: “Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de Su gloria”.
El sacerdote comienza la Plegaria Eucarística con “El Señor esté con ustedes…” y continua,
concluyendo con “Santo, Santo, Santo”.
Continuamos con una oración por la unidad y la intercesión. El recuerdo de la salvación de Dios nos lleva a hacer una
atrevida petición, nuestra petición principal en cada Eucaristía: oramos por la unidad. “Con humildad oramos para que,
participando del Cuerpo y la Sangre de Cristo, podamos ser reunidos en uno por el Espíritu Santo”. A esta petición
añadimos las oraciones por el obispo de Roma y por el obispo de la Iglesia local; oramos por los vivos y los muertos, así
como por nosotros mismos, para que por intercesión de los santos lleguemos un día a la mesa del cielo.
Con estas oraciones el sacerdote levanta el Cuerpo y Sangre de Jesucristo nuestro Señor y ofrece una doxología, una
oración de gloria a Dios en el nombre de Cristo: “Con Él y en Él, a ti Dios Padre todopoderoso, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”. Nuestro “Amén” a esta oración aclama nuestro asentimiento
y participación en toda la Plegaria Eucarística.
El sacerdote invita a la comunidad a decir el “Padre Nuestro”, Ofrece la Señal de la Paz, “He
aquí el Cordero…” y distribuye la Comunión…
2
Narrador, después de la Comunión, dice:
Hemos recibido la Comunión. Así como Dios alimentó a nuestros antepasados en su peregrinaje por el desierto, así Dios
nos da alimento para nuestro viaje. Nos acercamos al ministro quien nos dio el pan Eucarístico con las palabras “El
Cuerpo de Cristo”, y respondimos, “Amén”. Durante la procesión usualmente cantamos un himno que une nuestras
voces, mentes y pensamientos, mientras que el Cuerpo y la Sangre de Cristo une nuestros cuerpos. Posteriormente,
oramos en silencio en nuestros corazones, dando gracias y alabando a Dios y pidiendo por todo lo que este sacramento
promete. El sacerdote une nuestras oraciones en la Oración para Después de la Comunión, a lo que respondemos
“Amén”.