STSJ Gal 6214 2024
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JURISPRUDENCIA
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO:D. Roman presentó demanda contra ARACELI BARROS CAO SL, siendo turnada para su
conocimiento y enjuiciamiento al señalado Juzgado de lo Social, el cual, dictó la sentencia, de fecha 26 de
septiembre de 2022.
SEGUNDO:En la sentencia recurrida en suplicación se consignaron los siguientes hechos expresamente
declarados probados:
"PRIMERO.- D. Roman , con DNI NUM000 , prestó servicios retribuidos para la demandada, con categoría
profesional de PROFESOR DE CICLO FORMATIVO GRADO MEDIO, desde fecha 20/09/2021, para impartir
clases para el curso 2021/2022, teniendo dicha obra autonomía y sustantividad propia dentro de la actividad
de la empresa.
La jornada se fijó en 15 horas, siendo incrementado a 16 horas desde el 1 de diciembre de 2021 y, en fecha
28/03/2022, se formaliza (al actor firma no conforme) una reducción de 16 horas a 10 horas semanales
resultando ello compatible con los módulos que impartió el actor.
SEGUNDO.- Que es objeto de aplicación el IX Convenio Colectivo estatal no reglada
TERCERO.- En fecha 19/04/2022 se presentó papeleta de conciliación ante el SMAC, celebrándose el mismo
en fecha 18/05/2022 con el resultado sin avenencia."
TERCERO:En la sentencia recurrida en suplicación se emitió el siguiente fallo o parte dispositiva:
"Que, debo DESESTIMAR y DESESTIMO, la demanda presentada por D. Doroteo , frente a la entidad ARACELI
BARROS CAO SA, a quien en consecuencia, debo ABSOLVER Y ABSUELVO de los pedimentos aducidos en el
escrito rector."
Con fecha 24 de octubre de 2022, se dictó auto cuya parte dispositiva dice:
"Que debo corregir y corrijo de oficio el error material de la sentencia nº 592/2022, de fecha 26 de setiembre
de 2022, dictada en los presentes autos, de forma que el fallo queda redactado como sigue:
"Que, debo DESESTIMAR y DESESTIMO la demanda presentada por DON Roman , frente a la entidad ARACELI
BARROS CAO S.L., a quien, en consecuencia, debo ABSOLVER y ABSUELVO de los pedimentos aducidos en el
escrito rector".
El resto de la resolución mantiene su validez y tenor literal."
CUARTO:Frente a dicha sentencia se anunció recurso de suplicación por D. Roman formalizándolo
posteriormente. Tal recurso fue objeto de impugnación por la contraparte.
QUINTO:Elevados por el Juzgado de referencia los autos principales, a esta Sala de lo Social, tuvieron los
mismos entrada en esta T.S.X. GALICIA SALA DO SOCIAL en fecha 22.12.2022.
A la vista de los anteriores antecedentes de hecho, se formulan por esta Sección de Sala los siguientes,
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JURISPRUDENCIA
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Delimitación del recurso.
La sentencia del Juzgado de lo Social núm. 1 de A Coruña, aclarada por auto, desestimó la demanda en la
que el actor suplicaba "se declare el derecho del trabajador al abono de las cantidades adeudadas según el
Convenio Colectivo aplicable y el reconocimiento del carácter de indefinido del contrato celebrado", y frente
a la misma recurre en suplicación el demandante, desde la doble perspectiva que autorizan los apartados b)
y c) de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social -LRJS-, esto es, en el ámbito de la revisión de los hechos
probados y en el campo de la censura jurídica, suplicando la revocación de la sentencia y el reconocimiento
de (1) la aplicación del X Convenio colectivo nacional de centros de enseñanza privada de régimen general
o enseñanza reglada sin ningún nivel concertado o subvencionado a la empresa demandada; (2) el carácter
indefinido de la relación laboral que les unía a ambas partes por estar celebrado en fraude de ley el contrato
de obra o servicio firmado en fecha 20.09.2021, y (3) el abono de las diferencias salariales derivadas de la
aplicación incorrecta del convenio colectivo, que ascienden a 2.832,64 euros, según desglose realizado en sala
por la letrada de la parte demandante.
La empresa demandada ha impugnado el recurso, suplicando su desestimación y la confirmación de la
sentencia de instancia, aclarada por auto.
SEGUNDO.- Configuración general del recurso de suplicación.
Con carácter preliminar, conviene recordar que la suplicación se configura como un recurso de naturaleza
extraordinaria, cuasi casacional, de objeto limitado, en el que el tribunal ad quemno puede valorar ex novotoda
la prueba practicada ni revisar de oficio el Derecho aplicable. A diferencia de lo que ocurre en la apelación civil,
recurso de carácter ordinario, no existe en el proceso laboral una doble instancia que permita traer la cuestión
objeto de la resolución impugnada al pleno conocimiento de un órgano superior, puesto que los Juzgados de
lo Social conocen en única instancia ( artículo 6 de la LRJS) de todos los procesos atribuidos al orden social
de la jurisdicción, salvo de los procesos atribuidos en única instancia a las Salas de lo Social de los Tribunales
Superiores de Justicia, a la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional y a la Sala de lo Social del Tribunal
Supremo ( artículos 7, 8 y 9 de la LRJS, respectivamente) lo que, por otra parte, es plenamente acorde con
el derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en el artículo 24 de la Constitución, toda vez que la doble
instancia, salvo en el orden penal, no forma parte necesariamente del contenido del derecho constitucional a
la tutela judicial efectiva, por lo que el sistema de recursos es de configuración legal, pudiendo el legislador
determinar los supuestos en que cada uno de ellos procede y los requisitos que han de cumplirse en su
formalización ( STC 160/1993, de 17 de mayo).
En definitiva, en la jurisdicción social se está en presencia de un proceso de instancia única, tal y como se
desprende de los artículos 6, 97.2 y 193 de la LRJS, siendo el juez a quo soberano en la valoración de la prueba
practicada ante su presencia, tratándose el recurso de suplicación de un recurso extraordinario cuyo objeto
es la revisión de la sentencia de instancia por los motivos tasados en la ley, no de una apelación o segunda
instancia cuyo objeto es todo el litigio que se vio en la primera instancia y en que la Sala puede revisar toda
la prueba.
Como recuerda la STS/IV de 24.01.2023, rcud. 3851/2019, la naturaleza extraordinaria del recurso de
suplicación -cuasi casacional y de objeto limitado- fue prontamente afirmada por la jurisprudencia en razón
a su configuración legal, expresamente reconocida en la exposición de motivos de la Ley de Bases de
Procedimiento Laboral de 12 de enero de 1989, en su propia regulación y en las normas comunes a los
recursos de casación y suplicación. En la STS/IV de 06.04.2022, rcud 1370/2020, se hace referencia a ese
reconocimiento por el Tribunal Supremo desde la Sentencia de 26.01.1961 y por el Tribunal Constitucional,
entre otras, en Sentencias 3/83, de 25 de enero, 17/86, de 13 de octubre, y 79/85, de 3 de julio.
La doctrina constitucional, en pronunciamientos posteriores, reitera el alcance limitado del recurso especial de
suplicación, "en el que los términos del debate vienen fijados por el escrito de interposición del recurrente y la
impugnación que del mismo haga, en su caso, el recurrido ( SSTC 18/1993, de 18 de enero, FJ 3; 218/2003, de
15 de diciembre, FJ 4; 83/2004, de 10 de mayo, FJ 4, y 205/2007, de 24 de septiembre, FJ 6) ..." ( STC 169/2013,
de 7 de octubre).
Y precisamente atendiendo a ese carácter extraordinario y cuasi casacional entiende justificado el diseño
legislativo de los requisitos procesales, aunque advirtiendo también, como dijo la STC 18/1993, "desde la
perspectiva constitucional, en último extremo lo relevante 'no es la 'forma' o 'técnica' del escrito de recurso,
sino su contenido, esto es, que de forma suficientemente precisa exponga los hechos o razonamientos que
estime erróneos y cuáles los que debieran ser tenidos por correctos ... desde esta perspectiva, resulta obligado
concluir que el órgano judicial, según una interpretación flexibilizadora y finalista de las normas disciplinarias
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JURISPRUDENCIA
del recurso, no debe rechazar a limine el examen de una pretensión por defectos formales o deficiencias
técnicas cuando el escrito correspondiente suministra datos suficientes para conocer precisa y realmente la
argumentación de la parte" ( STC 105/2008, de 15 de septiembre).
En este orden de ideas, el artículo 193 de la LRJS establece que el recurso de suplicación tendrá por objeto: a)
Reponer los autos al estado en el que se encontraban en el momento de cometerse una infracción de normas
o garantías del procedimiento que haya producido indefensión. b) Revisar los hechos declarados probados,
a la vista de las pruebas documentales y periciales practicadas, y c) Examinar las infracciones de normas
sustantivas o de la jurisprudencia, siendo así, continúa el artículo 196.2, que en el escrito de interposición del
recurso, junto con las alegaciones sobre su procedencia y sobre el cumplimiento de los requisitos exigidos,
se expresarán, con suficiente precisión y claridad, el motivo o los motivos en que se ampare, citándose las
normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia que se consideren infringidas. En todo caso se razonará
la pertinencia y fundamentación de los motivos.
TERCERO.- Revisión de hechos probados.
Se formaliza un primer motivo por el cauce del artículo 193 b) de la LRJS, manifestando el recurrente su
discrepancia con el relato de hechos probados.
De conformidad con lo establecido en el anterior precepto, en relación con el art. 196.3 y su desarrollo
jurisprudencial (así, STS/IV, Pleno, de 22.02.2022, rec. 232/2021, respecto a la revisión fáctica en casación,
con doctrina plenamente aplicable al recurso de suplicación):
a) El recurrente debe expresar si pretende la modificación, supresión o adición de hechos. En los dos primeros
casos, debe señalar concretamente qué apartado o apartados de la relación fáctica de la sentencia, quiere
revisar, y en todos los casos debe manifestar en qué consiste el error, y ofrecer la redacción que se estime
pertinente
b) Debe citar con precisión el documento o pericia, obrante en autos, en que se funde su alegación de error,
no siendo admisible la remisión genérica a la prueba documental, ni menos la cita de otras pruebas de
distinta naturaleza (interrogatorio de las partes, declaración de testigos, etc.) ni de actuaciones procesales
(resoluciones, actos de comunicación, ni el acta del juicio, que no constituyen "documento" en el sentido de
los art. 193.b y 196.3). Es rechazable, por ello, la mera alegación de que no hay prueba en autos que sustente
la conclusión del juzgador.
c) El error debe apreciarse directamente y de modo evidente a partir del contenido manifiesto del documento o
pericia, mostrando el recurrente esa conexión inmediata, pero sin necesidad de deducciones, razonamientos,
interpretaciones o conjeturas del recurrente. Por ello, no es admisible el intento de valoración conjunta de
todo o gran parte del material probatorio, ni la cita de documentos o pericias ya valorados por el juzgador, o
contradichos por otras pruebas, pues ello implicaría la sustitución del criterio valorativo del órgano judicial por
el del recurrente.
d) Que se trate de elementos fácticos trascendentes para modificar el fallo de instancia, aunque puede
admitirse si refuerza argumentalmente el sentido del fallo, debiendo la parte razonar la influencia de la alegada
equivocación judicial en el resultado decisorio del litigio.
e) Bajo esta delimitación conceptual fáctica no pueden incluirse normas de Derecho o su exégesis. La
modificación o adición que se pretende no debe comportar valoraciones jurídicas. Las calificaciones jurídicas
que sean determinantes del fallo tienen exclusiva -y adecuada- ubicación en la fundamentación jurídica.
No todos los datos que figuran en la prueba de las partes han de tener acceso a relación de hechos probados
de la sentencia, sino únicamente aquéllos que resulten trascendentes para el fallo (por todas, S.TS. -4.ª-, Pleno,
de 15.05.2021, rec. 68/2021, y las citadas en ella).
De esta forma, el Juzgador ostenta una amplia facultad para valorar todo el material probatorio practicado en
la instancia, de modo que puede obtener y deducir una interpretación distinta a aquella que obtiene la parte, ya
que, ante posibles contradicciones, debe prevalecer el criterio del órgano jurisdiccional que actúa de manera
imparcial y objetiva frente al interés de una parte, salvo error patente, correspondiendo al juzgador la facultad
privativa sobre la valoración de todas las pruebas aportadas al proceso, de acuerdo con el artículo 97.2 de la
Ley de procedimiento laboral ( STS/IV de 18.11.1999, rec. 9/1999).
Tal y como argumenta la STS/IV, Pleno, de 23.07.2020, rec. 239/2018: "Por ello, la jurisprudencia excluye que
la revisión fáctica pueda fundarse "salvo en supuestos de error palmario [...] en el mismo documento en que
se ha basado la sentencia impugnada para sentar sus conclusiones, pues como la valoración de la prueba
corresponde al Juzgador y no a las partes, no es posible sustituir el criterio objetivo de aquél por el subjetivo
juicio de evaluación personal de la recurrente".
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JURISPRUDENCIA
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JURISPRUDENCIA
probados y relevantes para resolver la cuestión, ha de indicarse que con relación al deber de exhaustividad
y congruencia de las sentencias que se deriva de los art. 24.1 y 120.1 CE, y es desarrollado en los arts. 218
de la LEC y 97.2 de la LRJS, es doctrina del Tribunal Constitucional la expresada en la STC 39/2003, de 27
de febrero, que razona: "(...) hemos establecido con reiteración la distinción entre dos tipos de incongruencia:
de una parte, la llamada incongruencia omisiva o ex silentio, que se producirá cuando el órgano judicial deje
sin contestar alguna de las pretensiones sometidas a su consideración por las partes, siempre que no quepa
interpretar razonablemente el silencio judicial como una desestimación tácita cuya motivación pueda inducirse
del conjunto de los razonamientos contenidos en la resolución y sin que sea necesaria, para la satisfacción del
derecho a la tutela judicial efectiva, una contestación explícita y pormenorizada de cada una de las alegaciones
que se aducen como fundamento a su pretensión, pudiendo bastar, en atención a las circunstancias particulares
concurrentes, con una respuesta global o genérica, aunque se omita respecto de alegaciones concretas no
sustanciales ( SSTC 91/1995, de 19 de junio , 56/1996, de 15 de abril , 58/1996, de 15 de abril , 85/1996, de
21 de mayo , 26/1997, de 11 de febrero ). Y, de otra parte, la denominada incongruencia extra petitum, que se
da cuando el pronunciamiento judicial recaiga sobre un tema no incluido en las pretensiones deducidas en el
proceso, de tal modo que se haya impedido a las partes la posibilidad de efectuar las alegaciones pertinentes
en defensa de sus intereses relacionados con lo decidido, provocando su indefensión al defraudar el principio
de contradicción ( SSTC 154/1991, de 10 de julio ; 44/1993, de 8 de febrero, FJ 3 ; 172/1994, de 7 de junio ;
116/1995, de 17 de julio ; 60/1996, de 15 de abril ; 98/1996, de 10 de junio ; 17/2000, de 31 de enero, FJ 6.a ;
y 135/2002, de 3 de junio , FJ 3, entre otras). Hemos dicho también que en algunas ocasiones ambos tipos de
incongruencia pueden presentarse unidos, concurriendo la que, en ocasiones, se ha llamado incongruencia por
error, denominación adoptada en la STC 28/1987, de 13 de febrero , y seguida por las SSTC 269/1993, de 13 de
diciembre , 111/1997, de 3 de junio , y 136/1998, de 29 de junio , que define un supuesto en el que, por el error
de cualquier género sufrido por el órgano judicial, no se resuelve sobre la pretensión formulada en la demanda
o sobre el motivo del recurso, sino que erróneamente se razona sobre otra pretensión absolutamente ajena al
debate procesal planteado, dejando al mismo tiempo aquélla sin respuesta".
En el caso que nos ocupa de la mera lectura de la sentencia se desprende que da respuesta a las pretensiones
que se ejercitan en la demanda, a partir de un relato de hechos probados que plasma la convicción del juzgador
tras el examen de los medios de prueba efectuado en la forma que explicita, y ello con independencia de que el
recurrente no esté de acuerdo ni con la valoración efectuada ni con las conclusiones jurídicas a las que llega,
lo que no impide que la parte puede atacar tales extremos a través de los cauces de la revisión fáctica y de la
censura jurídica en los términos que posibilita el recurso de suplicación, mas ello en absoluto supone que la
sentencia haya incurrido en las infracciones de índole formal que se denuncian.
2. Regularidad de la relación laboral.
En cuanto a la naturaleza jurídica real de la relación laboral que unía a las partes, la Sala discrepa de la
conclusión a la que se llega en la sentencia recurrida.
Los requisitos para la validez del contrato de obra o servicio determinado, de acuerdo con su configuración
normativa anterior a la reforma operada por el R.D. Ley 32/2021, aplicable a las presentes actuaciones,
conforme a los artículos 15.1 a) del Estatuto de los Trabajadores (ET) y 2 del Real Decreto 2720/1998, de 18
de diciembre, que lo desarrollaba, han venido sistematizándose, conforme a reiterada doctrina jurisprudencial
(entre otras, SSTS/IV de 05.11.2000, 18.09.2001, 21.03.2002 y 23.09.2002), de la siguiente forma: a) que la
obra o servicio que constituya su objeto, presente autonomía y sustantividad propia dentro de lo que es la
actividad laboral de la empresa; b) que su ejecución, aunque limitada en el tiempo, sea en principio de duración
incierta; c) que se especifique e identifique en el contrato, con precisión y claridad, la obra o el servicio que
constituye su objeto; y d) que en el desarrollo de la relación laboral, el trabajador sea normalmente ocupado en
la ejecución de aquélla o en el cumplimiento de éste y no en tareas distintas, habiendo establecido el Tribunal
Supremo la necesidad de que concurran conjuntamente todos requisitos enumerados, para que la contratación
temporal por obra o servicio determinado pueda considerarse ajustada a derecho y ha considerado siempre
decisivo que quedara acreditada la causa de la temporalidad y que el servicio tuviera autonomía y sustantividad
propia dentro de lo que es la actividad laboral de la empresa, y si bien el propio Alto Tribunal, en relación
con la necesidad de expresar en el contrato "con precisión y claridad" la causa de temporalidad a la que las
partes se acogen, ha señalado en sentencias, por todas las de 25.01.2011 y 07.06.2011, que tales preceptos no
suponen una exigencia de forma "ad solemnitatem",por lo que es posible acreditar por otros medios de prueba
la naturaleza temporal del contrato, ello puede tener acomodo en excepcionales supuestos.
En el caso que nos ocupa el contrato suscrito por las partes, para obra o servicio determinado, el 20.09.2021,
lo fue para "la realización de obra o servicio IMPARTIR CLASES PARA EL CURSO 2021/2022" (HP 1.º y FJ
3.º, séptimo párrafo, con valor fáctico), entre el actor y la empleadora demandada, Araceli Barros Cao S.L.,
dedicada a la actividad de la enseñanza, siendo así que la mención a que dicha obra tenga autonomía y
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JURISPRUDENCIA
sustantividad propia dentro de la empresa, asimismo plasmada en el contrato (FJ 3.º, séptimo párrafo),
proposición genérica que se incluye formulariamente en los modelos al uso de este tipo de contratos, no
constituye cobertura habilitante de la temporalidad si no se ajusta a la realidad. En este sentido, la impartición
de clases en el ámbito laboral de un colegio o centro de estudios no es determinante de que la actividad de
la persona trabajadora se desarrolle en un espacio laboral con autonomía y sustantividad propia dentro de la
actividad de la empresa, pues siendo ésta la labor de docencia o enseñanza, el quehacer del demandante no se
sitúa al margen de dicha consideración, por lo que no se constata que concurra la autonomía y sustantividad de
la actividad para la que fue contratado el actor, lo que determina que la causa de temporalidad consignada en
el contrato no se compadecía con la realidad de la actividad laboral realizada en la empresa y, en consecuencia,
la relación laboral ha de ser reputada como indefinida, conforme establece el artículo 15.3 ET, en su redacción
vigente al tiempo de la suscripción del contrato. Con ello, procede acoger la censura jurídica del presente
apartado.
3. Convenio Colectivo aplicable.
Sostiene el actor que resulta aplicable el X Convenio Colectivo nacional de centros de enseñanza privada de
régimen general o enseñanza reglada sin ningún nivel concertado o subvencionado, en lugar del IX Convenio
Colectivo estatal de formación no reglada que ha venido aplicándose y que viene a acogerse en la sentencia
recurrida.
El análisis de la cuestión que nos ocupa requeriría, en primer término, determinar si el presente supuesto de
hecho se incardina en el ámbito funcional de uno u otro convenio, que delimitan sus respectivos artículos 2,
reproducidos por el recurrente en su escrito de formalización. Empero, la ausencia de elementos fácticos en el
relato histórico de la sentencia sobre el tipo de enseñanza impartida en el centro y por el propio actor, impide
llegar a la conclusión del convenio aplicable sea el que pretende el recurrente, y no el que ha venido aplicando
la empresa. Se reitera que nos hallamos ante un recurso de suplicación, de carácter extraordinario, en el que
no es posible, como parecen pretender las partes, realizar un análisis de la prueba obrante en actuaciones
sin limitación alguna, al modo de una apelación, más allá del cauce de la revisión de los hechos probados
del artículo 193.b) LRJS, sin que se haya interesado tal revisión en relación a los elementos que, en su caso,
permitirían incluir la relación laboral del actor en el ámbito del convenio colectivo que pretende el recurrente. No
procede, por tanto, acoger este apartado de la censura jurídica, sin que sea necesario entrar en la regularidad
o no de la pretensión formulada sobre el abono de las diferencias salariales que de ello pudieran derivar.
En consecuencia, procede estimar parcialmente el recurso de suplicación, en el único extremo relativo a la
consideración del carácter indefinido de la relación laboral.
Por lo expuesto,
VISTOSlos anteriores preceptos y los demás de general aplicación,
FALLAMOS
Que debemos estimar y estimamos parcialmenteel recurso de suplicación interpuesto por la representación
procesal de D. Roman contra la sentencia de 26 de septiembre de 2022 del Juzgado de lo Social núm. 1 de
A Coruña, aclarada por auto de 24 de octubre de 2022, en los autos núm. 313/2022, seguidos en materia de
derecho y cantidad, a instancia del recurrente frente a ARACELI BARROS CAO, S.L. y, en consecuencia, con
revocación parcial de la sentencia y estimación parcial de la demanda, se reconoce el carácter indefinido de la
relación laboral que unía a las partes como consecuencia del contrato de 20.09.2021, manteniendo los demás
pronunciamientos de la sentencia. Sin costas.
Notifíquese la presente resolución a las partes y al Ministerio Fiscal.
MODO DE IMPUGNACIÓN:Se hace saber a las partes que contra esta sentencia cabe interponer recurso de
Casación para Unificación de Doctrina que ha de prepararse mediante escrito presentado ante esta Sala dentro
del improrrogable plazo de diez días hábiles inmediatos siguientes a la fecha de notificación de la sentencia.
Si el recurrente no tuviera la condición de trabajador o beneficiario del régimen público de seguridad social
deberá efectuar:
- El depósito de 600 € en la cuenta de 16 dígitos de esta Sala, abierta en el Banco de SANTANDER (BANESTO)
con el nº 1552 0000 37 seguida del cuatro dígitos correspondientes al nº del recurso y dos dígitos del año
del mismo.
- Asimismo si hay cantidad de condena deberá consignarla en la misma cuenta, pero con el código 80en vez
del 37 ó bien presentar aval bancario solidario en forma.
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JURISPRUDENCIA
- Si el ingreso se hace mediante transferencia bancaria desde una cuenta abierta en cualquier entidad
bancaria distinta, habrá que emitirla a la cuenta ES55 0049 3569 92 0005001274y hacer constar en el campo
"Observaciones ó Concepto de la transferencia" los 16 dígitos que corresponden al procedimiento (1552 0000
80 ó 37**** ++).
Una vez firme, únase para su constancia en el Rollo que se archivará en este Tribunal, quedando incorporada
informáticamente al procedimiento, previa devolución de los autos al Juzgado de lo Social de procedencia.
Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
La difusión del texto de esta resolución a partes no interesadas en el proceso en el que ha sido dictada sólo
podrá llevarse a cabo previa disociación de los datos de carácter personal que los mismos contuvieran y con
pleno respeto al derecho a la intimidad, a los derechos de las personas que requieran un especial deber de
tutelar o a la garantía del anonimato de las víctimas o perjudicados, cuando proceda.
Los datos personales incluidos en esta resolución no podrán ser cedidos, ni comunicados con fines contrarios
a las leyes.