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Educar La Mirada para Xontemplar La Belleza

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didaskalos

J. J. Pérez-Soba
J. A. Granados
educar
la mirada 10

Para contemplar la belleza


e interpretar el relato

didaskalospedagogía
J. J. PÉREZ-SOBA
J. A. GRANADOS

EDUCAR
LA MIRADA
Para contemplar la belleza
e interpretar el relato
Ilustración de portada: En el bosque de Giverny: Blanche Hoschedé en su
­caballete con Suzanne Hoschedé leyendo, Claude Monet (1840-1926), óleo
sobre lienzo, 1887

Primera edición: septiembre 2022

© Autor: J. J. Pérez-Soba y J. A. Granados

Impreso en España. Printed in Spain


Depósito legal: M-22672-2022
ISBN: 978-84-17185-99-2

Maquetación: M.ª Teresa Millán Fernández

Impresión y encuadernación:
Editorial Didaskalos
Valdesquí 16, Madrid 28023

Queda prohibida, salvo excepción, prevista en la ley, cualquier forma de


reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de
esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad
intelectual.
La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de
delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal)
Índice
Págs.

Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

La virtud del amor y el lenguaje del cuerpo:


educar en la belleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
J. J. Pérez-Soba
1. La unión clásica entre educación y amor
y el espacio de las virtudes . . . . . . . . . . . . 18
2. Una nueva aproximación al acto educativo. . 23
3. El “ordo amoris” como medio educativo
virtuoso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
4. La irrupción de la belleza. . . . . . . . . . . . . 38

Enseñar a narrar, educar la mirada y el tiempo. 51


J. A. Granados
1. Leerse: el camino del aturdimiento a la
escucha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
2. Leer la realidad para aprender el arte de
vivir: relatos y significados del cuerpo . . . 59
3. Leer es calar hondo en los vínculos, habitar
en ellos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
a) Leer es nacer, aprender a ser hijo: reconocerse
parte de un gran relato. . . . . . . . . . . . . . . 65
b) Leer es elegir el bien de la comunión, aprender
a ser amigo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
c) Leer es aprender y enseñar a morir, a dar la
vida: ser padre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Presentación
M. Clara Álvarez
Directora del colegio Mater Salvatoris
P. Carlos Granados
Director del Stella Maris College

¡Qué tres miradas tan distintas sobre un paisa-


je, la del labrador, la del artista y la del arquitecto!
Ven el mismo panorama, pero su mirada se fija en
cosas muy diversas: uno se concentra en las plantas
y los frutos e imagina futuras cosechas; otro descu-
bre el hermoso azul del cielo con sus tonalidades
y piensa en la obra de arte; un último, en fin, ve
la urbanización que podría diseñar. El ojo de cada
uno está instruido para ver cosas diversas 1. Y es que

1
El ejemplo está tomado de Ortega, en sus Meditaciones so-
bre el Quijote: “llevad al mismo paisaje a un cazador, un pintor
8 M. CLARA ÁLVAREZ – CARLOS GRANADOS

en el ojo va la biografía de cada uno. El tema que


afronta este libro es precisamente la “educación de
la mirada”. ¿Qué significa enseñar a mirar? ¿Puede
ser esta una finalidad de la escuela? ¿Cómo puede
realizarse?

“En su mirada —dice Romano Guardini—


vive el hombre todo; por eso los problemas vita-
les giran en torno a la mirada” 2. Por eso mismo,
precisamente, es importante que los educadores
redescubran la importancia de “enseñar a ver”.
Un niño puede mirar para “dominar”, es decir,
violentando lo que existe con su mirada controla-
dora; o mirar para “ponerse al servicio”, es decir,
para obedecer a la exigencia de sentido de lo que
le ofrece la realidad. Para una persona es posible

y un labrador, los ojos de cada uno verán ingredientes distin-


tos de la campiña; en rigor, tres paisajes diferentes. Y no se
diga que el cazador prefiere su paisaje venatorio después de
haber visto los del pintor y el labrador. No: estos no los ha
visto ni los verá nunca, en rigor. Desde un principio, siempre
que se halló en el campo fue fijándose casi exclusivamente en
los elementos del paraje que importan para la caza” (Obras
completas, VI, 210).
2
R. Guardini, “Das Auge und die religiöse Erkenntnis”,
Wurzeln eines grossen Lebenswerks. Aufsätze und kleine Schriften.
III (Mainz-Paderborn 2002) 188, p.191.
PRESENTACIÓN 9

mirar “para ­ adulterar” (Mt 5,28) o “mirar con


amor” (Mc 10,21). Por todo ello, frente a la “mira-
da plana” 3, es necesario educar en el esfuerzo de
ver cada cosa como pide ser vista, según el modo
propio de mirar que exige. Esto es un trabajo. Y
aquí es donde se sitúa el marco para una esforzada
y lenta educación de la mirada.

“Las raíces del ojo —dice de nuevo Guardini—


están en el corazón; … el ojo ve desde el corazón” 4.
Nuestro ojo no es “como el de los animales, pero en
un cerebro humano”, sino que está todo él transido
de humanidad; no miramos como el animal, mira-
mos desde dentro, con interioridad. Y por eso el ojo
se puede educar.

Las dos contribuciones que siguen, y que tratan


precisamente de este asunto, se enmarcan en un ci-
clo de conferencias ofrecido por los colegios Mater

3
A este respecto habla J. Restán, Educación, el otro nom-
bre de la misericordia (Madrid 2016) 49, de que una de las
dificultades que podemos identificar en los alumnos es la
“mirada plana sobre la realidad… Pero una mirada plana
sobre las cosas produce, más pronto que tarde, una gran in-
satisfacción”.
4
R. Guardini, “Das Auge”, a.c., 191.
10 M. CLARA ÁLVAREZ – CARLOS GRANADOS

­ alvatoris y Stella Maris College, los días 1 y 8 de


S
marzo de 2022 en el salón de actos del colegio Mater
Salvatoris. Intervinieron D. Juan José Pérez-Soba y
el P. Juan Antonio Granados en el marco de una es-
cuela de familias que anualmente proponen ambos
centros.

¿Cómo enseñar a mirar y por qué parecía tan


importante dedicar estas conferencias al tema de la
pedagogía de la mirada?

En su Emilio, Rousseau habla de una “Educa-


ción de la vista”. Pero para Rousseau educar la vista
es conseguir una mayor precisión ocular, es decir,
que el niño aprenda a adquirir una visión justa de
las medidas, distancias y proporciones, de suerte
que pueda conocer mejor los objetos y su mundo.
Esta puede ser una intención loable. Pero en los dos
textos que siguen se trata de algo mucho más pro-
fundo.

En particular, Don Juan José Pérez-Soba afronta


el tema de “Educar en la belleza” y se refiere al modo
en que es posible educar el ojo del alumno para que
pueda contemplar lo bello. La belleza proporciona al
alumno una experiencia de integridad y de bondad.
PRESENTACIÓN 11

Sin tener que recurrir al imperativo moral, lo bello


atrae al niño, le conmociona y le introduce fácilmen-
te en un modo nuevo de conocer la verdad y de amar
las cosas buenas.

A continuación, el Padre Juan Antonio Grana-


dos escribe sobre lo que significa “Educar la mirada
para leer” y para que el niño aprenda a interpretar los
relatos. El esfuerzo de mirada que requieren la con-
templación y la lectura es distinto, pero íntimamente
relacionado. La lectura exige del ojo una interpreta-
ción. Esto significa que la lectura le obliga a situar-
se. Al leer, dice C.S. Lewis, “nos convertimos en esas
otras personas sobre las que leemos. No solo, ni funda-
mentalmente, para ver cómo son, sino para ver lo que
ven, para ocupar por un momento sus butacas en el
gran teatro, para ponernos sus gafas y contemplar des-
interesadamente lo que se puede comprender, gozar,
temer, admirar o festejar a través de esas gafas”. La
lectura suscita nuestro protagonismo en otras vidas 5.

El tema que afronta este libro es actual, en la


medida en que vivimos en una cultura de la imagen.

5
C.S. Lewis, La experiencia de leer. Un ejercicio de crítica expe-
rimental (Barcelona 2000).
12 M. CLARA ÁLVAREZ – CARLOS GRANADOS

Pero es al mismo tiempo un tema clásico de la más


noble tradición filosófica, teológica y educativa, que
ha visto en la contemplación el modo más elevado
de conocimiento. En el siglo pasado, un gran filósofo
español como lo fue García Morente hablaba de la
necesidad de una educación de la mirada para poder
llegar a la cumbre del asombro y del conocimiento
crítico 6: “para mirar es preciso que la voluntad dispa-
re la atención hacia cierto punto… La mirada atenta
es, pues, mirada interrogante —mirada inteligente—;
es una mirada que plantea a la masa de colores y de
formas la pregunta: ‘¿quién eres tú?’, y atisba en la
masa, en el objeto, la respuesta a dicha pregunta…
El ignorante pasa junto a la realidad y ni siquiera la
ve. Y no la ve porque no puede verla; no tiene con
qué mirarla, con qué dirigirle la pregunta del conoci-
miento”.

La “mirada inteligente” de la que habla aquí


García Morente es esa visión educada y purificada,
capaz de discernir en lo que ve un mundo de rela-
ciones que le abre a una realidad llena de sentido.
¿Cómo hacer que surja en el educando? ¿Cómo con-

6
M. García Morente, Escritos pedagógicos (Madrid 1975)
144s.
PRESENTACIÓN 13

sigue el maestro que se desarrolle una “mirada inte-


ligente” en el alumno? A esto van dirigidas las dos
investigaciones que siguen: educar en la belleza de la
contemplación y educar en la interpretación inteli-
gente de los relatos.
¿Cómo enseñar a mirar y por qué es tan importante una pe-
dagogía de la mirada? “En su mirada —dice Romano Guar-
dini— vive el hombre todo; por eso los problemas vitales
giran en torno a la mirada”. Es importante que los educado-
res redescubran la importancia de “enseñar a ver”. Un niño
puede mirar para “dominar”, es decir, violentando lo que
existe con su mirada controladora; o mirar para “ponerse al
servicio”, es decir, para obedecer a la exigencia de sentido de
lo que le ofrece la realidad.

Las dos contribuciones que siguen, y que tratan precisamente de este asun-
to, se enmarcan en un ciclo de conferencias ofrecido por los colegios Mater
Salvatoris y Stella Maris College.
Juan José Pérez-Soba afronta el tema de “Educar en la belleza” y se refie-
re al modo en que es posible educar el ojo del alumno para que pueda
contemplar lo bello. La belleza proporciona al alumno una experiencia de
integridad y de bondad. Sin tener que recurrir al imperativo moral, lo bello
atrae al niño, le conmociona y le introduce fácilmente en un modo nuevo
de conocer la verdad y de amar las cosas buenas.
Juan Antonio Granados escribe sobre lo que significa “Educar la mirada
para leer” y para que el niño aprenda a interpretar los relatos. El esfuerzo
de mirada que requieren la contemplación y la lectura es distinto, pero
íntimamente relacionado. La lectura exige del ojo una interpretación; pide
al alumno situarse en una trama de relaciones.

C O L E C C I Ó N
didaskalospedagogía

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