Unidad 2 El Conocimiento Humano1
Unidad 2 El Conocimiento Humano1
Unidad 2 El Conocimiento Humano1
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La disciplina filosófica que se ocupa del problema del conocimiento es la Teoría del conocimiento que
también recibe la denominación de Epistemología o Gnoseología. A veces, sobre todo en círculos anglosajones, el
término Epistemología es utilizado como sinónimo de teoría o Filosofía de la ciencia, es decir aquella parte de la
Filosofía que estudia el conocimiento científico, sin embargo nosotros utilizaremos los términos Epistemología y
Gnoseología como sinónimos. La Epistemología o Gnoseología puede ser definida como la disciplina filosófica que se
ocupa de analizar qué es el conocimiento, determinar su origen, así como el grado de justificación que posee
nuestro conocimiento, el método que seguimos para obtenerlo y el límite de lo que podemos conocer.
Como señala un especialista en Epistemología “Probablemente las tres cuestiones más generales de que trata la
Teoría del conocimiento son: 1) qué entendemos o hemos de entender por saber, 2) cómo ha de justificarse el saber (o
qué tipo de justificación han de tener las opiniones para que constituyan saber), y 3) cuáles son los límites del saber
(por ejemplo y especialmente: ¿coinciden éstos con los de la ciencia?” (Daniel QUESADA, Saber, opinión y ciencia,
Barcelona, Ariel, 1998, pág. 15). Otras cuestiones o problemas epistemológicos son: ¿qué facultades intervienen en el
conocimiento (sensación, percepción, memoria, pensamiento) ?, ¿qué importancia tienen los sentidos y la razón a la
hora de conocer?, ¿es posible el conocimiento?, ¿qué es la verdad?
recursos y habilidades cuentan, etc.) y del comportamiento de los otros (es decir, ideas acerca de lo que
esperan los demás de mi comportamiento, qué creo yo que los demás esperan de mí, etc.). De este modo el
ser humano, como animal cultural y social, necesita conocimientos e ideas que den un sentido, una
orientación y una dirección a su vida y a sus acciones. Por tanto, el acto de conocer es un proceso complejo
en el que intervienen aspectos biológicos, cerebrales, lingüísticos, culturales, sociales e históricos y no se
puede disociar de la vida humana ni de las relaciones sociales.
De ahí que conocer sea una necesidad fundamental para el ser humano ya que a partir del
conocimiento la persona puede orientarse, decidir y actuar (dimensión práctica o praxis).
El conocimiento es una relación entre un sujeto que conoce y un objeto conocido. Los elementos que
intervienen en la relación cognoscitiva son los siguientes:
1. El objeto. Es aquella parte de la realidad que puede ser captada por nuestras estructuras
cognitivas. Es objetivo todo lo que hace referencia al objeto.
2. El sujeto. Es quién conoce y su intención es apropiarse mental o intelectualmente de un objeto que
antes no conocía. Posee unas capacidades cognitivas que limitan y configuran sus posibilidades de
conocer el objeto (percepción, memoria, imaginación, pensamiento, lenguaje) Está condicionado
además por factores de carácter sociológico, histórico, cultural, práctico, etc. Es subjetivo todo lo
que hace referencia al sujeto.
3. La representación del objeto por el sujeto. Es el resultado del proceso de conocer y se refiere a los
conceptos e ideas mediante los que el sujeto capta la realidad del objeto.
Así pues, puede decirse que el objeto del conocimiento es la realidad o la cosa misma que conozco,
pero la conozco solamente tal y como me la represento: conocemos las cosas a través de las
representaciones mentales o ideas que nos hacemos de ellas. Ello explica que se pueda decir que el objeto
es construido por el sujeto, que sólo podemos conocer las cosas mediante la representación mental que nos
hacemos de ellas.
SENSACIÓN (nivel fisiológico): detectar algo a través de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto,
tacto, etc.) sin que haya sido elaborado o tenga un significado. La sensación se produce en el cerebro, por
ejemplo, un color, un sabor, un olor, una dimensión, etc.
Sin embargo, tener sensaciones no es sin más percibir. La percepción es un proceso complejo del
que la sensación es sólo uno de sus momentos. La percepción no es una mera suma de sensaciones que nos
llegan a través de los sentidos, sino que incluye la forma en que el sujeto organiza la información recibida,
según sus deseos, necesidades y experiencias.
Aunque las sensaciones constituyen el material básico de nuestra percepción de los objetos del
mundo, es un hecho incuestionable que no captamos cualidades sensibles aisladas. Cuando cogemos una
manzana, no captamos sensaciones aisladas, no captamos meramente manchas de color verde y rojo, y
además e independientemente, un cierto olor y diversas sensaciones táctiles de tersura, dureza o frescura y,
por otra parte, un agradable sabor agridulce: vemos, tocamos y gustamos un objeto único, una manzana.
Esta sencilla experiencia muestra la diferencia existente entre sensación y percepción. Por medio
de la percepción captamos objetos, situaciones, totalidades que poseen un sentido para nosotros. La
percepción implica un proceso de organización, integración e interpretación de las sensaciones.
PERCEPCIÓN (nivel psicológico): proceso constructivo por el que organizamos las sensaciones
y captamos objetos o formas dotadas de significado. La percepción es un proceso constructivo que
depende de las características del estímulo y de las experiencias del sujeto que percibe. El sujeto que
percibe forma parte de una cultura; al percibir, está condicionado por sus aprendizajes y experiencias
previas, su personalidad, sus motivaciones, expectativas y la cultura de la que forma parte.
El estudio de la organización perceptual consiste en descubrir los factores responsables de que las
sensaciones aparezcan como totalidades unitarias y coherentes. Hoy puede decirse, mediante el estudio de las
diferentes teorías que explican la percepción, que la percepción está influida por leyes configurativas y
factores subjetivos y socioculturales.
A) Teorías de la percepción
• Asociacionismo empirista. Una manera de explicar cómo percibimos es pensar que todas nuestras
percepciones se producen mediante la asociación de sensaciones simples (un color, un sabor, una
textura, un tamaño, etc.). Los EMPIRISTAS (aquellos que defienden que todo nuestro conocimiento
procede de la experiencia) consideran que la percepción es una suma de sensaciones simples. Así, al
percibir por ejemplo un libro rojo lo que nuestra mente hace es asociar sensaciones simples (el color
rojo, un tamaño, una forma, una textura, etc.) para componer la imagen mental del objeto percibido,
un libro rojo en este caso.
La crítica que cabría hacer al empirismo es que la percepción es un proceso más complejo. La
percepción no puede explicarse como una mera suma de sensaciones porque en ella influyen, como
veremos a continuación, leyes configurativas y factores subjetivos. Siempre percibimos más (o
menos) que las meras sensaciones que recibimos de los objetos. Por eso se ha dicho que percibir es
dotar de significado a un estímulo o, como dijo Sartre, “percibo siempre más y de otro modo que
veo”
• Escuela de la FORMA (Gestalt). Los psicólogos de la Gestalt W. Köhler y M. Wertheimer
rechazan el empirismo asociacionista y la creencia del sentido común “vemos el mundo tal y como
es” y defienden la naturaleza “holística” del proceso perceptivo, es decir, percibimos totalidades
estructuradas y no una mera suma de sensaciones, según el principio “el todo es mayor que la
suma de las partes”. Nuestra mente impone ciertas maneras de agrupar las sensaciones; esas
maneras de agrupar las sensaciones se denominan formas. La forma es un esquema de relaciones
que organiza las sensaciones o, dicho de otra manera, un modo constante de agrupar estímulos.
¿Cómo se organizan las sensaciones en percepciones significativas? Según los gestaltistas nuestra
percepción sigue ciertas leyes, entre ellas, las siguientes:
- Ley general o figura- fondo: percibimos una figura que se destaca sobre un fondo, por ejemplo, una
nube sobre el cielo, una melodía sobre un fondo de ruido o las letras escritas sobre un encerado
verde.
Un requisito imprescindible para poder percibir es algo que nuestra mente realiza espontáneamente:
separar figura-fondo, de manera que, para dotar de sentido a las imágenes, sonidos y texturas, siempre
percibimos una figura que se destaca sobre un fondo (por ejemplo, una nube sobre el cielo, una melodía
sobre un fondo de ruido o las letras escritas sobre un encerado verde). Esto recibe el nombre de ley de
figura-fondo y parece ser un mecanismo innato de nuestra mente (es la primera capacidad perceptiva que
recuperan los pacientes de cataratas que recuperan la vista). A veces la figura y el fondo pueden resultar
reversibles, lo que da lugar a figuras ambiguas que admiten diversas interpretaciones según tomemos como
figura o fondo una parte de la figura u otra, por ejemplo la “copa de Rubin” o la conocida figura “joven o
vieja”.
La figura tiene unas características propias: forma y contornos definidos; posee mayor estructuración y está
más próxima al sujeto; aparece cerrada sobre sí misma, etc.
El fondo carece de contornos precisos, parece más uniforme y carente de estructura, su superficie es mayor y
aparece como extendido sobre la figura.
A veces la figura y el fondo pueden resultar reversibles, lo que da lugar a figuras ambiguas que admiten
diversas interpretaciones según tomemos como figura o fondo una parte de la figura u otra, por ejemplo, la “copa de
Rubin” o la conocida figura “joven o vieja”.
- Leyes de organización perceptiva: leyes configurativas que imponen una cierta manera de agrupar
los estímulos, es decir, son modos constantes de agrupar los estímulos perceptivos para captar
formas que sean estables y sencillas. Las más importantes son las siguientes:
B) Factores subjetivos que influyen en la percepción
Los factores subjetivos son aquellos factores que dependen del sujeto a la hora de percibir los
estímulos. Entre los factores a tener en cuenta, los siguientes: atención (dependiendo de cómo utilicemos la
atención percibiremos unas cosas u otras, aquello que no sea objeto de nuestra atención pasará
desapercibido), motivación y emociones (nuestra motivación hacia una tarea hace que percibamos más
detalles que si la tarea no nos interesa; también las emociones influyen en nuestra percepción: el miedo, por
ejemplo, hace que gran cantidad de objetos y situaciones se nos presenten como amenazantes), intereses y
valores, personalidad, cultura y lenguaje (los objetos y situaciones son percibidos en el marco de nuestra
cultura y con los significados que las palabras tiene en nuestro lenguaje, de manera que el significado influye
en las características percibidas de los objetos; por ejemplo, si ves por la calle una persona pidiendo, ¿qué
dirías que es?, ¿un pobre, un necesitado, un vagabundo, un mendigo…?
TEXTO 2.1. Todos los animales vivimos en el mismo mundo real, en el mismo tinglado de átomos,
fotones, neutrinos, campos gravitatorios y electromagnéticos, etc. Pero ese mundo real no es visible ni
captable, ni intuible, ni experimentable, ni perceptible por ningún animal. Cada especie animal ha
evolucionado desarrollando receptores que captan ciertos rasgos del mundo real, precisamente aquellos
rasgos cuya captación es relevante para la supervivencia y reproducción de esos animales. Y esos mensajes
del mundo real captados por los sentidos son transmitidos por el sistema nervioso e interpretados en el
cerebro del modo más adecuado para la supervivencia y reproducción del animal. Lo que captan los
receptores o sentidos del animal son sus sensaciones. La interpretación que esas sensaciones reciben en el
cerebro constituye sus percepciones.
Cada especie animal capta ciertos rasgos del mundo real y los percibe de cierta manera. Esos rasgos,
así percibidos, constituyen el mundo perceptual de esa especie animal. El animal no puede percibir más que
aquello que su aparato nervioso-sensorial le permite (...). En este sentido el aparato nervioso-sensorial
determina a priori la forma de todas las percepciones posibles del animal. Es imposible que el animal
experimente o perciba el mundo de otro modo que el determinado por su propio aparato nervioso-sensorial.
Esto ya lo había subrayado Kant respecto a la especie humana.
Por ejemplo, durante el día el Sol inunda la superficie terrestre con una lluvia constante de diversa
frecuencia. Nosotros, los humanes, captamos los fotones de frecuencia correspondiente al rojo, vemos el
color rojo, pero no captamos los fotones de frecuencia correspondiente al ultravioleta (aunque chocan contra
nuestra retina, no nos damos enterados de ello), no vemos el ultravioleta. La mayoría de los insectos captan
el ultravioleta, pero no el rojo. Así, cuando el Sol ilumina un campo de amapolas (que objetivamente reflejan
tanto el rojo como el ultravioleta), nosotros vemos las amapolas como rojas, y las abejas las ven como
ultravioletas. En nuestro mundo perceptual las amapolas son rojas. En el mundo perceptual de las abejas son
ultravioletas. En el mundo real no hay colores, sino sólo absorción y reflejo de fotones de muy diversa
frecuencia (o, lo que es lo mismo, de ondas electromagnéticas de muy diversa longitud de onda). Eso es algo
que sabemos, pero que no podemos ver ni percibir, pues cae fuera de nuestro mundo perceptual (aunque no
fuera de nuestro mundo conceptual).
Jesús MOSTERÍN, Grandes temas de la filosofía actual, Barcelona, Salvat, 1983, pp.10-11
(Colección “Aula Abierta Salvat” nº 56).
Problema: Si la percepción está influida por factores culturales y subjetivos, ¿es posible captar la realidad
de manera objetiva?
TEXTO 2.2. Basados en este manifiesto influjo que las expectativas y motivos ejercen en nuestras
percepciones, algunos psicólogos clínicos utilizan estímulos muy ambiguos para forzar a los enfermos a
proyectar indirectamente sus motivaciones más profundas. Al que tiene miedo, en efecto una sombra se le
antoja un enemigo al acecho, y para la persona obsesionada por el sexo, cualquier forma imprecisa puede
cobrar un significado erótico.
En el campo de la psicología social, muchas experiencias han demostrado en qué medida las
convicciones políticas o, simplemente, el nivel económico influyen en la percepción de símbolos y personas.
Muy ilustrativas a este respecto son las experiencias de Bruner y Goodman, llevadas a cabo con muchachos
ricos y pobres, sobre la percepción del tamaño de las monedas. En estas experiencias (...) se puso de
manifiesto que los niños más pobres tendían a sobreestimar el tamaño de las monedas, sobre todo las de más
valor.
Otras muchas experiencias han puesto también de manifiesto hasta qué punto la presión social de un
grupo puede distorsionar la percepción de una realidad física obvia. En este orden de cosas, los trabajos de
Solomon Asch son quizá los más representativos. Los sujetos de Asch tenían como tarea comparar el tamaño
de una línea recta con el de otra tres desiguales. Todos los sujetos, menos uno (que era el “primo”),
expresaban en voz alta unos juicios comparativos falsos, de acuerdo con unas instrucciones previamente
recibidas. Líneas que eran evidentemente desiguales, eran juzgadas como iguales por los sujetos
“conchobados”, que colocaban así al sujeto ingenuo en la difícil posición de tener que situarse frente a los
juicios del grupo o bien mentir, o bien falsificar inconscientemente su propia percepción para acabar
negando la evidencia y viendo realmente las líneas como iguales. El resultado escalofriante de estos
experimentos fue que más de un 50% de los sujetos tomó este último camino, es decir, el de ajustar
inconscientemente sus percepciones a las consignas del grupo.
Problema: ¿Nos engañan los sentidos? A la hora de percibir ni nuestros sentidos ni nuestras
percepciones son infalibles, sino que muchas veces se producen ilusiones ópticas o perceptivas, que son
alteraciones que sufrimos a la hora de configurar los objetos y que producen una discrepancia entre lo que
percibimos y la realidad efectiva.
Otras veces la percepción se altera debido a diferentes trastornos cerebrales o debido a nuestro estado
fisiológico (cansancio, estrés, consumo de sustancias, etc.). Así se producen trastornos perceptivos como la
agnosia: incapacidad de identificar o reconocer objetos por un sentido particular aunque puedan reconocerse
esos objetos utilizando otros sentidos. Por ejemplo, una persona puede no reconocer un reloj mediante la
vista pero podría reconocerlo utilizando el tacto, o ser incapaz de reconocer una rosa mediante la visión y ser
capaz de identificarla utilizando el olfato. Las alucinaciones, o percepciones sin objeto, son también un
trastorno perceptivo que nos hacen dudar de la fiabilidad de los sentidos
Cuestiones:
Texto 2.1. ¿Cuál es la idea fundamental del texto y qué problema plantea?
Texto 2.2. Explica cómo influyen los factores culturales y subjetivos en la percepción de la
realidad.
Explica qué son alucinaciones e ilusiones ópticas (https://www.psicoactiva.com) y qué
problema epistemológico plantean.
2.2.- La memoria
Las fuentes básicas de nuestro conocimiento del mundo son tres: percepción, aprendizaje y
memoria. Mediante la percepción y el aprendizaje captamos información sobre el mundo a través de la
experiencia, mientras que la memoria es el almacenamiento y evocación de ese conocimiento. La memoria
tiene tres funciones básicas: recoge nueva información, guarda esa información organizadamente y la
recupera cuando se necesita. Los procesos de memoria son los siguientes:
Los problemas de la percepción indican que no siempre percibimos la realidad como es realmente.
Para conocer, entonces, no podemos basarnos única y exclusivamente en la percepción. Es necesario la
utilización de la razón y el pensamiento. Percibir es siempre percibir algo (un objeto o una situación) como
algo con sentido (una manzana, un árbol, una persona, etc.). “Manzana”, “árbol” o “persona” son conceptos.
Puesto que cuando percibimos una cosa la reconocemos como tal (como manzana, como árbol, como
persona) y reconocemos las cosas mediante conceptos, podemos afirmar que en la percepción intervienen
los conceptos.
La diferencia fundamental estriba en que en la percepción se captan siempre realidades
singulares y constituyen un conocimiento directo de la realidad; en cambio, los conceptos son
representaciones universales y abstractas mediante las cuales conocemos las realidades singulares. Los
conceptos sirven para representarnos mentalmente los objetos y comprender la realidad.
1.- El concepto como representación universal. En la percepción se captan siempre realidades
singulares, objetos individuales. Percibimos este árbol, el que está aquí, con sus colores y formas
individuales que lo distinguen de los demás árboles. No percibimos un árbol en general. El árbol en general
es una representación mental que puede recoger las características de cualquier árbol. Es un concepto y
como tal es universal. El concepto de árbol es aplicable a cualquier árbol particular: los objetos singulares
que percibimos no son sino casos particulares de lo representado en el concepto. 2.- El concepto como
representación abstracta. A ser universal, el concepto es necesariamente más pobre que la percepción. Así
el concepto de mujer representa solamente ciertos rasgos de María. En el concepto de mujer no están
incluidos rasgos característicos de María como, por ejemplo, el tener los ojos negros y la piel morena. El
concepto separa y retiene los rasgos comunes a una pluralidad de individuos, prescindiendo de los rasgos
no compartidos por todos ellos. Esto es lo que se pretende subrayar cuando se afirma que los conceptos son
representaciones abstractas.
Así, podemos definir los conceptos como representaciones universales y abstractas de los objetos.
El concepto es universal porque es válido para una pluralidad de individuos que presentan unas
características comunes y es abstracto porque separa (abstraer significa separar) y retiene solamente los
rasgos comunes a todos ellos.
La razón tendría que ver con la capacidad de pensar de forma lógica y poder expresar dichos
pensamientos mediante el lenguaje. Sin embargo, como no consideramos racional cualquier forma de
pensamiento (a menudo hablamos de creencias y acciones irracionales), llamamos racionalidad a aquella
forma o método de usar la razón que garantizase la justificación y coherencia de nuestras creencias y
acciones. Así, la racionalidad es una forma de pensar y actuar que presupone un uso determinado y correcto
de la razón. Este uso de la razón ha de tener como consecuencia el poder dar razones (pruebas,
justificaciones, etc.) de lo que se cree, se piensa o se hace. Las características de este modo de usar la razón
son las siguientes:
Si una creencia mía se apoya en argumentos racionales, no pueden ser racionales sólo para mí. Lo
característico de la razón es que nunca es exclusivamente mi razón. De aquí proviene la esencial
universalidad de la razón. Esa universalidad significa, primero que la razón es universal en el sentido de
que todos los hombres la poseen, incluso los que la usan peor (los más tontos para entendernos), de modo
que con atención y paciencia todos podríamos convenir en los mismos argumentos sobre algunas cuestiones;
y segundo, que la fuerza de convicción de los razonamientos es comprensible para cualquiera, con tal
de que se decida a seguir el método racional, de modo que la razón puede servir de árbitro para zanjar
muchas disputas entre los hombres. Esa facultad (¿ese conjunto de facultades?) llamada razón es
precisamente lo que todos los humanos tenemos en común y en ello se funda nuestra humanidad compartida.
Fernando SAVATER, Las preguntas de la vida, Barcelona, Ariel, 1999, págs 52-53.
Eficacia. Es el método más adecuado para conseguir nuestros fines y metas. La eficacia hace
referencia a la utilización de los medios más adecuados para conseguir un fin. Una acción racional es
aquella que teniendo en cuenta el conocimiento de la persona, tiene mayores probabilidades de alcanzar su
objetivo. La racionalidad sólo se puede medir a la luz de lo que la persona sabe: sería absurdo que alguien
mínimamente familiarizado con la astronomía tratara de alcanzar la luna subiéndose a un árbol, pero la
misma conducta en un niño podría ser considerada racional, aunque algo insensata.
Coherencia. Tiene en cuenta todo el conjunto de creencias y acciones del sujeto. Ser racionales es
ser consecuentes, de manera que no se produzcan contradicciones ni incompatibilidades entre varias de
nuestras creencias y acciones.
Crítica. Considera sus resultados revisables y criticables. Las creencias racionales no se aceptan
de forma dogmática y acrítica como si fueran verdades incuestionables, sino como verdades probables y
provisionalmente satisfactorias. Así es propio del comportamiento racional un talante crítico y abierto. Ahora
bien, recuerda que no hay crítica sin criterios.
Ejercicio.- Indica por qué no son racionales las siguientes creencias y conductas y qué características de la
racionalidad no cumple:
Pensar que los europeos son superiores intelectual y culturalmente a las gentes de otras culturas.
Creer que los gatos negros traen mala suerte.
Creer que la teoría de la evolución de Darwin es una verdad incuestionable.
Poner una vela a san Benito sin haber estudiado.
Creer ciegamente lo que dicen en la televisión.
Creer que todos somos iguales, pero cambiar de acera cuando te cruzas por la calle con un marroquí.
Argumentar significa dar razones o argumentos a favor de una afirmación u opinión. “Dar un argumento”
significa ofrecer un conjunto de razones o pruebas en apoyo de una conclusión. Los argumentos son intentos de apoyar
ciertas opiniones con razones.
Si lo que queremos es argumentar contra una afirmación u opinión, también debemos dar razones en contra de
la opinión o afirmación que queramos “atacar”. En este caso las razones se ofrecerán como objeciones a dicha opinión.
La afirmación que pretendo apoyar con mis razones es la CONCLUSIÓN que quiero defender, las razones
que ofrezco a favor o contra de dicha conclusión serían las PREMISAS en las que me apoyo.
Para apoyar las razones o argumentos utilizo EVIDENCIAS (ejemplos, afirmaciones, resultados de
investigaciones, testimonios fiables...) que fortalezcan dichas razones.
Premisa 1
•
•
Premisa n
___________________________
Conclusión
PRÁCTICA.
1.- Argumenta por qué es mejor el uso de la razón que la creencia en los horóscopos para conducirse en la
vida.
2.- Argumenta a favor y en contra del uso de uniformes en los colegios.
3.- Argumenta a favor y en contra de la utilización del teléfono móvil en los colegios.
4.- Argumenta: Se debería votar en las elecciones al Parlamento a partir de los 16 años / a partir de los 18
años.
5.- Argumenta: Un pendrive es mejor que un libro de 20 euros