2.la Poesa Epica. Virgilio. Lucano
2.la Poesa Epica. Virgilio. Lucano
2.la Poesa Epica. Virgilio. Lucano
LUCANO)
I. La república
Además de la obra citada, son importantes estos autores:
- Nevio (270-201? a.C.): Su poema, Bellum Poenicum, es el comienzo de la
epopeya nacional romana. Se trata de un hecho contemporáneo, la Primera Guerra
Púnica, y, posiblemente, en la parte perdida del poema, se establecieran los orígenes
troyanos de Roma. Está escrito en saturnios y comienza, como será normativo en el
género, con una invocación a las Musas. Como en el caso del poema de Livio, quedan
sólo fragmentos.
- Ennio (239-169 a.C.): Su poema, Annales, en 18 libros, será la epopeya por
excelencia hasta la Eneida. La narración es cronológica; comienza con la leyenda de
Troya y Eneas y debía de llegar hasta comienzos del siglo II a.C. Introduce el verso
griego de la epopeya, el hexámetro dactílico, que será el verso de la épica posterior.
Combina su formación griega con el conocimiento de las leyendas romanas, y crea una
obra que busca provocar un sentimiento de admiración hacia Roma.
Nos quedan unos seiscientos versos de los aproximadamente treinta mil que contendría
la obra.
- Entre los neotéricos, s. I a.C., (v. tema de la Lírica), se cultivó un tipo de
poesía épica más breve y de gran perfección formal, que seguía modelos helenísticos: el
epilio, de contenido mitológico.
Es un poema épico compuesto en quince libros que comprende casi doce mil
hexámetros. Ovidio empieza a trabajar en él el año 2 d.C., y la obra no ha recibido sus
últimos retoques cuando es desterrado el 8 d.C.
El título del poema (“transformaciones”) está justificado por el proemio en el
que el autor anuncia su contenido:
“Mi inspiración me mueve a hablar de formas mudadas a cuerpos
nuevos: dioses (pues vosotros cambiasteis incluso éstos), inspirad mi
proyecto y desde el comienzo primero del mundo dirigid mi canto sin
interrupción hasta mi propia época.”
Sin embargo, aunque en muchos de los mitos narrados las transformaciones
tienen un papel destacado (Dafne, Narciso…), en otros no es así, y la obra ofrece una
recopilación de mitos y leyendas de la tradición clásica y del Oriente Próximo.
El tema está lejos de ser el propio de la épica tradicional, y, de hecho, el poema
adopta en ocasiones el tono del idilio, la elegía, el poema pastoril o, incluso, la poesía
didáctica. El estilo responde a esta multiformidad y se transforma para dotar a los
distintos episodios del ritmo y el tratamiento adecuados.
Esto ha llevado a considerarlo un poema épico especial, y de él se ha dicho que
es “antología de géneros” o “parodia del poema épico mitológico”. Con todo, el metro
elegido, propio de la poesía épica aunque no exclusivo de ella, y la presencia continua
de las convenciones de este género: escenas de batalla, catálogos, digresiones para
describir obras de arte, y la utilización de un léxico elevado, lo incluyen formalmente en
el género épico.
La obra carece de la unidad temática que caracteriza a los grandes poemas
épicos (ira de Aquiles en la Ilíada; destino aceptado por Eneas en la Eneida), y los
relatos se suceden sin más conexión que unas transiciones que el autor no se esfuerza en
justificar. Tal vez, la idea de una unidad esencial en el universo mítico sobre la que
operan las transformaciones subyace como elemento de cohesión en una obra con la
apariencia de un compendio erudito de mitología, cuyas fuentes más directas estarían en
la poesía alejandrina.
La narración de los mitos es lineal, aunque algunos personajes cuentan a su vez
otras historias (fábula de Píramo y Tisbe en boca de las hijas de Minias). El contenido
está ordenado cronológicamente, tal como se anunciaba en el proemio: comienza con el
paso del Caos al Cosmos y el relato del Diluvio; continúa con los mitos protagonizados
por dioses y héroes de la tradición griega; introduce las leyendas consideradas históricas
(Eneas y Dido, reyes romanos, Pitágoras…); y termina en la propia época del poeta con
la muerte y apoteosis de César y la exaltación de Augusto, a quien compara con el
mismo Júpiter.
Esto último, que en un principio podría interpretarse como una alabanza de
Augusto, en un poema donde domina un tratamiento sobre todo literario, poco reverente
o, en todo caso, demasiado “libre” de los dioses para la nueva religiosidad propugnada
por Augusto, pudo contribuir, entre otras causas, al exilio que el príncipe decretó contra
el poeta.
La influencia de las Metamorfosis en la literatura, las artes plásticas y la música
es extraordinaria desde la Edad Media hasta nuestros días. Gluck, Bernini, Rubens,
Garcilaso, Shakespeare, entre otros muchos, bebieron de los mitos ofrecidos por Ovidio
para elaborar sus composiciones.
III. El Imperio
Lucano (39-65)
De origen cordobés como su tío, Séneca, vivió desde su infancia en Roma. Fue
protegido de Nerón hasta que cayó en desgracia y éste le condenó a muerte.
Su poema Farsalia, en diez libros de los que el último está incompleto, trata
cronológicamente la guerra civil entre César y Pompeyo. De hecho, el título en los
manuscritos es De bello ciuili. Como en los Annales de Ennio y, antes, en el Bellum
Poenicum de Nevio, la historia de Roma es de nuevo el tema de la epopeya, si bien no
se trata ahora de cantar su grandeza, sino de relatar uno de sus episodios más dolorosos.
Frente a la épica anterior, el poema de Lucano se distingue por estas
características:
Fuerte carga de retórica, dirigida a provocar repulsa por los acontecimientos que
narra o a elogiar a las grandes figuras republicanas (Catón, Pompeyo). El recurso
a la retórica se hace especialmente patente en los discursos, las descripciones
(César, tras la batalla de Farsalia) y el gusto por las frases lapidarias (uictrix
causa deis placuit sed uicta Catoni).
Ausencia de divinidades en el poema. Esto se debe tanto a la propia naturaleza
del tema elegido que no admitiría de manera natural referencias míticas, como al
racionalismo de raíces estoicas del autor, que se manifiesta al presentar al
Destino como motor de los avatares humanos. Incluso en la introducción, un
elogio de Nerón sustituye a la invocación convencional a las Musas o a otros
dioses.
Ausencia de héroe en el sentido tradicional. Los protagonistas (Pompeyo, Catón,
César) conservan su personalidad histórica.
El tipo de epopeya practicado por Lucano desaparece con él, y se afirma, en cambio,
una corriente que se aleja también del modelo homérico y se fija en modelos
alejandrinos, dando lugar a una poesía artificiosa y erudita con muchos elementos
imitados de Virgilio. Sus principales cultivadores son:
Papinio Estacio (40-96?). Autor de una Tebaida y una Aquileida inacabada.
Valerio Flaco (2ª mitad del s. I). Compuso una Argonautica que ha llegado
incompleta.
Silio Itálico (25-101). Su obra, Punica, pone en verso la parte de la obra de Tito
Livio que corresponde a la Segunda Guerra Púnica.
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BIBLIOGRAFÍA (Biblioteca)
Metamorfosis de Ovidio